SENTIMIENTOS

-No se por donde comenzar...-decía un lloroso Harry mientras por una de sus mejillas corría una lagrima. –todo fue tan rápido...

-Vamos Harry recuerda-decía un serio Fudge enfrente de el. El chico, elevo la vista y en la pared opuesta, vio el difunto rostro de su novia sonriéndole.

-No puedo...no quiero...-dijo con voz ahogada. En su mente, iban pasando imágenes muy rápidamente: estaba solo, sentado frente a un lago de aguas calmas. La luna blanca, iluminaba el lugar donde Harry estaba sentado. No había estrellas en el cielo. Todo estaba en calma.

-Seguro que no recuerdas nada de lo ocurrido?

-Seguro.- Un fresco viento soplaba del oeste. Pero no le importo. Un rayo de luz atravesó el oscuro cielo, se venia una tormenta.

-Harry! ¿Qué haces acá? ¡Ven conmigo!-se dio vuelta, era su novia Anabell Jane Parkinson.

-¿No era que estabas enojada conmigo y que no me querías volver a ver o hablar nunca mas? – sonó un potente trueno.

-Pero Harry... yo te amo... vos me conoces bien y sabes que eso me hizo muy mal...

-Lo sé, sin embargo...

-Basta de discusiones y volvamos al castillo que aquí se va a largar.

Harry viró la cabeza y se encontró frente a frente con la de ella... esos ojos... esa dulce y traicionera boca roja... la suave piel de su cara...

-¡Harry despierta!- grito Fudge, Harry levanto la cabeza lentamente

-Ya le dije que no recuerdo nada.

Las primeras gotas comenzaban a caer. Sin embargo, ni Harry ni Anabell se movieron de su sitio.

Ya llovía y fuerte. Habían pasado diez minutos desde que él viro la cabeza para verla: el rostro de ella se mojaba por las gotas de lluvia que caían del oscuro cielo. Su pelo, estaba mojado al igual que su ropa. Pero no se movió de su lugar.

Muy parecido estaba Harry, tenia los anteojos empañados. Anabell lentamente extendió un brazo, se los seco y pronuncio un hechizo. Sus anteojos estaban secos.

-Harry, ¿vas a decirnos algo sí o no?

Ahora con las dos manos, ella acercaba los anteojos a la mojada cara de Harry, él, solo la miraba:

Harry, perdóname por haber sido tan dura con vos... no debí...

-Tenes razón...- Harry le tomo por detrás la cabeza a Anabell y la acerco lentamente a la suya, y debajo de la lluvia, un beso apasionado los envolvió en un manto de calor mutuo.

-¡Este chico no nos dice nada!

-Harry por Dios habla...

Un viento soplaba ahora desde el este. Las túnicas, volaban hacia la dirección que éste les indicara. Los dos estaban parados, apoyados el uno contra el otro y empapados. Nadie alrededor.

-¡Harry! Parece dormido...

-Lo sé, pero es el único que puede decirnos algo...

-Vamos Harry...acá hace mucho frío y podemos enfermarnos- decía una empapada Anabell que comenzaba a temblar de frió.

-Si vamos, ya estas temblando... - Harry tomo por lo cintura a Anabell y esta apoyo su mojada cabeza sobre el pecho de el, tratando también de acurrucarse.

Llegaron al castillo. Todos los alumnos esperaban su regreso en el Gran may. Ellos, solo se limitaron a subir las escaleras y se dirigieron hacia la Sala Multipropósito. Sin embargo, alguien allá abajo, no estaba muy contento con esa nueva pareja que felizmente subía las escaleras...

-Definitivamente esta dormido

-Llévenlo de vuelta a Hogwarts