Capitulo 2: Razones
—Me rindo… —baja su brazo junto con su mirada - lo siento… —susurra y se da la vuelta listo para irse.
-¿Qué? Pero…
Aioros, suspira y niega con la cabeza, no iba a negarlo, le dolía verlo así, aunque consideraba que era mejor mantener las cosas como las pensaba.
—Hermano, por qué… —se levanta, pero es interceptado por Saga.
—No te involucres en esto —menciona con seriedad.
No entiende, de hecho lo mira con desaprobación, aunque no le reclama. A parte de él, su hermano sólo hablaba con Saga, quizás esta vez tenía algo de razón.
—Bueno, ni modos será mejor que continúen con los entrenamientos, aun es temprano— comenta Dohko ante de irse tan rápido como pueda -. Saga no se te olvide lo que te dije.
El santo de Géminis asiente con la cabeza.
—Bueno… pues si te parece puedes entrenar conmigo hermano —dice una vez estuvo cerca de sagitario. Trataba de mostrarse tranquilo, no deseaba que ni el menor detalle afectara a su hermano.
—Si eso quieres, aunque no pienso ser nada amable contigo.
—No, no quiero que lo seas —sonríe -, hace rato te vengo pidiendo que entrenes conmigo.
(…)
Lo escucha atento y suspira —¿y eso si será bueno?
—Si, por supuesto —lo abraza por la espalda y recarga la cabeza en su hombro —créeme Shion, a Aioros le hace falta salir de santuario y Saga es el indicado para esa labor - deposita un beso en los labios del patriarca.
—Bien… y el otro asunto, ¿qué? —Levanta una ceja.
—Sólo fue producto del momento, tampoco es cómo que se pueda forzarlos a hablar, Shion no son niños. Hazme, es mejor que Aioros esté fuera, eso le ayudaría a pensar, además que él sigue siendo un caballero dorado, así que tiene que cumplir con sus debes.
—Esta bien, pero Dohko, espero que esto no tenga otras intensiones —lo mira serio.
—¿Me crees capaz? —Lo mira haciéndose el ofendido.
—¿Qué hiciste con Milo y Camus? —Levanta una ceja - te recuerdo que esa misión hubiera sido un completo desastre, pero ambos recapacitaron y bueno regresaron al santuario gritando a los 4 vientos que eran pareja o bueno Milo —toma aire recordando aquel suceso —¡Era de madrugada!
—Ay eso fue diferente, el desenlace fue bueno —ríe— además pues es poco viable que Saga y Aioros termines en una situación así —trata de sonar creíble.
—Bueno sí, hasta dónde tengo entendido ellos nunca interesó el uno en el otro… —comenta, aunque no parece seguro -. Qué Saga venga para comentarle todo al respecto.
—Habrá que esperar que terminen de entrenar —lo besa con más intensidad mientras que sus manos se pierden entre las ropas del Shion.
—Dohko… tú…
—¡Shhh! Tú solo disfrútalo ...
(…)
—Creo que me daré un baño y dormiré un poco— señala Milo, mientras sube por las escalinatas en compañía de Camus y de los demás santos dorados. El escorpión parece que hizo de todo menos dormir la noche anterior.
—Bien, entonces nos vemos después —se adelanta acuario.
—¿Camus? No me digas que de verdad… ¿piensas ir a buscarlo? - lo mira serio.
El francés correspondencia su mirada y sigue su camino.
Se muerde el labio para no hacer una escena de celos —Shura es un cobarde, nunca va a dejar de serlo— se encoge de hombros.
—Milo no digas eso. No sabemos qué le pasó.
—¿Eh? —Voltea a mirar a quien habla —Mu, pensé que te habías quedado atrás, es que es tan raro verte solo.
—¿Cómo se corta en dados? - lo mira confundido.
—Es raro verte solo, generalmente estas con Shaka… las veinticuatro horas —el comentario hace reír a Kanon ya Aioria que venían detrás.
El lemuriano niega con la cabeza, sabía cómo era su amigo Milo, además él no lo veía así.
—No, pero enserio, lo que dice Mu es verdad, de hecho yo quisiera hablar con Shura para saber cómo está y que le pasó —dice preocupado.
Milo lo mira fijamente —ese nivel de preocupación… —sonríe —Aioria de verdad no has pensando que tal vez tú ... puede que…
-¿Qué? ¿Y ahora con qué estupidez vas a salir? —Lo mira serio.
—Pues si te gusta allá tú y tus gustos, yo sólo pienso que tienes que hacer las cosas de otra forma, no se ir directo…
—¡Permiso¡, no estorben —dice Deathmask abriéndose paso mientras que Afrodita lo sigue.
—Perdón, pero tenemos algo de afán —menciona el santo de la doceava casa mientras que tomaba a su pareja del brazo y le sonreía con algo de malicia— este asunto es importante…
—¿Cómo?
—Ellos iban a… lo que creo que… —ríe Kanon.
—Eso es mas que obvio —se encoge de hombros Milo restándole importancia a un tema que para él era lo más normal del mundo.
—Ay, por cierto, me encantaría quedarme, pero es que de verdad me necesitan las Marinas, debo ir a ver al patriarca —comenta de la nada.
—¿Enserio es necesario que te marches ya?
—Si, pero voy a volver, aquí es mejor, mucho mejor que con las Marinas. Además, estamos tratando de arreglar nuestra relación Saga y yo. Nos vemos en unos días —se despide y sube con algo de prisa.
—Lo aprecias bastante, ¿no? —Pregunta Mu.
—Si, me cae mejor que Saga eso si no lo dudes, yo aun no confío en él, Aioria me entiende, ¿verdad?
Quiso reclamarle, pero no tenía caso, Milo a veces no era coherente con sus comentarios. Además, era normal que le preocupara, estimaba a Shura, quería que solucionara la cosas con su hermano. Quería que fuera como lo recordaba.
—¿Aioria estas bien?
—Debo ver a mi hermano —contesta serio y se va.
—Milo, lo que dijiste de Aioria… —el guardián de la primera casa habla al ver que el león ya no estaba.
—Nada nuevo, es solo que a veces se preocupa tanto que parece tener otras intenciones…
—No me gusta hablar de otros caballeros cuando no están más si se trata de mis amigos, pero creo entender un poco lo que sucede, aunque ten presente que el centro de todo esto es Aioros.
—Bueno pues no es algo que me incumba, pero Aioria fue quien me apoyó y fue me paño de lágrimas cuando las cosas no estaban resultando con Camus… estaría bien si por algún motivo yo hiciera algo parecido —bosteza -. Nos vemos después.
(…)
—Me quedé petrificado, me dio pánico —dice mientras que se soba la sien -, esto ya es demasiado.
—Shura cálmate, ponerte así no va a solucionar nada - intenta una vez que se tranquilice.
—Por eso no puedo ni hablarle, la culpa… esas imágenes se repiten en mi mente. Sí, tiene razón Milo soy un cobarde, al fin estamos de acuerdo en algo.
Suspira —yo no lo veo así, pero Shura es que pienso que te has encargado de alargar este asunto y todo se a complicado. Mira puede que nuestras vivencias hayan sido diferentes, pero de alguna forma te entiendo, yo también traicioné a alguien importante en mi vida y no fue fácil, de hecho, si no es por la misión esa, no creo que Milo y yo estuviéramos juntos, y sabes que Milo si es resentido e impulsivo, pero Aioros ... Dime… ¿qué es lo que sientes por él?
Levanta la mirada —¿qué insinúas? ¿Acaso tú piensas que yo tengo alguna especie de interés amoroso o algo parecido por Aioros?
—A veces parece que sí, pero a veces parece que es Aioria —lo mira esperando que le resuelva la duda.
Las palabras del contrario lo tomaron por sorpresa - por Athena eso es… ¡imposible! —Cierra los ojos y niega con la cabeza.
—Bueno es sólo una idea, tampoco es para que te pongas así.
(…)
No creo que tarden más de tres días en la misión Saga, tampoco es un lugar peligroso, aunque es mejor que no se confíen —señala serio Shion.
—Bien, esta todo perfecto, sólo debe decirme quien me acompañará e iré a prepararme para irme.
—Si, respecto a eso, me parece que está es una buena oportunidad para que ustedes estén juntos y le ayudes.
—¿Ah? No entiendo… ¿Ayudar..le? ¿Cómo? ¿Quién irá conmigo?
Antes de que pudiera decir algo más las puertas se abren y allí aparece Kanon —disculpe su ilustrísima que me aparece así pero no puedo esperar más.
-¿Qué? No me diga que… - mira a su hermano y niega con la cabeza pensando lo peor.
Suspira, Saga y Kanon siempre entraban así sin tomar un momento para golpear la puerta— Dohko hazte cargo de Saga, hablaré con Kanon.
—¡Hermano! que bueno verte así aprovecho para despedirme —se acerca y le da un abrazo o algo parecido -, suerte en la misión, espero verte pronto.
—¿De qué hablas Kanon? ¿Es qué piensas irte? —Frunce el entre cejo.
—Si, de hecho, por ello estoy aquí. Aunque espero sea temporal - le sonríe levemente— No te será fácil librarte de mi.
—Ya me resigné —toma aire, quería reclamarle, pero seguramente terminarían discutiendo, además de debían recibir las indicaciones de Dohko.
-¡Saga!
—Lo siento maestro, retomemos lo de la misión, ¿Quién será mi compañero?
—Aioros, él es tu compañero —dice con toda la tranquilidad del mundo, para luego sonreírle.
-¿What? ¿Aioros? ¿Solos los dos? —Mira con incredulidad.
—Si, ¿tienes algún problema con eso? –Levanta una ceja -, recuerda que es una orden de su santidad.
—No, pero creí que Aioros aun no iba a salir a una misión… no por ahora.
—Eso van ustedes dos, Shion confía en que ustedes dos harán un excelente equipo y que eso le ayudará a Aioros con la confianza, además de que eso de andar aislado pues no está aportándole nada bueno.
—Eh… Comprendo creo— toma aire. Volverían a estar juntos como en el pasado, eso le emocionaba, aunque la situación no fuera la mejor.
—Bueno entonces ve a avisarle, se van en la madrugada —le da uno golpecito en el hombro.
—Si, permiso— hace una reverencia y sale del recinto. Tres días solos, mientras bajaba pensaba en cómo debía tratarlo, en cómo hablarle. Era difícil mantenerse calmado y pensar con claridad, llevaba esperado un momento así desde que revivido.
Una vez estuvo enfrente de la casa de Sagitario se detiene, respira profundo e ingresa —¿Aioros?
El arquero estaba bebiendo un poco de agua - ¿Sí? ¿Qué quieres?
—Aioros… acabo de estar con el patriarca y con el viejo maestro y me comunicaron que debemos ir a una misión —informa mientras camina hasta la cocina. Era mejor ser directo.
—¿Una misión? ¿Tú y yo? —Lo mira con duda —Ay Saga por favor, no estoy para bromas.
—¿¡Bromas !? ¡Si no me crees pues ve a preguntarles! —Responde con molestia. Que no confiara en él era de las cosas que más lo irritaban.
—Hey tranquilo no es para tanto —se sorprende al escucharlo de esa forma y se dirige a la sala— ¿Cuándo es la supuesta misión?
Ni se molesta en ocultar su malhumor —en la madrugada, pero si tienes dudas ve y pregúntale a su santidad o al viejo maestro seguro que ellos te las aclaran sin problema.
Niega con la cabeza —Saga… tú puedes darme la información, te escucho —con que facilidad se molestaba, eso era nuevo.
—¡Aioros! Hermano, ¿dónde estas? - pregunta mientras entraba a sagitario.
—Aquí… Aioria ven.
El santo de Géminis toma un poco de aire, si quería que las cosas mejorara no podía ponerse así.
—Hermano, perdón ... es no me di cuenta de cuando te fuiste y ... ¡ah! Hola Saga, disculpa no pensé que estuvieras aquí - dice mirando al gemelo mayor.
—Si, parece que hay cosas que no cambian —mira con fastidio al recién llegado y se prepara para irse.
—¿Eh? —Hace un gesto de confusión mezclado con molestia.
—Saga ... —el arquero le hace gestos para que no hagas esos comentarios —¿y dime, me buscabas para algo en específico ?, es que debo alistarme, salgo a una misión con Saga.
—¿Una misión? ¿Enserio? Eso me parece bien —le sonríe, por fin parecía que su hermano estaba retomando su vida —entonces no te molesto, pero… ¿cuando vuelves? Espera… ¿Dijiste Saga y tú? —Levanta una ceja y mira fijamente a su hermano, ignorando por completo a Géminis, con quien no llevaba la mejor relación.
—Tres días - responde Saga y se cruza de brazos restándole importancia a lo que decía.
—Ah… —mira de reojo a Saga -, sí, vamos a ir los dos… Escucha Aioria, supongo que habrá tiempo para que conversemos. Esta noche cenamos, ¿sí?
Se encoge de hombros y se despide —Esta bien, es mejor que solo estemos los dos - mira con fastidio a Saga —nos vemos al rato —se va.
Al volverse a quedarse solos, toma aire y mira con seriedad a Saga —oye tú…
—No dije nada malo, Aioria siempre ignoró el que yo pasará tiempo aquí - lo mira fijamente —tu secreto sigue a salvo, si es lo que te preocupa.
—Saga… por favor.
—Si, ya sé, es tu hermano y todo eso que siempre dice, aunque no interesa, somos amigos, el resto no importa— se da la vuelta —nos vemos en la noche.
Se soba la sien —esta bien… - toma una bocanada de aire, había demasiada tensión con Saga.
(…)
Estaba recostado en el sofá, había intentado descansar, pero lo que le había dicho Camus le daba vueltas en la cabeza, como si no tuviera en qué o más bien en quien pensar.
Sin llegar a detalles, le había dejado claro a Camus que lo que sentía por Aioros estaba lejos de ser amor, que sí lo quería y apreciaba pero que lo veía como un hermano. Con respecto a Aioria se encargó de desviar el tema, además de hace uno que otro comentario relacionado a la relación que tenía con Marín, aprovechando que ambos lo escuchado hablar con Milo y los demás sobre ello.
—Así que estas aquí— de entre la sombra aparece un hombre y detiene justo enfrente del español.
Suspira —estaba descansando —se sienta
—Si como no. Miéntele a quien quieras, pero no a mí, tú mejor amigo de toda la vida.
—Esta bien, estaba pensando, ¿Qué quieres?
—Bueno, entonces no pienses mas y mejor vamos a caminar.
—¿Y Afrodita?
—Esta en su casa, vine porque creo que te hace falta hablar y distraerte, ¿Recuerdas que eso hacíamos cuando éramos niños y nos aburríamos?
—Si, y muchas veces nos íbamos al bosque y terminamos perdidos o sé hacia tarde y nos tocaba quedarnos allí.
—Entendiste el punto, así que vamos —se dispone salir.
Deathmask podría parecer un desalmado y hasta cruel, pero la amistad de ambos era especial, así que no podía dejarlo ir. Se levanta y va tras el santo de cáncer —pensé que ya había anochecido.
—No, aun faltan unas horas - lo mira y comienza a descender - parece que sí estas un poco perdido.
—¿Cómo están las cosas con Afrodita? No me digas que estas aquí porque te peleaste y…
—No Shura, no siempre discutimos —posa sus ojos en él—, estoy aquí por ti.
—Si te refieres a lo sucedido hoy no es tan malo —frunce el ceño.
—Es sobre eso y sobre todo Shura —se detiene y se gira para ponerse enfrente -, amigo necesitas cambiar tu vida, tus hábitos, necesitas algo o más bien alguien que te distraiga.
—¿Alguien? —Ríe —no, no creo que eso sea posible.
—¿Por qué no? —Se cruza de brazos —Hey no sea así, mira que cada vez estas más amargado. Necesitas encontrar pareja.
Niega con la cabeza —No me digas, ¿Y tu idea es? ¿Salir a conocer a alguien? ¿Iras tú? —Ríe aunque cubre su boca —Ya, ¿y eso no sería un problema con Afrodita? No gracias no quiero terminar involucrado en algo así.
—Pues sí, no es mala idea que salgamos —asegura, pero al detenerse a pensar mejor en las palabras de su amigo, suspira y baja la mirada - aunque podemos hacerlo sin ir muy lejos.
—¿Cómo? ¿En qué piensas?
—Pues… pues… —comienza a caminar de lado a lado - podemos… déjame pensar, pero te voy a ayudar.
—Enserio no es necesario, no tienes que esforzarte. Además no estoy interesado en conocer a nadie.
—No, estas equivocado— se cruza de brazos —podemos ver la oferta dentro del santuario —comenta emocionado —comencemos con los caballeros dorados, aun hay algunos sin pareja…. Está… bueno Aldebarán no cuenta ya, a él ya le están ayudando ¿no?
No entendía del todo lo que intentaba hacer, sólo se dedica a escucharlo mientras descienden por los demás templos.
—¡Los gemelos! Aunque Saga y Kanon no creo que sean ideales como pareja. Si se molestan te atacan o se vuelven locos y te aprecio bastante como para que tengas que padecer algo terrible. No Shura hay que descartarlos— dice y mira a su alrededor— se acaban las oportunidades… ¡Ah! Pero sí está… ¡Aioros!
—¿Qué sucede con Aioros?
-¡Lo tengo! —Poniendo una mano en su hombro lo acerca —Aioros y tú, eran amigos, quizás con lo de hoy… ¡es la oportunidad! Vas te disculpas y puedes no se invitarlo a hacer algo… no se, no creo que sea difícil, en algún momento pensé sentías algo por el arquerito.
Se suelta del agarre —no pienses cosas que no son. No tengo ningún interés por Aioros, ni por ningún caballero dorado —era irritante que sus amigos pensaran tal cosa, es decir, no era el primero que pensaba tal cosa.
—Pues en ese caso únetele al grupo de Aioria, el leoncito puede que te ayude— sonríe.
—¿¡Cuál grupo !? —Levanta un poco su voz.
—Aioria le ayudaría a Aldebaran, si se lo pides te podrá ayudar, la novia a debe conocer a alguien con quien pueda emparejarte.
-¡Muerte! ¡Joder! tú… —toma aire ante esos comentarios, eran terribles.
—¡Ay perdón por pensar en ti! Es que me preocupas, solo basta con verte para saber que lo te hace falta es liberar todo ese estrés. El sexo es una buena forma —comenta con toda la tranquilidad del mundo.
—A veces quisiera no saber tantos detalles de tu vida intima pero parece que pido un imposible.
-¿Ama? Estas demasiado amargado— lo sigue intentando hacer entender el punto.
(…)
Preparaba algo ligero de comer mientras caminaba por su casa, los recuerdos indiscutiblemente llegaban. En esos tiempos las cosas eran tan diferentes, salir a una misión con Saga era la perfecta ocasión para dejar tanta perfección y actuar con más libertad, quizás hasta irresponsable había sido. En una de esas misiones había terminado por perderse y mientras casi los daban por muertos, la joven pareja solo se entregaba en cuerpo y alma, dando inicio a un romance mas bien a una aventura. Después de tanto tiempo y con lo sucedido era difícil definirlo.
—¡Hermano! —Entra con algo de afán.
—Siéntate, ya llevo la cena y… —reacciona apenas al sentir el cristal romperse.
—¿Aioros? - entra a la cocina —¿Qué sucedió? ¿Estas bien?
—Si, sí, es que no me fije donde dejé el vaso - lo mira y sonríe –ve a sentarte.
Levanta una ceja debe su comportamiento —si… esta bien —va a sentarse. Necesitaba aclarar las cosas, tener una idea clara sobre lo que estaba sucediendo, para luego ir con Shura. Aioria cada vez se convencía de lo que necesita su hermano. Algo que estaba lejos de la realidad.
—Perdón, quizás te parezca poco, pero la misión me tomó por sorpresa —comenta llevando todo a la mesa.
—No importa… además - lo mira —a mí lo que importa es hablar contigo sobre algo o más bien sobre alguien.
Se detiene y lo mira —¿Aioria?
—Hermano… ¿Qué sucede entre Shura y tú?
Pone todo sobre la mesa —¿por qué asumes que sucede algo? —Continua actuando con normalidad, restándole importancia.
—Oh vamos… ¿Lo dices enserio? ¿Vas a seguir evadiendo el tema? —Fija sus ojos en los de su hermano mayor -, aun falta para que te vayas, así que habla, no creo que sea tan malo como para que tengas que guardártelo tu solo.
Se detiene y le sonríe - creo que te estas imaginando cosas que no llegan a ser ciertas, ni por mera equivocación -se sienta -. Pensé que no era necesario explicarlo, que me habías entendido cuando te dije porque me cuesta adaptarme a todo.
—Si, dijiste que era porque te sentías como un extraño.
—Exactamente, fueron muchos años lejos de este lugar, lejos de todos los que viven aquí - suspira -, no me estoy quejando, le agradezco a Athena por lo que hizo, y de hecho todos los caballeros dorados han sido muy amables conmigo, pero … No es lo mismo, cuando morí todos ustedes eran unos pequeños, aspirantes a caballeros. Ahora son adultos, cada uno a hecho su vida, para bien o para mal, vivieron diferentes experiencias que forjaron su personalidad… —come un poco pensando en lo que diría.
—Aioros, es verdad, yo mismo te lo he dicho, pero… ¿Y qué pasa? —Estaba más concentrado en lo que decía su hermano que en la comida.
No puedes exigirle a alguien que actúe como te gusta, como lo recuerdas ... El golpe fue peor cuando vio a ambos Aioria y Shura conversando como si nada. Se alegró pero aun así, acabando de revivir y con tantos vacíos y confusión, se sintió desplazado. Ya no formaba parte de eso que eran.
—Eso no es verdad Aioros… por eso es que es mejor hablar y…
—No es odio, no es rencor, ni siquiera resentimiento. Estoy aquí, lo estoy intentando pero… Soy una extraña y de hecho todos lo son, hasta Saga ... hasta tú ... —baja la mirada - Estoy conociendo a las demás personas que viven conmigo aquí en el Santuario.
—Eso no es…
—Lo es, Aioria quiero recuperar el tiempo que perdí contigo, es mi prioridad, eres mi hermano, pero no me pidas que actúe no se… como si nada —come.
Toma aire —eso no es justo, te escucho y siento más rabia Saga y lo que te hizo… jamás se lo perdonaré ¡Es un maldito!
—Aioria no…
—Por favor cuídate, sabes que Saga ya atentó contra tu vida antes, no confíes en él —se le acerca.
—Aioria no lo tomes así, estas maximizando las cosas, Saga y yo, ya lo hemos hablado… No hay razón para que pienses ese tipo de cosas.
—Y tú las estas minimizando, lo que hizo Saga no tiene perdón —era demasiado el odio que sintió por el santo de Géminis, su hermano estaba sufriendo, aun teniendo una nueva vida, el daño estaba hecho. Aunque no era algo irreversible.
No le gustaba para nada ver a su hermano de esa forma. Le preocupaba lo que sintió por Saga. Solo aumentaba la tensión ya existente.
(…)
Cierra los ojos y suspira —Death agradezco que te preocupes por mi, pero ya te dije que esto no es necesario— dice mientras caminaban por las calles de Rodorio. Se detiene un momento al ver cómo dos mujeres venían hablando. Claro que reconocía a una de ellas, como no si Aioria le había dado el privilegio de presentársela.
...
—Fue algo agotadora la misión —masajea su cuello griego mientras iban de regreso al Santuario.
—¿Aioria, estas bien? —Pregunta al verlo, recordaba que tenía tenido uno que otro inconveniente. Su compañero tenía una herida en su cuello.
—Sí, vamos —lo mira y sonríe.
Ahí iba otra vez, esos ojos, esa hermosa sonrisa, parecía que lo hipnotizara. Intenta corresponderle —Bien, te voy a creer - dicho eso camina por aquellas calles —Aioria…
-¿Si? —Lo voltea a mirar.
—Oh… eso si es una sorpresa —antes de que pudiera hablar aparece una mujer y se acerca -, pensé que te vería en un par de días.
—Marín —mencionó su nombre y le sonríe -, pensaba buscarte más tarde.
Ríe. Sin siquiera ver su rostro podía saber que estaba feliz de verlo, además de que se notaba lo cercanos que eran. Eso indiscutiblemente le molestaba pero no se permitiría demostrarlo.
—¿Y? ¿Aioria no me vas a presentar?
—¿Eh? ¡Ah¡ sí, lo siento, él es Shura de Capricornio —señala mirando al peliverde.
—Mucho gusto Marín de Águila —demasiado amable como para pasar por antipático.
—Encantando —apenas y la mira sin saber cómo actuar.
—Esto sí que es un privilegio… Aioria nunca me a presentado a otro caballero dorado, de hecho sólo conozco a Aldebarán y distingo a uno que otro.
¿Cómo iba a ser un privilegio? ¿Debería sentirse especial por ser él quien conociera a aquella chica que no sabía ocultar el gusto que sentía por el caballero de leo?
—Ni siquiera a su hermano y eso que…
- ¡Marín! puedo hablar contigo más tarde, tengo algo que decirte.
Era muy incomodo estar allí, indiscutiblemente sintió celos, esa química le fastidiaba - Aioria, me adelantaré - tan bien que venían y ahora, no le puso cuidado y siguió su camino.
—No, yo voy contigo. Lo siento Marín. Yo te busco después - dice y trata de alcanzarlo - ¡Shura!
...
—¿Shura?
Venían caminando rápido y pasaron muy cerca de ellos. No podía sentir ningún tipo de sentimiento malo hacía Marín, no era la culpable de lo que sentía. Aunque no podía evitar sentir algo de envidia.
—Hey, si no estoy mal, una de ellas es la novia de Aioria y la otra si las cosas funcionan, pues amigo te la ganó Aldebarán.
—¿De qué…? —Le dirige una mirada igual de afilada que su excalibur y se da media vuelta, estaba decidido a irse.
—Shura… pero, ¿qué te pasa? - lo sigue —Hey, no me vas a negar que algo te pasa. Eres un mal amigo de hecho, yo te conté lo que pasaba con Afrodita, te lo conté todo porque no sabía que estaba pasando, te dije que no quería que se sintiera mal por Helena, Shura, no tuve miedo de decirte que de verdad me atraía y que si me daba la oportunidad la aprovecharía, ¿por qué tu no puedes hacer lo mismo? Si no te interesa conocer a nadie es porque… Ya hay alguien, ¿Shura?
...
No llevaban mucho de haber revivido, era extraño estar allí. Athena se había encargado de reconstruir el Santuario, todo bien, salvo que el Santuario estaba dividido en 3 grupos, los buenos, los traidores y los neutrales mejor dicho los que no les interesaba participar en discusiones y peleas tontas. A parte de sus amigos y de Camus, no se había relacionado con nadie más, de hecho casi no salía de Capricornio, pero Aioria apareció, fue a hablarle, a preguntarle como estaba ya pedirle que entrenaran, manifestando lo entusiasmado que se sintieron al saber que ahora podía entrenar con él.
Además de eso, se les encargaron algunas misiones, conociendo entonces otra faceta del quinto guardián, siendo un tiempo bastante agradable y debido a la cercanía, comenzó a pensar más de la cuenta en él, comenzó a notar a ciertos detalles y ciertas cosas que le llamaban demasiado la atención.
La primera pareja hacerse oficial, sin contar con qué Shion y Dohko, hicieron público su romance a los poco días de revivir, fue la de Death y Afrodita. En medio de el entrenamiento, el de cáncer quiso demostrar que no le importa nada más que el guardián de piscis y en el lugar de atacarlo, fue lo abrazarlo y le dio un beso. Así comenzó una era de amor en el santuario, Milo buscaba a Camus, pero no lograban entenderse y discutían o más bien era Milo quien se desesperaba y terminaba por decía y hacer cosas estúpidas alejando a Camus.
Mientras que los más tranquilos y apáticos a ese tipo de cosas parecían tener una especie de romance clandestino, Shaka y Mu se frecuentaban, he sido amigos desde pequeños, así que nadie sospechaba nada, pero Shion ya le había declarado la guerra a Shaka, y como no, y como no, si él mismo fue quien los descubrió en Aries haciendo algo más que meditar.
Shura comenzó a comprender que lo que sintió por Aioria era más que gusto, tampoco lo veía como un hermano o amigo, lo que el león le hacía sentir era amor. Los días siguieron transcurriendo, la cercanía era más, estaba seguro de que ya no había rastros de ningún resentimiento, que todo ese terrible pasado se había superado, al menos con el griego menor. De hecho intentó invitarlo a salir y ver cómo se iban dando las cosas, pero no creyó que justo ese día, Aioria le dijera que finalmente tenía una relación formal con la chica que le había presentado días cuando regresaban de una misión.
Intentando protegerse y asimilar la situación, tomó un poco de distancia, de hecho se volvió un poco serio y de alguna forma le hizo creer a Aioria que no confiaba del todo en él. Estaba convencido de que aun estaba a tiempo, que no todo estaba perdido y que podía ignorar lo que sintió. Era una situación manejable, sólo debía restarle importancia a lo que sintieron y ya pasaría.
...
-¡No! —Lo mira por última vez antes de regresar al santuario, no quería verso así, le molestaba verso tan vulnerable. No creía que alguien pudiera tenerlo así y no tener ni la más remota idea. Qué situación tan molesta mientras que el tonto culpable de tantos estragos, además de tener una idea completamente errada, comenzaba a hacer cosas que no le correspondían.
Aioria, realmente no sabía que ese deseo que tenía por ayudar a su hermano tenía otro trasfondo. Uno propio.
Bueno gracias por seguirme en esta nueva travesía, espero lo hayan disfrutado.
Nos veremos pronto.
