Antes de que Sakura pudiera reaccionar, Kakashi ya se había levantado, sonriente como si no hubiera recibido golpe alguno. Se sacudió, mostrando una invisible sonrisa.

"Así que eras tú la que estaba aquí, Sakura. Pensé que habría un ladrón… Bueno, aunque no hay nada que robar aquí"

Su mano sobre su cabeza sacó del shock a la kunoichi.

"K-Kakashi-sensei…?"

"Me llamas así, pero sabes que no soy ya tu sensei, Sakura" contestó el hombre con una sonrisa.

"¿Q-qué…? ¿Cómo…? ¿¡Cuándo llegó? ¿¡Por qué no se apartó?"

"Humm..." Kakashi se encogió de hombros "En caso de que hubieras sido un ladrón, si me hubiera apartado hubiera podido huir, no es cierto?" sonrió con su único ojo visible "Acabo de llegar. Y me gustaría saber qué estás haciendo en mi habitación, Sakura"

La aludida se sonrojó.

"B-bueno… Yo, desde que os fuisteis… Suelo venir a visitar vuestras habitaciones"

"¿Mm?" Kakashi no preguntó más. Sabía bien que ni Naruto ni Sasuke habían regresado aún.

Se quedaron en silencio durante un rato. Y luego otro más. Y otro.

De hecho, Kakashi empezaba a pensar en escabullirse (de su propia habitación? Bueno… es que a él no le gustaba el silencio) cuando escuchó algo. Algo como… como…

sniff

Bueno, ahora no tenía que detenerse a pensar que había sido eso. Podía ver a través de la oscuridad las lágrimas de su ex – alumna.

"¿Sakura?" aventuró.

Cuando un cuerpo golpeó contra el suyo y unos brazos lo rodearon estuvo a punto de sacar una shinai.

Dio unos torpes golpecitos en su espalda. Rayos, no estaba nada acostumbrado a consolar persona. Menos a consolar adolescentes…

Bien, de hecho, no estaba habituado al contacto humano, ¿satisfechos?

El cuerpo de Sakura se convulsiona en sollozos, y Kakashi se rascó la cabeza, pensativo. ¿Qué era lo que hacía uno en este tipo de situaciones? ¿Debía abrazarla? Er… no, mala idea. La parte pervertida de su cerebro se había apresurado a notar el cuerpo de Sakura contra el suyo, sus pechos ya más desarrollados, sus caderas bien formadas y…

Kakashi se abofeteó mentalmente. Tan solo un brazo no estaría mal, no es cierto? No, no estaría mal.

"Vamos, vamos" murmuró, haciendo un vago intento para acallar el llanto de su alumna. No, se corrigió: ex – alumna.

"K-Kakashi-sensei…" sollozó ella "la he pasado tan mal! Todos vosotros os fuisteis, y me dejasteis sola!"

Suspiro.

"No estabas sola, Sakura, y lo sabes"

Los sollozos fueron bajando de nivel hasta que con una larga exhalación se separó de él.

Su camisa estaba empapada, notó.

"G-gomen nasai…" murmuró ella finalmente.

"Daijobu. Necesitabas desahogarte" le sonrió (al menos Sakura vio curvarse su ojo derecho) y le puso nuevamente una mano sobre la cabeza.

"Kakashi-sensei, ya no soy una niña" una débil sonrisa iluminó su rostro, con recuerdos de antaño.

"Mmmm. He tenido noticias de ti, Sakura. Escuché que habías arrobado el examen para chuunin"

"Hai"

La habitación pareció más oscura de lo que era antes. La luna se había ocultado tras las nubes, y Kakashi decidió que sería una buena idea encender la luz. Sakura se le adelantó, y el jouunin parpadeó, sus ojos desacostumbrados al resplandor.

Entonces fue cuando pudo ver debidamente a la joven kunoichi. Y tragó saliva.

Vivos manchones de rosa asomaban debido al llanto de sus ojos de brillantes esmeraldas. Su cabello, ahora mucho más largo, caía en cascada sobre sus hombros. Su cuerpo delgado, perfecto para un ninja, se había desarrollado solo lo suficiente, y sin embargo, poseía un gran atractivo.

Se dio el lujo de recorrer con la mirada, por un momento, su cuerpo. Pechos medianos (una ventaja, pensó, después de todo Kurenai siempre se quejaba de que sus abundantes… atributos, no la dejaban moverse con toda la gracia que ella quisiera), caderas estrechas y… llegó a un punto donde se vio obligado a contemplar de nuevo sus ojos ("sus ojos, de ese bellísimo color esmeralda… ¿?". Titubeó por un momento. ¿De dónde había venido eso?)

Carraspeó para ocultar su turbación.

"Quizás sea mejor que me vaya" dijo tímidamente Sakura "Querrás descansar"

Kakashi miró por la ventana. La casa de Sakura quedaba lejos.

Suspiró.

"Puedes dormir en la cama, yo dormiré en el sofá" contestó, y salió de la habitación, dejando a Sakura a solas, sonrojada, y sorprendida.

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Al día siguiente, Kakashi no estaba cuando despertó, así que, algo turbada, se dirigió a las oficinas de Tsunade.

"Ah, Sakura" dijo esta cuando entró "Que bien que llegas" fue entonces cuando la chuunin vio a su ex – sensei parado al lado de la hokage. "Quería comunicarte que mañana empiezas una misión."

"Ah… sí, gracias, Tsunade-sensei"

"Kakashi te acompañará"

Nani!

"S-sí, Tsunade-sensei… Er…"

"¿Alguna queja?"

"No, Tsunade-sensei"

"Bien. Ya pueden empezar. No hay tiempo para charlar, vayanse ahora y llegareis a tiempo"

"Ahora! P-pero Tsunade-sensei…" Sakura se silenció al ver la peligrosa mirada de su sensei, y el gesto resignado de Kakashi.

"Vamos, Sakura" de nuevo una mano en su cabeza. "Te explicaré la misión de camino para allá"