PROBANDO MILAGROS:

Lo de siempre...: Utena, su historia y sus personajes no me pertenecen

Sí notan un error o desean hacer una queja o lo que sea pueden escribirlo en su reviews que yo se los contestaré ...

A pesar que me lo prohíban

Capitulo 4: Invitación a un fiesta:

El lugar estaba repleto de personas. La mayoría chicos. Invitados de la hermana. Algunas chicas se encontraban en el lugar, que se habían "colado" a la fiesta para ver al joven estudiante, que a pesar de su corta edad ya se había ganado la atención de chicas mayores. Otras chicas eran amigas de la hermana que eran relativamente pocas, pues la salvaje chica las alejaba apenas veía un intento de acercamiento su adorado "hermanito".

La casa de los mellizos Kaoru estaba iluminada de luces y había adornos por todo el lugar. Los mozos solían ser los mismo alumnos, engatusados por la propia hermana, quien seguro le había una promesa de que estaría con ellos una noche o recibiría una justa "paga". Naturalmente que la chica nunca hacía nada de eso. Salía con una excusa o simplemente esperaba a que los muchachos se juntaran para reclamarle lo que la hermana le había prometido, lo cual originaria una pelea entre ellos y, por supuesto, ella saldría ilesa.

Juri camino hacia la puerta, cargaba consigo un objeto largo envuelto en una tela verde oscura. Lo llevaba en una de sus manos. Lo había sacado cuando se dirigía a la fiesta de su casillero, donde colocaba su equipo de esgrima. Caminaba con tranquilidad pues, al fin y al cabo, había llegado a la fiesta pronto.

Fue recibida por un alumno que se encontraba en la puerta. Hizo un ademán de saludo a la capitana del equipo de esgrima. Seguro que era otro de los tantos muchachos engaños por la hermana.

Entro y se encontró con el aire pesado del lugar. A diferencia de afuera, aquí el aire estaba cargado de cientos de respiraciones de invitados que tomaban el champagne ofrecido por los "mozos" y los bocaditos que habían en las mesas.

El ambiente era ameno. Muchos estudiantes estaba conversando acerca de la gran fiesta que habían hecho lo hermanos Kaoru.

Escuchó, mientras caminaba, a algunas jovencitas que cuchicheaban del hermano de Kozue. Alcanzó a escuchar de que el joven se sentía muy aburrido y que parecía desanimado de la fiesta.

Juri siguió caminando, abriéndose paso entre los alumnos, quienes apenas la miraban evitaban tratar de cruzarse en su camino. La esgrimista no le gustaba eso. Era temida, pero esta situación ya le estaba pareciendo muy incomoda.

Finalmente llegó donde estaba su joven pupilo. Estaba sentado en una silla. Rodeado de algunas chicas que le daban algunas miraditas y hablaban bajito acerca de lo guapo y serio que se veía el chico de cabellos azules.

Se acercó un poco más hasta que oyó que la llamaban.

Juri!- le dijo una persona. Ella reconoció la voz. Era Utena quien le pasaba la voz. Lo cual hizo que el chico de cabellos azueles levantara su mirada para ver a la esgrimista.

Juri!- este le llamó. Para ese entonces Utena se le acercó y ambas voltearon a verlo. Parecía que el muchacho había despertado de su letargo.

Mikki...-le dijo esta mientras se acercaba-. Perdóname amigo, pero no me acordaba que era tu cumpleaños. Sinceramente, estaba en otro lado y yo...

Tranquila- le interrumpió este-. No te preocupes. Entiendo que no has estado muy bien estos días y comprendo tu distracción. Así que no te preocupes- le dijo finalmente sonriéndole.

Juri se sintió mas relajada. Mikki era el único que no le reclamaba por nada.

Ten- le dijo la esgrimista mientras levantaba el objeto que cargaba desde hace minutos.-. es para ti, en forma de regalo.

El chico miro extrañado al objeto que le daba su capitana. Luego miro a la esgrimista buscando respuestas en su rostro pero no lo encontró. Cogió el objeto y lo descubrió...

Pero...pero esto no puedo aceptarlo, capitana- dijo asombrado cuando vio la espada de Juri. Había decidió regalarse a su mejor alumno, ya que esta había optado por no volver a pelear en los duelos. No deseaba pelear en los duelos por una causa que ni ella comprendía. No quería a la novia de la Rosa, para cumplir lo que mas deseaba, como lo hacían todos los demás. No quería nada de la Novia de la Rosa. Lo único que deseaba era deshacerse de todo lo que la oprimía.

No, tómalo- le dijo esta-. Es mi regalo para mi mejor alumno. Ahora ya puedo dejarte mi puesto en los campeonatos regionales. Has demostrado ser un digno esgrimista.

Capitán..- el chico se sintió abrumado por las palabras de su maestra. Eso le había sonado como a una despedida. Como si ya no volviese a pelear nunca más.

Y tranquilo- le dijo la esgrimista con una ligera sonrisa, adivinando los pensamientos del chico-. No me voy a ir. Aun me quedare.

Eso pareció calmar más al chico. Sus demás "amigos" se acercaron a felicitarlo. Utena y Anthy habían quedado, al igual que todos, impresionadas por las palabras de la capitán del club de esgrima. Se veía tan seria en eso, pero no era una seriedad que imponia miedo, era una seriedad que mostraba mucha madurez.

Después de eso, el muchacho pareció revivido. Por fin había conseguido el respeto de su capitana y lo que es más había recibido su espada, símbolo de que lo seleccionaba como su favorito y "sucesor" de sus técnicas. Sintió que una gran felicidad lo invadía.

La fiesta siguió su curso. Juri caminaba por todo el gran salón, mirando las caras de los alumnos y tomando de vez en cuando de su copa de champagne. Escuchaba los comentarios de los alumnos acerca de la fiesta. De lo mucho que habían invertido los hermanos en invitar a toda esta gente. De lo bien decorado que estaba todo el lugar, etc.

Fue cuando entonces mientras caminaba, evitando chocar con cualquier alumno, que vio un destello de color violeta. Por un instante pensó que su vista la engañaba, ya que después de todos esos años practicando esgrima, estaban acabando con su vista. Se dio cuenta de lo que podría ser o de quién podría ser.

En lugar de evitar cualquier contacto con ese destello violeta. Se dirigió a buscarlo ¿en dónde lo había visto?

Finalmente lo encontró. Y ahí la vio. Estaba acompañada de lo que parecía ser un muchacho de su misma clase. Se veía feliz acompañada de aquel sujeto. Pero...¿Qué hacía ahí? No pensó encontrarla en ese lugar, entre tanta gente. Era obvio que la actitud de la chica para con el muchacho, era un simple teatro. Quizás la chica estaba con ese muchacho tratando de obtener un poco de "atención" de este.

Shiori...-susurro la esgrimista, casi audible para evitar se descubierta por su cruel niña adorada.

Para su desgracia, la chica se dio cuenta de esto y dirigió su mirada hacía la esgrimista. Fue cuando entonces, Shiori decidió hacerla sentir mal por un rato y jugar con ella. Después de todo, la noche anterior Juri fue la que lo inició todo.

Comenzó a abrazar más al muchacho y se acerco a su oído. Comenzó a susurrarle algo, al parecer algo muy atrevido, porque hizo que el muchacho se sonrojara mucho. Pero no quedó ahí, este a su ves le susurro algo a la chica de cabellos violeta, como siguiendo la insinuación hecha anteriormente.

Juri vio toda la escena. Pudo ver cuando Shiori, mientras le susurraba al sujeto, la miraba de reojo. Sintió en ese momento lo patética que era, de cómo sus maldades la afectaban.

No quiso ver más esa escena y tomo lo que quedaba en su copa de un solo golpe. Salió del escenario y se dirigió a la mesa, donde se encontraba las bebidas y los bocaditos.

¿Por qué quería hacerla sentir así? ¿acaso le había hecho algo malo? Lo único que había hecho era amarla, nada más y ahora estaba ahí. Ofreciéndose a un sujeto que seguro ni ella conocía, solo ¿para qué? Para hacerla sentir mal. Hacerla sentir patética.

Miró la mesa y encontró las copas de champagne. Necesitaba calmarse. Cogió una de ellas y comenzó a tomar un poco. Volteó para ver a los invitados. Todo parecía normal, como si su mala "experiencia" no hubiese afectado el humor de la fiesta. Cerró su ojos tratando de aclarar su mente, mientras volvía a tomar de su copa.

Parece que te estas divirtiendo...capitana.

Reconoció esa voz al instante. Sonrió ligeramente ante tal comentario.

¿Por qué lo dices...Kozue?- volvió a beber de su copa sin mirar a la chica de cabellos azules que se encontraba a su lado.

Pues me parece que has encontrado algo interesante... en el champagne- acercándose mientras a ella y cogiendo una copa para ella misma tomando un poco de ella-. Además he visto ese "teatrito" que hizo mi invitada...

Así que tu la invitaste- dijo como si sacará una conclusión-. No pensé que fueran amigas.

Somos amigas, pero no quería invitarla- dijo mirando a la chica de cabellos violeta junto al muchacho-. Sin embargo, ella insistió en venir. Al parecer sabía que vendrías.

Sí, claro- esta ves miró a la chica de cabellos azules. No podía creer que una chica tan "salvaje" como se hacía llamar, fuera la hermana de ese sensible chico que a las justas podía matar una mosca-. ¿Y tú? ¿Dónde te encontrabas?

Estaba escondiéndome- dijo esta sin importancia-. No quería salir a encontrarme con toda esta gente que no conozco.

Pero, tu los invitaste.

Sí, pero solo era para congraciarme. Nada personal.

Ya veo- dijo mientras esta volvía a tomar terminando su segunda copa. Cuando fue a coger otra más, Kozue la detuvo:

¿Puedo? Estoy tratando de divertirme, ¿recuerdas?-dijo la esgrimista aduciendo a lo que le dijo anteriormente.

Sí, lo sé- dijo mientras le ofrecía su copa a la esgrimista. Sabía su relación con Shiori y era una buena oportunidad para ayudarla ahora que la chica de cabellos morados estaba cerca de ellas.

Juri no comprendió en ese instante. Miró a la chica de cabellos azules con mucha curiosidad. Esta le dio una sonrisa muy seductora y esta también dio una rápida mirada hacía un costado, indicando algo. Ahí fue cuando vio de reojo a Shiori estaba justo a pocos metros de ellas, era su oportunidad de vengarse.

Shiori sabia cuando era observada en especial, cuando era observada por la joven esgrimista y volteo donde estaban ellas.

Entendiendo el mensaje de Kozue, recibió la copa y tomo en el lugar exacto donde Kozue había bebido. Eso hizo que la sonrisa cínica de la chica cruel se desapareciera. Ahí en frente de ella estaba Juri Arisugawa, bebiendo de la copa de otra chica y de nada menos que Kozue, su amiga.

No soporto más la escena. No pensó que ella se vengaría así, de tal forma. Creyó que había ganado, pero se equivoco. Desesperada, cogió la mano de su acompañante y salió de ahí. Fuera de la vista de ambas chicas.

Juri terminó esa copa y la dejo en la mesa. Intercambio miradas con su nueva compañera en crimen. Esta le dio una sonrisa muy seductora, lo cual hizo que captara la atención de la esgrimista.

Se acercó a ella y cogió otra copa más de champagne. Tomó un poco de ella y luego se la ofreció a la chica.

Y por supuesto, Kozue no se negó...

Ya era muy tarde. El cielo estaba despejado dando a ver algunas estrellas. La luna brillaba intensamente en el firmamento. El aire era fresco, pero no se percató en eso porque estaba ocupada llevando a la chica a su dormitorio.

La pobre chica trataba de mantener a la esgrimista de pie, pues si la soltaba, sería muy difícil levantarla. ¿Cómo era posible que unas cuantas copas de Champagne la pusieran así? Debió detenerla cuando bebió la quinta copa. Felizmente, se dio cuenta antes que los demás, de que la esgrimista estaba ebria. Era su responsabilidad que estuviera así. Le dijo a su hermano que tenía que llevársela a su dormitorio para que descansara, aduciendo que esta se sentía un poco mal.

Y ahora, se encontraba llevándola. Soportando el peso de la chica sobre su hombro. Su brazo derecho estaba sobre sus hombros mientras que ella coloco sus brazos alrededor de la cintura de la capitana para equilibrarla.

Llegaron a la habitación de la chica. Después de un largo camino en donde esta se puso a hablar de lo malo que era el alcohol y que nunca más volvería a tomar. Kozue nunca pensó que vería a la siempre seria Juri Arisugawa en tal estado. Era para reírse.

Cuando se encontraron frente a la puerta Kozue, hizo un intento para sacar la llave de uno de los bolsillos de la esgrimista sin que esta se cayera para así poder abrir la puerta de su "casa".

Finalmente, entraron al dormitorio. Kozue la llevo a la habitación adjunta, donde supuso que sería su dormitorio. Cuando llegó la coloco cuidadosamente en la cama, para evitar que la esgrimista hiciera algún movimiento en falso.

Juri cuando sintió que se encontraba en su casa, abrió bien los ojos. Estaba todo oscuro, salvo por la luz de la luna que entraba por la ventana. Escuchaba el sonido del reloj. El "tic-tac" constante.

En cuanto a Kozue decidió aprovecharse del Estado de la chica...

¿Sabes algo, capitán?-comenzó esta- Vi cuando le diste tu regalo a Mikki.

No lo sabía- dijo torpemente.

Pero,-dijo la chica de cabellos azules acercándose a la esgrimista- a mi no me has dado mi regalo. Dijo esto ultimo con una voz muy seductora al mismo tiempo que se habría un poco el uniforme que llevaba.

Juri quiso detenerla, pero por alguna razón, su cuerpo no le respondió...

Kozue...no, espera...-balbuceó.

Pero era demasiado, tarde.

A la mañana siguiente, sería el día en que la vida de Juri Arisugawa cambiaría...

Hey! Que tal? Reviews – Duran17/Roar18