DISCLAIMER: Nada de esto me pertenece. Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia a Jgaff. Yo solo me adjudico la traducción.

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Capítulo beteado por Yanina Barboza, beta de Élite Fanfiction (www facebook com/ groups/ elite .fanfiction)


Capítulo 6

Edward fue hacia el tocador en donde Bella dejó su café. Alzando el vaso, lo sostuvo bajo su nariz y le llegó el aroma de calabaza, su ceja alzándose con interés. De forma experimental, sacó la lengua, lamiendo el borde, dejando que la fruta picante llegara a su boca. Con cuidado del vapor caliente que salía de la tapa, tomó un sorbo, encogiéndose mientras el líquido quemaba el corte en su labio.

Con el vaso en la mano, lentamente regresó a la cama de Micah y se sentó al borde. Aunque estas no eran las mejores instalaciones que podía imaginarse, estaban lejos de ser las peores. Recargándose contra la pared, se quitó los zapatos, y ajustó la almohada detrás de su espalda para añadir un poco de respaldo contra la dura pared.

Somnoliento, jugó con la tapa del vaso antes de tomar otro sorbo. Todo el día había sido una sorpresa. Primero, su amor de preparatoria llega a su puerta. Segundo, descubre que tiene un hijo. Esas dos cosas eran suficientes para asustar a una persona normal. Luego, se entera de que el niño ha sido secuestrado por dinero. Que jodido día.

Un ligero ronquido de la cama junto a la de él llamó su atención, su mirada yendo hacia la forma dormida de Bella antes de enfocarse en sus facciones relajadas. Sus párpados cerrados, sus pestañas moviéndose mientras un sueño la mantenía prisionera. De repente deseó que sus pensamientos fueran mejores que la vida que había llevado. Su mirada bailó alrededor de la habitación antes de regresar a la mujer que le robó el corazón.

Mientras la miraba dormir pacíficamente, su mente se fue hacia otro momento y otro lugar. Inesperadamente, estaba de vuelta en la preparatoria Bowen en su clase de literatura, mirando a la chica más impresionante que alguna vez hubiera visto. Fascinado, la miró recitar las palabras de Ofelia de Hamlet, en duelo ante la muerte de su prometido mientras contemplaba su propia muerte. Se acercó a ella con la excusa de recitar líneas de la obra con ella. Ella había estado tan sorprendida cuando él comenzó a mostrar interés en ella, su timidez volviéndola más atractiva para él.

—Hola, Bella. —Sentándose en el lugar a su lado, extendió su copia de la obra hacia ella—. ¿Podrías ayudarme? No estoy seguro de entender toda esta cosa de Hamlet. ¿Qué pasa con él, de todas formas?

Por supuesto, él entendía Hamlet. Era una de las obras más sobresalientes de Shakespeare y la obra era una excusa para hablar con ella. Además, si ella pensaba que lo estaba ayudando, tendría que pasar más tiempo en su compañía.

A pesar de lo que Edward pudiera pensar, Bella no le creía. Él prestaba más atención en clase que ella. Aun así, tener a uno de los chicos más atractivos de la escuela hablando con ella era emocionante. Nerviosamente, se aclaró la garganta, su ceño frunciéndose mientras contemplaba su pedido.

—Ah, eres Edward, ¿cierto?

—Sí, eso creo, al menos así es como me siguen llamando. —Cuando ella se rio ante su ridícula respuesta, su corazón se detuvo, ladeando la cabeza ante el musical sonido. Por su parte, él rio también, las patas del escritorio chillando mientras lo movía por el piso—. Entonces, ¿cuál es el problema de esta chica Ofelia?

—Tienes que entender toda la obra para comprender la posición de Ofelia. Quiero decir, ella realmente cree que Hamlet ha enloquecido, y que lo ha perdido para siempre. —Su voz se apagó y lanzó una mirada cautelosa en su dirección—. Tienes mejores calificaciones que yo en esta clase. Obviamente comprendes Hamlet a la perfección.

—Cierto. —Se encogió de hombros, pasando su mano por su cabello revuelto—. ¿Quieres leer las líneas conmigo de todos modos? Shakespeare no es para nada divertido si lo lees solo.

Ella se mordió el labio nerviosamente, mirando alrededor del grupo mientras los demás vagaban por el pasillo. Chicos como Edward Cullen nunca le habían mostrado ningún tipo de atención.

—¿Esto es una clase de chiste? ¿Me están jugando una broma o algo así?

Se rio ante eso.

—No, nadie te está jugando una broma, Bella. Podemos ir a la cafetería después de la escuela y leer.

Después de ese primer día, habían creado una rutina. Cada día después de la escuela, iban a la ciudad, paseando por las calles de Chicago, discutiendo todo desde obras hasta poesía. Un día mientras caminaban a las orillas del lago Michigan, él se había estirado y tomado su mano, sus dedos curvándose alrededor de los de ella. Una vez que la tocó, no podía tener suficiente de su suave piel, sus dedos pasando por su brazo. Con frecuencia se sentaban en el Millennium Park, escuchado jazz, sus brazos alrededor de su cintura, y la espalda de ella presionada contra su pecho.

Lentamente, la escena desapareció siendo rápidamente reemplazada con otra. Edward estaba sentado en las gradas del campo de fútbol, pasando sus dedos por la guitarra. Sus dedos se congelaron sobre las cuerdas, su mano contra ella para detener el sonido mientras miraba a Bella. Cuando la música se detuvo, ella lo miró.

—Ven al baile de graduación conmigo.

—No me gustan los bailes. Me vería ridícula en un vestido de graduación. —Incluso mientras lo discutía una corriente de emoción la invadió. Edward Cullen quería llevarla al baile de graduación. Cuando la mano de Edward se estiró y tocó su mejilla, la cabeza de Bella se inclinó contra sus dedos, amando la sensación que su toque creaba dentro de ella—. Ni siquiera puedo bailar.

—¿Quién demonios puede bailar? —se rio mientras pensaba que era la cosa más absurda que alguna vez hubiera escuchado—. Vamos, Bells… ven al baile conmigo.

Cuando ella no contestó de inmediato, su mano cayó de su mejilla, yendo de nuevo a las cuerdas de la guitarra. Esta vez tocó una canción de verdad, causando que Bella soltara unas risitas cuando él comenzó a cantar.

"Baby let me be

Your lovin' Teddy Bear

Put a chain around my neck,

And lead me anywhere.

Oh let me be

Your teddy bear.

I don't want to be A tiger,

'Cause tigers play too rough.

I don't want to be a lion,

'Cause lions ain't the kind

You love enough

Oh, baby let me be

Around you every night.

Run your fingers through my hair

And cuddle me real tight

Oh, let me be

Your teddy bear.

I don't want to be a tiger

'Cause tigers play too rough

I don't want to be a lion

'Cause lions ain't the kind

You love enough…"

—Bien, bien. —Bella rio mientras su voz se apagaba—. Iré al baile de graduación contigo.

Él le devolvió la risa, dejando su guitarra junto a él, sus dedos envueltos alrededor de su brazo mientras la atraía hacia él. Su risa murió mientras su boca descendía sobre la de ella, sus labios suavemente jugando contra los de ella. Separándose, él susurró:

—No tienes idea de lo feliz que me has hecho.

—Veremos si aún dices eso cuando tus dedos estén rojos de tanto que los pise.

La imagen cambió y fue remplazada con la noche del baile. Bajo las luces centelleantes, bailaron en el kiosco, y él había sido incapaz de mirar hacia otro lado. Con ayuda de Alice, su hermana, habían elegido un vestido para Bella. Su cabello oscuro y su vestido azul marino creaban un completo contraste contra su piel blanca.

—Te ves hermosa, Bells.

Ella lo miraba como si él hubiera creado el cielo y las estrellas. En ese particular momento, él desearía haberlo hecho, solo para poder dárselo todo a ella. Mientras ella no le había dicho que lo amaba, él podía verlo brillar en su mirada. Ella se estiró, sus dedos deslizándose por su nuca, la punta de sus dedos llevando su cabeza hacia abajo. Lo encontró en medio, poniéndose de puntillas, presionó su boca contra la de él.

Más tarde, Edward la había tomado de la mano mientras nerviosamente abría la habitación del hotel. Cuando la puerta cedió, se quedaron en la entrada antes de lentamente ingresar a la habitación, ambos llenos de nervios. Con su mano cubriendo la de Bella, la llevó al centro de la habitación y se sentó al borde de la cama. Sus rodillas se abrieron mientras ella se ponía entre ellas, moviendo su mano para llamar su atención. Edward la miró.

—Bells, no tenemos que hacer nada. Podemos solo hablar, mirar televisión, jugar cartas…

—Edward, hemos estado hablando por un año. —Lentamente, pasó sus dedos por su cabello, dejando un beso contra su sien—. Y no quiero jugar cartas o ver televisión.

Cuando la boca de Bella estuvo sobre la suya, sus manos se deslizaron alrededor de su cintura, sintiendo la suave piel de sus caderas. Esa noche había sido una serie de tirones en el cabello, y dedos temblorosos, el arte de amar era algo desconocido para él. Edward recordó su vestido rasgándose mientras él intentaba desabrocharlo y bajar el cierre. Cuando él hizo una mueca, Bella solamente se encogió de hombros, jadeando mientras el vestido caía a sus pies.

Tan gentil como era posible, Edward la recostó en la cama, y tan incómoda como esa noche había sido, fue hermosa. Después de que ella se quedó dormida, él se quedó despierto con su cabeza en su pecho, mirando el techo mientras contemplaba su futuro. El futuro de ambos…

No quería estar en ningún lado sin ella. Los brazos de Edward se apretaron alrededor de ella, besando su frente cuando ella se acercó más a su abrazo.

—Te amo, Bells.

Por supuesto, ella había estado profundamente dormida y nunca escuchó su declaración. Lo siguiente que supo, fue despertar bajo la luz grisácea de la mañana filtrándose por la cortina. Quitándose el sueño de los ojos, dejó un beso en la sien de Bella antes de levantarse.

Lo que realmente necesitaba era una taza de café, pensó, juntando su ropa. Vistiéndose, se puso los zapatos mientras guardaba su cartera en su bolsillo. Caminó hacia la cama y dejó otro beso en la cabeza de Bella antes de ir hacia la puerta. Edward salió de la habitación del hotel, cerrando la puerta, dio unos pasos en la acera justo cuando el sonido de pisadas apresuradas se acercó a él.

—¿Qué mierda están haciendo?

Antes de que supiera lo que sucedía, dos oficiales se acercaron a él, alzándolo por los brazos y llevándolo a la parte trasera de la patrulla.

—¿Qué está pasando? Tienen al hombre equivocado.

El pánico lo invadió, y golpeó la reja, separando la parte frontal de la trasera.

—Joder, déjenme ir. Tienen al jodido hombre equivocado.

Ellos no contestaron, solamente azotaron la puerta y entraron al auto. Cuando estaban acelerando por la calle, el oficial miró hacia el asiento trasero mientras Edward golpeaba la reja. Su rostro estaba rojo de furia mientras miraba al policía.

—Hijo, tu familia está esperándote en el aeropuerto O'hare Internacional. Puedes calmarte. Estás a salvo, hijo.

—¿De qué carajos estás hablando? ¿A quién demonios estás buscando? Tienes a la persona equivocada.

—Eres Edward Cullen, segundo hijo de Carlisle, ¿cierto? Tu padre presenció un homicidio, y es urgente que salgan de la ciudad. Hoy… Tu familia podría estar en grave peligro.

Edward se dio cuenta de que luchar era inútil y cayó contra el duro asiento de plástico. De una forma u otra, volvería con Bella. El enojo lo invadió y golpeó el asiento, sus nudillos abriéndose por el impacto. Un dolor se extendió por su mano, y se estremeció cuando la herida abierta quemó, maldiciendo entre dientes.

—Mierda… mierda…

Mientras la explicación del policía comenzaba a cobrar sentido, Edward se enfocó en él.

—¿Mi padre está bien? ¿A dónde vamos? ¿Cuándo carajos presenció un homicidio?

Una vez más, las imágenes cambiaron y él se encontraba en la puerta de Bella. Su madre mirándolo como un jodido psicópata mientras intentaba explicar todo.

—No quería irme, señora Swan. Por favor, ¿puede llamarle a Bella? Realmente necesito decirle qué fue lo que sucedió.

—Bella quedó devastada cuando la dejaste en ese hotel. Me llamó llorando para que fuera a recogerla. Pensamos que sería mejor si se iba a quedar con su padre.

Confundido, Edward retrocedió un paso.

—¿Dónde demonios está eso? ¿Puedo tener su número?

—Edward, ríndete. Ella no quiere hablar contigo. Te lo dije las docenas de veces que llamaste. —Con esas últimas palabras, la puerta se cerró en su cara, casi golpeándolo en la nariz.

Alejándose de la puerta, miró inútilmente hacia la calle, perdido. La mujer de la que había estado enamorado durante los últimos dos años no quería tener nada que ver con él. Edward metió la mano en su bolsillo y sacó un paquete de cigarrillos. Sacando uno, lo metió en su boca, poniendo una mano sobre la punta mientras lo encendía. Inhaló con fuera, exhalando, escuchó sin prestar atención las vías del tren sonar mientras el tren avanzaba.

Lentamente, bajó los escalones, mirando una vez más la casa que había memorizado a cada detalle. Pasó las siguientes horas caminando por las calles de Chicago antes de sacar su teléfono y pedir un Uber. Mientras un Audi negro se acercaba a él, entró al asiento trasero y cerró la puerta, mirando por la ventana en silencio.

El horizonte se reflejaba en la ventana mientras dejaban la ciudad atrás. Sollozando, con enojo se limpió las lágrimas. Era hora de dejar todo detrás de él. Chicago. Bella. Solo pensar en eso causó que un peso se instalara en su pecho, dejando un amargo sabor en su boca, su estómago revolviéndose. Mientras más pronto pasara este sentimiento, jodidamente mejor.

Cuando su avión despegó, dejó de mirar por la ventana, rehusándose a mirar toda su vida desaparecer. Desdoblando una cobija por su regazo, llevó la tela hacia su cabeza y cerró los ojos.

—Edward. —Una mano estaba presionada contra su brazo, sacudiéndolo. De inmediato, sus ojos se abrieron para encontrar a Bella inclinada sobre él. Completamente desorientado, la miró confundido—. Edward, ¿estás despierto? Alguien está llamando… ¿qué debería hacer?

Micah. Estaba aquí por Micah. Edward se sacudió el pasado de encima mientras se enderezaba, señalando somnolientamente hacia el teléfono.

—Contesta y ponlo en altavoz.


Viajamos un poco al pasado con este capítulo, viendo qué fue lo que pasó con Edward para que desapareciera del hotel :( ¿qué les pareció el capítulo?

¡Mil gracias a las chicas que dejaron sus reviews!, gracias a:

claribel cabrera585, Vianey Cullen, Rini chiba, rosy canul 10, Paola Lightwood, Kriss21, Jade HSos, Redana Crisp, Franciscab25, Liz Vidal, somas, alejandra1987, saraipineda44, bealnum, Luriux, Chus, Maryluna, Isis Janet, mony17, Tata XOXO, Adriu, tulgarita, 17camillanicole, Car Cullen Stewart Pattinson, Adyel, bbluelilas, Noriitha, tocayaloquis, ZellidethSaga76, Alice569, soledadcullen, Lady Grigori y Emily Chase :)

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