Hola a todos, estoy cumpliendo con actualizar, ¿no están orgullosos de mí? En fin, este capítulo es… raro, aunque todos mis capítulos lo son, esta historia es rara después de todo, pero es un capítulo que antes tenía planeado como una especie de Ova, pero que no me resistí en escribir como parte de la trama principal. Mi esposa de seguro me va a ver con cara de wtf después de leer esto, pero ella tiene la culpa. En fin, ya n me extiendo más de la cuenta, a contestar reviews:

Xtractor68: Pues bienvenido seas a mi humilde historia, y me alegra que la estés disfrutando, espero que este pequeño episodio fuera de lo convencional sea de tu agrado, aunque yo también terminé de escribirlo y me quedé pensando: "de cual fumé ara volverla a comprar", jajajajaja. Espero que después de leerlo, sigas sin tener nada negativo que decir de mi historia, en mi defensa personal, de lo que va este capítulo existe, y es canon, pero a lo mejor no así de exagerado, jajaja. Por el momento, Drapion y Kirlia tienen que relegar el rol protagónico, es algo que ya había planeado, pero espero pronto puedan volver, al igual que Quagsire. De Momento, Lampent es algo callado, pero de poco en poco le daré mejores papeles, espero que lo poco que participa en esta historia sea de tu agrado. Espero volver a leer un review tuyo, y siéntete bienvenido.


La chica que quería ser un Pókemon.

Segunda Temporada.

Capítulo 14: El Café Pokémon.


Región Kalos. Ciudad Luminaria. Boulevard del Sur. Laboratorio del Profesor Sycamore.

-¡Alto allí profesor! -la puerta del laboratorio del profesor Sycamore fue pateada con fuerza, casi derribada inclusive, y por mi proximidad a ella, entro en pánico y lanzo todas las cosas que llevaba en brazos al aire. El profesor Sycamore, quien hasta esos momentos se encontraba dormido en la recepción, despierta de improviso no por la puerta siendo abierta tan violentamente, sino por la lluvia de croquetas Pokémon que en ese momento cae sobre el suelo, y en medio de la cual me veo envuelta. Tras haberme levantado, y sin tener nada mejor que hacer, pretendí llevar a los Pokémon del profesor algo para desayunar, no contaba con que Sina llegaría tan temprano, pateando con fuerza la puerta, y espantándome las intenciones- Señorita Valerie, ¿se encuentra bien? -me pregunta Sina, pero yo apenas me estoy recuperando del tremendo susto- Espero que no le haya hecho nada malo, profesor -sentencia Sina.

-Pero si tú eres la que casi me mata del susto -me quejo yo, mirando el desastre a mi alrededor, y llorando por las croquetas en el suelo-. Aw… y yo que quería llevarle desayuno a los Pokémon para poder desayunar con el profesor -exclamé sin darme cuenta de que había dicho aquello en voz alta, hasta que ya era muy tarde, por lo que la mirada sonrojada de Sina, sumada a sus olores corporales, me incomodaron un poco-. Quiero decir… buenos días… Sina -agrego apenada, pero mi pena pasa a temor, cuando logro captar el aroma de molestia del profesor.

-Sina… -lo escucho decir con un tono de voz que jamás le había escuchado, Sina al parecer tampoco lo había escuchado tan molesto hasta ahora, es evidente por su repentina reacción de terror, aunque el profesor logra tranquilizarse, y suspira en señal de molestia-. Por favor limpia este desastre -enuncia mientras se frota la frente, dándose un masaje intentando calmar su coraje, y entonces se dirige a mí, dándome la mano para ayudarme a levantarme-. Espero que haya pasado una noche placentera, señorita Valerie, y espero disculpe las inquietantes preocupaciones de mi asistente -agrega el profesor mientras me ayuda a levantarme, lo que me apena demasiado, pero que al menos no me dio un ataque de pánico esta vez.

-Fue una noche agradable, profesor… -agrego apenada, cubriéndome el rostro con mi brazo, recordando tristemente que no contaba con mangas en mi vestimenta improvisada para poder cubrirme el rosto, por lo que termino sonrojándome aún más-. Espero… que usted haya podido dormir bien… -agrego intentando hacer conversación.

-Vaya profesor, parece que por fin se le va a hacer con una chica -se burla Sina, el profesor se apena, mientras yo siento como el corazón intenta escaparse de mi pecho-. Pero aún tiene que esperar un tiempo para poder oficializarlo, no sea que Malva se aproveche de la situación -insiste ella, y por los aromas corporales del profesor, yo sé que él aún no es indiferente a Malva, lo que logra apenarme, aunque esta vez el profesor reacciona, tomando a Sina de la mejilla, y estirándosela con fuerza-. Oiga… esto es violencia laboral… -se queja ella en medio del estiramiento facial.

-Sina, ve y alimenta a los Pokémon por favor -ordena el profesor, aunque con una sonrisa gentil, que pretende distraer las atenciones de su molestia más que evidente. Sina obedece, y una vez que el profesor le suelta la mejilla, barre las croquetas lo más rápido que puede, y se retira aún con esa sonrisa de picardía que me recuerda demasiado a Mawile-. Uno no puede encontrar buenos asistentes hoy en día, ya no hay respeto -se queja el profesor, mientras yo me quedo sin palabras al verme a solas con él nuevamente-. Le prepararé algo de desayunar… -comenta de pronto el profesor.

-Ah, descuide, como tengo que presentarme en mi trabajo de medio tiempo, ya he desayunado -mis croquetas, ya que solo así me creerá que Eevee continúa en el laboratorio, pero eso no se lo puedo decir-. Su Eevee desayunó conmigo y ya la he sacado al patio trasero. Pero descuide profesor, no me olvidé de usted, también le preparé algo -lo invito a pasar a la cocina, donde ya le había preparado la mesa. Un rubor extraño aparece en el rostro del profesor, y yo no puedo evitar la ridícula sonrisa en mis labios al verlo así de conmovido, es tanto mi regocijo personal, que ridículamente quiero verlo comer-. Podría… acompañarlo con algo de jugo… si no le molesta… -por Arceus, ten algo de autocontrol, Valerie.

-Me apena un poco el que se haya molestado, pero no se me conoce por decirle que no a un desayuno -el profesor al parecer tampoco puede ocultar su entusiasmo-. Buen provecho -comienza a desayunar, mientras yo me sirvo un poco de jugo de bayas Oran, mismo que bebo lentamente mientras le dirijo la mirada por los bordes de mi vaso. El desayuno del profesor eran unos simples huevos revueltos con bayas partidas y algo de arroz, nada fuera de lo ordinario, pero yo estaba demasiado curiosa de lo que pudiera decir.

-Este sabor -¡los nervios me están matando!-. Es demasiado familiar -me atraganto con mi bebida al escuchar aquello, y comienzo a toser descontroladamente. ¡Qué vergüenza!-. Ah, señorita, ¿se encuentra bien? -de la pena me levanto de la mesa, y me dirijo a la salida.

-No es nada, profesor, pero de verdad ya es tarde. Iré por Chatot y Lampent. Lo veré más tarde -agrego, salgo al patio trasero, y grito de vergüenza-. ¡Qué pena! -exclamo en ese momento, y escucho el grito de Sina, quien lanza toda la comida en sus brazos por los aires, y esta vez es ella quien termina bajo una lluvia de croquetas- ¡Ah! ¡Lo siento mucho! -agrego preocupada.

-Que va, ya me la merecía -menciona Sina, mientras los Pokémon del profesor devoran todas las croquetas a su alrededor-. ¿Debe irse ya a su trabajo, señorita Valerie? -asiento a sus palabras, y Sina simplemente sonríe para mí, inundándome con cierta calidez- Por favor no deje pasar mucho tiempo para aparecerse por el laboratorio… hace mucho, que el profesor no se veía tan alegre… -agrega con cierta nostalgia, pero antes de que pueda indagar al respecto, Sina se despide y regresa al laboratorio.

-¡Valerie! -escucho a Kirlia, quien salta a mis brazos una vez que Sina se ha ido, Quagsire, Chatot y Lampent llegan junto a ella- Sigues siendo una humana, además de que hueles bastante potente el día de hoy. ¿Se terminó el ritual de apareamiento? ¿Eres humana de tiempo completo? -me bombardea de preguntas Kirlia, penosas preguntas, por lo que la coloco en el suelo mientras me sonrojo aún más, lo que termina por emocionarla- ¡Eso significa que sí! -aplaude Kirlia alegremente.

-No… no adelantemos conclusiones -respondo, aunque mi sonrisa me delata demasiado-. El profesor aún no ha aceptado nada… y estoy segura de que, si me lo propongo, aún puedo regresar a ser un Pokémon… -solo que en estos momentos no me parecía algo muy probable-. ¿Y Drapion? -cambio el tema, no solo porque ya estaba demasiado apenada, sino porque genuinamente estaba preocupada por Drapion.

-Causando problemas como siempre -apunta Chatot, y tras hacerlo, mis vergüenzas van a segundo plano, mientras me preocupo por la agresividad de mi amigo Pokémon-. No es como que me importe, pero, desde que evolucionó pasé a segundo plano -declara Chatot, mientras me acerco a la orilla del estanque, donde Drapion, ignorando a todo y a todos a su alrededor, posa su agresiva mirada en dirección a Pidgeot, quien desde la cima de su árbol lo observa desafiante-. Aunque no me quejo tampoco, ni de broma me meto en el camino de esa cosa -apunta Chatot aterrado.

-Drapion, no es momento para un feudo Pokémon -intenta razonar Quagsire, acercándose a Drapion, aunque Lampent inmediatamente lo toma de su cola y trata de jalarlo de regreso, pero sus brazos se resbalan por la piel de Quagsire.

-Espera, espera, no debes entrar en conflicto entre Pokémon dominantes de esa forma -exclama Lampent, y tras ver su flama azul tenue, como si sintiera miedo, me dispongo a detener a Quagsire mientras lo abrazo por detrás-. ¿Estás demente? No quiero tener que ayudar a nadie a cruzar innecesariamente -reprende Lampent.

-¿Exactamente qué es lo que está pasando? -pregunto curiosa, y mientras lo hago, una baya a medio masticar cae a mis pies, seguida de Mawile, quien salta desde un árbol cercano- Buenos días Mawile -reverencio ante mi nuevo Pokémon.

-Que hay -saluda ella, con escasos modales, y mientras se frota los ojos, como si acabara de despertar-. Eh, así que Drapion quiere el control de la manada, y Pidgeot parece más preocupado de lo normal -explica Mawile, y las plumas de Pidgeot de pronto se erizan, lo que significaba que estaba apenado.

-¿Vamos a hacerlo o no, pajarraco? -escucho a Drapion, y puedo oler a Pidgeot sobresaltarse- Muy depredador y rey de los aires, pero temeroso de un pequeño Drapion, ¿verdad? Anda que ya me estoy impacientando -insiste Drapion, mientras Pidgeot extiende sus alas, al parecer intentando aparentar ser más grande de lo que en realidad era.

-¿Alguien me explica lo que está pasando por favor? -pregunto curiosa, Chatot, Lampent y Kirlia hacen como los que no me escuchan, y Quagsire se ve tan deprimido que no siento que sea buena idea preguntarle a él.

-No es nada cariño, solo problemas Pokémon -me responde Mawile, mientras bosteza intentando despertar sus sentidos-. Pidgeot es el Pokémon dominante del profesor, aunque no sea el más fuerte. Charizard y Garchomp son más fuertes que Pidgeot, pero sus personalidades son sumisas. Entre todos los Pokémon del profesor, solo Pidgeot es dominante, bueno, y un Magikarp, pero ese no es amenaza -apunta Mawile, y uno de los 3 Magikarp del estanque chapotea en señal de molestia, pero no hace nada para defenderse más que eso-. Drapion por otra parte, ya mostraba rasgos de Pokémon dominante desde antes de evolucionar, pero no tenía la fuerza de desafiar a Pidgeot, fuerza que ahora sí tiene, por lo que pretende hacerse con el control de la manada -termina de explicarme Mawile.

-Drapion, ya basta de esto -continúa Quagsire, y Lampent, en pánico, intenta detenerlo nuevamente, solo que volvió a resbalársele, por lo que yo intercedí, colocando mi mano sobre la cabeza de Quagsire, quien me volteó a ver con sus ojos entristecidos-. Sé que ya somos los Pokémon del profesor, pero no vinimos a eso, el deber de Drapion y mío es… -intentó decirme, pero yo lo sabía muy bien.

-Mantenerme a salvo, lo sé -sonreí yo, me acerqué a Drapion, horrorizando a Lampent, pero era tarde para que me detuviera, mientras pateaba a Drapion con fuerza, noqueándolo en su distracción-. ¿Qué es eso de ni siquiera venir a saludarme? -agregué molesta, Pidgeot simplemente me miró con sorpresa, mientras Drapion refunfuñaba desde el suelo, incapaz de alzarse en mi contra, y mientras mascullaba algo entre dientes- No te escucho -insisto.

-¡Buenos días dije! -agrega sumamente molesto Drapion, incluso adquiriendo un tono rojizo, pero rápidamente se apena, notando que me alzó la voz- Pero es que… -intenta decir, mientras yo me cruzo de brazos-. Pero mamá Drapion era… -intenta dialogar, pero yo lo interrumpo.

-¡Mamá Drapion no está aquí! ¡Así que ahora vas a obedecer a mamá Valerie! ¡No vas a pelear por el dominio de la manada del profesor! ¡Eres un Pokémon civilizado! -reprendí, y Drapion balbuceó un par de veces, antes de bajar la cabeza arrepentido- Ahora, discúlpate con Pidgeot, y prométele que no vas a luchar por el dominio de la manada. Tienes que continuar ayudándome a conquistar a Sycamore, de eso depende que nos sigamos viendo, ¿o vas a decirme que es más importante ser líder de la manada que volverme a ver? -enuncio con tristeza fingida.

-Eso y aquello no tienen nada que ver -intenta defenderse Drapion, yo pretendo una mirada dolida, probablemente haciendo Ojitos Tiernos, por lo que la agresividad de Drapion cayó un par de niveles, y lo escucho refunfuñar nuevamente-. Está bien, soy un Pokémon civilizado… Valerie es más importante que dominar esta manada… -lo escucho decir, y yo le sonrío agradecida, pero entones apunto a Pidgeot con la cabeza, por lo que Drapion suspira cabizbajo-. Puedes seguir siendo… elidamadamada -agrega en un susurro.

-No te escucho, Drapion, ¿quieres hacer enojar a mamá Valerie? -insisto yo, Drapion se molesta nuevamente, pero tras mirarme un instante, desiste, y se dirige a Pidgeot con derrota evidente en su mirada.

-Puedes seguir siendo el líder de la manada… Valerie es más importante que ser el dominante… -agrega entre dientes, y yo lo abrazo sintiéndome orgullosa de él-. ¡Pero de todas formas te hubiera derrotado! -apunta Drapion muy molesto.

-Eso sin duda, Pidgeot solo es líder porque tiene una voz muy agresiva, pero por dentro es un temeroso Swablu -se burla Mawile, Pidgeot eriza sus plumas nuevamente, pero desvía la mirada de forma orgullosa, aunque Altaria se burla un poco también desde su nido.

-Continuaré siendo el dominante de esta manada entonces -responde Pidgeot, aunque puedo sentir que muy agresivamente-. Y para que te quede claro, Drapion, aún si Mawile insiste en decir lo contrario, te aplastaría en una batalla… por tu bien, espero que te mantengas al margen -sentenció Pidgeot, y comenzó a volar por los alrededores, algo que nunca le había visto hacer, él siempre juzgaba a todos desde la copa del árbol más alto, normalmente no se mantenía en movimiento.

-Que sorpresa, Pidgeot está entrenando -menciona Mawile, llamándome la atención-. La última vez que Pidgeot entrenó, fue cuando Charmeleon evolucionó en Charizard, pensando que Charizard lucharía por ser el dominante. Pero Charizard resultó ser un perezoso que prefiere rascarse la panza mientras toma el sol -apuntó Mawile, y hasta ese entonces noté al Charizard del profesor recargado sobre el caparazón de Blastoise, y bajo la sombra de la flor de Venusaur, el trio de Pokémon iniciales era un trio de perezosos-. Ahora Pidgeot sabe que, si quiere seguir siendo el dominante, necesita estar en forma, muy bien Valerie, pusiste a trabajar a Pidgeot -finalizó ella alegremente.

-No era esa mi intención, pero me alegro que ya no haya conflictos -aclaro mientras miro a Drapion, quien baja la cabeza apenado-. Drapion, te necesito concentrado, ya no eres del tamaño de un Skorupi y no puedo simplemente llevarte en una bolsa, además de que eres el Pokémon del profesor, y necesito que cuides muy bien de él -le expliqué.

-Dale que yo cuido del profe y todo eso, pero, ¿qué vas a hacer ahora que no tienes a un Drapion a tu lado? Si los otros Pokémon se enteran de que andas por allí sin un guía… -intenta decirme, y yo entro en el entendido de que más conflictos podrían pasar si era así. Emolga ya lo había dicho antes, sin un Drapion o Drapion potencial a mi lado para "hacerse cargo", no se me dejaría pasearme con libertad.

-No es que me agrade, pero puede que allí pueda serles de ayuda -menciona Lampent, y nos viramos a verlo curiosos-. Es verdad que un Drapion se hizo cargo, pero un Lampent transportó el alma a Mundo Fantasma, creo que puedo actuar todo fantasmal y malévolo si es necesario para apaciguar a los Pokémon preocupados -se ofreció Lampent.

-Espera, espera, ¿Mundo Fantasma es real? -agrego mortificada, y Lampent asiente como si fuese lo más normal del mundo- ¿De qué me preocupo? Soy amiga de un fantasma -la memoria de Lon me apaciguó un poco-. En todo caso, es difícil para mí admitirlo, pero, deben quedarse aquí en el laboratorio del profesor. Kirlia ya era Pokémon del profesor, así que ella está acostumbrada, pero… espero que no sea muy difícil para ustedes, Quagsire, Drapion… -intento no mostrar debilidad, pero de seguro mis aromas me están delatando.

-Solo trata de visitarnos -me sonríe Quagsire, ofreciéndome su mano, misma que tomo aceptando el gesto-. Haré lo posible porque Drapion y Pidgeot se lleven bien, y si necesitas ayuda sobre cómo ser una Pokémon, ven a verme. No te he dicho de los Beedrill y las Roselias todavía -agregó con una sonrisa.

-¡No es necesario! -me molesté, pero de todas formas abracé a Quagsire, despidiéndome de él- Hidrátate bien, Quagsire, y nada de quedarte pegado a las ventanas -le recordé, y entonces miré a Drapion, quien se hacía el fuerte-. Volveré por ti cuando necesite un Pokémon siniestro para mi conjunto de Umbreon, me aseguraré de que sea para una cita con el profesor -sonreí.

-Más te vale, aunque debería de estar apoyando al profe y no a ti, él es mi entrenador -me recordó, lo que era técnicamente cierto, tal vez debería convencer al profesor de dejarme quedarme a Drapion-. Oye, cara de Ekans con hepatitis -insulta Skorupi, dirigiéndose a Mawile.

-¿Hepatitis? Que sorpresa que un tarado como tú sepa un término como ese -se queja Mawile, y hasta ese momento me sorprendí de los conocimientos de Drapion-. Te hacía falta un nerd de entrenador para aumentarte las neuronas, cara de Aggron estreñido -insulta de regreso Mawile, y el par pega frentes con molestia, lo que me preocupa bastante, hasta que Drapion se apena, y deja de empujar a Mawile.

-Solo… cuida bien de Valerie por mí… -agrega Drapion, y yo me siento en extremo conmovida, aunque la mirada maliciosa de Mawile me preocupa un poco, al igual que a Drapion, quien comienza a sudar frio.

-¿Eh? ¿Qué fue eso? ¿Escuché una súplica por ayuda desesperada de un Pokémon dominante que se acaba de dar cuenta de que la humana que quería ya no puede ser su entrenadora? -agrega Mawile a tono de burla, fastidiando y apenando a Drapion- ¿Qué dices? ¿Qué me das tu bendición para cuidar de tu humana? ¿Te has dado cuenta de la cruel realidad de que yo soy su Pokémon y tú no? ¡Ojojojojo! ¡Eso fue patético! -continua en sus burlas Mawile.

-¡Te voy a destrozar! -grita Drapion iracundo, persiguiendo a Mawile por todo el patio del profesor, incomodándome y apenándome, mientras Mawile se regocija en su carrera dejando a Drapion atrás- ¡No huyas Hariyama con anorexia! ¡Te voy a partir la…! -intenta decir.

-¡Sin groserías, Drapion! ¡Mawile! ¡Es suficiente! -me quejo, mientras Mawile me salta encima, y desde mis brazos se encarga de sacarle la lengua a Drapion, quien furioso me rodea con sus pinzas como queriendo apresar a Mawile, pero se detiene temiendo lastimarme- Traten de llevarse bien por favor… -les suplico, pero nada detiene las mofas de Mawile.

Boulevard del Norte. Gran Hotel Ricachilton.

-¿Des-despedida? Pero si aún no he entrado a trabajar -exclamo preocupada, mientras Toro, el dueño del Gran Hotel Ricachilton, me da las terribles noticias una vez que llego a la recepción del hotel preguntando por mi uniforme. El dueño Toro se ve apenado, pero no hace nada para cambiar su decisión-. ¿Al menos podría decirme la razón? -pregunto mortificada.

-En parte es por su Lampent, señorita -aclara el dueño Toro, y yo siento a Lampent entristecer nuevamente-. Pero no es solo eso, después del escándalo de ayer que se presentó por Holomisión… no me quedó otra opción, ¿qué pensaba metiéndose en el drenaje de la forma en que hizo? Su imagen está en todos los Holonoticieros, fue premisa en el reportaje de Holomisión de Malva esta mañana -me explicó. Claro, Malva está sumamente molesta, seguro alguien me fotografió y le envió la foto a Malva, y ella hizo el reportaje público.

-No es como que pueda culpar a Malva… es su trabajo hacer chisme, pero esto se siente extrañamente personal -me digo a mí misma, y el dueño Toro me hace ver por sus aromas corporales que así fue-. Señor Toro… Malva estuvo personalmente aquí, ¿verdad? -pregunto suspicaz, y el señor Toro se estremece.

-Lo lamento mucho, pero no puedo tener a alguien así de aventurada trabajando para mí, me disculparé con Katherine más tarde. Aun así, espero que entienda que no es nada personal, y de verdad me gustaría ayudarla -sus intenciones son genuinas, seguro Malva lo amenazó de alguna manera, aunque tampoco es como que pueda enojarme con Malva, yo cavé mi propia tumba.

-Seguro después de esto, nadie me da trabajo en Ciudad Luminaria -me estremezco, de verdad que era una situación muy precaria-. Tampoco es como que pueda regresar al gimnasio y ganar dinero de batalla, sigo en evaluación… señor Toro, ¿podría por lo menos prestarme un videoteléfono? -el señor Toro asiente, y yo me dirijo a los videoteléfonos para hacer una llamada- Bien hecho Valerie, aparécete en toalla frente a Malva y declara al profesor de tu propiedad, eso fue muy maduro -me digo a mí misma, y entonces noto la mirada de pena de Katherine al otro lado de la línea del videoteléfono.

-¿Toalla? -pregunta Katherine, y pronto veo a Linnea y a Kali detrás de ella, ambas con miradas de incredulidad- Ama Valerie… ¿intentaba seducir a alguien? -entro en pánico, pero distraigo las atenciones de mis amigas al contarles mis problemas económicos- Ya veo, se metió en problemas con una reportera de Holomisión… Malva peor que todo -agrega Katherine preocupada.

-¿No era Malva la novia del profesor Sycamore? -escucho a Linnea decir, y me estremezco por el comentario- Quiero decir, ella lo publicó en su estatus de redes sociales, pero solo duró una semana, podría ser… -intuye Linnea, y me mira fijamente, yo comienzo a sudar frio-. Ama Valerie, creo que nos debe muchas explicaciones -declara ella.

-Eso… no es importante en estos momentos -me defiendo yo, mientras mis amigas me miran con sombrías intenciones-. De todas formas, Kali. ¿Cómo va el gimnasio? ¿No has tenido complicaciones? -será un desvío de la conversación, pero estaba genuinamente preocupada.

-¿Oh? Podría ir mejor -me menciona Kali con preocupación, lo que también me preocupa a mí-. No he perdido combates todavía, no es que haya muchos. En realidad, el gimnasio ya se está acabando las reservas, sobrevivimos a base del negocio de venta de kimonos -me explica Kali, y aquello me preocupa aún más-. Pero eso no es importante, si necesita trabajo, usted puede hacerse cargo del negocio secundario de Blossom -me explica Kali.

-Es verdad -responde Katherine entusiasmada-. Descuide, ama Valerie, mantendremos el gimnasio funcionando, Blossom lleva el plan de contingencia a cabo, verá que cuando regrese para su evaluación el gimnasio seguirá perteneciendo a la primera división -continuó Katherine entusiasmada.

-No veo por qué el gimnasio esté en riesgo de perder la categoría, pero, supongo que ustedes también están muy ocupadas como para entrar en detalle -menciono, y mis tres amigas sonríen apenadas-. Bien, yo tengo mis secretos, y ustedes los suyos, aclaremos que cuando las cosas se calmen todas vamos a sernos sinceras, y Katherine… -menciono mientras miro a mi amiga rubia, quien se apena en ese momento-. Nada de migrar de trabajo hasta que regresé -agregué molesta.

-¿Cómo cree? Amo ser una chica kimono -me responde ella apenada-. En todo caso, curiosamente, Blossom se encuentra en Ciudad Luminaria en estos momentos, puede ir a verla al nuevo negocio en Plaza Magenta, seguro esa es la respuesta a todos sus problemas -aseguró Katherine con entusiasmo.

-¿Nuevo… negocio…? Esperen, ¿están usando las reservas del gimnasio para expandir horizontes? -agregué sobresaltada, el trio me cuelga el videoteléfono- ¿Me colgaron? ¡Oigan! -me quejo sonoramente, espantando a mis Pokémon y a los clientes del hotel, mientras furiosamente intento marcar nuevamente, pero el trio dejó el teléfono descolgado- Esas tres… ¿qué le están haciendo a mi gimnasio? -agrego molesta, pero en lugar de seguir perdiendo el tiempo, me dirijo a Plaza Magenta.

Plaza Magenta.

-Aunque no tengo ni la menor idea de qué estoy buscando -exclamo preocupada, con el trio de Pokémon que me siguen intercambiando miradas de curiosidad-. Me colgaron antes de decirme siquiera a donde tenía que ir, solo sé que debo ir a Plaza Magenta a buscar a Blossom, pero, nada sobre un nuevo negocio -enuncio en señal de molestia.

-Pues no vamos a llegar a ningún lado siguiéndote ciegamente, eso es seguro -me molesta Mawile, y yo la miro sorprendida de lo grosero que puede llegar a ser un Pokémon de tipo hada-. ¿Qué estamos buscando exactamente? Acomoda tus ideas o no te podemos ayudar -es verdad, no es como que los Pokémon hayan entendido la conversación que tuve con mis amigas, ellos solo me entienden a mí.

-Supongo que les debo una explicación rápida -me detengo en medio de la plaza, Chatot sube a la rama de un árbol, Mawile se recuesta en sus raíces cansada de tanto caminar, y Lampent solo flota, él parece ser el menos cansado de todos-. Para seguir con el ritual de apareamiento necesito vestimentas, para hacer mis vestimentas necesito materiales, para comprar esos materiales necesito dinero, para tener dinero necesito trabajo, pero como Malva, mi rival en la carrera del ritual de apareamiento con el profesor, no quiere que yo gane, se las arregló para que yo no pudiera conseguir trabajo, pero una de mis amigas aparentemente está iniciando un negocio aquí en Ciudad Luminaria, lo que significa que, si la encuentro, puede que obtenga un trabajo, para tener dinero, comprar materiales, y tener la ropa que necesito para atender a las necesidades receptivas de cortejo que atraerán al profesor en mi dirección -les explico de la forma que sé que ellos van a entender, aunque sea vergonzoso.

-Una apestosa explicación -se burla de mí Mawile, seguro dejé salir olores corporales muy vergonzosos-. Pero oye, nosotros no sabemos cómo se ve un negocio -me explica Mawile, y yo me apeno aún más, es tan difícil hablar con los Pokémon.

-Buscamos un edificio -explica Chatot-. Una madriguera humana, pero necesitamos saber de qué tamaño, y sobre qué se trata -aclaró un poco Chatot-. ¿Alguna idea de qué va este… nego… nego lo que sea…? -me pregunta, pero yo no sé responderle.

-¿Qué tal si le preguntamos a esa humana extravagante? -menciona Lampent, apuntando en dirección a una chica que yo conocía muy bien- Se viste igual de raro que Valerie, seguro ella sabe algo que los demás humanos no saben -insiste Lampent.

-Olvida eso, Lampent, encontraste lo que necesitábamos -menciono emocionada, y corro en dirección a mi amiga-. ¡Blossom! -agrego entusiasmada, y mi amiga se sorprende al verme y grita emocionada.

-¡Ama Valerie! -exclama Blossom, y ambas nos abrazamos y damos vueltas emocionadas, aunque solo dura unos instantes, mientras Blossom se aparta de mí horrorizada- ¿Qué son esos trapos? ¡Ama Valerie! ¡Esto ni siquiera es de su marca! -agrega mi amiga de piel morena, que va incluso tan lejos como para intentar quitarse su kimono para dármelo a mí- ¡Salvaré su imagen mi señorita! -menciona medio quitándose el kimono, pero la detengo a tiempo.

-¡Eso no es necesario, Blossom! -insisto mientras la ayudo a tranquilizarse- Mejor explícame que es todo eso de un nuevo negocio, y por qué todas ustedes actúan con tanta secrecía -le pido, y ante mis comentarios, Blossom se deprime sabiendo que ella tendría que hacer las explicaciones.

Café Lysandre.

-Este es el local -me explica Blossom mientras abre la puerta de un local pintado de rojo por todas partes, era tanta la predominancia del color rojo, que lastimaba a mis ojos. Por las reacciones de Lampent y Mawile, quienes sí quisieron entrar al local, no como Chatot, quien se quedó afuera, supe que a ellos les molestaba mucho también esta predominancia de colores rojos, ya que se frotaban los ojos continuamente-. Sé que no tiene mucho tiempo que se fue del gimnasio, pero en ese tiempo, Kali apenas ha tenido un par de retadores. No es que no haya prospectos, pero los entrenadores simplemente pasan de largo el gimnasio de Ciudad Romantis cuando se enteran de que usted no está allí para defenderlo. Hubo inclusive un chiquillo que dijo que no continuaría con su viaje hasta no haberle hecho frente -Brighton seguramente-. Como casi no ha entrado dinero a las arcas por los combates de gimnasio, Kali ordenó que buscáramos alternativas de negocio en caso de que el gimnasio entrara en crisis. No ha pasado pero, Linnea ha tenido que trabajar dobles turnos en la tienda de Kimonos, y Katherine ha estado intentando convencer a los entrenadores de retar al gimnasio esté usted o no esté… yo no tenía mucho que hacer, así que me enviaron a Ciudad Luminaria a buscar alternativas de negocio, encontramos esta cafetería básicamente abandonada, la dueña nos la vendió a un precio risible, parecía que solo quería deshacerse del lugar -me explicó Blossom, mientras mi nariz me alertaba de algo inquietante, además de que el nombre del lugar dejaba muy poco a la interpretación.

-Blossom… de casualidad la persona que les vendió el local tenía el cabello rosado, nunca deja sus gafas de sol, y se contonea como Pyroar territorial -pude haberme ahorrado la última parte, pero en esos momentos sentía un leve resentimiento por Malva.

-Si se refiere a que le compramos el local a Malva, le juro que fue antes de enterarnos de que le había bajado al novio -enuncia apenada, aunque no más que yo. Entonces mis amigas lo saben-. Corrina invadió el gimnasio de Ciudad Romantis pidiendo explicaciones… pero usted no estaba, así nos enteramos… -aclaró ella.

-De modo que ya saben que me gusta un nerd -me apené yo, por la forma en que desviaba la mirada, sabía que Blossom estaba juzgando mis gustos-. ¿A qué va esa reacción? -me quejé.

-¿Ah? No es nada, nada de nada… no es que le hayamos echado el ojo al profesor cuando se apareció en el gimnasio buscándola -¿eh? ¡Entonces no tengo mal gusto! La revelación me levantó los ánimos sobremanera, lo que me percaté que Blossom notó-. Ama Valerie… por favor no sonría así, es perturbador… -que grosera-. Volviendo al tema… sabemos que aún necesita tiempo para volver al gimnasio, pero sin contendientes, la situación se está tornando preocupante. ¿Sabe cuándo va a regresar? -tristemente, ni yo misma lo sé.

-A estas alturas, no sé siquiera si puedo regresar o no, Blossom -le confieso, lo que preocupa a mi amiga-. Aun así… te prometo que en cuanto tenga una resolución al respecto, se las diré sin falta alguna. Solo te pido que me tengas confianza, y que me tengas paciencia. No planeo que el gimnasio desaparezca, sea la líder o no… -confesé, y Blossom asiente un tanto más calmada-. Mientras tanto, ¿tenías algo planeado para este lugar? El rojo me está lastimando demasiado los ojos -agrego mientras me froto los ojos.

-La verdad es que, lo único que tenemos es el local, y el conocimiento de que se trata de una cafetería -confiesa ella, mientras extrae de debajo de la mesa una caja de plástico, dentro de la cual solo hay una polvorienta caja registradora, y unos menús-. Ni siquiera he encontrado un libro de recetas… solo vendían café, expreso o con leche, aunque hay cosas en la alacena para consumo personal. Aparentemente este lugar solo era una fachada, la Policía Internacional Pokémon tuvo que estar presente durante la venta con Malva, sacaron a un hombre gordo del sótano, y clausuraron el mismo. Decían algo sobre un laboratorio subterráneo -¿qué clase de local compraron?

-De modo que, compraron un local para poner un negocio para salvar al gimnasio de entrar en crisis económica, y se dejaron llevar por el precio que Malva le puso para deshacerse de él -agregué con una sonrisa, aunque sentía una vena saltándose en mi frente, Mawile y Lampent debieron sentir mi descontento, porque inmediatamente se sobresaltaron-. Y dime, Blossom… ¿pensaron en un tema para la cafetería? ¿Hicieron un presupuesto? ¿Tomaste en cuenta los costos de transportación diaria desde Ciudad Romantis a Ciudad Luminaria? ¿Sabes si los servicios están al día? ¿sabes dónde vamos a conseguir la materia prima para los platillos, sus costos y la mano de obra requerida para no solo levantar este lugar, sino para trabajarlo? Seguramente al menos hiciste un estudio me mercado… ¡En la ciudad con más cafeterías de toda Kalos! -perdí el temple, y Blossom reaccionó con miedo- Lo siento, es solo que… no convertí el gimnasio de Ciudad Romantis en una atracción turística envidiable solo por un capricho. Estas cosas se estudian y planean antes de… como sea… -y luego dicen que soy solo una cara bonita.

-Lo siento, ama Valerie… pero ninguna de nosotras sabe dirigir un negocio, además fue idea de Katherine, ella dijo que era la solución a nuestros problemas -tengo que ser más empática con Blossom, todos estos problemas los tienen por mi culpa, pero no es como que pueda volver a solucionarlos, necesito dejarlo todo listo, en caso de que lo mío con el profesor no funcione, y no tenga más razones para seguir siendo una humana.

-Tienes que volver a Ciudad Romantis -concluí, y Blossom lloró por la desconfianza que le tenía-. Escucha, el gimnasio debe sostenerse por sí mismo. Sé que Katherine tenía buenas intenciones, pero un negocio no se construye para levantar a otro negocio, eso es ridículo -¿escuchaste madre? Si estudié, no soy solo una cara bonita-. Haremos esto… el gimnasio es más que solo un gimnasio, es una atracción turística. Si no estoy allí para las batallas, deben de ver que mi esencia en el lugar se mantiene -y sabía perfectamente cómo hacerlo-. Ten -proseguí mientras tomaba mi maleta, y se la entregaba a Blossom-. Quiero estos kimonos manufacturados, y listos para producción en masa. Ponlos en exhibición en la tienda del gimnasio como piezas de introducción, y planea un desfile de modas para su presentación -le expliqué, y mi amiga se maravilló por los diseños.

-¡Uwah! ¡Son tan lindos! -prosiguió ella mientras miraba mi kimono de Flareon- Por fin después de tanto tiempo tendremos una exhibición, y seguro que, en cuanto sepan que estará en el desfile, se reactivará el gimnasio -continuó ella, pero yo la detuve.

-El gimnasio, sigue en evaluación… -le recordé-. Tienen que hacer quedar bien en claro, que Kali es la líder de gimnasio actualmente. Mi influencia seguirá existiendo con estos diseños, y pronto les haré llegar más, pero Kali, es la líder. Tienen que estar listas en caso de que yo no pueda volver, ¿lo comprendes? -es duro, pero así tiene que ser. El mundo no se detiene a esperar a que yo arregle mis problemas personales, y por más que mis amigas lo quieran así, por más que la gente quiera exigir mi presencia, yo no estoy lista, y no lo estaré pronto-. Necesito que lo entiendan… Blossom… no es nada personal, es solo que… en estos momentos, con mi corazón dividido… no puedo volver… -finalicé.

-Ama Valerie… -comienza Blossom, y entonces puedo oler sus aromas corporales, repletos de emoción y alegría-. ¡Verá como el amor verdadero triunfará! -exclama, lo que me apena bastante- Kali no estaba convencida de ser la nueva líder, por ello prometía a los retadores que usted regresaría, pero ahora que todos sabemos que lo hace por amor, puede contar con nosotras, mantendremos su gimnasio a salvo, y todos sabrán que se ha fugado por amor -comienzo a sospechar que Blossom es Kirlia en forma humana.

-Nadie debe saber que lo hago por el profesor, suficiente tengo con que ustedes lo sepan -me quejo yo, interrumpiendo la pose de actriz de telenovela que enorgullecería a Kirlia si viera a Blossom hacerla-. En cuanto a este lugar… supongo que revender la propiedad está fuera de cuestión… -además, si las cosas con el profesor funcionaban… necesitaba un lugar para mí en Ciudad Luminaria-. Lo decidí, me quedaré con este local -si pude convertir los interiores de un árbol en una casa de muñecas con gimnasio, tienda de regalos y pasarela de modas, puedo convertir este lugar en un negocio decente-. Haré un presupuesto, pensaré en un tema, y pondré este lugar en condiciones aceptables. Regresa a Ciudad Romantis y separa la mitad de la reserva de las arcas, oh, y dentro de la maleta en alguna parte debe haber recibos, separa esa cantidad también, y envíasela a este joven, este es su número de identificación Pokémon -ya era hora de empezar a pagar mis deudas-. Y por cierto… -aunque, por más madura que me sintiera, la debilidad humana me venció al final-. Diles a todas, que las extraño mucho -terminé, mis ojos gotearon, y Blossom se puso de pie para sentarse a mi lado, y abrazarme, como hace mucho que no hacía.

Boulevard del Sur.

-¿No tienes idea de lo que vas a hacer, cierto? -escucho a Mawile burlándose de mí, mientras auras fantasmagóricas me rodean, mismas con las que Lampent baila, aparentemente siendo él quien las ha conjurado para burlarse un poco de mi situación. Para darme ideas había estado caminando por toda Ciudad Luminaria en búsqueda de varias cafeterías, notando la inmensa variedad, y que la mayoría de los temas ya estaban ocupados. Aquello me deprimió bastante, por lo que ya llevaba al menos una hora sentada en una banca frente al laboratorio del profesor Sycamore, preguntándome qué iba a hacer ahora, y con una multitud de gente a mi alrededor susurrando asustadas por la presencia de Lampent y las auras fantasmagóricas con las que bailaba- Lampent, nadie disfruta más que yo torturando a los demás y burlándome un poco, pero, estás llamando mucho la atención -me defiende Mawile, lo que resulta ser una sorpresa.

-Solo intento animarla, traje todas estas almas para jugar -el conocimiento de que eran almas reales me aterró momentáneamente. Sintiendo mis preocupaciones, Lampent rápidamente las disipó-. Tal vez deberíamos buscar un lugar para que descanses, te ves muy estresada -comenta Lampent, mientras flota a mis espaldas intentando darme un masaje, lo que se le daba bien, pero en sus palabras noté una inquietante realidad.

-¡Olvidé que no tengo hospedaje! -argumenté, debí haberle pedido a Blossom algo de dinero- Supongo que puedo dormir en alguna silla del local -me susurré a mí misma. Al no decidirme entre un mundo y otro, no estaba lista para ser una humana-. O podría regresar como una Eevee y hospedarme en el laboratorio del profesor, pero… ¿qué hay de ustedes? -pregunté curiosa.

-Veamos, somos un Pokémon silvestre, un espectro, y una vagabunda, ¿cómo sobreviviremos sin un humano? -exclamó Chatot con sarcasmo- Preocúpate por ti misma, tú eres el Pokémon casero -continuó burlándose, y Mawile y Lampent asintieron a sus palabras.

-Pero que ingratos, y yo que me estaba preocupando por ustedes -me fastidié, aunque el fastidio me duró muy poco, ya que el profesor salió del laboratorio, preocupado y acelerado como siempre.

-¿Es tarde? ¿Esperó mucho? -declaró el profesor preocupado, y tras de él pude ver a Sina, azotando la puerta con una mirada de muy pocos amigos, por lo que supe que el profesor se había involucrado tanto en su trabajo, que solo es gracias a Sina que ha salido a verme- De verdad discúlpeme por haberla dejado esperando -suplica el profesor.

-Ah… bueno… la verdad es que ni siquiera sé qué hora es -confesé yo. Es verdad que habíamos acordado el vernos después de sus horarios laborales, pero mis únicas pertenencias eran las ropas prestadas que llevaba puestas. El pasar del tiempo no lo había tomado en cuenta, aunque ahora que lo menciona el profesor, si él ya está afuera significa que deben ser pasadas las seis de la tarde, y eso significa que-. Estuve visitando cafetería tras cafetería y se me pasó la hora de la comida… -concluí, aparentemente en voz alta, ya que el profesor me miró extrañado-. No, espere, no lo decía para que… -agregué apenada, pero el profesor no me dejó terminar.

-Puedo invitarle algo de cenar si es lo que quiere -¡profesor! ¡No le estaba suplicando comida! ¡Solamente estaba sorprendida de no haber sentido hambre en todo el día pese a solo haber desayunado! Un momento, tal vez es por las croquetas Pokémon que desayuné, que conveniente, me inhiben el apetito-. ¿Quiere? -me pregunta curioso.

-Quiero -respondo por inercia, y el profesor, ya más tranquilo, me invita a seguirlo, aunque la conglomeración de gente a nuestro alrededor me pone algo nerviosa-. Si me reconocen como Valerie estoy frita -agrego preocupada.

-Ah, no están rodeándola por eso, señorita, después de todo no está usando un kimono -me explica el profesor, y yo me siento apenada por las prendas tan comunes, aunque me las haya dado Sina-. Más bien todos están preocupados por Lampent -me explica el profesor, y Lampent se deprime un poco-. Deme un momento, su número de identificación era… -comienza el profesor, extrayendo su identificación de entrenador, tecleando algunas cosas, y entregándome tres Pokébolas-. Me dijo que se le habían averiado sus Pokébolas, ¿no es así? Ya registré estas a su nombre, si lo quiere puede usarlas -me explica él.

-¿Eh? Pero si la verdad es que -ninguno de ellos es mi Pokémon. Los miro a los tres, el trio intercambia miradas, Chatot y Lampent asienten, y se acercan a mí convencidos-. ¿Están seguros? -susurro para ellos, quienes me miran con determinación, y con una sonrisa, los atrapo en las Pokébolas- Muchas gracias, Chatot, Lampent -susurro, y entonces miro a Mawile.

-¿A qué va esa mirada de decepción? A mí no me meten en una Pokébola -se queja Mawile, y yo suspiro ya intuyendo aquello-. ¿Quién te va a proteger del profesor si sus impulsos de macho se salen de control? Ni hablar, yo me quedo contigo -se burló ella.

-El profesor no es así -agrego apenada, Mawile se burla con su habitual malicia, y el profesor me mira curioso-. Mawile… no quiere entrar -le explico, el profesor asiente, y me ofrece el brazo para guiarme a nuestra cita programada, es entonces cuando escucho los susurros a nuestro alrededor, sabiendo que quienes nos miran, se sorprenden de ver al profesor acompañado-. Profesor… no es esto… -intento decir.

-Que rumoreen lo que quieran, de todas formas, sería peor si se enteran por otros medios, en especial con una reportea enemistada con usted -me recuerda el profesor, y yo me apeno por el recuerdo-. Pensé que traería otro kimono para la ocasión. ¿Está teniendo problemas para inspirarse? -me pregunta, y nuevamente no sé si su interés en la moda Pokémon es genuino o no, pero siento que hace conversación para ayudar a tranquilizarme.

-No es que no esté inspirada, pero necesito de tiempo para confeccionar el siguiente kimono, además de que, con mi economía actual, de seguro me tomará mucho el conseguir las materias primas -admito, dándome cuenta de que le estoy haciendo ver mis problemas financieros-. No es nada de lo que deba preocuparse -pero el profesor no tarda en atar cabos.

-¿No estaba por comenzar a trabajar en el Hotel Ricachilton? -el recuerdo me deprime, por lo que el profesor prefiere no indagar al respecto- Si está teniendo problemas financieros, espero que sepa que puede contar con mi apoyo, si requiere un lugar para quedarse yo podría… -intenta decir, pero desafortunadamente, no puedo permitirlo.

-Si acepto su oferta, profesor… voy a depender de usted, y la verdad, si tomamos en cuenta nuestra situación… podrían complicarse mucho las cosas -si genero dependencia, y las cosas no funcionan, todo sería muy complicado. Además, no me atrevería a que el profesor me aceptara por pena-. Ya estoy ideando una forma de remediar la situación. Extrañamente, y por circunstancias algo difíciles de explicar, poseo un local de cafetería que necesito adecuar, pero no se me ocurre un tema para el local -le expliqué más por calmar sus preocupaciones, que por querer compartir mis pesares.

-Tendrá una difícil competencia, hay demasiadas cafeterías en Ciudad Luminaria -ante su comentario, solo puedo deprimirme más por las malas decisiones de mis amigas-. Lo lamento… aunque, puede que sepa cómo animarla -me dice, mientras tira de mi brazo hasta un pequeño local ambulante, mismo en el que tuvimos que hacer fila ya que estaba bastante concurrido-. Contamos con la buena fortuna de que, aunque se me hiciera tarde, estamos a tiempo para degustar una de las principales delicias de Ciudad Luminaria, las Crepas Luminaria, que en estos momentos salen del horno -apunta al profesor, y como si se hubiera tratado de un evento planeado por él, el humo blanco de los vapores de las crepas recién hechas, salen expulsados por los ductos mientras estas son sacadas del horno.

-Nunca he tenido la fortuna de probar las Crepas Luminaria -agrego con sorpresa, y entonces una sonrisa pícara se dibuja en mis labios, cuando los olores corporales del profesor lo delatan, ahora siento que entiendo un poco las burlas de Mawile-. Profesor… no se le hizo tarde, ¿verdad? Estaba adecuando los tiempos para que, curiosamente, empataran con el horario de los hornos de este puesto, apostándole a que yo soy muy comprensiva y no me iba a enojar porque llegara tarde -concluí, y los aromas corporales del profesor no se hicieron esperar-. Me siento halagada, profesor, planeo algo para mí -no puedo parar de sonreír.

-Fue… sugerencia de Sina… -desvía la atención mencionando a Sina, pero aún si así lo fue, el que el profesor haya pedido consejo me conmueve demasiado-. Supuse que, ya que no ha estado el tiempo suficiente en Ciudad Luminaria, era mi deber el mostrarle las delicias culinarias de los que la ciudad se enorgullece… venga, es nuestro turno -me guía el profesor, y recibimos de los empleados las tan famosas Crepas de Ciudad Luminaria, además de una leche Moomoo para cada quien, exportada de Alola al parecer, los de Ciudad Luminaria no escatiman en gastos. Debí estar más hambrienta de lo que había pensado, ya que, para cuando encontramos donde sentarnos, yo ya había devorado la mitad de mis crepas, lo que llamó la atención del profesor-. Puedo llevarla a cenar algo más formal si gusta -me invita el profesor.

-¿Con esta ropa? Preferiría vestir algo más acorde para semejante situación, profesor -le confieso yo, notando entones la mirada de hambre de Mawile, por lo que tomo parte de mis crepas e intento dársela, solo que el profesor se escandaliza.

-¡No haga eso! -me reprende él, aunque al hacerlo me toma de la muñeca para alejarme de Mawile, lo que ocasiona que ambos terminemos en una pose similar a la de un abrazo, en medio de la ciudad, y con los silbidos descarados de algunos transeúntes, además de con Mawile burlándose por lo que veía- Yo… lo lamento -se disculpa el profesor, incorporándose, yo me viro en dirección contraria evitando contacto visual-. Ma-Mawile requiere una dieta rica en minerales para mantener la salud de sus mandíbulas adicionales… el alimento que requiere debe tener una consistencia más sólida, o terminará pegada en sus paladares superiores de su mandíbula principal, y deteriorará la salud de su mandíbula secundaria ya que la sensación de su lengua limpiándose el paladar activará los receptores de la mandíbula secundaria que comenzará a salivar pensando que está por recibir alimento -explica el profesor, pero además de que no le entiendo, no me puedo concentrar mucho en estos momentos-. Es… como la goma de mascar en los humanos… el continuo masticar le hace pensar al estómago que va a recibir comida, aunque no reciba nada, pero para ello el estómago ya se preparó para comer. Si se inutiliza la mandíbula principal de Mawile con alimento blando que se pegue en sus paladares… hasta no limpiarla correctamente, la mandíbula secundaria salivará pensando que va a comer -finaliza.

-La verdad no le entendí muy bien… lo lamento -me apeno yo. En definitiva, las conversaciones con el profesor no son para nada normales-. Pero, si lo que necesito es alimentar a Mawile con comida sólida y que no se le peguen restos a los paladares, tendré que hacerlo. Lo siento, Mawile -reverencio en su dirección.

-De todas formas no quería -se cruza de brazos, me da la espalda, y hace un puchero, aunque las mandíbulas secundarias de Mawile me rugen en señal de descontento. Por las vergüenzas y confusiones, terminamos de comer en silencio, pero una vez que eso termina, no podemos hacer conversación. La situación realmente se tensó bastante.

-Le-le traeré algo de postre -exclama el profesor, se pone de pie, y corre de regreso al puesto, sin darme oportunidad de detenerlo, ya que, técnicamente hablando, las crepas ya eran un postre, el profesor estaba tan nervioso que iba a comprar un postre para el postre.

-¿Qué Giratinas fue eso? -se queja Mawile, y yo la miro curiosa- El ritual de apareamiento iba perfecto, los olores corporales de ambos eran un dolor de narices, pero se estaban aceptando mutuamente, y de pronto lo espantas de esa forma, ¿qué pasó? -exige respuestas.

-Umm… los humanos somos más complicados, Mawile… el que el profesor esté receptivo, no significa que esté convencido del todo -intento explicarle, aunque los Pokémon realmente no tienen forma de comprenderlo, por lo que tengo que utilizar otras palabras-. En términos humanos, aún soy una cría inmadura. Los impulsos del profesor son repelidos por el hecho de que soy biológicamente muy joven para el cortejo, además de que una hembra dominante parece haber marcado su territorio, y el profesor aún no se decide sobre ese otro cortejo -¿me habré explicado bien?

-Humanos… son tan complicados… -por su respuesta, intuyo que al menos lo comprende. El profesor no tarda en regresar, y cuando lo hace, me entrega un cono de nieve de Vanillite, el cual yo le agradezco un tanto apenada, y me propongo a degustar, cuando el grito de terror de Mawile nos asusta al profesor y a mí-. ¿Qué haces? ¡Eso es de depredadores! ¡Pero los humanos no depredan a los Pokémon! -no al menos de la misma forma, pero eso no se lo puedo explicar.

-No es un Vanillite de verdad, Mawile -agrego apenada, mientras apunto a mi postre-. Solo es un postre que se hizo popular por parecerse a un Vanillite, se comen en todo el mundo porque son lindos y sabrosos. No es un Pokémon, es mercadotecnia… -le explico mientras muerdo el cono, logrando que Mawile se desmaye del susto.

-¿Se encuentra Mawile bien? ¿Por qué ese grito? -se preocupa el profesor con medio helado saliéndole de la boca, seguramente porque mientras tuviera la boca ocupada no podría hacer conversación.

-Mawile piensa que es un Vanillite de verdad -le explico, mientras Mawile tiembla medio ocultándose de mí al otro lado de la cerca-. Qué curioso que los Pokémon se asusten por ver como comemos comida que se parece a un Pokémon cuando ellos depredan en el estado natural. Pero supongo que no podemos explicarles que se consumen… porque… se parecen a los Pokémon… -un momento-. Es como mis diseños de kimonos. ¡Se me acaba de prender el Lanturn! -el profesor me mira confundido, claro, acabo de usar una expresión Pokémon- ¡Profesor! ¡Es usted un genio! ¡Adoro salir con un nerd! -estoy tan feliz que no me puedo contener- ¡Comida que se parezca a un Pokémon! ¡Bebidas que se parezcan a un Pokémon! ¡A mí me gusta hacer ropa que pueda parecer un Pokémon! ¡Si logro transmitir eso que transmito en mis kimonos, y lo traslado a la comida! ¡Ya sé qué tema llevará mi café! ¡Un Mix Café Pokémon! ¡Muchas gracias! ¡Muchas gracias! ¡Muchas gracias! ¡Tengo que comenzar a darle forma a esto antes de que pierda la inspiración! -espera, espera, ¿no estoy en una cita con el profesor?- Ah… puede esperar… -me siento de improviso.

-No, la verdad es que no puede esperar -me sonríe el profesor, aunque por su comentario, siento que lo he ofendido-. Esa, es la magia de la que todo mundo habla cuando se habla de usted, señorita Valerie… la magia de convertir cualquier cosa, sin importar cuan simple, en algo mágico… -agrega el profesor, y comienzo sentir como mis mejillas se colorean-. No me atrevo a interrumpirle el momento de inspiración, haga lo que tenga que hacer. Mientras siga sus apasionamientos con semejante convicción, yo sabré que está siendo genuina, señorita Valerie -hace una reverencia, y en ese momento, la discusión del profesor con Malva me llena la mente. El profesor, sabe que no puede cortarme las alas, aún si se sacrifica el tiempo con él… es justo lo que él esperaría de mí, si alguna vez él siente esta motivación.

-¿Aún podemos… tener más citas… profesor? -le pregunto entusiasmada, y el profesor me responde con una muy gentil sonrisa, que me llena de esperanza. El profesor, la está pasando bien conmigo- ¡Lo veré mañana, profesor! -me dispongo a irme, pero antes de hacerlo, me decido a dejarle más que claro, que yo también la estoy pasando muy bien, razón por la que le doy un gentil beso en la mejilla, antes de huir de él sin esperar a sus reacciones.

Plaza Céntrica.

-Espera, Valerie, ¿a dónde vamos? -me pregunta Mawile, y tras verla batallar para correr tras de mí, me detengo y la tomo en mis brazos, es algo pesada, pero no lo suficiente para no poder cargarla, aunque las mandíbulas secundarias me repelen un poco- ¿Qué haces? Tengo una reputación que mantener, no me estés cargando -se queja ella sonoramente, pero yo la ignoro y continúo corriendo.

-Caminas muy lento, y debo apresurar el paso antes de que se me vayan las ideas, lo entenderías si fueras artista -insisto yo, hasta que llegamos a la Torre Prisma, donde comienzo a buscar a quien me ayudará a que mi plan sea todo un éxito-. ¡Heliolisk! ¡Mesa para dos! -exclamo alegremente, y el molesto de Heliolisk, hasta ese momento camuflado en los paneles de la Torre Prisma, sale sumamente enojado.

-¡Nada de mesa para dos, en este establecimiento no servimos a humanos! -se queja Heliolisk mientras me apunta- Pero, ¿qué digo? Si desde el desastre del Drapion ese mi clientela hizo caput. No tengo fango, no tengo mesas, ¡todo por culpa de ese horrendo Drapion! -se queja Heliolisk, aparentemente ventilando demasiadas molestias- Y ahora hago como que la humana me entiende perfectamente, lo bajo que he caído -se queja él.

-Puedo entenderte perfectamente -le respondo, sobresaltando a Heliolisk, quien insiste en negarse a creerlo-. Escucha, Heliolisk, creo que tengo una oferta que nos puede beneficiar a ambos, tú sabes hacer platillos para Pokémon, y yo sé diseñar. Necesito un cocinero, y algo me dice que tú sabes cocinar -recordé el espagueti con albóndigas que comían ese Snubbull y ese Houndour, si este era un restaurante Pokémon, no había forma de que ese espagueti fuera hecho por alguien que no fuera Heliolisk-. ¿Tú hiciste la comida de aquella vez? -le pregunté.

-Finjamos que puedo entenderte otra vez. ¿Cuál es la importancia del que yo tenga semejante conocimiento? -me pregunta desconfiado, aun pretendiendo que no puede entenderme, pero haciendo como que puede hacerlo para convencerse a sí mismo de que no está loco.

-Tengo un local, pero no conozco a nadie que pueda cocinar, y yo realmente no soy muy buena en ello -confieso yo-. Además de que, si quiero darle un tema especial a mi café que lo enaltezca por sobre los demás, ¿qué mejor que un Café Pokémon donde un Pokémon sea quien cocina? Sé que suena ridículo, pero las mejores ideas son ridículas, y yo, puedo hacer cualquier situación volverse algo mágico, así que quiero que cocines para mí -finalicé.

-¿Cocinar para humanos? ¿Estás demente? -definitivamente sé cómo suena, pero en verdad pienso que es una oportunidad única de usar mis habilidades para hablar con los Pokémon, y lograr que un Pokémon cocine. Sería único, como aquella película con el Ratata debajo del sombrero, ¿cómo se llamaba…?- Aunque pudiera cocinar, que no estoy diciendo que no pueda hacerlo, la alimentación humano-Pokémon difiere bastante. Hacer espagueti de algas, fondue de fango, albóndigas de bayas, no me parece alimentación humana -tiene un punto.

-Si te doy los ingredientes no debería haber problema, ya que los Heliolisk tienen las papilas gustativas muy similares a las de los seres humanos -recordé escuchar al profesor decir alguna vez, en aquellos días en los que solamente era su Eevee de compañía-. Los Ratata son los Pokémon con el sentido del gusto más desarrollado, seguido de los Slurpuff y de los Heliolisk, pero de entre los tres el sistema digestivo de un Heliolisk le permite absorber los nutrientes de la comida en una capacidad similar a la humana, no como un Eevee que solo puede comer raíces y semillas, o Ratata que no puede digerir muy bien los cárnicos de los cuales se alimenta, y Slurpuff solo consume azucares, un Heliolisk en definitiva, es lo que necesito -finalicé, notando que ambos me miraban con extrañeza.

-Valerie… ¡Te estás volviendo nerd! -se burla Mawile, aunque no es como que realmente sepa mucho, solo se me pegaron algunas cosas que llegó a mencionar el profesor, Heliolisk por otro lado, se frota la barbilla con interés- Aunque no vas a convencerlo así de fácil, si no hay bayas de por medio… -intentó decir Mawile.

-No, no, espera madame Mawile -lo piensa Heliolisk, casi meditando sobre mi oferta-. Hace tiempo, mi amo, el líder de gimnasio, recibió evaluación por parte de un miembro del Alto Mando, ya que mi amo le pone más atención a hacer inventos que a ser un líder de gimnasio -¿líder de gimnasio? Un momento, ¿este es el Heliolisk de Clemont?-. El evaluador Pokémon era un Clawitzer, que emanaba un aroma a especias muy concentrado. Por supuesto que nos derrotó, pero tras haberlo hecho, el amo del Clawitzer nos invitó a comer. Aquel Clawitzer cocinaba junto a su amo, lo que ya de por sí era increíble, pero lo que me llegó al alma, fue aquel platillo -recordó Heliolisk, sorprendiéndome al descubrir que los Pokémon también tenían placeres similares a los de los humanos-. Desde ese día, he cocinado para los Pokémon, pero nada de lo que hago sabe ni remotamente similar a lo que cocinó aquel Clawitzer ese día. Además, no todos los Pokémon tienen papilas gustativas, que desgracia -afortunadamente, Eevee es uno de los que sí posee, pero ahora que comprendía tan bien a los Pokémon, podía entender el descontento de Heliolisk-. Eso, y que varios Pokémon enferman después de probar mi comida -ante la mención, comencé a arrepentirme de mi idea.

-Seguro es porque los Pokémon tienen estómagos muy diferentes -agregué apenada-. Entonces, ¿qué tal si hacemos la prueba? -agregué entusiasmada, y Heliolisk volvió a pensar al respecto- Cocina algo para mí, si es comestible, entonces, puede que puedas llegar a ser tan bueno como ese Clawitzer -le ofrecí, y Heliolisk asintió, aceptando la oferta.

Café Lysandre.

-¡Este lugar es horrible y me lastima la vista! -se quejó Chatot cuando lo liberé en el local, siendo él y Heliolisk los únicos que no habían entrado, aunque Mawile no se sentía mejor, en esos momentos se contoneaba mareada intentando no vomitar, aunque era su mandíbula secundaria la que parecía más enferma- ¡No acepté ser tu Pokémon para estos tratos visuales! ¡Arregla esto! -continuaba quejándose Chatot.

-Trabajo en ello, para eso traje a Heliolisk -intento explicarle a Chatot, quien comienza a marearse, y se queda al lado de Mawile-. Resiste un poco… -le comento, y junto a Lampent me dirijo a la cocina, misma que Heliolisk comienza a inspeccionar-. Lávate las manos antes de cocinar cualquier cosa -le pido mientras lo veo husmear en la alacena.

-Eso lo entiendo, pero… no hay bayas, solo hay pastas, ¿cómo se cocina esta cosa? -la idea sonaba más prometedora en mi mente, tal vez deba conseguir un cocinero humano.

-¿Podemos usar esto? -pregunta Lampent, encontrando un libro de cocina, lo que me llamó la atención- Aquí dice que es un libro de recetas -¿sabe leer? ¡Lampent sabe leer!-. ¿Por qué me miras de esa forma tan rara? -me pregunta curioso.

-Lampent, ¿qué dice aquí? -le pregunto mientras abro el libro, y por la forma en que Lampent mueve sus ojos, es evidente que está leyendo- ¿puedes entenderlo? -pregunto curiosa.

-Bueno, tiene dibujitos, así que eso ayuda, pero fuera de eso, estas cosas parecen Unown -me explica Lampent, y yo miro las letras, aunque no conozco mucho de los Unown para asegurarlo-. Lon también tenía muchos libros en sus estantes, y por el parecido con los Unown comencé a leerlos, Lon inclusive me hizo varias correcciones, aquí dice harina -leí, lo cual era correcto-. Y aquí dice agua, no sé qué significa esto, pero al lado hay un dibujo de ese vaso de allí -apunta Lampent, y noto que lo que no puede leer son números-. Así que, para hacer espagueti, se necesita agua y harina, así que eso es lo que necesitas -explicó Lampent entregándole el libro.

-¿Esta cosa te dijo como hacer espagueti? ¿Puedes hablar con esto? -pregunta Heliolisk, sin comprender lo que es la lectura, pero a mí se me ocurre el cómo hacer todo esto funcionar.

-Si Lampent sabe leer, pero no puede entender números, puede seguir el libro de recetas con algo de mi ayuda en lo que se acostumbra -agregué, explicándole a Lampent como leer los primeros números en el libro-. De esa forma, y siguiendo los dibujos, Heliolisk podrá cocinar. Sé que suena complicado, pero, podría funcionar -agregué entusiasmada.

-Ya, ya, dime qué tengo que usar, yo me encargo de los sabores -agrega Heliolisk, y con Lampent guiándolo, comienzan a trabajar-. ¿Qué es este polvo blanco que sabe tan extraño? -pregunta Heliolisk a Lampent, quien se apresura a leer la etiqueta, mientras deja de hervir el agua con sus brazos.

-Allí dice sal… no sé qué sea una sal, pero es lo que dice -le explica Lampent, y yo me horrorizo al ver a Heliolisk colocar una cantidad exagerada de sal en el guiso, antes de tomar una cuchara y probarlo, escandalizándose por el fuerte sabor-. ¿Eso significa que no sabe bien? -pregunta Lampent.

-¡Las especias se usan con cuidado! -me quejo yo, y comienzo a explicarle a Heliolisk, tomando control del guiso- Siempre que uses una especia, pon un poco, prueba, lavas la cuchara porque no debes usar una cuchara sucia en un guiso, y vuelves a ajustar hasta que sepa como quieras que sepa -le expliqué, dándole de probar un poco del agua con sal.

-¡Delicioso! -¡solo es agua con sal para el espagueti!- ¿Y este de aquí cómo se llama? -comienza mientras toma una especia que no conozco- Tiene un olor fuerte, pero suave, algo dulce, lo probaré -se adelanta antes de que Lampent pueda leer.

-Dice que se llama hierba buena -explica, mientras la lengua de Heliolisk le cosquillea por la sensación-. Oye, pero esa no está en el libro -intenta explicarle Lampent, pero Heliolisk coloca un par de hojas de hierba buena en la mezcla-. Pero tenías que poner las varas de espagueti -esto no está saliendo como lo imaginé.

-Esas también van, pero quiero probar más especias -agrega mientras toma un nuevo frasco, y comienza a estornudar, lo cual no era muy higiénico-. ¿Qué es esto que cosquillea mi nariz? -pregunta nuevamente Heliolisk.

-Pimienta, pero oye, el libro no dice nada de pimienta tampoco -insiste Lampent, y el espectáculo de especias, y quejas de Lampent, continua, hasta que, frente a mí, hay un plato de espagueti de un extraño color verde, y un exagerado aroma a menta y pimienta, además de algo de comino, y otras especias que no quiero ni imaginar.

-Que aproveche -declara Heliolisk, mientras veo al pobre de Lampent hojeando más y más hojas intentando deducir qué especias usó Heliolisk-. No me acuerdo de qué le puse, así que no tiene un nombre, pero creo que sabe bastante bien -insiste él.

-Comienzo a preocuparme por mis ideas radicales… -menciono mientras envuelvo la extraña pasta en mi tenedor, sorprendiéndome de que al menos, la pasta está cocida correctamente-. Pero dudo mucho que esto vaya a ser como en Ratatatuile -oh, recordé el nombre de la película-. Que aproveche -enuncio, y me lo meto a la boca, sobresaltándome por el sabor, que me hace toser al instante-. No sé por qué esperaba un resultado más mágico -menciono mientras busco el vaso de agua, y me trago la picante sensación.

-¿Y bien? ¿Verdad que pica curioso en la garganta? Yo descubrí este sabor, es mi sabor especial -agrega orgulloso, aunque, la verdad es que, pese a ser un sabor que jamás había probado, es peculiarmente comestible.

-Te dije que siguieras las instrucciones, todo lo que le pusiste estaba muy mal -se queja Lampent, pero hay algo, que no me deja indiferente, lo que hizo Heliolisk no puede llamarse comestible a nivel humano, pero… hay algo.

-Lampent… -llamo su atención, y Lampent me dirige la vista curioso-. Dile a Heliolisk los ingredientes que necesita, pero no le des proporciones, deja que él los pruebe, y que decida la proporción -le menciono, y tanto Heliolisk como Lampent intercambian miradas.

Afortunadamente la mandíbula secundaria de Mawile no tiene papilas gustativas, por lo que puede comer lo que preparó Heliolisk sin enfermar, aunque yo me quedé con algo, probándolo de tanto en tanto, curiosa del sabor que no era bueno, pero tampoco malo.

-¡No! ¡Eso no dice la receta! -reprende Lampent, mostrándole un dibujo a Heliolisk, que se parece mucho a lo que lleva en la mano, una especie de hoja de alguna especia- Esta es hierba buena otra vez, esta es Laurel, usa lo que dice el libro -le explica muy molesto.

-Ya, déjame probarla -la come Heliolisk, tras saborearla, toma tres hojas, las pone en la mezcla, y mueve la mano indicándole a Lampent que ya no lo necesita, el proceso se repite, hasta que llega el platillo-. Para mi gusto le falta hierba buena, pero supongo que salió bien -menciona Heliolisk.

-Tienes un problema con la hierba buena -le menciono yo, y pruebo el platillo, que nuevamente no me deja indiferente-. Sal… -le pido a Lampent, quien me entrega el salero, y yo le agrego más sal, lo que molesta a Heliolisk mientras dice algo de arruinar su platillo-. Solo prueba -le meto la cuchara a la fuerza a la boca, y los ojos de Heliolisk se humedecen-. Está delicioso -le comento, mientras Heliolisk bailotea por el sabor-. Es increíble, no sabes cocinar, necesitas que Lampent te diga qué hacer, pero tienes un increíble sentido para los sabores, solo te falta acostumbrarte a la sal -le sonreí, mientras Heliolisk continuaba degustándose-. Esto, puede que llegue a funcionar, si logramos que un Pokémon, o en este caso, un par de Pokémon, haga un platillo comestible, solo eso hará que el local tenga afluencia, pero no se me conoce por ser conformista, ustedes dos van a aprender a cocinar, y no solo eso, van a aprender a adornar -les mostré un dibujo en el que estuve trabajando, y con mi tenedor comencé a darle forma al platillo-. Lampent, tráeme algo de colorante vegetal, debe de haber algo en la alacena, fíjate que sea de color azul -le pedí, y cuando Lampent me trajo lo que necesitaba, Mawile exclamó sorprendida una vez que lo combiné con el espagueti.

-¿Un Tangela? -exclamó sorprendida, Chatot, Lampent y Heliolisk compartieron las miradas de asombro- ¿Convertiste el espagueti en…? -mencionó ella, mientras picaba el platillo con una cuchara para ver si se movía.

-En un Pokémon -sonreí yo, mostrándoles varios dibujos-. Espagueti con forma de Tangela, emparedados con forma de Dugtrio, un pastelito con la forma de un Eevee, incluso un arroz frito con la forma de un Torchic. Si puedo hacer que las prendas se asemejen lo más posible a un Pokémon, puedo hacer que la comida se parezca igual. Es perfecto, abriremos nuestro propio Café Pokémon -les mostré más de mis dibujos, y nos propusimos a hacerlo realidad.