PROBANDO MILAGROS:

Shojo Kakumei Utena, su historia y sus personajes no son de mi propiedad. (Pero esta historia si)


Capítulo 14: Consecuencias:

¡Cómo dolía! No sabía bien lo que había pasado pero en su 'oscuridad' sentía una serie de dolores que la hacían creer que había muerto y que había ido al infierno.

Abrió lentamente los ojos al escuchar su nombre.

-Juri…-se escuchó. Abrió un poco sus ojos, viendo que era Miki, pero otra vez los cerró.

-No, no!.-decía el joven al ver que cerraba otra vez sus ojos.- Juri…?.-diciendo esto al notar que abría otra vez sus ojos.

-¿Miki?.-preguntó finalmente.- ¿Qué fue lo que paso?

-Te desmayaste.-le informó Miki. Juri no podía verlo bien, uno de sus ojos solamente se abría. ¿Qué era lo que había pasado?

-En realidad te Noquearon.-se escuchó otra vez. Juri movió el único de sus ojos hacia la voz, notó que estaba Utena, quien al igual que Anthy, Touga, Nanami e incluso el propio Saionji, la miraban preocupada.

-Noquearme?.-volvió a preguntar en su dolencia.

-Sí, bueno…-comenzó a explicar un nervioso Miki.- Es que…¿recuerdas a las personas que estaban peleando?

-¿Personas peleando?.-preguntó aún algo mareada.

-Sí!.-afirmó.- Bueno…¿Recuerdas algo de la pelea?

-¿Pelea?.-No. Nada recordaba aún.

-Bueno…-comenzó.-Tú fuiste a detener esa pelea y bueno… te golpearon.

-¿Me golpearon!.-dijo esta vez algo alterada.- Pero…¿dónde?

-Ah…pues en tu ojo, jefe.-dijo Utena.

-Sí.-decía Miki mientras se dirigía al rostro de la joven. La razón por la que no veía era que su mano sostenía una pequeña bolsa de hielo.- No se ve tan mal…- Miki cogió su mano y la quitó lentamente para observar, pero apenas vió el golpe la colocó inmediatamente mientras que los demás presentes se sorprendían por el grado del golpe, pero lo disimularon inmediatamente.

-¿Qué?.-preguntó asustada, al notar las caras de sus compañeros- ¿Qué paso¿Cómo esta?

-Bueno…se mejorará.-decía algo nervioso Miki.

-Quiero verme.-dijo de manera determinante.

-Pero…-se puso nervioso.

-¿Pero qué?-empezaba a molestarse.- Dame un espejo Kaoru!

Miki, resignado, fue a buscar al otro lado de la enfermería un espejo y se lo dio a la esgrimista. Esta apenas se quitó el espejo observó su rostro. Valla! Parecía como si el golpe se lo hubiese dado un boxeador. Le había hecho un leve herida en la ceja. La herida aún estaba abierta, pero de seguro necesitarían que cocerla un poco.

-Pero ¿Quién hizo esto?.-dijo algo apenada levantándose de la cama.

-Pues no sabemos.-explicaba Touga.

-¿Pero qué le dan de comer a esas mujeres!.-decía una confusa Nanami.- Te han abierto hasta la ceja.

-¿Mujeres?.-preguntó Juri.- ¿Quieres decir que fueron unas mujeres quienes hicieron esto!.

-Sí.-dijo Utena.- Nadie pudo ver si Shiori o Kozue fue la que te golpeó.

-¿QUÉ!.-eso si la alteró.- ¿Quieres decir…qué esas dos LOCAS me golpearon!

-En realidad…-decía Miki.-Una de ellas de golpeo.

-¿Qué! Pero¿QUIÉN?.

-Eso no sabemos.-contestó Touga.- Ambas se abalanzaron sobre ti. Una de ella te debe haber golpeado.

-Ahora, están en disciplina. En la oficina del Sub-director.-explicó Saionji.

-Y ¿ahora?.-decía Juri mientras trataba de retomar la calma.- ¿Qué haré?

-No mucho…-siguió Touga.- Por el momento solo tendrás que esperar a que suturen esa herida.

Genial! Así había terminado su día. Una carta llena de bastantes expectativas y un ojo morado que seguro no se vería bien por la mañana en sobre su tan adorado y simpatico rostro.

A la mañana siguiente tendría muchas cosa que hacer…


Tres jóvenes estaban sentadas frente a un amplio escritorio, conformado por un grupo de profesores y por el sub-director de la academia.

Dos de ellas, estaban al extremo de la del medio. Las 'contrincantes' que habían llevado a Ohtori a convertirse en un ring de boxeo, lucían las marcas típicas de los arañazos, golpes, mordidas, unos cuantos jalones de cabello, que de seguro aliviaría los dolores de cabeza pero traerían otros dolorosos, otros leves moretones que mágicamente fueron ocultos con maquillaje.

La del medio era la joven que supuestamente estaba encargada de las disciplinas de los alumnos. Ella también había sido citada a esta reunión 'extraordinaria' ya que de todas las perjudicadas era Juri, quien en su intento desesperado de detener la pelea, le había costado un ojo y una cirugía correctiva.

-Señorita Takatzuki. Señorita Kaoru.-comenzaba el subdirector.- Ambas son buenas estudiantes, sin embargo, lo sucesos ocurridos el día de ayer no serán perdonados bajo ninguna circunstancia. Ambas recibirán una reprimenda por esto. Esta conducta no se permite en nadie ni siquiera en unas jovencitas como ustedes. Esta prestigiosa institución no puedo soportar estos comportamientos tan bajos.

Las dos chicas referidas empezaban a sentirse algo incomodas. Kozue no tanto, era un poco más altanera que Shiori. Shiori si temía, puesto que no tenía una posición social tan alta como la chica de cabellos azules.

-Ahora…-prosiguió el hombre.- ¿Quién de ustedes golpeo a la señorita Arisugawa?.-preguntó.

-Ella fue!.-se escuchó decir a ambas. Las dos chicas comenzaron a lanzarse las culpas en frente de todas esas 'autoridades'.

-Silencio!-dijo una maestra, algo molesta.- Esto es increíble! La señorita Arisugawa en el cumplimiento de su deber, recibió un golpe de UNA de ustedes! Sí no dicen quien fue, serán castigas más severamente.

Las dos jóvenes no dijeron nada, al parecer ni una de las dos recordaba lo que había pasado. La euforia las había llevado hasta ahí.

-¿Y bien?.-insistió el subdirector.- Vamos! Digan cuál de ustedes fue.

Ambas jóvenes no respondieron. Solo se quedaron calladas y, de vez en cuando, mirando los pequeños punto que estaban en la ceja de la esgrimista, sentada al medio de ellas dos.

-Entonces.-siguió el subdirector.-Estarán suspendidas por lo que va del año. Alégrense! Porque queda poco para que se gradúen.

Las dos jóvenes quedaron algo sorprendidas por el 'castigo' impuesto. Suspender era como si , reprobases en todo, sin mencionar, que en la libreta habría una nota bastante deplorable.

El subdirector les pidió que se fueran, en cuanto a Juri, quien había permanecido callada, fue interrogada de su intervención en la pelea. Esta confesó que no recordaba mucho y que lamentaba lo que había pasado. Los maestro no fueron duros con ella simplemente le dieron un tiempo de descanso hasta que su herido ojo, se recuperara.

Después de ello, salió muy abatida de aquel salón. No estaba contenta con lo que había sucedido y ¿quién lo no? Le habían golpeado, formaba parte de una serie de rumores que la relacionaban con un 'trio de la muerte' y, encima de todo…, esta pelea estaría en su record. A pesar de no haber movido ni un solo dedo, sería marcado como 'intervencion en una pelea'. En sí nada había salido bien.

Cuando llegó cerca de las dos jóvenes quienes la esperaban, esta no pudo evitar sentirse molesta al verlas.

-Juri…-trataba de decir Shiori, mientras era seguida por Kozue. Juri simplemente las detuvo al levantar su mano.

-Déjenme…-decía.-Déjenme tranquila. Ya me habéis hecho demasiado daño por dos días.

-Pero…-ambas decían algo esperanzadas, pero Juri siguió su camino, sin importarle lo que le decían.

-Fue su culpa!-gritaba Shiori señalando a Kozue.

-¿Mi culpa!-respondía Kozue.

-Tu fuiste, la que empezó!-gritaba Shiori. Las jóvenes discutieron nuevamente. Golpearse como lo habían hecho horas atrás no era y necesario.

Juri se había ido.


Daba suspiros muy largos al recordar lo ocurrido. Deseaba no haber intervenido en aquella pelea, o por lo menos hubiese deseado que Touga interviniese, pero decidió hacerlo ella misma.

Y luego…el golpe.

No se fijó muy bien en el espejo de cómo se veía, pero de seguro no estaba nada bien. El dolor aún estaba ahí y apenas podía mover su ojo a los costados.

Los demás miembros del consejo, le proporcionaron ánimos para que la joven esgrimista no entrara en una depresión. Trataron de recordarle su ingreso a la univesidad y de que el golpe en el ojo, no duraría mucho.

Pero, no era el golpe que le dolía solamente. Le dolía que todo hubiese llegado a esto. A una tonta pelea que no valía la pena. No estaba segura si lo hacían por ella o por el honor de ambas. Todo indicaba que era lo último.

Oh no aguanto este dolor…

Se asomó en la fuente que estaba en el centro del lugar. La luna iluminaba su figura. Cuando estuvo cerca, trató de ver su rostro, pues quería saber como estaba su ojo y por qué le dolía tanto.

No pudo ver mucho. A pesar de estar cerca, su figura se movía mucho, con el movimiento que hacía el agua al chocar el viento. Solo podía una sombra. Su propia sombra, pero no podía ver su rostro.

Regresó a su posición original y se sentó. Se sentía algo triste. El golpe dejaba una marca para la historia de esa escuela, de que alguna vez, uno de los miembros más distinguidos del Consejo Estudiantil, estuvo metida con un par de jóvenes, que lo único que hicieron, fue aprovecharse de ella. Los puntos cerca de su ceja, serían testigos de que todo ello, era cierto.

Necesito hablar con alguien…

No sabia a quien recurrir, pero recordó que su buen amigo, Miki, estaría dispuesta a escucharla cuando ella quisiera.

Al menos eso era, lo que recordaba…

Caminó hasta la casa del joven y tocó la puerta de este, esperando ser recibida por el.

No se equivocó. Miki, le abrió la puerta.

Pero, se veía algo molesto apenas la vio. Sería posible que su hubiese enterado de algo?

Miki, le saludó de manera seca y la dejó pasar. El rostro del muchacho podría ser muy calmado, pero se podía notar que algo estaba mal en él.

Juri se sentó el sofá del amplio salón de la casa de los Kaoru. Por alguna razón, Miki, no había encendido las luces del lugar. Todo estaba oscuro, salvó iluminado por la luz de la luna, que entraba por todos los ventanales del lugar. Miki, se sentó al frente de Juri y se acomodó lo suficiente, mientras sacaba de él, su tan preciado cronometro.

Estuvieron conversando por un par de minutos, pero Juri notó que Miki, tenía algo que decirle, que había algo en su mente que le preocupaba y que tenías muchísimas ganas de salir de sus labios.

-Miki, lamento lo de Kozue. No sabía que pasaría esto…-explicaba Juri por último.

-Juri…-dijo Miki interrumpiéndola.

Juri se detuvo y miró al chico con mucho cuidado. Su semblante se tornó muy serio. Se movió en su asiento tratando de acomodarse para lo que iba a decir, tratando de ocultar su molestia y obtener las palabras correctas antes de decirlas. Daba bocanas de aire antes de hablar, pero no encontraba las palabras.

-Juri. Si te querías coger a mi hermana¿por qué rayos no lo dijiste?

Juri se quedó algo impactada ante esto ¿Lo sabía ya?

-Miki, yo no sé que hablas.

-¡Lo sabes bien Arisugawa!.-decía en un tono bajo, pero se notaba bastante forzadas aquellas palabras.- ¿Crees que no supe¡Eh!

-Miki, yo no planeaba decírtelo aún. Yo…

-¿Y cuándo ibas a hacerlo? O esperabas que mi hermana dijera algo.

-No! Yo esperaba el momento en decírtelo. Creí que estaría bien.

-¿Bien? BIEN? Nada esta bien Juri. ¿Acaso no confías en mi?

-Miki, lo hago. Es solo que no quería molestarte. Yo…

-Molestarme. Sí, claro.-decía mientras se levantaba del asiento.- Te desconozco Juri.

Y con eso ultimo, Miki se fue del lugar. Subiendo las escaleras de caracol, que había cerca de ese amplio salón. No se volteó en ningún instante para verla. Simplemente sintió que debía irse de ese lugar.

Juri se quedó ahí sola. Mirando como el joven de cabellos azules se marchaba, muy molesto. Sintió que había perdido algo importante. Que había perdido, a un amigo…No. A alguien mas que un amigo. Un hermano.

-Oh cómo me duele.-decía mientras colocaba sus manos en su rostro.

-¿Ya terminaron?-una voz interrumpió. Juri levantó su rostro y vio que se trataba de Kozue, quien estaba de pie, apoyada en el marco de la puerta que estaba al terminar las escaleras de caracol.

-Kozue…-solo pudo pronunciar. No quería encontrarse con ella. No aún.

-Veo que se lo dijiste.-dijo en un tono decepcionado mientras avanzaba hacia ella.

-Yo no se lo dije.-le respondía.

-Pues yo no lo hice.-decía la joven. Parecía no importarle.

-Veo que no te importa¿verdad?- decía mientras desviaba su mirada.

-¿Y qué si me importará?-decía mientras se sentaba al lado de la joven esgrimista.- ¿Acaso eso te molestará?

-Sí, me molesta-respondía mirándola.-He perdido a mi mejor amigo.

-¿Lo has perdido?.-preguntaba Kozue con su clásica sonrisa cínica.- Lo dudo, Juri. El solo esta molesto. Déjalo.

-Pero, cómo sabes que no ha sucedido eso? Acaso no lo oíste. Esta furioso.

-¿Y qué? no le hagas caso. Es solo un niño engreído.-decía Kozue mientras se acercaba más a Juri y dirigía su rostro al suyo. Le acarició la mejilla un par de veces, esperando calmar a la ofuscada Juri. Los ojos de esta brillaban en la oscuridad como dos esmeraldas. El moretón en sus ojos no se notaba pues era opacado por aquellos hermosos y brillantes ojos.

Kozue se acercó lentamente y atrapó sus labios con los suyos. La esgrimista sintió perderse en aquella caricia por unos instantes. Sintió que todo lo demas no importaba que todo lo que había ocurrido no era de mayor importancia. Fue entonces que Kozue decidió profundizar más el beso.

-No…no.-decía Juri separándose de los hambrientos labios de Kozue.

-Pero¿qué sucede?-trataba de decir una 'emocionada' Kozue.- ¿Qué pasa?

-Esto no puede seguir así…-decía la esgrimista.- Esto no es una broma.

-¿Broma¿De qué hablas?

-Tengo que irme.-dijo por ultimo antes de levantarse rápidamente y salir de la casa como alma en pena.

Kozue trató de detenerla, pero fue inútil.

Juri ya se había ido.


Corrió durante todo el trayecto, sin siquiera fijarse a dónde se dirigía. Su instinto le indicaba que estaba yendo por el camino correcto.

Pero ¿cómo era posible? Acaso a nadie le importaba? A nadie le importaba por lo que pasaba ni lo que sentía. Todos eran unos egoístas. EGOISTAS!

El único que parecía importarle era Miki, pero hasta la propia Juri era egoísta. Por no haber confiado en su amigo, ahora estaba apunto de perderlo completamente.

La persona quién creía amar, solo estaba jugando. Kozue probablemente trataba de experimentar nuevas cosas. Nada serio.

Todo esto. Todo esto era la culpa de Shiori. Sí, lo era. Ella la había llevado a tomar decisiones poco meditadas. A dejarse llevar por lo que sus emociones le decían y no por lo que su cerebro le anunciaba.

Maldita sea!

Abrió la puerta rápidamente y apenas la cerró se reclinó en ella. Su respiración era muy agitada, pero el rostro de rabia se mostraba aún.

No pudo evitar que una solitaria lágrima resbalara por su mejilla.

Y así, terminó la guerra de las damas. No se supo quien había ganado. No se supo siquiera, en qué había quedado.

Pero de algo era seguro. Juri Arisugawa era la perdedora…


Duran17-Roar18:

Hola a todos: espero que les haya agradado este capitulo.

Nuevamente gracias por sus reviews. Espero saber la opinión de ustedes al leerlo.

Por cierto, les dejo una pagina llamda 'Rose and Release'. Una pagina que contiene la banda sonora de la serie de utena y de su pelicula. Podran encontrarla en google con el nombre que les di.. No recuerdo quien es el webmaster, pero les digo que NO SOY YO.

Espero lo disfruten

No olviden sus reviews...Nos vemos!