Hola:

Me disculpo con todos los lectores de mi fic, pues me tardé bastante tiempo en sacar este capítulo, pero les aseguro que la espera valió la pena, ya que lo escribí con muchas ganas y en realidad me gustó el resultado. Espero que a ustedes también les guste.

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Capítulo 6- ¿Qué se esconde detrás de la furia?

- Rika no ha regresado- murmuró Rumiko preocupada.

- Necesita estar sola, pero ya volverá- le decía Angel intentando consolarla.

- Eso espero, ya pasaron 5 horas desde que salió corriendo sin motivo alguno- comentó la mujer.

"Estás equivocada, su motivo fue mucho más poderoso de lo que te imaginas" pensó el joven instructor, pero no estaba dispuesto a preocupar más a Rumiko, por lo que prefirió guardar silencio.

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La joven caminaba por las calles sin rumbo fijo, meditando sobre todo lo que había sucedido. Sus ojos violáceos, todavía húmedos, reflejaban la tristeza interna. Siguió así hasta que el Sol se comenzó a ocultar, la llegada de la noche le hizo reaccionar y se dio cuenta de que se encontraba justo en la entrada del restaurante donde trabajaba. Estaba inmóvil, recordando…

-Aquí fue la última vez que vi a Ryo…- murmuró para sí misma. Y enseguida una lágrima más resbaló por su mejilla.

Ella aún llevaba la carta en su mano y se quedó viendo la hoja de una forma tan nostálgica e intensa, que pareciera que ese trozo de papel le devolvería lo que había perdido. Pero una voz interna comenzó a hacerla dudar de su actitud.

"¿Qué es lo que te sucede, Rika, ¿Acaso un tipo presumido como Ryo Akiyama puede lograr que te pongas en ese estado?"

La pelirroja no lo pensó dos veces antes de arrugar la carta con todas sus fuerzas. Tal vez la joven no lo sabía, pero lo que se apoderaba de ella en esos instantes era algo conocido por todos: la furia.

Se limpió las lágrimas, tomó aire y comenzó a caminar rápidamente en dirección al hotel. En su interior existía mucha confusión, por una parte se sentía furiosa; no sabía con quién, no sabía por qué, pero lo cierto es que estaba fuera de control. Y por otra sentía que si volvía a pensar en él, no podría contener las lágrimas por lo que decidió apresurar el paso.

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-¡Ya son las 10:30 y no ha regresado!- dijo la rubia en una forma casi histérica.

-Cálmate, no ganarás nada actuando de esa manera- respondió el joven nerviosamente.

-No me importa. Iré a buscarla- informó Rumiko decidida mientras se incorporaba y se dirigía a la puerta.

Pero antes de llegar a la salida, la puerta se abrió y apareció Rika.

- ¡Qué bueno que llegaste!- exclamó su madre con gran alivio- ¿Dónde estabas, ¿Por qué llegas hasta esta hora, ¿Qué te pasó en los ojos? Contéstame- inició Rumiko con el interrogatorio. La pelirroja se encontraba muy enojada, le dolía la cabeza y si a eso le agregamos las insistentes preguntas de su madre…

-¡¡Déjame en paz!-estalló la joven encolerizada. Acto seguido se encerró en el baño, no sin antes dar un buen azotón de puerta.

-¿Qué le sucede?- preguntó la rubia consternada- Nunca la había visto así- murmuró tristemente.

- Déjala, sólo necesita un rato a solas para pensar- respondió el joven que había visto toda la escena madre-hija.

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Rika se sentó en el frío piso del baño, no le agradaba mucho la idea de pasar la noche ahí, pero era mucho mejor que tener que responder las preguntas de su madre.

Después de tranquilizarse, su conciencia sintió la necesidad de reclamarle la forma en que había tratado a Rumiko. No es ella fuera la chica más bondadosa y buena del mundo, pero simplemente tenía una conciencia que la molestaba constantemente. En ocasiones, ella prefería ignorarla, sin embargo, ésta no era una de esas ocasiones; esta vez, no pudo ignorarla.

"¿Cuál es tu problema? ¿Qué culpa tiene ella de tus actos y de todo lo que sucede a tu alrededor? ¿Por qué desquitas todo lo que sientes con Rumiko?"

Al parecer, la conciencia de Rika tenía una misión que cumplir: hacerla sentir miserable y culpable, y si era preciso, no dejarla dormir hasta que pidiera disculpas.

Estaba a punto de incorporarse para salir a pedir disculpas, pero su orgullo reaccionó rápidamente. En su interior se debatían el orgullo y la conciencia; la joven, sin saber qué hacer, se enojó con ella misma y dio un certero puñetazo a la pared. Lamentablemente ésta era mucho más resistente que su mano. Cuando reaccionó lo suficiente como para notar su mano que estaba hinchada, roja y con un poco de sangre, se maldijo y se incorporó para lavar la herida. No era muy grande, mas bien parecían varios raspones que ardían demasiado.

Rika era una persona bastante impulsiva y cuando se trataba de enojo, ella era la primera, pues era como si todo a su alrededor desapareciera y su único objetivo fuera desahogar todo lo que llevaba dentro sin importarle nada más.

Después de una hora, la pelirroja se encontraba dormida; al parecer la pelea entre su orgullo y su conciencia había terminado, quedaron en un empate, pues la joven decidió aplazar el tiempo y pedir una disculpa al día siguiente, la conciencia se conformó con ese trato y el orgullo no la molestaría, por ahora.

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Las nubes se veían espectaculares desde esa altura, el Sol les daba un tono dorado que podría llegar a rojizo. Pero a pesar del magnífico espectáculo, Ryo no estaba muy feliz, lo único que ocupaba su mente era Rika.

-Espero que haya leído mi carta, fue el único medio que encontré para decirle adiós- murmuró.

El viaje se prolongaría por 10 horas más, así que decidió tomar una deliciosa siesta. Cuando despertó, miró por su ventana y descubrió una hermosa Luna.

-Tal vez… la Luna y yo somos muy parecidos, nuestro destino es estar solos. Ella en el cielo y yo en la Tierra- musitó con tristeza.

Y Ryo no se refería únicamente a la soledad física, porque en ese caso él nunca estaría solo. Siempre estaba rodeado de hermosas niñas que darían la vida por él; tenía a su familia y amigos. Pero a pesar de convivir todo el tiempo con muchas personas, sentía que nadie podría llenar ese vacío de soledad que existe en el alma de muchas personas, nadie excepto Rika.

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Notas de Midori:

Creo que en este capítulo mostré como se sentían Ryo y Rika después de lo sucedido y todo el perfil emocional y psicológico de ambos. La verdad es que saqué todo ese rollo de la furia de un pequeño cuento y creí conveniente ponerlo aquí para fundamentar mejor este capítulo. Espero que les guste.

La furia y la tristeza

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizá donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta…

En un reino mágico, donde las cosas no tangibles se vuelven concretas…

Había una vez…

Un estanque maravilloso.

Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente…

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos, entraron al estanque.

La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida- sin saber por qué- se bañó rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua…

Pero la furia es ciega o, por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró…

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza…

Y así, vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calmada y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad… está escondida la tristeza.

Bueno, este cuento es de Jorge Bucay, del libro "Cuentos para pensar", por si alguien está interesado.