Hola:
A petición de ilovekurama218 decidí hacer otro capítulo menos trágico que el anterior. Espero les guste.
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Ryo también se sentía mal, no sabía que le estaba sucediendo, pero había perdido el apetito, el insomnio lo perseguía y simplemente no tenía ganas de hacer nada. Al parecer estaba sumido en una depresión y a pesar de que no quisiera aceptarlo, sabía que todo era ocasionado por lo sucedido el día anterior. Y así pasaron varios días.
-Ryo, ¿podemos hablar?- preguntó su padre.
-Sí, papá. ¿de qué?- contestó sin mucho interés.
-Bueno, es que últimamente te he visto bastante desanimado, no sé, me da la impresión de que hay algo que te afecta mucho.
-No, estoy bien. De verdad…
-Por favor, Ryo, te conozco. Pero, en fin, si no quieres decirme que te pasa, está bien, sólo te recuerdo que puedes confiar en mi.- ofreció mientras le daba una palmada en la espalda y se retiraba.
-Espera…-le pidió el castaño-…está bien, te diré que está pasando…
Y de esta forma el ojiazul le explicó todo lo que había pasado hace algunos días.
-Y entonces, ¿qué me recomiendas?-cuestionó a su padre.
-Es una situación difícil, pero si todavía la quieres, debes esforzarte por hacer que la relación funcione y si ella te quiere también hará lo mismo, así que no tengas miedo, lucha por ser feliz, Ryo, no me gusta verte así.- y después de eso, se retiró.
El Tamer Legendario se quedó pensando en qué haría, ya con un poco más de ánimo por la esperanza que había regresado gracias a las palabras de su papá.
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Rika por su lado, ya no hallaba qué hacer. Todo el día encerrada en su cuarto y a pesar de los ruegos de su madre y abuela porque comiera un poco, ella no probaba bocado desde hace ya 3 días. La mayoría del tiempo estaba llorando o durmiendo para olvidarse del dolor.
Se veía tan demacrada que ya ni ella se reconocía en el espejo, sus ojos hichados y rojos de tanto llorar y su rostro lucía pálido a más no poder debido a la falta de alimento, y si a eso le agregamos que llevaba días sin bañarse ni arreglarse, las cosas empeoraban bastante.
-Rika, ¿puedo pasar?-preguntó Rumiko detrás de su puerta.
-Sí
La puerta se abrió y la rubia se acercó a su hija.
-Rika, tienes que comer algo, por favor. Y si quieres, podemos ir a comprarte un poco de ropa y algunos zapatos ¿qué te parece?- dijo Rumiko para intentar animarla.
- No tengo ganas- respondió la pelirroja con frialdad.
-Pero, hija, no puedes seguir así…
-Ya te dije que no quiero, déjame sola!- estalló la chica con lágrimas en los ojos.
Rumiko se acercó a ella y la abrazó, Rika respondió el abrazo y su llanto se hizo mayor.
Al día siguiente, Rika se sentía un poco mejor, talvez lo que necesitaba era un poco de comprensión por parte de su madre. Obviamente, todavía se sentía deprimida y totalmente triste, pero también estaba consciente de que tenía que comer y bañarse. Así que eso fue lo que hizo y después del relajante baño se dispuso a desayunar.
-Rika- la llamó Seiko.
La pelirroja se dirigió a donde se encontraba su abuela y al llegar a la puerta, no cabía de asombro…
-Rika, te busca este joven- informó la señora
-Ah, bueno, gracias abuela.-respondió la chica un poco nerviosa mientras Seiko se marchaba para dejarlos a solas.
-¿Cómo estás?- preguntó el ojiazul.
-Bien- intentó mentir
-Uyy, si, se nota.- respondió con sarcasmo al ver la pálida cara de Rika.
-Bueno, ya. ¿A qué vienes?- preguntó con un tono bastante serio. A pesar de que lo quería tanto, también sentía un resentimiento bastante grande por lo que había pasado. Y Ryo lo notó…
-Sé que me porté como un completo estúpido y no sabes cuanto me arrepiento, lo que dije de que no sentía nada por ti, no es cierto…
-¡¿Qué!-estalló la pelirroja, no podía creer que el castaño la haya engañado de tal forma, simplemente no lo creía.
-Lo siento, pero tenía demasiado miedo de que tu orgullo me hiciera sufrir de nuevo, ya no quería seguir así. Sin embargo, me di cuenta de que ya no me importa, no me importa sufrir, sólo quiero estar a tu lado, ¿podrías perdonarme, preciosa?-preguntó Ryo con una sonrisa de esperanza.
Riza estaba confundida, era bastante evidente que estaba completamente enamorada de él, pero nuevamente comenzaba a intervenir su orgullo; después de haber descubierto que la engañó de esa manera tan vil y cruel, no sabía que hacer. Podría haberle dado una cucharada de su propia medicina, rechazándolo y haciéndolo sufrir como él lo hizo, pero para ese momento, Rika ya se encontraba con lágrimas de alegría en los ojos y abrazando fuertemente al castaño que también experimentaba una inmensa felicidad.
FIN
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Notas de Midori:
Bueno, ahí lo tienen, el final de la historia, ojalá que lo hayan disfrutado, porque yo si disfrute mientras lo escribía. Gracias a todos los que siguieron la historia, especialmente a Kati.