PROBANDO MILAGROS:

Shojo Kakumei Utena, su historia y sus personajes no son de mi propiedad. (Pero esta historia si)

Por fin! El ultimo capítulo…


Capítulo 16: Costumbres:

A partir de ese momento, las cosas se habían tornado diferentes. Había pasado de una caótica incertidumbre a una especie de plenitud. Desde aquella noche, ambas habían jurado no volver a hablar del tema nuevamente. Tratar de olvidarlo a toda costa o por lo menos, evitar mencionarlo algo que era parcialmente difícil.

Para muchos, el cambio fue considerable. Desde hacía mucho tiempo que no veían a la capitana de esgrima, relacionarse nuevamente con quien había sido su amiga de infancia, durante todos esos años. Pero si eso significaba que la joven de ojos verdes fuera feliz, entonces no tenía por qué ser un inconveniente.

Después de todo, pronto se irían…

La graduación de esas jóvenes se aproximaba rápidamente. Ya, para esos momentos, solo podían esforzarse para los exámenes finales y por tratar de obtener buenas 'ofertas' para buenas universidades, que era el sueño de muchos.

Juri ya lo tenía todo preparado. Parecía que su destino ya estaba hecho. Era muy inteligente, respetada por alumnos y profesores, una gran habilidad para el esgrima; y una jugosa oferta de parte de una universidad que la llevaría a cumplir su mayor sueño.

Sí. Todo estaba iba muy bien.

Demasiado bien, para creerlo.

Más aun con ella…

Dio un pesado suspiro mientras se colocaba la mascara que ser vía como protector, para poder iniciar su practica diaria. Estaba tan acostumbrada a practicar en aquella sala con acabados victorianos, que sintió un poco de melancolía al saber que pronto se iría.

Acostumbrarse a los cambios…

No le agradaban los cambios, después que acababa de acostumbrarse a uno.

Ohtori era como su hogar. No había logrado disfrutar mucho su infancia al lado de sus padres. Probablemente ellos deseaban quitarse de encima esa responsabilidad. Pero, poco le importaba ya. Tan pronto se graduara tendría que ir con sus padres para hablarle sobre su asunto en la universidad. Seguro que ellos no se opondrían.

Una estacada interrumpió la circulación del aire. Comenzaba a calentar un poco antes de que llegaran los otros alumnos para que iniciaran las pocas clases de esgrimas que quedaban con ella.

Incluso hasta la torpeza de esos jóvenes extrañaría.

La graduación estaba programada dentro de unos dos días. Pronto todo acabaría para los de ese año. Algunos ya estaban ansiosos por querer salir de esa 'carcel' que se había convertido.

-Buen, movimiento.-dijo Touga acercándose a la esgrimista.

-Touga.-dijo Juri sacándose la mascara, para observar bien a su amigo.- ¿Qué haces por aquí? Creí que estarías ocupado en aquella reunión con los maestros.

-Sabes, bien que no me agradan esas cosas.-contestó.

-¿Cómo esta Nanami?- Preguntó ella mientras se sacaba los guantes.

-Ha estado bien.-contestó.- Al menos, ya no se comporta tan infantil como solía serlo.

-Me alegra escuchar eso.-dijo mientras observaba al pelirrojo.- Bueno¿Para qué has venido?

-Vine informarte sobre el evento que será la graduación.- decía mientras le entregaba un sobre blanco.- Desean que tu seas la que diga el discurso.

-¿Discurso?-. Preguntó algo extrañada mientras cogía el sobre y lo abría.

-Sí, así es. Desean que tú realices un discurso de 'despedida' a todos los invitados y alumnos.

-Eso suena muy complicado.-dijo mientras leía con detenimiento la carta.- Pero ¿Por qué?

-Eres la mejor alumna que ha tenido esta escuela.-comentó el hombre.- Les gustaría escuchar unas palabras de la persona que ha sido capaz de poner en su lugar a alumnos y maestros. Además…yo no quería hacerlo.

-Veo que no puedo oponerme.-dijo con cierta incomodidad mientras regresaba el papel al sobre.- Bueno, veré que puedo hacer. No he sido buena con los discursos, pero ni hablar…

-Sí, eso ya lo sabía.-dijo el hombre con una ligera sonrisa.- Tengo que irme. Solo vine para traerte eso. Dentro de poco comenzarán las prácticas. No te olvides de hacer las cosas más importantes antes de irte.-dijo esto ultimo mientras volteaba a verla una ultima vez.

-Sí.-dijo mientras asentía.- Entonces, nos vemos después.

Juri observó al enigmático hombre alejándose mientras volvía a colocarse los guantes en sus manos.

Ahora tenía otro problema. Comenzar a hacer un discurso…

¡Qué tontería!


Dado a que las clases acabarían pronto, ella tendría que presentar unos cuantos trabajos urgentemente. Su mal comportamiento en los últimos meses (después de la famosa 'guerra'), había traído como consecuencia que su nota de conducta bajara considerablemente. El promedio con el que saldría podría matar de un infarto a sus padres.

Para evitar ello, se encontraba ahora, en la biblioteca, revisando una serie de libros mientras sacaba de ahí algunos datos importantes para esos dichosos informes.

Para ser un poco más difícil, había una cantidad considerable de alumnos que también intentaban hacer trabajos extras para salvar el semestre. La calma ya no era tan presente.

Sin percatarse alguien se acercó hasta la mesa donde se encontraba sentada y se sentó al frente de ella. Esta levantó su mirada para verla sorprendida.

-¿Qué haces aquí?.- preguntó.- Creí que tenías prácticas hasta tarde.

-Salí temprano.-contestó mientras se acomodaba en la silla de madera.- Los maestros dicen que ya puedo tomarme estos últimos días con tranquilidad.

-¡Qué suerte!.- exclamó mientras regresaba a su trabajo.- Yo tengo que presentar muchos informes para algunos maestros. Talvez si pueda salvar el semestre y graduarme.

-¿En serio? Bueno, no tengo mucha suerte.-contestaba mientras sacaba un pequeño sobre de su maletín.- El consejo de maestro me ha asignado la tarea de hacer un discurso para el día de la graduación.- diciendo le entregó el papel donde estaba dicha 'invitación'.

-No puedo creerlo.-contestó la otra joven mientras leí la zona especifica.- ¿Y qué piensas hacer? No parece que fuera algo que vaya contigo.

-Lo sé.-contestó con una leve sonrisa.- Pero, no tengo opción. Trataré de hacer lo mejor que pueda.

-Entiendo.-contestó esta mientras volvía a escribir sobre el pequeño cuaderno que estaba sobre la mesa.

Ambas permanecieron en silencio, mientras una de ellas trataba de concentrarse en su tarea, pero era algo inútil. La joven de en frente la observaba con un poco de detenimiento y preocupación. Bien era cierto que la biblioteca se había vuelto un poco más ruidosa al acostumbrado silencio que había, pero le molestaba el silencio que hacía su compañera.

-Shiori…-comenzó, en un tono confidente.- Dime… ¿Qué harás cuando te gradúes?

-No lo sé.-contestó con calma.- No he pensado mucho en ello…¿por qué preguntas?

-Por nada.-contestó rápidamente, bajando la mirada.

Shiori no le prestó mucha atención, ya que lo considero una acción muy normal de la esgrimista. Sin embargo, no puedo evitar comenzar a preocuparse cuando notó cierta incomodidad en ella. Golpeaba con las yemas de sus dedos la trabajada mesa, mientras trataba de aclarar sus ideas.

-¿Te sucede algo?-. Preguntó finalmente.- Te ves muy perturbada.

-No.-contestó.- No me sucede nada. Es solo que…

-¿Qué?

-Estoy preocupada. Todavía no he ingresado a una universidad.-sorpresivamente mentía ¿Qué sucedía?

-¿Eso te tiene tan preocupada?-. dijo Shiori mientras volvía la calma.- No te preocupes. Yo tampoco lo he hecho. Espero que podamos ir a alguna algún día…

Juntas…

-Sí.-contestaba con una leve sonrisa.- Seguro.


Ambas regresaban al área de los dormitorios, después de haber pasado el resto del día en la biblioteca. Y a que Juri no tenía mucho que hacer, decidió acompañarle a su 'amigas' mientras esta terminaba con sus deberes. No era que le agradará, pero no había nada mejor que hacer.

Estuvieron conversando mientras caminaban pacientemente hasta sus respectivas habitaciones. En realidad, la que hablaba más era Shiori. Juri había permanecido en silencio desde que salieron. Al parecer, algo en ella le decía que debía escucharla, ya que pronto talvez, no podría hacerlo tan seguido.

Por otra parte, Shiori había encontrado bastante incomoda la idea de hablar ella sola. Era cierto, que antes no hablaban. Siempre había permanecido detrás de ella. Siguiéndola en silencio. No emitía sonido alguno para no ser atrapada por ella, pero de alguna forma la esgrimista sabía que siempre estaba a su lado.

Y ¡Qué curioso!

Ahora que ya era tratada como igual, esta no le hablaba. Claro, se sabía que casi nunca hablaba con mucha gente, pero esta vez era más silenciosa que lo acostumbrado. Solo se limitaba a decir '¿En serio?' 'Qué bien' o '¿Así?'. No era precisamente la forma en que quería ser tratada.

Sin embargo, todos esos 'sintomas' determinaban que su compañera estaba siendo perturbada por algo más allá de su alcance. Probablemente eran sus propios pensamientos, lo podía decir por su mirada casi perdida en el vació.

Después de percatarse de ello, Shiori decidió permanecer callada. Juri no objetó, probablemente estaba tan ocupada en sus preocupaciones, que solo respondía por el tono de los sonidos que las palabras. Quizás nunca estuvo escuchando!

Sumida en sus pensamientos, Juri ni se percató que habían llegado a la habitación de Shiori. Esta última, por unos segundos, pensó en preguntarle qué le preocupaba, pero de seguro no recibiría ninguna respuesta.

-Espero que descanses.- Contestó Juri, con una ligera sonrisa.- Mañana es el ultimo día para presentar los trabajos antes de los exámenes.

-Lo sé.-dijo Shiori. El comentario estaba de más en aquel momento.

-Bueno…nos vemos.-dijo Juri despidiéndose y caminando lentamente.

-¡Espera!-. le llamó.- No pareces estar bien ¿Qué sucede?

-Nada.- contestó.- Es solo que he estado muy cansada últimamente. Por los exámenes

-Entiendo.-dijo al recibir la respuesta. Era obvio que no obtendría nada más que eso.

-Descansa.-dijo finalmente y volvió a caminar, dirigiéndose a su habitación, dejando a una desconcertada Shiori.

Cuando la esgrimista entró a su habitación, se recostó sobre la puerta unos minutos, mientras recuperaba un poco sus energías.

¿Qué le sucedía? Se supone que todo estaba yendo bien, no tendría que poner así. Tan desanimada, tan triste…tan patética.

No…

Esto no esta bien.

Lanzó a un lado su maletín mientras perezosamente iba hacia la pequeña cocina de su habitación, trayendo en sus manos un vaso con agua que comenzó a beber sin lentamente.

Estaba tan cansada. Sus preocupaciones, le hacían sentirse más cansada que nunca. También influía en parte, el hecho de que abandonaría la academia a la que ya había logrado acostumbrarse. No era una buena época para los cambios.

Al escuchar que alguien tocaba a su puerta la detuvo por unos instantes. Se preguntó quién podría estar tocando a su puerta a esas horas de la noche aunque la respuesta era bastante obvia.

-Un momento.-dijo, con el tono más 'revitalizado' que pudo.

Dejó el vaso a un lado y dio un pesado suspiro. Pestaño varias veces tratando de mantenerse despierta, dándose leves golpes en las mejillas para poder mantenerse un poco más animada. Con eso se dirigió a la puerta y la abrió lentamente.

-¿Shiori?-. Dijo reconociéndola a la chica.- ¿Qué sucede¿Te pasó algo?

-¿Puedo pasar?-. Preguntó con cierto temor.

-Claro…Claro! Adelante.-dijo esta abriendo más la puerta para que su amiga pasara.- ¿Qué sucede¿Por qué estas aquí? Creí que estarías en tu dormitorio.

-Sí, es solo que…-comenzó mientras se sentaba el pequeño sofá-. Solo que estaba algo preocupada por ti.

-¿Por mí?-. Contestó aparentando estar algo extrañada-. ¿Por qué lo dices?

-Has estado actuando rara últimamente.-le decía.- Pareciera que algo esta ocupando siempre tu mente. Algo muy importante. Como si te molestara.

Juri posó su mirada sobre la joven de cabellos violeta. La observaba detenidamente, mientras ella continuaba hablándole. Trató de que todos sus sentidos estuviesen enfocados en las palabras de la jovencita, pero estos parecían estar apagándose a cada segundo que pasaba. Estaba tan casada, que solo pudo escuchar…

-Lo lamento.-concluyó, mientras se levantaba rápidamente del sofá.- Creo que solo he logrado molestarte. Discúlpame. Será mejor que me valla.

-No espera-. Dijo Juri rápidamente regresándola a su posición anterior, y esta vez, se sentó a su lado.- No es nada de eso. No me molestas en lo absoluto.

-¿Segura?

-Sí.-contestó tratando de esbozar un ligera sonrisa.- Tienes razón. Estoy preocupada. Pero, no es por lo que tú piensas.

Sé que he estado un poco distraída últimamente, pero no es porque tenga miedo de perderte, sino es porque…

-¿Es por qué…? -. Dijo Shiori al ver que Juri se detenía.- Tienes miedo de…

-Tengo miedo a los cambios.-respondió rápidamente.- Tengo…miedo…de no poder adaptarme después que salgamos.

-¿Eso es lo que te preocupa?

-Sí. Eso es.-contestó mientras daba una ligera sonrisa. Algo nerviosa, por haberle dicho una gran mentira.- Tu sabes como soy. No me gustan los cambios.

-Sí, tienes razón.-dijo Shiori mientras bajaba su rostro algo apenada por haber interrumpido de esa manera en la habitación de la esgrimista

-No estés triste por ello.-dijo Juri levantando el rostro de la joven para ver sus hermosos ojos violeta.

-Lamento haberte incomodado con esa pregunta tan…tonta.-dijo ella mientras trataba de reírse un poco.

Juri no dijo nada más. Solo se quedó mirando al jovencita quien ahora había regresado su mirada al suelo, como su hubiese encontrado algo interesante ahí.

La mujer de cabellos naranja se acercó un poco más a ella y optó por abrazarla, recibiendo como respuesta, el mismo gesto, apoyando su cabeza sobre su pecho.

Perdóname…


La había estado observando por varias horas. Acariciaba con suavidad la piel libre de aquellos incómodos ropajes. Ya eran horas desde que habían estado en la intimidad. Por unos instantes, sintió que sus energías regresaban al encontrarse en los brazos de su adorada y pequeña amiga. Sintió que todo el mundo se derrumbaba, que todo volvía a ser como antes.

Casi todo.

No había descansado en ningún momento. Había permanecido ahí. Acostada a su lado, mientras le abrazaba suavemente y la observaba. Por alguna razón, temía perderla de vista.

Tantas veces estuvieron juntas.

Tantas veces la dejó.

Sin embargo, aquella noche no se fue. Estaba durmiendo placidamente a su lado en sus brazos, que no parecía tener planes de querer separarse de ella en ningún momento. Estaba tan tranquila. Tan pacífica.

Algo dentro de ella le decía que si cerraba sus ojos, ella aprovecharía para irse. Como muchas otras veces lo había hecho.

Tenía desconfianza. A pesar de haberle preconizado que nunca más volvería hacerlo, aun no confiaba en ella. Las palabras de la mujer cruel podían estar revestidas de una plena lealtad y confianza, pero detrás de ellas se encontraba su verdadero propósito.

Dolor.

Sufrimiento.

Era cierto. Tenía miedo, pero no era de los cambios. Lo dijo solo para poder calmarla. No le agradaba verla preocupada sobre los problemas ajenos. No eran algo que disfrutara ver, sobre todo cuando comenzaba a apoderarse de su rostro. La chica colocaba un rostro muy dramático. Demasiado doloroso. Sufrido. Triste. Sin duda pudo haber sido una excelente actriz.

Talvez ahí estaba la razón.

Era una excelente actriz. Talvez por eso temía.

Si se dejaba vencer por el sueño, daría paso a un excelente oportunidad para que se fuera y nuevamente se volvería el círculo vicioso a la que estaba tan…

¿Acostumbrada?

Sí!

He ahí el problema.

Estaba tan acostumbrada a que le abandonara, que ahora que no lo hacía sentía que todo estaba mal. Sentía que no podía adaptarse a la idea de Shiori quedándose a su lado. No era algo que estaba esperando. Era algo improvisto. Algo inconcebible!

Pasar el resto de sus días con Shiori, era algo que deseaba, pero la jovencita no había hecho muchos méritos para ganarse su completa confianza. Quería que lo hiciera, pero no lo hacía. Había tratado de esquivar el tema. No habían aclarado las cosas como debían y ahora la esgrimista comenzaba a lamentarse.

Tenía tantas ganas de decirle todo lo que la molestaba. Todas las cosas que sintió cuando la dejaba. Cuando la llamaba patética. Aún las sentía y eso podía ser un grave problema.

Ahora tenía dos caminos. Uno más riesgoso que el otro. Pero solo uno le daría la felicidad plena.

Pero ¿Qué puedo hacer?

Mi sueño…

El amor de mi vida…

Dime¿qué puedo hacer?

Abrazó con más fuerza a Shiori, recibiendo como respuesta un leve quejido, más no se despertó.

No hay opción.

Debo hacerlo.

Una decisión, que podía cambiarla por completo.


Días después….

El día de la graduación había llegado. Habían llegado decenas de invitados a la fiesta de graduación. Las luces del día iluminaban a los alegres alumnos que ya celebran su salida. Orgullosos padres comentaban entre ellos sobre los proyectos que tenían preparados para sus hijos. Maestros conversaban con algunos maestros para felicitas hipócritamente, el buen trabajo de algunas madres y padres, sobre sus hijos.

En cuanto a ella, se encontraba ladeando levemente la copa de cristal que llevaba consigo mientras caminaba y veía los rostros de los padres, de algunos de los alumnos. No tenía mucho que hacer y estaba algo aburrida. Desde el incidente ya no tenía muchas amigas, así que no podía andar con alguien del todo.

Sus padres, le habían anunciado que irían a su fiesta, pero que demorarían en llegar. Esperaba, dentro de sí, poder verlos pronto. Hacía mucho tiempo que no sabía nada de ellos. Claro hablaba con ellos por teléfono, pero casi siempre estaban ocupados trabajando. No tenían muchas oportunidades de poder verla a ese internado-cárcel que pronto dejaría.

Caminó hasta ver a un grupo de hombres y mujeres alrededor de su compañera. Quiso acercarse para poder conversar con ella. Los últimos días no habían logrado conversar mucho. Ya no se notaba muy preocupada, pero si notó que su actitud había cambiado.

Sin embargo, cuando se acercó pudo escuchar la conversación de ellos.

-Señortia Arisugawa.-Decía un hombre de cierta edad.- Hemos oído que a recibido una oferta de una prestigiosa universidad.

-Así es.-contestó con una ligera sonrisa.

-Mmm también hemos oído que serás enviada para las olimpiadas.-dijo una maestra.

-Es cierto, pero todavía eso no esta confirmado.-decía.- Tendrán que hacerme unas pruebas antes.

-Pero, eso no será un problema.-dijo otro hombre.- Has sido campeona en las ultimas competencias de esgrima regionales. Seguro que quedaran encantados con tus habilidades.

-Es cierto!.-decía la mujer.- Estoy segura que podrás llegar alto. Sobre todo a la universidad que vas.

-Sí.-dijo el primer hombre.- He oído que tienen un excelente campus y una buena plana docente.

-Pero, también se encuentras fuera de Tokio.-dijo un tercer hombre.- ¿Cómo harás?

-La universidad, piensa pagarme el alojamiento.-explicó.

-¡Vaya! Eso suena excelente.-dijo la mujer.- Pero¿sus padres ya lo saben? Por cierto, no los he visto llegar.

-No, ellos no podrán venir.-comentó.- Están algo ocupados, pero los veré tan pronto terminé la fiesta. Tengo que arreglar unos asuntos de la universidad y tengo que hacerlo con ellos.

-Deben estar muy orgullosos.

-Sí. Lo están.-dijo ella a modo de suspiro. Estaba tan cansada. Sus ojos vagaron a su alrededor hasta que vio a una joven con una vestido que combinaba mucho con el color de sus ojos.

Shiori, al ver que la esgrimista le prestaba atención. Trató de llamarla para que se acercara. Pero…

-¡Shiori!-. alguien la llamó. Al girar su cabeza pudo ver a un hombre edad con una barba oscura.

-¡Papá!- exclamó al verlo, pero volvió su mirada hacia Juri, la cual había quedado paralizada al notar que ella se encontraba con su padre. Shiori no tuvo más opción que ir al encuentro de su padre.

Después de este abrupto encuentro, tendría que hablar con Juri al respecto.


Ya era de noche. Se encontraba caminando por el lado de los dormitorios antes de mientras sostenían en una de sus manos un pequeño sobre blanco. Su clásico y tan formal uniforme de consejo, ya no estaría con ella nunca más. Ahora sastre negro, con una blusa azul cubrían su delgada figura mientras deambulaba por los pasillos.

Sabía que no la encontraría a esas horas. La llegada de sus padres la había mantenido completamente ocupada, por lo que no estaría en su dormitorio hasta dentro de un par de horas. Era la oportunidad perfecta para dejarlo.

Cuando llegó a la habitación, observó por varios minutos el pequeño letrero que estaba ahí.

TAKATSUKI

Dio un pesado suspiro y deslizó con mucho cuidado el sobre por debajo de la puerta. ya casi no había personas en ese lado de los dormitorios. Muchos así como ella, habían empacado sus cosas desde temprano y se habían marchado. Otros se irían por la mañana. Tomándose su tiempo para regresar a sus casas.

Miró una segunda vez la puerta y regresó por el mismo camino por el que vino.

Caminó rápidamente hasta llegar al sitio que había considerado, su sitio favorito. El único lugar donde era realmente libre.

El gimnasio donde practicaba su esgrima.

Entró lentamente por la puerta principal. Las luces de la luna iluminaban el sitio a través de sus decorativas ventanas.

Miró a su alrededor, tratando de asimilar todo en su cabeza. de recordar cada rincón a su alrededor. Iba a extrañar ese lugar.

Se sentó en una de las sillas, volvió a levantarse. Caminó varias veces por el amplio lugar, tocando cada detalle trabajado en sus paredes.

-Te ves elegante.- Se escuchó. Juri se despertó de sus ensoñaciones antes de observar a la persona que le hablaba.

-Kozue…-dijo casi sin prestarle atención al verla.- ¿Qué haces aquí?

-Vine a verte.-dijo la jovencita avanzando hasta ella.- Supe que te irás pronto.

-Así es.-dijo ella.

-¿Por qué?.- dijo.- Después de todo lo sucedido¿piensas irte?

-Eso es algo que no te incumbe.-contestó sin ganas mientras caminaba cerca de la chica, sin prestarle atención.

-No piensas despedirte de tus amigos?

-No tengo amigos.-contestó.

-¿Qué hay de Miki?

-El ya no desea verme.

-No es cierto.-dijo Kozue acercándose a ella.- El solo es un testadura. No sabe actuar bien ante estas situaciones. Deberías ir a verlo.

-¿Has venido a interceder por tu hermano¡Vaya qué extraño!-. Juri dijo con ironía.

-No es lo que piensas.-dijo.- Tú también sabes que lo extrañaras. Deberías despedirte antes de irte. No lo admite, pero el extraña conversar contigo. Si te vas él…

-Espera, Kozue!-. Exclamó.- ¿En verdad estas bien? Nunca te oí hablar así de tu hermano. En verdad…estas defendiéndolo.

-¿Y qué si lo hago!-. dijo finalmente. Esto no estaba resultando como ella esperaba.

-Tranquilízate.-dijo Juri acercándose y dándole un abrazo.- No tiene nada de malo preocuparse por los hermanos. Me alegra que por lo menos estés comenzando a comprenderlo.

-Nadie podría comprenderlo.-dijo Kozue entre sus brazos.- Es muy terco.

-Igual que tú.-dijo Juri esbozando una sonrisa, mientras apoyaba su mentón sobre los cabellos azules de la chica.- Es tarde. Tengo que irme.-se separó de ella con cuidado antes de observarla directamente.

-Por favor, cuida de Miki.-dijo como un susurro.- Ya no peleen tanto. Dile…que lo extrañaré.

Sin más que decir se separó de ella y comenzó a caminar, dirigiéndose a la salida del gimnasio.

-¿Sé lo dijiste?-. Logró preguntar Kozue, provocando que la joven de cabellos naranjas se detuviera en seco.

-Adiós, Kozue.


Un hombre vestido de negro, caminaba delante de ella mientras cargaba un par de maletas pesadas. Ella llevaba una pequeña maleta consigo que cuando el hombre de negro dejo las otras dos en la maletera del auto negro, este la recibió y la colocó junto con las otras dos.

-¿Estas segura?-. preguntó un hombre de cabellos rojos.

-Sí, Touga.-dijo mirando a su compañero-. Ya lo he decidido. No puedo regresar atrás.

-Deberías decírselo.-dijo el algo preocupado por su amiga.

-No te preocupes.-le aseguró.- Ya lo he hecho.

-Esta bien.-dijo el conforme con la respuesta, para luego esbozar una sonrisa.- Te extrañaremos mucho, Juri.

-Lo sé.-dijo ella con una ligera sonrisa. Ambos jóvenes se estrecharon las manos y luego se dieron un amical abrazo.

-Cuídate mucho.-dijo el hombre.- Que tengas mucha suerte en tu carrera.

-Cuídate tu también amigo.-le dijo.- Cuida de Nanami también.

-Lo haré.- dijo él.

Juri simplemente asintió y entró en la parte trasera del automóvil negro. El hombre quien parecía ser el chofer cerró la puerta del automóvil antes de dirigirse al lado del conductor y encender el auto.

Pronto ella ya se encontraba en la pista. Alejándose del instituto. Lejos de ahí. Lejos de su otro destino.

Ella solo quedó observando los edificios pasar a través de la ventana. Sintió mucha nostalgia y tristeza.

De su abrigo, saco un pequeño objeto, que estaba envuelto en un pañuelo blanco. Con mucho cuidado lo desenvolvió, dando a rebelar el pequeño colgante dorado que llevaba la foto de su amada.

La observó por unos segundos.

Una lágrima se deslizó por su mejilla…

Aquella sensación…

Volvía a invadirle

Querida Shiori:

Al ver este sobre blanco sobre el suelo de tu dormitorio, sabrás que fui yo la que te lo dejó y sabrás lo que tengo que decirte. No quisiera que lloraras cuando lo leas, pero estoy segura que no podrás evitarlo.

Traté muchas veces de llegar a comprenderte. Pensé siempre que tú eras la errada y yo no. Traté de llevar mi nueva vida a tu lado, pero no lo logré.

Tanto dolor y tristeza, han llegado lo más profundo de mi ser. Ha contaminado mi mente y mi cuerpo que ya no puedo pensar bien.

Es por eso que he optado por lo más difícil. Marcharme.

Huyo. Escapo de lo que tengo miedo.

Tienes razón. Tengo miedo. Pero no tengo miedo de los cambios. Tengo miedo de arrastrarte conmigo, hasta este valle de penurias y dolor en el que yo me he hundido. Este valle en que tú me pusiste hacía mucho tiempo

Nunca me dejaste explicarte. Me dijiste que lo olvidara, pero no pude.

Esa cicatriz jamás cerró. Por más perdón que ti, jamás podré olvidarlo. Es una sensación que quema dentro de mi y se muere por salir. Quería decirte todo el dolor que pasé, pero fue cobarde y no lo dije.

Perdóname. Confiaste en mi, pero yo no logré confiar en ti.

Te amo, y por eso no puedo quedarme.

Ojala mis manos fueran tan calidas como las tuyas y pudiera optar quedarme contigo.

Ojala pudiera pensar con el corazón y no con mi cabeza para poder estar a tu lado por el resto de mi vida. Pero esa sensación. No puedo olvidarla.

No es por muy sueño.

Es porque te amo.

Estoy acostumbrada al dolor.

Estoy acostumbrada a ti…


Duran17:

Sí lo sé. Es un asco, pero ¿Quién dijo que los finales eran buenos? (creo que ya me están sangrando los oídos)

Lamento mucho la demora pero he estado sumamente ocupada. Espero que les haya agradado. Y si no, pues…escríbanlo en sus reviews!

Después de este fic, trataré de escribirles una continuación, pero tomaré unos meses de vacaciones antes.

Pero…!

Trataré de entretener con algunos pequeños fics cortos que ya tengo preparados.

Espero que sus reviews amigos.

Y nos vemos en el próximo fanfic!

Chaooo!