Autora: Naleeh
Fanfic: "Entre cuatro paredes"
Capítulo: 2. Vudú
Género: Absurdo/dramático
Personajes: Hitsugaya Toushiro/ Matsumoto Rangiku
N.A: Tengo exactamente 14 minutos (más lo que tarde en comerme el yogurt) para escribir este segundo capítulo, porque he de ponerme a repasar para el examen de mañana. ¿Lo conseguiré?
Para las personas que lo preguntaron: Sí. La impresora multifunción estaba enchufada.
2. VUDÚ
El yogurt no estaba lo suficientemente dulce. Después de llevarse a la boca una cucharada más y quedarse con el cubierto a modo de chupachups, leyó la etiqueta una vez más:
Yoghourt Natural Azucarado.
Azucarado... Sí ya.
Aquello debía ser un complot contra él. Otra broma por el estilo de parte de los fabricantes de productos lácteos, y se presentaba en persona en los laboratorios pidiendo la carta de reclamaciones.
Ahora tendría que levantarse e ir a por el azucarero o unos siete sobrecitos de esos que repartían en la comida... O tal vez no...
"Matsumoto"
"¿Mmmhhh?" -contestó la chica sentada en el sofá de espaldas a él, dándose por aludida.
"Tráeme azúcar."
"Nada de eso, Taicho. Le saldrán caries." -le aseguró sin ni siquiera darse la vuelta. - "Además estoy muy ocupada."
¿Ocupada¿Matsumoto Rangiku ocupada¡Eso era imposible!
El chico saltó de su asiento y se acercó a ella curioso. Lo cierto era que no la había oído rechistar ni decir tonterías en toda la tarde. Era demasiado sospechoso. Si ni siquiera estaba así de tranquila cuando leía el horóscopo.
Se apoyó en el respaldo del sillón y miró por encima del hombro de su teniente.
"¿Se puede saber qué estás haciendo?" -le preguntó, al ver esparcido por el sofá un sin fin de trocitos de tela, cintas e hilos de colores.
"¿Mmmh?" - murmuró Matsumoto girándose hacia su pequeño capitán y contemplándolo con sus ojos azul mar. En ellos parecía leerse : ¿No es obvio?
Pero tras unos segundos de intercambio de miradas, se percató de que el niño prodigio no lo había pillado. Así no le quedó más remedio que coger el peculiar trozo de harapos que descansaba en su regazo y tendérselo al chico.
"¿Pero... Qué...?" -trató de hablar Hitsugaya. Sin embargo no le salieron las palabras.
Su teniente le acababa de dar el principio de lo que parecía ser un peluche mal cosido de una persona. ¡Pero vaya persona! Nosferatus a su lado no tenía nada que envidiarle. Tenía la cabeza gigantesca a proporción con la birria de brazos y piernas que le había concedido la mujer. ¡Menudo churro! Apostaba a que él podría hacerlo mucho mejor. Por no hablar de lo que le había colocado en la cabeza. ¿Qué eran¿Plumas?
"¿... qué o quién se supone que es?" -consiguió decir finalmente, compadeciendo en lo más profundo de su alma al desgraciado a quién debiera representar.
"¿Aún no lo sabe¡Es usted capitán!"
"¿QUÉEEE?" - exclamó horrorizado. - "¡YO NO SOY ASÍ!"
De pronto una oleada de pánico lo sobrevino. Si Rangiku lo había cosido seguro que muy orgullosa de su obra de arte iría a enseñarlo por cada rincón del Seireitai. "
"¡Ahora mismo voy a tirarlo por el retrete!"-anunció tajante, comenzando a caminar hacia la puerta con paso decidido, y rezando por que no se embozara incapaz de digerir semejante bazofia.
"¡AAAAH¡Ni se le ocurra capitán!" -lo detuvo la mujer, arrebatándole el muñeco de las manos. - "¡Eso sería un suicidio!"
"¿Un suicidio? Eso es lo que haré como no desaparezca. ¡Como alguien lo vea seré el hazme reír de todo el Gotei 13!" -le replicó, dando saltitos para intentar alcanzar el monigote que Rangiku sostenía en alto.
"Pero es que es un muñequito vudú. ¿No ves que tiene una aguja pinchada en el corazón¡Todo lo que le ocurra al muñeco le pasará a usted, taicho!" -le advirtió muy seria.
Toushiro dejó de saltar y la fulminó con una ceja arqueada.
"Vudú..." -repitió para nada convencido. - "... dices que soy yo, y le clavas una aguja en el corazón..."
"Eso es. Lo leí en la revista de los horóscopos a noche. Te explican como hacerlos para que te traigan suerte en el amor y ese tipo de cosas..."
"Ya..." -continuó él. - "¿Y por qué demonios haces un muñeco de mi si se puede saber? Cualquier cosa que se te haya pasado por la cabeza será más que una ayuda, una maldición."
"¡Oh vamos Taicho¡Deje de protestar¡Ya verá cuando termine el de Hinamori-kun¿Qué color le gusta más para la ropa interior? Tengo tela rosa, blanca, a topitos... La negra es muy sexy. Además haría juego con la que le he puesto a usted."
El chico enrojeció y no tan sólo a causa de ira.
"¡Voy a por azúcar¡Cuando vuelva quiero todo eso fuera de mi vista¿Entendido?"
Tardó más de lo previsto en regresar, pero cuando lo hizo, tanto su teniente como las pruebas del crimen habían desparecido. Muchísimo mejor así, desde luego. No es que creyera en ese tipo de cosas, pero Rangiku tenía un don especial para volver reales todo tipo de supersticiones.
Tampoco le hacía ni pizca de gracia el muñeco (posiblemente el desencadenante de sus próximas pesadillas), ni el vudú, ni las agujas clavadas en el corazón.
Y entonces lo vio. Aquel horrible ser mal cosido, lo observaba con sus botones verdes sentado desde la mesa. Se acercó lentamente y le sostuvo la mirada.
Era la cosa más fea que había visto en toda su vida. Seguro que matándolo le hacían un inmenso favor.
Contempló de reojo el tochazo de libro que andaba leyendo y que también descansaba en el escritorio: "Crimen y castigo". Aquel endeble ser de trapo no resistiría el peso... Y él desde luego no iba a ser agredido por ningún libro.
Después de pensárselo por unos míseros instantes. Cogió la mole de libro y la dejó caer sobre aquella cabeza emplumada. Después de aquel fuerte y seco BLAM, estaba convencido que acababa de convertirse en una calcomanía. Pero no levantó su sepultura para comprobarlo.
Se había quedado por fin sólo en el despacho y era tiempo para descansar. Así que se encaminó a una de las estanterías para coger otro buen libro para leer.
Vaya puñeta... ¿Y ahora cuál elegía?
Justo en ese momento, su teniente abrió la puerta del despacho enérgicamente...
"¡TAICHO¡ME HE DEJADO AQUÍ A SU DOBLE!"
... Tan enérgicamente y tan de golpe que hizo temblar las paredes y estanterías del despacho... Haciendo caer justo la que tenía delante sobre él.
Moraleja: Si alguien que te quiere bien no te habla en un rato, es muy posible que esté conspirando contra ti.
N.A: Conseguido! Yogurt e historia concluidos en menos de 14 minutos! Yaii!
Mis agradecimientos a Faith que me inspiró con su peluche de Hitsugaya. y... nada, ya me diréis lo que os ha parecido este otro capi MUCHAS GRACIAS POR REVIEWEAR! XD
Review!
