Nuevamente, les traigo otro episodio bastante raro, y espero que cómico, la verdad que toda la idea del café mix es una ridiculez, aunque me estoy divirtiendo. Aprovecho la oportunidad para decirles que me voy a tomar un ligero descanso de esta historia, y antes de que entren en pánico y digan: "Ya nos va a abandonar", no es eso. La historia ha avanzado muy rápido, y no es que me falten ideas para continuarla, pero sí me gustaría tomarlo con un poco más de calma para que los próximos episodios se sientan menos como un relleno y más como una continuación a la trama, así que quisiera tomarme unos días para adecuar la trama a algo que me convenza más, no quiero verme como Naruto con relleno tras relleno. Como saben, quedan 5 trajes de Eevee por confeccionar, y yo quisiera que, diferente del de Flareon, cada uno tuviera un episodio más emotivo, no es que no me haya gustado el episodio de Flareon, pero Vaporeon y Jolteon pusieron la vara muy alta, y según mi percepción particular la de Umbreon no la superó, así pues, por capricho del autor, quiero planear los últimos mejor. Sin más dilación, a contestar reviews:

TsukihimePrincess: Lo de la señora creo que fue algo de una sola ocasión, quiero concentrarme más en la correcta evolución de la relación, que en enemistades de Valerie, además Malva aún existe, no podemos reemplazarla por una entrenadora cualquiera. Sobre la madre de Yuuji, en efecto tendrás que esperar para saberlo, espero te sorprenda.

Xtractor68: Me alegra que hayas disfrutado del capítulo anterior, y bueno, ya medio te había contestado tus inquietudes por PM, cosa que normalmente no hago, así que prefiero no explayarme contestando lo que ya te comenté. A estas alturas, creo que es seguro que probablemente me voy a retractar de los 24 capítulos que había dicho, puede que sean más, no lo sé, depende de cómo maneje los próximos capítulos. Drapion descansó este capítulo, pero ya preparé la cosa para ir adecuando más participación de su parte. Mawile es la nueva Kirlia, pero la vieja Kirlia seguirá por allí, y pues Heliolisk la verdad es un personaje que me saqué de la manga por no poner un Slurpuff que, a mi gusto, hubiera sido muy obvio en el papel de cocinero, y probablemente se hubiera comido la mitad de lo que cocinaba. Lampent y Heliolisk seguirán haciendo buena dupla, espero, y me equivoqué en el capítulo anterior, era hierba buena, no menta, jajaja, ya lo corregí. Espero que disfrutes este capítulo.


La chica que quería ser un Pókemon.

Segunda Temporada.

Capítulo 16: Un día en el Pokémon Café Mix.


Región Kalos. Ciudad Luminaria. Plaza Magenta. Pokémon Café Mix.

-Cada mesa debe tener su número pegado en la esquina, y cuando pongas los cubiertos o los platos, estos no deben de tapar el número, el número debe estar visible todo el tiempo, o Chatot no podrá verlos. Necesitamos que Chatot vea los números, ya que somos poco personal, si alguna mesa requiere atención, Chatot nos llamará, pero no puede hacerlo si no ve los números, al menos no hasta que memorice las mesas -le expliqué a Paget, mientras iba de un lado del local al otro pegando las pegatinas con los números de las mesas, mientras ella me seguía confundida-. Cuando tomes una orden, anota dos veces el platillo si se requieren dos del mismo platillo, Lampent no sabe leer números, pero sabrá que debe pedirle a Heliolisk preparar dos platillos si este está escrito dos veces, sé que es molesto, intenté enseñarle números romanos, pero solo los leyó sin comprender que eran números. No entiendo por qué a Lampent se le complica, pero así son las cosas y hay que acostumbrarse -continué, y aunque sabía que Paget tenía muchas preguntas, había mucho que hacer, y poco tiempo, así que las preguntas tendrían que esperar al final-. La mandíbula de Mawile aún no es muy fuerte, así que tendrá que dar varios viajes por mesa. Para que los comensales no se molesten, que lleve primero las bebidas, y después la comida, máximo tres platillos por viaje, si hay más comensales, ellos tendrán que entender. Ah, y no te preocupes por decirle a Mawile qué mesa debe atender, para eso está Chatot, solo coloca el imán con el número de mesa en la mandíbula de Mawile de forma que Chatot pueda verlo, mientras Chatot sepa, él guiará a Mawile -insistí, y Paget temblaba queriendo llamar mi atención, pero aún no era el momento-. Las especias, Heliolisk no puede leer, y Lampent seguro estará muy ocupado con el acomodo de las órdenes. Heliolisk se guía por su nariz, y en ocasiones prueba las especias para recordar cuales son, así que, cuando coloques un frasco de especias en la alacena no lo cierres muy fuerte, la última vez, Heliolisk se fastidió intentando abrir un frasco, y terminó cubierto de especias, después de eso, no pudo cocinar por un tiempo hasta que se normalizaron los olores de su piel. Heliolisk también es el Pokémon del líder de gimnasio Clemont, a quien por cierto no le he dicho que Heliolisk trabaja para mí, el punto es, que Heliolisk no puede estar todo el tiempo en el negocio, cuando él no esté, tú cocinarás siguiendo el libro de recetas, Lampent puede darles forma a los platillos sin ayuda de Heliolisk, pero Lampent no puede cocinar, solo adornar, ¿alguna duda? -pregunté por fin.

-¡Muchas! -exclamó ella nerviosa- ¿Habla enserio, ama Valerie? Mawile siendo mesera, Lampent recibiendo las ordenes, Heliolisk cocinando, y Chathot el jefe de meseros. ¿Ahora va a decirme que un Marill atenderá la caja registradora? -preguntó contrariada, y yo comprendía su descontento.

-No, Mozart atenderá la caja registradora -presenté al nuevo miembro de la fuerza laboral de mi Café Pokémon, mientras Kricketot saltaba, y hacía sonar sus antenas con alegría-. Mozart sabe leer números, pero no puede leer letras. Entenderá el número de mesa y los precios. Como sabe contar, sumar y restar, y ya hicimos varios ejercicios con diferentes denominaciones de monedas que ya aprendió a identificar, puede dar cambio correctamente, siempre y cuando los números estén escritos en el orden que él memorizó, así distingue de impuestos, propinas y monto, ya que Mozart no sabe multiplicar, por ello, si no está en el orden correcto, Mozart no podrá hacer el cálculo, eso también significa que tienes que escribir el monto de la propina, no el porcentaje, y si hay una promoción, debes haberlo descontado anteriormente. Son Pokémon, no genios matemáticos, y no conseguí un Beldum que me ayudé con esa parte. Oh, y no confundas a Mozart con Ludwig, él también sabe contar, pero es sordo de un oído, por eso le llamamos Ludwig. Kricketune no tiene mote, porque no lo necesita, solo Mozart y Ludwig tienen mote, por cierto, son silvestres -aclaré yo.

-¡Tiene que estar bromeando! -prosiguió Paget, y yo quisiera que fuera broma, no me gustan los motes, pero la verdad ambos Kricketot se parecen mucho- ¡Ama Valerie! ¡Ya dígame por favor que no está hablando enserio! ¡Lo que usted dice es imposible! -insistió Paget.

-Pero Ludwig si es sordo de un oído, Ludwig -llamé, pero Kricketot no reaccionó-. Párate de su lado derecho cuando quieras hablarle. Ludwig, no olvides tu frasco de propinas, ustedes trabajan por bayas, pero yo necesito propinas para tener bayas, ¿entendiste? -pregunté, y Ludwig saludó comprendiéndolo perfectamente, aunque ya va siendo tiempo de dejar de torturar a la pobre de Paget, razón por la que me torno seria-. Paget, sé que se ve como una locura, pero de verdad funciona. No voy a enojarme contigo si quieres regresar a trabajar en la boutique, pero realmente necesito a otra humana que me ayude a organizar todo esto. Los Pokémon que trabajan aquí todavía no te entienden, pero necesito que ellos te entiendan si vas a dar las ordenes cuando yo no esté. Por eso te elegí, porque eres tremendamente empática, y sé que ellos llegarán a entenderte. Este Café Pokémon, por más que quiera, no puede funcionar sin un humano que conecte todos los espacios que faltan en el procedimiento. Por eso, creo fervientemente que eres la indicada para esto -aseguré.

-Y yo creo fervientemente que usted está completamente loca -auch, demasiada sinceridad-. Ama Valerie, estoy segura de que puede hablar con los Pokémon, pero de allí a entrenarlos para cocinar, y hacer todo lo que dice, o es una lunática… -intentó decir, lo que me hería un poco.

-O es una genio incomprendida -escucho, y sonrío para el profesor, quien llega en ese momento al local, junto con Dexio y Sina, quienes viran en todas direcciones admirando el mismo-. Vaya, veo que ya tomó forma el local -sonrió el profesor, viendo las paredes pintadas de un rosado suave, las mesas ya arregladas, las columnas de madera barnizadas, y todo en correcto orden y limpieza-. Sé que pasaron dos semanas desde la comida frente a la Torre Prisma, pero puso en orden este lugar en tiempo récord. ¿Cómo lo consiguió? -preguntó el profesor, mientras Mawile guiaba a Dexio y a Sina a una mesa.

-Todavía no abrimos Mawile, pero gracias -agregué alegremente-. Respondiéndole, profesor, convencí a los Machoke de los albañiles en ayudarme a arreglar el lugar, aunque los albañiles no estaban muy contentos, en especial porque arreglar el cableado fue difícil, lo manipularon muy mal después de todo, pero ya tenemos luz, ya hay agua, y ya tengo uniformes listos -modelé mi uniforme para el profesor, presumiendo mi falda roja, blusa rosa de rayas rosa más tenue, un paño rojo suave a manera de moño como gargantilla, y un gorrito rojo. Aunque, diferente de Paget, yo llevaba calcetas negras muy largas, la de su uniforme eran rosas.

-Un conjunto simple, pero supongo que no podían ir vistiendo todas kimonos muy elaborados -usted solo debe verme a mí en kimono, profesor, no es que desconfíe, pero Sina dijo que fue a escanear a mis amigas al gimnasio el día que debimos conocernos, si por mis kimonos veía a Paget con lujuria me iba a enojar mucho, por ello llevamos uniformes simples-. ¿Son todos los empleados Pokémon? -preguntó curioso.

-Oh, los martes serán martes de tacos, así que un Ludicolo y un par de Maractus vendrá esos días en lugar de Kricketune y los Kricketot, él y Kricketune son amigos, solían tener una banda -agregué, y Kricketune saludó al profesor-. Si sueno como una lunática solo dígamelo por favor -agregué apenada, y Paget hizo una mueca, ella de verdad pensaba que estaba loca.

-No creo que sea una lunática, pero si hay algo que tengo que decirle sobre todo este plan tan descabellado -apuntó el profesor, y yo lo miré confundida, Paget por sus olores corporales, al parecer pretendía que el profesor me regañara de alguna manera-. ¿Qué Pokémon se ocupará de la limpieza? -apuntó el profesor, y Paget cayó al suelo sobresaltada.

-Paget tiene un Minccino, pero no veo que sea muy cooperativa, aunque ya le cocí un uniforme -agregué sacando un pañuelo y una boina de mi maleta. También los Pokémon llevarán uniforme, solo Heliolisk exigió un gorro de chef, no le quiso dar uno a Lampent, pero a él parece no molestarle, el suyo es a prueba de fuego, por cierto, no pregunte, ya tuvimos un incidente -le comento al profesor, quien asiente y se sienta en su mesa.

-No puedo creer que alguien del calibre del Profesor Sycamore esté de acuerdo con esto -se queja Paget, es más desconfiada de lo que me esperaba, pero realmente siento aprecio por ella, no es mala, solo le cuesta confiar-. Ama Valerie, esto es ridículo. Lo lamento, pero prefiero mi trabajo en la boutique -insiste ella.

-Ah… lo entiendo… -me deprimo un poco, es duro cuando las personas no confían en mí, esto no es como que quiera que me crean que puedo hablar con los Pokémon, todo mundo sabe que puedo, pero me apena sentir el rechazo de quienes desconfían de mí- ¿Puedes al menos… quedarte un poco a ver? Tengo la esperanza de que cambies de parecer -agrego apenada, y miro a mis amigos Pokémon, con Lampent tomando las ordenes de Dexio, Sina y del profesor, mientras Mawile barre un poco el lugar, Chatot memoriza los números en las mesas, y Heliolisk prepara sus utensilios de cocina, incluso los Kricketot y Kricketune parecen entusiasmados. Sé que es una locura, sé que muy probablemente las cosas no vayan a salir como me las he estado imaginando. Pero, tengo la certeza de que puede funcionar si me esfuerzo-. Mawile, ¿le traes un café a Paget? -le pido a Mawile.

-¿Descafeinado o americano? -pregunta Mawile, aunque nadie más que yo puede entenderla, así que la pregunta no puede siquiera comprenderla Paget, quien me mira curiosa intentando deducir qué decir o hacer.

-¿Mawile pregunta si prefieres café descafeinado o americano? -le menciono, y Paget se muestra levemente confundida, aunque claro, Mawile tampoco puede entenderla a ella aún, solo lo hará si es lo suficientemente empática con los Pokémon que la rodean, de momento dependen de mí y de Lampent para la comunicación.

-Americano -comenta Paget, yo hago las traducciones, y Mawile se retira a la cocina, pidiéndole a Heliolisk el mencionado café, que está listo en unos instantes al Heliolisk, emocionado, comenzar a prepararlo.

-Sin hierba buena, Heliolisk -lo reprendo al ver sus intenciones, y momentos más tarde, Mawile llega con el café para Paget sobre una bandeja y sobre su mandíbula, mientras con cuidado la desliza a la mesa, derramando un poco, pero logrando no hacer un desastre-. Casi, tal vez debería lubricar un poco tu mandíbula para que la bandeja resbale más fácil. ¿Tú que piensas, Paget? -pregunto curiosa.

-Que a Heliolisk le gusta el café muy cargado -se queja ella tras haber probado el café, y comprendo que, tal vez el dejarlo todo al paladar de Heliolisk no es tan buena idea después de todo, realmente necesito a alguien ayudándole en la cocina.

-¡Las ocho! ¡Las ocho! ¡Las ocho! -exclama Chatot, y todos los Pokémon rápidamente se reúnen frente al mostrador, antes de virar a verme, esperando mis instrucciones, aunque yo me muestro bastante nerviosa, por fin era hora.

-Bien… -enuncio tras sentirme más tranquila-. No espero muchos clientes hoy, pero demos lo mejor de nosotros mismos. Recuerden que los humanos no están acostumbrados a ser servidos por los Pokémon, la higiene es muy importante. No se peleen con los clientes, si hay un problema diríjanse conmigo y lo solucionaré. Si todos hacen bien su trabajo, puede que tengamos un buen negocio en nuestras manos -no soy para nada buena en dar palabras de ánimos. Todos asienten y toman sus puestos, el profesor, Dexio y Sina lo observan todo, al igual que Paget, quien le pone más azúcar a su café, aunque, no sé ni para qué me mortifico, no invertí nada en publicidad, seguro no tenemos ni un solo cliente en todo el día-. Con que venga una o dos personas será suficiente -me digo a mí misma, abro la puerta, y para mi sorpresa, ya tengo clientes.

-Oh, por fin está abierto -ante mí, no solo está mi primer cliente, sino alguien que ya era familiar para mí, no para mi forma humana, sino para mi forma de Eevee. Era el detective que había intervenido a Malva en Pueblo Cromlech-. Sí podemos pasar, ¿verdad? -pregunta curioso.

-Ah, adelante, Detective Looker -lo invito a pasar, recordando en ese momento, que no se supone que yo sepa su nombre-. Este… quiero decir… -me apeno en ese momento, mientras él sonríe ante mis reacciones.

-Veo que mi buró de investigación ya tiene cierto renombre aquí en Ciudad Luminaria. Ya me estoy acostumbrando a que todos sepan mi nombre, aunque yo no sé él suyo, señorita… -salvada por el mismo detective, tengo que tener más cuidado al referirme a gente que conocí como una Eevee.

-Valerie, antiguamente la líder de gimnasio de Ciudad Romantis -aunque técnicamente aún lo soy-. ¿Mesa para uno? También contamos con menú para Pokémon si le interesa que sus Pokémon también prueben nuestra comida -publicidad ante todo.

-En realidad, es mesa para tres y dos Pokémon -pide el detective, y detrás de él, alcanzo a ver a dos chicas, una de piel morena, cabellera café oscura y adornada en un par de trenzas, quien llevaba en sus brazos a un Espurr. Acompañándola va una joven de piel pálida, quien se ve bastante débil por ser tan delgada, su cabellera es lila suave y corta, y su mirada, me parecía la mirada de alguien que ha perdido toda la luz de su vida, era algo deprimente de ver-. Tengo que pedirte que por favor las trate con algo de paciencia. Emma, la de las coletas, apenas sabe hablar y leer. Y Anabel… ella… todo es muy nuevo para ella… -agrega Looker, y yo accedo, invitándolos a pasar.

-Mawile, mesa 12 por favor, en unos momentos le tomamos su orden, señor Looker -por un momento puedo sentir la mirada vacía de aquella niña, Anabel, y siento un escalofrío recorrerme la columna, algo no anda bien con esa niña.

-Oiga, más respeto para la ley, debería ofrecernos rosquillas al llegar -escucho, y al darme la vuelta, encuentro a un Croagunk con un sombrero de policía mirándome fijamente-. ¡Un momento! ¡Yo te conozco! ¡Tienes el mismo hedor de esa Eevee! ¡Pero eres humana! -me apuntó Croagunk.

-Ah, eres tú… -agrego con poco entusiasmo, y Croagunk me mira curioso-. El Croagunk que se enfermó por comer comida de humano. Un Gas Venenoso tuyo y te saco del local -aclaro yo, y entonces Croagunk se da cuenta.

-¿Puedes entenderme? -se estremece Croagunk, quien inmediatamente después corre en dirección a Espurr, bajándola a la fuerza de brazos de Emma, quien está muy distraída intentando leerle a Looker el menú que Lampent le trajo- Oficial en entrenamiento Mimi, traducción, mi pareja seguro querrá investigar a esta ciudadana -exclamó Croagunk.

-Pero oficial, el detective ya tiene muchos problemas como para agregar otro a la lista -menciona Espurr, una niña, de nombre Mimi al parecer, que linda-. ¿Qué puede ser tan importante? -pregunta ella.

-Esta humana puede hablar con los Pokémon, así como tú puedes comunicarte con los humanos -agrega Croagunk, apuntándome, y Espurr intercambia miradas conmigo, y yo instintivamente muevo la cabeza asintiendo-. El amo Looker se dedica a investigar estas cosas, además, no sé cómo, pero huele como una Eevee que conocí antes, aunque no la veo por ninguna parte, ¿eres un Ditto? -pregunta Croagunk.

-Soy humana, y a veces una Eevee -aclaré yo, la verdad a estas alturas, ya no me importaba cuantos Pokémon lo supieran, siempre podía lograr que fueran mis amigos, aunque Espurr me mira como si pudiera conocer mis más oscuros secretos.

-Así que es eso, el cuento de Swanna -concluyó Espurr, y de pronto siento como que puede leer mi mente-. Puedo hacerlo -¿cómo dices?- Puedo leer tu mente, por eso sé que eres buena -un momento, esto es peligroso-. No le diré a nadie si eres buena con Emma y Anabel -apunta Espurr- Tu mente es curiosa, narras todo lo que pasa a tu alrededor -se burla de mí.

-Por favor no leas mi mente. Y me declaro culpable de pensar mis alrededores como una historia de un cuento de hadas -así es como veo mi vida después de todo-. Así que, Croagunk, ya eres mi cómplice. No puedes delatarme -apunto a Croagunk, quien no hace más que quejarse en dirección a Espurr-. Tenía pensado ser buena con Emma y Anabel de todas formas, pero, me da curiosidad. ¿Ellas están bien? -pregunto curiosa.

-Emma es mi entrenadora, por eso sé que ella tiene problemas de aprendizaje, aunque es lista. Está aprendiendo a leer, y está aprendiendo a hablar más rápido, pero es difícil para ella, nadie le enseñó antes. Looker ahora le enseña -no sé si debería de enterarme de secretos ajenos, pero, de verdad me interesa ser gentil con quienes más lo necesitan-. A Anabel todavía no la conocemos bien… entiendo que cayó del cielo hace un par de años creo, y que aparentemente viene de la región Hoenn, pero además de eso solo sabe su nombre, y que alguna vez fue una gran entrenadora. Tiene mucho miedo todo el tiempo, solo confía en dos personas, en un hombre llamado Nanu, y en Looker, quien la cuida desde hace poco. No se lleva muy bien con Emma, parece ser que se tienen miedo mutuamente, pero ambas siguen a Looker a donde vayan -me explicó Espurr.

-Lo entiendo… seré buena con Emma y con Anabel, lo prometo -acaricio a Espurr, la pequeña ronronea un poco, se despide, y va a la mesa compartida por Looker, Emma y Anabel, la ultima de los cuales, no reacciona del todo, solo mira al vacío.

-La traición, la decepción. Te estaré vigilando, humana -me apunta Croagunk, y yo lo miro con incredulidad-. Aunque antes de eso, ¿venden rosquillas para Pokémon? De preferencia de las que no me destrozan los intestinos, tengo un problema de Gas Venenoso muy peculiar -agrega apenado, ¿se está sonrojando?

-Croagunk no aprende Gas Venenoso, pero preguntaré a un experto sobre lo que puedes o no puedes comer -comenté, y Croagunk fue a sentarse a la mesa, mientras Lampent llegaba conmigo.

-Aún no van a pedir, parece que la niña de cabello lila no habla mucho -me explica Lampent, y yo asiento con una sonrisa-. El profesor solo pidió un café, los otros dos pidieron, ambos, un Omelet de Arroz a la Torchic. Pero siento que algo está mal, hay vibras raras en esa mesa. ¿Debería hacer algo? Siento agresividad -me explicó Lampent.

-No nos corresponde involucrarnos con los sentimientos de los demás -aunque, yo también podía sentir algo proveniente de la mesa del profesor, y podía ver que Sina estaba molesta-. Cambia la orden del profesor y llévale un Eevee Late. Iré a ver qué son esas vibras raras que sientes -expliqué, y Lampent se retiró a explicar la orden a Heliolisk, yo me dirigí a la mesa del profesor, encontrándolo a él intentando calmar los ánimos de Dexio y Sina.

-Te estoy diciendo, que soy perfectamente capaz de continuar con la investigación yo solo, el profesor no tiene recursos para seguir pagando viáticos -se quejaba Dexio, molestando a Sina, y preocupando al profesor aún más-. Si lo que quieres son vacaciones, solo pídeselas al profesor, lo tienes enfrente -apuntó Dexio.

-No tengo inconveniente en darte vacaciones si es lo que necesitas, Sina -comentó el profesor, y mis instintos Pokémon lograron percibir la mezcla de molestia y vergüenza proveniente de Sina. Me posé detrás del profesor para preguntar si algo andaba mal, pero no pude involucrarme en la conversación.

-¡No quiero vacaciones! ¡Solo quiero ir a Alola a ayudarte en la investigación! ¿Es tan difícil entender eso? -insistió Sina, incluso azotando sus manos contra la mesa. De pronto recordé la conversación que había escuchado de cuando era una Eevee, y comencé a comprender el descontento de Sina.

-¿Crees que no puedo valerme por mí mismo? ¡Llevé acabo yo solo la investigación de la Mega Evolución en Hoenn! ¡No entiendo por qué no confías en mí! -insistió Dexio con molestia, alzando demasiado la voz, y aunque no teníamos muchos comensales, solo ellos y la mesa de Looker, la verdad es que el detective ya se estaba preocupando.

-¡Esto no se trata de que confíe o no en ti! ¡Se trata de que quiero ir contigo! -respondía Sina muy molesta, y esta vez tuve que intervenir, ganando la atención del profesor, quien ya no sabía cómo detener la bronca.

-¿Está todo bien? ¿Puedo ayudar en algo? -pregunté, el profesor solo alzó sus hombros de arriba a abajo sin saber qué decirme, era más que obvio que la situación lo estaba incomodando mucho, y no había nada que pudiéramos hacer.

-¡Si tanto quieres ir a Alola! ¡Ve a Alola! ¡Yo me quedaré con el profesor a ser el asistente inútil que crees que soy! -continuó Dexio, Sina enfureció, de pronto sentí que la emociones de Sina estaban tan fuera de control, que tenía que hacer algo.

-¡No quiero ir a Alola! ¡Quiero estar contigo! ¡Idiota! -grita ella, el profesor se sobresalta, todos los presentes se sobresaltan, todos menos Dexio, ya que yo le estoy cubriendo los oídos, por lo que él me mira confundido- ¿Eh? -pregunta Sina.

-Sina, perdón por esto -enuncio cuando Mawile llega con las bebidas del grupo, tomo el vaso de té de Sina, y se lo lanzo en la ropa, confundiendo a todos los presentes-. Oh no, he hecho un desastre, por favor acompáñeme a que le brinde un cambio de ropa, discúlpeme profesor, la cuenta la paga la casa, Mozart -me dirijo a la caja, y Kriketot rompe la cuenta alegremente-. Con su permiso -me llevo a Sina del lugar, y mientras lo hago paso por la mesa de Paget, quien me mira con curiosidad, pero en ese momento, no le presto atención, y llevo a Sina detrás de la cocina.

-Oye, solo personal autorizado -se queja Heliolisk, yo lo ignoro y ayudo a Sina, ya un paño de lágrimas, a sentarse en una silla en la cocina, donde sé que nadie puede vernos-. Algo de hierba buena lo arreglará -enuncia Heliolisk.

-Ahora no, Heliolisk -me quejo yo, mientras miro a Sina, y escucho la puerta del local abriéndose. Seguro iba a perder muchas ventas hoy, y eso que era el primer día de apertura del local. Pero, en esos momentos, Sina era más importante-. Sina… cariño, perdón por tirarte el té encima, pero espero que entiendas por qué lo hice. Esa no es la forma en que Dexio debe enterarse -le explico mientras le limpio la ropa con una franela.

-Es un idiota… ya no me importa… es un tonto. No lo entiende, solo quería que le entrara en la cabeza… -agregó entristecida, y de pronto sentí como me abrazaba, lo que fue incomodo, pero le regresé el abrazo gentilmente-. Hasta tú que no me conoces mucho… te diste cuenta… pero él no lo entiende… solo piensa que creo que es un idiota, y sí es un idiota, pero quiero que entienda… que solo quiero estar con él. Me siento muy sola cuando se va. El profesor ya te tiene a ti, pero yo no tengo a nadie -no tenía ni idea, de que Sina pudiera ser así de vulnerable.

-No siento que sea la mejor persona para dar consejos de pareja, pero… ahora que Dexio te vea así, seguro se va a preocupar mucho… tal vez puedan hablar y arreglar las cosas, puedo quitarte al profesor del camino si quieres, pero tienes que tomar las cosas con más calma -le expliqué, y ella asintió, aunque se sentía muy apenada. La puerta del local volvió a abrirse, parte de mí se quejaba de no poder atender a nadie, pero Sina, aunque ella no me conociera, yo la quería mucho-. Sina… sé que tal vez mi consejo no te sirva de mucho, en especial si es un consejo que me dio un Aromatisse… pero, es un consejo en el que confío plenamente. Si es verdadero amor el que sientes, tus sentimientos van a llegar -le mencioné, tomando su mano y apretándola fuerte para darle fuerzas, ella se secó los ojos, y sonrió un poco.

-¿Eso te dijo un Aromatisse? -sonrió ella, era una risa genuina, y yo asentí para ella- Dexio, me hace enojar mucho… pero creo que sí siento amor por él… -confesó ella. Ow, es tan adorable. Quiero abrazarla, pero tengo que ser fuerte.

-Vamos entonces -le guiñé el ojo, y salí con ella en dirección a la mesa del profesor, a quien Mawile le estaba sirviendo su Eevee Late-. Esa es cortesía de la casa, profesor, ya que planeo robármelo unos instantes -le comento al profesor, tirando de su brazo y levantándolo a la fuerza-. Mawile, lleva ese Eevee Late a la mesa 7, el profesor necesita concentrarse en algo -agregué yo.

-Pero la mesa 7 está ocupada -me comenta Mawile, yo viro a ver la mesa, y encuentro a Paget atendiendo a una pareja de entrenadores, para mi sorpresa. Y a mis pies, un Minccino pasó en uniforme limpiando mis zapatos.

-El uniforme debe estar presentable en todo momento, manténgalo así -me apunta Minccino, quien entonces va a limpiar más mesas, sorprendiéndome, mientras Paget me mira de reojo, me sonríe, y yo me conmuevo por su ayuda.

-¿Señorita? -me pregunta el profesor, y en ese momento me doy cuenta de que aún lo tomo del brazo. Me apeno, pero tiro del brazo del profesor en dirección a otra mesa- ¿Me perdí de algo? -pregunta confundido.

-Lo siento, profesor, solo quería hacerle unas preguntas sobre… -pero nada se me venía a la mente, hasta que vi a Croagunk de reojo-. Lo que puede comer un Croagunk sin que le estallen los intestinos -recordé, sentando al profesor en una mesa libre, y sentándome con él-. Como sabe, en el Pokémon Café Mix serviremos a Pokémon, y sé que la dieta Pokémon es… especial… -comenté, y el profesor me vio con extrañeza, entonces apunté con la mirada a la mesa de Dexio y Sina, y el profesor lo comprendió, mientras en su mesa, Dexio se disculpaba una y otra vez con Sina por haberla hecho llorar, se le notaba apenado. Incluso, creo que podía oler algunos olores corporales de Dexio, que indicaban que, solo tal vez, él sentía algo por Sina también.

-Ya entiendo… -comentó el profesor, y yo suspiré aliviada de que lo hubiera comprendido-. Por un momento me asustó, pensé que se estaba convirtiendo en mi acosadora personal -se burló de mí. Oh, así que ya pasamos a sentirnos tan cómodos el uno con el otro que se perdió la cortesía y entramos a las bromas. ¿Me pregunto si eso es bueno o malo?

-Si quiere que lo acose, puedo hacerlo -le regreso las burlas al profesor, él sonríe con calidez en respuesta-. Lo siento si lo puse en una situación comprometedora. Aunque, no creo que en estos momentos quiera estar en medio de esos dos -le comenté, mientras notaba que la conversación entre Dexio y Sina se tornaba más seria, e incluso notaba el cómo Dexio se sonrojaba, Sina se apenaba tapándose el rostro con sus manos, y de pronto, todo hizo sentido-. Oh Arceus… ya le dijo… -agregué sorprendida.

-¿Es tarde para recordarles que no se permiten relaciones sentimentales entre compañeros de trabajo? -preguntó el profesor, ligeramente molesto- En situaciones normales, tendría que despedir a uno, pero supongo que ambos me agradan. Solo que va a ser muy incomodo de ahora en adelante -aceptó el profesor.

-Puedo ir a hacerle compañía si se siente como el mal tercio, a mí no me molesta -acepté, el profesor se burló un poco por el ofrecimiento-. Chatot -llamé, y Chatot bajó del techo-. Tráele al profesor su maleta, pero no interrumpas a Dexio y a Sina, tienen mucho de qué hablar -le pedí, Chatot asintió, y voló a la mesa de Dexio y Sina, recogiendo la maleta del profesor cuando ambos estaban tan sumidos en sus respectivas vergüenzas, como para notarlo-. ¿Puede trabajar con esto? Le pasaré la contraseña del wifi si quiere -le comenté.

-Bueno… supongo que no me molesta quedarme a trabajar en su negocio, si no le molesta a usted -sacó su laptop el profesor-. Por cierto, le pagaré la cuenta de Dexio y Sina -comentó él.

-Ya dije que la casa invita, no me sentiría bien cobrándole a mi novio -comenté, y de pronto, tanto el profesor como yo nos sonrojamos-. ¡No pretendía decir eso en voz alta! -agregué apenada, el profesor toce para disimular, yo solo quiero que me trague la tierra.

-Solo, no me diga así en público, no quiero ir a la cárcel -¿eh? ¿Tengo consentimiento? Espera, eso significa que-. Dug-Dugtrio Sándwich por favor -agrega el profesor sonrojado, cortando de tajo la conversación.

-¡Lampent! ¡Dugtrio Sándwich para la mesa 23! ¡Mozart, sin cuenta! -prosigo, y Kricketot rompe la cuenta alegremente, yo me levanto sumamente apenada, y trato de distraer mi atención trabajando, y atendiendo a los clientes recién llegados- Bienvenidos al Pokémon Café Mix -me presento, y puedo sentir las burlas de Giratina torturándome desde el infierno-. ¡Malva! -exclamo asustada.

-¿Valerie? -me apunta Malva, de reojo volteo a ver al profesor, quien entra en pánico tras ver a Malva- Olvídalo, no quiero estar aquí -enuncia ella sumamente molesta tras ver al profesor, pero mis instintos, me hacen tomarle de la mano-. ¿Qué quieres? -se queja ella.

-Por favor… no te vayas… -le pido con una mezcla de miedo, e impotencia. No quiero que Malva me siga odiando-. Sé que… debes odiarme mucho… pero yo no quiero que me odies… me gustaría… si fuera posible… que fueras mi amiga… -¿qué estoy diciendo? Malva por supuesto que no me va a creer nada.

-¿Me estás fastidiando? -perdón- Tsk, dame una mesa lejos del profesor. Y no me hagas esperar, o daré tal reseña, que ni los Garbodor se pararán en tu local -amenazó Malva, y yo asentí varias veces a alta velocidad.

-¡Lampent! -llamé a Lampent, quien llegó preocupado por mis aromas corporales- Mesa 45, dale prioridad -exclamé mientras lo presentaba frente a Malva, aunque él reaccionó preocupado por la orden.

-¿Eh? Pero ella me da miedo, y yo soy un fantasma, eso es mucho decir -aclaró Lampent, pero Malva, se limitó a verlo con curiosidad- Ahora me da más miedo -agregó Lampent, y yo comprendí lo que estaba pasando.

-Lampent, los Pokémon de fuego son los favoritos de Malva, trátala bien -le pedí, y a Lampent no le quedó más que acceder, mientras Malva hacía muecas de alegría al ser atendida por un Lampent-. Eso… estuvo bastante cerca… -me dije a mí misma, viré a ver al profesor, y él hizo como que trabajaba, aunque miraba a Malva de reojo-. Me sentiría preocupada, si no oliera el miedo en sus olores corporales, profesor. Ya solo me falta que se aparezca Dianta -me dije a mí misma, volteé a la entrada, y exclamé con sorpresa.

-¿Oh? ¿Eso significa que sí llegó mi reservación? Cuando marqué, solo escuchaba a un Heliolisk -comentó Dianta, quien había entrado en mi local, ganándose las miradas de todos los presentes- ¿Profesor? Que pequeña es Ciudad Luminaria. Aunque sería de mal gusto que te pidiera sentarme con él, ¿verdad? -no sé cómo responder a eso- ¿Puedo sacar a mi Gardevoir? Sirven comida para Pokémon también, ¿no es así? -me bombardeó de preguntas.

-Ah, sí… Paget -llamé a Paget, quien se sorprendió de ver a la campeona de Kalos en el local-. Si tenemos una mesa especial, asígnasela a Dianta por favor -le pedí. Paget, temblorosa, aceptó y le pidió a Dianta seguirla, yo estaba sin habla por la extraña combinación de comensales que curiosamente se habían reunido en el primer día de mi negocio.

-¡Cuenta! ¡Cuenta! -escuché a Chatot, y Paget, tras entregar el menú a Dianta, miró a Chatot- ¡Mesa 25! ¡Mesa 25! -continuó Chatot, y al hacerlo en lengua humana, Paget fue a cobrar a la pareja que había entrado después de Looker, y momentos más tarde, Kricketot marcó en la caja, dándole el cambio a la sorprendida pareja.

-Que lindo -agregó la chica, y acarició a Kricketot, quien vibró felizmente-. La comida estuvo muy rica también, hay que traer a los demás la próxima vez -comentaba la chica, lo que me alegraba mucho. Pese al caos del inicio, todo parecía ir muy bien.

-Creo que ya no le tengo tanto miedo a los Lampent, ese pequeño nos atendió muy bien -exclamó su pareja, y Lampent, quien lo había escuchado, encendió su flama tenuemente de un color un tanto rojizo, lo que significaba que estaba feliz. La campanita de la entrada sonó nuevamente, y Paget fue a atender, llegaban más comensales, y Heliolisk trabajaba más rápidamente, alegre de cocinar para humanos. Tan feliz estaba, que ni hierba buena usaba.

-Es increíble, siento que todos están muy contentos -exclamó Mawile, quien llegaba con una bandeja con platos sucios, lo que me recordó que aún no teníamos lavaplatos-. ¿Qué hago con esto? -preguntó curiosa.

-De momento solo apílalos en la cocina, los lavaré en cuanto me desocupe un poco, aunque no sería mala idea buscar a un Marill lava platos -agregué sintiendo pereza por a tarea de lavar platos, cuando Minccino, furiosa, le quitó la bandeja de platos a Mawile, y fue a lavar los platos a toda velocidad en el lavabo.

-¡No soporto lo sucio! ¡Lava! ¡Lava! ¡Lava! ¡Lava! ¡Lava! -prosiguió Minccino, lavando furiosamente. Bueno, supongo que es un puesto menos del cual preocuparme. Me dirigí a la cocina, y observé a Heliolisk cocinando, se le veía muy feliz, y seguía las instrucciones de Lampent al pie de la letra, aunque Lampent estaba bastante ocupado tomando ordenes, o leyéndole las ordenes que le daba Paget.

-Pensé que no te gustaba el trabajo de mesera, y que pensabas que esta era una idea ridícula -le comenté a Paget, quien se apenó un poco, pero miró a los alrededores del restaurante, aunque se frotaba los ojos de tanto en tanto.

-Supongo que no era tan mala idea después de todo -continuó frotándose los ojos ella-. Ama Valerie, ¿no le molesta si me pongo mis lentes? En la boutique me obligaban a dejarlos porque eran de mal gusto -me explicó, mostrándome unos lentes rojos.

-Que tonterías, si los necesitas, úsalos por favor -esa boutique era demasiado tiránica al parecer, menos mal que ya tiene una nueva gerencia-. Siéntete lo más cómoda que puedas, a mí me importa que seas tú misma, nadie va a gritarte si usas esos lentes -insistí, y los ojos de Paget se humedecieron, ¿qué rayos le pasa a la gente de Ciudad Luminaria? Pareciera que nunca le mostraron aprecio a Paget.

-Entonces, ¿qué somos? -escucho a Sina, y viro a ver la mesa que comparte con Dexio, ninguno de los dos ha tocado su Omelet de Torchic. Al darse cuenta, Heliolisk se molesta, por lo que tengo que tranquilizarlo- ¿Seguimos siendo compañeros de trabajo solamente? ¿O qué? -hay Arceus, quiero escuchar. Aunque, Dexio está muy incomodado como para responder.

-Kricketune, Ludwig -llamo al par de Pokémon, y apunto a la mesa de Sina, ambos asienten, y van a tocarle a Sina, ocasionando que se ría un poco por la situación, y que Dexio se relaje un poco, lo suficiente para comenzar a comer, lo que calma a Heliolisk, pero arruina la oportunidad de que Dexio le responda a Sina. Me debes una, Dexio, yo quería romance.

Más y más clientes continuaron llegando, me llamaba bastante la atención, no había invertido nada en publicidad, tener esta cantidad de clientes no me parecía normal a estas alturas. Pero, aún así, hacíamos todo lo que podíamos por mantener el orden.

El profesor ya trabajaba en su computadora, concentrado, mientras en la mesa de Dexio y Sina, todo se sentía un poco más relajado. Malva ya comía un Sundae de Vulpix con Caramelo Quemado, y estaba tan agradecida con el sabor, que ya le tomaba fotos y hacía publicaciones en su Holomisor, lo que me tranquilizaba un poco, aunque tras ver la mirada malévola que me dirigía, sabía que Malva tramaba algo, aunque en esos momentos no tenía forma de saber si era algo bueno o algo malo.

-¡Valerie! -llamó mi atención Chatot de improviso. Todo había parecido ir bien hasta ese momento, los clientes iban y venían, todos compartían olores corporales placenteros, Chatot no había tenido que intervenir del todo, no al menos hasta ese momento- ¡Alerta en mesa 12! ¡Algo malo pasa en mesa 12! ¡No sé qué es, pero hay un instinto asesino en la mesa 12! -proseguía Chatot, y al hacerlo en el idioma Pokémon, logró mantener la calma del lugar, aunque Paget ya lo miraba confundida.

-Mesa 12, yo me encargo -le mencioné a Paget, dirigiéndome a la mesa 12, donde Looker atendía a su Croagunk, aparentemente indigestado-. ¿Todo bien señor Looker? -pregunté, aunque el olor me hizo llorar los ojos.

-Ah, lo siento, Croagunk comió algo de mi comida, creo que le hizo mal -me respondió Looker, mis instintos de Eevee me herían la nariz con los hedores de Croagunk, pero aparentemente solo yo los olía, ya que Looker no se encontraba incomodado del todo-. Lo llevaré afuera hasta que se calme, ¿podría cuidar de mis acompañantes por favor? -accedí, pensando que el peligro había pasado, pero Chatot continuaba revoloteando, lo que me preocupaba.

-Está pasando otra vez -escucho a Mimi, la Espurr, y noto como Emma se aleja de Anabel, quien ha comenzado a llorar, y mientras lo hace, su Flan de Frutas a la Pikachu comienza a temblar, movido por una fuerza que parece emanar de Anabel-. Esa niña, tiene poderes psíquicos, pero no puede controlarlos. Según vi en la mente de Looker, Anabel no poseía estos poderes mientras estuvo con Nanu, pero desde que la asignaron a Looker, se han descontrolado. Looker piensa que es por la falta de Pokémon Siniestros a su alrededor, y que como Nanu ya no puede cuidarla, sus poderes ahora están fuera de control -me explica Mimi.

-Supongo que no soy la única con problemas -me dije a mí misma-. Anabel, oye, Anabel… -llamo su atención, y sus ojos se humedecen aún más, y yo puedo sentir, el cómo la mención de su nombre la hace sentirse aún peor-. Esta bien, no usaré tu nombre, pero tienes que calmarte… -le pido con ternura, logrando que se tranquilice, y que su Flan de Frutas a la Pikachu deje de temblar-. Esto… ¿se disparó por tu nombre? -pregunté preocupada.

-Anabel… Hoenn… es todo lo que sé… por dos años he intentado recordar, pero no puedo recordar… -me explica, y siento una inmensa pena por ella-. Me duele tanto intentar recordar… que ya no quiero recordar… pero, de pronto siento que recuerdo… y me asusto… Nanu dijo que tenía que aprender a controlarlo… pero no puedo… tengo miedo… tengo miedo… -se entrega al llanto, y yo no sé cómo ayudarla.

-Anabel… -comienza Emma, y la mención de su nombre vuelve a estresarla, la mesa comienza a vibrar, y Espurr entra en pánico. Puedo sentir un instinto violento en Anabel, si no se tranquiliza, algo malo va a pasar-. ¿No quieres… recordar…? Yo entiendo… -¿qué clase de niñas rodean a Looker?

-Oye… -llamo su atención, teniendo cuidado de no mencionar su nombre-. Si te duele recordar… tal vez no deberías de recordarlo -no conozco a esta niña. No sé nada de sus problemas, pero si ella quiere olvidar, tal vez es porque recordar abriría una herida muy profunda. Sea lo que sea que no quiere recordar, el miedo es lo que le impide hacerlo. En estos casos, tal vez lo mejor sería olvidar-. No quiero darte malos consejos… pero… si esto te lastima mucho, si la sola mención de tu nombre te causa este dolor… tal vez deberías aprovecharte de que no tienes memorias, de que no tienes un pasado, y avanzar -le mencioné.

-¿Avanzar? -pregunta ella, y yo le sonrío- Todos quieren que recuerde, no sé por qué quieren que recuerde, pero yo no quiero recordar, me da miedo… no quiero ser Anabel -me explica, y puedo oler su miedo, es demasiado profundo.

-Entonces, la persona que está frente a mí no es Anabel -sonrío, intentando ser cálida y cortes, y por los aromas que despide ahora, puedo sentir que se alegra de mi comentario-. ¿Cómo se llama la persona que tengo enfrente entonces? Si no es Anabel, ¿quién es? ¿Tienes un nombre con el que te gustaría que te llamara? -una psicóloga de seguro me reprendería por esto, pero esta niña realmente necesita ayuda.

-¿Un nombre que no sea Anabel? -me pregunta, y yo espero, al menos ya está más calmada- ¿Puedo ser alguien que no sea Anabel? ¿Así dejarían de presionarme? -pobre niña. Seguramente, alguien quiere que recuerde porque eso le beneficia. ¿Acaso ese tal Nanu quiere algo de Anabel?- Destra… -prosigue ella-. Ese nombre… me gusta… quisiera ser Destra… y no Anabel -entonces, para mí serás Destra.

-Destra entonces -le sonrío, me siento a su lado, y ella me mira con ojos repletos de esperanza. Ya no hay más miedo, solo curiosidad-. ¿Y hay algo que Destra quiera ser? ¿Entrenadora? ¿Líder de gimnasio? ¡Tienes un buen cuerpo para el modelaje, podrías ser una muy buena modelo. Aunque si Looker es tu guardián, tal vez quieras ser detective -me burlé un poco.

-¿Detective? -pregunta curiosa, y de pronto, siento un aroma cálido y suave, como una fragancia placentera emanando de ella, mientras la veo desviar la mirada, mientras Looker regresa con Croagunk- Me da curiosidad… me gustaría… ser detective -así que, Destra siente admiración por Looker. Vaya, ¿Quién lo diría? Looker tiene una fan.

-Estoy segura de que a Looker le gustaría que fueras su aprendiz -aseguré en voz alta mientras Looker se sentaba-. Detective, hay algo que Destra quiere decirle -agregué mientras me ponía de pie.

-¿Destra? -pregunta confundido, pero claro, él no conoce a ninguna Destra- Lo siento señorita Valerie, pero creo que no tengo idea de quién es Destra… -oh, no te preocupes, ya vas a conocerla.

-Looker… -comienza ella-. Anabel… ya no existe… quiero que me llames Destra, y quiero… que me enseñes a ser una detective como tú -finaliza ella, y Looker, sumamente sorprendido, la apunta mientras me mira con curiosidad.

-Yo no sé nada, solo sé que Destra es muy linda -sonrió, ella me sonríe, y por lo que huelo, he evitado una tragedia, aunque no tengo la menor idea de en qué clase de problemas he metido a Looker, aunque bueno, ese no tiene por qué ser mi problema.

Notando que la situación ya estaba más controlada, y que los comensales comenzaban a retirarse, miré en dirección al profesor, quien bebía de su Eevee Late, aunque miraba en dirección a Malva, quien aparentemente llamaba a alguien por teléfono, dándole la espalda al profesor. Los aromas corporales del profesor no me eran claros, aunque denotaban algo de incomodidad, quise ir a hacerle algo de compañía, pero se supone que estoy trabajando.

-Jefa, solo vaya, todo está bajo control -enuncia Paget, quien aparentemente también es tan empática, que ha notado mis sentimientos-. Ya no hay ordenes nuevas, todos los comensales están consumiendo, y no hay más llegando. Si quiere ir con el profesor puede hacerlo -insiste.

-Si Valerie necesita una excusa, va llegando el Dugtrio Sándwich -escucho a Mawile, quien llega con la bandeja conteniendo la comida del profesor-. Escuchaste a Paget, solo ve -insiste ella.

-Un momento, ¿ya entiendes a Paget? -pregunto consternada, aunque por el cambio de tema Mawile intenta morderme, lo que no es buena idea mientras lleva un plato sobre su mandíbula, por lo que termino atrapando el mismo antes de que se caiga- Pero… -intento defenderme, pero tanto Paget como Mawile me miran con molestia- Esta bien, no me miren así -viro rápidamente a ver a Malva, quien nota mis intenciones, pero me da la espalda, aunque puedo oler que sigue tramando algo-. Ok… solo espero no tener más sorpresas nefastas -agrego, y me dirijo al profesor-. Su… Dugtrio Sándwich -llego ante el profesor, sintiéndome demasiado incomoda tras haberlo llamado mi novio sin su consentimiento.

-Ah, gracias -puedo oler que él está igualmente nervioso- ¿Se toma un descanso? -me pregunta, yo asiento nerviosamente, pero me quedo allí parada- ¿No va a sentarse? -me invita, aunque estoy tan nerviosa que no puedo articular palabra alguna- Ya tenía tiempo que no hacíamos esto, así que, respire por favor -me pide, yo aspiro con fuerza-. Ahora déjelo salir -obedezco por instinto Pokémon-. ¿Mejor? -me pregunta.

-No creo que esta vez eso vaya a ayudar mucho -miro en un par de direcciones. En una, Malva me mira con molestia, en la otra, Dianta abraza a su Gardevoir emocionada mientras aparentemente me da su bendición-. Tal vez mi descanso deba esperar -agrego nerviosamente.

-Si está así de incomoda por lo que dijo hace poco… -intenta decir, la sola memoria me apena demasiado, por lo que me oculto el rostro detrás de mi bandeja, a falta de mangas es lo mejor que puedo hacer, aunque no me esperaba que eso levantara el rubor del profesor- Escuche… no me lo está poniendo nada fácil… solo… -intenta decir, ¿será esta, la confesión que tanto he deseado? Si el profesor dice lo que quiero escuchar, tal vez todo haya terminado, tal vez, pueda entregarme a la vida humana nuevamente.

-¿Interrumpo algo? -escucho, el profesor interrumpe lo que iba a decir, y yo maldigo a Sina a mis adentros, incluso puedo ver a Espurr desde su mesa tapándose los oídos, pero no puedo evitarlo, mientras Sina, con una sonrisa de oreja a oreja, y su rostro ruborizado, llega ante nosotros- Si estoy interrumpiendo puedo venir después -insiste ella, aunque por la forma en que tiembla, parece ser que no puede esperar.

-Ya qué… me rompiste el momento… -se queja el profesor, y yo grito a mis adentros en vergüenza. ¿Iba a hacerlo? ¿Acaso el profesor pretendía oficializar nuestra relación? ¿O iba a rechazarme? ¡Ahora por Sina ya no lo sé!-. ¿Qué ocurre, Sina? -mi oportunidad se esfumó.

-Esta bien, ya que no interrumpo nada, puedo decírselo -Sina, si vuelvo a ser una Eevee, voy a morder tus botas, es una promesa-. Quiero pedirle… que me deje ir a Alola con Dexio… en el próximo viaje de investigación. Lo he hablado con él, y está de acuerdo -agrega apenada, tanto el profesor como yo viramos a la mesa donde está Dexio, el pobre está hecho una baya Tamato de la vergüenza, y solo puede temblar mientras ve a la mesa con vergüenza- Sé que lo estoy complicando mucho… sé que seguramente dirá que no porque de esa forma se queda sin asistente… pero… prometo trabajar muy duro y compensárselo… -aw, estoy tan conmovida por el progreso de Sina que no me puedo quejar de la interrupción, aunque de todas formas voy a morder sus zapatos.

-No lo sé… se supone que debería despedir a uno de los dos -¿Eh? Ante la respuesta del profesor, no solo Sina, sino yo misma estoy sobresaltada-. Cuando te contraté, sabías lo que decía el contrato sobre relaciones entre el personal. Deliberadamente me desobedeciste -¡No puede evitar el amor con la cláusula de un contrato, profesor!-. Además de que, no puedo simplemente quedarme solo, ¿quién me ayudará en el laboratorio? Tengo asistentes por una razón, y ustedes lo toman como si fueran vacaciones -no es que no lo entienda, profesor, pero no puede simplemente decirle que no al amor.

-Yo le ayudo -agrego más por instinto que pensando bien las cosas-. Si es lo que se necesita para que Sina y Dexio puedan ir juntos a Alola… yo le ayudo, profesor… Paget es la gerente del Pokémon Café Mix, ella puede… mantener el orden sin mi ayuda… si Paget está aquí para atender el Pokémon Café Mix… yo podría… ya sabe… ayudarle… -insistí.

-No es eso lo que tenía en mente, solo estaba reprendiendo un poco a Sina -me explica el profesor, pero yo estaba hablando muy enserio, y él debió de percibirlo, ya que comenzó a sudar frio- Bueno… supongo que… si a la señorita Valerie no le importa… podría tomarle la palabra -agregó el profesor, y Sina exclamó con alegría- ¡Pero su sueldo se deducirá del tuyo! -se apresuró a decir el profesor.

-Pero deduzca sin hacerme morir de hambre, profesor -aceptó Sina, el profesor simplemente se cruzó de brazos, y le dio la espalda a Sina. Ella, por otra parte, me tomó de las manos, y las estrechó con fuerza-. Gracias… Valerie… te debo mucho… de todas las novias del profesor, eres mi favorita -aclaró ella, y el profesor por poco se atraganta su sándwich.

-Ah… gracias… pero aún no somos nada que yo sepa… -agregué apenada, aunque pude sentir algo de violencia en los olores del profesor, aparentemente el comentario no le gustó, y aquello me alegraba bastante.

-Le daré las buenas noticias a Dexio entonces -exclamó Sina, y corrió de regreso a la mesa de Dexio, dejándome sola con el profesor, aunque en esos momentos no estaba feliz de quedarme a solas con él. Intenté decir algo, pero Lampent apareció en medio de ambos, escandalizándonos a los dos.

-¡Valerie! ¡No quería interrumpir porque todo olía muy bien, pero! ¡Hay problemas! -anuncia Lampent, y confundida, miro en dirección a Chatot, quien apunta a la cocina, donde Heliolisk, simplemente no está.

-¿Ahora qué? Si no lo han notado, tengo mis propios problemas -me molesto, aunque los pasos apresurados de Paget, corriendo en mi dirección, me dicen que simplemente no puede esperar- Creo que tengo algo que atender, profesor, ¿podemos hablar luego? -le pregunto, el profesor asiente, y yo me retiro con Lampent y Paget- ¿Qué pasa ahora? -pregunté.

-Lo que pasa, ama Valerie, es que alguien se molestó mucho, y metió al restaurante en problemas -apuntó Paget, y pude ver en la mesa de Malva el coraje y las flamas de odio con las que me miraba-. Malva es la causa, pero no el problema. Malva es una profesional ante todo, así que puso una buena reseña pese a estar molesta con usted -entonces, ¿cuál es realmente el problema? Paget debió comprender lo que estaba pensando, mientras me forzaba a voltear a la entrada, donde poco a poco comprendí la situación-. El problema, es que Malva es una miembro del Alto Mando, y llamó a la caballería -me explicó, y por fin entendí el por qué Heliolisk no estaba en la cocina.

-¡Señor Siebold! -exclamo sorprendida, restándole un poco de importancia a la situación, mientras veo al miembro del Alto Mando, y conocido mío, llegar a mi cafetería, y percibiendo de él un aroma de sorpresa tras encontrarme allí- Que sorpresa, que pequeña es Ciudad Luminaria como para encontrarlo aquí -enuncio agradecida.

-Ama Valerie, ¿conoce a Siebold? -me pregunta Paget, ¿qué clase de pregunta es esa? ¿Quién no conoce a Siebold del Alto Mando? Por supuesto que lo conozco. Por la mirada de Paget, intuyo que algo estoy haciendo mal- Espere, ya me está quedando claro que es algo distraída de mente, permítame corregir lo que le pregunté -¿Distraída de mente? ¿Intenta decirme que soy tonta?-. Lo que intento preguntar es, si conoce en persona a Siebold del Alto Mando, y absténgase de decir: "pero que no lo ves frente a nosotras" por favor -no entiendo la pregunta.

-Creo, señorita Valerie, que se refiere a nuestra relación fuera de lo profesional -enuncia Siebold, como siempre todo un caballero mientras me toma la mano y la besa con gentileza. Tras el gesto, puedo notar un aroma peculiar proveniente del profesor a varias mesas de distancia, lo que termina por preocuparme un poco-. En ocasiones, he sido invitado a eventos por la familia de la señorita Valerie, o del joven Grant, ambos son dos de mis mejores clientes. Jamás me negaría a una petición de una comida privada para ninguno de los dos, mucho menos de una petición de Valerie -siempre tan atento conmigo, señor Siebold, aunque de momento, me preocupan más los aromas del profesor.

-Ama Valerie… necesito una respuesta más específica, y creo que el profesor también -me susurra Paget, aunque, no se me ocurre una forma de contestarle. Un momento, ¿el profesor está celoso? Puedo sentir mi corazón estallando de la emoción, aunque, mientras más reacciono a los celos del profesor, él más se molesta.

-¡Mordisco! -escucho, e inmediatamente después siento, mientras Mawile me muerde la pierna, esta vez la derecha, emparejándome. Apenas me estaba curando de la herida de su mordisco de la cita con el profesor- ¿Qué estás haciendo? ¡El profesor se está molestando! -recrimina ella, mientras yo me aguanto las lágrimas.

-¿Se encuentra bien? -pregunta Siebold, pero es el profesor quien, sobresaltado por la mordida de Mawile, le hace cosquillas para que libere mi pierna- ¿Profesor Sycamore? Que sorpresa, y, ¿Dianta? Malva tenía razón, este establecimiento tiene una conglomeración bastante peculiar.

-De modo que, Malva es la responsable de esto -enuncia el profesor, y yo lo miro de forma inocente, de verdad no quería que se sintiera celoso, pero no pude evitar sentirme feliz al respecto-. Pero, eso no importa de momento, su pierna… -me comenta el profesor.

-Ah… ya me estoy acostumbrando… aunque me volvió a romper las medias… -me quejo yo, pero obviamente el profesor está más escandalizado por la sangre manchando mi media, Mawile de verdad que es muy violenta-. Por favor, no se preocupe, profesor -lo tranquilizo yo mientras me ato mi pañuelo alrededor de la mordida-. Señor Siebold, ¿a qué debo el honor de su visita? -lo primero es lo primero claro, aunque usted me vea con molestia, profesor.

-Malva comentó que, como estaba de paso en la ciudad, debía venir a probar la comida de un nuevo chef. Aunque no especificó -me comentó Siebold, y tras virarme a ver a Malva, su mirada de malicia despertó mi interés.

-De modo que, Malva no puede darme reseña negativa porque le gustó la comida, por eso buscó al profesional para que me juzgue como se debe -deduje, y Malva me hizo una mueca desde su mesa, fastidiándome-. Ya veo… que difícil es ser tu amiga, Malva. Por fortuna para ti, te sigo teniendo mucho cariño -me dije a mí misma, y miré a Siebold fijamente-. Si viene como crítico de comida, espero que no me tenga consideración por nuestra relación, señor Siebold -enuncio, sin malicia, pero el profesor me mira con molestia-. Profesor… no es lo que cree… -le susurro.

-Será difícil, pero prometo no dejarme llevar por nuestra relación, señorita -responde Siebold, nuevamente besándome la mano, para regocijo de Malva, quien aparentemente sabía que esto pasaría, y descontento del profesor.

-Lampent… mesa 3 -le pido a Lampent mientras intento ocultar mi rubor, Lampent se lleva a Siebold a su mesa, el profesor solo se vira y regresa a la suya, y yo, sintiendo el aura asesina de Mawile, retrocedo antes de una segunda mordida-. Pensé que no te preocupaba el profesor, eras un Pokémon vagabundo después de todo -exclamo sorprendida.

-Igual me molesta que le coquetees a otro que no sea el profesor. ¿Acaso no te hueles? -¿eh? ¿Quiere decir que reaccioné a Siebold? Te aseguro, Mawile, que no fue intensional- ¿Ahora qué? -añade sumamente molesta.

-Heliolisk… seguro que él debe estar emocionado -cambio el tema, ingreso a la cocina, y tranquilizo mi mente y corazón-. Por supuesto que no reaccioné a Siebold, Mawile sobreactúa -me digo a mí misma, y tras llegar a la cocina, encuentro a Heliolisk debajo de la mesa-. ¿Heliolisk? -pregunto preocupada.

-¡Ya cerramos! ¡No más platillos! ¡Sácalos a todos! ¡A todos dije! -eso no lo decides tú- ¿Qué voy a hacer ahora? Si Monsieur Siebold está aquí, Monsieur Clawitzer seguramente estará aquí también -exclama Heliolisk preocupado.

-Siebold no ha liberado a ningún Pokémon -le explico apuntando a la mesa, y cuando Heliolisk se asoma, la Pokébola de Siebold estalla, liberando a su Clawitzer-. Vaya, vaya… creo que sí tienes de qué preocuparte después de todo -me digo a mí misma, mientras Heliolisk, en shock, se abraza las rodillas y rueda en el suelo-. Heliolisk, reacciona, es tu oportunidad de impresionar al Pokémon que es tu inspiración -insistí.

-¿Estás demente? -ahora los Pokémon también me llaman demente al parecer- ¡No puedo hacerlo! ¡Es el primer día del restaurante! ¡La primera vez que humanos prueban mis platillos! ¡Antes de esto servía lodo, fango, y espagueti de algas a los Pokémon! ¿Y quieres que cocine para el más grande Chef de toda Kalos y su Pokémon? Non, certainement pas, renuncio, no trabajaré bajo esta presión, aunque le lances tus aromas a Monsieur Siebold en lugar de al profesor -otro que piensa que Siebold me gusta, aunque es química Pokémon, supongo que no puede evitarse.

-Heliolisk -enuncia Lampent, entrando en la cocina-. Traigo la orden del señor Siebold y de su Clawitzer -mientras no sea "perspectiva", todo bien, basta con esta situación tan conocida-. Sopa de Queso Gratinado a la Pumpkaboo para Siebold, Clawitzer pidió Pastel de Carne a la Whimsicott… momento, ¿no es Whimsicott tipo planta? ¿Porqué es un platillo de carne? -preguntó Lampent.

-No es el momento de juzgar mis platillos, Lampent, aunque Heliolisk está en pánico, dudo que pueda cocinarlo -Heliolisk solo se tomaba la cabeza con miedo, el pobre en verdad estaba preocupado de que su comida no fuera del agrado de Clawitzer, digo, Siebold era el importante realmente, pero Heliolisk sentía admiración por Clawitzer-. Heliolisk… -tomé su mano, y él me miró con sus ojos ahogados en lágrimas-. La noche en que cocinaste para mí y el profesor, me conmoviste no solo por tus habilidades de cocina, sino porque demostrabas tal seguridad en ti mismo que, incluso dándole tu toque personal a la comida, lograste hacer algo comestible, y que ambos disfrutamos mucho. Tienes talento para esto, construimos toda una cafetería alrededor de ese talento, solo necesitas confiar en ti mismo -proseguí, aunque Heliolisk no se sentía muy convencido-. Drapion dijo, que un Pokémon no huye de ningún tipo de batalla. Para Drapion, mi romance con el profesor es mi batalla, así como para ti tu batalla es la cocina, y tu oponente y rival, es Clawitzer. ¿Vas a huir de esta batalla? -le pregunté entusiasmada.

-¡Tienes razón! -exclamó Heliolisk- Esto es una batalla y yo soy tipo Eléctrico, por supuesto que puedo con un tipo Agua como lo es Clawitzer -espera, te saliste de la idea- ¡Voy a cocinarle a ese Clawitzer, el Whimsicott más sabroso que jamás podría comer! ¡Lampent! ¡Ingredientes! -exclamó Heliolisk emocionado.

-Definitivamente no hierba buena -exclamó él, pero yo inmediatamente le destapé el frasco de hierba buena, y se lo entregué a un Heliolisk conmovido-. ¡Pero Valerie! ¡No va en la receta! -se preocupó Lampent.

-Pero es el toque especial de Heliolisk -le expliqué, Lampent no lo comprendió, pero Heliolisk estaba sumamente conmovido-. No creas que no me preocupa la reseña de Siebold, Lampent, pero Heliolisk jamás le serviría algo a Clawitzer que supiera horrible, así que voy a confiar en el paladar de Heliolisk -finalicé.

-Pero… pero… ya qué, yo de todas formas no tengo papilas gustativas, es tu funeral, y yo sé de eso -exclamó Lampent, lo que nos preocupó a ambos, pero Lampent iluminó su fuego con entusiasmo-. Carne molida, fondant y colorante verde, algo de pimienta, tomate, y orégano para el Whimsicott. Para el Pumpkaboo, queso de Miltank, una calabaza cortada, perejil, crema, algo de champiñones, un porro, y zanahoria en cuadritos con maíz y especias diversas -exclamó.

-¡La hierba buena cuenta como especia diversa! -continuó Heliolisk, cocinando con movimientos inquietantemente precisos, con Lampent cambiando el fervor de la flama, haciendo buen equipo con Heliolisk.

-Estará bien, sé que Heliolisk lo conseguirá -me dije a mí misma, salí de la cocina, y noté la mirada del profesor. Se veía confundido, pensativo, no trabajaba siquiera en su computadora, tan solo se frotaba la barbilla, o se rascaba la cabeza con fuerza. De verdad estaba preocupado. Yo quería ir a aclarar las cosas, tranquilizarlo un poco al menos, pero mi prioridad en esos momentos era Siebold, aunque Mawile me mirara con molestia por darle prioridad a él. Tras unos minutos, Heliolisk y Lampent salieron de la cocina, cada uno con uno de los platillos, Mawile se acercó para recibirlos, pero Heliolisk la detuvo.

-Non Madame, estos los debe entregar el chef -se contoneó Heliolisk, llevando los platillos, yo los seguí llevando las bebidas. Siebold observó a Heliolisk sumamente sorprendido, Heliolisk tembló de miedo, más al ver a Clawitzer nuevamente, quien aparentemente lo reconoció.

-Oh, el Heliolisk de aquella vez -exclamó Clawitzer, quien, pese a verse fiero, tenía una voz muy gentil- Huelo algo de hierba buena, te has esmerado mucho, ¿no es así? -preguntó, Heliolisk solo balbuceó, pero logró colocar el platillo frente a Clawitzer, Lampent hizo lo propio con Siebold, quien miraba a Lampent preocupado.

-Espero no sea un mal augurio de que moriré de envenenamiento -agregó Siebold. Por suerte, Lampent no lo podía entender muy bien, y yo moví mi cabeza en negación y sin dignarme a traducirle- Bon Appetit -probó Siebold, Clawitzer mordió de igual manera, Heliolisk comenzó a sudar frio, aunque su habilidad le secaba el sudor casi de inmediato. Esperamos, y Siebold alcanzó a sonreír-. Valiente por ponerle hierba buena al platillo -exclamó Siebold, preocupándome, pero expedía un aroma muy agradable-. Mis felicitaciones al chef -respondió gentilmente, yo me emocioné, pero Heliolisk estaba más concentrado en Clawitzer.

-Umm… esta mezcla de sabores… -comentó Clawitzer, y Heliolisk esperó, aunque temblaba demasiado-. Hay lugar para mejorar, pero, sigue siendo un platillo excelente, joven Heliolisk. Lo estoy disfrutando mucho, te lo digo yo que soy muy exigente, un poco más de hierba buena hubiera estado bien -aseguró Clawitzer.

-¿Le gustó con hierba buena? -exclamó Heliolisk, Clawitzer asintió, y Heliolisk lloró a raudales, forzando a Minccino a trapear el suelo- ¡Es el día más feliz de mi vida! ¡Muchas gracias! ¡Maestro Clawitzer! -continuó Heliolisk, yo estaba orgullosa de él.

-Se ha ganado mi respeto, Chef Heliolisk -comentó Siebold, reverenciando en dirección a Heliolisk, quien regresó la reverencia-. Y usted, señorita Valerie. La experiencia de volverla a ver, ha sido incluso más gratificante que la comida misma -tomó mi mano Siebold, y la volvió a besar con gentileza, yo me apené, más por el miedo a la mandíbula de Mawile, y por las reacciones del profesor, quien no me dirigía la vista en absoluto.

Afueras del Pokémon Café Mix.

-Fue un día agotador. Ama Valerie, creo que necesitaremos más personal que no sea un Pokémon -comentó Paget, aunque yo estaba tan distraída, que no alcancé a escuchar todo lo que dijo-. Por lo que escuché, al Chef Siebold le agradó la comida de Heliolisk. Cuando se corra la voz, vamos a tener mucho trabajo. Si quiere que me encargue de este negocio, necesitaré personal humano, y tal vez un par de Minccinos más -me pidió.

-Ah… sí… -comenté distraída, notando a Mawile mirándome desde la ventana, estaba sumamente molesta conmigo-. Puedes hacer… las contrataciones que consideres pertinente, Paget… el negocio está en tus manos… -aclaré.

-Porque usted va a trabajar con el Profesor Sycamore, ¿verdad? -se burló Paget, yo me estremecí de la vergüenza- Siebold es muy guapo y todo eso, pero usted de verdad solo quiere la atención del profesor, ¿no es así? Me encargaré de cuidar muy bien del negocio por usted, soy su confiable gerente después de todo, usted solo preocúpese por su relación -comenzó a empujarme Paget, lo que me confundía, yo solo había salido a despedirla, aunque no tardé en notar al profesor recargado contra un árbol, quien era la razón de los empujones de Paget-. No se propase, profesor, aún la necesito como jefa en lo que este negocio toma forma -se burló Paget, dejándome allí con el profesor, quien me miró con curiosidad.

-Ho… hola… profesor… -agregué de forma patética, el profesor solo parpadeó un par de veces en señal de incredulidad, yo tan solo temblé preocupada, aún podía oler su molestia. Desde lo de Siebold, el profesor apenas me había dirigido la palabra-. No amo a Siebold -enuncié, los aromas del profesor se dispararon-. Él solo es… un amigo de la familia… incluso si para él no es así, incluso si él piensa diferente… a mí… solo me gusta el profesor… -admití, y el profesor calmó sus aromas de celos.

-Lo sabía, aunque, él no mostraba tal indiferencia -explicó el profesor, y yo comprendí, que sus celos no eran por mí probablemente sintiendo algo por Siebold. Aparentemente, el profesor notó que él sí sentía algo por mí-. En todo caso, en una relación, lo más importante es la confianza. Desconfiar de usted sería ruin de mi parte -me explico él.

-Es verdad… en una relación ambas partes deben de confiar… -un momento-. ¿Ya estamos…? -intento decir, pero el profesor me mira con incredulidad- A lo que me refiero es… usted… no me ha dicho nada que me haga pensar… -no puedo acomodar mis ideas.

-Lamento no ser tan expresivo como usted quisiera, pero uno de los dos tiene que mantener la calma -ya veo, el profesor de verdad piensa que soy demasiado directa-. Aunque, si bien no puedo demostrar la misma decisión que usted, sí puedo darle la confianza de que vamos en la dirección correcta, al menos a mi parecer. Aquí tiene -extiende la mano el profesor, entregándome unas llaves con un llavero de un Klefki-. Espero le guste el llavero, me tomó algo de tiempo escogerlo -es muy bonito.

-Un Klefki, gracias -exclamo agradecida, pero inmediatamente después me estremezco-. Espere, ¿estás son las llaves de su casa? -apunto contrariada, el profesor solo me mira como si yo fuera en extremo infantil.

-Son las llaves de mi laboratorio, que coincidentemente es mi casa. Si va a trabajar conmigo necesita unas llaves para entrar -aclara él. Claro, Dexio y Sina también tienen llaves de su casa, por supuesto que no significa lo que yo me había imaginado, de pronto me siento muy poco inocente-. Realmente necesita relajarse un poco, se toma todo demasiado enserio -agrega él con calma, pero por supuesto, yo soy una adolescente, usted un hombre adulto, es natural que cualquier cosa, por más insignificante que sea, me dispare las emociones. No le mataría ser un poco más romántico, profesor-. Señorita… -interrumpe mis pensamientos el profesor, y puedo olfatear que algo le inquieta, incluso, puedo sentir cierta territorialidad en él-. No vaya a emocionarse mucho -agrega él, se acerca a mí, toma de mi mano, y la besa con gentileza. El beso que da a mi mano es un poco prolongado, aunque termina tan rápido para mí, que desearía haberme preparado para recibirlo. El profesor se sonroja, en verdad está apenado, aunque no tanto como yo-. ¿Qué le ha parecido? -me pregunta intranquilo.

-Mágico… -exclamo yo, el profesor por supuesto que no lo entiende, pero en verdad, no se me ocurre una mejor palabra-. ¿Puede hacerlo otra vez? No estaba lista… -le pedí, el profesor se preocupa un poco, y tan solo acaricia mi mano, antes de darse la vuelta y despedirse-. Siempre un caballero… ¿no es así? -agregué con una sonrisa.

-Uno de los últimos de toda Kalos -reverenció, con un aura principesca, misma ante la cual sentí calidez-. La veré en el laboratorio, señorita -terminó el profesor, se retiró, y yo tan solo moví mi mano despidiéndome de él, aunque no tarde en sentirme preocupada al sentir el conjunto de miradas, encontrando tras darme la vuelta a Mawile, a Chatot, a Lampent, Heliolisk, Kricketune y ambos Kricketot, con sus rostros pegados a la ventana, y mirándome fijamente.

-No me van a dejar escuchar el fin de las burlas, ¿verdad? -agregué desde el otro lado de la ventana, y el grupo de Pokémon movió sus rostros en señal de negación- En fin… ya puedes comenzar a burlarte, Mawile -abrí la puerta, y Mawile fue la primera en fingir una risotada, molestándome mientras hacía sonidos de besos, Lampent se unió a sus burlas tomándola de la mano y fingiendo que besaba, mientras Kricketune tocaba una melodía romántica-. Oigan, suficiente, me da pena -exclamé, pero definitivamente, no me iban a dejar en paz en toda la noche.