PROBANDO MILAGROS:
Shojo Kakumei Utena, su historia y sus personajes no son de mi propiedad. (pero esta historia si)
Capítulo 6: No preocuparse...:
No, esto no era ningún sueño. Había despertado con la esperanza de no encontrar nada de lo que había "soñado, pero apenas abrió un ojo encontró a la chica saliendo del baño cubierta tan solo por una gruesa y gran toalla. Pensó, por unos instantes, que aun seguía ebria pero regresó a la realidad cuando la chica se le acercó para decirle que era tarde. Como si se hubiese tratado de una reacción inmediata, se levantó para darse un baño y después cambiarse. Todo eso sin decir ni una sola palabra. Solo actuaba como si nada hubiese pasado.
Y ahora, estaba caminando al lado de la chica de cabellos. No comprendía bien por qué aun seguía a su lado, se supone que ella debió haberse ido desde muy temprano ¿por qué seguía aún con ella?
Juri siempre pensó que la chica "salvaje" andaba con muchos muchachos porque quería tener un poco de diversión y también, por supuesto, para molestar a su hermano. Pero esto ya había llegado al extremo. Kozue de era de esos gustos ¿por qué ahora había decidido estar con ella? Si se trataba de una broma o alguna treta para molestar a su hermano, pues ya había llegado lejos. Sino¿de que otra cosa podría ser?
Caminaron casi juntas. Ninguna de las dos hablaba. Kozue mostraba una sonrisa muy particular, casi satisfecha por lo que había hecho; y eso desconcertaba mucho mas a Juri. sentía que el camino se hacia cada ves mas largo. Desde que habían salido, habían sido las merecedoras de murmuraciones que para Juri se había vuelto como candela en sus oídos, pero trato de no darle importancia.
Finalmente llegaron a la sección de aulas. Kozue, por ser menor, fue la primera en separase, pero antes de que Juri se alejara, Kozue la retuvo por la mano. Juri no comprendió que le dio Kozue. Era una mirada muy significativa, como si tratara de decirle algo. Le dedico una "tierna" sonrisa y después se metió al aula, dejando a la pobre esgrimista mas confundida de lo que estaba.
Algunos alumnos habían visto la escena. De cómo la capitana de esgrima estaba entablando relaciones con Kozue, pues ambas no eran precisamente las mejores "amigas".
Juri siguió caminando por los pasillos. Su rostro se volvió frió, casi sin emociones. Daba gracias a los dioses porque la resaca se le había desaparecido y tenia la mente un poco mas despejada. Llego al aula y al entrar en ella fue cuando la vio...
Ahí estaba. Su amor prohibido. La chica cruel estaba ahí junto (al parecer) con sus amigas. Juri decidió no mostrar ningún tipo de emoción y siguió caminando hasta su sitio, tratando de mostrar la menor indiferencia. Cuando se acerco a su carpeta, la chica de cabellos violeta volteo a verla y le dedico una dulce sonrisa...
"Buenos días, Juri"-le dijo esta muy alegre.
"Buenos días"- le dijo esta a manera saludando. Casi susurrando
Shiori pudo sentir que la esgrimista no estaba bien. Su sonrisa desaparecía mientras veía a la esgrimista tomar asiento detrás de ella. Fue entonces cuando entró el maestro y iniciaron las clases.
Durante todo ese tiempo. Shiori había pensado que su intento de provocar a la esgrimista había resultado, como lo había esperado y que por eso, la capitana se veía tan deprimente. Sintió como el sabor de la victoria invadía su cuerpo, de cómo había logrado vencer a la esgrimista una ves mas.
De ves en cuando volteaba ligeramente para ver a la esgrimista. Podía ver que su rostro mostraba indiferencia pero en sus ojos podía ver el dolor y la confusión.
En cuanto a la esgrimista, ella estaba pensando en las cosas que habían pasado la noche anterior. Trataba de recordar el por qué había ocurrido lo que ocurrió. Recordó el "show" que hizo la chica cruel, para probar una ves mas que era patética. Luego recordó que tomo demás, lo cual la dejo desconcertada pues ella no solía tomar así y la verdad, ella no podía soportar mucho el alcohol. Después de eso no recordó nada. Supuso que Kozue la había traído a su dormitorio, pero lo que aun no pudo entender fue la razón por la que Kozue se "quedó" con ella.
Y ahora había otro problema. Si Kozue lo llevaba a algo serio, eso lo podría traer problemas con su hermano. Ayer le había regalado su espada en señal de respeto por su joven alumno y ahora ¿Cómo iba a explicar que su hermana la frecuentaba? Eso haría que perdiera, sin duda alguna, su amistad. Pero también había otro problema. ¿Qué pensaría Shiori de eso?
El solo pensarlo la había puesto mas nerviosa. Lo que hablaba el maestro se volvió un susurro. Shiori siempre la había provocado molestado y tratado muy mal. Pero aun así pensaba y se preocupaba por ella y esta ves no era la excepción. Si Shiori se enteraba de su "affaire" con Kozue, seguro que la enfurecería más y Juri (por supuesto) no quería eso.
La clase siguió su curso. Ambas chicas siguieron teniendo pensamientos distintos. Cada una con una versión diferente a la otra. Mientras salían la esgrimista decidió ir gran salón donde practicaba siempre su esgrima. Trato de evitar en cualquier momento, tener contacto con la chica de cabellos violeta. No muchos deseos de entablar un conversación con, al menos en ese momento.
Ese día no había clases de esgrima por lo que el salón estaba completamente vació. Juri pudo los hermosos dibujos que adornaban el suelo del salón que brillan ante la luz del sol que se filtraba por las grandes ventanas del salón. Se dirigió hasta los camerino. A su casillero.
'Juri Arisugawa'
Miraba su nombre una y otra ves. Se sentó en las bancas por un momento a pensar mientras dejaba su maletín a un lado. Bajo la cabeza como su tratara de buscar la respuesta en el suelo y volvió a dirigir su mirada a la pequeña barrita que llevaba su nombre: '...Arisugawa'
"Eres patética, Arisugawa"Su mirada se desvió al recordar esas dolorosas palabras. No entendía por qué aun seguía recordándolas. Con todo lo que le había pasado debería sentirse diferente y pensar diferente. Eso ya no debía preocuparle pues había algo mas importante que ocupaba su cabeza.
Sin embargo, seguía recordando a su niña adorada. El haberla visto hoy solo había logrado que su confusión sea mayor. La chica no le dijo nada esta vez. Dio un pesado suspiro y se levantó para abrir el casillero cogió su ropa de esgrima para cambiarse. Al quitarse su usual uniforme que la caracterizaba como miembro del consejo estudiantil, pudo ver el preciado colgante que contenía la foto de su amor prohibido. Había logrado conservar la foto a pesar que se quebró el día que tuvo su segundo duelo con Utena. El anterior colgante quedo hecho trizas así que tuvo que sustituirlo por uno nuevo. Pero la foto seguía ahí. Cerca de su corazón. Por mas rompiese la foto, la chica cruel siempre estaría en su corazón. Cuando se sentía triste miraba la fotografía, esperando encontrar consuelo en ella.
Después de un rato de observarla, se colocó la ropa y se dirigió a uno de los estantes, que guardaban el equipo de esgrima. De ahí sacó una mascareta y un florete para después dirigirse al gran salón. Cuando llegó ahí, se quedo observando. Había tantas cosas que le había sucedido y tantas cosas que aun no comprendía. Su rostro se mantuvo sin emociones. Sus ojos acariciaron cada rincón del lugar, buscando, talvez, la respuesta a todos sus problemas.
Cuando sus ojos se cansaron, se coloco la mascareta y comenzó a practicar...
El clima era fresco aquel día. Hoy se sentía particularmente diferente. No podía describir esa sensación. Una sensación que no había sentido hace mucho tiempo. ¿Felicidad? Talvez la noche anterior, en la fiesta, había dado lugar a muchos sucesos interesantes y gratificantes. Por un instante pensó que seria aburrido pero después recibido su aquel regalo, sus ánimos cambiaron.
¿Quién iba a pensar que la capitana de esgrima, que era conocida por se una mujer fría que hacia temblar a las personas que se cruzaban en su camino, tenía un corazón gentil como para darle su espada? El no lo entendía, pero a pesar de eso, se sentía feliz. Había conseguido el respeto de uno de sus superiores. Ahora ya no la trataría como una maestra sino como una buena amiga.
Mientras se dirigía a su casa, cargando su libro de notas donde seguro estaban sus partituras de piano que había utilizado en la clase anterior, decidió ir a visitar a su capitana. Quería agradecerle por aquel gesto. El chico no podía quitarse de la cabeza el agradecerle tantas veces fuera necesario.
Solo esperaba que las palabras salieran con fluidez...
Estaba dando estocadas rápidas a su oponente imaginario. No había paso mucho tiempo desde que había comenzado a practicar, pero había puesto todo su esfuerzo para que los movimientos salieran de manera correcta. Sentía el calor invadir su rostro. La mascareta permitía la entrada de aire, pero no era lo suficiente para ella. Se sentía ahogada por ella.
Decidió detenerse por unos minutos y se saco la mascareta. Estaba respirando rápido. Hacia tiempo que no se sentía tan cansada y ¿Cómo no? Si no había podido comer bien estos últimos días y mucho menos dormir bien. Pero eso no importaba, ahora se sentía un poco mejor.
"¿Necesitas ayuda?" – escuchó. Por un instante pareció asustarse, pero recordó aquella voz...
"Miki!"- dijo con una ligera sonrisa después de voltearse para verlo.- "¿Qué haces a estas horas¿no se supone que tienes clases de piano hoy?"
"Bueno, sí."-le respondió este mientras avanzaba hacia ella- "Pero acabo mas pronto de lo que había pensado. Así que viene a saludarte y...agradecerte por tu regalo"- dijo esto ultimo con un poco de duda. Tenia miedo de que la chica reaccionara de manera agresiva.
"Claro amigo, pero no tienes que agradecérmelo tantas veces"- le dijo esta ampliando mas su sonrisa-. "Te lo merecías por todo tu esfuerzo"
"Gracias"-dijo este un poco mas animado mientras hacia un pequeña reverencia- "¿Y quieres que te acompañe?"
"Como gustes"-le dijo esta mientras se ponía su mascareta nuevamente-. "Pero no te demores en cambiarte que no tengo todo el tiempo"
"Jaja claro."-le respondió este riéndose un poco-. "Ahora regreso"
Después de que Miki se alistó, él y Juri comenzaron a practicar. Juri pudo notar que su alumno se había vuelto mas ágil. Su fuerza seguía siendo la misma pero lo compensaba con su agilidad y velocidad. Daba una lucha muy noble, por lo que en los duelos contra Utena, no aprovechaba los momentos de ventaja (lo cual consideraba como uno de los defectos mas grandes de su alumno). El problema era que siempre empezaba con mucha energía y la gastaba al instante. Para cuando ya había logrado ventaja, este se volvía mas lento en las estocadas y por lo tanto podía perder el duelo.
Esta vez el muchacho trato de utilizar mejor su energía. Quería demostrarle que en verdad había mejorado y de que en verdad merecía esa espada.
Después de unos minutos de estocadas y esquivadas, concluyo en una estoca directa al pecho de Juri, por parte de Miki. Juri quedó satisfecha por el duelo. En verdad, había mejorado. Ambos se quitaron las mascaretas. Se veían cansados, pero satisfechos por la practica:
"Has mejorado bastante"- comenzó la chica de cabellos naranja-. "Debo reconocer que tu victoria fue justa"
"Gracias, pero creo que aún me falta practicar un poco más"- le contestó este con una ligera sonrisa mientras caminaba por el salón a recoger una toalla. Juri lo siguió y esta se sentó en su habitual silla. Se abrió un poco el uniforme. Dejando ver ese colgante.
Miki, después de recuperar el aliento se sentó al lado de la chica, en el suelo, donde siempre solía sentarse.
"¿ Por qué te sientas ahí?"- le preguntó-. "Siéntate en una silla"
"Gracias, pero no gracias"- dijo este mirándola mientras se colocaba la toalla en su cuello-. "El suelo esta más cómodo que esa silla"
"Esta frió, te resfriaras"- dijo la otra con sorna.
"Jajaja claro"- se rió un poco ante tal actitud sobre protectora de la chica. Juri también comenzó a reírse un poco. Cuando las risas cesaron, ambos se quedaron mirando al vació, sin nada que decirse. Parecía que no tenían ningún tema del que hablar o ningún tema que le gustase a la otra persona.
"Ayer Kozue no regreso a casa"- dijo Miki, rompiendo el silencio-. "¿Sabes algo al respecto?"
Oh no. Eso era lo que quería evitar. Que Miki le preguntara sobre su caprichosa y problemática hermana. No quería arruinarle el día y mucho menos quería arruinar su amistad. Miki sabía que Kozue era una...bueno, una chica no muy usual(por no decir otra cosa), que salía con muchos muchachos y, lo mas interesante, ninguno de ellos se daba cuenta del engaño.
Pero no podía decirle que ella se había quedado con ella toda la noche y mucho menos lo que había pasado. Tenia que deshacerse de la pregunta de inmediato.
"No la verdad, no lo sé"- mintió. Trató de sonar lo mas calmada posible-. "Estaba algo mareada por eso no sé qué pasó después que me dejo en casa"
"Mmm bueno"-dijo este un poco pensativo-. "Bueno espero que no se haya metido en problemas"
"No lo creo"- dijo casi como susurro tanto así que el chico de cabellos azules no le escucho.
"Bueno, debo irme a casa. Se esta haciendo un poco tarde"- dijo este mientras se levantaba y se iba a los camerinos para cambiarse-. "Te veré luego"
"Claro"-dijo esta de manera monótona.
Luego de que se marchó se quedó ahí sentada. Pensando. Había muchas cosas que le preocupaban que pensó que se habían por completo cuando estaba practicando. Pero como siempre pasaba, cuando terminaba de hacerlo, esas preocupaciones regresaban nuevamente.
"No te preocupes, Juri. Juri, no te preocupes..."
Se mantuvo recordando esas palabras. Lo que le había dicho Ruka...
' ¿Qué no me preocupe? '
Hola a todos: Disculpen por la demora pero es que he estado en exámenes parciales en la universidad y no he podido escribir nada hasta ahora. jejeje
Espero sus comentarios, criticas, etc.
Hasta el próximo capitulo...:-D – Duran17/Roar18
