Fui débil, ok, ya sé que dije que me iba a tomar mi tiempo, y que quería que todo tomara la forma correcta, y que me quedaban 5 trajes y toda la cosa, pero mira que esta cosa se escribió sola, demándenme.
No entraré mucho en detalle, sigo pensando en intentar tomarme las cosas con más calma, el que este capítulo mágicamente se haya escrito de la nada debido a la casi nula clientela que tuve hoy en mi negocio, no significa que se vaya a repetir, soy un hombre de principios. En fin, a contestar reviews:
TsukihimePrincess: Creo que todos hubiésemos estado tan escépticos como Paget, pero como dice el profesor, o está loca, o es una genio incomprendido, y yo le apunto a la segunda opción. Lo de Anabel aceptando el nombre de Destra, es clara referencia a "Crónicas de un viaje Pokémon", tu entenderás, jajaja, lo de sus poderes te lo contesto en esa historia, no spoliemos aquí, jajaja. Y bueno, creo que el profesor se merece tu canción.
Xtractor68: Demándame, no cumplí, no sé si para bien o para mal, jajajajaja. Se me pasó poner en el capítulo anterior, que la razón por la que Valerie tuvo tanta clientela fue por todos los mirones que la vieron en su cita con el profesor frente a la Torre Prisma, pero supongo que es muy problemático editar y agregar eso en la historia, así que todos pretendamos que lo mencioné. Y bueno, Heliolisk logró su objetivo, y con eso cierro un arco para concentrarme en el nuevo. Adiós Café Mix, hola… bueno, tendrás que leer para averiguarlo. Espero que este capítulo sea lo suficientemente mágico, que lo disfrutes.
La chica que quería ser un Pókemon.
Segunda Temporada.
Capítulo 17: El sentimiento más fuerte.
Región Kalos. Ciudad Luminaria. Boulevard del Sur. Laboratorio del Profesor Sycamore.
-No la encuentro por ninguna parte -escuchaba a Sina, ya desesperada, mientras corría de un lado del laboratorio del profesor al otro, sumamente impaciente, y mientras arrastraba su maleta de ruedas por todo el lugar. Se acababa el tiempo, Dexio comenzó a correr por todo el laboratorio de igual manera, ayudando a Sina a buscar, pero ellos no iban a encontrarla, ya que me estaba divirtiendo mucho viendo la desesperación de Sina, aunque, probablemente ya debería de dejar de torturarla.
-Sina, el vuelo sale dentro de un par de horas, ¿estás segura de que debería de estar por aquí? -preguntaba Dexio. Hoy es el día en que ambos comenzaban con su viaje a Alola, el profesor inclusive estaba molesto con ellos, por la forma en que vestían. Dexio llevaba un pantalón de mezclilla que le dejaba a la vista los tobillos, portaba una camisa amarilla con el impreso de un Exeggcutor de Alola, un sombrero color beige, y sus lentes azules, el conjunto terminando en unos tenis azules que más parecían unas pantuflas. Por parte de Sina, ella llevaba inclusive su bañador negro puesto, lo veía asomarse por debajo de su blusa blanca, llevaba además un short de mezclilla muy corto, lentes rosas, una gorra negra, y de calzado, una única sandalia, siendo la otra la que habían estado buscando, esa nueva sandalia con aroma a piel recién salida de la tienda, de consistencia tierna y dura como de cuero recién cortado, artificial claro, pero muy sabrosa, espera, no debería estar saboreando esto, menos cuando sabe a los pies de Sina.
-La encontré -exclama el profesor, me descubrió tras masticar demasiado fuerte, y me saca de debajo del sillón de la sala de espera, con la evidencia de mi maldad en mi hocico de Eevee, mientras Sina grita histérica, arrebatándome su sandalia del hocico-. Eevee mala, no debes morder calzado ajeno, aunque, es la primera vez que lo haces, que curioso -lo siento por desilusionarlo, profesor, pero, aún puedo transformarme en una Eevee, algo que tal vez no podría hacer si cierta asistente no lo hubiera interrumpido hace una semana por interponer su relación amorosa a la nuestra.
-Uwah, solo llevaban dos puestas, Valerie inclusive me ayudó a elegirlas -oye, al menos elegí unas baratas a sabiendas de lo que iba a hacer, juré comerme tu calzado, pero no soy tan cruel como para elegir un calzado caro, además, este se veía más apetitoso, no espera, el calzado no se come-. Está toda mordida, pero, no dejaré que esto me arruine las vacaciones -exclamó mientras se colocaba la sandalia, y oh Arceus, mala elección de palabras Sina cariño, y al parecer, no soy la única que sintió los instintos asesinos del profesor-. Este… quise decir… -se estremeció Sina, Dexio, detrás del profesor, solo movió su cabeza en negación.
-Te recuerdo, Sina, que van a trabajar -se quejó el profesor, y Sina asintió un buen número de veces, mientras yo, como la linda Eevee que soy, me burlé a sus expensas-. Recuerden su misión. Desde el incidente con Yveltal y Xerneas, detectamos aquella fluctuación de energía proveniente de Zygarde dirigiéndose a la región Alola -¿cómo dice? ¿Yveltal? ¿Xerneas? ¿Zygarde?- Esta investigación no estará relacionada con la mega evolución, pero, Zygarde es un Pokémon de Kalos, y por consiguiente, es mi responsabilidad el conocer, investigar y registrar sus patrones migratorios, además de saber si hay más de uno. Dexio, llevas contigo los frutos de nuestra investigación, si me entero de que ustedes, par de asistentes, no siguen sus responsabilidades laborales y solo van de vacaciones, jamás volverán a viajar juntos mientras trabajen para mí, si eso significa que seguirán de vacaciones sin sueldo ni trabajo, o que los obligaré a regresar sin goce de vacaciones, eso lo decidiré después -amenazó el profesor, nunca lo había visto tan enojado antes, de verdad, cuando el profesor se enoja, da mucho miedo.
-Tranquilo, profesor, ambos sabemos que vamos de viaje de trabajo… puede confiar en nosotros -exclamó Dexio, al menos él estaba siendo sincero, Sina iba con otras intenciones, sus hedores la delataban demasiado-. Puede confiar en mí, me comportaré -pidió Dexio.
-En ti confío, es Sina la que me preocupa -declaró el profesor, deprimiendo a Sina. Pobre Sina, yo sé que ella es responsable, pero esta desconfianza se la ganó a pulso-. Sina, te lo recuerdo una vez más, vas a trabajar, no a vacacionar -insistió el profesor.
-Oiga, deme un respiro, esto también le beneficia. Tendrá a Valerie trabajando con usted -ante el recordatorio, me apené tras escucharla, el profesor no se mostró inmutable, se apenó también, aunque seguía molesto- Además me recortó el sueldo… lo que significa que puedo recortar mi esfuerzo… -se quejó ella, Dexio se escandalizó, y el profesor la miró con sumo descontento-. Lo siento, ya no diré nada -se estremeció.
-Si recorté tu sueldo, es porque por hacerte el favor, Valerie se ofreció, y sabes que eso es demasiado problemático -¿disculpe usted?-. Sina… me colocaste en una situación muy problemática. Después de que Valerie se ofreciera, ¿cómo iba a decirle que no? Ustedes tienen estudios relacionados con la mega evolución, la biología, química y medicina. Ahora tengo que lidiar con alguien que no posee esos conocimientos -mi mundo se acaba de desmoronar. El profesor cree que soy una inútil.
-Este… Eevee se ve deprimida por alguna razón -no me hables Sina, mi corazón está roto-. Profesor, usted llamó a Valerie una genio no reconocida, dele el beneficio de la duda por favor. Sé que realmente usted no siente molestia de que Valerie vaya a ayudarle en el laboratorio -las palabras de Sina me dan esperanza, pero el profesor no está muy convencido.
-Sina, ¿cómo voy a concentrarme con ella aquí? -si quiere no vengo, que cruel, profesor- Comprendan los dos, que tengo un trabajo que me tomo muy enserio. No tengo nada contra la señorita Valerie, todo lo contrario, pero ella, pertenece a un mundo diferente, y gracias a tus acciones tendré que lidiar con el conocimiento, de que, muy probablemente, sea una persona en extremo aburrida para Valerie -espere, ¿esto no se trata de mis nulos conocimientos científicos? ¿Le preocupa que lo considere aburrido?
-Ya sabía que el profesor no podía ser tan cruel como para menospreciar a Valerie por sus estudios, está preocupado porque ella lo llamó nerd -exclama Dexio, y la revelación me cayó como balde de agua fría. ¡El profesor se sintió ofendido por mi comentario de broma!-. Animo, profesor. Es la primera vez que lo vemos tan entusiasmado por una chica, tiene todo nuestro apoyo -aseguró Dexio, conmoviéndome.
-Así es, está más animado, y más concentrado, y hacía tiempo que no se preocupaba tanto por su aseo personal, hasta se ha estado rasurando con mayor cuidado -oh, entonces esos pelos traicioneros de sombra de barba que ya no le veo, es porque quería verse mejor para mí, ojojo, ser un Pokémon es muy ventajoso- Solo sea usted mismo, hasta hace poco, usted pensaba que Valerie era superficial, ahora sabe que no lo es -morderé tu otra sandalia.
-Solo, váyanse ya, su vuelo no tarda en salir -les recordó el profesor, el par miró su reloj, y escandalizados, tomaron sus maletas y salieron del lugar a toda velocidad-. Par de asistentes ridículos, mira que hacerme ver así de débil. Si Valerie supiera que me hace perder de esta forma la compostura, seguro se aprovecharía de la situación para agilizar todo esto -ojojojo, la idea pasó por mi mente, profesor, pero Drapion no me lo permitiría, y Mawile seguro me mordería, prometo portarme bien, profesor, aunque, estoy cerca de transformarme por la emoción, cálmate, Valerie-. Eevee -¡eek! ¡No me hable así tan de repente mientras estoy fantaseando con usted! ¡Se me podría escapar una transformación!- A desayunar, tengo que arreglarme, si Valerie va a estar aquí todo el día, lo menos que quiero es que me critique por verme desalineado. Además, siempre me ve con la misma ropa, ¿debería cambiarme? No, eso solo le dará ideas equivocadas -oh no… está pasando… ver al profesor tan desesperado por querer verse presentable para mí, me está apenando mucho.
-¡Ev eeev! -exclamo con fuerza, corro a la puerta trasera, la derribo de una tacleada, y huyo del profesor, quien me ve sobresaltado mientras me escabullo frente a Drapion, Kirlia, Quagsire y los demás, saltando antes de que el profesor me vea por el agujero aún no reparado, escondiéndome en unos arbustos, y estallando con mi transformación, sobresaltando a Chatot y a Mawile, quienes me esperaban allí- ¡Eso estuvo demasiado cerca! -me quejé.
-¡Aaaaah! ¡Luego porque te muerden los Mawile! ¡Me asustaste! -se quejó Mawile, arrojándome mi maleta al rostro con molestia- ¿Qué es eso de venir en estampida y sacarnos semejante susto? ¡Pensé que eras un depredador! ¡Chatot perdió varias plumas de la impresión! -apuntó Mawile.
-Disculpa, no andes descubriendo -se quejó Chatot, mientras yo comenzaba a vestirme, aunque no podía controlar el rubor en mi rostro-. Pero ya enserio, ¿por qué llegaste así de improviso? ¿Pasó algo? Apestas demasiado a feromona femenina, ten un poco de decencia -enunció mientras se cubría el pico.
-Si ustedes pudieran espiar a la persona que les gusta, y escucharan lo que yo escuché, sabrían cómo me siento en estos momentos. Estaba tan feliz que por poco estallo en mi transformación frente al profesor -todo estaba yendo de maravilla, el profesor me estaba correspondiendo, y ahora trabajaría con él. Mantener mi forma de Eevee se estaba volviendo cada vez más complicado, y aquello me hacía muy feliz.
-Valerie, apestas -que grosera-. Pero ya enserio, entiendo que estés muy feliz, y que apenas puedas mantener tu forma de Eevee, pero aún no puedes mantener tu forma humana de tiempo completo. Esta mañana despertaste como una Eevee, ¿no te parece eso algo extraño? -yo comprendía las preocupaciones de Mawile. Cada vez pasaba menos tiempo como una Eevee, todas las mañanas tras despertar en mi cafetería, me transformaba para regresar al laboratorio y fingir despertar en la cama del profesor, desayunaba mis croquetas, esperaba a que me llevaran al patio trasero para charlar un poco con Drapion, Quagsire y Kirlia, y después escabullirme por el agujero en la pared, para regresar al local, transformarme en humana, y trabajar en el Pokémon Café Mix. Sin embargo, lo normal era que yo despertara en mi local como una humana, y me transformara en una Eevee para repetir el ciclo. Sin embargo, esta mañana que era mi primer día de trabajo con el profesor, cuando desperté, ya era una Eevee.
-Puede ser que me esté acostumbrando tanto a la rutina, que instintivamente me transformara en mis sueños -intenté explicar, pero ni Mawile ni Chatot estaban convencidos-. Oigan, sigo lográndome transformar en una humana, todo está bien -exclamé alegremente.
-Considero importante comentarle esto a Drapion -me comenta Chatot- Lampent me mencionó que sentía algo extraño últimamente a tu alrededor, pero como él es necesario en el Pokémon Café Mix, y no pudo acompañarnos hoy, no podemos indagar al respecto. Drapion, como todos los Skorupi, fue criado con conocimiento sobre la leyenda de Swanna y la luna, si alguien sabe algo de lo que puede estar pasando para detonar tu transformación en una Eevee involuntariamente, ese es Drapion -aclaró Chatot.
-Entiendo que estés preocupado porque los tipo Volador se sientan responsables pero, de verdad estoy bien, no hay que alarmar a Drapion -intenté mediar, pero los rostros de Chatot y Mawile mostraban preocupación-. ¿A qué le temen? Tengo perfecto control en mis transformaciones, es verdad que el profesor dispara mi transformación en humana en ocasiones, pero solo debo recordar el fervor de una buena batalla Pokémon, y puedo volver a ser una Eevee. Además, ¿cuándo cambiamos de obligarme a permanecer en uno de los dos mundos, a preocuparnos de mi control sobre mis transformaciones? Si despierto un día como un Eevee, y no puedo volver a ser humana, eso les beneficia -les recordé.
-Nos beneficia, pero no nos hace felices -explicó Mawile, pocas veces la había visto así de preocupada-. Valerie, algo está mal, lo presiento. ¿Qué pasa si te quedas como un Pokémon? No es que no me agradara eso, pero tú quieres estar con el profesor -exclamó ella, la pobre estaba muy preocupada.
-Están preocupándose demasiado, Mawile, las cosas con el profesor no podrían ir mejor. Seguro que pronto voy a tener que ayudarle a recuperarse de que su Eevee se perdió. Dejen de preocuparse -insistí, y miré a Chatot-. Ve con Paget, hay mucho trabajo, y sin mí y Mawile seguro que te necesitará más que nunca -sonreí.
-Umm… está bien… solo, habla con Drapion -me pidió Chatot, y voló de regreso al café. Qué curioso, Chatot siempre discutía con Drapion, debe estar extremadamente preocupado para pedirme que, en específico, hable con él sobre mi supuesto problema de despertar convertida en una Eevee. Tal vez sí debería de discutir sus inquietudes con Drapion.
-Prometo pensarlo -le mencioné a Mawile, mientras salía de entre los arbustos ya vistiendo un pantalón blanco, y una blusa morada sin mangas, mis zapatillas negras de tacón alto, y mientras me quitaba las hojas del cabello-. Aunque, no entiendo de verdad qué les preocupa. A cómo va la relación con el profesor, estoy a un paso de que me acepte enteramente, y no pueda transformarme más en una Eevee -aclaré mientras me dirigía a la entrada del laboratorio, con Mawile siguiéndome, y mientras tocaba el timbre.
-Si lo amas tanto… ¿por qué no has logrado evolucionar en una Sylveon entonces? -me pregunta Mawile, y aquella revelación me preocupa unos instantes, la volteo a ver, y puedo ver lo deprimida que se siente. Tal es mi preocupación por las palabras de Mawile, que no reaccioné tan rápido al recibimiento del profesor, quien se aclara la garganta desde la puerta ya abierta.
-Señorita Valerie… acabo de darle los buenos días, ¿está todo bien? -pregunta el profesor, y yo me apeno por dejarlo allí en la puerta sin haberle dado respuesta a su saludo, incluso mi rostro se sonroja, y comienzo a balbucear- Parece ser que ya regresó de su viaje astral -se burla el profesor.
-¡Buenos días! -reacciono, preocupando al profesor, quien me mira con incredulidad- Lo siento, es solo que platicaba con Mawile y me envolví mucho en la conversación -el profesor me invita a pasar, yo comienzo a sentirme muy incómoda, recordando que, es la primera vez que estoy sola con el profesor en su laboratorio, siendo formalmente invitada además. Sé que sueno como una adolescente enamorada, pero es porque lo soy-. Me… me reporto al trabajo, profesor -sonrío.
-Puedo verlo, y veo que está bastante nerviosa -agrega el profesor, aunque, por sus aromas corporales yo sé que él está nervioso también-. Me apena un poco tener que darle ordenes, pero es verdad que tengo bastante trabajo que hacer. Me ayudaría mucho si puede encargarse de la alimentación de mis Pokémon, Sina dejó instrucciones pegadas a la nevera -me explica el profesor, y algo de malicia me dibuja una sonrisa en mis labios.
-¿Ya estamos solos entonces? -agrego con picardía, el profesor se apena, y yo, instintivamente, rehúyo a Mawile, aunque, esta vez ella no intentó morderme- ¿Mawile? -pregunto curiosa, y Mawile parece no haber estado poniendo atención- Am… no se preocupe, profesor, yo me encargo de todo. Comenzaré recogiendo las croquetas de Eevee -aclaré mientras recogía las croquetas, el profesor solo fingió una risa incomoda.
-Si necesita cualquier cosa, estaré en mi oficina -agregó el profesor, retirándose, rodeado de olores corporales que solo podría describir de una forma. Oh Arceus, de verdad que lo puse nervioso esta vez, que pena.
-Necesito controlarme -exclamé apenada, mientras buscaba la bolsa para regresar mis croquetas, cuando mi estómago comenzó a quejarse-. Que extraño… siento hambre, pero Heliolisk me hizo de desayunar. Una croqueta no me hará daño -comí una croqueta, y Mawile me miró con extrañeza-. Perdón… ¿quieres? -pregunté, pero ella siguió juzgándome con la mirada- ¿Qué? Técnicamente son mías -me defendí yo.
-No es eso. Ya me habían contado que comías croquetas Pokémon, pero pensé que tendrías más decencia -una vez que te acostumbras, no son tan malas- Hablaré con Drapion -insistió ella, preocupándome.
-Oye, espera, ayúdame a cargar el costal por lo menos -me quejé, pero Mawile me ignoró y me esperó frente a la puerta que daba al patio trasero, forzándome a arrastrar todo el costal por mí misma, y a salir con la lista que Sina había dejado para mí con los gramajes que cada uno de los Pokémon del profesor podían comer.
-¡Valerie! -interrumpió mis pensamientos Kirlia apenas pisé césped, lanzándose a mis brazos, lo que pareció molestar a Mawile- Hace mucho que no venías, pensé que ya no me querías -posó como una actriz de telenovelas.
-Todos los días te veo mientras soy una Eevee -le recordé poniéndola nuevamente en el suelo, Quagsire llegó a saludarme también, y yo comencé a repartir croquetas- Te ves bien, Quagsire -le mencioné mientras le servía su desayuno.
-Es bueno verte como una humana, Valerie -respondió él, con ese tono tranquilo y despreocupado que me gustaba tanto de él-. ¿Todo va bien con el profesor? Aún no hemos tenido la plática -agregó, apenándome.
-Quagsire, con todo respeto, no necesito la plática, de verdad -agregué ruborizada, Quagsire tan solo comenzó a comerse sus croquetas. Otros de los Pokémon del profesor se acercaron, incluso el perezoso de Charizard vino por sus croquetas, pero al final, me faltaron dos Pokémon-. ¿Están peleando otra vez? -pregunto.
-¿Entre ellos? La verdad no -aclaró Quagsire, pero algo en sus palabras me hacían saber que algo ocurría- En realidad, ambos han estado peleando contra alguien más -apuntó Quagsire, y noté a la orilla del estanque, a Drapion con sus pinzas listas, y a Pidgeot sobre la copa de un árbol con las alas extendidas, mientras ambos miraban a los interiores del estanque con descontento más que evidente.
-Bueno, no sé lo que pasa, pero se está haciendo costumbre que Drapion me ignore -enuncié molesta, caminé hasta donde Drapion, y lo pateé con fuerza al suelo, sobresaltando a Pidgeot-. Buenos días, Drapion -agregué a tono de queja.
-¡Ay! ¡Deja de patearme así! ¡Buenos días! -se quejó él, como ya era costumbre, permitiendo que su lado Siniestro lo enfadara bastante- ¡Lo perdí de vista! -exclamó Drapion con temor, dirigiéndose a Pidgeot.
-¡Inútil! ¡Ya lo teníamos! -exclamó Pidgeot, y de pronto, un enorme Gyarados salió del agua, lanzó un ataque de Hidrobomba en dirección a Pidgeot, y una Cola de Agua en dirección a Drapion, derribándolos a los dos.
-Se los dije, par de tontos, yo soy quien domina ahora -declaró Gyarados, quien entonces me notó- Oh, Valerie ha regresado. ¿Qué te parece? Evolucioné, y ahora soy el Pokémon dominante. Pero descuida, eras buena conmigo, no te morderé -me explica Gyarados.
-Yo encantada de que no me muerdas… supongo, y felicidades por evolucionar -agrego yo, y de pronto puedo ver a Drapion y a Pidgeot furiosos y queriéndose lanzar en dirección a Gyarados-. Basta ustedes dos, Drapion, quedamos que no pelearías por el dominio de la manada, y Pidgeot, llevas años siendo el dominante, tomate unas vacaciones -le pedí.
-¿Vacaciones dices? ¡Si desde que llegaste no hacen más que ridiculizar mi liderato! ¡Este Magikarp solo evolucionó para que le prestaras atención! -se molestó y revoloteó Pidgeot, yo miré a Drapion confundida.
-Ah, todos los Pokémon del profesor te quieren y aceptan como hembra del profesor. Así que buscan tu aprobación -me explicó Drapion, apenándome, mientras Gyarados se me acercaba con una sonrisa, y sus ojos alegres.
-Así es, estará orgullosa de mi liderato, ama Valerie. La hembra del profesor, es nuestra ama también, ¿está orgullosa de mí? -preguntó Gyarados, mientras Pidgeot y Drapion se lanzaban en su dirección, y Gyarados rápidamente disponía de ellos al usar su ataque Huracán- Pierden su tiempo, yo tengo 6 IVs -declaró Gyarados.
-¡Y yo tengo 5! ¡Que para mí naturaleza, el IV que me falta no lo necesito, cara de Bruxish! -se quejó Drapion, ganándose una Hidrobomba de Gyarados, que comenzó a evaporarse cuando la ira de Drapion iluminó todo su cuerpo de rojo- Espero que seas religioso, porque te voy a mandar a conocer a Arceus -se fastidió Drapion.
-Drapion… -comencé a mover mi pie de arriba abajo en señal de molestia, por lo que Drapion desistió-. Buen Pokémon, y bueno, no sabía que los Pokémon tuvieran religión, pero eso no es lo importante. Pensé que estarías más agradecido de verme como humana después de tanto tiempo -agregué, y Drapion sonrió.
-Pero por supuesto, las cosas con el profe van muy bien, ¿no es así? Kirlia ha estado espiando sus sueños, apareces en ellos -agregó Drapion, yo me apené, y miré a Kirlia con sorpresa, mientras ella se reía con malicia.
-Oh, son sueños limpios, no te emociones -¡yo no estaba pensando en eso!- El profesor aún te ve como a una niña. No me lo tomes a mal, le gustas, pero incluso en sus sueños el profesor es muy respetuoso contigo, ¿quieres que te cuente? -preguntó, y yo mentiría si no dijera que siento mucha curiosidad.
-¡Deja de distraerla! ¡Hay cosas más importantes que discutir! -se queja Mawile, molestando a Kirlia- Drapion, tenemos que hablar -nunca había visto a Mawile así de molesta, ¿qué le pasa?
-¿Eh? Oye, no me importa que pongan a vestiditos en su lugar, pero yo no quiero nada que ver contigo, bruja prepara Garbodors -se queja Drapion recordando la noche de la cita, cruzándose de pinzas, y para mi sorpresa, Mawile lo muerde con su mandíbula auxiliar- ¡Aaaaah! ¡Óyeme que esa sí me dolió! ¡Ya sacaste Pokéboleto, hadita malcriada! -espera, no empiecen.
-¡Mawile! ¡Drapion! ¡Tranquilos los dos! -intento separarlos, pero Mawile está tan de mal humor, que azota su mandíbula auxiliar contra Drapion- ¡Mawile! -la reprendo, Drapion se defiende al levantarla y lanzarla al agua-. ¡Drapion! ¡Mawile es tipo Acero! ¡No puede flotar! -lo reprendo, me preparo a entrar en el agua para ayudarla a salir, pero antes siquiera de poder hacerlo, una energía rosada rodea a Gyarados, quien es rudamente golpeado y azotado mientras Mawile lo sostiene de la cola y utiliza su ataque de Juego Rudo, impactándolo por todas partes mientras su cuerpo está rodeado de aquella energía rosa, y al final lo lanza fuera del agua, donde Gyarados se esconde detrás de mí, mientras Mawile, furiosa, sale del agua por su propio pie.
-Ya soy la dominante, ¿alguna objeción? -se queja Mawile, da tanto miedo así de enojada, Pidgeot en las alturas está increíblemente sorprendido, Drapion también lo está, pero alza la pinza en señal de que quiere pelear, yo le bajo la pinza- Bien, ahora que soy la dominante, todos me van a escuchar. ¡Valerie está actuando toda despreocupada! ¡Pero yo sé que algo va terriblemente mal! ¡Y quiera ella o no averiguarlo! ¡A mí me lo van a contar! -exclamó ella, e instintivamente abrazo a Drapion, a Quagsire, y a Kirlia por el miedo- ¿Tienes algo que decir? -pregunta mientras me mira con molestia.
-Nada… nada de nada… por cierto, mi pañuelo, no te vayas a oxidar -le ofrezco mi pañuelo, y aunque ella está molesta, toma el mismo y se comienza a secar- Mawile, sé que estás preocupada, pero el que haya despertado como una Eevee, sin haberlo hecho a voluntad, no me parece que sea algo tan importante -intenté calmarla.
-¿Cómo dices? -pregunta Drapion, y yo lo miro con preocupación por la forma en que él ha reaccionado- ¿Cuántas veces ha pasado esto? ¿Recuerdas si soñabas algo en específico? -la verdad, no tengo idea de si estaba soñando en algo.
-Solo ha pasado una vez, y Valerie parecía estar huyendo o persiguiendo algo en sueños -contestó Mawile, y Drapion la observó con detenimiento-. Me desperté en la noche cuando la luz de su transformación se hizo insoportablemente brillante, y de pronto, ella comenzó a gruñir y a mover sus patas como si corriera mientras estaba acostada. No hablaba para nada, pero estaba tan sobresaltada, que intenté despertarla, y me mordió, sus ojos reflejaban un tono rojizo mientras lo hacía -no recuerdo nada de eso.
-Mawile, ¿qué estás diciendo? Yo no recuerdo haberte mordido, ni mucho menos haber tenido alguna pesadilla -le explico, pero Drapion me mira fijamente-. Es la verdad, ¿por qué mentiría? Desperté esta mañana como una Eevee, pero no se me dificultó para nada el volver a ser una humana. En realidad, estaba tan apenada por las cosas que estaba diciendo el profesor que casi me transformo frente a él, tuve que huir para que eso no pasara, y aquí estoy, como una humana -intenté tranquilizarlo.
-Valerie, ¿has pasado menos tiempo de lo habitual transformada en una Eevee? -preguntó Drapion, y yo asentí a sus palabras- No tiene sentido -prosiguió Drapion, caminando alrededor del estanque mientras se frotaba su barbilla-. Mamá Drapion solía contar, que los instintos Pokémon terminaban por apropiarse de la mente de los que se transformaban en Pokémon, si estos no volvían a ser humanos en periodos prolongados de tiempo. El que te transformes en una Eevee sin que sea tu voluntad, y que tengas sueños que no recuerdas, en los que persigues algo, son señales de que tus instintos juegan con tus sueños, como pasaría con un Eevee normal, pero tú tienes un cerebro humano, eso no te debería pasar a ti -aseguró Drapion.
-No estoy entendiendo -admití, y por la forma en que Drapion se frotaba la barbilla, intuía que ni él mismo lo estaba comprendiendo del todo-. Soy humana, y además una Eevee. ¿Qué tiene de malo que tenga sueños en los que mis instintos Pokémon me vuelvan a transformar en una Eevee, y además sueñe que persigo cosas? -pregunté.
-Los sentidos Pokémon se han desarrollado en tu forma humana, ¿no es así? -preguntó Drapion, y yo asentí, aunque no sabía qué tenía que ver- Además, ya no usas lenguaje Pokémon, te entendemos perfectamente, y has usado ataques Pokémon siendo una humana -aclaró él.
-Solo Atracción, no es como que de pronto pueda usar una Bola Sombra, ¿debería intentarlo? -pregunté, pero Drapion no sabía qué decir, y se mostraba pensativo- Si viajo entre ambos mundos, supongo que es natural que me comporte como humano y Pokémon a la vez. Mientras soy una Eevee puedo leer, y distinguir a personas en fotografías, que son cosas que el profesor me explicó que un Eevee no puede hacer. Lo que significa que mis habilidades humanas permanecieron aun siendo un Pokémon -le expliqué.
-No tengo idea de qué es leer, pero según te entiendo, son cosas que los humanos pueden hacer que los Pokémon no pueden -asentí a sus palabras-. En la historia de Mamá Drapion, la princesa que se había convertido en una Swanna se entregaba a sus instintos, comenzaba a cazar, comenzaba a perder su humanidad. El Drapion que fue a acabar con ella, no lo hizo por proteger el mundo Pokémon, ese Drapion, veía que ella sufría. Hacía cosas de Pokémon, pero no era feliz haciéndolas. Depredar no es algo de humanos, cuando la princesa Swanna se dio cuenta de lo que realmente significaba ser una Pokémon, ella suplicó porque terminara, y por ello, los Drapion somos mitad Siniestro, porque hicimos lo impensable -terminó de explicar, lo que me había incomodado bastante.
-Pero… yo no estoy en estado salvaje -le recordé-. Me transformo en una Eevee, pero nunca he tenido que cazar, ni enfrentarme a depredadores, por Arceus, Drapion, como croquetas de un plato. El ser depredadora no forma parte de mis instintos actualmente -agregué sintiéndome agradecida de haber sido capturada por el profesor.
-Un Eevee nace con esos instintos -agregó Drapion-. Depredar, rastrear, cazar, huir, todos son instintos que posees. Y si bien no los usas conscientemente, esos instintos se están manifestando en tus sueños -prosiguió Drapion, pero yo no comprendía lo que intentaba decirme-. Al no pertenecer a ninguno de los mundos, tus habilidades humanas se manifiestan mientras eres un Pokémon, y tus instintos se manifiestan mientras eres una humana. En el cuento, la Princesa Swanna no regresa a ser humana, y sus instintos se apoderan de ella, tú vas y vienes como te place, y tus instintos se muestran a cómo pueden -comencé a hacer memoria, y recordé varios eventos particulares.
Mientras era una humana, podía oler la química humana y Pokémon, mis sentidos se habían agudizado, olfateaba incluso los malestares de Croagunk antes de que se presentaran fuera de su cuerpo, le gruñí a Malva cuando la enfrenté por mi territorialidad Pokémon, usé Atracción primero sin desearlo, pero después podía controlarlo, podía pasar largas horas sin requerir alimento, y tenía ya mucho tiempo que no usaba el lenguaje Pokémon, entendía a todos los Pokémon, como si hubiera nacido como uno.
-Entiendo que, al no elegir ni uno ni otro mundo, no soy enteramente humana, ni enteramente Pokémon -concluí, y Drapion asintió- Lo que no entiendo es si esto debería de preocuparme. Desperté siendo una Eevee, eso es verdad, pero aún puedo transformarme. ¿Acaso corro algún riesgo? -pregunté con curiosidad.
-Eso no lo sé, solo sé lo que me contaba Mamá Drapion -me respondió Drapion, y yo bajé la mirada preocupada-. Mientras puedas transformarte en una humana, supongo que no hay forma de que tus instintos Pokémon te lleven enteramente al lado de los Pokémon. Pero, por precaución solamente, pienso que deberías agilizar esto. El profesor ya te corresponde, ¿no es así? Si ese es el caso, ¿por qué aún puedes transformarte en una Eevee? -me preguntó.
-Tampoco ha evolucionado en una Sylveon -interrumpió Mawile, aunque, yo no sabía qué tenía eso que ver-. Un Sylveon evoluciona por amor, si Valerie ama tanto al profesor, ya debería haber evolucionado en una Sylveon. Si continúa siendo una Eevee, eso significa que Valerie no ama al profesor -concluyó Mawile.
-¿Qué? Eso es ridículo -me quejé yo-. No estaría en esta situación si no amara al profesor. Obviamente es porque lo amo el que no puedo ser una Pokémon de tiempo completo, el que no evolucione en una Sylveon, no significa que no lo ame. Sé Ojitos Tiernos, tal vez solo necesito experiencia de batalla -aclaré yo.
-Una Sylveon… -comenzó Kirlia, pensativa, yo la miré con curiosidad-. Una Sylveon, ve a su entrenador como parte de su familia… tal vez… Valerie no puede evolucionar en una Sylveon… porque, aunque el cortejo está funcionando, no son familia -dedujo Kirlia.
-¿Ser familia del profesor? -pregunté con curiosidad- Sé que en el mundo Pokémon se dan muchas libertades, pero, esa es una libertad que no me tomaría si el profesor compartiera mi sangre, eso es sucio -me quejé.
-¡No me estás entendiendo! -se quejó Kirlia- Soy una Kirlia, entiendo a los humanos mejor que otros Pokémon. Y lo que entiendo de lo que dice Drapion, es que tus instintos Pokémon están ganando sobre tu humanidad -aclaró ella, y Drapion asintió-. Si los instintos Pokémon están ganando, es porque Valerie aún no puede evolucionar en una Sylveon, la única razón de Valerie para ser una humana es el profesor, entonces, el amor de Valerie es lo que la mantiene siendo humana -eso es algo que ya me queda muy claro desde hace tiempo, pero, no entiendo a dónde quieres llegar-. Para que Valerie pueda ser una humana por siempre, necesita convencerse a sí misma de que ama al profesor -insistió ella.
-¿Qué parte no entienden? Soy humana y sé perfectamente lo que es el amor. Y estoy renunciando a mi sueño de ser un Pokémon por el profesor, si eso no es amor, no sé qué es -aseguré, ya sintiéndome molesta.
-Pero ese es amor normal, amas al profesor como alguien especial, pero ustedes humanos tienen una barrera que solo el amor de un Sylveon puede comprender -insistió Kirlia, yo estaba demasiado confundida-. Valerie, un Sylveon ve a su humano como su familia, si no lo ve así, evoluciona a Espeon o a Umbreon. Estoy segura de que, en estos momentos, Valerie podría evolucionar a Espeon o a Umbreon, no a Sylveon. Solo podrás evolucionar a un Sylveon si comienzas a ver al profesor como tu familia, y solo hay una forma en que un humano de diferente camada vea a otro humano como su familia. Valerie, tienes que casarte con el profesor -me explicó ella.
-¿Eeeeeh? ¿Casarme con el profesor? -grité tan fuerte, que tuve que mirar en todas direcciones para cerciorarme de que el profesor no había escuchado aquello- ¿Estás demente? Me gusta el profesor, pero no sé si para llegar a eso -me defendí.
-No soy humana, pero creo que gustar y amar son cosas muy diferentes -exclamó Mawile, y Kirlia asintió, yo me sentía en extremo apenada por lo que ambas estaban diciendo-. Cuando se habla de matrimonio, de pronto, Valerie ya no dice que ama al profesor, lo baja de categoría y solo dice que le gusta -me atrapó.
-Oiga, oigan, ya entendí que usé mal las palabras, pero no tengo planes de casarme, solo tengo 16 años -me defendí-. Sé que en algunas regiones las leyes son precoces y bajan la mayoría de edad, pero incluso el profesor entiende que soy muy joven, por eso me tiene tanto respeto. Además, en ningún momento he dicho que me quiera casar con él -insistí, nuevamente mirando en todas direcciones para asegurar que el profesor no estaba cerca ni me escuchaba.
-Ese es el problema -insistió Kirlia-. Todo este tiempo, lo has cortejado por tu necesidad humana de sentirte amada. Pero, en el mundo Pokémon, el amor como los humanos lo conocen, es instintivo. Los Pokémon no se enamoran como los humanos, sienten atracción, pero los humanos la sienten a un nivel muy superior. Entonces, si la única emoción que convierte a Valerie en humana, es el amor, esta emoción debe vencer a todos los instintos Pokémon, o Valerie no podrá ser una humana de tiempo completo -insistió Kirlia.
-Estoy de acuerdo -aseguró Drapion-. Si fuera tan fácil con sentir atracción por el profesor, y que el profesor te correspondiera, ya no podrías transformarte en una Eevee. Hubieras perdido esa habilidad, y todos los instintos que has adquirido, incluso la capacidad de comprendernos sin ese lenguaje tuyo. Como eso no ha pasado, eso significa que el amor del profesor no es suficiente. Hasta que no lo veas como tu familia, no podrás dejar de ser una Eevee, y como los instintos Pokémon son innatos… llegará el tiempo, en que estos se apoderen de ti, y quieras o no ser humana, no podrás hacerlo -terminó Drapion, y mi mente, entró en shock.
Cocina del Laboratorio del Profesor Sycamore.
-¿Casarme? ¿Con el profesor? Eso va más allá de lo que deseaba -hui de ellos. Tras ver como Drapion, Kirlia y Mawile se unían para explicarme que no era suficiente con amar al profesor y que él me correspondiera, y tras quedarme sin argumentos para demostrarles que tenía perfecto control en mis transformaciones, mis instintos Pokémon me forzaron a huir de ellos, sirviendo como prueba de que mis instintos Pokémon estaban dominando sobre mi accionar humano, y que aquello demostraba que ellos tenían razón. Mis instintos me impedían permanecer como una humana, se apoderaban de mí incluso en esta forma. Estaba tan convencida de que podía usar mis instintos a mi voluntad, que no me detuve a pensar si debía, era más que obvio, alguien con mis habilidades no podía existir- ¿Ahora qué voy a hacer? -me quejé.
-¿Señorita Valerie? -exclamó el profesor, sobresaltándome, y haciéndome caer de mi silla, lo que lo preocupó. Debió haber escuchado mis quejas desde su oficina- ¿Se encuentra bien? -me preguntó mientras me ayudaba a levantarme- Si está cansada de alimentar a los Pokémon y hacerles compañía, puede dejarlo por el día de hoy, no es necesario que cumpla con todas sus responsabilidades el primer día -aclaró él.
-No es eso, profesor, puedo seguir trabajando, solo me tomaba un descanso -agregué apenada, no podía siquiera verlo a la cara-. ¿Qué horas son? ¡Ah! ¡Comenzaré a cocinar! -desvié la conversación, pero el profesor me detuvo al colocar su mano sobre mi hombro, escandalizándome, y haciéndome gritar de pena.
-Muy bien, ya me queda claro que no se siente del todo bien -enuncia el profesor, y yo lo miro con mis ojos ahogados en lágrimas, lo que lo escandaliza-. ¿Está llorando? -me pregunta consternado.
-No puedo evitarlo, estoy mentalmente abatida -me quejo yo, el profesor rápidamente me acerca un pañuelo-. Gracias… yo… lo siento… no me puedo concentrar -confieso, y el profesor me mira con preocupación. ¿Cómo voy a convencerlo de casarse conmigo si mientras más tiempo pasa, más lunática debe pensar que soy? Además, ni siquiera sé si yo quiero casarme con él-. Lo siento… es solo un momento de vulnerabilidad… -aclaré.
-Ah, descuide, no me molesta -menciona el profesor, mientras me sirve una taza de café-. No es un Eevee Late, pero le puse suficiente azúcar -menciona cambiando el tema, y yo me siento en extremo patética en su presencia. ¿Por qué los adultos son tan controlados? ¿Acaso no tienen preocupaciones?- ¿Está mejor? -no.
-Qué pena que me vea así de vulnerable, lo siento, haré lo posible por tranquilizarme -controlé mi respiración, y al menos, logré recuperar un poco de autocontrol, no lo suficiente para volver a ser mi yo habitual, pero lo suficiente para dejar de hacer el ridículo-. ¿Se toma un descanso? -pregunté, y el profesor asintió.
-No he podido concentrarme mucho hoy, pero descuide, no es su culpa -aclara el profesor. Está mintiendo, puedo olerlo, lo que me recuerda mi precaria situación y me deprime- Sabe que puede contarme lo que sea, ¿verdad? -claro, porque no empiezo por decirle que soy su Eevee, seguro será muy comprensivo al respecto.
-Aparentemente estoy de mal humor, pero no es su culpa, profesor, lo siento por preocuparlo -lo menos que quiero en estos momentos, es que usted se sienta incomodo por mi presencia-. He tenido muchas cosas en mi cabeza últimamente. Cuando pienso que todo marcha bien, y estoy feliz conmigo misma, la realidad me golpea sumamente fuerte. Siento que no sé qué quiero hacer con mi vida -pero mi vida parece saber perfectamente qué hacer conmigo.
-¿Alguien lo sabe? -que mala broma profesor- Es normal sentirse como un barco sin rumbo. ¿No le enseñó eso Vaporeon? -es verdad, no es la primera vez que me siento perdida- Pudo superarlo antes, puede superarlo ahora. Eso es algo que me queda muy claro, pero si de algo puedo serle de ayuda, estoy para contestar todas sus preguntas si así lo quiere -los aromas del profesor son tan pasivos, y me producen mucha calma. Pero, estoy tan confundida, que no sé si eso sea suficiente para volver a ser la misma de antes. Tal vez, si siento que usted me apoya, pueda sentirme más fuerte.
-Entonces, ¿puedo preguntarle cualquier cosa? ¿Lo que sea? -podría aprovecharme de esto. Después de todo, con mis instintos Pokémon, sean la razón de mi problemática actual o no, el profesor no puede mentirme. Lo veo asentir, siente una extrema confianza en sí mismo, y un genuino deseo de ayudarme, veamos qué pasa si hago un acercamiento agresivo-. ¿Somos novios? -pregunté, y de pronto, su seguridad se desmoronó.
-¿A qué viene esa pregunta? -desvía la atención sin dar respuesta, típico de un adulto, yo soy la que sufre aquí, y usted solo va con la corriente- ¿Esto es porque no me he declarado formalmente? -no sé ni porque lo pregunto- Supongo, que no trataría con semejante familiaridad a alguien que no considerara como tal -siempre contestando como un caballero, me molesta.
-Usted dijo que podía preguntarle lo que quiera, lo menos que espero es una respuesta directa -de pronto, el profesor se torna serio, puedo sentir desafío, le molestó mi comentario-. Si le hace sentir mejor, por cada pregunta que usted me responda, yo le responderé una a usted, pero tiene que ser convincente en sus respuestas -aclaré yo.
-Un juego interesante, para una adolescente -oh, ya había visto al profesor enojado antes, pero es la primera vez que soy la receptora de su enojo, muy bien, la mejor forma de saber si puedo ver al profesor como un marido, es conociéndolo a fondo, o desenamorándome de él-. No sé qué le pasa hoy, pero estoy dispuesto a ayudar. Si este juego suyo le ayuda, jugaré, aunque espero que no haya remordimientos -me ofreció su mano.
-Sin remordimientos entonces -acepté la oferta-. Mi primera pregunta sigue en pie. ¿Somos novios? -pregunto nuevamente, y el profesor vuelve a ponerse nervioso- Espero una respuesta contundente, profesor -aclaré yo.
-El Kimono de Flareon le vendría bien en estos momentos -oh, ¿intenta hacerme enojar?-. Lo somos -¿eh? ¡No puede ser! ¡Solo escucharlo aceptarlo me acaba de desmoronar toda la actitud de molestia! ¿Cómo puede decirlo con esa cara tan segura de sí mismo? ¿No le da vergüenza?- ¿Sigo yo? -asiento a sus palabras- Está bien. ¿por qué le preocupa tanto saberlo? -pregunta él con una cara de molestia.
-Eso… es trampa… me está regresando mi pregunta -me defiendo, pero el profesor no sede-. Está bien… pienso que no es muy romántico que digamos. Pensé que la única que lo veía como un novio era yo -mi respuesta, al parecer lo ha puesto de mal humor.
-Oiga, le llevo 15 años, por supuesto que no voy a ser tan abierto como usted -¿tiene 31? Se ve más acabado profesor-. Supongo que es nuevamente su turno de preguntarme algo. Y me alegro de ver que se ve ya más tranquila.
-¿Eh? Basta, me está apenando -me defiendo, el profesor simplemente se burla de mí-. Está bien, usted tiene 31, yo tengo 16. ¿Qué piensa de que yo esté interesada en usted y de que quiera que sea mi novio? -ya no sé ni lo que digo.
-Bueno… la verdad, me preocupa demasiado -lo sabía-. Cuando joven, no tuve muchos amoríos. Y de pronto, me veo involucrado en dos relaciones una muy cercana a la otra. Puede que haya sido por la presión de Sina, pero, usted fue tan directa, que no me quedó más remedio que aceptarlo como una posibilidad -y, aun así, me lo dice con esa cara de seguridad en sí mismo, ¿acaso nada lo apena?-. ¿Sigo yo? -muevo mi cabeza indicando que así es- ¿Le molesta a usted que yo sea 15 años mayor? -eso es trampa.
-Me sigue regresando mis preguntas, pregunte otra cosa -le apunto, perdiendo un poco el temple, pero él se cruza de brazos y sonríe, demostrando que tiene el control-. No me molesta -confieso-. En todo caso, mi queja actual es que usted es muy poco romántico. Sigo yo, ¿a qué le tiene miedo? -esta pregunta no me la puede regresar.
-A ir preso -ah, es verdad-. Pero eso no es lo que está preguntando, la verdad si la edad a usted no le interesa, supongo que se refiere a la razón detrás de que yo no sea más abierto, considerando que sé que no le molesta -entonces, ya sabía que no me molestaba-. Ya que estamos siendo sinceros, usted es hermosa, tiene un corazón muy atractivo, incluso para mí, pero es una adolescente, sus sentimientos pueden haber nacido de un flechazo repentino. Si mantengo mi distancia, no es porque no quiera corresponderle, sino porque no sé qué tan sincera es con sus propios sentimientos -¿quiere decir, que la que no está siendo sincera soy yo?-. Vera, señorita Valerie, a mi edad, y por mi trabajo, son escasas las oportunidades que tengo para explorar una relación. Mi vida ya está hecha, no soy un estudiante, no planeo viajar por el mundo por aventura o placer, vivo al día, algunos dirían que de forma monótona. El compartir parte de mi vida en un noviazgo ni siquiera me pasaba por la cabeza. Ahora contemplo la posibilidad, pero la contemplo desde la perspectiva de un adulto, no con la perspectiva de un joven que está conociendo y probando. Yo lo contemplo, desde una visión más seria, y por ello, tengo que ser cuidadoso con lo que hago. Usted es joven, tiene derecho a equivocarse, y yo, no me siento con la energía de probar, fracasar, y volver a intentar, no sé si me explico -parcialmente, y ahora, yo soy la que está conmovida.
-¿Qué espera usted, de esta relación? -ya estoy muy hundida en esto, el juego se salió de control, pero, ahora comprendo mejor lo que Kirlia intentaba decirme, la que no está convencida, soy yo, el profesor parece incluso más convencido que yo sobre nuestra relación, no debí dudar de él.
-Seguía yo de preguntar -y, aun así, logró atraparme-. Y voy a tener que disculparme por volver a apropiarme de su pregunta, pero siento que tiene muchas dudas, preguntas que no son para mí, pero que son para usted misma. Así que no me queda otra alternativa: ¿qué espera usted de esta relación? -cavé mi propia tumba.
-Que tramposo es usted -me quejé, el profesor sonríe, de verdad, ni siquiera puedo avergonzarlo cuando me lo planeo. Mientras yo pienso en un romance, sin ver al futuro, aparentemente él si ve más lejos. Por esto, es que no puedo ser una Sylveon-. No lo sé… profesor… en estos momentos solo sé que siento algo por usted… pero no sé si es tan fuerte, como para verlo con la madurez que usted lo hace -necesito mangas en mi ropa, no me gusta que el profesor me vea así-. ¿Puede contestarme usted la pregunta de hace poco? -le pregunté yo, al menos quiero escucharlo a usted decirlo.
-Puedo -comienzo a detestarlo-. Tiene que tener más cuidado al hacer sus preguntas. Pero bueno, supongo que no tengo el corazón de ser tan cruel con usted -menos mal, ya que sus mocasines acaban de entrar en mi lista de objetos que debo morder-. Lo que yo espero de esta relación, es encontrar a esa persona que me haga sonreír día con día, que me dé un sentimiento de calidez, y que ella sienta lo mismo al estar conmigo. Una persona que quiera estar conmigo solo por el hecho de ser Agustín Sycamore, no el profesor, ni el maniaco de la mega evolución, o más recientemente, el blasfemo amante de Hoenn. En otras palabras, solo quiero poder compartir un mismo camino, con una persona que genuinamente quiera estar conmigo. Más que eso, ni yo mismo lo sé -esa explicación, no era la que me estaba esperando, pero por alguna razón, me hace sentirme como que soy yo quien no ha sido sincera-. ¿Sigo yo? -me tapo el rostro, estoy en extremo avergonzada, el profesor nuevamente ha logrado romper mis defensas, pero ahora siento que he sido cruel con él, y que él merece más de lo que yo le he dado hasta ahora- Ya no sé si sigo o no -asiento a sus palabras-. Está bien, entonces. ¿Quiere seguir caminando conmigo por este sendero? ¿No la he ahuyentado? -pregunta él.
-Esas son dos preguntas -me quejo yo, el profesor sonríe, aunque en estos momentos no puedo adivinar el qué está sintiendo, estoy tan avergonzada que mis instintos Pokémon no me están advirtiendo nada-. Le contestaré ambas preguntas, pero, usted contestará una última pregunta mía y el juego se acabó -el profesor asiente, mientras mi corazón se siente como si pudiera salirse de mi pecho-. Quiero seguirlo intentando, y no me ha ahuyentado. Todo lo contrario, me ayudó a reafirmar lo que siento -se apena un poco, al menos moví sus hilos, pero esta vez, voy a hacer más que eso, voy a sacudirle todo el tapiz-. Esta es mi pregunta. ¿Puedo llamarlo… Agustín? -el profesor flaquea, y yo lo miro con mis ojos humedecidos, requerí de mucho valor para hacer aquella pregunta.
-Puede -sonrió el profesor, y yo temblé tras escuchar aquello-. No quiero que vaya a enojarse por esto que le voy a decir, pero encuentro esta última pregunta, extrañamente gratificante -comienza el profesor, y yo no puedo siquiera adivinar la razón-. Antes de salir con usted, salía con Malva, y ella también me llamaba Agustín. Pero… cuando ella lo hacía, parecía que me declaraba de su propiedad. Nunca se lo dije, y parte de mí era feliz al ser llamado por mi nombre, no simplemente como profesor. Pero ahora que usted me lo ha pedido, siento que usted no vela solo por sus propios sentimientos, sino que toma en cuenta los míos, y eso, señorita, me hace muy feliz -me sonríe, oh Arceus, esa sonrisa, no puedo soportarlo más, mis dudas han quedado despejadas, y lo peor de todo, es que él tiene la victoria al final.
-Agustín… -susurro, y el profesor se apena de escucharme decir su nombre-. Se siente extraño, pero no es molesto, usted, si lo prefiere, puede llamarme simplemente Valerie, no necesita usar el señorita conmigo -agrego apenada.
-Valerie, entonces -responde él, y yo asiento en ese momento-. Aunque, es incómodo saber que lo más romántico que me he puesto con usted, es en mi propia cocina -bromea el profesor, y yo me molesto con él.
-¡Agustín! ¡Esa no es forma de arruinar el momento! ¡No será la Torre Prisma, pero, no necesita serlo! ¡En una torre, en una cocina, incluso en un drenaje, el momento lo hace usted! -aclaro yo, y el profesor se burla de mí- En verdad, no lo entiendo… es muy complicado, y me molesta, y es muy poco romántico, pero… aún me gustas… Agustín -termino yo.
-Es suficiente -menciona él-. Me refiero a mi descanso. Después de todo, uno de los dos tiene que tener autocontrol -despídase de sus mocasines-. Gracias a esta conversación, me siento ya más tranquilo. Siento que podré trabajar toda la noche sin preocupaciones. ¿Le parece si lo dejamos por hoy? Debe estar cansada, y cuando entro en modo trabajo no me considero la mejor de las compañías. La veré mañana, Valerie -se despide él.
-Lo veré mañana, pro… quiero decir, Agustín Sycamore -corrijo, el profesor sonríe, y regresa a su oficina. Mientras lo hace, mi corazón no deja de palpitarme con fuerza, está a punto de estallar.
Ciudad Luminaria. Plaza Magenta.
-¡Mordisco! -escucho, y luego siento, mientras Mawile me muerde con fuerza, nuevamente la pierna izquierda, y es entonces cuando me doy cuenta de que ella se empeña en emparejarme las piernas siempre que me muerde- ¡No has dicho nada desde que salimos del laboratorio! ¡Tu silencio me hace enojar! -exclama con molestia.
-¡Me duele! -comienzo a hacerle cosquillas como hizo el profesor en el café, forzándola a reírse y a soltarme la pierna, que yo me froté con molestia- ¡Mawile! ¡Mi piel es delicada! ¡Me vas a dejar cicatrices! -me quejo, sacando de mi bolsa algo de alcohol y algunas vendas, limpiándome la herida, y vendándome la pierna- ¡Me rompiste el pantalón! ¡Deja de morderme de esa forma! ¿Qué entrenador tiene que viajar con alcohol y vendas porque su Pokémon lo sigue mordiendo de esa forma? -me quejo sonoramente.
-Deja de hacerme enojar y no te muerdo, no me gusta que me ignoren -se queja ella, por supuesto, Mawile siempre tiene que ser la víctima, mis piernas por otra parte, ya parecen queso suizo-. Tampoco te mordí tan fuerte, no exageres -insiste ella.
-Acababa de comprar este pantalón. Ahora sé lo que sintió Sina -me quejé yo, Mawile continuó de brazos cruzados-. ¿Por qué estás tan enojada conmigo? No te estaba ignorando a propósito, estaba pensando.
-Y despedías unos olores desagradables mientras lo hacías, y yo me los tenía que andar tragando. Si vas a fumigarme de esa forma, al menos tenme la decencia de explicar por qué hueles así -vaya tipo Hada más exigente, no es la primera Pokémon quisquillosa que tengo, pero sí la de personalidad más agresiva-. ¿Vas a decirme o no? -se queja ella.
-De todos mis Pokémon, nunca, jamás, uno ha sido tan agresivo como tú. Mi Sylveon al menos tenía modales para pedirme… -intento explicar, pero entonces debo de saltar a un lado evadiendo su mandíbula-. ¡Está bien! ¡Está bien! -me quejo, Mawile solo se cruza de brazos muy molesta- Voy a casarme… -declaro, y Mawile parpadea un par de veces-. ¿No escuchaste? Acabo de decidir que voy a casarme con el profesor -insisto, y los ojos de Mawile se llenan de lágrimas- ¿A qué va esa reacción? -pregunto preocupada.
-¡No es nada! ¡No es como que esté feliz de saberlo! -oh, así que, ella secretamente quería que el profesor y yo nos casáramos, y luego dicen que Kirlia es la que comprende mejor a los humanos- Entonces -aunque Mawile tiene mejor cara de póker que Kirlia-. ¿Cómo te lo pidió el profesor? -agrega apenada.
-Que linda, pero el profesor no me ha pedido nada -le explico yo, y Mawile se deprime por mi comentario-. No sé si me lo va a pedir, la verdad, no espero siquiera que lo esté considerando, yo solo sé que ya estoy convencida, quiero ser humana, y quiero al profesor, si necesito casarme con el profesor para lograr ambos objetivos, entonces lo voy a hacer -le expliqué, y Mawile se rascó la cabeza sin comprenderlo-. Gracias a ti, descubrí que no estaba siendo sincera conmigo misma, Mawile. Y te lo agradezco mucho por mostrarme lo egoísta que estaba siendo -me sincero con ella.
-No entiendo muy bien, pero me alegra haber sido de ayuda -agrega ella, y yo le sonrío-. ¿Me explicas a lo que te refieres? No me gusta no saber las cosas, ¿qué hice yo? -pregunta curiosa, mientras yo me recargo en la baranda sobre el acueducto, que asemeja a un pequeño río que va en dirección a la Torre Prisma, que sería una vista romántica, de no ser porque pues, es un acueducto.
-Me enamoré del profesor por accidente, y por la curiosidad que sentía por enamorarme, quise ser una humana, y seguir sintiendo aquel sentimiento -confesé, y Mawile asintió-. Me di cuenta que, Kirlia tuvo mucho que ver con mi enamoramiento. Con todas esas tonterías de evolucionar por amor, y que yo debía evolucionar en una Sylveon. Tú no estabas conmigo en ese entonces, pero el plan en aquel momento era que el profesor se enamorara de Malva para que yo no pensara en esas cosas -le expliqué.
-¿La mujer feromonas? Entonces siempre fue tu culpa -me apuntó, y yo acepté la culpa-. Pero entonces el amor del profesor te llegó, yo lo sabía, y como el profesor era bueno conmigo, yo quería ayudarlo -aseguró ella.
-No se nota -me burlé yo-. Sentí celos de Malva, sentí celos de Diantha, quería al profesor para mí, pero, lo quería, porque egoístamente quería seguir sintiéndome bien. Aprendí a transformarme en humana al enamorarme del profesor, pero no aprendí a aceptar su amor. Estaba siendo posesiva, quería recibir, pero no quería dar, hubo algunas veces en las que me atreví a dar, como cuando le preparaba comida, pero, solo daba para recibir, pero ahora… quiero, que el profesor sea feliz, y si puedo ser yo la mujer que le dé esa felicidad, quiero serlo. Es solo gracias a ti que puedo comprender esto, amar al profesor por solo amarlo, no es amarlo de verdad. Ahora, quiero estar siempre con él, quiero verlo… como si fuera mi familia… así que, voy a casarme con el profesor, eso te lo prometo -aseguré alegremente.
-¿Vas a tener humanos bebés? -eso es irse muy adelante, si de por sí pensar en matrimonio a mis 16 años es incómodo, meter eso en la conversación lo es aún más- Yo quiero ver humanos bebés -insistió ella.
-Ve a una guardería, un paso a la vez -me apené yo, y Mawile se burló de mí- ¿Me acompañas de compras? -sonrío, y Mawile asiente en ese momento- Gracias a ti, necesito un nuevo pantalón, pero no solo eso, estoy inspirada, ahora seré un Espeon -le expliqué.
-¿Ah? Pero un Espeon no evoluciona por amor, ¿estás jugando con los sentimientos del profesor nuevamente? -no esta vez, en verdad voy enserio con mi deseo de casarme con él, aunque es culpa de Kirlia y de Mawile el que estoy pensando de esta forma.
-Si quiero tener al profesor a mi lado para toda la vida, primero debemos ser los mejores amigos, ya es mi novio, pero debo profundizar aún más en mi relación con él, y como él ya me conoce, ahora tengo que conocerlo yo a él, y Espeon me va ayudar a conocerlo mejor -le expliqué, y entré a una tienda, comprando telas de los colores de Espeon, además de un pantalón nuevo para reemplazar el que había mordido Mawile-. Vamos, aún hay otra cosa que quiero comprar -aseguré, con Mawile corriendo tras de mí-. Ahora que trabajo para el profesor, aunque sea en lo que Sina toma sus vacaciones no tan vacaciones, quiero ser de utilidad para el profesor, así que debo ponerme a estudiar -le expliqué mientras entraba en una librería.
-¿Estudiar? ¿Es alguna clase de evolución? -bueno… supongo que es una forma de evolucionar. El profesor seguro tiene muchos libros en su laboratorio, pero seguro son muy avanzados para mí, un libro de biología Pokémon simple de seguro me ayudará a comprenderlo mejor a él, y a los Pokémon que atiendo en el Pokémon Café Mix- ¿Eso se come? -pregunta Mawile.
-No… pero eso me recuerda que hace mucho que no le cocino al profesor -recuerdo, y tomo un libro de cocina de uno de los estantes-. Veamos… si estudio biología Pokémon regional, y lo combino con algo de cocina puede que incluso me sirva en el café -medité al respecto.
-Valerie -pregunta Mawile, y veo como ella se queda viendo una bufanda rosa de concurso, como la que Malva me había dado cuando era una Eevee-. ¿Qué es esto? Se ve bonito, me gusta -¡Mawile tiene gusto por la moda!
-¡Te enseño! -agrego alegremente, tomo la bufanda, y la enrollo alrededor del cuello de Mawile, se ve tan linda- Es como cuando yo me visto para el profesor, lo hago porque además de hacerme sentir bien, sé que le gusta a él. ¡Me la llevo! -pago por la bufanda, y Mawile camina con ella puesta sintiéndose muy alegre al frotarla- ¿Te gusta? -agrego con una sonrisa.
-Supongo… -responde ella apenada-. Si mi humana se adorna raro, supongo que no me molesta adornarme raro también, es cosa de Pokémon -sí, pero, técnicamente no eres mi Pokémon… espera…-. ¿Por qué me ves así? -pregunta ella.
-¡Hay otra tienda que quiero visitar! -le ofrezco mi mano, ella accede, y la guío a una tienda de Pokébolas, mostrándole las mismas- Pokébola, Super Bola, Ultra Bola, Bola Lujosa, ¿te gusta esa? -pregunto mientras la apunto.
-¿Por qué necesitas una? ¿Capturarás a alguien? -me pregunta, y yo le sonrío, no se ha dado cuenta- ¿Es para mí? -lo dedujo, y yo le sonrío nuevamente, ella tan solo baja la cabeza, lo que me sorprende un poco- ¿De verdad quieres a un Pokémon feo como yo? -me pregunta preocupada.
-¿Feo? ¿Quién dijo que eres fea? Además, no te quiero como mi Pokémon -aclaré, lo que ella no comprendió mientras me miraba preocupada por mis palabras-. Te quiero como mi amiga, ¿quieres ser mi amiga por siempre? -agregué alegremente, por la mirada de Mawile, supe que ella estaba de acuerdo, aunque pretendía ser fuerte para no demostrar debilidad.
-Si… si tú quieres… no es como que me importe -mis instintos Pokémon aún me alertan de tus verdaderos sentimientos, Mawile, sé que estás conmovida-. Esa rosa está bien… no es que me guste el rosa, solo creo que a ti te gustaría -agrega ella apenada.
-¿Eh? ¿Bola Alivio? Se usa para curar Pokémon heridos tras capturarlos, ¿estás herida? -me burlo de ella, y en respuesta intenta morderme- ¡Uwah! Yo seré la herida si me sigo burlando -agregué, entré en la tienda, y salí con la Bola Alivio- Ya no hay vuelta atrás, te capturo, y serás mi amiga para siempre -sonreí yo.
-Si quieres, la verdad no me importa -oh, fuerte hasta el final-. Pero también quiero mucho al profesor, me dejaré capturar por ti, con la condición de que siempre estés junto a él, ¿lo prometes? -ofrece ella, y yo le sonrío.
-Por supuesto, me voy a casar con él de cualquier forma -sello el trato, y tras haberlo hecho, Mawile se permite capturar, queda registrada como mi Pokémon, y la libero emocionada al poco tiempo-. Está hecho, eres mi amiga por siempre, y yo me voy a casar con el profesor -le explico mientras guardo su Bola Alivio en mi bolsa.
-Y yo me voy a asegurar de cuidar bien de los bebés de los dos -me apeno, Mawile se burla-. Porque van a tener bebés, ¿no es así? Quiero cuidarlos a todos -esto, no es parte de la negociación.
-Para tu tren, aún ni me caso y ya quieres ser niñera de mis hijos, eres peor que mi madre, que en paz descanse -me quejé, Mawile solo se burló de mí-. Si algún día tengo una hija, me aseguraré de no ser tan estricta con ella sobre emparejarla o tener hijos. Mira que a los 16 años me obligan a pensar en estas cosas, por supuesto que no voy a tener hijos aún -me quejé.
-Eh, que aburrido, yo quiero ver Valerie bebés -Pokémon tenías que ser, pero ni hablar, al menos en una cosa debía acceder, y esa, era en convertirme en la esposa del profesor, no sabía cómo, ni si iba a ser posible, ni siquiera sabía si disponía de un límite de tiempo para poder evitar que mis instintos me convirtieran a la fuerza en un Pokémon de tiempo completo, solo sabía que debía plantar esa idea en el profesor, y sabía también que realmente lo deseaba en estos momentos, y sabía que Mawile me iba a acompañar todo el camino hasta el altar, solo espera, Agustín Sycamore, aún no has visto mi verdadera determinación.
