DISCLAIMER: Nada de esto me pertenece. Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia a Jgaff. Yo solo me adjudico la traducción.
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Capítulo beteado por Yanina Barboza, beta de Élite Fanfiction (www facebook com/ groups/ elite .fanfiction)
Capítulo 27
Bella se aferró a la mano de Micah mientras caminaban por la calle. Desde que habían llegado a Nueva York, su agenda y la de Micah eran tan complicadas que casi no habían tenido mucho tiempo juntos para disfrutar la ciudad que ahora era su hogar. Finalmente tuvieron una noche libre juntos y, con Anthony y Gene siguiéndolos de cerca, caminaron sin prisas.
Bella lamió el cono que sostenía con su mano libre; moviendo la mano de Micah, miró a su hijo.
—Bien… tenemos el helado. ¿Ahora qué, señor Micah?
—Quería ver si podemos ir a la orquesta —murmuró, dándole un mordisco a su helado de fresa.
Completamente sorprendida por su respuesta, dejó salir una corta risa.
—¿Tú qué sabes de la orquesta?
—No lo sé… suena bien cuando el abuelo Carlisle la escucha. —Micah comió más helado, sus grandes ojos mirando alrededor de todo el alboroto que lo rodeaba—. ¿No te gusta?
El ceño de Bella se frunció mientras consideraba su pregunta.
—Claro, pero creo que esos son el tipo de boletos que necesitas comprar con anticipación. La gente viene de todas partes del mundo para ver esos shows.
—Oh. —Micah lamió el helado, y su mirada se entrecerró al mirarla mientras los rayos del sol brillaban en sus ojos—. ¿Qué más hay que hacer?
—Buena pregunta. —Bella soltó la mano de Micah para sacar su teléfono de su bolsillo. Esta ciudad literalmente tenía miles de atracciones para adultos… si te gustaban los museos, el arte, la escritura, la música, pero para un niño de la edad de Micah, ella no tenía idea. Escribiendo una simple descripción, le tendió el teléfono a Micah, cerniéndose cerca de su hombro mientras él veía las opciones—. ¿Qué tal ese parque de la imaginación? De hecho, suena muy increíble…
—Sí —dijo Micah con un grito de alegría—. Quiero ir ahí… mira, mamá, tienen…
Bella estaba comiéndose su helado y escuchando la emocionada descripción de Micah de ese parque en particular cuando, de repente, su mundo se puso de cabeza.
Algo duro y fuerte se estrelló a su lado, sorprendiendo a Bella con el impacto y lanzándola hacia la calle con un golpe seco. El dolor se instaló en su costado, yendo hacia todo su cuerpo, quitándole el aliento.
Una bruma de actividad pasó a su alrededor mientras Gene rápidamente quitaba su inmóvil forma del tráfico. Bella podría jurar que escuchó una llanta pasar justo al lado de su oído mientras sus brazos se cerraban alrededor de ella y tiraban con firmeza. De repente, su espalda colisionó con el concreto, una vez más quitándole el aliento. Cuando miró con los ojos ensanchados hacia el cielo y a su alrededor, podría jurar que escuchó pisadas mientras alguien corría por la calle. Micah gritó, volviéndose su principal prioridad, pero colapsó de nuevo en la acerca cuando intentó incorporarse.
—¿Micah… Micah?
Un minuto, estaba caminando por la acerca, y el otro, era violentamente empujada al piso. Ahora, estaba recostada sobre su espalda, mirando al cielo azul. Quizá la vista podría ser hermosa si sus costillas no hubieran estado en llamas cada vez que intentaba respirar. Las lágrimas se acumularon en sus ojos mientras el dolor recorría su cuerpo, y cuando escuchó a Micah llorar, se deslizaron por sus sienes.
Cuando una vez más intentó sentarse, fue llevada de vuelta al suelo por Gene. El rostro de Micah apareció sobre el de ella con lágrimas en sus ojos.
—Mamá, mamá… vamos, mamá, levántate, por favor.
Su corazón literalmente estalló en miles de pedazos ante la preocupación en los ojos dorados de Micah.
—Gene… déjame levantarme. Yo-yo necesito cuidar a Micah.
—Señorita, con todo respeto… probablemente debería quedarse recostada por ahora. La ambulancia viene en camino… creo que quizá se rompió unas cuantas costillas. El jodido tobillo también está lastimado.
Su ceño se frunció mientras intentaba comprender a qué se refería. De repente, se sintió muy cansada, y se preguntó si su cabeza también se había lastimado en la caída.
—¿Qu-qué pasó? ¿En dónde está Anthony?
Bella sintió los dedos de Micah entrelazarse con los suyos mientras se sentaba junto a ella. Sollozó entre lágrimas y forzó una sonrisa cuando sintió pequeños besos en sus nudillos. Sus pestañas se movieron mientras preguntaba:
—Gene, ¿en dónde está Anthony?
—Señorita, solo trate de mantener la calma —la consoló Gene con una mano firme en su hombro—. Con suerte, Anthony atrapará al bastardo.
—¿Cuál bastardo? —preguntó Bella, confundida acerca de todo lo que había pasado.
—La arrojó hacia el tráfico, Señorita Sw…
Las sirenas cortaron la explicación de Gene, y el chirrido de unas llantas anunció que la ambulancia había llegado. Una bruma de actividad de nuevo sucedió a su alrededor. Dos paramédicos estuvieron a su lado y la alzaron a una camilla. Estaba tratando de decirles que no era necesario, pero nadie estaba escuchando. Micah aún estaba llorando junto a ella, y no quería abrumarlo más de lo que ya estaba. La estaban empujando hacia la ambulancia cuando el teléfono sonó en su bolsa.
—Micah —llamó Bella, señalando su bolsa—, contesta el teléfono… dile a quien sea qué es lo que está pasando, por favor.
Las mejillas de Micah estaban nadando en lágrimas mientras se dejaba caer de rodillas junto a su bolsa. Parpadeó para aclarar su vista y, mientras los sollozos salían de su pecho, leyó el nombre de su papá. Aunque estaba asustado, desesperadamente intentó mantenerse fuerte por su mamá. Incluso aunque luchó contra el impulso de llorar mientras sentía mucho miedo, intentó mantenerse tranquilo. Pero tan pronto como contestó la llamada y escuchó la voz de su padre, todas esas intenciones salieron volando por la ventana.
—P-papá, alguien empujó a m-m-mamá contra un auto. Por favor, ven a casa ahora, papá.
Eso fue todo lo que pudo decir antes de rendirse ante las emociones, haciendo que su garganta se sintiera apretada.
—N-n-n-no lo sé… los doctores están aquí.
Bella hizo una mueca cuando trató de sentarse y cayó de vuelta en la camilla. Todo lo que podía escuchar eran las oraciones sin sentido de Micah mientras lloraba al teléfono. Su corazón se retorció mientras la preocupación de Micah se registraba en sus pensamientos revueltos. Ojos dorados llenos de dolor mientras buscaba a Gene entre los rostros a su alrededor.
—¿Puedes por favor hablar con quien sea que esté al teléfono con Micah? Micah…
—Señorita, ¿es alérgica a algo?
—No. —Sacudió la cabeza, intentando no perder de vista a su hijo—. ¿Puedes traer a Micah? Maldición, escucha… mi hijo. Trae a mi hijo para acá.
—Señorita Swan, ese era Edward… dice que vendrá a casa tan pronto como sea posible. La llevaremos al hospital… No se preocupe, no perderé a Micah de vista.
Eso fue lo último que escuchó mientras la llevaban hacia la ambulancia. Estaban alistándose para alejarla de la acera cuando el pánico la invadió.
—Quiero a mi hijo… ahora… no nos iremos sin Micah.
Nunca dejaría a su hijo bajo el cuidado de extraños nuevamente, sin importar lo bueno que era el equipo de seguridad.
—Señorita, sería más fácil si…
—Ahora, tráiganlo conmigo o me rehusaré al tratamiento. —El alivio la invadió cuando las puertas se abrieron y Micah fue cargado hacia dentro. Diligentemente, Gene lo siguió. Tomó la mano de Micah con fuerza cuando se sentó a su lado. Sacudiendo sus dedos para llamar su atención, murmuró—: ¿Estás bien, Micah? No te empujaron, ¿verdad?
Trató de limpiar las lágrimas que caían de sus ojos mientras sacudía la cabeza.
—Nooo. Papá dice que vendrá a casa… quiero irme a casa, mamá. ¿Por qué ese hombre te empujó?
Su pecho se llenó de calidez ante el pensamiento de Edward dejando todo para apresurarse en venir a casa. Su reciente relación había dado un giro, días atrás, y ahora, pasaban horas hablando por video chat o solo escuchando al otro respirar al teléfono. Mientras esta sensación la invadía, su principal preocupación se fue hacia Micah. Su hijo estaba asustado y consternado. La necesidad de reconfortarlo reemplazó la calidez que la preocupación de Edward había provocado. Bella palmeó la cabeza de Micah, estremeciéndose cuando dejó una mancha de sangre de sus nudillos raspados.
—No lo sé… probablemente alguien que iba apurado…
—No, mamá. Él te empujó… un… un auto casi-casi te golpea. —Micah enterró el rostro a un lado de Bella y ella trató de consolarlo, pero sintió miedo mientras las palabras de Micah se registraban. ¿Esto había sido un accidente? ¿O había sido intencional?
Santa mierda… ¿quién demonios la quería muerta? Esa era la única explicación lógica para que alguien la arrojara al tráfico. Mirando a Gene mientras abrazaba a un sollozante Micah, débilmente jadeó.
—¿A-Anthony lo atrapó?
Mientras sus ojos se cerraban, nunca escuchó su respuesta.
Esme abrazó a Micah contra ella mientras se dirigían hacia la casa. No había dejado de temblar desde que dejaron a Bella para descansar en el hospital. No era de esperarse; el pobre niño había visto a su madre ser empujada en medio del tráfico, casi siendo arrollada por un auto, y llevada por emergencias al hospital. Frotando su espalda, besó su cabeza mientras él se limpiaba las lágrimas de los ojos.
—¿Cómo te sientes, cariño?
—Y-yo solo quiero llamar a mi papá. —Micah sollozó mientras las lágrimas de nuevo nublaban su visión—. ¿Puedo llamar a mi papá, abuela, por favor?
Esme quitó el cabello de su rostro, asintiendo mientras buscaba en su bolsa su teléfono. Encontrando el número de Edward, le tendió el teléfono a su nieto mientras frotaba sus ojos. Quizá llevara poco tiempo con Micah y Bella en su vida, pero tener la vida de la chica en riesgo era estremecedor. ¿Quién en sus cinco sentidos hacía cosas como esas?
—Papá —murmuró Micah al teléfono, su pequeña barbilla temblando—. Quiero que vengas a casa ahora… Mamá-mamá, ella está en el hospital.
—Lo sé —contestó Edward, su voz quebrándose mientras el peso de los eventos descansaba pesadamente en sus hombros—. Estoy haciendo todo para llegar a casa tan pronto como sea posible. Ya estoy en un avión para allá.
—Papá… —sollozó Micah, intentando ser fuerte por su mamá, pero fallando—. Tengo miedo, papá. Ese hombre solo empujó a mamá hacia la calle. Ni siquiera le importó que un auto estuviera cerca… é-él solo la empujó hacia allá. ¿Por qué haría eso?
Edward masajeó su frente mientras la explicación de su hijo lo asombraba. Tan pronto como Gene le informó los eventos que habían puesto a Bella en el hospital, había vuelto al hotel y apresurado a organizar las cosas para poder irse a casa.
—Estoy intentando averiguar eso ahora, Micah. Lo siento tanto… desearía estar ahí ahora, pero voy tan rápido como puedo.
—Papá, mamá quiere al abuelito Charlie aquí. Me lo dijo cuando íbamos al hospital —dijo Micah, sus palabras quebrándose—. También lo extraño y… papá… ¿puedes llamar al abuelito?
Edward había estado al borde del colapso mientras arrojaba sus cosas a una maleta cuando supo lo que le había pasado a Bella. Ahora, escuchando la voz asustada de su hijo, su control se quebraba en mil pedazos. Y luego estaba Bella. Estaba sola y asustada, y después de despertar con ella en Skype… mierda, estaba totalmente perdido. Micah estaba pidiendo por Charlie, y honestamente, él no estaba seguro de cómo contactarlo. No queriendo decepcionar a Micah o Bella, él asintió.
—Llevaré a tu abuelito Charlie ahí… aunque sea lo último que haga.
—Gracias, papá —susurró—. Date prisa, por favor… solo quiero que mamá esté bien.
El jodido corazón de Edward se quebró mientras la pequeña voz susurraba al teléfono. Las lágrimas llegaron a sus ojos.
—También yo, Micah. También quiero que ella esté bien.
Durante los siguientes diez minutos, Edward se quedó al teléfono escuchando a Micah hacerle un recuento de los eventos con tantos detalles como un niño de ocho años podría darte.
—Lo prometo, Micah, hablaré con el abuelito Charlie y los dos estaremos ahí tan rápido como sea posible.
Edward nunca había estado tan frenético en su vida. Tan pronto como colgó con Micah, un millón de pensamientos pasaron por su cabeza, haciendo imposible que se concentrara. Considerando que la mayor parte de su gira estaba finalizada, había poco que lo mantuviera en Sacramento. Sí, se perdería una convivencia, pero no era nada que no pudiera ser reprogramado.
En el pasado, había decepcionado a Bella cuando ella más lo necesitaba, y estaba determinado a no repetir esas indiscreciones pasadas. La necesidad de estar a su lado lo llenó hasta que sintió que perdería la cabeza. Se movió en su lugar, incapaz de estar en un sitio por más que unos momentos antes de levantarse y caminar por el jet privado.
Sam lo miró, y Edward lanzó una mirada por encima del hombro hacia su guardaespaldas antes de dejarse caer en el asiento vacío.
—¿Aún tienes la información de Charlie Swan?
—Sí, guardé toda la información que juntamos cuando estábamos buscando a Micah. Supuse que sería necesaria en algún momento. —Sam se movió hacia el lugar frente a Edward; sacando su celular, buscó en los contenidos y se lo mostró a su jefe—. ¿Qué quiere que haga?
Edward le señaló a Sam para que le diera el celular. Encontrando el número de Charlie, pulsó el icono de enviar y lo llevó a su oreja.
—Hola… señor Swan. Soy Edward Cullen, el padre de Micah y voy a comprarle un boleto de avión para que pueda venir a Nueva York. Bella está herida… Micah lo necesita… cuando llegue a Nueva York, habrá un auto que lo llevará a mi casa… voy camino para allá, también…
»Hasta lo que sé, ella está en el hospital. Me dijeron que la están revisando ahora. Me llamarán cuando tengan más información. Micah llamó queriendo que usted esté ahí… —La mirada de Edward se movió hacia la ventana, impaciente mientras su ansiedad se elevaba hasta el techo, sus nervios de punta. Pasando sus manos por su cabello, sostuvo los mechones mientras el pánico lo abrumaba—. Los sé, señor Swan… tenía a la seguridad con ella… no estoy seguro cómo alguien logró llegar a ella, pero planeo averiguarlo tan pronto como sea posible.
Sacudiendo la cabeza, miró la hora y señaló hacia Sam para que llamara al aeropuerto mientras seguía diciéndole a Charlie toda la información que tenía.
»Se lo haré saber… Síp… Estoy haciendo la reservación ahora… el boleto estará ahí para cuando llegue.
Cuando Edward colgó la llamada con Charlie, se quedó sintiéndose más frustrado por la incapacidad que sentía. Golpeando el asiento junto a él, gruñó mientras su enojo crecía.
—Edward, necesitas calmarte —racionalizó Alice—. Ella está bien… acabo de colgar con mamá y dice que Anthony atrapó al tipo, que está en custodia de la policía. Bella estará bien… en el hospital para tratamiento por un par de costillas rotas y el tobillo roto. Dijeron que se golpeó la cabeza así que pasará la noche ahí, pero está bien… Micah está con mamá y papá… y ahora, Charlie va en camino para allá.
—¿Cómo carajos asumes que todo está bajo control? ¿Eh? Alguien empujó a Bella hacia el tráfico… ¿cómo carajos explicas eso? —La mirada de Edward se clavó en la de Alice mientras hablaba—. ¿Qué hace que una persona escoja a alguien al azar para lanzarla al tráfico? ¿Eh? ¿Qué carajos pasa ahí? No tiene ningún maldito sentido.
—No sé los detalles, Edward. De acuerdo con Anthony, aún están hablando con el tipo que empujó a Bella. Lo único que puedo asumir es que esto no fue un acto al azar. —El pie de Alice se movió con impaciencia mientras estudiaba a su hermano. Entendía por completo por qué estaba así y, honestamente, ella estaba un poco preocupada también.
—¿Qué? ¿Qué significa eso? —Ahora Edward se puso de pie, girándose para mirarla, señalando impaciente para que continuara—. ¿De qué estás hablando, Alice?
—Bueno —comenzó, palideciendo ante la mirada letal de su hermano—. Su rostro está en miles de revistas por todo el país, y lo ha estado por meses. Puede ser más acerca de ti que de ella. Alguien pudo haberlo hecho para hacerse famoso. Nada hace que resaltes más que arrojar a la enamorada o lo que sea de una celebridad al tráfico. Aunque, incluso yo tengo que admitir que es algo desesperado, pero es lo único que tiene sentido.
—Así que, ¿básicamente estás diciendo que piensas que alguien lastimó a Bella, la volvió un objetivo, para llegar a mí? —Edward escaneó el interior del avión mientras consideraba la idea. Tenía sentido, mucho más que solamente escoger a alguien de entre la multitud para atacar físicamente. Rascando su cabeza, contempló en silencio contratar más personas mientras su atención se iba hacia su seguridad.
—Algo así, pero de verdad, Bella era el objetivo. Quiero decir, ¿alguien ha atentado contra tu vida? ¿Quién te quiere lejos, Edward? ¿A cuántas personas has hecho enfadar de las que no me haya enterado? —Considerando las hordas de personas con las que habían lidiado a través de los años, honestamente, podían ser bastantes—. ¿Alguien celosa? Quizá una exnovia o una fan molesta… ¿Quién demonios sabe?
—No tengo amantes celosas, Alice. Demonios, apenas tengo tiempo para amistades. —Tamara de inmediato llegó a su mente, pero rápidamente la descartó. Habían dormido con el otro ocasionalmente, pero nunca había sido más que sexo. La mujer no tenía nada por lo que estar celosa… ninguna posibilidad llegó a su mente.
Sus pies caminaron por el pasillo hacia la habitación al final del avión. Se quedó en la entrada, escaneando los contenidos de su habitación. Sally había cambiado la ropa de cama desde que Bella había dormido en esa cama con él meses atrás. Parecía casi ayer cuando él la había tenido entre sus brazos, su nariz enterrada en su cabello. Algo acerca de esa mujer lo llevaba tiempo atrás y lo hacía sentir como ese adolescente desesperado otra vez. De hecho, ella provocaba muchas emociones que no había anticipado; algunas bienvenidas y otras no tanto.
Ella tenía una forma particular para meterse bajo su piel como nadie más podía hacerlo. Demonios, ella siempre había sido diferente de los demás, justo desde el inicio. Años atrás, entró en esa clase de literatura intentando hacer lo que Emmett había sugerido y enfocarse solo en su carrera desde ese momento en adelante. Sin embargo, él había caído completamente enamorado de sus ojos marrones. Justo cuando estaban en la cúspide de su romance, sus mundos fueron destruidos. Pero entonces, de la nada, ella estaba de vuelta en su vida con la más maravillosa sorpresa: Micah.
Edward entró en la habitación y se sentó al borde del edredón café. Sus codos descansaron en sus rodillas mientras su cabeza caía en sus manos.
Alguien había tratado de robársela de su lado otra vez. No de la misma forma que antes… no, ellos querían quitársela de forma permanente. De acuerdo con Gene, su cabeza había estado a centímetros de una llanta pasando por esa jodida avenida. Si sus guardias no hubieran reaccionado con esos reflejos, él pudo haber perdido esta segunda oportunidad… esta segunda oportunidad…
¿Cuántas oportunidades necesitaba? El entendimiento lo golpeó como esa camioneta casi había arrancado a Bella de él. Ahora, se le daba una tercera oportunidad… una tercera oportunidad que él no arruinaría.
Un escalofrío lo recorrió mientras la emoción lo invadía. Por primera vez en casi nueve años, Edward lloró; su rostro enterrado en sus palmas, las lágrimas resbalaron por sus mejillas y cayeron en sus dedos. Todo parecía destruirlo a la vez. Era esclavo de la miseria y el renacimiento de su relación con Bella.
—Santa mierda… ¿qué carajos? ¿Qué tan jodidamente estúpido puedo ser?
Alice dejó su asiento para ir a ver a su hermano. Había estado molesto, con derecho, y conociendo su carácter, ella esperaba encontrarlo destruyendo la mitad del avión. Cuando entró a la habitación para encontrarlo llorando, su mirada se humedeció mientras cruzaba el espacio que los separaba y se sentaba a su lado. Esperando ofrecerle consuelo, su mano se posó en su hombro, y lo apretó.
—Descubriremos qué demonios está pasando… lo prometo, Edward, llegaremos al fondo de esto.
Lo último que ella esperaba era que Edward se derrumbara a sus pies, y eso fue precisamente lo que hizo. Antes de que ella se diera cuenta de qué estaba sucediendo, él cayó de rodillas y envolvió sus brazos alrededor de su cintura. Abrazó a su hermano mayor contra ella mientras lloraba, la emoción que escuchaba en sus sollozos yendo directo a su corazón. Besando su cabeza, Alice lo abrazó mientras lloraba también. Había algo acerca de escuchar a un hombre adulto llorar que simplemente jodía el interior de cualquiera.
—Está bien… todo estará bien.
Dos horas después, el avión aterrizó y un séquito salió del aeropuerto con el hospital como su destino. Cuando la camioneta se estacionó frente a la sala de urgencias, Edward saltó del vehículo hacia las puertas dobles con Alice y la mitad del equipo de seguridad tras de él. El pánico de Edward creció de nuevo mientras la seriedad de la situación lo rebasaba mientras llegaba a la recepción.
—Bella Swan… necesito encontrar a Bella Swan.
—¿Es pariente? —La recepcionista lo miró como si fuera un monstruo salido de su armario, y Edward imaginaba que su apariencia daba esa imagen.
Si se atrevía a decirle a esta mujer que no tenía parentesco con ella, se arriesgaba a que le negaran la entrada; al darse cuenta de esto, asintió.
—S-soy su prometido.
La mujer lo miró con escepticismo, y él estaba preparado para discutir si ella lo cuestionaba más. Ella debió haber comprendido la mirada de determinación pura porque de inmediato tecleó algo en la computadora.
—Está en la habitación veintitrés, en el segundo piso.
Apenas había terminado de hablar antes de que Edward se echara a correr por los pasillos del hospital. Cuando corrió al elevador, estaba sin aliento para cuando llegó a la habitación de Bella. De repente, una incapacidad de moverse se apoderó de sus piernas y se quedó en la entrada, mirándola. Bella debió haberlo escuchado porque su cabeza se giró en su dirección, y sus pestañas se movieron mientras sus ojos se abrían un poco.
Edward aclaró la niebla que estaba en su mirada mientras entraba a su habitación.
—Bella.
Qué cambio tan radical a comparación del último capítulo :(
¡Mil gracias a las chicas que dejaron su review!, gracias a:
PRISGPE, Cinti77, terewee, Tata XOXO, Paola Lightwood, OnlyRobPatti, Geminis1206, alejandra1987, Redana Crisp, nydiac10, paupau1, Rosiichita, Car Cullen Stewart Pattinson, Lupita Pattinson Cullen, Vianey Cullen, Cassandra Cantu, bealnum, jupy, tulgarita, Noriitha, saraipineda44, Rini Chiba, Liz Vidal, belen2011yani, Maribel 1925, Franciscab25, somas, Adyel, Isis Janet, Lady Grigori, Emily Chase y Adriu :)
No olviden dejar el suyo y nos leemos pronto ;)
