Este fanfiction es del tipo Yaoi, lo que significa que se describen escenas de amor, romance, sexo y violación entre hombres. Si el tema no es de tu agrado, te pido cordialmente que te retires. Estás avisado, no acepto reclamos.
Hasta el fin del mundo
by Emiko Mihara
Capitulo tres "DESAPARECIDO"
«Porque sigo pensando en eso...?» era lo único que pasaba por la mente de Sanosuke. Eso y que se estaba muriendo de frío.
«Kuso! Yahiko-chan se llevo mi chaqueta...»
La tormenta no había aminorado su fuerza con el caer de la noche... Es más, parecía haber empeorado, y Sanosuke no se podía sacar de la cabeza lo que había ocurrido la tarde anterior, sobre ese mismo futón, en el cual descansaba no muy placidamente en esos momentos.
«Kami... Por que no puedo dejar de pensar en "eso"...» se reprocho con muy poca credibilidad. No quería admitirlo, pero le gusto hacerlo.
«Todo por no controlar mis estúpidos impulsos! ... ... Kitsune-san tiene razón... Boku wa Tori-Atama...» su semblante se oscureció al pensar en ello.
Finalmente se decidió: en cuanto dejara de llover, iría al dojo a aclarar las cosas con Yahiko... Fuera la hora que fuera.
«Le diré que... le diré que me deje llevar. Eso! Le diré que no fue mi intención hacerlo.»
/ TOC / TOC / TOC / se escucha insistente en la puerta.
- Mmmhhh? Golpean? – Sano se levanto y camino hasta la puerta pero antes de poder abrirla...
/ BAMB / TOCK /
- YAHIKO-CHAN! – entra Kaoru gritando, derribando la puerta encima de Sanosuke y pasándole por encima... –YAHIKO-CHAN ESTÁS ACÁ? CONTESTA!
- Kirei... creo que no está acá... – dice Kenshin entrando despacio (por arriba de Sano)
- Demo... Demo... Si no esta acá. Donde...? Donde? – comenzó a decir Kaoru arrodillándose en el piso – DÓNDE ESTÁ YAHIKO-CHAN! – grito con todas las fuerzas que le quedaban, mientras Kenshin se acercaba y la abrazaba.
- Trata de tranquilizarte kirei... No te hace bien preocuparte en tu estado... – dijo dulcemente en su oído.
- Se puede saber... – dijo Sanosuke mientras salía de debajo de la puerta – ... que carajo pasa! – parecía enojado.
- Qué pasa? – dijo Kaoru despacio – QUÉ QUÉ PASA! – se levanta aún cuando Kenshin trata de detenerla - ESO QUISIERA SABER! DÓNDE ESTÁ YAHIKO-CHAN?
- De que mierda estás hablando, Jou-chan? – Sanosuke todavía no caía.
- TODAVÍA NO VOLVIO AL DOJO!
La realidad golpeo a Sanosuke de lleno en la cara. Sus ojos casi se ponen blancos.
«No volvió al dojo? Demo... creí que él...»
- Cómo qué... Cómo que no volvió al dojo? – se acerco a Kaoru – Estás segura? – la agarro por los hombros y comenzó a zamarrearla – Estás segura, Jou-chan!
- CLARO QUE ESTOY SEGURA! –le grito en la cara Kaoru mientras se zafaba.
Viendo que en cualquier momento se iban a poner a pelear, Kenshin, que estaba sin lugar a dudas más calmado que Kaoru se puso a explicarle a Sanosuke.
- Sano-kun... Ayer Kaoru-san envió a Yahiko-kun con un paquete para vos... Era de tarde, pero faltaba para que anocheciera... – Kenshin señalo la puerta y por sobre el techo de los otros departamentos se podía ver el cielo en tonos rosas y naranjas, aún cuando la lluvia seguía cayendo – Llevamos toda la noche buscándolo... Ya está amaneciendo y todavía no lo encontramos.
Sanosuke retrocedió unos pasos y se cubrió el rostro con las manos. Acaso Yahiko se había escapado? O... Le había pasado algo?
- SANOSUKE! – le grito Kaoru y el aludido la vio a los ojos – Si Yahiko no aparece... Yo... Yo... Juro que te mato! – grito perdiendo la voz al final.
- Tranquila Kaoru... Sano-kun no tiene nada que ver, ne Sano-kun? – pregunto Kenshin clavando sus enormes ojos azules en la mirada marrón del luchador.
- Aa... Me dejo el paquete y... estaba mojado. – muy a su pesar, Sanosuke sabía que no podía mentir. Por lo menos no a Kenshin. – Yahiko-chan estaba empapado por la lluvia... y él – señalo la soga en la pared, en donde estaba la ropa de Yahiko – le agarro fiebre... Lo cubrí con mi chaqueta y le di calor para que bajara la temperatura... Creo que... Me quede dormido. – y bajo la vista para no ver dentro de las fosas azules – Supuse que se había devuelto al dojo.
- Ves kirei... – Kaoru enterró su rostro en el pecho de Kenshin para poder llorar con más libertad.
- Fueron al Akabeko? – pregunto Sanosuke. Si no había vuelto al dojo, lo más factible era que Yahiko estuviera con... "la nena del Akabeko".
- No pudimos ir a muchos lugares por la lluvia y... – Kenshin abrazo sobreprotectoramente a Kaoru - ... por el estado de Kaoru-san.
- Fueron a la policía? – aún para Sanosuke, parecía lo más lógico.
- Nos dijeron que... tenemos que esperar un día para... para que lo busquen... Es un chico! Cómo vamos... Como vamos a esperar todo un día para... para buscarlo? Y si... – el labio de Kaoru tembló – Y si le paso algo?
- Kirei... tranquila. – Kenshin trataba de consolar a su esposa, pero Kaoru realmente estaba muy mal.
« Puta madre, Yahiko! Dónde mierda te metiste!» pensó Sanosuke viendo el estado en el que se había puesto Kaoru.
- OK... Vuelvan al dojo. Déjenlo todo en mis manos. – dijo Sanosuke poniendo una mano en el hombro de Kenshin y mirándolo a los ojos.
- Sano-kun...
- Demo... – suspiro Kaoru levantando la vista hasta cruzarla con la de Sanosuke.
- Yare. Yare. Kenshin tiene razón. No tenes que andarte preocupando Jou-chan. Lo mejor es que vuelvan al dojo. Yo me encargo. – puso una expresión de seguridad – Aunque tenga que mover cielo y tierra, lo voy a encontrar. Les doy mi palabra.
Kenshin susurro algo en el oído de Kaoru y esta asintió.
- Esta bien Sanosuke... – dijo ella muy despacio – ... Encontralo... -
»»»«««
« Está amaneciendo... Entonces... Entonces llevo toda la noche caminando? Hai... Kaoru estará preocupada por mi? Iie... Debe de estar durmiendo como un tronco...»
Una débil sonrisa se dibujo en la faz del joven samurai, para desaparecer casi al instante.
« Por que me pongo así...? No lo entiendo... Baka... BAKA...!»
Yahiko había entrado a un estrecho callejón. Por alguna extraña razón le pareció que seria un buen lugar para ocultarse... Se sentó contra una pared y se envolvió con la chaqueta de "aku".
« Tiene... Su aroma.»
Rodeo sus piernas con sus brazos y cerro los ojos... Aún con la lluvia que seguía cayendo sobre él... Pudo entregarse... a los brazos de Morfeo.
»»»«««
/ TONK /
- KATSU-SAN! – grito Sanosuke irrumpiendo en el pequeño departamento.
- Mmmhhh? Sano-san? – Katsu se sentó en su futón y se restregó los ojos abandonándose en un bostezo... – Doushita?
- Katsu-san, necesito tu ayuda... – Sanosuke se había arrodillado al lado de Katsu y la mirada en sus ojos dejaba ver la preocupación en su alma.
- Lo que necesites... Paso algo? – pregunto su amigo.
- Te acordas de Yahiko?
- El chico del dojo Kamiya?
- Aa... Necesito que me hagas un retrato de él. – dice entregándole papel, un pincel y un tarro de tinta.
- Demo... por que?
- Por que no... no... – Sanosuke miro hacía el piso – Por que no lo encuentro por ningún lado...
- Nani?
- Está... desaparecido.
- Y porque no vas a la policía? – Katsu ya se había levantado y se estaba vistiendo.
- Por que los hijos de puta dicen que tengo que esperar hasta mañana para que lo busquen. Ya lleva toda la noche afuera... Solo y... Sin ropa.
- Sin ropa?
- Después te explico. Kudasai... Katsu-san? – le vuelve a ofrecer la tinta y el papel, agregándole a su expresión unos ojos de cachorro abandonado.
- Esta bien. Pero te ayudo a buscarlo. – Katsu agarra el papel y la tinta y se sienta en su escritorio - De mientras anda a buscar a alguien más. Dudo que dos personas solas puedan encontrar a otra en la gran Tokyo.
- Hai. Arigato.
- Yare. Yare... Apúrate. – y haciendo una señal Sanosuke desaparece corriendo por donde apareció, con rumbo indefinido.
»»»«««
- Mmmmhhhhh... – Yahiko comenzaba a despertarse en el oscuro callejón.
« Sigue lloviendo?» Yahiko se puso de pie y no pudo evitar tambalearse. Tuvo que apoyarse de nuevo contra la pared para no caerse. « Kuso... De repente me siento muy mal...» meditó mientras se tocaba la frente. Estaba ardiendo. « Creo que... tengo... fiebre...»
Se abrazo a si mismo con algo de fuerza. De repente le había agarrado muchísimo frío.
« Demonios... Mejor regreso... al dojo...» Se giro lentamente sin soltar la pared y trato de dar algunos pasos para salir del callejón, pero perdió en seguida el equilibrio y cayó de rodillas al suelo, respirando agitadamente.
« No puedo...» cerro lentamente los ojos, y perdió la conciencia.
»»»«««
- TOMO-SAN! GINJI-SAN! SHUU-SAN! -
- Sano-san? – contestaron los tres aludidos al escuchar sus nombres.
- Rápido. Necesito su ayuda. – dijo un agitado Sanosuke, apoyándose en una de las mesas del bar en donde sus amigos habian estado tomando sake tranquilamente hasta su intrusión.
- Pero que pasa? – inquirió Ginji.
- Si Sano-san, porque necesitas ayuda? – pregunto Shuu rascándose la cabeza.
- Necesito que me devuelvan el favor que me deben. – dijo Sanosuke ya tranquilo.
Hacia más o menos una semana, estos tres se habian metido en un lío en un local de apuestas clandestinas y Sanosuke tuvo que agarrarse a piñas con unos cuantos para sacarlos en un pieza.
Sabiendo que no podían negarse, los tres chicos asintieron y le preguntaron a Sano en que necesitaba su ayuda.
- Tengo que encontrar a alguien---
- SANO-SAN! –grito Katsu entrando en el bar. – Acá están... hice más de uno... por las dudas... – y le dio a Sanosuke unos retratos perfectos de Yahiko.
- Arigato Katsu-san. Ok, escuchen bien ustedes: - dijo dirigiéndose a los otros tres chicos. – Este pibe está perdido y nosotros vamos a encontrarlo, entendieron? – los aludidos asintieron nerviosos. - Ahora... Katsu-san...
- Hai. – contesto el ex-Sekihoutai.
- Vos anda al área comercial y pregunta en todos los negocios...
- No te preocupes. – y salió como alma que lleva el diablo.
- Tomo-san, anda a la orilla del río y preguntale a todo el que se te cruce, Ok?
- Hai. – y salió con dirección al río.
- Ginji-san... Shuu-san... Ustedes revisen la clinica y los restaurantes del centro...
- Hai! – contestaron los dos muchachos al unísono y salieron juntos separándose en la esquina.
- Y yo... – comenzó a decir Sanosuke mientras salía del local. « Voy a ir a hablar con un viejo amigo...» y comenzó a correr.
»»»«««
Yahiko comenzó a moverse despacio. No había un solo lugar del cuerpo que no le doliera y las ganas de vomitar lo estaban mareando más de lo que ya estaba. Se sentía morir, pero no como otras veces. Esta vez era peor por que no escuchaba las voces de sus amigos dándole fuerzas. No sentía el calor de sus cuerpos. Ni sus presencias. Nada... Nada más, aparte de la lluvia que caía, fría, sobre su cuerpo desnudo.
« Acá termina... Por una idiotez... Por una estúpida esperanza... Por ser un tonto...»
Las lagrimas recorrían sus mejillas morenas, confundiéndose con la lluvia y sus ojos marrones perdían poco a poco su brillo. Realmente era el final?
«Si tan solo pudiera... levantarme...» pensó haciendo un vano esfuerzo por ponerse de pie, sin conseguirlo.
«Es inútil...» se disponía a entregarse nuevamente a la inconciencia, cuando una sombra enfrente de él lo hizo levantar la mirada. Solo pudo distinguir esa alta figura, antes de volver a desmayarse...
Capitulo tres
DESAPARECIDO
- OWARI -
"Rurouni Kenshin" © Watsuki Nobuhiro, 1996
"Hasta el fin del mundo" © Emiko Mihara, 2006
