Este fanfiction es del tipo Yaoi, lo que significa que se describen escenas de amor, romance, sexo y violación entre hombres. Si el tema no es de tu agrado, te pido cordialmente que te retires. Estás avisado, no acepto reclamos.


Hasta el fin del mundo

by Emiko Mihara

Capitulo cuatro "TORTURA"

/ BOMB /

- SAITOU! – gritó Sanosuke irrumpiendo en la jefatura de policía – DÓNDE ESTÁS, LOBO? – siguió gritando mientras revisaba las diferentes oficinas.

- Por favor Sagara-san... No grite. – le pidió, tratando de tranquilizarlo, el jefe Uramura.

- NO VOY A GRITAR MÁS CUANDO ESE LOBO SE DEJE VER! -

- Baka... – se oyó una voz fría detrás de Sanosuke y el jefe. Al darse vuelta...

- SAITOU! – lo encaró Sanosuke.

- Qué queres ahora... Tori-atama... – lo insulto Saitou.

- ... – Sanosuke hizo uso de todo su autocontrol para no caerle encima a los golpes – Necesito...

- Mmh?

- Necesito... – las palabras no querían salir – Necesito... tu ayuda.

- Qué queres? – contestó casi molestó.

- Es... Es Yahiko... Él... Desapareció. – dijo Sanosuke. Cada una de esas palabras... le había costado mucho trabajo decirlas.

« KUSO! Este hijo de puta... » pensó Sanosuke al ver sonreír sádicamente a Saitou como solo él podía hacerlo.

El lobo comenzó a caminar y le pasó por al lado a Sanosuke sin siquiera mirarlo. Al llegar al fondo del pasillo en donde estaban, se detuvo.

- Uramura. – dijo en tono frío.

- Ha—hai... Fujita-san? – contestó nervioso el jefe.

- Volvé a tus obligaciones. -

- Hai. – contesto casi en tono de alivio. Dio media vuelta y se perdió adentro de una oficina.

Sanosuke se quedo completamente quieto, cuidando cada una de sus respiraciones, controlando cada uno de sus movimientos...

Saitou se giró y lo vio directo a los ojos... Esos ojos ambarinos... Los ojos de uno de los Lobos de Mibu... Esos ojos hicieron que hasta la ultima gota de sangre en el cuerpo de Sanosuke se congelara...

- Seguime. – dijo Saitou sin desclavar la mirada de la de Sanosuke y comenzó a caminar.

« Pero quien mierda se cree? » pensó Sanosuke corriendo atrás del lobo que le llevaba bastante ventaja.

Caminaron por un estrecho pasillo, hasta una puerta de madera, que Sanosuke recordó, siempre estaba cerrada. Saitou saco un atado de llaves de su bolsillo y la abrió. Detrás, unas escaleras, que el lobo comenzó a bajar, seguido por el luchador.

Cuando llegaron al pie de las (según palabras de Sanosuke, interminablemente largas) escaleras, siguieron caminando por otro pasillo, solo que este a diferencia de los demás, estaba en penumbras y apenas dejaba ver por donde se caminaba. Al final, una puerta.

- Entra. – dijo Saitou abriendo la puerta y haciéndose a un lado para dejar pasar al más joven.

- Por que? – preguntó desconfiando del lobo. Saitou sonrió de nuevo.

- Por que si no... No te ayudo. – dijo crédulo de que Sanosuke no se negaría ahora. Y efectivamente, el luchador solo hizo una mueca de mala gana y entro a la habitación.

Estaba oscura, muy oscura, pero... Había algo familiar... Algo le decía que ya había estado ahí o en un lugar parecido.

/ CHISCH / escucho a sus espaldas. Saitou había encendido un fósforo, alumbrando sin querer, parte de la habitación.

« Es una celda? » concluyo rápidamente Sanosuke al ver los barrotes de la puerta.

- POR QUE MIERDA ME TRAJISTE A ESTA CELDA? – le gritó, ya sin contenerse, al lobo traicionero.

- Para que hablemos tranquilos y sin interrupciones... – respondió Saitou y nuevamente encendiendo el cigarrillo que tenía en los labios. Comenzó a acercarse a Sanosuke.

­- HABLAR DE QUÉ? YO... YA TE DIJE EN QUE NECESITABA TU AYUDA! – grito de nuevo.

- Aa... Vos dijiste lo que necesitabas... Ahora yo voy a decirte que me tenes que dar a cambió. – dijo arrinconando a Sanosuke, que inconscientemente había retrocedido ante el avance del lobo.

- Sos un... – empezó Sanosuke sin poder terminar.

« Si quiero encontrar a Yahiko-chan... Voy a tener que hacer lo que este hijo de puta quiere. » se resignó mentalmente.

- Esta bien... Qué queres? – le dijo bajando levemente la mirada.

Todo el cuerpo de Sanosuke se estremeció de repente. Saitou le estaba acariciando la entrepierna.

- QUÉ MIERDA TE PENSAS QUE HACES? – le gritó el más joven haciendo el intentó de empujarlo, pero consiguiendo un golpe en el estomago como respuesta.

Sanosuke se doblo de dolor. Saitou era el único que conseguía lastimarlo con sus golpes. Se arrodillo en el piso tratando de recuperar el aire.

- Tori-atama... – dijo Saitou poniéndose en cuclillas frente a él - ... Si queres que mande a buscar al pendejo... va a ser mejor que te portes bien... – dijo levantándole el rostro tomándolo del mentón.

Sanosuke seguía algo confundido por el dolor en su estomago y la falta de aire pero reaccionó enseguida cuando Saitou lo beso en los labios. Trato en vano de resistirse, pero recordando las ultimas palabras de Saitou se dejo. Comenzando a lamer sus labios, el lobo obligo al luchador a abrir su boca y entonces su lengua exploro esa cavidad, tan dulce como la había imaginado. Sanosuke se separo al sentir una punzada en su labio inferior. Saitou lo había mordido y se relamía los labios cubiertos de su sangre.

Agarrándolo del pelo, Saitou obligo a Sanosuke a ponerse de pie y lo guió hasta una cama que había en una de las esquinas de la celda. Se sentó en ella, quedando Sano enfrente de él.

- Arrodillate. – le dijo en el mismo tono frío de siempre, pero dejando ver reflejada en sus ambarinos ojos toda la lujuria y el deseo que sentía por el joven morocho.

Sanosuke obedeció. Estaba a la completa merced de Saitou y en lo único que pensaba era en Yahiko. El lobo se desbrocho el cinturón y bajo el cierre del pantalón azul que era parte del uniforme que llevaba puesto, dejando al descubierto su miembro totalmente excitado. Sanosuke abrió los ojos como platos e inconscientemente retrocedió.

- Chupalo. – le ordeno Saitou sin cuidar el tono lujurioso de su voz. Al ver que Sanosuke no "cooperaba", lo sujeto por la nuca y le empujo la cabeza hasta su entrepierna – HACELO! – gritó perdiendo la paciencia. Sostuvo a Sanosuke hacia abajo hasta sentir las cálidas caricias de su lengua sobre su hombría. Solo bastó un rato para que Saitou comenzara a gemir, sin soltar nunca el pelo del más joven, que se sentía por completo humillado y asqueado.

« Espero... Por mi bien... Qué esto sea todo lo que quiera... » pensó Sanosuke tratando de conservar la esperanza de salir de ahí virgen...

- Ma—matte— dijo Saitou tironeando del pelo de Sano – A—Abrí—la—bo-ca— - dijo Saito poniéndose de pie. Sano ya sabía lo que quería y aún antes de que se lo pidiera, encerró todo el pene de Saitou en su boca, lamiendo la punta con la lengua. El lobo tomo la cabeza de Sano con ambas manos, para así controlar el ritmo. Unas cuantas de esas lamidas y dejó su semilla dentro de la boca de Sanosuke.

- Tragalo. – le dijo tomándolo del cuello y obligándolo a que lo hiciera.

« Este hijo de puta... Va a jugar conmigo hasta cansarse. » pensó Sanosuke tratando de borrar el gusto de su boca, que rápidamente fue tomada nuevamente prisionera por la del lobo.

Las manos de Saitou comenzaron a recorrer todo el cuerpo de Sanosuke que estaba más descubierto que de costumbre por no traer su chaqueta de 'aku' encima. Así, el lobo delineo cada uno de los músculos del luchador, que se dejaba hacer, con los ojos cerrados, quien sabe pensando en que. O en quien.

Siguiendo el recorrido inicial de sus manos, la lengua de Saitou comenzó a saborear esa piel que durante tres años se había negado a ser suya y que ahora se entregaba tan sumisamente. Comenzó entonces, a lamer el cuello de Sanosuke. Luego su pecho, dándole una atención especial a sus pezones. Si bien primero los lamió, para probarlos, lo que realmente quería era morderlos. Y lo hizo.

- AH! – tembló Sanosuke mientras una pequeña gota de sangre caía por su pecho hasta las vendas de su abdomen. Saitou lamió el camino que la gota había dejado a su paso.

- No te gusta...? – dijo en tono burlón en el oído de Sanosuke, mientras una de sus manos comenzaba a acariciar el miembro del luchador y la otra se metía en los pantalones blancos para masajear sus nalgas. Comenzó a lamer la oreja de Sanosuke, tratando en vano de hacerlo gemir. Viendo que estaba renuente a recibir placer, se decidió a satisfacer el suyo propio.

- AAAHHHHH! – gritó Sanosuke partiéndose de dolor. Saitou lo había alzado y penetrado sin siquiera prepararlo. Varias gotas de sangre se escaparon de su entrada desgarrada. Unas lagrimas amenazaban con escapar de los ojos marrones...

« IIE! NO VOY A DARLE EL GUSTO DE VERME LLORAR A ESTE HIJO DE PUTA! » pensó Sano apretando los dientes y cerrando los ojos.

Saitou sin esperar, comenzó a moverse dentro de Sanosuke, dando gemidos de placer, mientras el joven se moría... Más por la degradación que por el dolor. Sentía la respiración y los jadeos de Saitou en su oído... Sus sucias manos recorriendo su cuerpo... Y su miembro despedazándolo por dentro... Lo sentía todo. Y lo odiaba.

« Lo odio... LO ODIO! »

Saitou seguía envistiéndolo sin ninguna clase de interés. Sin importarle nada más.

Había querido poseer ese cuerpo, desde el primer momento en que lo vio. Deseo ese cuerpo mucho más que el de Battousai durante el bakumatsu. Y poseerlo le estaba dando aún más placer que el que le había dado el de Battousai.

Siguió envistiéndolo, cada vez con más violencia. El dolor, pronto fue demasiado para Sanosuke. No lo resistió. Era una tortura... La más horrenda... La peor que se podía dar sin ser seguida por la muerte. Los gritos no se hicieron esperar.

- AHH! AAHHHH! YAMETE! YAMETE KUDASAI!

Sanosuke gritaba con todas las fuerzas que le quedaban pero solo conseguía que Saitou lo envistiera con muchísima más fuerza y violencia.

- YAMETE! YAMETE! YAMETE!

Repetía como ido a causa del dolor. Las lagrimas caían sin control por sus ojos... y un libidinoso lobo se encargaba de borrarlas con su lasciva lengua.

Las ultimas envestidas fueron las peores. Saitou quiso llegar lo más adentro posible, por eso apoyo a Sanosuke contra una de las frías paredes y lo envistió con toda la fuerza que pudo, arrancando los más horrorosos gritos que la garganta de Sanosuke pudo proferir. Cuando por fin se vino dentro del luchador, el lobo se detuvo por completo, mientras Sanosuke se retorcía del dolor que le causaba el liquido en las heridas abiertas.

Contrastando a como lo había violado, Saitou salió lentamente del interior de Sanosuke, que no dejaba de temblar. Por las piernas del más joven comenzó a chorrear la mezcla de sangre y semen que salía de su interior. Lo soltó lentamente, y Sanosuke se dejo caer en el suelo. Se puso en posición fetal, rodeándose las rodillas con los brazos.

Saitou solo se acomodo el uniforme... Se peino un poco... y se dispuso a salir de la celda.

- Tori-atama... – dijo recuperando su voz fría – Solo para que veas que soy un hombre de palabra... Voy a mandar a buscar al pendejo. – y salió de la celda.

Sanosuke estaba entre la conciencia y la inconciencia... Solo una cosa pasó por su mente antes de desmayarse.

« Yahiko... »

Capitulo cuatro

TORTURA

- OWARI -


"Rurouni Kenshin" © Watsuki Nobuhiro, 1996

"Hasta el fin del mundo" © Emiko Mihara, 2006