Capitulo XIV

Continué mi camino subiendo hacia Cáncer, donde un viejo amigo me debería de estar esperando. Ya no estaba confundida, comprendí que el destino nos juega tretas pero que estas tienen solución, debía enfrentar el problema desde la base. Debía hablar con Milo.

-Hasta que te dignas a aparecer- me habla una voz familiar en Cáncer, me sorprendió pues la casa había cambiado bastante, había rostros, cierto pero no como antes.

-¿Cómo estáis?- le pregunto a Mascar Mortal acercándome a el

-Molesto- me dice directamente

-¿Molesto? ¿Y porque estáis así?- pregunte fingiendo demencia

-No seas cínica, que tienes cero en actuación-

-Aun no me conoces por completo- le sonrió y le saco la lengua –Perdóname, es solo que en este sitio…- suspiro –vosotros ser unos hombres muy difíciles-

-¿Quién dijo que la mente humana era sencilla?- me dice y no puedo evitar levantar una ceja

-Por favor mascarita no hables como yo- le rogó y ahora fue él quien frunció el seño

-¿Mascarita?-

-¿Suena bonito?-

-No me gusta, llámame por mi nombre- Yo solo bufe y me senté en una silla

-A veces se me es más sencillo hablar con vos que con los demás-

-¿no tendrás planes en desahogarte conmigo?- se bufa de mi

-¿Si no es vos, con quien?- le pregunto y le escucho un suspiro de resignación –Milo me robo un beso- le confieso y veo que abre sus ojos como platos

-¿Cómo?- Creo que ahora si estaba molesto

-me invito a cenar, quise decirle sus verdades en cara y el tonto me robo un beso-

-es un desgraciado- murmuro y yo sonreí

-En realidad no, yo me lo busque- Y fue verdad porque pude zafarme de su agarre pero no lo hice

-¿Que vas a hacer?-

-Saga me ayudo- recordé –Me di cuenta que no puedo escapar a la realidad, que cuando tengo un problema lo mejor es enfrentarlo-

-¿y?-

-hablare con el, y dejare las cosas en claro- le digo mientras me levanto y camino hacia la salida

-Me gustaría su rostro en mi casa- murmuro Mascarita por lo bajo y yo sonreí y Salí del templo

Cuando llegue a leo, no había nadie en casa así que seguí de largo, memorizando en mi mente lo que le diría a Milo, aunque sabia que a la hora de la verdad, mis diálogos serian hechos cenizas.

Nuevamente esa sensación de tranquilidad, siempre ocurría cuando pasaba por Virgo, hasta los momentos no había hablado con el santo de esa casa, solo lo había mirado de lejos, pero al entrar a la casa y dirigirme al centro, a mi derecha vi una majestuosa puerta, y la curiosidad era una de mis debilidades, haciendo el menor ruido abrí las puertas, para encontrarme en un paraíso.

Era un jardín.

El más hermoso que había visto, no se trataba de las flores, se trataba del aire, la fluidez con que el viento acariciaba mi rostro. Dejándome llevar por aquella maravilla di unos pasos, el palpitar del viento zumbando dejaba caer las hojas de los árboles en un mutismo profundo que a la vez era ensordecedor.

Abrí los ojos, miré al cielo y ahí estaba el: hermoso como un dulce príncipe escapado de un cuento irreal. Sus cabellos eran rubios que jugaban con el sol, sus ojos finamente cerrados, era irreal.

-Señorita- me llamo y yo sonreí

-Buenos días- salude y me acerque a el, para sentarme a su lado, era difícil estar rodeada de tantos hombres, pero en mi corazón algo me decía que este caballero era distinto.

-Es usted la señorita Elisa Black- me dice y yo asiento con mi cabeza

-Estáis en lo correcto- le respondo –Y ¿sois?-

-Mi nombre es shaka y soy el caballero protector de Virgo-

-Eso ya lo note- le respondo –Aquí dentro de este santuario hay una gran variedad de personalidades, pero mi pregunta es ¿Cómo es la tuya?-

-Soy el más cercano al gran maestro-

-Sois uno de los mas fuertes, conocedor de los siete infiernos- Veo que el asiente con la cabeza así que continuo ¿Por qué permanecéis con los ojos cerrados?-

-Para elevar mi cosmos- me dice y yo sonrió

-Es un sacrificio, si me permites decidlo

-puedes, pero no lo veo de esa forma, mis otros sentidos me permiten ver sin necesidad de usar mis ojos-

-Pero si sois tan fuerte porque cerráis vuestros ojos?-

-Incrementar mi cosmos- volvió a repetirme

-Eso no es suficiente razón para mi existir-

-¿Siempre terminas en rima?-

-Los hombres nunca saben cuánta dulzura y cuánto quebradizo silencio hay en una poesía-

-No debes juzgar así-

-¿Y porque no?-

-¿Por qué no dar otra oportunidad?-

-¿Por qué perder el tiempo?-

-¿Por qué vivir pensando en el hubiera?-

-¿Seguiremos respondiendo con preguntas?-

-¿Si lo deseas?- No pude evitar reír

-ganas- le digo

-Aun no, veo que tu aura esta insegura ¿Queréis hablar?- me dice mientras se levanta y me tiende la mano, la cual acepto.

-Ya es hora del almuerzo ¿queréis comer conmigo?- le pregunto y el asiente con la cabeza, ahora se cual es tu personalidad.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

-¿Por qué sonríes todo el tiempo?- me pregunta Shaka después de un tiempo

-¿Por qué mantienes cerrados tu ojos todo el tiempo?- Era un especie de comunicación que habíamos establecido y el sabia llevarme a la corriente

-¿Qué no sabéis que quienes ríen más son las que más sufren?-

-¿Qué no sabéis que quienes cierran sus ojos temen a la realidad?-

-¿tenéis miedo de mostrar miedo?-

-¿Buscáis la realidad en medio de esta tempestad?-

-¿No queréis estar sola?-

-Quizás- respondí vencida y llevando la cuchara a mi boca.

-Es difícil ser vos- me dice después de unos minutos de silencio –Porque estáis encerrada-

-Porque busco la salida donde no la hay-

-Quizás la haya, solo que no queréis verla-

-Es muy difícil aceptar algo solo por el simple hecho de ser- murmuro con tristeza – Por lo general me empeño en cosas que no debería, busco en la muerte la vida, salud en la enfermedad, en la prisión libertad, en lo cerrado salida y en el traidor lealtad.

Pero mi suerte, de quien jamás espero algún bien, con el cielo ha decidido, que, pues lo imposible pido, lo posible aún no me den.

-Tienes un don-

-Un don, para ser un don, debe ser aceptado. De no ser así es como una carga para las personas-

-¿piensas que eres una carga para las personas?-

-supongo-

-He escuchado que das muchos consejos a la personas- me dice y yo lo miro –Es algo de admirar porque intentas ayudar pero… ¿Cómo podéis cuidar de los demás si ni siquiera podéis cuidar de vos misma?-

-Creí que todo estaba bien, hasta…

-Hasta que te detuviste y miraste hacia atrás- sonrió –para ayudar a los demás tenéis que aprender a salvaros a vos primero

-te escucho hablar y siento que me veo en un espejo- El me sonríe y yo suspiro -tengo un asunto pendiente- le hablo levantadote de la mesa y tomando mi plato pero de repente una sacudida azota a mi corazón, otra alma?

-Buena suerte- me dice y yo sonrió

-Adiós-

Tenía dos opciones, una era dejar a mi alma esperar y luego ir por ella y otra mas complicada era hablar directamente con Milo

Suspire resignada, tomaría el consejo de Shaka, así decidida subí a Libra para encontrarla vacía luego me dirigí a Escorpión pero para mi mala suerte Milo no estaba en casa.

-¡Maldición!- murmure y pensé Milo era gran amigo del caballero de acuario quizás se encontraba con el.