Capitulo X
Eran las siete y media, justo tiempo de una media hora para arreglarme, recuerdo que cuando subí al templo de Libra, tras pasar por lo demás y recibir miradas extrañas llegue junto a mi anciano favorito Docko, el me recibió con una sonrisa, estaba de pie en toda la entrada al parecer mirando el ya pasado atardecer ahora solo contemplar el cielo cubierto de estrellas.
-Bienvenida- me dice y yo sonrió
-te han dicho, que eres un anciano con suerte-
-Y muchas mas- me dice el y yo suelto una risilla
-Eres libre Docko- le digo seria y el asiente con la cabeza
-¿Y esa decisión?-
-No te ha pasado que tu vida no tiene sentido hasta que pasa algo que te hace ver la realidad- le digo
-Ese algo para mi fue tu presencia- me dice
-Y saliste afortunado, nunca voy de visita sin cobrar algo y vos has tenido la oportunidad de conocerme y poder contarlo-
-No solo yo, pero mi pregunta es ¿Por qué?-
-El porque no siempre es claro Docko, me has enseñado muchas cosas, te debo mucho pero sobre todo me permitiste conocer a diferentes personas, eso en mi vida no se puede y aun así aquí estoy-
-Y lista para una cita- me dice en tono de burla
-Los chismes corren como el agua aquí en el santuario- rió –Muy pocas veces una persona sabe lo que significo, quiero ser útil en algo, deseo que al cobrar un alma esta este pura y sin asuntos pendientes-
-No creo que encuentres un alma pura en este santuario, pero si humanos con un gran corazón-
-¿Un alma pura? Quizás tenéis un poco de razón, no existe un alma pura pero no hay persona mas pobre que aquella que no sueña-
-Entonces continúa con tus sueños-
-Hace tiempo murieron, amigo mió- le digo y comienzo a caminar en dirección a mi habitación –Luego hablaremos debo de tener "una cita"
-Suerte- me dice por lo bajo.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Y aunque mi "cita" era a las ocho, la puntualidad nunca fue mi fuerte, llegue media hora tarde y un Milo me esperaba molesto en la entrada
-Tarde- me dice y yo sonrió
-Milo soy mujer, debo de arreglarme- En mi estadía en el santuario los que me conocieron me veían siempre vestida de negro pero esa noche hice la excepción pues llevaba un vestido de color lila por encima de mi rodilla y que dejaba al descubierto mis hombros y parte de mi pecho además llevaba una cinta roja en mi cintura que daba en una corbata atrás larga, mi cabellos dorado caía en mis espaldas, sujetados solo por un gancho de brillantes, que dejaba dos mechones fuera cayendo en mi frente, reí al ver como el caballero de escorpión me miraba con la boca abierta.
-Por lo menos valió la pena la espera- acepto el ofreciéndome su brazo y guiándome al centro de su templo donde una mesa con una velas nos esperaba.
-¿y que me has cocinado?- le pregunto y el sonríe
-espera- y después de ofrecerme una silla, se va a la cocina tardándose un rato.
¿Qué es?- le pregunto cuando regresa con una bandeja.
-Mira tu misma- me dice y yo levanto la tapa para darme cuenta que es una lasaña
( Saben que, elijan la comida que ustedes quieran si no conocen la lasaña, lo importante es que ellos coman)
Y tras servir y comer a gusto, decidí que era mejor hablar.
-Y… aparte de lo que se de ti cuéntame mas- me pide Milo
-¿Qué queréis saber? Me conoces- le digo
-No se un ultimo detalle que a nosotros se nos haya escapado-
-Un… ¿te parece si te cuento una historia que me paso?-
-Pero trata de ti ¿no?-
-De toda mi existencia-.El me miro extrañado y asintió con su cabeza
-Te escucho-
-Yo nací en la ciudad de Alcalá de Henares, en la comunidad del Madrid, mis padres murieron en un accidente en esa misma ciudad-
-lo siento-
-Cuando estaba en el cementerio, no creía ni en dioses ni nada por aquel estilo, estaba sola, hasta ese día-
-----------------------------------------------------------------------------------------------
Flash back
Lagrimas saladas resbalaban por mis mejillas enrojecidas de tanto llorar, rodeada de mucha gente no sabia que hacia en ese sitio, me sentía sola, no existía nada, aquel frió cementerio donde personas daban sus últimos adioses a mis padres, rosas blancas caían en las urnas.
Recuerdo que no reconocía a nadie y de repente un mareo, quizás la conmoción pero sentí que todo se oscureció, de repente me sentí volar, yo me quejaba de esta vida mía como si fuera una copa de hiel, con un dolor clavado en mi piel, que combatía a mi propia alegría.
En mis delicias no sabía ver consuelo y calor. Buscaba más. ¡Pobre tonta! No reiría jamás ni aunque supiera gozar tal placer.
Mas un día que mi alma se amargaba y triste no encontraba su consuelo, toda cubierta por un negro velo, vi una extraña mujer que se acercaba.
Me tomó de la mano con pasión y me cubrió los ojos con sus dedos. Si bien en el principio tuve miedos, hubo en mi alma una rara sensación. No supe si mi cuerpo se movió pero mis ojos estaban viajando. Sentí como si estuviera volando. Mi alma hacia el cielo se elevó.
-Mira eso- dijo -tonta mortal,
que escupes hacia el Cielo sin pudor.
Bajo tus pies verás todo el horror,
allí conocerás lo que es el Mal.-
En la negrura, que parecía eterna, una imagen de a poco aparecía entre brumas. Mi vista percibía multitudes en una gran caverna. Había madres con hijos en apuros, obreros que sudaban y perdían su vida trabajando, mas vivían sin gloria, en efímeros futuros.
Y vi ciegos, enfermos y tullidos, vi a muchos que yacían mutilados, otros huérfanos, pobres desahuciados de quienes la suerte había rehuido.
Allí estaba la Guerra, compañera de ricos y opulentos. Potentados que dejaban hogares arrasados llenando sus bolsas de esa manera. Vi traidores, salvajes asesinos alimentados por sucio dinero, que, traficando con el mundo entero, comerciaban pasados y destinos.
Las mujeres lloraban por sus hijos: muchos niños enfermos y sin techo.
Un mendigo, deforme y contrahecho penaba sin hallar su rumbo fijo.
Vi los bosques talados con desprecio, asesinos de la Naturaleza. ¿De que valía, entonces, la riqueza si mas tarde muy alto sería el precio?
Vi a la tierra salvaje y arrasada, y a los grandes jugar al ajedrez. El tablero era la humana idiotez, los trebejos la gente desgraciada.
Y por ultimo Con tristeza vi a mi pueblo gobernado por salvajes sin sentimientos. Vi a hombres tan mediocres y tan chatos, impasibles ante lo decretado.
Vi ladrones, corruptos. Meretrices que entregaban el alma por dinero. Vendían a su pobre compañero: por treinta monedas eran felices.
Poseída por ardiente frenesí en esa pesadilla tan incierta, con la vista cerrada y aun cubierta una imagen fatal yo percibí.
Me encontraba también entre esa gente
con mi voluntad gélida y sombría.
Letanías comunes repetía,
acataba mandatos, obediente.
Había allí una fuente rebosante de agua cristalina. En un momento gritando: "Yo no veo, nada siento," nos lavamos las manos al instante.
Triste estaba en medio del rebaño, a los ricos haciendo enriquecer, cuando supe que mi alma iba a crecer si podía vencer cualquier engaño.
Contra cualquier injusticia o apremio, o en contra del dolor más desgraciado, si el Amor se quedaba de mi lado, con su ayuda tendría al fin mi premio.
Más dijo la Mujer en grave modo:
-¡Qué ingrata. Qué desagradecida eres! Si sufrieras la mitad que esos seres, cobarde, te hundirías en el lodo. Allí conocerías el sufrir. Comprenderías el dolor profundo. Darías tu vida por un segundo que te dejara el Destino sonreír. ¡Ay, tonta mortal que hacia el cielo escupe! Tu saliva caerá en tu cabeza. Que el Destino te aleje esa tristeza-
……………Concluyó. Entonces muchas cosas supe...
End flash Back
-----------------------------------------------------------------------
-Supe que lo importante de la vida no es tanto ni la gloria ni el dinero; vale mas la caricia de un "te quiero" que mil libras de plata corrompida- Milo me miro sorprendido sin saber que decir.
-Esa extraña Mujer allí, a mi lado, me mostraba un camino positivo; pudo otorgarle a mi vida un motivo que en mi llanto se encontraba olvidado:
------------------------------------------------------------------------------
Flash Back (Continuación)
Muy lejana una luz iluminaba; otros seres nacían muy distintos: luchaban y vivían por instintos y razones. La tierra se poblaba. Y vi a un niño sonriendo en su cuna
y a una niña, en un vientre aguardando. Ellos dos disfrutaban observando los cielos, las estrellas y la luna.
Entonces, vi surgir desde la sombra a la extraña Mujer, hermosa y pura. Sonreía en su mágica ternura, haciendo de la tierra noble alfombra.
En su vientre vida nueva crecía y a mi alma la llenaba con Amor. En sus ojos brillaba un resplandor que a los míos llenaba de energía.
Y muy fuerte latió mi corazón: fui dichoso de tenerla a mi lado. Algo dentro de mi había cambiado y Ella era del cambio la razón.
Agradecí a la Mujer sus favores, en mi misma se hallaba mi Destino. Me mostraba con paciencia el camino que se ríe del oro y los honores.
Con mi espíritu inmune a los daños
Comprendí que la vida es una lucha,
y oro y fama son sólo una casucha,
que se derrumba al transcurrir los años.
Del Destino no anhelaba venganza, pues llenaría mi alma de pobreza. En la vida hay caminos de tristeza pero en uno se encuentra la esperanza.
De pronto se borraron de mi mente las visiones. Volvió la oscuridad.
-Ya puedes irte, estás en libertad-
dijo ella y descendimos suavemente.
Lentamente mis ojos descubrió, vi su rostro y su cuerpo escondido. Tan solo musitó: -Algo has aprendido, no ignoro que tu espíritu se abrió.-
No supe contestar. Solo callaba. Pronto entendí quien era la Mujer. Cerré mis ojos, y al volverla a ver, por un camino, en calma, se marchaba.
End flash Back
--------------------------------------------------------------------------------------
-Esa mujer Milo me enseño muchas cosas, que mi mente no se habia detenido a reconocerlas
-Eh….. ¿Quién era ella?-
-Hasta el día de hoy, solo la vi aquella vez- Sonrio –Sabes porque ella marco mi existencia?-
-No lo se-
-Milo ella me enseño, me saco de la penumbra, me quito la venda de mis ojos- el no sabe que decirme así que continué hablando
-Me mostró la miseria humana, cuando entrenaba muchas veces pensaba en ella y decidí que siendo la persona que soy haría algo diferente, algo que los demás espectros no haría-
-¿Qué hiciste?-
-Recé Milo, pedí por las almas a las cuales en un futuro yo buscaría, y prometí en nombre de aquella extraña mujer que haría lo posible de librar este mundo de los corruptos-
-Lo lograste ¿eres la muerte?-
-Librar al mundo de los corruptos no es robarles el alma- lo miro a los ojos –Librar es…. Dar todo mi, para guiar a las personas, aquellas como vos que están cegadas por los placeres de la vida-
-¿Yo?- dice mientras toma agua
-Milo si seguís así te vas a quedar como una piedra, a la final no vas a sentir nada-
-Bueno para eso estas tu para cuidar de este corazón- me dice de manera coqueta y tomándome de la mano yo suelto una risa
-¿Nunca te tomáis nada en serio?- le pregunto y el me sonríe
-Claro-
-Entonces dime-
-ummm… ser caballero de Atena-
-Y de aquí Milo- le digo señalándole el corazón
-Ah… bueno-
-En el transcurso de tu vida dime a cuantas mujeres has amado? ¿Cuántos corazones has roto?- le pregunto
-Oye se supone que es una cita romántica-
-¿Cómo puedes enamorarte de una persona sino la conoces?- le pregunto y el me suelta la mano
-Basta Elisa- me dice
-¿Basta? Milo si yo no te hago ver las cosas, nadie lo hará porque en este sitio donde la fuerza es lo que reina es difícil encontrar a una persona buena, a excepción de Atena-
-¿somos guerreros, el amor es solo un tema que muy pocas veces tocamos?-
-Entonces, ¿Cómo puedes defender un sentimiento sino lo conoces?-
-eh…-
-Nadie es ciego en este mundo- le hablo –Todos aquí sabéis quien soy- le digo y veo que el guarda silencio –Docko, Mascara de la muerte, Kanon Mu y Kiki, cada uno con una existencia y una personalidad distinta, cada uno con una soledad que es indescriptible, pero vos…. Milo
-Somos diferentes, seria aburrido si somos iguales- dice
-Jugar con las personas no es divertido- le regaño -En este difícil camino he aprendido que andar sola no es soledad, que cobardía no es paz, ni ser feliz sonreír y que peor que mentir es silenciar la verdad
-Prefiero no hablar de ello- me dice
-Peor que mentir es silenciar la verdad- le vuelvo a repetir –Si no lo dices vos mismo tampoco podré yo-
-¿Por qué haces esto Elisa? ¿Qué ganas?-
-¿Es eso? Ganar o perder- sacudo mi cabeza de un lado a otro –El ayudar Milo me hace rica en espíritu, una persona como yo, que tiene una sombra de guía es difícil decir la verdad-
-Olvídalo, ya nos fuimos por otro tema-
-¿Es así siempre? Temes que te digan cual es la cruel realidad-
-Elisa, ummm… soy un caballero al servicio de Atena, un ser humano, un mortal y rodeado de batallas tengo que encontrar la felicidad en algún lado- me dice de manera seria sorprendiéndome
-¿creéis que rodeándote de mujeres vas a ser feliz?- le pregunto de manera directa
-¿Cómo puedes decirme eso si no me conoces?-
-¿Es algo muy difícil de averiguarlo?- le interrogo y el enmarca una ceja –Te he visto- aclaro –En el coliseo cuando les dabas ilusiones a esa jóvenes amazonas-
-Me… ¿me espiabas?-
-¿Espiar? No Milo solo que no estoy ciega- le sonrió –Y no te molestes en mentir porque no eres bueno en ello-
-Creo que mejor acabamos por hoy- me dice
-Tienes miedo Milo- le digo y el quien se había levantado de la mesa, voltea a verme
-¿Yo?- me dice en tono arrogante
-Le tienes miedo a la soledad- le digo mientras cierro mis ojos y permanezco sentada
-¡Yo no le tengo miedo a nada!- exclama
-¿Por qué lo gritas? ¿O será que queréis vos mismo convencerte de dicha afirmación?-
-¡No tengo miedo! Eso esta muy claro-
-No Milo, claro como el agua esta que tienes miedo a estar solo, a darte cuenta que por mas placeres, eso no te llena- abro mis ojos y centro mi mirada verde en el –Un día despertaras solo en tu habitación y vas a sentir un gran vació porque por mas personas que crucen tu cama ninguna te saciara como vos lo desea-
-Bien, entonces será mi problema- me dice ya molesto
-No solo el tuyo… Cada mujer, cada hombre que te ame sufrirá porque vos estáis tan encimado a vos mismo que te importa muy poco los sentimientos de los demás-
-Bien, será problema de ellos no tuyo-
-Nuevamente te equivocas- me levanto de la mesa –Cuando busque tu alma o la de aquellas personas, va a ser un día frió y vació y sobre todo- Me paro enfrente del caballero –Sobre todo VAS A SUFRIR y creedme que ese dolor será mas fuerte que cualquiera que hayas sentido-
-Basta Elisa-
-Te lo digo yo, que no soy cualquier persona- lo reto con la mirada, y el me jala por un brazo quedando a centímetros de mi boca
-Sabes que creo, que la tiene miedo aquí eres tu- me dice, logrando sentir su respiración sobre la mía
-Nunca he negado dicha afirmación, tengo miedo, miedo por mi alma y por la tuya- le digo sin hacer esfuerzo en soltarme –Quizás estéis molesto ahora pero después- sonrió –Te darás cuenta que cada una de mis palabras son la realidad, y cambiaras- el me sostiene la mirada para luego llevar su mano a mi nuca y empujar a el y robarme un beso, no sabia si era pasión pero había frustración.
-¿satisfecho?- le pregunto cuando el me suelta, se ve algo agitado y no sabe que decirme –Cambiaras, lo se porque tus ojos me lo dicen a gritos- le digo seria y dando unos pasos atrás –Adiós Milo- le digo saliendo de el templo.
