Perdón, perdón el atraso y por no poder contestar por única vez los reviews pero me pondré al día en el siguiente cap. Muchas gracias por esperar (Mas de cinco meses en que estoy pensando!) y no se preocupen que el fic estará listo a fin de año

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Papá?

Yuki volteo para ver al hombre en el lumbral de la puerta que miraba de forma seria y fija a Shuichi, quien con la vista baja se limito a asentir.

Eiri no podía entender como dos personas tan diferentes podían ser familiares. La mirada de Shuichi generalmente estaba llena de vida y producía una paz inmensa, pero el otro hombre producía una sensación de desasosiego y rudeza.

-Así que te piensas casar sin ni siquiera haber presentado al pretendiente antes?

-Yo.. lo siento es que

-Bueno es típica en ti esa actitud impulsiva no es que esperara otra cosa en realidad – El hombre observó entonces al rubio que no quitaba su mirada del pelirosa.- Inserte nombre padre de Shuichi.

Eiri volteo el rostro para encararle, sin mostrar un ápice de temor.

-Yuki Eiri...

-Cuñado! –Gritó Maiko dejando ir al perro que comenzó a dar vueltas al rededor de Shuichi –Pero pasemos! Pasemos! Seguro la abuela quiere ver como esta mi hermano y querrá conocerte, anda Shu deja a Blanqui tranquilo y ven conmigo. –La castaña tomo la mano de su hermano y sin esperar respuesta lo tiro hacia dentro de la gran casa. El padre de Shu siguió varios minutos parado junto a Eiri en el mismo lugar, bajo un silencio tenso y desesperante.

-No le hagas daño- Musitó dando por terminada la presentación el padre del novio, dándose la media vuelta y entrando en la casa.

-Espero no hacerle más daño que usted- Respondió el escritor aunque el hombre si es que le escucho no respondió

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Shuichi sentía como todo el calor de su cuerpo subía a sus mejillas de forma burbujeante. No sabia si al moverse pasaría a tocar el otro cuerpo junto a él en la cama.

Porque si, a un lado de Shuichi, y para ser mas exactos a 7,5 cm de su cuerpo se hallaba dormido Yuki Eiri.

¿Como habían llegado a un acto tan comprometedor?

Pues bien, resulto ser que la abuela del pelirosa había quedado demasiado encantada con el rubio , ante la desaprobatoria mueca del padre, por lo que enseguida lo había hecho entrar como uno más de la familia. Sin preguntar absolutamente nada había llegado a la conclusión de que se casarían y que si Eiri no tenia el dinero como para mantener una familia (que ella esperaba fuera bastante numerosa) podría trabajar en el campo. inserte segunda mirada desaprobatoria.

Luego de una agradable cena, la abuela de Shuichi le había contado al rubio un poco de la historia de la familia. Su esposo en estos momentos se encontraba haciéndose un chequeo en el centro de la ciudad, por su corazón que se había debilitado luego de la muerte de su hija, la madre de Shuichi. También a provecho de contarle algunas cosas de como funcionaba la vida en ese lugar, desde muy temprano, antes que saliera el sol, hasta muy tarde, cuando ya casi se extinguían las luces de la velas.

Así también se intereso por la vida del escritor, quien tuvo que contar un poco más de su familia ocultando lo suficiente el motivo real de su viaje, creando a cambio un encuentro lo bastante romántico entre Shuichi y él, haciendo que el pelirosa se sonrojara por cada una de las cosas que salía de su boca ante la sonrisa picara y suave que solo ellos entendían.

-Muy bien-Había dicho la abuela cuando ya todos estaban en el comedor- Es hora de ir a dormir ne?.- Shuichi fue el primero en comprender lo que eso significaba y rojo de vergüenza había bajado la cabeza sin decir nada.

-No! Sobre mi cadáver vas a hacer eso abuela- Había dicho el padre de Shuichi mirando fulminante a la agradable señora que sonreía tranquilamente.

-Hacer que? –Había preguntado de manera baja Eiri, sin entender tremendo alboroto por irse a dormir. Quizás, pensó, el padre de Shuichi no quería que durmiera en esa casa.

-Pero cuando tu te casaste con mi hija no hubo ninguna protesta de tu parte querido.- Con solo esa frase el padre de Shuichi no pudo menos que sonrojarse un poco, mirando después a todos los presentes de manera fulminante, saliendo de allí sin acotar nada más.- Bien- dijo la abuela dirigiéndose a Shuichi y a Eiri- Ahora pueden ir a dormir que nadie los molestara.

-Si es molestia para ustedes que yo duerma en esta casa puedo ir a un sitio cercano y...

-Nada, nada, nada de eso!- Había acotado Maiko sonriendo a un lado de su abuela- Ustedes dormirán en esta casa, bajo el mismo techo, en la misma habitación .. y de hecho en la misma cama –mirada inocente. Shuichi bajo aun más la cabeza mientras Eiri esperaba algún tipo de explicación.

-Es una tradición familiar, los novios deben pasar todas las noches en la misma cama antes del matrimonio. Es como si se tratara de probar sus buenas intenciones –La mujer sonrió ante las mirada del rubio que no pudo menos que sonreír.

-S-si... pe-pero sino quieres llevar a cabo esa tradición, no hay problema-Susurró Shuichi levantando apenas la vista para que su sonrojo no fuera demasiado notorio.-Es normal y puedes rechazarla cuando quieras.

-Oh.. no, por mi esta bien Shu-chan, no puedo ser tan majadero con tu abuela, verdad?- Esta solo asintió a las palabras del escritor entendiendo cuanta vergüenza le daba a su nieto el pasar las noches con el rubio, signo inequívoco de que algo mas que gustar había entre ellos, aunque también ocultaban algo... Bueno, bueno si había amor a ella los secretos poco le importaban.

Se acerco a su pobre nieto rojo de vergüenza , besándole la frente y llevándose de allí a Maiko quien le siguió sin rechistar, dejando solos a Shuichi y a Eiri.

-E-Etto... si.. bueno.. emmmm.. yo si.. si vamos?- Pregunto el pelirosa sin esperar respuesta atravesando el salón con su mochila a cuestas dejando que el rubio le siguiera por los pasillos y salones, cada cual decorada para una ocasión especial, hasta que Shuichi se detuvo frente a una puerta alejada de salones y otras habitaciones. Miró de reojo al rubio y luego abrió la puerta dejándole a este ver una amplia cama matrimonial, un tocador, dos mueblecillos a cada costado de la cama, un amplio ventanal y una puerta que conducía a un cuarto de baño.

-Bien... –Había empezado a decir Shuichi, cuando Eiri cerro la puerta a su espaldas, causándole al pelirosa aun mas nervios.- Si quieres yo puedo dormir en el suelo, aun lado.. de.. de la chimenea y tú..

-Nada de eso.

-Q-Qué?

-Tú dormiras en la cama y yo a un lado de la chimenea, eso me parece mucho mas justo además tu estas en una situación delicada.

-Pero no estoy enfermo! -

-Pero estas embarazado y esa es una razón mas que suficiente.- El rubio le dedico una mirada determinante antes de tender una manta sobre el piso a un lado de la chimenea. Shuichi comprendio que no sacaria de su idea al cabezotas del rubio por lo que con rapidez se fue al baño de la habitación colocandose su pijama azulado, volviendo a la cama y acostandose comodamente, cerrando los ojos para dormir... O al menos eso pretendia, pues al momento se volteo un poco para ver como Eiri traba de hacer lo mismo aunque con menos resultados.

Quizas el suelo estaba muy duro... o quizas estaba muy frio y despues de todo Eiri habia sido muy amable con el...

Se volteo hacia el otro lado, tratando de quitarse esas ideas de la cabeza pero maldiciendose volvio a fijar su vista en el rubio que miraba fijamente el techo sin poder dormir.

Tragando todo el orgullo y vergüenza que tenia tomo aire, sentandose sobre la cama.

-Ano... Yuki... no prefieres dormi aqui en la cama?

-Te dije que no voy a quitartela a ti para acostarme yo.-Musito sin mirarle aun.

-Pero podemos dormir los dos aqui, la cama es lo.. lo suficientemente grande...

-...

-Además el suelo esta duro y frio y mañana amanezaras con un dolor feo en el cuello y...

-Esta bien, pero no quiero quejas despues Shuichi.- El pelirosa sonrió, negando efusivamente

-No habra quejas!.

Y asi habian llegado a tan vergonsoza situación...

Shuichi se acomodo un poco más en bajo las mantas mirando el perfil del rubio tratando de que sus ojos no se cerraran. Suspiro mientras el sueño le invadía, preguntándose que tipo de persona podía calar hondo en un hombre como el.

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A la mañana siguiente Eiri despertó por el sonido de la puerta al cerrarse bruscamente. Con pesadez se levanto de la cama en la que se encontraba solo para ir a golpear suavemente la puerta del baño tomando el pomo de la puerta sin poder abrirla.

-Shuichi?

Espero la contestación del otro lado pero nada se escucho a excepción de un quejido lo que preocupo un poco más si era posible al rubio.

-Shuichi

- Hai..?

-Estas bien?- Eiri dejo de afirmar el pomo de la puerta cuando esta se abrió dejando ver la cara de un ruborizado Shuichi.

- Estoy bien, gracias por preocuparte

-Mhh... -El rubio estuvo tentado a pronunciar un "yo no estaba preocupado solo me despertaste" pero notando el estado del pelirosa prefirió callárselo. Shuichi por su lado siguió afirmando esa sonrisa, bajando la vista y jugando con sus pies.- Te sentías mal por tu embarazo? -La mirada violeta se fijo entonces en la dorada que aprecio como sus mejillas se encendían aun mas de lo que ya estaba.

-Yo... de hecho... estoy bien, solo me sentía un poco ahogado.- Eiri asintió caminado hacia la cama donde había pasado la noche, dispuesto a dormir un par de horas mas antes de que amaneciera, cerrando los ojos.

-Si te sientes muy mal procura pedirme ayuda.- Shuichi asintió mientras caminaba hacia el escritor, sonriendo perversamente mientras subía sobre la cama gateando hasta quedar sobre el rubio.

-De hecho... comienzo a sentirme ahogado nuevamente- Las manos del pelirosa vagaron por el pecho firma del rubio sobresaltándolo de inmediato haciéndolo merecedor de una mirada llena de desaprobación.

-Pero que...? –Antes de decir algo más los labios del pelirosa estaban sobre los suyos moviéndose lentamente al igual que su cuerpo que se acomodaba mejor, apoyando ambas rodillas a los costados del rubio. Un gemido suave y ronco se escapo de la boca de Shuichi cuando bajaba su mano por el cuerpo firme llegando hasta el borde de un nada apretado pantalón de dormir, sin encontrar nada además de eso sonriéndole coqueto al rubio.

-Ni siquiera lo ah!... deja.. mmm! Eso.. –Pidió cuando la mano de Shuichi apretó salvajemente su miembro acariciándolo de arriba hacia abajo aun dentro del pantalón, jadeando contra los otros labios que permanecían abiertos e inertes sin palabra alguna que supiera brotar de ellos.

La sangre del rubio se junto en un punto especifico al ver como Shuichi bajaba el pantalón de pijama al mismo tiempo que su otra mano bajaba hasta alcanzar sus pantalones, retirándolos a base de manotazos, mostrándole su erección ya húmeda.

-Yuki... – Y si las imágenes del cuerpo de Shuichi no eran suficientes, si lo eran esos gemidos entrecortados que soltaba el pelirosa que se acomodaba para rozar ambos miembros goteantes, arqueando su cuerpo de forma felina – Yuki...

Si, podía escucharlo por el resto de la vida sin cansarse

-Yukiii... –mmm y ese cuerpo moviendo sobre el suyo.. si tan solo fuera un poco mas allá y se sentara sobre su hinchado miembro –Yuki! Yuki!

-Que?- Pronto la imagen mental de un Shuichi sobre su cuerpo se vio borrada por un Shuichi que le miraba desde el marco de la puerta, visiblemente jadeante y con la boca lavada. Eiri parpadeo varias veces tratando de encontrar el punto en que su mente le llevo a esa fantasía con el pelirosa.

-Yuki, llevo cinco minutos preguntadote si te sientes bien... –Shuichi le toco la frente, pasándola luego por sus mejillas- Pareces un poco afiebrado-. Eiri un poco más recompuesto de su visión le alejo con naturalidad, escondiendo el sonrojo tras sus cabellos rubios.

-Como estas tú? –Pregunto volteándose y sintiendo incomodidad en su entrepierna

-Bien, creo que tuve un poco de nauseas, pero apenas si han sido por el olor a huevos fritos de la abuela.

-Mmmm

-Es mejor que bajemos ahora a desayunar antes de que venga la abuela, así después del desayuno iremos al pueblo por algo de información, si? –Eiri asintió mientras Shuichi sonría tomando algo de ropa llevándola hacia el baño. Su cuerpo cayo sobre la cama, cansado.

Él debía tener una sola cosa en la mente, y esa era la búsqueda del latoso pelinegro de su hermano. La atracción que comenzaba a sentir por Shuichi se acabaría en el mismo momento en que diera con su hermano.

O al menos ese era el plan.