Hola gente, gracias por leer el capitulo anterior de esta historia completamente improvisada. Veo que hubo algunas personas que de verdad les gustó. Así que al fin les traigo la segunda parte de esta historia. Solo les digo lo mismo que la vez pasada, de verdad no se tomen enserio esta historia, solo lean y paseen un buen rato.
Estaba sentado en la barra del restaurante Minami, independientemente del dolor que tenia en la cara por la cachetada de Umi; en los nudillos por la pelea que tuve con Chika y en el corazón por qué mucho de en lo que creía se cayó en ¿diez horas? Tal vez mas, tal vez menos. La vergüenza del tremendo berrinche que hice y el miedo a las represarías contra mi, eran lo que predominaba en mi cabeza "¿Por qué demonios tuve que golpear al niño rico de la ciudad?" Seguramente un ejercito de los mejores abogados están buscando ahora mismo la manera de cómo quitarme a mi y mi familia, hasta la ropa que llevamos puesta.
—¡Debiste pensar las cosas con mas cuidado!—Me recriminaba Dia, una kouhai y amiga del conservatorio; aun que a decir verdad aun cuando yo era el mayor, realmente se podría decir que ella era lo más cercano que tenia a una hermana mayor—No sabes en el lio que te acabas de meter ¿Si sabes que los Nishikino y Sonoda son los más poderosos de Akihabara?
—Si…
—¡Entonces!—Ella me dio un pequeño golpe en la cabeza—. Entiendo que simplemente no controlaste tus emociones, y todo fue tan repentino, pero…—Dia, con toda la amabilidad que podía, me abrazó por la espalda—… Sinceramente me alegro de que les hayas dado un poco de lo que se merecen.
—Dia…—Puse mi mano sobre la de elle; era reconfortante tener un poco de calor reconfortante de esa chica de cabello negro.
—¡Prometo que hablaré con Maru sobre lo que hizo! ¡Esa niña me va a escuchar!
—No seas muy dura con ella…—Un comentario muy hipócrita de mi parte, considerando que dejé en el suelo a mi Kouhai por la misma razón que regañarían a la pequeña Maru—. Conociéndola, seguramente esos sujetos la engañaron de alguna manera. Sabes lo ingenua que puede llegar a ser Hanamaru.
—Eso es verdad…
—¡Daibo!—Nico salía de la cocina a la barra, ya llevaba puesta su indumentaria de chef, parecía estar algo inquieto—. Tienes una llamada.
—¿Una llamada? ¿Quién diablos llamaría a tu tienda para buscarme?
Nico no me respondió, miró a un lado, luego al otro y en un susurro (seguramente para que su amada esposa no lo escuchara, pues estaba atendiendo a un par de clientes que habían llegado a desayunar) me dijo:
—Te llama el señor Nishikino…
Decir que mi tono de piel había bajado tres tonos era poco, sino hubiera sido por el delicioso desayuno de los Yazawa, seguramente me hubiera desmayado de solo escuchar eso ¡Mis peores miedos se hacían realidad! ¡Pero mi madre y padre no habían criado a un cobarde, aun tonto impulsivo seguramente si! ¡Pero jamás a un cobarde! Así que temblando cual Bambi recién nacido crucé al otro lado de la barra, caminé por la cocina de mi mejor amigo, salude a Yoshiko, el único empleado del comedor; y tomé el teléfono que estaba sobre una de las mesas del fondo.
—¿Ho-hola?—Dije con la voz más profunda que me salía en ese momento.
—Buenos días ¿Habló con el señor Kousaka?
—S-si…
—Perdone las molestias a usted y a su amigo, el señor Yazawa—Al otro lado de la bocina, aun con todo y la distorsión de la línea, la voz del padre de Maki a pesar de ser una voz relativamente fina como un hilo, era lo bastante firme como para intimidar a el mas rudo aun que se escuchaba algo cansada y desgastada—. Intenté llamarlo a su celular pero no obtuve respuesta…
"¡Cierto, mi celular!" Rebusqué en mis bolsillo y encontré mi móvil pero este estaba muerto, y haciendo memoria recuerdo que tenia poca batería antes de encontrarme con Umi, y como dijo que sería una charla rápida no me preocupe en cargarlo… Eso también explicaba por qué jamás puede recibir ninguna de las llamadas de Nico.
—Si, lo siento, es que me teléfono murió anoche y no tuve tiempo de cargarlo.
—No se preocupe—La voz del medico se suavizo aun más— Ahora déjeme ir directo al grano ¿Esta ocupado en estos momento? Es que me gustaría poder tener una charla con usted frente a frente, aquí en mi despacho.
—Yo…—¡La muerte! Eso era lo que me esperaba cuando mis padres se enteraran de la tremenda demanda que los Nishikino me iban a meter por donde no me da el sol—… Estoy… T-tengo tiempo libre ¿A que hora esta bien que vaya a verlo?—Pero mientras mas rápido me den el golpe, más rápido me voy a poner de pie.
—Muchas gracias—Respondió el señor, pareciendo aliviado al escuchar mi respuesta—¿Le parece si nos vemos en veinte minutos? Creo que el comedor de su amigo esta cerca del hospital.
—Eh… Si claro…
—Muy bien, lo veo más tarde, gracias por su tiempo.
—H-hasta luego—. Unos segundos después se cortó la comunicación y yo me quedé ahí mismo, con el teléfono aun levantado. Intentando entender lo que pasaba ¿Por qué aquel hombre tan poderoso, no me había amenazado con que algunos Yakuza me harían nadar con los peces? Sino que sonaba calmado… ¿Algún tipo de estrategia para hacerme caer en una trampa? Esa era un posibilidad. Así, confundido, salí de la cocina solo para que afuera me estuvieran esperando Nico, Kotori, Dia y… Una Hanamaru que lloraba a mares. La chica de castaña al notar mi presencia, corrió con los brazos extendidos y me tacleo tan fuerte que terminé en el suelo.
—¡Lo siento, Honoka!—La chica balbuceaba—¡De verdad, zura!—Sus lagrimas ya habían empapado mi camisa—¡Umi me había dicho que ya había terminado contigo desde hace un mes, pero no entendía por qué hablaban tan feo de ti o por qué Nico y Umi discutieron, pero luego de que te pelearas con Chika entendí todo cuando Rin dijo que por esas razones te habían engañado! ¡Por favor perdóname, de verdad lo siento mucho!
Tal vez por instinto, o por ver a mi glotona favorita llorar de esa manera, le acaricie la cabeza.
—¿Desde cuando llegó?—Le pregunté a Dia.
—Hace dos minutos… Y así como la vez, entro por la puerta.
—Ah…
—Apenas nos vio, fue a pedirnos disculpas—Ahora quien hablaba era Kotori, un poco molesta pues por la escena que estaba armando Maru, muchos de los comensales volteaban a vernos (aun que a esa hora no eran tantos).
—Bueno…—Deje de acariciar la cabeza de Maru y la separé de mi—. Hanamaru, lo siento pero aun no puedo perdonarte, antes tengo que hablar contigo para saber si lo que me dices es verdad…
—Pero yo…
—Antes de que digas nada, mejor habla con Dia primero, creo que ella quiere hablar contigo cuanto antes—Hanamaru volteó a ver a su querida Senpai, quien la veía con una mirada afilada cual katana, y aun que la castaña sintió algo de miedo al principio solo asintió. Seguramente sabía que eso era algo de lo que ella no podría escapar—. Yo tengo que salir un rato, pero no me tardaré en regresar ¿De acuerdo?
—¿Salir?—Dijo Dia
—Si—Me puse de pie y ayude a Hanamaru a hacerlo—. El señor Nishikino me dijo que lo viera en su oficina en el hospital, así que… Mejor me apresuro.
—¡Espera Honoka! ¿De verdad piensas ir así como así—Kotori intervino, algo molesta aun con todo y el semblante calmado en su rostro—. Seguramente va a buscar la manera de dañarte por lo que pasó con Maki.
—Lo sé, pero no es como que me pueda esconder de uno de los hombre más poderosos de la ciudad… A donde sea que vaya ese tipo dará conmigo y sinceramente creo que podré defenderme solo... No por nada era el más rudo de la preparatoria Otonokizaka.
—¡Si, pero…!
—Tranquila Kotori—Y como cuando éramos niños, puse mi mano en la cabeza de Kotori que era más bajita que yo—. Confió en que todo estará bien, y mis corazonadas nunca fallan…
—¿Cómo la vez que quisiste subir a un árbol y terminaste con el brazo roto?
—Ese solo fue un error de calculo…
—Esta bien… Confiaré en ti… ¡Pero si estas en problemas lo primero que tienes que hacer es llamarme! ¿Esta claro?
—Como el agua, mi amada Kotori—Ella y yo nos dedicamos una sonrisa tan llena de amor, que seguramente las personas alrededor necesitarían insulina por la diabetes que les habíamos provocado, todos, menos una persona.
—Oigan ustedes dos… Solo déjenme recordarles que tú—Me señaló—. Escogiste a otra persona y no a Kotori, y tu…—Abrazó a su esposa por el hombro—. Te casaste conmigo, no con él.
—Que celoso—Dijimos Kotori y yo al mismo tiempo, algo que no ayudó al hígado de Nico.
—¿¡Puedes irte ya!? ¡Solo llámanos si tienes problemas!
—¡Si!
Y dos segundos ya estaba cruzando la puerta, ya no quería más problemas con más amigos así que mejor me ocupaba de una vez de mis asuntos. Afortunadamente en esas fechas el frio comenzaba a sentirse en el ambiente, pues con lo agotado que estaba mi cuerpo por llenarlo de alcohol, el calor no me ayudaría para nada. Llegar a pie hasta el famoso hospital Nishikino no fue problema, todo el mundo sabía donde era; especialmente cuando eras invitado múltiples veces a "reuniones casuales" en la oficina del hijo del dueño "¿Umi y Maki se habrían puesto a coger a sus espaldas cuando el estaba perdido de borracho en esas ocasiones?" y aun que sonara como trama cliché de NTR barato, pesarlo así no era tan loco luego de las cosas de las que me había enterado; aun que era mejor no darle vueltas a esa situación y seguramente los estragos de la noche anterior hacían que mi cerebro no funcionara para nada bien.
Crucé algunas calles algo concurridas, lo normal con toda la gente que estaba entrando a sus trabajos y los chicos que iban a la escuela (agradecía que ese dia no hubo clases en mi escuela); y en menos de lo que imaginaba estaba frente al gran edificio que suponía ser el hospital que conocía más o menos bien. Entré por la puerta principal, caminé un poco por los jardines y llegué al edificio principal para dirigirme al mostrador.
—Buenos días ¿Qué desea?—Me atendía una chica bastante joven, de lindo cabello azulado y ojos violetas. Muchos malos recuerdos para mi en una sola persona ¿Qué tan desgraciado tenia que ser el destino como para ponerme a la fiel representación de la hija de Maki y Umi frente a mis narices?—¿Señor? ¿Se siente bien?
—Ah yo… Lo siento—Regresé a la realidad—. Yo… Vengo a ver al señor Nishikino.
—Bien, déjeme revisar…—La chica tecleo algunas cosas en la computadora, y luego con la sonrisa de revista en su rostro me dijo—¿Usted es Honoka Kousaka?
—Así es…
—Muy bien adelante, solo suba al ascensor y vaya a la último piso…
—Ok, muchas gracias.
Y así, al pie de la letra, seguí las instrucciones de la recepcionista. Afortunadamente no tuve que esperar mucho para llegar al último piso; lo primero que me encontré fue un gran pasillo bastante "sencillo" pues en las paredes estaban colgados algunas pinturas y fotografías, especialmente algunas con una bella mujer pelirroja , cuyo rostro me recordaba a alguien. Cuando estaba a unos pasos de llegar a la puerta de la oficina del presidente, de ella emergió el mismísimo príncipe del infierno: con sus cabellos de color rojo y ojos violetas llenos de maldad. Nuestras miradas se encotraron, y nos quedamos así, sin despegar en ningún momento los ojos el uno del otro; era como si estuviéramos en película de Clint Eastwood, a punto de desenfundar los revolver para comenzar con el duelo, pero el niño rico solo me vio con desprecio antes de pasarme de largo no sin que antes dejara escapar una risa descarada cuando vi la marca de mi puño en su mejilla. La batalla contra el estaba más que ganada, pero la guerra aun no. Crucé la puerta, con la guardia en alto, pero fuera de encontrarme con un grupo de hombres con cara de asesinos y peinados extravagantes (como delincuentes de Manga Shonen), solo me encontré con un hombre de cabello castaño claro y ojos violetas, sentado detrás de su escritorio con mirada cansada; que al verme se puso de pie y camino hasta mi.
—Gracias por venir, Honoka—El me extendió su mano.
—Gracias por atenderme, señor Nishikino—Respondí amablemente, y estreche las manos con él.
—¿Gustas algo de beber?—Me dijo el hombre, acercándose a una barra que tenia en la enorme oficina.
—No gracias estoy bien—Aun que la verdad me estaba muriendo de sed.
El hombre se sirvió una bebida que parecía ser whiskey y se lo bebió de dos tragos. Luego me miró a mi (Que seguía de pie en el mismo lugar) y sin previo aviso, uno de los hombres más ricos e influyentes de la ciudad se estaba inclinando frente a mi en perfectos noventa grados.
—¡De verdad siento las tonterías que hizo mi hijo! ¡Por favor discúlpalo!
—¿Eh?
—Hace rato mi hijo me llamó para decirme que un loco lo había atacado a el y su amigos, en cuanto me escuché eso salí a buscarlo. No miento al decirte que cuando vi los golpes en su cara quise demandarte por todo lo que tenias—Al escuchar eso un escalofrió subió por mi espalda, miedo en su estado más puro—. Pero entonces una de tus amigas salió a explicarme todo, y lo comprendí… ¡Se que por mas que castigué a mi hijo y pida perdón, no será suficiente para lo que te hizo pero… Por favor no hagas publico este escandalo, si alguno de mis socios se llega a enterar… yo…! ¡Prometo recompensártelo de cualquier manera, se de buena fuente que eres estudiante del conservatorio de Tokyo, yo tengo muy buena relación con el director… Si tu quieres puedo conseguirte algunos privilegios o puedo mover algunos contactos para que entres a trabajar al lugar que quieras!
—Tranquilo, señor…—Le dije—No tiene que llegar a tanto, lo que yo hice tampoco tiene justificación, fue mi culpa por no saber controlar mis emociones—Intentaba sonar como el hombre más bueno del mundo, aun que tampoco dejaría escapar una oportunidad como esta—. Creo que ambos, tanto él como yo, tenemos cierta culpa de que las cosas escalaran a esto… Sinceramente no pensaba en revelar ninguna de estas cosas al publico—Aquello lo dije como el ser más inocente en la fas de la tierra.
—¿De verdad? No sabes cuanto lo aprecio, yo…—El señor al mismo tiempo que mostraba un rostro de ilusión, perdía completamente mi respeto.
—Sin embargo… Menciono algo sobre conseguir un trabajo donde yo quiera y una recompensa por las molestias ¿no?
—Yo…
—Por que si no es así ¿Sabía que en cuestión de horas un escandalo como este una vez que es colgado en la red, se haga viral? ¡Y que decirle de lo rápido que la gente obtiene la información de las personas implicadas! Claro que en un "hipotético caso" de que esto saliera a la luz podría salir afectado también… Aun que tal vez no me vaya tan mal, menos con las pruebas que tienen mis amigos, sobre la infidelidad de Maki y Umi…
El señor Nishikino palideció y… Sin pensárselo dos veces me dijo.
—¿Qué es lo que quieres a cambio de tu silencio?
Y de esa manera, en unos veinte minutos, había conseguido un puesto de trabajo en una de las escuelas con el departamento de música más prestigioso de Tokyo y un departamento en uno de los mejores lugares de la cuidad… Una pequeña recompensa por todo lo que me había pasado Al final del día fue Hanamaru quien salvó mi pellejo, tal vez por eso no tuve tantos problemas en perdonarla. Al final del día, las cosas no habían terminado tan mal. Y salvo por un corazón roto y más de una amistad perdida (entre ella la de mis padres con los Sonoda, quienes fueron a tener una platica conmigo pero fueron echados a patadas por mi enfurecida madre). Las cosas parecían ir bien, aun que esa noche no pude dormir en lo absoluto… Sinceramente aun recordaba a Umi y los momentos con ella. Después de todo un departamento y un trabajo, no podían quitarme la tristeza de mi corazón al pensar en mi amor de la infancia, mi amor de la escuela… El, hasta ese momento, amor de mi vida… "Tal vez fue mi culpa…", "Ella tiene razón, necesita a un hombre de verdad…" Esas eran las palabras que me repetía una y otra vez. Fue bastante tiempo en el que tarde para recuperarme de la cicatriz que me había dejado Umi. Si no hubiera sido por mis amigos y las cosas que hicieron o pasaron para animarme, como: Las comidas con Hanamaru y Dia, las salidas a conciertos con Yoshiko (Con quien en poco tiempo había formado cierta amistad) o el nacimiento de la pequeña Kasumi. Tal vez habría terminado en un hoyo bastante profundo… Aun que fue otra persona la que abrió las puertas que tenia con candado en mi corazón…
—¿Cuál es tu nombre?—Le dije a la chica que se había subido a mi bicicleta.
—Me llamo Eli Ayase—Ella miró su reloj, y apurada comenzó a pedalear—¡Perdón que no pueda quedarme más tiempo, pero tengo que irme! ¡Muchas gracias por prestarme tu bici! —Solo vi como ella se alejaba a toda velocidad, ni siquiera tuve la oportunidad de decirle mi nombre, pero tampoco era muy necesario
"Que chica tan linda" Me dije antes de caminar hacía la escuela Nijigasaki a mi primer día como docente en el departamento de música.
Contestando Reviews.
Dobromir: Hey! Thank for your review, I really appreciate that you take the time to read my stories. I hope you like how it develops later, I will try not to lengthen as much as in Música.
ZeK: Aqui esta la parte dos, de verdad espero que disfrutes esta parte, que es un poquito menos explosiva.
Ahora en general, a todos los que se paseen a leer esta historia les tengo un juego. Los titulos de los capitulos, así como el de la historia, son frases sacados de ciertas canciones (Traducidas del inglés al español, por lo menos estos dos primeros capitulos). Así que quería proponerles a ustedes que quien descubra de que canción es cada frase, le escribiré un One Shot de su Shipp favorito de Love Live! No es mucho pero es todo lo que puedo ofrecerles :3
En fin, nos vemos en otra ocasión, ya sea aquí o en la antología de mi Aneki Tenshi. Bye.
