¿Cómo se sienten después de las celebraciones decembrinas? No se confíen, seguimos en pandemia. Cuídense mucho y cuéntenselo a quien más confianza le tengan. Ya que he cumplido mi labor social recordándoles de no bajar la guardia, les traigo otro capítulo, el penúltimo, para dar por sentado el final de esta historia. Ahora, una pequeña aclaración, el capítulo, nuevamente, va a sentirse algo distinto de lo normal ya que no estamos siguiendo una trama, la trama se acabó en el capítulo 25, y en el 26 básicamente se atendieron a los cabos sueltos, al menos la mayoría. Cuando empezamos con esto de los episodios especiales, 26, 27 y próximamente 28, les comenté que la historia principal había terminado, todo lo que sigue es continuar expandiendo el epílogo, y no hay tramas en los epílogos. De hecho, el epilogo sirve para dar fin a una obra, o preparar el espacio para lo nuevo. Bajo esta mentalidad de "lo nuevo", es que quiero que se mantengan. ¿Por qué? Lo sabrán en el capítulo 28. Así que, sin más dilación, espero que lo disfruten.
Xtractor68: Como siempre me alegra saber que has disfrutado de los capítulos especiales, espero que el capítulo actual no sea desilusión. De los Pokémon originales de Valerie, solo me concentraré en uno, el resto allí está, pero claro que quien merece más amor es Sylveon, aunque Quagsire y Mr. Mime ya sean compadres al parecer. A mí también me gustó la escena de Drapion, aunque esté mal que yo lo diga, jajaja. Si, fue sucio de Valerie usar a Darkrai para despertar a Quagsire, pero no me arrepiento de ponerlo, jajaja. Menos mal que no sospechabas de Lon, es el secreto mejor guardado, ni mi esposa sabía, lo que significa que funcionó. Te quedo debiendo lo de la obra, veré si lo uso en el capítulo 28. Y creo que sí mencioné que serían tres capítulos adicionales al fin de la historia principal, que era el capítulo 25. Este es el penúltimo, el capítulo 28 pone fin a la obra en su totalidad. Espero los disfrutes.
La chica que quería ser un Pókemon.
Despertando del Sueño.
Capítulo 27: Nuestro tiempo juntos.
Región Kalos. Ciudad Romantis. Gimnasio de Ciudad Romantis. Casa de Valerie.
-Pero Agustín, lo prometiste –tener una relación de larga distancia es muy complicado. Lo sabía, pero simplemente no quería admitirlo. Planeamos esto con suficiente antelación, habíamos acordado que todos veríamos la batalla de la final de la Conferencia Luminaria en el gimnasio de Ciudad Romantis, en mi casa. Mis discípulas ya esperaban frente al televisor de la casa comunal, en el otro extremo del gimnasio separado de la casa de muñecas que no es más que una fachada mientras mi verdadera casa, al estilo tradicional de Johto con suelos de madera y paredes de tatami, está lista para una posible celebración, pero yo no puedo disfrutarla por estar al teléfono en la habitación de al lado. No todos los días se celebra la posibilidad de ver a un nuevo Campeón Regional, y más importante, no todos los días ese probable Campeón Regional es un conocido tuyo, pero heme aquí, perdiéndome tan importante evento porque mi novio y prometido tuvo un retraso en su camino a su primera visita formal a mi casa.
-¡Ama Valerie! ¡La batalla ya empezó! –me recrimina Lise, ahora una de mis discípulas, quien llega en su kimono amarillo. No hay forma posible de que sea Anna, por más que se le parezca, ya que Anna no se despegará de la televisión en lo que dura el combate. Después de todo es su novio el que está en estos momentos en pantalla enfrentando a Diantha, solo quisiera que mi novio y prometido estuviera aquí para verlo todo- Anna va a estar muy triste si no viene a ver –suplicó Lise, dejándome en una situación muy incómoda.
-Lo sé, y lo entiendo, pero la camioneta de Agustín se quedó atorada en un charco de la Ruta 14 –intenté explicarle, pero Lise ya estaba muy desesperada, y Anna en la sala de estar gritaba histérica cuando Brighton en pantalla, parecía estar siendo doblegado por Diantha- Agustín… ¿aún están muy lejos? –pregunté sobresaltada.
-Valerie, solo ve y disfruta del encuentro. Créeme que nadie más que yo quisiera estarlo viendo en estos momentos –sé que el encuentro es importante para ti también, Agustín, es tu amiga de la infancia y amor platónico quien está en batalla contra mi protegido-. De verdad lo siento, te juro que te lo compensaré de alguna forma –ya no sé qué pensar.
-Agustín, sabías que esto era importante… -me quejé, pero entonces sentí los tirones en la falda de mi kimono de Líder de Gimnasio provenientes de Mawile, mientras Sylveon, a su lado, me ladraba para apresurarme-. Ya sé que me estoy perdiendo la batalla –me quejé, y regresé mi atención al teléfono en mi mano- Hablaremos más tarde, Agustín. Prometí que no iba a perderme esta batalla, y yo sí cumplo mis promesas –terminé, azotando el teléfono con fuerza- ¡No puedo creerlo! ¡Lo prometió! –me quejé.
-Ama Valerie, estoy segura de que el Profesor Sycamore no llegaría tarde si pudiera evitarlo, tranquilícese por favor –intenta tranquilizarme Lise, pero en estos momentos estoy tan molesta que no puedo ver la lógica en todo esto-. Entiendo que esté enojada, pero por favor, ama Valerie, este es el momento de Brighton –tiene razón.
-Ya habrá tiempo después para hablarlo con Agustín, vamos –respondí, corriendo a la sala de estar, donde Anna ya se tira de su cabellera sumamente estresada-. Anna cariño, te estás lastimando. Mantén la calma –le pedí mientras le sobaba la espalda.
-Quiero mantener la calma, ama Valerie, pero Brigy acaba de usar a Simisage contra un Goodra con la habilidad Herbívoro –eso… está muy mal, me sorprende de Brighton-. No está concentrado… -apuntó Anna, y yo miré a la pantalla. Aparentemente, Brighton con su Florges, Simisear y Simipour había logrado vencer al Hawlucha, al Aurorus y Tyrantrum de Diantha, pero ahora enfrentaba con Simisage al Goodra de la Campeona Regional-. No se ve nada bien –insistió Anna.
-Anna, confía más en tu novio. Él es perfectamente capaz de enfrentar incluso a Diantha –intenté animarla-. Fue el ganador de la Conferencia Luminaria y ganó el derecho de enfrentar a Diantha tras vencer al Alto Mando. Confía en sus capacidades –insistí, y en pantalla, de alguna forma Simisage logró vencer a Goodra, por lo que todas celebramos alegremente- ¡Te lo dije! ¡Confía en tu novio! –comenté yo.
-Usted también debería confiar más en el suyo, ama Valerie –me recriminó Kali una vez que sonó el timbre. Sin darme a esperar corrí a la puerta de la parte trasera del gimnasio, encontrando a Agustín empapado y cubierto de lodo del otro lado.
-Sina… y Dexio… me pidieron adelantarme… dime que no estás enojada… -oh, estoy enojada, pero al menos estás haciendo el intento para compensarlo. Lo tomo de la mano y lo meto a la fuerza al gimnasio, llevándolo hasta la sala, donde los penúltimos Pokémon tanto de Brighton como de Diantha han sido llamados, el de Brighton es un Mewostic macho, el de Diantha es su Gourgeist-. No se ve nada bien para Brighton –comentó en medio de ganar una bocanada de aire.
-Lo dices porque te perdiste más de la mitad del combate. A mí me parece que Brighton ha hecho un mejor trabajo que la gran mayoría –Anna nos ensordece a ambos con un poderoso grito, el resto de mis discípulos grita emocionadas de igual manera, Gourgeist cayó, y Brighton aún tiene a su Mewostic y a su Manectric. Cuando Gardevoir, el ultimo Pokémon de Diantha, aparece en escena, Brighton no pierde el tiempo en ordenar una Pantalla de Luz mientras Diantha inicia con la Mega-Evolución de su Gardevoir.
-¡No puedo creerlo! ¡Estoy a un Pokémon de ser la novia del nuevo Campeón Regional! –al menos una de las dos está feliz con su novio, yo sigo molesta con el mío, quien me mira con preocupación. Pero este no es nuestro momento, es el momento de Brighton, y no voy a dejar que mi enojo actual lo arruine.
-Valerie… de verdad lo siento… estaba lloviendo… -no es el momento, Agustín. Me rehúso a prestarle atención, sé que es cruel, y que debería de sentirme empática con él tras verlo todo mojado y cubierto de fango, pero él fue el que prometió que las cosas funcionarían pese a la distancia- Esta batalla también es importante para mí, ¿sabes? Y normalmente la veo en primera fila en Ciudad Luminalia, no en Ciudad Romantis –¿ahora yo tengo la culpa?
-Lo hablaremos más tarde, Agustín, no quiero arruinarle la velada a mi nueva discípula –comenté entre dientes. De verdad que no me gusta entrar en desacuerdo con él, pero esta no es la primera vez que algo así pasa. Todo el mes ha sido una excusa tras otra. ¿Tiene razón él? Algunas veces, no controlo el clima, y la Ruta 14 se llena de charcos incluso cuando los Goomy o Sliggoo accidentalmente usan Danza Lluvia al sentirse amenazados, pero él sabía que era importante.
-Está bien… -responde él. Mawile aprovecha el momento para intentar tranquilizarme, y Sylveon se une a sus esfuerzos, por lo que comienzo a sentirme mal por actuar de esta forma. Yo no quiero ser la mala, pero esta situación es desesperante.
-¡Nooooo! –escuchamos todos a Anna, y apenas podemos disfrutar el ya de por sí estresante encuentro, mientras vemos a Mewostic caer derrotado, aunque Gardevoir, ahora Mega-Gardevoir, me perdí la Mega-Evolución por estar discutiendo con Agustín, no se ve para nada bien.
-¿Podría ser que Brighton va a lograrlo? –agregué emocionada, incluso fallé en darme cuenta del momento en que tomé de la mano de Agustín. Miré a la misma incomoda, intenté soltarlo, pero él entrelazó sus dedos con los míos, impidiéndolo- Es trampa que hagas este tipo de cosas para contentarme. Obviamente sigo enojada contigo –declaré, aunque accidentalmente siendo coqueta con él y sonriéndole.
-Sé que sigo en problemas, pero unos charcos no van a arruinar nuestra relación, ¿o sí? –quiero pensar que no, realmente quiero pensar que no. Sin embargo, el juego del coqueteo debe interrumpirse, Brighton ha mandado a llamar a su Manectric, y ha comenzado con su Mega-Evolución.
-¡Brilla! ¡Con el poder que ilumine mi camino a la victoria! ¡Mega-evoluciona! –enuncian Anna y Lise en perfecta sincronía, incluyendo una perfecta sincronía con el Brighton de la pantalla además, mientras Mega-Manectric aparece, y se reanuda el combate entre este y Mega-Gardevoir.
-Entiendo que Mega-Gardevoir está agotada, pero la cantidad de Defensa Especial de Mega-Gardevoir considerando su nivel actual… no estoy seguro si Mega-Manectric tenga oportunidad –me explica Agustín, aunque yo sé que él preferiría que Diantha conservara la corona de Campeona Regional y se retirara como tal.
-El detalle, Agustín, es que Brighton no es un entrenador ordinario –le comenté yo-. Y si recuerdo bien mi batalla de gimnasio con él, su Manectric no solo sabe Lanzallamas, lo que fue muy problemático para Mega-Mawile, sino que tiene otras herramientas específicas para enfrentar a los tipo Hada, como por ejemplo… -mencioné, mientras en pantalla Brighton usaba el sucio truco que le dio la victoria contra mi Sylveon.
-¡Poder Oculto! –enuncia Brighton en la pantalla, Mega-Manectric lanza su ataque en la forma de una esfera morada, y este colisiona con Mega-Gardevoir, quien está muy débil una vez que ha recibido el mismo.
-¿Un Poder Oculto de tipo Veneno? –responde Diantha en pantalla sorprendida. Así es, Brighton parecerá poca cosa, pero lo que le falta de valor y fuerza, lo tiene de astucia. Mega-Manectric no solo venció a Mega-Mawile en mi batalla de regreso con un Lanzallamas a toda potencia, sino que también doblegó a Sylveon con el Poder Oculto de tipo Veneno. Aún me da coraje el recordar que mi batalla de regreso culminó en mi derrota, pero, no puedo culpar al pequeño cuatro ojos por haberme analizado antes del encuentro, y seguro ha analizado también a Diantha.
-¿Qué ocurre? ¡Mega-Gardevoir sigue de pie! –escuchamos al comentarista, todos observamos la pantalla, y en un instante, una Fuerza Lunar proveniente de Mega-Gardevoir es desatada en contra del Mega-Manectric de Brighton, quien es derribado, perdiendo su Mega-Evolución-. ¡Es un golpe crítico! ¡Un golpe crítico! ¡Diantha conserva la corona por un golpe crítico de último momento! –enuncia el comentarista, poniendo fin a las aspiraciones por la corona de Kalos para Brighton.
-¡Nooooo! –grita Anna histérica, sus ojos llenos de lágrimas- Estuve a un Pokémon de ser la novia del Campeón Regional… Brigy… -esas… son todas las razones equivocadas para apoyar a tu novio, Anna. Lo que prosigue en pantalla, es el escuchar las palabras de ánimo de Diantha para Brighton, felicitándolo por darle una última batalla digna, antes de dirigirse al podio, y aceptar nuevamente la corona y el trofeo de Campeona Regional. Anna no puede dejar de llorar en todo ese tiempo, y de inmediato toma el celular para llamar a Brighton, quien aún está en pantalla mientras Diantha se prepara para su discurso final, por lo que el pobre tiene que salir de la misma a contestarle a su dolida novia- ¡Brigy! –se escucha tanto de este lado de la pantalla como del otro, por lo que Brighton apenado se despide y regresa a los vestidores, permitiendo a Diantha dar su discurso.
-Muchas gracias, Kalos, por tan gentil ovación –comienza la, nuevamente, Campeona Regional-. Hace un par de años que perdí contra aquel muchacho que venció al Equipo Flare, en cuyo honor se celebra el Honor de Kalos, estaba dispuesta a retirarme. Pero al verlo rehusarse a defender el cetro de Campeón de Kalos, al año siguiente volví a reclamar el título esperanzada en encontrar a un digno Campeón Regional. Hoy, me temo que tendré que dejar el puesto vacante, estoy cansada, mis Pokémon están cansados, y por lo que he visto, Kalos brillará con o sin mí como su Campeona Regional. Le deseo la mejor de las suertes a Brighton en el campeonato de este año, en el que se coronará, definitivamente, a un nuevo Campeón Regional de Kalos. He de retirarme entonces, con el recuerdo de tan gloriosa batalla, y recordándoles de siempre ser las mejores personas que puedan ser. ¡Muchas gracias, Kalos! –la ovación continuó, Diantha se entregó a las lágrimas, y lo que siguió fue el ver a su familia y amigos despidiéndose de ella por unos minutos.
-Me hubiera gustado estar allí –enunció Agustín, permitiendo que un sentimiento de culpa me golpeara el pecho. Después de todo, la razón de que el Profesor Regional no se encuentre en estos momentos despidiendo a Diantha en su batalla final, es porque lo hice venir hasta Ciudad Romantis. Ahora que lo pienso, puede que esté siendo sumamente egoísta con él-. Ah… pero no me lo tome a mal. Estar aquí también es increíblemente satisfactorio –mientes.
-Supongo que no puedo enojarme contigo si, aun cuando era la batalla final de tu amiga de la infancia, viniste a verla conmigo… aunque llegaras tarde –comenté, Agustín tan solo se rascó la nuca, antes de taparse el rostro para estornudar-. Vas a resfriarte –enuncie preocupada.
-Dexio y Sina no estarán mejor si siguen atascados con esta lluvia –mencionó Linnea, abriendo las puertas corredizas de tatami que daban a mi inmenso patio de árboles de sakura, mostrándome la fuerte lluvia-. Prepararé las habitaciones de huéspedes para Dexio y Sina. Kali, Katherine, ¿me ayudan encontrándose con Dexio y Sina? Blossom, trata de ayudar a Lise a calmar a su hermana por favor –continuó Linnea.
-No creo que eso vaya a ser posible –respondió Blossom, mientras Lise abrazaba a su hermana gemela, quien lloraba junto a su celular intentando animar a Brighton, cuando era más que evidente que la que requería ayuda para tranquilizarse era ella. Un segundo estornudo de Agustín me alertó, por lo que Anna y Brighton tuvieron que pasar a segundo plano.
-Ven, te prepararé el baño –comenté, guiando a Agustín a mi habitación, mientras escuchaba la conversación entre Mawile y Sylveon, quienes desde la batalla contra Malva se llevaban demasiado bien- ¡Los estoy escuchando! –recriminé apenada, pero Agustín era la prioridad.
Habitación de Valerie.
-Estoy… sumamente apenada en estos momentos –comenté a Mawile y a Sylveon, quienes comenzaron a reírse de mí sobre mi cama, hablando en el idioma Pokémon y apenándome aún más, mientras a unos metros Agustín se bañaba en mi baño, lo que no solo me apena porque es mi baño, sino porque toda mi casa al estilo Johto tradicional, está adornada como una casa de muñecas también. Mi habitación, con piso de madera o no, cuenta con un enorme tapete tipo alfombra morado, cortinas violetas, un peinador de princesa en tonalidades negras con adornos dorados con al menos unos tres espejo, lo que seguro me hace parecer narcisista, sin mencionar mi cama King Size con cortinas violetas para darme privacidad por las noches-. ¿Qué va a pensar Agustín cuando vea todo esto? Pasó directo a mi baño sin inspeccionar absolutamente nada, pero ahora que salga… me da mucha pena… -comenté con vergüenza, mientras Sylveon me hablaba en el idioma Pokémon-. Es verdad… mi baño de mármol blanco seguro ya le ha dado una impresión muy egocentrista de mí –comenté, mientras escuchaba la regadera cerrarse.
-Valerie, ¿está allí? ¿Puedo salir? –de todos los baños que hay en mi casa, tenía que prestarle específicamente el mío- ¿Hola? –insiste él, yo estoy tan apenada que no puedo hablar, por lo que Mawile tiene que llamar mi atención.
-¡Ya sé que debo decirle algo! –comento apenada, y busco por todas partes de mi habitación- Espera allí, Agustín, no salgas todavía –una bata, una bata, ¿tengo al menos una de su tamaño? Busco por todo mi armario… de cinco metros… lo que añade más narcisismo a mi persona, hasta encontrar una bata rosada- ¿Esto es lo mejor que tengo? –debí haberme preparado mejor para recibirlo. Resignada, tomo unas pantuflas que no sé siquiera si van a quedarle a Agustín, y me dirijo a la puerta de mi baño, toco un par de veces, y Agustín se asoma por la puerta- ¡Toma! –agregó apenada, ofreciéndole la bata rosa y las pantuflas moradas con pompones.
-Me pregunto si el rosa me favorece -¡no me hables mientras estás en toalla del otro lado de la puerta!-. Ya salgo –toma la bata, y yo espero nerviosa, y con Sylveon y Mawile mirándome con sonrisas en sus rostros, en ambas mandíbulas en el caso de Mawile- Ya estoy visible –comenta él, saliendo del baño, y por fin mirando a mi habitación-. Pintoresco –es todo lo que dice.
-Sé que no es tu estilo… -me apeno yo, Agustín hace una mueca, después de todo, su habitación es solo un conjunto de paredes blancas, una cama de sabanas de colores pálidos, y un escritorio de madera. Esto debe ser mucho para él- ¡Deja de mirar mi habitación! –me quejo, tomando una toalla de manos de mi baño, y arrojándosela al rostro.
-Oiga, no me molesta su estilo. No es el mío, pero es muy usted –comenta mientras se quita la toalla que le arrojé del rostro, mientras yo me apeno al verlo escanear mi habitación-. Creo que es más grande que mi cocina –es más grande que tu cocina, tu habitación y tu baño juntos.
-Basta, suficiente con analizar mi habitación –lo empujo hasta mi cama, donde lo siento a la fuerza, y comienzo a secarle el cabello, lo que lo apena- No te salgas con el cabello así de mojado, vas a mojar mi alfombra, y después voy a tener problemas de moho. ¿Qué no te secas en absoluto la cabeza? –me quejo mientras continúo secándole la misma.
-Un par de frotes es suficiente, no es necesario que… -oh, claro que no. Tienes el cabello largo, y descuidado por lo que veo, es muy importante secarlo bien-. Valerie… no estoy acostumbrado a esto… -y yo no estoy acostumbrada a tener a un chico en mi habitación.
-Tienes que secarte bien, o tendrás resequedad. Además, en Ciudad Romantis el clima es más fresco, no vas a acostarte con el cabello húmedo –enuncié, colocando la toalla sobre la silla de mi cómoda, y dirigiéndome a la misma buscando mi secadora y un peine.
-Eso es demasiado –vas a tener que acostumbrarte. Subo a mi cama ignorando sus quejas, hincándome a sus espaldas, y comienzo a secarle el cabello y a peinárselo. Sé que esto es incómodo para él, también es incómodo para mí- Me conmueve que se preocupe, pero jamás me he secado el cabello así –eso se nota.
-Con lo maltratado que está, eso no es sorpresa –comento mientras froto un poco de su cabello cerca de su oído para que escuche la quebradiza respuesta de su cabello, pero cuando lo hago, un aroma a lavanda me golpea la nariz- Usaste… mi shampoo… -me apené.
-Ah… el mío sigue en mi camioneta… junto con todas mis cosas, lo que ahora que lo pienso me ancla a esta bata y pantuflas –debí haber pensado mejor las cosas. Para distraer mi atención, continúo peinándolo y secándole el cabello-. No es la primera vez que uso su shampoo… aquella vez en su habitación de hotel del Resort de Pueblo Fresco… -me recordó.
-Lo que me recuerda… ¿cómo te bañas en cinco minutos? –me quejé mientras me tomaba de la cintura, interrumpiendo momentáneamente el peinado de su cabello- Quiero decir, estabas lleno de fango. Yo me hubiera tomado al menos una hora para quitarme el olor a fango del cabello –seguido de otra hora para bañarme bien, y otra para secarme el cabello, y él ya está afuera en cinco minutos y, según él, seco del cabello con un par de frotes de una toalla.
-Creo que es más que evidente que hacemos las cosas bastante diferentes –me responde él, y yo desisto de seguirlo peinando-. ¿Ya terminó? –supongo. Agustín se incorpora, mientras yo lo miro apenada aún desde mi cama- ¿Se encuentra bien? –es… complicado responder en estos momentos… ¿cómo debería decirlo?
-Somos… muy diferentes… creo… -ahora que lo pienso, ¿no es esta la primera vez que Agustín tiene que adaptarse a mí? Normalmente era yo quien tenía que moverme en su elemento, un elemento común y corriente, como el de una persona promedio. Estar en una casa que es mitad gimnasio que asemeja a una casa de muñecas, mitad una casa tradicional de Johto, debe ser un choque cultural muy grande para él-. ¿Estás incomodo? –pregunto instintivamente.
-Creo que mentiría si dijera que no, pero es más una incomodidad por curiosidad –de pronto, regresa a analizar mi habitación, lo que me incomoda a mí mientras se dirige a mi armario-. Creo que no estaría bien inspeccionar el armario de una chica, aún si esa chica es mi prometida, solo me pregunto si realmente son cinco metros de armario –bueno.
-Cinco metros… y medio… -el medio es porque necesitaba espacio para todos mis zapatos. Lo que me hace sentirme todavía peor cuando recuerdo que el profesor solo tiene dos pares de zapatos, dos pares de tenis, y eso es todo-. Estoy aterrada por saber lo que piensas de todo esto –comenté sin siquiera pensarlo.
-¿Acaso importa? -¡por supuesto que importa! ¡Es mi habitación! Y si algún día vamos a… co-co-compartirla… pues… yo… necesito saber si… debería…- Valerie, creo que estás teniendo un conflicto interno muy grande en estos momentos. Relájate un poco –es más fácil decirlo que hacerlo. La puerta de mi habitación es golpeada gentilmente entonces, lo que seguro está por añadir más vergüenza a la situación.
-¿Están todos visibles? –pregunta Blossom, con una mirada de picardía en su rostro- ¿Qué le parece la habitación de Valerie, profesor? Por cierto, le traigo su futón y su almohada –indica ella, y por fin el profesor se apena- A menos que piense compartir la cama. Hay espacio suficiente después de todo -¡Blossom!
-¡Largo! –exclamo apenada, mi discípula entre risas deja las cosas en la entrada, y sale de mi habitación, dejándome extremadamente ruborizada- Lo siento… pero tenía cuatro habitaciones de visitantes, solo que dos son para Sina y Dexio, deberían de sobrarme otras dos pero Anna y Lise insistieron en que querían habitaciones separadas y… bueno… -trágame tierra.
-Valerie, sabes que en algún momento vamos a tener que acostumbrarnos a esto, ¿no es así? –ya lo sé, estamos comprometidos y todo eso, pero no deja de darme vergüenza- Son las primeras vacaciones que me tomo en mucho tiempo, y solo tenemos una semana antes de que inicie la nueva Liga Kalos. Sería más tiempo, pero, bueno, la del año pasado se retrasó. Normalmente hay un mes de descanso entre ligas –lo sé, es mi culpa que solo haya una semana para esto- Lo que intento decir es que, preferiría comenzar a disfrutar de este descanso, y conocerte mejor a ti y a Ciudad Romantis, que estar toda una semana apenado porque debo dormir en tu habitación. Si esto te hace sentir tan incómoda, aún puedo buscar un hotel -¡no!
-Quédate –exclamo mientras lo tomo del brazo, lo que lo apena demasiado-. Quiero decir… es verdad que debemos irnos acostumbrando a esto… yo ya conozco cómo vives en Ciudad Luminalia después de todo… necesitas… conocer Ciudad Romantis… y conocerme también –esto es tan incómodo. La respuesta de Agustín, es tomarme de mi barbilla y forzarme a verlo, solo que, tras aquello, Mawile empieza a hacer sonidos de besos, mientras Sylveon se burla con una risa muy molesta.
-¿Les damos razones para burlarse? –pregunta él, de una forma muy apasionada debo agregar. No es para nada normal ver a Agustín tomando la iniciativa en esto de los coqueteos, pero no es como que vaya a quejarme de esto.
-¿Sabes una cosa? A estas alturas ya no me importa mucho –respondí, compartiendo un momento con mi prometido tras un gentil choque de labios, mismo que se interrumpe cuando la puerta de mi habitación se abre.
-Ama Valerie, Dexio y Sina ya llegaron –comienzan Anna y Lise al unísono, encontrándonos en medio del beso, ¿qué nadie sabe tocar a la puerta en esta casa?-. ¡Oh…! ¡Disculpen ustedes! ¡Ya no los interrumpimos! –responden ambas en perfecta sincronía.
-¡Fuera! –enuncio yo furiosa, ambas me ven con cara de Meowth antes de retirarse entre risas- Lo lamento… en verdad lamento que mis discípulas tengan que vivir en el mismo edificio que yo. Si esto te es incómodo –intento decirle, pero él me silencia de la misma manera que antes, lo que fuerza a Mawile a intervenir, amenazando con sus mandíbulas-. Mawile dice que estamos sobrepasando los límites –comento apenada.
-Entonces escuchemos a Mawile, no quiero tener que lidiar con desangramientos tan temprano en las vacaciones –Mawile, estoy por considerar seriamente el que entres en tu Alivio Bola. Agustín acomoda su futón y entra al mismo, yo lo miro apenada-. En verdad, si considera que esto es demasiado apresurado puedo buscar un lugar donde hospedarme –no es eso exactamente.
-Agustín… sé que un kimono es algo así como mi elemento personal, pero… no son cómodos para dormir –le comento moviendo mis mangas en forma de alas, le toma un instante el comprenderlo-. Si no es molestia… por favor… -le pedí, él comenzó a dirigirse a la entrada de la habitación-. Ajem… no planeo que más de mis discípulas te vean así… al baño por favor… -comenté apenada.
-Cla-claro… me dice cuando esté lista –responde él, encerrándose en mi baño, mientras Mawile y Sylveon son víctimas de un ataque de risa tras comprender lo que está ocurriendo. En respuesta, saco la Alivio Bola de Mawile y la Ultra Bola de Sylveon, ambos inmediatamente fingen demencia. En verdad que esto se está tornando demasiado incómodo.
Cocina de la Casa de Valerie. (Al día siguiente).
-Bien… es hora de trabajar –escucho a Katherine, quien desliza la puerta corrediza de la cocina, e inmediatamente tras hacerlo, se sorprende de verme en delantal, con el cabello recogido, y con un sartén en mano- ¿Ama Valerie? ¿Está cocinando? –exclama ella sorprendida, lo cual me parece molesto.
-¿Qué te sorprende tanto de que esté cocinando? No es la gran cosa –comento apenada, pero la realidad es que estoy muy apenada, además de cansada, un bostezo traicionero me delata, por lo que Katherine se aproxima a mí, y apunta a mi rostro, seguramente tengo algunas ojeras-. Me fue básicamente imposible dormir en la misma habitación que Agustín –confesé.
-¡Pensé que en el laboratorio del profesor ya dormían en la misma habitación! –era su habitación, ya había dormido con él muchas veces siendo una Eevee, es diferente. Verlo en el suelo de mi habitación, dentro de un futón o no, es completamente diferente- ¿Cuánto tiempo lleva despierta? Esta es demasiada comida incluso para la cantidad de gente que somos –apunta Katherine a los varios platos bien servidos sobre la mesa de la cocina- Al menos dígame que probó la comida antes. Usted nunca ha cocinado –que rudeza.
-Te informo, Katherine, que yo era la encargada de cocinar mientras fui la asistente de Agustín –era eso o arriesgarme a que muriera de hambre- Además, un Heliolisk me enseñó a cocinar… mi cocina es decente… -creo.
-Bueno, la verdad es que sí huele muy bien –por supuesto, Heliolisk era muy exigente a la hora de enseñarme a cocinar, en especial con el uso de las especias- ¡Está delicioso! –la escucho decir, lo que me molesta, mientras la golpeo en la frente con mi espátula- ¡Está caliente! –se queja ella.
-¡No te comas la comida antes que los demás! –me quejé, y comencé a lavar la espátula. Heliolisk me reprendería severamente si no lo hiciera tras usarla para atacar a alguien, diría algo similar a que me he arriesgado a que los alimentos sean contaminados por cabellos humanos, ahora que lo pienso también me regañaría por no llevar una cofia, me pregunto si tengo una, no, me veré ridícula.
-¡Buenos días! –enuncia Linnea, quien entonces me mira con sorpresa- ¿Ama Valerie? ¿Sabe cocinar? –por Arceus- ¿Cuándo sucedió esto? ¿Es esto comestible? –me estoy enojando- ¡Está delicioso! -¿otra vez?
-¡Dejen de comerse la comida antes que los demás! –me quejé dándole con la espátula a Linnea en respuesta, lo que ocasionó las burlas de Katherine, y por lo que tuve que volver a lavar la espátula- Escuchen, sé que ustedes siempre hacen estas cosas por mí, pero realmente aprendí a valerme por mí misma mientras viví con Agustín. Puedo cocinar, puedo lavar, puedo tejer, puedo limpiar. ¿Es tan difícil de creer? –pregunté a ambas.
-¡No me regañes, Linnea, ya voy a darle de comer a los Pokémon! –entra Kali a la cocina, buscando los platos con los que alimentamos a los Pokémon, pero no va a encontrarlos, ya me encargué de eso- ¿No están? –pregunta Kali.
-Ya alimenté a los Pokémon –comenté, apuntando a la ventana de la cocina que daba al patio, donde mis Mawile, Sylveon, Drapion, Spritzee, Quagsire y Mr. Mime comían y reían alegremente, Kali entones me mira cocinando, y el proceso se repite-. ¿De verdad es tan raro verme cocinar? –pregunté deprimida.
-¡Está delicioso! –exclama Kali, y la espátula nuevamente se ensucia y tiene que ser lavada. Mis discípulas no me tienen absolutamente ningún respeto al parecer- Lo siento mucho por dudar de usted, ama Valerie –ya estoy suficientemente decepcionada de la visión que todos tienen de mí.
-¡Buenos días! –llega Blossom a la cocina, me mira en delantal, mira la comida, y yo suspiro incomodada mientras preparo la espátula- ¡Vaya! ¡El entrenamiento para ser una buena esposa realmente rindió frutos! –exclama ella, el resto de mis discípulas la mira, todas llenas de sorpresa- Cuando visité a la ama Valerie en Ciudad Luminalia la vez de la compra del Café Lysandre, ella insistía mucho en entrenar para ser una buena espo… -la silencio metiéndole un trozo de pan a la boca.
-¡Suficiente de ridiculizarme! ¿Quieren ayudar? ¡Entonces vayan a poner la mesa! –exclamé, y el cuarteto de discípulas hace lo propio, llevándose los platos a la mesa del patio exterior y preparando todo para el desayuno- De verdad que nadie me respeta en esta casa –me quejo yo, y me viro para encontrar a Drapion comiéndose el contenido del sartén que estaba utilizando, quemándose la lengua mientras lo devoraba todo- ¡Drapion! –me quejé dándole con la espátula, su respuesta es burlarse recordándome la primera vez que cociné algo- ¡Eso fue diferente! –me quejé, Drapion se burló haciendo sonidos de besos- Si es parte de un ritual de apareamiento humano, eso no te incumbe. Humanos y Pokémon conquistamos a nuestras parejas de forma distinta, Pokémon grosero y metiche –me quejé, escuchando entonces que alguien se aclaraba la garganta a mis espaldas, mientras Drapion sonreía con la malicia típica de un tipo Siniestro.
-Buenos días, Valerie –saluda Agustín, esta vez vistiendo ya su bata de laboratorio. ¿No tiene otra ropa?-. Vaya, una coleta, eso es nuevo –oh, ¿vamos simplemente a ignorar mi conversación de los patrones de apareamiento humanos con Drapion? Supongo que gracias- Drapion, suficiente con burlarte de Valerie. Si ella ha hecho tan buen esfuerzo por ser una buena esposa, no puedo hacer más que conmoverme por su avance –creo… que estoy muy conmovida en este momento. Drapion responde de forma burlona, Agustín solo me mira curioso de sus palabras.
-No quieres saberlo, no voy a traducirlo, y eso, no te incumbe Drapion –apunto, Drapion solo se burla y se retira en medio de una risotada, Quagsire se acerca entonces, con esa sonrisa boba en su rostro- ¡Que no necesito la plática! ¡Basta los dos! –me quejo yo, Sylveon afortunadamente, viene a mi rescate, ladrándole tanto a Drapion como a Quagsire para que me dejen de molestar-. Bien hecho, Sylveon, al menos uno de ustedes sigue siendo un amor. Y no voy a traducirte nada de lo que acaba de pasar –me apené mientras miraba a Agustín.
-Puedo imaginarme por donde iba la conversación –responde él, por favor no lo imagines. Agustín me mira fijamente entonces. Apenada, le doy la espalda, y me concentro en seguir cocinando, aunque ahora lo hago con bastante incomodidad. No puedo concentrarme- Sabes que no tienes que esforzarte por impresionarme, ¿no es verdad? –intento no parecer una inútil frente a ti… es diferente que querer impresionarte- Puedes comportarte como siempre lo haces. Ya cocinabas para mí en el laboratorio, y alimentabas a los Pokémon. Nada de esto tiene que sentirse diferente de lo habitual –y sin embargo lo es.
-Antes tenía una responsabilidad laboral… lo hiciera con gusto o no… -admití, perdiéndome en el huevo que se cocía en mi sartén-. Ahora es diferente… no sé cómo explicarlo… tan solo –no quiero que te arrepientas. Quiero que sientas que puedo ser una buena esposa. Esa parte de mí no ha cambiado en absoluto. Comprometidos o no, me elegiste por una maldición-. Agustín… -¿debería decirle?
-No voy a arrepentirme de esto, Valerie –en ocasiones, siento que él realmente me conoce mejor de lo que le doy crédito. Tal vez, realmente me estoy preocupando demasiado-. En qué te ayudo –pregunta entusiasta, y aunque puedo ver a mis discípulas observándome desde la puerta, ya con Anna y Lise además, simplemente no puedo ignorar las atenciones de Agustín.
-Bueno… con mis amigas, diagonal, discípulas, diagonal, criadas, no es que haya mucho que hacer –comenté apuntando con el rostro, Agustín de pronto notó a lo que me refería, suspirando tras comprenderlo-. Pero, puedes probar a ver si no le falta sal –comenté acercándole la cuchara de madera, y soplando un poco. Agustín, apenado, prueba lo que preparé, en verdad que puedo acostumbrarme a esto.
Comedor exterior.
-Wachoo –cuando Agustín y yo por fin nos dirigimos al comedor, encuentro a todas mis discípulas con platos llenos de comida en manos, mientras alejan los mismos de Dexio, el resfriado asistente de Agustín, quien enfermó por la lluvia de anoche. Sina, a su lado, no se veía nada bien tampoco, por los que comencé a sentirme culpable nuevamente por obligarlos a venir a esta reunión-. Lo siento… otra vez… -sorbió Dexio por la nariz, lo que es asqueroso.
-Buenos días, Valerie –sonríe Sina para mí, tomando algunas pastillas y entregándoselas a Dexio junto a un vaso de agua. Ella también se ve enferma, pero definitivamente está en mejores condiciones que Dexio-. Buenos días a usted también, profesor. Por cierto, Valerie, tu casa es muy bonita, y además es enorme. ¿Ya vio el tamaño del patio, profesor? Creo que es más grande que el patio del laboratorio –comentó ella, y bueno, tiene razón. Quiero decir, el patio del laboratorio tiene apenas las dimensiones de un patio de Centro Pokémon, el mío es al menos unas seis veces más grande. Aunque, me incomoda ahora que lo pienso-. Debí haber estudiado una carrera en la confección de moda y las pasarelas. La ciencia no deja -¡no digas eso por favor!
-Necesitas tener talento para triunfar en una carrera en la moda, Sina –le responde Dexio, lo que fastidia a Sina. Esa definitivamente no es forma de hablarle a tu novia, menos cuando te está cuidando de tu resfriado-. Eres mejor bióloga celular que modelo –oh cielos.
-¡Pues perdona por no tener el físico de una modelo! –Dexio, realmente necesitas tener más tacto, no voy a defenderte si Sina te golpea por lo insensible que eres- Además, no dije que quisiera ser modelo, solo que me gustaría ganar más –ataque directo al profesor esta vez.
-Ganarías más si te esforzaras más –responde Agustín, tirando de mi silla e invitándome a sentarme, gesto que le agradezco con una sonrisa, siempre tan caballeroso. Ya con el grupo completo comenzamos a desayunar, lo que al principio es un poco incómodo para todos, pero rápidamente nos concentramos en regresar a la normalidad, ayuda el que al menos Agustín parece estar adaptándose muy rápido a todo esto-. Si te esforzaras más, te hubieras ganado un ascenso como Dexio. Él fue a trabajar a Alola, tú no hiciste más que vacacionar –hasta yo sé que no fuiste a trabajar, Sina.
-¡Yo también me esforcé! ¡Pero mi trabajo es mucho más difícil que el de Dexio! –¿será verdad? En todo el tiempo que llevo de conocerlos, solo sé que ambos son asistentes de Agustín- Tal vez debería ser una chica kimono. ¿Tienes vacantes, Valerie? –no a menos que Katherine me traicione y mude a otro gimnasio.
-Aunque tuviera una vacante, no creo que Agustín me permitiera darte empleo –comenté yo, mirándolo de reojo mientras él desayunaba, esperando que la comida fuera de su agrado. Él pareció notarlo, por lo que sonrió en mi dirección.
-Está delicioso –definitivamente notó mis miradas-. Volviendo al tema, Sina. Necesito que te concentres más y seas un apoyo para Dexio. No puedo dejar a Dexio a cargo sin que le sirvas de asistente -¿a cargo?
-Jah… ¿por qué tengo que ser yo la asistente? ¡Soy una bióloga celular altamente reconocida! ¡Además de la única persona con la capacidad de analizar las células de Zygarde! ¿Porque él es ascendido a Profesor Regional y no yo? –espera, esto es demasiada información. ¿Zygarde? ¿Dexio ascendido a Profesor Regional? Si Dexio es el Profesor Regional. ¿Dónde queda usted?
-Creo que no entiendo el rumbo de la conversación… ninguna de nosotras lo hacemos –miré a mis discípulas, ellas están igualmente confundidas. Sé que la transición en la unión de nuestras familias, aún si nuestras familias están conformadas por nuestros respectivos asistentes, iba a ser difícil, pero esto es muy exagerado-. ¿Qué es todo eso de que Sina es una investigadora de células y todo eso sobre un Zygarde? Además, pensé que solo una persona podía ostentar el puesto de Profesor Regional. ¿De qué están hablando exactamente? –pregunté curiosa.
-De cosas que Sina no debería de decir hasta que yo lo hablara con usted primero –respondió él. Encuentro el comentario sumamente sospechoso-. Pero en vista de que Sina no es lo suficientemente profesional como para mantener un secreto laboral. Valerie, ¿podemos hablar antes de continuar con el desayuno? Es importante, y gracias a cierta persona no puede esperar –comentó mientras miraba a Sina en descontento.
-¡Estoy de vacaciones! ¡Si quiero hablar mal de mí ambiente laboral estoy en mi derecho! ¡No seré silenciada! –creo que nunca había tenido un desayuno tan raro. Sina en verdad que es toda una personalidad, pero por la sonrisa maliciosa en su rostro, comprendo que lo está haciendo a propósito- Ya hice mi parte para obligarlo a decirte, Valerie -¿obligarlo a decirme?
-No entiendo por qué te contraté. Cosette y Sophie tenían buenos currículos también, pero no, te elegí a ti porque eras simpática –no aprecio que admitas eso mientras me ofreces tu mano para ayudarme a levantarme, Agustín. Aunque ahora estoy curiosa por entender un poco mejor lo que está pasando, y mientras Agustín tira de mi mano para llevarme junto al estanque del patio de mi casa, puedo escuchar los gritos de sorpresa de mis discípulas, aparentemente tras Sina explicar lo que está ocurriendo- Esa mujer simplemente no puede mantener un secreto –se queja él.
-En estos momentos me alegro de no haberle confiado el secreto de que yo era tu Eevee –Darkrai seguro ya hubiera devorado a medio Kalos si Sina se enteraba-. Entiendo que Sina no es muy confiable, pero… ella es una buena chica también. No entiendo lo que pasa, pero entiendo que lo que dijo recién es para darte valor para algo. ¿Qué puede requerir más valor que proponerle matrimonio a una chica de 16 años? –me burlé un poco.
-Avanzar en la dirección que permita que sea posible –no debí preguntar- Valerie… te hice una promesa. Te prometí que, sin importar las distancias, de alguna forma haríamos que esto funcionara, ¿no es así? –vagamente recuerdo una conversación así-. Bueno, aparentemente no está funcionando. Llegué tarde a la primera reunión que pactábamos en tu casa, incluso si lo pactamos con suficiente antelación –agradezco que estés arrepentido, pero, ya te perdoné por eso de todas formas.
-No voy a decirte que no estaba molesta, me perdí la mitad de la batalla por estarte procurando, pero de no ser por mí estarías viendo la batalla en primera fila en Ciudad Luminalia –le comenté aceptando que muy probablemente no fui justa con él. Tras la caminata por mi patio, llegamos al estanque donde Quagsire nada en esos momentos con la Azumarill de Kali; Mawile y Sylveon descansan junto al estanque bajo la sombra de uno de los árboles de sakura; Mr. Mime y Spritzee juegan correteándose el uno a la otra; y Drapion toma el sol sobre una roca blanca, extendiéndose a sus anchas. El resto de los Pokémon de mis discípulas se pasean por todas partes, y Agustín parece muy concentrado en ellos-. ¿Vas a decirme algo, Agustín? –pregunto nuevamente.
-Valerie, no voy a tener una relación de larga distancia contigo -¿eh? ¿A qué te refieres con eso?-. Es el primer compromiso que pactamos, y ya llegué tarde. No planeaba llegar tarde pero así pasó, te molestaste, y con justa razón. La forma en la que las relaciones terminan es cuando este tipo de situaciones comienza a salirse de control, se generan descontentos menores que poco a poco escalan, y estoy seguro de que ni tú ni yo queremos eso –no entiendo a dónde quieres llegar con la conversación, pero entiendo que estás viendo nuestra relación con la madurez de un hombre adulto.
-Solo debemos planearlo mejor la próxima vez –comenté, algo preocupada por la forma en que él estaba diciendo las cosas-. Un pequeño retraso no va a arruinar nuestra relación. Si Darkrai no pudo, ¿porque la puntualidad lo haría? –bromee yo.
-Aun así, no pienso arriesgarme. Por lo que le voy a dar fin -¿vas a terminar la relación? ¿Cómo llegamos a esto? Estábamos todos desayunando tranquilamente, incluso te perdoné por llegar tarde a una reunión que sabías que era importante para mí- Si a usted le parece. Mudaré mi laboratorio a Ciudad Romantis.
-¡No puedes cortarme por un pequeño retraso, Agustín! –un momento, ¿qué dijo?- Espera… ¿no estás terminando conmigo? –soy una idiota. ¿Cómo fui a sacar conclusiones de esa forma? Aún peor, ni siquiera estoy segura de que escuché lo que dijo.
-No estoy terminando contigo, Valerie –ya me di cuenta que no, pero necesito confirmación de que lo que creo que te escuché decir, es lo que creo que te escuché decir-. Voy a volver a empezar si no te molesta –por favor-. No vuelvo a arriesgarme a quedar mal en una reunión pactada, a sabiendas que te prometí que una relación a distancia entre nosotros podía funcionar. Aún si pienso que puede funcionar, prefiero irme a la segura mudándome a Ciudad Romantis para evitar conflictos -¡en verdad dijo lo que pensé que lo escuché decir!
-¿Mu-mu-mudarte a Ciudad Romantis? Qui-qui-quieres decir mudarte a mi casa, ¿no es así? –espera, espera, por más emocionada que me sienta, no puedo poner mi relación por sobre la reputación del Profesor Regional. Mawile, Sylveon, y el resto de Pokémon parecen sentir mis emociones, y comienzan a reunirse a nuestro alrededor, incomodando a Agustín.
-Por eso le dije a Sina que me dejara hablarlo contigo antes… -Agustín se sienta frente al estanque, y me invita a sentarme a su lado. Estoy tan nerviosa que ni siquiera puedo articular palabra alguna-. Antes de que digas cualquier cosa, quiero que me escuches con detenimiento. Voy a dejar de ser el Profesor Regional de Kalos -¿dejar de ser el Profesor Regional de Kalos? ¿Por mí? Me apunto a mí misma, no puedo decir nada después de todo-. En parte es por ti, no lo voy a negar –pero, ¿dónde queda lo de sacrificar tus sueños por mí? Pensé que estrictamente habías dicho que jamás lo harías-. ¿Vas a dejarme explicarte, o seguirás con tu monologo interno? –encuentro eso sumamente ofensivo.
-Discúlpame si mi mente funciona como una narrativa romance, Agustín. Más importante, ¿cómo es que tú sabes que funciona de esa manera? –mejor cierro la boca y lo dejo explicarme- Solo… dime lo que me tengas que decir… -contrólate Valerie.
-Gracias… -un ejercicio de respiración me ayudaría en estos momentos, pero por alguna razón no me lo ofreció-. En estos momentos, mi reputación no es exactamente lo que solía ser. Fui en contra de la cultura regional cuando admití frente a Malva en entrevista de Holomisión que la Mega-Evolución no se originó en Kalos, fui en contra de mi maestro Gurkinn por la misma razón. Mis campamentos Pokémon ya no tienen la afluencia de antes, y estoy comprometido con una Líder de Gimnasio que aún es menor de edad -¿debería sentirme responsable por lo que estás diciéndome?- Si sumamos el hecho de que cierta reportera de Holomisión, insiste en complicarme la existencia con reportajes anti-Sycamore, he llegado a la conclusión de que, por el bien de mi investigación, debo de dejar de ser el rostro de la investigación científica de Kalos, optando un papel más amplio, pero un tanto más privado, al conseguir el apoyo de una institución educativa –no creo entender muy bien-. Ser el Profesor Regional es un cargo muy público, no importa si es el cargo de mayor renombre de cualquier región. Así que he aceptado un puesto en una prestigiosa universidad aquí en Ciudad Romantis, una universidad con nexos en todas las regiones. Podré investigar todo lo que quiera, mi investigación será reconocida a nivel mundial, aún si en Kalos no desean aceptar mis hallazgos, y moldearé a las grandes mentes del futuro sobre la Mega-Evolución. Con el apoyo de una institución educativa, no importa si Malva quiere desacreditarme por mantener las apariencias y el turismo de Kalos. Mi investigación será global –terminó él.
-Espera un segundo… -eso significa que- Si conseguiste un trabajo en la Universidad de Ciudad Romantis. ¡Eso significa que viviremos en la misma ciudad! –exclamé entusiasmada, me lancé a brazos de Agustín, derribándolo, y le planté un beso que me hizo merecedora de algunas burlas de los Pokémon a mi alrededor, aunque rápidamente me repuse- Espera, pero… ¿de verdad esto es lo que quieres? ¿En verdad no estás sacrificando tu trabajo como Profesor Regional por mí? No me creo por un segundo que alguien simplemente te ofreció un trabajo en Ciudad Romantis cuando coincidentemente nos comprometemos –insistí yo.
-La verdad es que, siempre había tenido ofertas para convertirme en un profesor de universidad con apoyo sobre mi investigación –confesó él-. Supongo que, simplemente no quería dejar de ser un Profesor Regional. Pero, si Kalos puede ver al futuro con esperanza y con una nueva Campeona Regional, puede seguir adelante con un nuevo Profesor Regional también –sonrió él-. Dexio está perfectamente capacitado para convertirse en mi sucesor, seguiré trabajando en conjunto con él sobre el tema de la Mega-Evolución. Solo que, de ahora en adelante, mi frontera no se limita más a la Región Kalos –comentó él, tomándome de la mano y apenándome-. Claro que, mientras usted sea menor de edad, sería muy mal visto que un profesor de universidad viva bajo su mismo techo –oh no, eso sí que no.
-Con el espacio del que dispongo, Agustín, me ofende que eso te preocupe –arremetí antes siquiera de que se acobardara, o que yo me acobardara-. No hay otro lugar en Ciudad Romantis con un patio tan amplio como para albergar a todos los Pokémon que forman parte de tu investigación. Y sobre tu laboratorio, no vas a salirme con que realizarás tus investigaciones en la universidad, o, aunque estemos en la misma ciudad, simplemente ya no podré verte –le comenté, y por la mueca que hizo Agustín, ya suponía que aquello era parte de lo que Agustín había pensado-. Los cuartos de visita en los que se están hospedando Dexio y Sina, los convertiremos ambos en tu nuevo laboratorio. Y sobre tu habitación… bueno… creo que podemos arreglarlo. Mi cuarto… es suficientemente grande para los dos –admití apenada.
-En verdad no quiero ser una molestia, no es como que espere que me solucione las necesidades de hospedaje –ya viví hospedada por casi un año en tu casa, aunque no lo supieras hasta hace poco, Agustín. Podemos esperar un año más y entonces no tendrás problemas de habitación porque… mi habitación… será tu habitación también…-. Tiene una cara que dice que no aceptará un no por respuesta –obviamente. Vergüenza aparte, estamos comprometidos- Está bien, entonces, estaré bajo sus cuidados, Valerie –por alguna razón, adoro como suena eso.
Universidad Romantis. (Seis meses más tarde).
-Así que, esta es la Universidad de Ciudad Romantis… solo estar aquí me hace sentirme iletrada –comenté para mis compañeros, Mawile y Sylveon, quienes como siempre se rehúsan a entrar en sus Pokébolas. Además, al ser la Líder de Gimnasio oficial, y tomando en cuenta que los retadores por alguna razón han priorizado mi gimnasio por temor a que me vuelva a desaparecer como el año pasado, la cantidad de miradas que se dirigen a mí, es inquietante. Miro a mi reloj, mi próximo encuentro del día es en un par de horas-. Espero que sea tiempo suficiente considerando que es la primera vez que vengo a visitarlo a su trabajo –comenté, caminando dentro del campus, ante las miradas curiosas de los presentes.
-Ma wile wile ma Mawile –comenta Mawile, y, a decir verdad, agradezco no tener instintos Pokémon para darme cuenta de lo que acaba de decirme, aunque no era algo que no pudiera imaginarme considerando que la gran mayoría de los estudiantes universitarios que se pasean por el campus en esos momentos, me dirige una mirada de lujuria.
-Ya sé que hueles atracción a mi alrededor. Y no, no puedes morder a nadie –le comenté a Mawile, Sylveon estaba igualmente inquieto, mientras miraba en todas direcciones permaneciendo alerta, pensando que en cualquier momento uno de estos estudiantes universitarios podría hacer un movimiento en mi dirección, fallando en darse cuenta de que los humanos no funcionan de esa forma, al menos no la mayoría, ya que para mi sorpresa, el silbido de un estudiante universitario, quien en esos momentos estacionaba su bicicleta junto a la entrada, llamó mi atención.
-Me disculpo, eso ha sido grosero de mi parte. Es solo que… usted es bellísima –comenta el coqueto muchacho, quien, a mi parecer al menos, se ve incluso menor que yo. Pensé que era un estudiante universitario, pero, ¿será un estudiante de secundaria? Más importante, aun si quiero aparentar molestia por su descarado silbido, este chico es extrañamente atractivo, físicamente imponente, con heterocroma en sus ojos, el izquierdo rojo, el derecho verde, y un extraño cabello de color blanco. En conclusión, es bastante atractivo, si no estuviera comprometida probablemente me hubiera sentido halagada, molesta por su descaro, pero halagada a fin de cuentas-. Brendan Yuuki. Ahora que me he presentado, ¿no cree que sería grosero de su parte el no complacerme con su bello nombre? –agrega de forma coqueta, levantando los instintos de Mawile y Sylveon, quienes se ponen a la defensiva.
-Seguro te lo han dicho antes, pero tengo novio, y antes de que creas que miento, en realidad es mi prometido –agrego para cortar de tajo sus intenciones al mostrarle el anillo en mi dedo, pero para mi sorpresa, el joven Brendan observa mi anillo con curiosidad y mientras se arregla sus lentes deportivos.
-Oh, me lo han dicho antes, pero descuida, también tengo novia, no es que eso me detenga de admirar la belleza ajena -¿dije que era coqueto? Es todo un gigolo. Si yo fuera su novia estaría furiosa- Piedra Llave de alto grado de pureza, confeccionada sobre un anillo de plata con un par de moños de Sylveon, eres la prometida del Profesor Agustín Sycamore. ¿Me equivoco? -¿cómo sabes eso?- Valerie, ¿no es así? Líder de Gimnasio de Ciudad Romantis, he escuchado mucho de usted, y de su Duplex Maxilla -¿de quien?-. Su Mawile, soy un fan de todo lo que tiene que ver con mi región adoptiva, debo serlo si soy el Guardián Cronista asignado pese a ser de Johto –¿de Johto también? ¿Cuáles son las posibilidades? No tengo idea de lo que intenta decirme de todas formas, pero creo que no le agrada a Mawile, quien ya lo amenaza con su mandíbula auxiliar-. Oh, tiene una dentadura auxiliar muy bien cuidada -¡te va a morder!
-¡Mawile, no! –intento detenerla, pero de pronto Mawile se aterra, igual que Sylveon, por lo que ambos retroceden, ganando distancia sobre Brendan- ¿Qué ocurre contigo, Mawile? –le pregunto, ella me responde- ¿Poder primigenio? –traduzco.
-¡Ah! ¿Cómo sabes eso? –interrumpe el chico, cerrando su ojo izquierdo por alguna razón- Un momento, ¿entonces es cierto que puedes hablar con los Pokémon? Desearía poder tener esa habilidad –este chico es demasiado extraño.
-Lo siento mucho, Brendan, pero realmente tengo que irme –comenté mientras miraba mi reloj-. Tengo una batalla de gimnasio dentro de poco. Y ya que sabes que el Profesor Sycamore es mi prometido, te explico que debo encontrarlo porque olvidó su almuerzo… otra vez… últimamente ha estado muy ocupado en un proyecto –le comenté.
-Ah, lo siento, ese proyecto soy yo -¿cómo dices?-. Señorita Valerie, será un verdadero placer, el escoltarla a salvo en dirección al laboratorio de su prometido –guiñó el ojo él, y aunque no me fiaba para nada de este joven Brendan, supongo que no es una mala persona.
Pasillos de la Universidad Romantis.
-Soy un gran fan del Profesor Sycamore. Cuando me aceptó como su nuevo pupilo, no podía creerlo. Quiero decir, ambos tenemos un mismo campo de investigación, la Mega-Evolución, y aprender de la eminencia de la Mega-Evolución era una oportunidad que no podía desperdiciar –Brendan es… bastante amigable. Pensaría que me está coqueteando si no supiera que estoy comprometida. Tiene una novia, además-. En verdad lo siento por quitarle tanto el tiempo al profesor, pero le aseguro que no lo haría si no fuera algo realmente importante, casi podría decir que de vida o muerte. Pero descuide, pensamos que ya casi tenemos toda la información que necesitamos de nuestro proyecto conjunto –me explicó él.
-Ah… no me molesta que Agustín se ocupe un poco. Siempre ha sido muy comprometido con su trabajo después de todo –le comenté yo-. Solo me sorprende que últimamente ha estado más distraído de lo normal. Por cierto, ¿no eres algo joven para ser su pupilo? –le pregunté.
-Oh, aun soy un estudiante de secundaria. Solo que el Profesor Sycamore requiere de mi por… razones difíciles de explicar… -eso suena muy sospechoso-. Ah, no estamos haciendo nada malo. Tan solo es un nuevo campo de investigación. Se llama la Regresión Primigenia, un proceso inverso a la Mega-Evolución. El Profesor Birch, él es el Profesor Regional de Hoenn, me envió, básicamente a la fuerza porque bueno, no me quiere cerca de su hija, a ser algo así como el ayudante, diagonal, conejillo de indias del Profesor Sycamore. Con la esperanza de que Sycamore pueda encontrar una forma de… -intentó explicarme, cuando de pronto, la puerta de un laboratorio se abrió de improviso.
-¡Lo descubrí, Brendan! –se trataba de Agustín, quien rápidamente tomó a Brendan del brazo, tirando de él dentro de su laboratorio, e ignorándome por completo, no creo que siquiera se haya dado cuenta de que yo estaba allí, por lo que miré a Mawile y a Sylveon con una mezcla de sorpresa y curiosidad, razón por la que entré en el laboratorio escolar, impresionándome de ver varios pizarrones llenos de cálculos matemáticos que, la verdad no tenía idea de qué significaban- La Regresión Primigenia… la fuerza que la activa… sigue los mismos principios de la Mega-Evolución, pero en razón opuesta. Lo que activa la Regresión Primigenia, no es un vínculo entre un humano y un Pokémon, sino una fuerza opuesta… algo como… el odio… ¿tiene sentido? –pregunta el profesor, se le ve demasiado estresado.
-Ah… Profesor Sycamore, siento que está muy cerca, pero, no creo que sea conveniente hablar de esto frente a su prometida –comenta Brendan, yo saludo a mi prometido nerviosamente, creo que realmente interrumpí algo importante.
-¿Valerie? Yo… no sabía que vendrías –comenta Agustín ojeroso-. Espera, tú nunca me visitas en el trabajo –en estos momentos, al verte en este estado, siento que debería visitarte más seguido para ver que estés bien-. ¿A qué debo el honor? –preguntó.
-En estos momentos, a que nuevamente olvidaste tu almuerzo, y pensé que podríamos comer juntos –le explico, mientras Brendan comienza a leer los apuntes de Agustín en las pizarras. ¿Realmente alguien entiende estas cosas?-. Pero ahora que te veo en este estado, siento que debería venir más seguido para evitar que te conviertas en… esto… -lo apunto preocupada.
-Es-estoy bien, solo… ya que no soy el Profesor Regional he incursionado en nuevas investigaciones. Brendan me ayuda con ellas en estos momentos –comentó mientras apuntaba a su asistente-. Un momento, no se propasó contigo, ¿verdad? ¡Brendan! –se quejó él.
-No hice nada –se quejó él interrumpiendo su lectura-. Por Arceus, es peor que May… umm… estos cálculos… en verdad se parecen a los cálculos de la Mega-Evolución… -¿en verdad puedes entender todo esto?- Espere, no es el momento de discutir esto. Las chicas son más importantes que la Regresión Primigenia. Póngale atención a su prometida, profesor… yo me sumiré en la miseria de saber que estoy a una rabieta del colapso físico… -¿una rabieta? ¿Colapso físico?
-Preferentemente, solo trata de no enojarte en general -¿qué está pasando?- No es nada… solo trato de asimilar el hecho de que tengo a una bomba de tiempo como asistente de mi investigación sobre la Regresión Primigenia.
-Agustín, si este es un mal momento, puedo venir más tarde –le comenté entonces-. Quería comer contigo, pero, si estás así de ocupado, te dejo tu almuerzo para que sigas trabajando. Y no estoy enojada, solo… preocupada. ¿Seguro que estás bien? –pregunté.
-Almorzaré contigo, solo… déjame escribir una receta médica –el que necesita urgentemente a un médico eres tú, Agustín. Él escribe una receta médica, y para mi sorpresa, se la entrega a Brendan-. No quiero quejas, tres de estas diariamente hasta que generes resistencia al medicamento. Una vez que lo hagas, cambiaremos alternando la receta. Además de eso, comenzarás a meditar y a hacer yoga. ¿Quedó claro? –preguntó él.
-¿Me está diciendo qué hacer, profesor? No me gusta que me digan lo que tengo que hacer –respondió Brendan, Mawile y Sylveon inmediatamente se escondieron tras de mí y comenzaron a temblar- ¡Es broma! –exclamó entonces Brendan, pero Agustín, por alguna razón, estaba increíblemente asustado- Veamos, antidepresivos, calmantes, sedantes. Uff, vaya coctel. Iré a comprar esto, muchas gracias profesor, y concéntrese en su prometida. Las mujeres van siempre antes que salvar al mundo del posible caos y la destrucción –siento que me estoy perdiendo de detalles muy importantes sobre este chico Brendan mientras él sale por la puerta.
-Tu pupilo… es demasiado extraño –comenté. Agustín en respuesta, suspiró intranquilo. Tal vez el trabajo de profesor de universidad es demasiado. ¿Debería de convencerlo para que vuelva a ser un Profesor Regional?-. Agustín… -él me detiene inmediatamente.
-El trabajo de profesor de universidad es tranquilo, y bastante gratificante. Me ha abierto muchos campos de investigación nuevos, y tengo pleno apoyo de la Universidad Romantis para mis proyectos. Mi estrés actual nada tiene que ver con la Universidad Romantis, sino con cierto gigolo, que en cualquier momento va a hacer enojar a una señorita a la que le coqueteará, encendiendo una mecha que podría estallar con consecuencias inimaginables para toda Kalos –am… está bien… supongo-. No te preocupes, lo tengo bajo control. Al menos eso espero –no se nota.
-¿Estás seguro de que no es porque este trabajo es demasiado para ti? –por su mirada de molestia, está claro que ese no es el caso- Solo estoy preocupada por ti. Has estado muy cansado. Esta nueva investigación… no sé… creo que no es muy sana para ti –le comenté.
-La investigación es increíble, he aprendido tanto, incluso más de la Mega-Evolución que cuando era un Profesor Regional –comentó él, ya más tranquilo, abriendo su almuerzo, y esperándome en su escritorio a que me uniera a él para almorzar- De verdad estoy bien. En un principio pensaba que me aburriría el trabajo de profesor de universidad. Pero ha resultado ser muy entretenido, hay muchos estudiantes ansiosos de aprender. Te juro que no me arrepiento –ah… entonces el problema es ese chico Brendan-. También continúo ayudando a Dexio con su investigación, y como Malva no tiene nada contra él, la población ha comenzado a aceptar la idea sobre la Mega-Evolución siendo un fenómeno más global que regional. No tienes nada de qué preocuparte, mi investigación sigue vigente –aclaró él.
-Me alegra saber que las cosas están mejorando –comenté, y ya más tranquila comencé a comer junto a él, divirtiéndome un poco de que Agustín aún no se acostumbraba a usar los palillos. No estamos en Johto después de todo, pero me agrada respetar mis raíces, no importa lo mucho que me sienta como una ciudadana de Kalos-. ¿Te ayudo? –pregunté ocultando mis labios detrás de mis mangas, él sonrió, y me permitió ayudarle a arreglarle los palillos- Traje un tenedor también si se te dificulta mucho –me burlé.
-No es necesario, me agrada que quieras integrarme a tu cultura, me parece curiosa –y yo adoro que te intereses en mis gustos-. Por cierto… sé que no hemos hablado mucho al respecto de esto, pero… en cinco meses… -en cinco meses, tendré 18 años.
-¿Estás preocupado? –pregunté, sin poder evitar la mirada coqueta, lo que definitivamente contrasta con el rubor en el rostro de mi prometido- Si ya tienes un trabajo fijo, tu investigación continúa, al igual que mi carrera de diseñadora de modas y Líder de Gimnasio… pienso que es buena idea el elegir una fecha –sonreí yo.
-Cualquier fecha está bien –me comenta, tomándome de la mano en ese momento, por lo que yo le dirijo la mirada, ansiosa-. En realidad, si yo pudiera adelantar la fecha ya lo habría hecho –me alegra que estés así de convencido, pero aún tienes un trabajo como profesor de universidad.
-Paciencia, cariño –me burlo un poco, retirándole mi mano-. Tengo la edad de algunas de tus estudiantes. Y no queremos que pierdas el trabajo que, curiosamente, conseguiste en Ciudad Romantis, ¿no es así? –guiñé el ojo, él lo comprendió, y volvió a comer tranquilamente. En solo cinco meses, habré cumplido el ultimo de mis sueños.
Ciudad Luminaria. Hotel Ricachilton. (6 meses más tarde)
-¿La despidieron del hotel Ricachilton? –por fin había llegado el día, estaba increíblemente nerviosa, más nerviosa de lo que me atrevía a aceptar. Tan nerviosa estaba, que preferí desviar la atención sobre el importante evento que en tan solo unos minutos comenzaría, platicándole a Paget, la administradora de mi boda, que curiosamente me despidieron en mi primer día de trabajo del hotel que ella había separado para la celebración de mi boda, mientras mis discípulas se encargaban de arreglarme el vestido de bodas, el de Sylveon que Agustín ya había visto, para que estuviera impecable para el evento- ¿Por qué nadie me lo dijo? No hubiera separado este lugar si hubiera sabido que la despidieron del mismo –se estremeció Paget, mirando a Chatot, como siempre en su hombro desde el día que asigné a Paget como gerente del Pokémon Café Mix.
Paget había rentado el salón de eventos del Hotel Ricachilton para celebrar la boda. En esos momentos nos encontrábamos dentro de uno de los cuartos de vestuario del hotel, con mis discípulas cepillándome el cabello, maquillándome el rostro, planchando cualquier arruga de mi vestido de bodas, y trenzándome el cabello con adornos de rosas de colores rojos, blancos y rosados, mientras una inmensa cortina negra era lo único que nos separaba del salón donde los invitados a la boda se encontraban esperando a que la novia, que era yo, estuviera lista para contraer nupcias. Ni Agustín ni yo tenemos tantas amistades después de todo, acordamos que tendríamos una pequeña celebración de tan solo unos 50 invitados, 25 sillas de cada lado de la pasarela que pronto cruzaría, en dirección al funcionario del registro civil, quien oficializaría el matrimonio.
-Tranquila, al menos me dieron una noche gratis en la suite presidencial –intenté calmarla, aunque la que necesitaba calmarse era yo. Chatot lo notó, por lo que comenzó a recriminarme de una forma muy molesta-. Gracias por tan dulces palabras, Chatot. Aceptaré tus plumas para adornar mi vestido y verme más "atrayente" para mi pareja –recriminé respondiendo a los insultos de Chatot sobre mi traje, aunque al no usar el lenguaje Pokémon, Chatot, quien no era mi Pokémon ya que se lo cedí a Paget junto con Lampent, no me entendía bien-. Es inútil, estoy tan nerviosa que no puedo siquiera usar el lenguaje Pokémon para devolver los insultos de Chatot –me quejé.
-Yo lo arreglo, ama Valerie. ¡Chatot! –enunció Paget molesta- La ama Valerie dice, que acepta tus plumas como ofrenda para adornar su traje de bodas en vista de que piensas que no se ve lo suficientemente atrayente –la respuesta de Chatot, es preocuparse, reverenciar en mi dirección, y disculparse al menos unas siete veces. Extraño tanto comunicarme fluidamente con los Pokémon y que ellos me entiendan sin problemas- Ama Valerie, mantenga la calma, ha esperado este día por casi año y medio –muchos han esperado este día todas sus vidas, Paget, y cuando este día llega, los nervios siempre son los mismos.
-No vaya a acobardarse, ama Valerie –me comenta Anna-. Estaré en primera fila esperando atrapar el ramo, junto a cierta miembro del Alto Mando quien le aceptó la invitación –me comentó ella mientras se asomaba por la cortina, detrás de la cual los invitados ya estaban esperando.
-¿Malva aceptó la invitación? –comenté sorprendida, intenté asomarme, pero Blossom y Kali estaban trenzándome el cabello, por lo que terminé tirada accidentalmente de regreso a la silla- Eso dolió… -me quejé, mis discípulas sonrieron nerviosamente en mi dirección-. No puedo creer que Malva haya accedido a venir. No me estás mintiendo, ¿verdad Anna? –pregunté.
-¿Por qué le mentiría? Esta parece la boda de una celebridad. Veamos… -comenta ella, asomándose nuevamente-. Malva del Alto Mando, allí está Siebold del Alto Mando, están presentes todos los Líderes de Gimnasio, la gerente del hotel de Ciudad Tempera que no recuerdo cómo se llama –Kaori, ¿vino ella también?-. Y allí está el más apuesto novio de la historia, por quien juro que ganaré el ramo –me sorprende que hayan durado tanto con lo posesiva que eres, Anna-. Oh, allí están el resto de los campistas –comentó ella.
-¿Vino Joy? –pregunta Lise, asomándose también por la cortina. Joh… entonces a Lise le gusta Joy, tal vez lance el ramo en su dirección para ayudarla un poco- ¡Sí está! Esperen… los invitados del profesor… todos vienen en batas de laboratorio –será porque son los profesores de las demás regiones-. Aunque allí hay un chiquillo muy apuesto… espera… ¿ya viste sus ojos, Anna? –así que Agustín invitó a Brendan a la boda. ¿Desde cuándo se llevan tan bien?
-Olvídalo y concéntrate en Joy, Lise, ese chico es muy guapo para ti –vamos, no es tan bien parecido-. Además, creo que esa chica violenta que lo está golpeando es su novia -¿golpeando?-. Espera… ¿ella también tiene heterocroma? ¿Cuáles son las probabilidades de eso? –preguntó Anna.
-Tal vez son hermanos, pero me da miedo ir a coquetearle al chico, no sea que esa salvaje me muerda, podría tener rabia -¿qué diantres está pasando del otro lado de esas cortinas? De pronto siento más curiosidad que vergüenza.
-Ama Valerie, deje de moverse por favor –se queja Kali, aparentemente atrapada entre los pliegos de mi trenza-. La ceremonia ya va a empezar, y todavía falta prepararle la cola del vestido –insiste ella, y mi corazón comienza a latir incluso más rápido. Ya casi es la hora-. Bien, la trenza ya está lista. Mawile, Sylveon, no vayan a tropezarse. Ama Valerie, parece por favor –me pide Kali.
-Espera, creo que me está dando algo… no sé si puedo hacer esto –me quejo, estoy demasiado apenada en estos momentos. Mawile, a quien le confeccioné un pequeño vestido a juego con mi vestido de bodas, me amenaza entonces con su mandíbula auxiliar. Sylveon, con un moño negro, es un tanto más comprensivo, pero de todas formas me ladra para apresurarme-. Tal vez debería esperar un par de años más… -no es que no quiera casarme, pero, ahora siento pánico, mis discípulas entran en pánico también, como si estuviera por cancelar la boda.
-Tranquilas, yo me encargo –enuncia Paget-. ¡Lampent, tráelo! –enuncia Paget, y tan solo unos instantes más tarde, las cortinas se abren con Lampent entrando en el vestidor, y tras él llega Drapion, con una corbata negra alrededor de su cuello- Padre de la novia, su hija se está arrepintiendo –explica Paget, y Drapion me mira con malicia-. Lo dejamos con su padre, ama Valerie. Chicas, a nuestras sillas –insiste Paget, mis discípulas todas salen al salón de la boda, seguidas por Chatot y por Lampent. Drapion entonces me mira con molestia, y se cruza de pinzas.
-Puedo explicarlo… -intento decirle, pero Drapion es el primero en hablar, en su peculiar idioma, y extrañamente, no está siendo grosero conmigo-. No es que no quiera casarme… es solo que… me da miedo, ¿está bien? Después de esto… no más noviazgo, la última barrera se rompe, ¿tienes idea de lo que eso significa? –le pregunto a Drapion, él suspira, y tranquilamente intenta mediar conmigo- No hay nadie más, solo tengo ojos para Agustín en estos momentos, y lo amo como no tienes una idea… solo… no sé si estoy lista para esto… -le explico, Drapion suspira nuevamente, y me recuerda ciertas cosas-. Ya sé que evolucioné en una Sylveon por él, no dudo de mis sentimientos, Drapion… dudo de los de él… ¿qué pasa si se arrepiente en el altar? –yo estoy completamente segura de lo que deseo, pero… ¿lo está él? Drapion desestima mis preocupaciones, y me hace una pregunta que debería ser obvia- Claro que yo no estoy dudando. Estoy completamente segura de lo que yo siento –insistí.
-Entonces deja de preocuparte… -lo escucho, e inmediatamente después me sorprendo-. ¿Qué? Estoy haciendo lo posible por no ser ofensivo, aunque estés actuando más cobardemente que un Wimpod en el ritual de apareamiento de su especie –Drapion…
-Te estoy entendiendo perfectamente otra vez –le comento. Ni Drapion, Mawile o Sylveon han requerido que use el lenguaje Pokémon con ellos, siempre he sabido que pueden entenderme perfectamente, pero por las reacciones de los tres, puedo ver que me han entendido incluso a un nivel más amplio de lo normal.
-¿Qué has dicho? Repítelo –exclama Mawile, su voz ha regresado, está aterrada, casi tanto como yo. ¿Qué está pasando aquí?-. Oye, oye, te estoy entendiendo nuevamente como si… ¿estás escuchando lo mismo que yo, Sylveon? –pregunta Mawile.
-Espera, espera, nunca había entendido tanto a Valerie en mi vida -¿esa es la voz de Sylveon? Suena toda galante y caballeresca, casi shakesperiana-. Madre, me estoy asustando. ¿Por qué puedo entenderte así de bien? –no creo tener una forma de explicarlo.
-Allí es donde entro yo –escucho, esta no es la voz de un Pokémon, o más bien, es la voz humana, de un Pokémon que puede convertirse en un humano-. ¡Hola! –enuncia Lon, Drapion y Mawile se colocan a la defensiva mientras Lon entra a través de las cortinas, Sylveon no lo conoce, pero no es como que pueda reaccionar, está temblando y tapándose las orejas por escucharme tan vívidamente-. Dime que no te estás arrepintiendo de esto, Valerie. Tenemos un trato –enuncia Lon quitándose su sombrero.
-Da-Darkrai… -respondo yo aterrada, pero entonces tomo valor-. ¿Qué estás haciendo aquí? No recuerdo haberte invitado a mi boda. Es precisamente por ti el que no me siento cómoda con mi propio matrimonio –comenté ya molesta.
-Cría, preferentemente no hagas enojar a lord pesadilla, ¡justo al lado del ejecutor asignado! Discúlpela su excelencia, solo está algo ansiosa por la boda, son cosas de humanos, usted entiende –comenta Drapion sudoroso, evidentemente preocupado.
-Si vienes a ver cumplido el dichoso contrato que me ata a casarme con Agustín, Darkrai, pierdes tu tiempo –le comento fastidiada, Drapion solo abre su hocico aterrado por mis palabras e intenta silenciarme junto a Mawile-. No necesito su real permiso para casarme, su alteza –me quejé.
-Ah, eso yo lo sé, no tienes por qué actuar tan arrogante conmigo, chiquilla –comenta él, azotando su bastón contra el suelo de madera. Mentiría si dijera que no me preocupa un poco eso-. La que no está convencida, eres tú. Piensas que el profesor solo está accediendo a esto por mí, ¿no es así? -bueno- Vine a aclarar las cosas contigo. Lo de las tres condiciones, solo aplica para las primeras dos, la tercera eran mis buenos deseos para ambos. No estás obligada a casarte para evitar que yo termine contigo –puede ser, pero Agustín no sabe eso.
-No me sirve de nada saberlo. Con o sin tu permiso, este es mi deseo –aclaré. Lon, Darkrai, tan solo suspira molesto conmigo-. Pero gracias a ti… no estoy segura si Agustín piensa igual –admití, mis ojos humedeciéndose por la confesión.
-Valerie, se te va a correr el maquillaje –no me importa el maquillaje en estos momentos, Mawile… pero no le daré el gusto a Darkrai de verme llorar-. Valerie, si puedes entendernos, supongo que no tardas en recuperar tus otros sentidos, pero en caso de que no los recuperes a tiempo, Darkrai no huele exactamente a agresividad en estos momentos –insiste Mawile.
-Huele más bien como a empatía, o a impaciencia, tal vez un poco de preocupación –comenta Sylveon, y yo lo miro con sorpresa-. ¿Qué? Soy un Sylveon, uno de los mejores olfatos de Kalos. O si estás preocupada porque ya no estoy rodando en el suelo asustado porque puedo entender a mi madre perfectamente, ya superé esa etapa –bueno, los Pokémon superan sus traumas muy rápidamente después de todo, pero si Darkrai no viene en actitud amenazante. ¿Entonces a qué viene?
-Vengo a darte ánimos, niña tonta –me apunta con su bastón-. Los he estado observando desde ese día, desde las sombras. Cuando se han separado, he optado por espiarlo específicamente a él. Tengo que decir, que estoy impresionado por lo que he visto. Como Pokémon Siniestro que soy, no suelo pensar en esas tonterías de romances y todo eso, pero en estos momentos vengo a decirte que no ha habido un solo momento en que el Profesor Sycamore se haya sentido obligado de forma alguna a celebrar este matrimonio –comenta Darkrai, y yo lo miro extrañada-. Así que, despeja tus dudas, niña. Él desea esto tanto como tú, no va a rechazarte en el altar, solo he venido a decirte esto. Además, de que pensé que sería un buen regalo de bodas el permitirte escuchar a tus amigos una vez más en un día tan especial. Pero no te acostumbres, me llevo esto una vez ese contrato quede firmado –terminó él.
-Enserio… ¿solo viniste a animarme? –estaría conmovida, si no hubieras amenazado con devorarme hace apenas un año- Supongo que… gra… -ah… esa palabra no existe en el idioma de los Pokémon.
-No hay de qué, Valerie… y gracias a ti… -¿conoce la palabra? No le respondo, mientras Darkrai sostiene la cortina para mí-. Cuídala bien, Drapion. Si algo le pasa, te haré responsable y te haré el cerebro Carga Toxica otra vez –amenazó Darkrai.
-Siempre yo, todo yo… lo que usted ordene, o todo poderoso Señor de las Pesadillas -se queja Drapion, pero entonces me ofrece su brazo-. Anda… que después de esto, tu guardián pasa a ser el profesor. ¿Estás lista? –pregunta Drapion, y yo sonrío para él.
-Nunca me he sentido más lista –le respondo, me viró para ver a Mawile y a Sylveon, ambos toman de la cola de mi vestido, y juntos, entramos en el salón de eventos, donde da inicio la ceremonia que he esperado por más de un año.
-Allí viene, no desafinen muchachos –escucho a Kricketune, quien, junto a Ludwig y a Mozart, comienza a tocar la marcha nupcial, aunque al estilo de los violines, mientras yo, guiada por Drapion, saludo a los invitados a la boda.
-Felicidades, Valerie –escucho a Quagsire, está acomodado en primera fila entre el público. Cómo he extrañado escuchar su ridícula voz, y la de Kirlia, quien ya está llorando en primera fila tomada de la mano de la Gardevoir de Diantha,
-Madre, yo quería ir cargando la cola del vestido -¿madre? Espera, ¿la Gardevoir de Diantha es la madre de Kirlia realmente? Aunque no es para nada el momento de preocuparme por esto. Entre los invitados de mi lado, Viola me bombardea con fotografías, y al parecer ha obligado a Grant a tomar video. Siebold está junto a Malva, quien apenas me dirige la mirada, aunque, charla animosamente con Siebold. ¿Me habré perdido de algo importante?
-Le dije que le faltaban plumas, le faltan plumas, así el profesor no va a aceptar la propuesta de Valerie, ¿qué está haciendo? –escucho a Chatot, a quien Paget afortunadamente le cierra el pico, Lampent suspira, y se dirige a él.
-Es una humana, Chatot, pero si quieres puedo desplumarte un poco para darle algo que llevar junto al ramo de flores –amenaza Lampent, me da gusto escuchar que se llevan tan bien aun cuando no estoy con ellos. En verdad que he extrañado esto, y puede que el regalo de Darkrai solo dure hasta firmado el contrato, pero escuchar la voz de los Pokémon, me es inmensamente agradable en estos momentos, por más ridículos que sean ellos.
-No vayas a estropearlo, y párate derecho, ingrato –escucho a alguien, no a un Pokémon, sino a una persona a la que apenas conozco, a Gurkinn, el maestro de Agustín, no puedo creer que haya venido a la boda, y tomando el lugar del padre de Agustín además.
-¿Gurkinn? –pregunto, él me mira, pero sonríe y me ofrece el brazo, Drapion, atendiendo a sus responsabilidades, me entrega a Gurkinn, quien sube los últimos escalones hasta llevarme frente a Agustín, entregándome a él, quien me toma las manos- Perdona la tardanza… -susurré.
-Comenzaba a preocuparme, Sina ya estaba hiperventilándose –apuntó Agustín con el rostro, y no tardo en encontrar a Sina siendo un rio de lágrimas con Dexio a su lado en primera fila. El chico raro, Brendan, susurra algo que apenas escucho como un "es hermosa", antes de ganarse un buen golpe de quien intuyo es su novia. Ambos empiezan a discutir, en primera fila de mi boda.
-Comienzo a decepcionarme de tus amistades, Agustín –comento con molestia, pero él no reacciona, tan solo me mira con extrañeza, lo que me apena bastante, ya que siento que me está escaneando-. ¿Qué ocurre? –le pregunto apenada.
-Estás más hermosa que la primera vez que te vi vestir este vestido –comenta él, mi corazón acaba de saltarse algunos latidos-. No pensé que eso fuera posible, pero me alegra saber que me equivoqué –basta, aquella vez ni maquillada estaba, y no se suponía que vieras mi vestido de bodas-. Valerie… -interrumpe él mis pensamientos, y yo me pierdo en sus ojos, apenas y puedo concentrarme en lo que ocurre a mi alrededor. Puede que Darkrai me haya regalado una última oportunidad para escuchar a los Pokémon, pero lo único que puedo escuchar es mi corazón… no, eso es una mentira… puedo escuchar el suyo también, late en perfecta sincronía con el mío-. Solo quería que supieras, que me gustas mucho, Valerie… tanto para admitir científicamente que esto es amor –no quería reírme, pero aquello fue adorable-. Oye, me estoy esforzando –lo sé, y eso hace que esto sea más adorable todavía.
-Te amo, Agustín… -le comento con una sonrisa, él se apena, sé que le cuesta decirlo de esa forma, pero creo que es un poco tarde para que actué conforme a su edad, razón por la que me propongo a ayudarlo con una mirada coqueta, mientras ignorando a todos los presentes, representante del registro civil incluido, rodeo a Agustín con mis brazos-. Creo que es tu turno de decirlo… Agustín… quiero escucharlo de tus propios labios… -susurro, nada más existe que nosotros en este momento.
-También te amo… Valerie… -por fin se ha animado a decirlo, y yo lo recompenso con un beso profundo. Ni a él ni a mí nos interesa la ceremonia en lo más mínimo en estos momentos, nuestros corazones son uno solo ahora. Esta, es la culminación de todos mis deseos hechos realidad. No pude existir nada más mágico que esto, ¿verdad?
Ciudad Romantis. Gimnasio de Ciudad Romantis. (Seis años más tarde).
-¡Agustín! –exclamo aterrada mientras salgo del gimnasio, encontrando a mi esposo aun sacando las maletas de la camioneta tras nuestro último viaje desde Ciudad Luminalia. Mawile y Sylveon llegan detrás de mí, igual de aterrados que yo. Agustín me mira con sorpresa, sin saber lo que me pasa, mientras trepado sobre la camioneta intenta desamarrar las maletas- ¡No está! ¡No la encuentro por ninguna parte! –le menciono asustada.
-Valerie, tranquila, ¿de qué hablas? –sabes perfectamente de lo que estoy hablando- ¿Cómo que no está? ¡Acabamos de llegar! ¡Kali! –no sirve de nada llamar a Kali, todas mis discípulas están buscando ya- ¡Kali! ¿Dónde está? –insiste Agustín entrando a la casa.
-¡No está en el patio! ¡Linnea está buscando en la pasarela y en la tienda! ¿Creen que haya salido de los territorios del gimnasio? –por Arceus espero que ese no sea el caso, creo que me está dando algo- ¡Ama Valerie, relájese por favor! -¿cómo quieres que me relaje?
-¡Drapion! –lanzo la Pokébola de Drapion, quien se materializa y me mira confundido por ser llamado tan de improviso- No está –le comento, Drapion se rasca la cabeza sin saber a lo que me refiero, y en su peculiar idioma, me pregunta confundido-. ¿Cómo que quien no está? ¡Zawako! ¿Quién más? –le grité molesta, Drapion entra en pánico, me empuja a un lado, entra al gimnasio, y comienza a hacer un desastre por todas partes, lanzando muebles por todo el lugar.
-Genial, ahora Drapion va a romperlo todo. ¡Drapion! ¡Si rompes algo de mi laboratorio te cambio por un Bidoof! ¡Estás advertido! –no puedes cambiar a mi Pokémon- ¿Dónde estaba la última vez que la viste? –me pregunta Agustín.
-Me pidió que le pusiera una Pokérima en la televisión de la sala, fui a quitarme los tacones para ayudarte a bajar las maletas, y cuando volví ya no estaba –le expliqué-. Sabes que nunca le quito los ojos de encima, es mi pequeña –nunca la he dejado sola antes.
-Tiene cinco años, no puede haber ido muy lejos… busca en la casa de muñecas, yo iré a la casa tradicional. ¡Kali! ¡Llama a la Oficial Jenny! -¿qué voy a hacer si algo le pasa a mi niña? Mawile y Sylveon intentan tranquilizarme, pero no está funcionando.
-¡Ya sé que no ayudo! ¡Zawako! ¿Dónde estás? –Drapion ya tiró todos los muebles, si Zawako se hubiera escondido debajo de alguno, ya la habría encontrado. La busco en el patio trasero, Quagsire no la ha visto, pero pone a todos los Pokémon a buscarla. Si no está con los Pokémon, tengo aún más razones para preocuparme, mi casa es muy grande, ¿y si no está en la casa? ¿Qué pasa si salió por la puerta mientras Agustín descargaba la camioneta?- ¡Tengo que encontrarla! ¡Agustín, voy a buscarla en la ciudad! –le grito a mi esposo, quien ya vació todos los gabinetes de la cocina buscándola. Me apresuro a salir por la puerta, y encuentro a Malva allí con su Flareon en brazos- ¡Malva! –grito en medio del yanto.
-¿Qué rayos te pasa con este recibimiento? –me responde ella, pero yo la tomo de los hombros, lo que inmediatamente la pone en alerta- ¿Qué te pasa? Estás más rara de lo normal. Solo vine a dejar a Flareon con Sylveon como habíamos acordado. ¿Dónde está Eevoli? Flareon tiene derecho a visitar a su hija –pregunta ella.
-¡No lo sé! –respondo, lo que la aterra aún más- Debería estar con Zawako, pero no sabemos en donde está –le comento, ella enfurece en ese momento- No me grites por favor, estoy sensible –le suplico.
-¿¡Cómo no quieres que te grite!? ¿¡Me estás diciendo que perdiste a tu hija!? ¿¡Qué clase de madre eres!? –de la clase que pierde el control cuando no encuentra a su retoño- Flareon, ponte a rastrear a tu hija. Ayudemos a la mala amiga de Valerie a arreglar su vida de casada. ¿Por qué siempre tengo que estar ayudándote con tus tonterías? Voy a pasar, Agustín –exclama ella molesta.
Buscamos a Zawako por horas, pero no la encontramos por ninguna parte. Agustín ya está desesperado, está al teléfono con la policía local. Malva por fin pasó de estar agresiva conmigo, a abrazarme intentando tranquilizarme. Sé que apenas nos estamos llevando mejor porque su Flareon, que ella no sabía que era una hembra, es la pareja de mi Sylveon, pero sé que ella genuinamente está preocupada por encontrar a mi hija.
-Pequeña, de cinco años, cabello azul ondulado, ojos azules, va por todas partes con un Eevee con collar dorado de nombre Eevoli –menciona Agustín al teléfono, está oscureciendo, y ya casi no me quedan lágrimas. Toda la casa está en alerta-. No, no sabemos si salió de la casa. Solo queremos que las autoridades estén en alerta… sí, ya revisamos todos los posibles lugares, no hay un solo lugar en el que no hayamos buscado… -la desesperación en la voz de Agustín es inquietante-. ¡La casa de mi esposa es inmensamente grande! ¡Por supuesto que es posible que siga dentro! ¡Nueve personas y al menos 30 Pokémon la hemos buscado por todas partes! –comienza a gritar, pero solo empeora las cosas- Está bien, lamento haberle gritado, pero entiéndame, ¡es mi hija! –no vamos a solucionar nada así.
-Valerie, has memoria, debe haber un lugar donde no hayas buscado todavía –insiste Malva, pero ningún lugar se me viene a la mente-. ¿Hay algún lugar a donde le prohibieras ir? Tiene cinco años, a esa edad todos los niños hacen lo contrario de lo que sus madres dicen -¿un lugar al que tenga prohibido ir?
-El ático –menciono para mí misma, Agustín me mira con confusión-. Iré a ver, ustedes busquen otra vez por el patio, tal vez se quedó dormida cerca de los rosales –insistí. Volvemos a separarnos, mientras me dirijo al tercer piso con Mawile y Sylveon detrás de mí. Sé que no hay forma posible de que Zawako, por sí sola, pueda subir al ático, no a menos que alguien haya estado limpiándolo y lo haya dejado abierto con las escaleras abajo. Llegando al tercer piso, me dirijo al armario de la limpieza, tomo la vara enganchada, y comienzo a intentar meter el gancho por la argolla que abre la entrada al ático en el techo. Logro al fin bajar las escaleras de servicio. Comienzo a subir las mismas, asomo la cabeza, y mi corazón por fin vuelve a latir, mientras Zawako, el pequeño monstruito de cinco años que por poco me da un ataque cardiaco, está sentada en medio del ático, con una libreta en sus manos a la luz de una lámpara que seguro encontró en alguna de las cajas de herramienta, y jugando con su cachorro de Eevee. En ese momento, toda mi preocupación se transforma en coraje-. ¡Zawako! –grito molesta, y termino de subir al ático solo para darme cuenta de que no me está prestando atención- ¡Solo espera a que tu padre se entere de dónde estabas! –continué, mientras ayudaba a Mawile y a Sylveon a subir al ático.
-Ev eev Eev ev vee eev ev… -¿eh? Los oídos de Sylveon se estremecen por unos instantes, y es entonces que me doy cuenta de que no lo imaginé. Pierdo el coraje, y camino tranquilamente en dirección a Zawako, notando la libreta en sus manos, una libreta que yo misma escribí, cuando tenía exactamente su edad-. Eev… Eevee ve eev, e Eev ev –está… Zawako está…
-Eev, Eevee, eev vee eev ev –Eevoli… su Eevee. ¿Le está contestando? Miro a Sylveon nuevamente, necesito confirmación de él. Por su rostro sorprendido, es evidente lo que está pasando. Zawako, ella está hablando Pokémon, y su Eevee la está entendiendo.
-Ev eev Eevee ev ev… am… espera… -Zawako comienza a hojear mi diccionario Pokémon, y yo la miro curiosa, preguntándome lo que está haciendo-. Creo… que no hay una palabra para decir "gracias" en el idioma Pokémon. Que extraño… tal vez no la han descubierto aún… -no hay una palabra para decir gracias en el idioma Pokémon, pero eso es algo que tú no podrías saber, no a menos que comprendieras el cómo funcionan mis diccionarios-. Veamos… ¿qué tal si intento un tono agudo, y continuo con un par de eev eev…? Escucha Eevoli. Ev eev eev por decir que soy bonita –eso no significa nada, creo que todo era parte de mi imaginación después de todo.
-¡Ev eev! -¿de nada? ¡Eevoli acaba de decir "de nada". Pero, solo hay una palabra para la cual "de nada" funciona perfectamente. Zawako no pudo haber dicho "gracias" para que Eevoli le contestara "de nada". Gracias no existe en el idioma Pokémon, y si existe, yo no la escribí, eso solo puede significar…
-Que Zawako no solo está entendiendo los diccionarios, ¡los está mejorando! –exclamo, esta vez lo suficientemente fuerte como para que Zawako pueda escucharme. Mi hija, asustada, cierra la libreta y la lanza a un lado, fingiendo entonces que ha estado dormida todo este tiempo, lo que obviamente no le creo-. Zawako… -comienzo, pero ella incluso finge que ronca. Esto es ridículo, Zawako, tu ni siquiera roncas-. Veamos… -hace tiempo que no utilizo la lengua Eevee-. ¿Eev ve eev eev ev vee eev? –"¿Qué estabas haciendo con esa libreta?"
-¿Ev vee eev eev vee eev? –"¿Puedes entender lo que dice esta libreta?" responde ella emocionada, pero la emoción le dura poco, mientras se da cuenta de mi enojo actual- Oh no… -oh sí… estás en problemas jovencita-. No estoy en el ático, es tu imaginación, estás durmiendo… -¿cuándo te ha funcionado eso antes?-. Está bien… lo siento… Katherine estaba limpiando, subí a ver, y me dejó encerrada por accidente… -eso explica muchas cosas.
-Zawako… ¿tienes la más mínima idea de lo preocupada que…? –intento decir, pero ella utiliza su técnica patentada número uno para evitar regaños. Levanta a su Eevee, lo abraza, y me mira con ojos llorosos por entre sus orejas- Oh no, esta vez sí te ganaste un castigo, jovencita… -tengo que ser firme-. Sabes que tienes prohibido subir al ático -comienzo, pero la verdad es que ya me doblegó, por lo que suspiro, aunque ella no está tranquila, por lo que se me ocurre algo-. Eev, ¿Vee eev Eevee vee eev ev? –"entonces, ¿entiendes lo que escribí en estas libretas?"
-¿Eev vee vee eev? –"¿tú escribiste estás libretas?"- Vee eev Eev vee eev Eevee ve vee –"pensé que eran las libretas de apuntes de papá" Quisiera él, ha intentado aprenderlas por años, sin resultados, lo que, hace incluso más difícil de creer que tú las entiendes.
-Ve eev eev –"yo la escribí"-. Vee eev Ev vee Eev ev ve eev ev, Eeve vee Eevee –"he escrito libretas del idioma Pokémon desde mucho antes de que nacieras, no solo del lenguaje Eevee".
-¿Eevee ev vee vee ev ev vee Eevee? –"¿hay más lenguajes además del lenguaje Eevee?" Bueno… en teoría todos los Pokémon pueden entender el lenguaje de otros Pokémon, pero cada Pokémon tiene su idioma propio. ¿Debería decirle eso?- Eevee –"mamá"-. ¡Eev vee ev ev ev vee, vee ev ev vee Eevee! –"¡quiero aprender todos los lenguajes Pokémon, no solo el lenguaje Eevee!"- ¿Vee eev ev Eevee? –"¿me enseñas?"
-¿¡Enseñarte!? –exclamo asustada, Zawako me mira con curiosidad- Zawako… amor… no puedes seguir leyendo estas libretas. Si tu padre se entera –si Darkrai se entera. Va a pensar que yo le enseñé a mi hija, no quiero estos problemas nuevamente. Además, si alguien más se entera de esto. Sé que esta es Kalos, pero… ¿qué pasa si Zawako sufre lo mismo que yo sufrí en Johto?-. Zawako… amor… nadie puede hablar con los Pokémon, es imposible –olvida esas libretas.
-Tú puedes hacerlo, yo quiero poder hacerlo también –pero Zawako. No lo entiendes, ¿cómo puedo hacerte entender? Estas libretas, el hablar con los Pokémon, nadie va a creerte si… espera. ¿Qué estoy haciendo? Hablar con los Pokémon… es exactamente lo que soy. Negarlo… ¿solo por el miedo al qué pensarán los demás? Es verdad que yo sufrí mucho, pero, lo superé. ¿De verdad quiero negarle esto a mi propia hija?-. Por favor… -no puedo-. Mamá… quiero aprender… quiero ser como tú -¿ser como yo? ¿Qué se responde en este tipo de casos?-. ¿No quieres? –algo me dice, que voy a arrepentirme toda mi vida de esto.
-Ev vee –"está bien" Zawako celebra con entusiasmo. Eevoli, el cachorro de Sylveon, celebra de igual manera. Sylveon por su parte, se dirige a mí en el lenguaje Pokémon, lo mismo hace Mawile, Zawako los mira a ambos, y después a mí-. No quieres saberlo –ya sé, Mawile, que esto va a causarme muchos problemas. Pero no puedo negarle a Zawako el que crea en la magia-. Mawile dice, que antes de comenzar con las lecciones, hay que ir con tu padre, quien te adelanto, no va a estar nada feliz de saber que te ocultaste aquí –le comenté, ella inmediatamente se cubre su parte trasera-. Oh sí, y las tienes bien merecidas –Zawako comienza a llorar, asustada-. Pero, supongo que puedo convencerlo de ser gentil contigo, si me prometes que tu padre no va a enterarse de que puedes hablar Pokémon, o al menos Eevee –le comenté.
-¿Hablar Pokémon es malo? –no es malo, solo, diferente- ¿Por qué tiene que ser un secreto? ¡Hablar Pokémon es increíble! ¡Quiero hablar con todos los Pokémon! ¡Así haré millones de amigos! ¡Tanto humanos como Pokémon! –no, eso definitivamente no va a pasar.
-Promételo, Zawako –le extendí mi meñique, ella lo pensó, pero estrechó el suyo con el mío-. Ya está, este es nuestro secreto. Yo te enseño a hablar Pokémon, y tú no le dices a tu padre. Me vas a meter en muchos problemas si él se entera. Ahora, ven, vamos a disculparnos con tu padre… y con la policía local –extiendo mis brazos, ella salta a ellos, y comenzamos a bajar del ático. Mientras lo hacemos, Mawile exclama una última vez. Lo sé, Mawile… sé que es una mala idea… pero negarle esto a Zawako, sería negarme a mí misma.
