Cuando yo escribo una historia, o más específicamente hablando, cuando yo termino una historia, normalmente no soy el tipo de escritores que termina su trama principal, te deja cerrar tu libro o la ventana de tu navegador, y te deja a ti el lector, la tarea de imaginar lo que sucede después del beso que sella la boda, del momento en que se derrota al enemigo final, o ese tipo de historias que terminan justo en el momento en el que la trama principal se termina.
Como les había adelantado a los lectores de esta historia, el final "oficial" de esta historia, era el capítulo 25. A lo que me refería en ese momento, era a que en el capítulo 25 terminaba la trama principal. Piénsenlo como el momento en que se termina el anime o cierras el libro. Muchos, como yo, tras ver el anime busca el manga y piensa "y qué más", puede que descubran que hay más en el manga, puede que descubran Ovas, o pueden quedarse en el mismo lugar. Con un libro es algo parecido, pero más determinante. Si no hay continuación, se acabó, puedes imaginarte lo que quieras, pero siempre existirá una pequeña duda. Esa duda, a mí me molesta, igual que cuando ciertos misterios en una historia son accidental o voluntariamente omitidos de la misma (te estoy viendo Bola GS, never forget). Lo que lleva a la existencia de un capítulo como el 26, ese capítulo que en ocasiones encontramos en un anime (normalmente el capítulo 13), que cuando lo leemos decimos algo similar a: "oye, esto ya era innecesario, el final perfecto era el capítulo anterior" que si porque era más épico, que si porque el 26 (o 13), solo era un intento del autor por anclarte más tiempo. Pues oh sorpresa, no es así, los capítulos como el 26 (o 13 en un animé), existen, porque el autor de la obra no quiere entorpecer la obra cubriendo todos los cabos sueltos, cuando ya acercó la historia lo suficiente a su desenlace. Autores mejores no requieren de ese capítulo 26 (o 13, ¡ya basta!), ya que poseen un control especial en sus historias, de mucha planeación, no de actualizaciones una vez por semana como un servidor. Así pues, el capítulo 26 (…o 13), es importante. ¿Qué hay del 27? (…o 14).
Cualquier capítulo después del capítulo que se utiliza para parchar los cabos sueltos, o es un capitulo adicional de parchado que se requiere porque aún quedaron huecos argumentales, o es una historia aparte, para darle al lector un pequeño, "después de…" Ya se casaron, ¿quieres conocer a sus hijos? ¿Funcionó la relación a largo plazo? ¿Hubo arrepentimientos? Este capítulo tiene la tarea de resolver esas dudas, y dejar en los lectores ese sentimiento de ciclo completo, un fin sobre el fin de la historia, ese en el que piensas que ya no necesitas más ovas o libros para hacer a tu historia disfrutable.
¿Entonces por qué hay un capítulo 28 en esta historia? Bueno, mis queridos lectores, eso es porque esta historia, al menos para mí, no ha terminado. Después de una obra, muchos se quedan con el contenido de la misma, están satisfechos, y no quieren más. Pero hay otros que continúan la obra, en sus mentes, esperando el anuncio de una nueva temporada, o, como todos nosotros, recurre a los fanfics. ¿Se han preguntado alguna vez, por qué existen los fanfics? Existen porque algunos no tenemos suficiente, el universo en el que se desenvolvió una historia nos enganchó, nos entusiasmó, los personajes, sus historias, sus vivencias, y queremos más… yo quiero más… todas las historias llegan a su fin algún día. Hoy leerás este capítulo, cierras la página… espero que hayas disfrutado del viaje, yo disfruté mucho llevándote hasta aquí, hayas comentado, no hayas comentado, es el camino que yo creé con mis letras que te llevó hasta este momento… puedes cerrar la ventana, puedes visitar los caminos de otros escritores, pero el camino que recorrimos tú y yo, hasta llegar al punto final de este escrito, es nuestro, y siempre será especial para mí. Espero de corazón, que los escritores y escritos que encuentres después de mí, te sigan llevando a lugares maravillosos que te llenen, y te alegren. ¿Y qué hay de mí? Amigo, amiga, yo no voy a dejar de escribir. Hay muchas historias nuevas por contar, lugares que visitar, personajes cuyas historias aún se deben contar.
Este capítulo, no es un capítulo de Valerie, haya sido ella quien en su narrativa romance te llevó hasta aquí. Este capítulo, no es un capítulo del Profesor Agustín Sycamore, sea él o no el interés amoroso de la personaje principal. Ellos ya recorrieron este camino, no hay más en su historia que se pueda o deba contar, al menos no de momento. Pero hay una persona, cuya historia aún te puedo contar, una niña, nacida de estos escritos, y cuya magia aún podemos visitar, si es que tú así lo quieres. A esto… es a lo que llamamos un epílogo, y un epílogo, no es el fin de una obra… es el comienzo de otra.
Xtractor68: Después del "summary shakesperiano" de allí arriba, no me queda mucho que decirte. Llegamos a la recta final mi buen amigo, antes de contestar al detalle de tu review anterior, permíteme agradecerte por caminar por estas letras conmigo. De verdad ha sido una experiencia muy agradable. Perdona si me lees algo raro, siempre es difícil para mí despedirme de una historia, y aunque para mí no sea despedida, siempre se siente como una. Pero basta de eso, hay que contestar tu review, sería grosero de mi parte no hacerlo. Me entusiasma que hayas disfrutado de la escena de la boda, me fue muy difícil escribirla, un evento que culmina una historia como ese, nunca termina de verse bien, no importa cuántas veces lo reescribas, pero al menos me voy con el consuelo de saber que hice un trabajo medianamente decente en esa parte. Hay misterios que quedan en todas las historias, algunas veces es misma intención del autor el no resolverlos, o dejarlos a la interpretación, no puedo decirte de la Princesa Swanna, ella no es como Lon, su participación, es enteramente a la interpretación de quien desee recordarla. Te adelanto que Zawako no es un personaje creado por mí, ni su nombre ni sus raíces, pero toda esta historia nació por ella. Verás, mi esposa alguna vez lo dijo, que imaginaba a su personaje como hija de Valerie y el Profesor Agustín Sycamore. Entenderás entonces, que el personaje nació primero que la historia, mi esposa creó al personaje, yo me empeñé en contar su historia. Toda esta historia, debía llevar a ese pequeño timeskip si lo pensamos correctamente. Y bueno, llegando a eso, es verdad que existe ese: "otro fic", y así como existe ese "otro fic", hay otros fics hermanos que iran naciendo y expandiendo esta historia. Considera este capítulo, el prólogo, el capítulo cero, de ese "otro fic". Espero lo disfrutes, y nos vemos en "otro fic".
Notas finales: Sí, yo sé, después de la barrera de texto de allí arriba, lo que quieren es empezar a leer. Pero no puedo comenzar con esto sin recordarle a cierta persona, que esta historia no existiría sin ella, y esa persona es mi esposa Ana, a quien voy a recordarle en este momento, lo que le dije alguna vez hace muchos años cuando éramos novios: "voy a esforzarme porque nunca te arrepientas de haberme elegido como la persona con la que compartes tu vida." Y añado a eso último un toque especial: "Nos conocimos por una historia, nos enamoramos por una historia, nos casamos por una historia, y por eso nunca voy a dejar de escribirte historias."
La chica que quería ser un Pókemon.
Despertando del Sueño.
Capítulo 28: La chica que quería hablar Pokémon.
Región Kalos. Ciudad Romantis. Gimnasio de Ciudad Romantis. Ático de la Casa de Valerie.
-Ve vee eev, ev Veveev -"mi nombre, es Zawako"-. Ev vee eev Ev Eevee, ev Veeveve –"el nombre de mi madre, es Valerie"-. Ev vee eev Ev Veevee, ev Evveeev –"el nombre de mi padre, es Agustín."-. ¿Evv ev Eev eev? –"¿cuál es tu nombre?"
-Eev eev ev Eeveeve –"mi nombre es Eevoli" –en el ático del Gimnasio de Ciudad Romantis, una niña de cinco años, de cabellera azulada y ondulada, era participe de una extraña conversación, una conversación que no debería ser posible, entre una humana, y su cachorro Pokémon-. Eev ev eev ve eev Eevee ve Eevee –"es el nombre que tú me pusiste".
-¡Evveev! –"¡así es!"- Eeveeve ev eev eev ev Ve eveveev Eevee ev –"Eevoli es el nombre que yo elegí para ti"- Ev Eevee ev ev, ve Eevee ev Eevee –"elijo nombres para mis Pokémon, porqué así les demuestro que son especiales"-. Eeveeve ev Eevee, ve ve eev Eevee ev Eevee –"Eevoli es especial, porque eres mi primera amiga".
-¿Soy tu primer amiga? –la conversación, escala incluso de una forma que ni humano ni Pokémon considerarían normal. La niña incluso entiende que lo que acaba de suceder, es incluso más mágico que lo que había estado haciendo antes, mientras de sus manos, una libreta con diversas onomatopeyas cae resbalándose de sus pequeños dedos, cayendo abierta frente al cachorro de Eevee frente a ella- ¿Veveev? –"¿Zawako?".
-¿Lo imaginé? –con tan solo cinco años, Zawako es más lista de lo que ella misma cree. No se debe subestimar jamás la mente de un niño, aprenden todo con una facilidad inquietante, incluso las cosas más absurdas, como las onomatopeyas en una libreta en el ático de la casa de su madre. Y aún tras memorizar algo tan absurdo, el escuchar a su Eevee tan claramente, no era algo normal para ella. Extraña es la mente de un niño, que encuentra lo extraño dentro de lo extraño sin darse cuenta.
-¡Zawako! –escucha la niña, y su meditación termina abruptamente, mientras se vira a ver el rostro molesto de su madre, que en esos momentos sube al ático- ¿Qué haces aquí? Tu padre está en casa. Te dije que no subieras al ático sin mi permiso –se molesta Valerie, la madre de Zawako.
-¿Y tú piensas que va a obedecerte? –escucha Zawako antes de contestar, a un Sylveon quien apenas y puede sostenerse de los bordes de la puerta trampa que da al ático, hasta que Valerie lo ayuda a subir- Nadie va a respetarte con semejante actitud pacífica. Aprende a mí. ¡Eevoli! –llama Sylveon, Zawako lo mira, y luego a su Eevee, sorprendida de que puede entenderlo perfectamente- ¡No te comiste toda la comida de tu plato! ¡Baja y termínatelo! –Zawako se limpia los oídos, pero no da crédito aún a lo que escucha.
-Oh claro, Eevoli está aterrada y obedeciéndote –responde Valerie. Zawako siempre ha sabido que su madre puede hablar perfectamente con los Pokémon, una habilidad que hasta esos momentos Zawako pensaba única en su madre, y que, si quería aprenderla, debía esforzarse estudiando, como siempre le habían enseñado a hacer. Pero ahora estaba escuchando a su madre discutiendo con su Sylveon como si de una conversación humana se tratase.
-Mamá… -intentó decir Zawako, un poco incomodada por escuchar voces Pokémon como si fueran voces de humanos. Valerie le prestó atención, pero las quejas de otro Pokémon interrumpieron las intenciones de Zawako de buscar auxilio de su madre.
-¡Oigan! ¡Patas cortas! ¡Escalones muy altos! ¡Súbanme o bájense! –Zawako tuvo que asomarse por la puerta trampa para descubrir que quien gritaba era la Mawile de su madre, quien malhumorada como siempre, reaccionaba violenta ante todo, pero saludó a Zawako de todas formas- ¿Qué hay, cría de mi humana? –saludó Mawile.
-Su nombre es Zawako, usa su nombre por favor, Mawile –se quejó Valerie, quien tomó de la mano de su hija, y de los pliegos de piel en la nuca de su Eevee, y comenzó a bajar a ambos del ático-. Zawako, entiende de una vez –continuó Valerie, subiendo las escaleras de regreso al techo, apoyándose del palo con garfio para cerrarla bien-. Mientras tu padre esté en casa, no puedes subir al ático. ¿Quién te dejó subir esta vez? –preguntó Valerie, sacudiéndole el vestido azul a su hija, que se había llenado del polvo del ático.
-Kali me dejó subir… pero, mamá… -intentó decir Zawako, cuando el timbre sonó, llamando la atención de Valerie, quien tiró de la mano de su hija bajando escaleras presurosa-. Oye… mamá… ¿puedes escuchar a todos los Pokémon? ¿No solo a los Eevee? –preguntó Zawako.
-Podía –contestó Mawile de forma arrogante, lo que impresionó a Zawako, quien abrió su boca hasta sus límites, por lo que comenzó a tirar de la falda del kimono de su madre intentando llamar su atención- ¿Qué te pasa hoy, cría? Estás algo rara –comentó Mawile.
-Deja de decirle cría –se quejó Valerie, reprendiendo a Mawile-. Y bueno, Zawako, puedo hablar con todos los Pokémon. Al menos no he encontrado alguno a quien no pueda entender. Me cuesta algo de trabajo con los que no pronuncian sus nombres, pero creo que no hay aún un Pokémon con el que no me pueda comunicar de alguna manera –le explicó Valerie, por fin llegando al primer piso. Zawako intentó interrumpirla, pero Valerie tenía mucha prisa-. Luego hablamos de esto, estamos en el primer piso, si tu padre nos escucha se va a molestar. Además, tengo que atender la puerta –insistió Valerie, llegando ante la puerta, abriéndola, y encontrando a Malva con su Flareon allí-. ¡Malva! –exclamó Valerie alegremente- Hola Flareon. Perdón por tardarme en abrir, estaba en el tercer piso y mis discípulas están trabajando la tienda –explicó Valerie.
-Si… como sea… -respondió Malva molesta, pero entonces notó a Zawako-. Hola cosita hermosa –Malva y Valerie, por extrañas circunstancias, no eran exactamente amigas, eso era algo que Zawako entendía perfectamente. Pero congeniaban, o se toleraban por una razón muy específica. Sylveon y Flareon, padre y madre de Eevoli, el Eevee de Zawako- ¿Y la correa de Sylveon? –preguntó Malva.
-¿¡Correa!? Que vulgar. Yo no uso correa, ni que fuera un Growlithe –se quejó Sylveon, Zawako nuevamente sintió la piel en su nuca erizarse por entender a Sylveon como si hablase como un humano, razón por la que Zawako comenzó a tirar de la falda de Valerie frenéticamente.
-Zawako, que vas a romper la falda. ¿Qué ocurre? –preguntó Valerie, Zawako intentó hablar, pero Valerie rápidamente le dirigió la atención a la recién llegada- Malva… a Sylveon no le gusta usar correa. Sé que acordamos que nuestros Pokémon pasarían un fin de semana en Ciudad Romantis, y otro en Ciudad Luminalia, y que vienes por Eevoli para que pase tiempo con Flareon… pero… me preguntaba si… -intentó decir Valerie.
-No esto otra vez, Valerie –se quejó Malva, Valerie bajó la mirada, apenada-. Escucha, el día que desesperadamente traje a mi Flareon a que Agustín la atendiera porque no quería comer ni beber nada, lo hice porque estaba asustada por la vida de mi Flareon, no porque quisiera ser tu amiga, o seguir procurando a mi exnovio de alguna forma. En esa reunión, Flareon eligió a Sylveon como su pareja, eso me ata a tener que visitarte por Sylveon y Eevoli solamente, nada más –insistió Malva con molestia.
-Pero Malva, vamos, aún podemos intentar ser amigas, por favor –intentó mediar Valerie, fastidiando a Malva- Ya han pasado seis años. ¿No vas a perdonarme? –la respuesta de Malva, es simplemente darle la espalda a Valerie- ¿Qué tal si te hago el favor con Siebold? ¿Eso ayuda? –preguntó Valerie.
-¡Ah…! –escuchó Zawako a Flareon quejarse, por lo que se escondió detrás de su madre- ¿¡Le dijiste de Siebold!? ¡Te dije que no se lo dijeras! –recriminó Flareon en dirección a Sylveon, quien también se asustó, mientras Malva apenas podía mantener a su Flareon en brazos.
-Ajajaja, cariño, mi flamita bella, solo intento que mi madre y tu madre se lleven bien para evitar estas escenas siempre que quieres ver a tu hija. Piensa en Eevoli –Zawako ya estaba al borde del colapso nervioso, pero nadie quería escucharla.
-Flareon, fla reon –"Flareon, por favor" escuchó Zawako a su madre suplicar, lo que la alertó aún más. Su madre aún requería del lenguaje Pokémon para dirigirse a Pokémon que no le pertenecían, lo que hacía de su situación algo aún más incómodo, ya que Zawako entendía a todos perfectamente, y casi estaba segura de que esto funcionaba en ambos sentidos-. ¿Malva? Un cafecito… yo invito… por favor… -suplicó Valerie, Malva lo pensó, suspiró, y accedió- ¡Sí! ¡Agustín! ¡Voy a salir con Malva! –gritó Valerie- ¡Zawako está en el primer piso! ¡La dejo contigo! Zawako, pórtate bien, platicamos más tarde, y nada de ático –ordenó Valerie-. Vamos, Eevoli, hoy vienes conmigo –comentó y tomó al Eevee de Zawako en brazos.
-¿A dónde voy? ¡Madre! ¡Me secuestran! –se quejó Eevee, extendiendo su patita para Zawako, quien solo escuchaba la multitud de voces, de su madre con Malva, de Flareon regañando a Sylveon, de Eevee llorando mientras se sentía secuestrada, y de Mawile quejándose sonoramente porque nadie le estaba prestando atención. Breves instantes más tarde, Zawako ya no escuchaba nada, solo silencio, mientras miraba a la puerta cerrada, aunque el silencio duró muy poco, cuando la puerta del laboratorio de su padre se abrió de golpe.
-¿Con Malva? –exclamó Agustín, el padre de Zawako, pero era tarde para encontrarse con su esposa- ¿Escuché bien? ¿Tu mamá salió con Malva a alguna parte? –preguntó Agustín, Zawako parpadeó un par de veces, pero asintió.
-A tomar un café… mamá invita… -le respondió Zawako, Agustín solo suspiró preocupado- ¿La tía Malva es una mala persona? –preguntó, Agustín no supo cómo responder a esas acusaciones, pero levantó a su hija, y la llevó en dirección a su laboratorio.
-Malva no es una mala persona… al menos eso espero… no tengo idea de si aún tiene algo que ver con cierta organización… -la última parte se la dijo a sí mismo, pero Zawako tan solo parpadeó un par de veces y lo miró fijamente- Tu madre tiene una obsesión con volverse amiga de Malva a como dé lugar. No entiende que eso no puede pasar. Usa a Flareon, a Sylveon y a Eevoli como excusa para cambiar las cosas, pero solo las va a hacer más incomodas para todos porque… bueno… -intentó meditar Agustín sobre una forma de explicarle.
-¿Porque mamá se casó con papá primero? –notando que Zawako era más lista de lo que incluso él pensaba- ¿Estoy diciendo cosas otra vez que no debería de decir? –preguntó, Agustín hizo una mueca, pero no supo qué responder, por lo que Zawako decidió cambiar el tema- ¿Qué haces? –preguntó.
-Tú y tu madre son idénticas, cambian el tema cuando les conviene –se quejó Agustín, pero Zawako simplemente sonrió con ternura- Estoy trabajando en una presentación para la universidad. En otras regiones que no son ni Kalos ni Hoenn, aparentemente existe un fenómeno que se parece a la Mega-Evolución, pero diferente. Trabajo junto a una profesora llamada Sonia para descifrar si el Gigantamax, es una forma de Mega-Evolución, y por qué se diferencia del Dynamax –explicó Agustín, recordando entonces con quien estaba hablando- ¿Quieres que te ponga rimas Pokémon en la tele? –preguntó Agustín, ganándose una mirada molesta de su hija.
-Ya aprendí a ponérmelas yo solita –respondió ella, Agustín sonrió orgulloso-. Y el Dynamax es cuando los Pokémon se hacen grandes como un Wailord –exclamó Zawako, alzando los brazos para aparentar ser más grande-. Gigantamax es cuando los Pokémon se vuelven distintos y se hacen casi tan grandes como un Wailord –concluyó ella.
-Que lista –sonrió Agustín, sentándola en su silla, mientras le mostraba algunas de sus diapositivas-. Lo que estoy investigando tiene que ver precisamente con los cambios de un Pokémon cuando se hace casi tan grande como un Wailord. Queremos descartar que un Gigantamax no sea un Pokémon Mega-Evolucionado que de pronto hizo Gigantamax y se hizo tan grande como un Wailord –le explicó él.
-¡Ya veo! ¡Como un Mega-Mawile haciendo Dynamax! –comentó Zawako, emocionada, lo que sorprendía a Agustín- Pero… no deberían ser entonces tan grandes como un Wailord y no casi tan grandes como un Wailord… -preguntó ella.
-Zawako, me asusta que seas así de lista para tener solo cinco años –aceptó Agustín-. Si tu madre se entera de que he estado enseñándote cosas más avanzadas que el nivel de guardería, va a molestarse conmigo –admitió Agustín, lo que, en turno, deprimió a Zawako un poco-. ¿Qué ocurre? –preguntó Agustín.
-No me gusta esconderle cosas a mamá –confesó Zawako-. ¿Por qué tengo que esconder cosas? Se siente como que hago algo malo, y yo no soy mala –comentó con ojos llorosos, lo que preocupó a Agustín.
-Creo que usé las palabras equivocadas… esto de tener hijos es muy complicado en ocasiones –se dijo a sí mismo Agustín, sentándose frente a Zawako, y mirándola fijamente-. A ver, déjame pensar en una forma más sencilla de explicarte. Tienes cinco años, a tu edad, lo que te debe preocupar es divertirte mucho, salir a explorar, ensuciarte y llenarte de raspones, no estar encerrada aquí conmigo pensando en misterios científicos en los que llevo años trabajando –le explicó Agustín, y Zawako asintió a sus palabras-. Me gusta pasar el tiempo contigo, y me hace muy feliz el que te interese aprender. Tal vez algún día te conviertas en una científica reconocida que me va a hacer muy orgulloso –continuó él, y Zawako comenzó a sonreír, imaginándose a su padre estando orgullosa de ella- Pero, en estos momentos lo que te tiene que interesar es ser una niña feliz. No quiero que tu madre piense que estoy tratando de convertirte en la siguiente mente científica de la familia –le sonrió él.
-¿Es malo? –preguntó Zawako, y Agustín bajó la cabeza, deprimido por no saber explicarle las cosas a su hija- ¿Por qué no puedo decirle a mamá que me gusta aprender? Mamá también me dice que… -intentó decir Zawako, pero pronto recordó las palabras de su madre, y temió decepcionar a su padre si él llegaba a enterarse de que estaba aprendiendo a hablar Pokémon, o de que estuvo en el ático- Papá… ¿te hace feliz que yo quiera aprender? –preguntó Zawako.
-Tienes esa mirada… idéntica a la de tu madre… -se frotó la barbilla Agustín, intentando comprender lo que estaba molestando a Zawako-. A mí me hace feliz que tú seas feliz. Y si a ti te hace feliz el aprender, entonces yo estoy feliz de que quieras aprender. ¿Te sirve eso como respuesta? –preguntó, Zawako asintió con entusiasmo- Muy bien, pero ahora debes ser una niña de cinco años, no una científica certificada, ¿lo entiendes? –preguntó.
-¡Cuando sea grande tendré mi propia bata de laboratorio! –exclamó Zawako alegremente, Agustín se preocupó un poco, pero Zawako se veía muy entusiasmada. La puerta del laboratorio entonces se abrió, y Katherine entró en el mismo-. ¡Kathy! –apuntó Zawako.
-Aquí estabas, Zawako –sonrió Katherine-. Ah, le traigo su entremés, profesor. La ama Valerie me pidió recordarle que no se malpase en su investigación, y de que debe alimentarse correctamente o va a volver a desmayarse –le comentó a manera de regaño.
-Eso solo pasó una vez… y el que me causaba semejante estrés ahora es discípulo del Profesor Birch… además de ser un Birch él mismo ahora, lo que no deja de ser extraño –divagó Agustín, confundiendo a Katherine-. Por cierto, Katherine. ¿No has visto a mi asistente? Tengo mucho trabajo, y no le pago para que esté todo el día al teléfono con su novio –se quejó Agustín, e inmediatamente después, Katherine fue empujada a un lado por una chica en bata de laboratorio, lentes de bordes negros, y el cabello arreglado en una coleta-. Ya era hora –se quejó Agustín, mientras su asistente entraba al laboratorio.
-Lo siento, lo siento, y perdón por empujarte, Katherine –prosiguió la chica, entrando en el laboratorio, y distrayéndose al encontrar a Zawako sentada en la silla de Agustín- Hola Zawako, ¿ayudas a tu papi hoy? ¿Quieres ser una científica reconocida tú también? –preguntó la chica.
-Umm… Lisy –apuntó Zawako, Katherine en la puerta se burló un poco, igual que Agustín, la asistente suspiró, pero movió su cabeza en negación-. ¿Anny? –preguntó Zawako apenada, y la asistente del Profesor Sycamore asintió.
-Sí, Anny, quiero decir, Anna –se apuntó a sí misma Anna, la asistente del Profesor Sycamore-. Lisy… o, mejor dicho, Lise, es mi hermana, y ella es la chica kimono. Yo soy la guapa e inteligente asistente, diagonal, aprendiz, del Profesor Agustín Sycamore. Futura eminencia en el campo de la Mega-Evolución –agregó con soberbia.
-Futura desempleada si vuelves a llegar tarde mientras usas el teléfono de la casa comunal, para llamar a tu novio en Gallar. Es larga distancia –reprendió Agustín, apenando a Anna-. Y yo me quejaba de Sinna, hasta ahora mi mejor asistente ha sido mi esposa, y ella no tiene estudios científicos –recriminó, Anna se estremeció-. Oh, es verdad, no te has certificado –recordó Agustín.
-Le presumo, que soy primera en mi clase en la Universidad Romantis, profesor. Aunque eso ya lo sabe, usted me da clases –insistió Anna, quien se dirigió alegremente al corcho pegado a la pared del laboratorio de Agustín, leyendo los pendientes del día, mientras Katherine comenzaba a limpiar el lugar, y Agustín se distraía un poco con un error en su presentación que en esos momentos comenzó a corregir. Zawako estuvo por hablar, cuando escuchó algo.
-Aquí vamos de nuevo, a ganarse el polen de cada día –escuchó Zawako, quien entonces viró en todas direcciones intentando descubrir el origen de la voz, pero no la encontró hasta que esta volvió a hablar-. No entiendo por qué Valerie se preocupa tanto, su esposo no suelta aromas corporales para ninguna de las hembras que lo visitan, pero heme aquí, como todos los días, perdiendo valioso tiempo de polinización por espiar a su marido. Si tan solo él supiera, no creo que estaría tan feliz –Zawako siguió la voz hasta el ducto de ventilación del laboratorio, encontrando a un Cutiefly asomándose por las rendijas, quien notó las miradas de Zawako en ese momento- ¿La cría de Valerie? Otra vez está en el laboratorio, ¿debería de informarle esto a Valerie? No, no, a mí me dan dulces por informar posibles infidelidades, no por irle con el chisme a Valerie de que su hija está tomando clases con su padre –comentó Cutiefly.
-¡No! ¡Esa no es tu misión! –escuchó Zawako gritos provenientes desde el ducto, pero desde más al fondo. Estos ruidos los escuchó incluso Agustín, quien comenzó a buscar por todas partes, al igual que lo hacían Katherine y Anna- ¡Tu misión es informarle a Valerie de si el profesor se malpasa con su trabajo, la que quiere chisme de si hay infidelidad soy yo! ¡Te juro Cutiefly que si Valerie se entera de que te uso para espiar al profesor buscando posibles infidelidades porque confundes tus reportes…! –continuó la voz que provenía desde lejos por los ductos.
-Hay que mandar a darle mantenimiento a esos ductos. Katherine, ¿puedes encargarte? –preguntó Agustín, Katherine asintió, Zawako por su parte, apuntó a los ductos con sorpresa, y queriendo decir algo mientras veía a Cutiefly, mareada, sosteniéndose apenas por la apertura del ducto- ¿Qué pasa, Zawako? –preguntó Agustín, Zawako estuvo a punto de decirle que escuchaba las voces de Cutiefly, cuando recordó que era un secreto con su madre.
-Am… quiero… salir a jugar… ¿puedo? –preguntó Zawako, por la mirada de su padre, ella sabía que no le creía realmente- ¿Por favor y gracias? –sonrió ella, Anna hizo una mueca de que se moría de ternura.
-Cuando tienes esa mirada, que es la misma de tu madre, sé que me estás ocultando cosas, Zawako –dedujo Agustín, Zawako tan solo sonrió inocentemente-. Umm… ¿rompiste algo? –preguntó, Zawako lo miró con molestia.
-No he roto nada… -respondió ella- ¿Puedo salir a jugar? –insistió, Agustín la miró una última vez con sospecha, pero entonces se viró a ver a Katherine, quien asintió, y le ofreció su mano, llevando a Zawako en dirección al patio trasero, mientras él continuaba con su investigación.
Patio de la Casa Común.
-Puedes jugar, pero nada de acercarte al estanque hasta que aprendas a nadar –le mencionó Katherine, dejando a Zawako en el patio trasero, y en el momento en que Katherine la soltó, Zawako rápidamente comenzó a correr por los alrededores del patio, siguiendo la pared- ¿Qué juego tan raro es ese? –se preguntó Katherine, pero no le prestó importancia, mientras Zawako doblaba a la esquina, esperando que la barrera de hormigón no le cortara el paso mientras ella buscaba la otra salida del ducto de ventilación, encontrando la misma, con un Gardevoir gritando al mismo, y a un Cutiefly, a quien en esos momentos regañaba.
-Vamos de nuevo –comentó la Gardevoir de mirada molesta, y con sus brazos cruzados-. Valerie te entrenó, no solo por tu tamaño, sino porque aprendiste a entender el habla de cualquier humano gracias a un riguroso entrenamiento que Valerie te dio, específicamente, para espiar al profesor mientras trabaja, y así asegurarse de que no vuelve a colapsar por el exceso de trabajo como pasaba cuando ese niño de los ojos bicolores trabajaba con él. ¿Esa parte ya quedó clara? –preguntó Gardevoir.
-Sí, Gardevoir, esa parte siempre me ha quedado clara –respondió Cutiefly, sobresaltando a Zawako nuevamente, quien estaba escuchando aún más voces de Pokémon que no pertenecían a la línea evolutiva de Eevee-. La parte que no entiendo, es la parte donde quieres que yo espíe las conversaciones del profesor para ver si siente algo por sus asistentes, o por las amigas de Valerie. ¿Por qué estoy haciendo esto? –preguntó.
-Porque, mi querida Cutiefly, con mi fisionomía similar a la humana, puedo entrar en la alacena, y sacar más de esos dulces que te gustan tanto, siempre y cuando me des la información que yo quiero –le recordó Gardevoir, sacando un cubo de azúcar, mismo al que Cutiefly observó con entusiasmo-. Valerie confía plenamente en el profesor. Pero yo, como su queridísima amiga, ¡aunque Valerie insista en llevar a Mawile a todas partes y no a mí! –comentó Gardevoir con suma molestia, lo que espantó tanto a Cutiefly como a Zawako- Mantengo a su esposo a raya. Los humanos son diferentes de los Pokémon, no tienen ese algo que nos hace respetar a nuestra pareja Pokémon. En cualquier momento el profesor podría desviarse, y yo que me alimento de los sueños de Valerie con mi Come Sueños, no podré disfrutarlos más si Valerie y el profesor se pelean. Así que es mi deber asegurarme de que ellos estén siempre juntos, los sueños de Valerie son deliciosamente adictivos después de todo –concluyó Gardevoir.
-Todo eso es muy preocupante, pero, hay dos detalles –comentó Cutiefly-. No todos los Pokémon son monógamos, y Valerie ya te ha dicho muchas veces que no te comas sus sueños, la cansas mucho –comentó Cutiefly, pero Gardevoir sacó otro cubo de azúcar-. Y acabo de olvidar lo que te estaba diciendo, iré inmediatamente a espiar al profesor para descubrir posibles infidelidades –respondió Cutiefly.
-Y no lo olvides, Cutiefly. Valerie no puede saber que te uso para espiar al profesor sobre este tema… si Valerie lo descubre, mi vida de Pokémon come sueños está perdida –posó Gardevoir, mientras Cutiefly regresaba a espiar al profesor. Gardevoir entonces se viró, y encontró a Zawako mirándola fijamente-. Oh, la cría de Valerie. Me pregunto a qué saben tus sueños… -se frotó la barbilla Gardevoir.
-¡No te comas mis sueños por favor! –respondió Zawako, tapándose los oídos, como pensando que Gardevoir podría comerse sus sueños si los dejaba al descubierto. Gardevoir parpadeó un par de veces, meditó sobre lo que acababa de pasar, y miró a Zawako temblando frente a ella.
-No, no, es absurdo. Seguro ha escuchado las quejas de su madre porque me he comido sus sueños antes –desestimó sus sospechas Gardevoir, y con una sonrisa comenzó a acercarse a Zawako, pero Zawako retrocedió alejándose de ella-. Zawako, me hieres. ¿Tú también vas a reemplazarme en tu corazón como lo hizo tu madre? –preguntó Gardevoir, posando como una actriz, aunque claro, no esperaba una respuesta.
-Ma-mamá no reemplazó a nadie… eres la Pokémon de papá, pero mamá de todas formas te quiere mucho, te llama para que la ayudes en su gimnasio –comentó Zawako temblorosa, Gardevoir abrió sus ojos de par en par-. No me comas los sueños por favor –insistió.
-Aja… creo, que debo tener hambre, estoy escuchando cosas –comentó Gardevoir, frotándose la barbilla-. Soy un Gardevoir… escucho y entiendo a los humanos mejor que la mayoría, aunque de todas formas necesito a un Cutiefly entrenado para espiar conversaciones de humanos que no son mis dueños. Zawako es la cría del profesor y de Valerie, por supuesto que voy a entender lo que ella dice perfectamente. Pero… ¿por qué nunca la había escuchado así de claro? ¿Podría ser…? –miró Gardevoir a Zawako, quien dio otros tres pasos atrás- ¡Zawako, hay un Pumpkaboo detrás de ti! –apuntó Gardevoir.
-¡Aaaaah! ¡No dejes que me atrape! –gritó Zawako, corriendo detrás de Gardevoir, quien la miraba con sorpresa- Odio a los Pokémon Fantasmas, me dan miedo, no dejes que me coma, te doy de mis sueños, pero no dejes que me atrape –lloró Zawako.
-¡Puedes entenderme! –exclamó Gardevoir, retrocediendo y alejándose de Zawako, quien buscaba al Pumpkaboo por todas partes- No hay Pumpkaboo, mentí diciendo algo que sabía que te asustaría porque quería comprobar que no lo estaba imaginando. Pero espera, Eevoli me contó que podías hablar el idioma Eevee, nunca dijo nada del idioma Gardevoir. ¿Qué pasó con el Gar garde vo voar? ¿Por qué de pronto te entiendo perfectamente? –preguntó ella.
-No lo sé, pero tu acento de Gardevoir necesita un retoque –mencionó Zawako, Gardevoir la miró fijamente y con incredulidad-. Quiero decir… comencé a leer la libreta de Gardevoir… pero… tu acento no sonaba muy bien marcado –comentó ella apenada.
-¿Mi acento no estaba bien marcado? ¿Enserio? Soy una Gardevoir, creo que sé cómo se escucha mi acento –se quejó Gardevoir, Zawako alzó y bajó los hombros sin saber qué decir-. Espera, eso no es importante. ¿Por qué puedes entenderme? ¿Entiendes a otros Pokémon también? –preguntó ella preocupada.
-Hasta ahora… a Eevee, Sylveon, Flareon, Mawile, Cutiefly y Gardevoir –comentó ella, Gardevoir abrió su boca hasta sus límites-. ¿Qué es infidelidad? –preguntó entonces Zawako, y Gardevoir se abofeteó el rostro con molestia.
-Amm… no creo que tengas edad de saber eso –respondió Gardevoir, y Zawako, instintivamente, asintió un buen número de veces-. Ay Arceus, espero que esto no sea otro problema tipo Darkrai, si me dices que te transformas en una Eevee, me muero. ¿Puedes hacerlo? –preguntó, Zawako le dirigió una mirada de molestia.
-Tengo cinco años, y papá dice que tengo el coeficiente intelectual de una niña de doce… hasta yo sé que convertirse en un Pokémon… es tonto, ridículo, e imposible –comentó Zawako, en un tono arrogante, Gardevoir solo sudó frio.
-Claro… dice la niña hablando Pokémon… -respondió Gardevoir para sí misma-. Pero si eso es cierto, entonces no puede ser un problema tipo Darkrai. Mejor te llevo con el experto de estas cosas, ven –le ofreció su mano, pero Zawako retrocedió-. Oye… no te voy a lastimar, suficiente tengo conque tu mami me reemplazó por un Mawile, ¿no me quieres? –preguntó con ojos llorosos, Zawako lo pensó, pero le tomó la mano a Gardevoir- Buena niña –comentó ella, y comenzó a guiarla en dirección al estanque, donde Quagsire tomaba el sol panza para arriba, igual que Drapion quien lo hacía sobre una roca.
-Sabes Quagsire amigo. Cuando era un Skorupi quería que me atrapara un entrenador, me llevara a competir, y me convirtiera en un Pokémon Campeón… -comentó Drapion, aterrando a Zawako, mientras Gardevoir le frotaba la mano para ayudarla a tranquilizarse-. Pero ahora, solo estoy feliz de ser un Pokémon holgazán… el que me atrapara el profe, debe ser lo mejor que me pasó en la vida. Además, Valerie es buena entrenadora, esto es vida –comentó él.
-No has pasado tus genes –comentó Quagsire, Drapion se sobresaltó, y Gardevoir le tapó los oídos a Zawako para que no escuchara la conversación- Ya eres un Pokémon adulto, me preocupa que no encuentres pareja. ¿Te ayudo a buscar? –pregunto Quagsire.
-¿¡Qué!? ¿Estás insinuando que no soy bien parecido, señor he tenido tres camadas? –se quejó Drapion, y Gardevoir prefirió mantener los oídos de Zawako tapados un poco más- Discúlpeme usted por no tener pareja, ¡encerrado entre paredes de hormigón! Puedo conseguirme una pareja en cuanto yo quiera, solo… que Valerie es entrenadora tipo Hada –le recordó.
-Puedes pedirle que te libere un tiempo –comentó Quagsire-. Es importante, eres un Drapion muy fuerte, pero te estás haciendo perezoso. Hace seis años tenías la fuerza de derrotar a quien fuera que te pusieran enfrente, dabas miedo, pero ahora, creo que estás más llenito –apuntó Quagsire, fastidiando a Drapion.
-¿¡Qué!? ¡Sigo siendo el Pokémon más fuerte de este lugar! ¡Y cuando quieras te la refresco para demostrarlo! ¡No soy el dominante porque Valerie me obligó a relegarle el puesto a ese Sylveon de moñitos! ¡Pero quiero que me presentes a otro Pokémon además de mí, que tenga el valor de enfrentarse a un Darkrai! –presumió Drapion, Quagsire se apuntó a sí mismo- Tú no cuentas, por favor, aquella vez te dejé muy mal –se burló Drapion.
-Oh, me encanta ver que aún tengas esa flama interna, Drapion amor, porque muy seguramente la vas a necesitar –comentó Gardevoir, destapando los oídos de Zawako- Porque a menos que puedas solucionar un problema de humanos que saben más de lo que deberían, alguien va a tener que ir a visitar a Lord Pesadilla, y esa no voy a ser yo –continuó Gardevoir.
-Ah, vestiditos. Ya decía que el día era hermoso, obviamente tenías que venir a nublarlo con tu lúgubre presencia –se quejó Drapion, fastidiando a Gardevoir, quien comenzó a reunir sus poderes Psíquicos-. Dispara, soy inmune. ¿Sabes a lo que tú no eres inmune? –comentó Drapion, preparando su veneno.
-No se peleen –se quejó Zawako, colocándose valientemente entre Gardevoir y Drapion, el ultimo rascándose la cabeza-. Drapy, mamá dice que no debes pelearte con los demás, que debes ser gentil, y que no debes usar palabras malas –reprendió Zawako.
-Y dale con el Drapy… oye que el que le pongas nombrecitos a tus Pokémon, no significa que puedes venir a ponerme nombrecitos a mí –comentó Drapion, Gardevoir comenzó a sonreír con malicia, y en el estanque, Quagsire comprendió lo que estaba ocurriendo incluso más rápido que Drapion-. Drapy… que forma tan denigrante de llamarme –se quejó.
-No es denigrante –defendió Zawako, Quagsire se escandalizó, Gardevoir comenzó a cubrirse los labios con una mano, aguantándose la risa-. Ponerle un mote a un Pokémon, es la forma de decirle que lo amas. Eevoli, Gardy, Quagsy, y Drapy –apuntó ella.
-¡Ja! –se quejó Drapion- Ponerle un mote a un Pokémon no es la forma de decirle que lo amas, es la forma de decirle que es un indefenso Pokémon que necesita que su mami humana lo esté cuidando. Hay Drapy no hagas eso, hay Drapy no hagas esto otro. Los Pokémon no usamos motes –continuó Drapion, Quagsire salió del agua, y comenzó a sacudir a Drapion, Gardevoir ya se tomaba del estómago sin poder soportar la risa- ¡No me zarandes, Quagsy! ¿No vez que estoy teniendo una conversación seria con la cría de Valerie? ¿Dónde estaba? Ah sí, te decía que… un momento… -reaccionó Drapion.
-¡Drapy eres un grosero! ¡Le diré a mamá que eres un abusivo! –apuntó Zawako, Drapion entró en pánico, tomó a Zawako del cuello de su ropa, y se la acercó al rostro- ¡Me rompes mi vestido! ¡Basta Drapy! –se quejó ella.
-¡Me lleva Giratina! ¡No otra vez! –se quejó Drapion, Gardevoir alcanzó a cubrirle los oídos a Zawako a tiempo- Ella esta… no puede ser… ¿otra vez? ¿Ella puede…? –apuntó mientras miraba a Gardevoir, quien asintió en ese momento- ¿Y lo otro? –preguntó.
-Hasta donde entiendo, esto no tiene nada que ver con que pueda transformarse en algo –le explicó Gardevoir, mientras Zawako forcejeaba intentando liberar sus oídos-. Valerie tampoco está como para molestarla con esto. Salió con Malva. ¿Qué hacemos, Drapy? –preguntó Gardevoir, cuando Drapion, tomándola del cuello con su pinza, jaló de ella para forzarla a verle al rostro.
-Nunca… en la vida… vuelvas a llamarme Drapy… ¿capisce? –enunció mientras movía su pinza como algún jefe de la mafia. Gardevoir, nerviosamente, asintió y sonrió para Drapion- Ahora… ¿qué se supone que voy a hacer contigo? Suficientes problemas me das todos los días, como para ahora tener que lidiar con esto –se quejó él.
-¿Crees que soy problemática? –sorbió Zawako, Drapion parpadeó un par de veces, Gardevoir tan solo la tomó en brazos y comenzó a cargarla como una madre a su bebé intentando tranquilizarla- No quiero darle problemas a nadie… yo soy buena, solo quiero que mamá y papá estén orgullosos de mí. Pero tengo miedo, no sé qué está pasando… -comentó ella.
-Ya, ya, no tengas miedo, Drapion actúa como todo un maloso, pero tiene corazón de oro. ¿No es así, Drapy? –amenazó Gardevoir, fastidiando a Drapion, quien se molestó tanto por el mote que se coloreó de rojo unos instantes, pero soltó aire, y se tranquilizó.
-Por supuesto, tío Drapy no es malo –respondió Drapion, mientras Zawako lo miraba y seguía sorbiendo por la nariz-. A ver… ven aquí… -la tomó Drapion, cargándola de brazos de Gardevoir, y llevándola hasta su piedra, donde se sentó, y la sentó en su regazo-. Cuéntame todo lo que sepas. ¿Desde cuándo nos escuchas tan bien? ¿Sabe tu madre de esto? ¿Sabe algún humano de esto? –preguntó Drapion.
-Podía hablar con Eevoli… usando el lenguaje Pokémon… -comenzó Zawako, y Drapion asintió-. Pensé que lo dominaba, pero volví a mis lecciones para mejorar mi acento… y entonces… de pronto ya lo entendía perfectamente… y no estaba usando el lenguaje Pokémon –le explicó, y Drapion comenzó a rascarse la barbilla-. Mamá no sabe de esto… traté de decirle, pero ella no sabe de esto todavía… y no puedo decirle a nadie más porque mamá me hizo prometer que era un secreto entre ella y yo el que podía hablar con los Pokémon… al menos… que podía usar el lenguaje. Pero esto… es muy diferente… me da miedo –explicó ella.
-¿Nada más? –preguntó Drapion, Zawako asintió- ¿No hay algo diferente, no lo sé, algo así como una luna, nadar por la noche, un malvado ser de pesadillas involucrado? –preguntó Drapion, Zawako lo negó rotundamente- Entonces… estudiabas, y de pronto, por arte de estudio ya hablabas Pokémon –comentó Drapion, desesperándose.
-Drapion, te prohíbo que le alces la voz a Zawako –comentó Gardevoir, aunque Drapion estaba sumamente molesto-. Trágate tu coraje de Pokémon Siniestro por un instante y piensa. Ningún humano de corazón malvado podría hablar Pokémon, ella no te está ocultando nada –insistió Gardevoir.
-¡Nadie aprende Pokémon con estudio y dedicación! –gritó Drapion, Gardevoir inmediatamente levantó a Zawako de su regazo y la abrazó de forma maternal, evitando inclusive que la niña se asustara- Aquí me apesta a magia, y a magia de la negra, negra con "N" de Darkrai –se quejó él.
-Darkrai no lleva "N" en ninguna parte –contestó Zawako, fastidiando a Drapion-. ¿Me está pasando algo malo? ¿Estoy enferma? –preguntó Zawako, Drapion se viró a verla, frotándose la barbilla pensativo- Al principio… me asusté mucho. Pero ahora, estoy muy feliz. Si puedo hablar con los Pokémon, si todos los Pokémon pueden entenderme. ¡Entonces soy como mamá! –agregó entusiasta, Drapion lo pensó, pero suspiró, intranquilo.
-Eso es lo que me preocupa –comentó Drapion, mirando a Zawako fijamente-. Zawako, los humanos no hablan con los Pokémon. Sé que estás feliz por esto que puedes hacer, y yo quisiera decirte que no pasa nada, que hables con quien quieras, que nada malo te va a pasar si haces lo que estás haciendo, pero… antes de decirte que todo está bien, y que puedes disfrutar de esto… -intentó explicar Drapion, pero Gardevoir alejó a Zawako de él.
-No estás pensando en llevar a Zawako con Darkrai, ¿o sí? Lo decía en broma –comentó ella, Drapion lo pensó, movió sus pinzas, pero no se le ocurría qué decir- Drapion, sabes que no puedes confiar en Darkrai. ¿Qué pasa si te hace hacer algo horrible? Es la hija de tu humana –insistió Gardevoir.
-Y posiblemente, está involucrada en un problema igual de grande que en el que su madre se metió antes –le recordó Drapion, y Gardevoir, preocupada, miró a Zawako, y movió su rostro en negación-. Tengo que salir de dudas… no voy a cometer los mismos errores que cometí cuando cuidaba de Valerie. Dame a la niña, la llevaré con Darkrai, él me dirá qué hacer –insistió.
-¿Incluso si ese que hacer es exterminarla? –preguntó Gardevoir, tomando distancia- Drapion, no puedo dejarte hacer eso… hablemos con Valerie, ella sabrá qué hacer –insistió Gardevoir, pero encontró la mano de Quagsire sobre su hombro.
-En estos momentos, hay un humano que conoce un secreto –mencionó Quagsire, mirando a Zawako, quien no entendía lo que pasaba-. En estos momentos el problema no ha escalado. Si Valerie se entera, serán dos, y si Valerie le dice al profesor, serán tres… y antes de que podamos detenerlo, Darkrai se involucrará, y obligará a Drapion a hacer cosas malas… -medió Quagsire, pero Gardevoir no estaba segura-. Puedes venir con nosotros si eso ayuda. Eres tipo Hada, puedes ayudar –insistió Quagsire.
-Una tipo Hada que sabe: Hipnosis, Come Sueños, Confusión, y Atracción… seré inútil –le recordó Gardevoir, mirando a Zawako con tristeza-. Si tan solo supiera Fuerza Lunar… podría… -intentó decir, pero Drapion colocó su pinza sobre su mano.
-De todas formas, necesitamos que alguien se quede a dar explicaciones si Valerie regresa y no encuentra a su hija –comentó Drapion, y Gardevoir comenzó a mover su cabeza en negación-. Quagsire no puede quedarse, es el único que puede hacerme cosquillas si me pongo todo Paras dominado por champiñones. Con tus ataques, ja, a menos que quieras arriesgarte con Atracción, no puedes hacer nada contra mí –le recordó Drapion.
-Si quieres hacerme vomitar, lo estás logrando –insultó Gardevoir, y entonces miró a Zawako una vez más- Confío en ti, Drapion… sé que no vas a lastimarla… ¿verdad? –le ofreció Gardevoir, y Drapion tomó a Zawako en sus pinzas.
-Jamás lastimaría a mi familia –respondió Drapion, y acomodó a Zawako sobre su nuca-. Nos vamos… que los otros Pokémon no sepan a donde vamos, solo puedes decirle a Valerie, y solo si no regresamos a tiempo. El profe y las amigas de Valerie seguro van a estar buscando a Zawako, has lo que tengas que hacer por mantener la calma –insistió Drapion.
-Vaya día que Valerie eligió para socializar con Malva –se quejó Gardevoir, tomándose de la cintura-. Supongo que, si alguien aparece, puedo usar Hipnosis para… -meditó Gardevoir, cuando Drapion, de un tremendo golpe al muro de hormigón, derribó una parte del mismo, antes de salir por el agujero con Quagsire detrás de él- ¿Enserio? ¿No podías salir sutilmente trepándote a un árbol? ¿O decirle a Zawako que te abriera la puerta? ¿Tenías que derribar la pared? –preguntó ella molesta.
-¿Qué fue eso? –preguntó Katherine, llegando con escoba en mano dispuesta a proteger la propiedad de cualquier ladrón que pudiera haber entrado, Gardevoir suspiró, y comenzó a mover su mano envuelta en poderes psíquicos- Nadie va a robarse a ningún Pokémon mientras yo… esté… presente… -gracias a la Hipnosis de Gardevoir, Katherine cayó rendida, pero también gracias al derribo de la pared de hormigón, varios Pokémon ya se habían reunido alrededor de Gardevoir.
-Oh… hola… lindo clima, ¿verdad? –comentó Gardevoir apenada, pero todos la miraron con sospecha- Drapion… está buscando pareja… Quagsire es el compañero de ala, ya saben, para romper el hielo… -insistió ella, y los Pokémon, creyéndole, se retiraron-. Cuando ese Drapion regrese… no le voy a poder hacer nada, todos mis ataques son Psíquicos… y ni loca uso Atracción, no está en mi grupo de huevos… -se quejó, y entonces miró en dirección al agujero en la pared-. Solo espero… que nada vaya a pasarte, Zawako… -terminó ella.
Ciudad Romantis.
-No creo que sea muy inteligente… salir a la calle sin un adulto responsable… la gente nos mira… -explicó Zawako, notando las miradas de los ciudadanos de Ciudad Romantis, mientras un Drapion con una niña de cinco años en su espalda, y seguido por un Quagsire, caminaban por la ciudad sin importarles nada. Un oficial los notó, llamó a la radio, y comenzó a acercarse a Drapion y a Quagsire- ¡No quiero ir a la cárcel! ¡Drapy, policías! –apuntó Zawako.
-¡Que no me digas Drapy! ¡Los motes son para Pokémon delicados y lloricas! –refunfuñó Drapion, notando al policía que se acercaba- Oye cría, dile algo convincente. Eres humana, o lo convences o le doy una buena tunda –insistió Drapion.
-Alto allí, jovencita –detuvo el oficial a Drapion, quien comenzó a gruñir en dirección al policía, quien preparó su Pokébola-. Este Drapion… ¿es tuyo? ¿Dónde están tus padres? –preguntó el oficial, Drapion solo se alzó, imponente, inmenso en comparación con el oficial de policía- Base, solicito apoyo para… -intentó decir, pero de pronto se quedó tieso, igual que todos los presentes, como si la luz de sus vidas hubiera desaparecido. Todo alrededor de Drapion, de Quagsire, y de Zawako, perdió su luz, como si hubieran sido congelados en el tiempo.
-¿Cómo hiciste eso? –preguntó Quagsire, Drapion alzó y bajó los hombros, ambos entonces miraron a Zawako, quien movió su cabeza un buen número de veces negándolo- Si no fuiste tú, y no fue Zawako… -se preguntó Quagsire-. Vaya, debo ser muy poderoso… -dedujo Quagsire.
-¿Enserio? –agregó Drapion con molestia- Quien fuera tan cabezota como tú –miró Drapion al cielo, y a un Swanna que sobrevolaba la ciudad- Esto tiene más que ver con la persona o Pokémon que buscamos, lo que significa que algo tiene que ver –mencionó Drapion, la Swanna aterrizó entre la bruma que se alzó cuando la ciudad se paralizó, y miró a Drapion con molestia- ¿Soy o me parezco? –preguntó Drapion.
-Que linda –comentó Zawako, la Swanna miró a Zawako, y sus ojos brillaron momentáneamente-. Creo que los Swanna no me entienden –le comentó Zawako a Drapion, quien estaba a la defensiva-. No, Drapy malo, no ataques a otros Pokémon si no estás en batalla –reprendió ella.
-¡Y dale con el Drapy! –se quejó Drapion, la Swanna graznó con fuerza, y emprendió el vuelo, fastidiando a Drapion- Odio a los Pokémon Volador, y comienzo a odiar este asentamiento humano. ¿Qué nada es normal en Ciudad Romantis? Ahora el tiempo está congelado –se quejó Drapion, mientras caminaba por la ciudad.
-Creo que recuerdo que Valerie nos contó sobre esto. ¿No fue así como Valerie conoció a la Cazadora de Corazones? ¿Y no era la Cazadora de Corazones una Swanna? –preguntó Quagsire, Zawako lo miró fijamente, con mucha curiosidad- No es algo que debas saber –comentó Quagsire.
-Umm… ya son muchas cosas que no debo saber el día de hoy… -comentó Zawako con sospecha, intentó entrar en el detalle de la conversación, pero del interior de la niebla, Zawako alcanzó a ver una esfera purpura y brillante- ¡Fantasma! –gritó Zawako aterrada, aferrándose a Drapion, quien perdió el equilibrio momentáneamente- No dejen que me coma, no me gustan los Fantasmas, me dan miedo –lloró Zawako.
-Supongo que no estaría bien decirte que a donde vamos hay varios de esos –sonrió Drapion con malicia, espantando a Zawako, quien comenzó a llorar- Oye, tranquila, soy mitad Siniestro, puedo con unos fantasmitas. Tranquila que yo te cuido –insistió Drapión.
-Quiero a mamá y a papá… no me gustan los Fantasmas… Eevoli dice que uno se ocultó por mucho tiempo bajo mi cama –le explicó Zawako, preocupando a Drapion, quien no sabía cómo tranquilizar a Zawako.
-Ah, lo siento, ese era uno de mis amigos –escuchó el trio, la niebla se disipó, reemplazada por los interiores de una cabaña, y por un anciano en traje gris y sombrero de bombín-. Descuida niña, ya no van a asustarte –exclamó Lon, sobresaltando a Drapion y a Quagsire, quienes notaron que ya no estaban en medio de Ciudad Romantis, y comprendieron que habían sido transportados de alguna forma al interior de la Casa de los Embrujos- Mírate… cómo has crecido… -sonrió Lon.
-¿Seguro de que ya no hay fantasmas? –preguntó Zawako, mirando en todas direcciones. Drapion y Quagsire solo se abrazaron el uno al otro con miedo- Drapy y Quagsy no se ven muy bien… -comentó Zawako.
-¡Que no me digas Drapy! Y cría que este viejo da más miedo que cualquier Fantasma –apuntó Drapion, quien entonces encontró la punta del bastón de Lon apuntándole al rostro- Hola su alteza, que curioso encontrarlo por aquí. Espero que no estemos interrumpiendo algo importante, no nos gustaría quitarle su valioso tiempo –sudó frio Drapion.
-¿Alteza? ¿Usted es un rey? –preguntó Zawako, Lon entonces miró a Zawako con sorpresa, después a Drapion, luego a Quagsire, y luego a Zawako nuevamente- ¿Un príncipe? Se ve muy viejo para eso. ¿Un Marqués? –continuó ella.
-¿Drapion…? -preguntó Lon con la mirada, poniendo nervioso a Drapion- Aclaremos esto por favor. ¿Los estás escuchando? ¿Entiendes lo que dicen? –Zawako miró a Drapion, como pidiendo su permiso, Drapion se la quitó de la nuca, la colocó en el suelo, y asintió.
-Ah, primero es respetuoso presentarse –comenzó Zawako, limpiándose la falda, tomando los bordes, y haciendo una reverencia-. Buenas tardes señor, mi nombre es Zawako, es un placer conocerlo –terminó Zawako.
-Veo que esa niña te educó bien al menos –comentó Lon-. Buenas tardes, mi nombre es Lon, y soy un cuenta cuentos. Es un placer conocerte también, Zawako –reverenció Lon, quitándose el sombrero, Zawako entonces lo miró con entusiasmo.
-¿Un cuenta cuentos? ¿Me contaría una historia? –preguntó Zawako emocionada, y entonces comenzó a buscar en su vestido, llamando la atención de Lon- Pero… no traje dinero para darle una propina… -continuó ella, mirando a Lon con ojos llorosos. El anciano, en respuesta, solamente comenzó a reírse.
-¿Estabas buscando una moneda para darme una propina y que te contara una historia? –preguntó Lon, Zawako asintió- Adorable. Pero si bien es cierto que como cuenta cuentos que soy, utilizo el pago de una moneda para no maldecir a los ingratos que se niegan a pagar por mis historias, también tengo la regla especial de no abusar de los niños. Yo no tengo nada que ver con esto, Drapion –comentó Darkrai.
-¿Nada? ¿Enserio? –preguntó Drapion, y Lon asintió- Bueno… supongo que eso está bien. No quisiera que esto tuviera consecuencias del tipo, fin del mundo Pokémon, y elimina los peligros que puedan suscitarse –comentó Drapion.
-Oh, yo no he dicho que no haya peligro –respondió Lon, preocupando a Drapion, mientras el Pokémon en forma humana se agachaba y miraba a Zawako con curiosidad-. Los únicos que podemos hacer este tipo de cosas somos Creselia, Lunala y yo. Y está demás decir que no le agrado a ninguna de las dos desde que le robé a Lunala el poder de la luna –comentó Lon.
-Robar es malo –mencionó Zawako, sorprendiendo a Lon-. Si hizo algo malo, puede disculparse, estoy segura de que lo van a perdonar, solo debe prometer no hacer cosas malas –continuó Zawako, dibujando una sonrisa en el rostro de Lon.
-Vas a estar muy bien –comentó Lon, Zawako parpadeó un par de veces, mientras Lon continuaba viéndola con entusiasmo- No sé cómo es que adquiriste esta habilidad tuya, Zawako. Pero sí hay algo que puedo decirte, y que es algo que espero que mantengas vivo por siempre, en tu corazón –le explicó Lon, apuntando al pecho de Zawako-. Un humano de mal corazón, jamás podría hablar con los Pokémon. Mientras mantengas tu corazón puro, lleno de esperanza, y jovial, podrás hablar con los Pokémon. Si tu corazón entristece, o se achica, no podrás escuchar su voz. Solo las personas más puras tienen un corazón abierto en todo momento, y solo la persona más pura puede hablar con cualquier Pokémon –le explicó Lon.
-Mamá puede hablar con los Pokémon –comentó Zawako, entusiasmada, y Lon rio un poco por lo que la estaba escuchando decir-. Eso significa que mamá es una persona pura y buena, ¿verdad? Aún si mantiene secretos, aun si me pide guardar secretos, mamá no es mala, ¿verdad? –preguntó ella, lo que llamaba la atención de Lon.
-Lo que hace tu madre también requiere de un corazón muy puro. Guardar secretos, decir mentiras, enamorarte, y lastimar a otros, no te vuelve una persona impura –le explicó Lon-. Incluso en mantener un secreto, en mantener una mentira, en herir los sentimientos de los demás, existe la pureza. La diferencia radica en lo que sienta tu corazón, esto es algo que Valerie conoce muy bien, y por ello la voz de los Pokémon, se escuchó plena y hermosa ante sus oídos… pero tu madre ofendió a un Pokémon, y ese Pokémon le negó escuchar esa voz nuevamente –le explicó Lon, y Zawako entristeció un poco-. Aun así, tu madre no ha dejado de ser especial, y no existe, al menos de este lado, Pokémon con el que no se pueda comunicar. En tu caso, Zawako, tú no has ofendido a ningún Pokémon, y mientras no lo hagas, aunque tu corazón se achique, aunque tu poder disminuya, siempre podrás volverlo a recuperar –le explicó Lon, lo que ella encontró curioso-. Si te esfuerzas, te mantienes de buen corazón, y aprendes a ser siempre jovial, jamás dejarás de escuchar la voz, inclusive, de aquellos con quien tu madre no podrá hablar –terminó de decir Lon, y Zawako sonrió entusiasta.
-Siempre voy a ser feliz, pura y entusiasta, señor Lon, se lo prometo –comentó Zawako, y Lon asintió, dirigiéndole la mirada a Drapion entonces, quien aún tenía muchas preguntas, mismas para las cuales Lon esperó.
-Si lo de Zawako no tiene que ver contigo, entones eso significa que no vas a prohibirle usar su don –comentó Drapion, y Lon asintió, estando de acuerdo-. Eso está muy bien y todo, parece un cuento de Hadas, pero todos los cuentos de Hadas tienen un matiz que es donde entra lo Siniestro. ¿De qué debo preocuparme? –preguntó Drapion.
-Del corazón humano –respondió Lon, llamando la atención de Drapion-. Yo no conocí a Valerie cuando ella era joven. Es probable, inclusive, que cuando ella tenía la edad de Zawako, podía escuchar la voz de los Pokémon aún sin mi intervención –le explicó Lon, y Drapion puso mucha atención a las palabras de Lon, y a la expresión en su rostro-. El ser humano es un ser de inmensa bondad, pero es a la vez un ser de inmensa maldad. Si he aprendido algo de Zawako hoy, es que quien le dio ese don a Valerie de comunicarse con los Pokémon, se lo dio desde antes de que ella siquiera naciera. Probablemente es algo innato en su familia, en su sangre. ¿Entonces por qué no hay más que pueden hablar con los Pokémon? Mi conclusión, es que sus corazones están cerrados… -le explicó Lon, en sus manos se materializó un candado en la forma de un corazón, y una llave dorada que entró en la cerradura, Zawako lo miró todo con entusiasmo, como si fuera un truco de magia, pero Drapion lo miraba desde otra óptica, entendiéndolo una advertencia-. Piensa en este candado como el corazón de Valerie, y esta llave, su confianza en el corazón humano; el arco, es la barrera que contiene su poder, el poder de hablar con los Pokémon –giró la llave Lon y abrió el candado, polvos de colores comenzaron a salir a borbotones del candado abierto, Zawako estaba inmensamente maravillada-. Con Valerie confiando en el corazón humano, el candado estaba abierto, y su poder emanaba sin restricciones. Pero el ser humano es cruel, la golpeó muchas veces, y el candado, se cerró –Lon cerró el candado, las luces dejaron de emanar, aunque destellos quedaron manchando de polvos de colores el candado de todas formas-. Pero lo que antes emanó, no puede borrarse. Eso que Valerie llama el "idioma Pokémon", se representa con estas manchas en el candado. Valerie puede hablar con cualquier Pokémon, siempre y cuando mantenga en su memoria el lenguaje, que estas manchas han forjado –Lon giró nuevamente la llave, abriendo el candado, las luces comenzaron a brotar nuevamente, pero el arco, se mantenía sobre el hueco, sin querer dejar a las luces pasar. Las luces de cualquier forma pasaban, pero sin la intensidad de antes- Este, es el corazón de Valerie actualmente. Un corazón que cree en el ser humano, pero con sus reservas. Como Valerie no puede abrir su corazón a la confianza incondicional, no puede escuchar la voz de los Pokémon con claridad. Así es como tiene que ser, esto es lo más cercano que Valerie jamás estará a volver escuchar la voz, y es lo que espera a Zawako también –le explicó Lon, Zawako no lo entendió, pero Drapion si podía entenderlo-. Su corazón va a cerrarse, no hay nada que puedas hacer para evitarlo. Los humanos no son santos, siempre serán crueles y malvados. Pero también los hay bondadosos, y amorosos, y mientras Zawako confíe en el corazón humano –le mostró nuevamente el candado a Drapion, quien lo comprendió-. Siempre podrá hablar con los Pokémon… algunas veces más que otras, todo depende de su corazón. No hay nada que puedas hacer, Drapion. El corazón de Zawako, como el de Valerie, va a cerrarse –terminó Lon.
-Lo entiendo… -terminó Drapion, y entonces miró a Zawako, quien se frotaba la cabeza intentando comprender lo que había dicho Lon-. Zawako… eres una niña lista, ¿verdad? –preguntó Drapion, y Zawako asintió- Quiero que me hagas un favor, el favor más importante de tu vida. Quiero que pienses en el Pokémon más especial que conoces en estos momentos, y escuches su voz en tu mente –le pidió Drapion.
-¿Te refieres a Eevoli? Ella es mi mejor amiga –comentó Zawako, y Drapion asintió-. Tiene una voz muy bonita, es divertida, jamás podría olvidarla –agregó entusiasta, y Drapion volvió a asentir.
-Espero que digas la verdad, y que nunca olvides esa voz, es muy importante –le pidió Drapion, y Zawako asintió, prestándole toda su atención-. Te gusta escuchar a los Pokémon, ¿verdad? –preguntó, y Zawako asintió nuevamente- Es probable que un día vayas a dejarlos de escuchar –le comentó Drapion.
-¿Eeeeeh…? Eso no –comentó Zawako, y Lon observó cuidadosamente los gestos de Drapion, y los de Zawako. Quagsire los observaba a todos también, preocupado de lo que hacía Drapion-. Sé que esta mañana estaba asustada, pero es porque estaba confundida. No quiero dejar de escuchar a los Pokémon. ¿Hay algo que pueda hacer? –preguntó.
-Yo… no lo sé… -le comentó Drapion, y los ojos de Zawako se humedecieron-. Tu madre… ella podía escucharnos como haces tú. Pero dejó de hacerlo, no porque sea mala, sino porque, bueno… los humanos no son muy buenos que digamos… -intentó explicarle Drapion, pero solo confundía a Zawako-. Escucha… si algún día dejas de escuchar nuestras voces, quiero que recuerdes la voz de Eevoli, y que desees, con todas tus fuerzas, el volver a escucharla –le pidió Drapion, y Lon sonrió ante lo que estaba escuchando-. Si de pronto nos dejas de escuchar, recuerda su voz, y prométete a ti misma que algún día, sin importar cuanto cueste, volverás a oír esa voz. ¿Crees que puedas prometerle eso a tu tío Drapy? –le pidió Drapion, y Zawako sonrió.
-¿Puedo seguir llamándote tío Drapy? –preguntó, Drapion se fastidió, pero asintió- ¡Entonces lo prometo! –respondió Zawako, y Drapion suspiró aliviado- Si alguna vez olvido el cómo escuchar a los Pokémon, recordaré la voz de Eevoli, y prometo volverla a escuchar. Pero también, hay otra voz que jamás voy a olvidar, tu voz, tío Drapy –prosiguió Zawako, conmoviendo a Drapion, cuyos ojos comenzaron a humedecerse. Al notar aquello, Lon comenzó a mover su mano, y su cabaña fue reemplazada por bruma-. Si alguna vez dejo de escuchar la voz de los Pokémon… recordaré tu voz. ¡Y me esforzare por algún día volver a escucharla! –le comentó, y Drapion, con sus ojos humedecidos, abrazó a Zawako- ¡Abrazo! ¡Me encantan los abrazos! –sonrió ella.
-A mí también, Zawako… a mí también… -continuó Drapion-. Hazme otra promesa, por favor… no le digas a nadie, jamás, que puedes entendernos a este nivel… mantén el secreto, o estoy seguro que sin importar qué… olvidarás mi voz… -terminó Drapion, y la bruma los tragó a ambos.
Patio de la Casa Común.
-Te lo voy a preguntar una última vez… Gardevoir… -de regreso en la casa de Valerie, la madre que alguna vez pudo hablar con los Pokémon fluidamente, se encontraba muy molesta, y frente a una aterrada Gardevoir- ¿Voir… Garde… ir irga? –"¿dónde… está… mi hija?" preguntó Valerie. Todas las discípulas, incluyendo la de Agustín, estaban durmiendo en el suelo del patio, y tanto Valerie como Agustín, como Mawile y Sylveon, observaban a Gardevoir, quien temblaba.
-¿Sabes qué? Tu acento de Gardevoir puede usar un poco de pulido, Valerie amor. No te entiendo muy bien –mintió Gardevoir, Mawile en respuesta, la amenazó con su mandíbula auxiliar- ¡Ya te dije que está con Drapion! –exclamó ella aterrada, y Valerie detuvo a Mawile.
-¿Y dónde… si se puede saber… está Drapion? ¿Ir voirga ir de garde garir, dega Gadeirvo? –preguntó en tanto idioma humano como Pokémon, sobresaltando a Gardevoir, quien ya lloraba de miedo. Antes de que Gardevoir fuera forzada a responder, una bruma rodeó a todos los presentes, y cuando esta se disipó, Drapion, Quagsire y Zawako, habían regresado.
-Te beso, te juro que te beso, no me importa si perteneces a mi grupo de huevos o no –lloró Gardevoir cuando notó la llegada de Drapion, quien se asqueó y retrocedió evitando a la Pokémon de brazos abiertos en ese momento.
-Quien sabe dónde te has revolcado, paso –insultó Drapion, pero su insulto pasó a segundo plano, cuando encontró a Valerie de brazos cruzados frente a él-. Aja… este patio es muy amplio, no te vi, hola Valerie –saludó Drapion.
-¡No me vengas con eso, Drapion! –apuntó Valerie, sobresaltando a Drapion, Agustín tan solo levantó a Zawako y la alejó de Drapion y Quagsire- Escucha… no existe Pokémon, en quien confíe más que en ti. No me des explicaciones si crees que es algo que no debo de saber, pero cuando mi hija desaparece, y dejas un agujero en una pared de hormigón, solo un Pokémon se me viene a la mente. ¡Júrame por tu mamá Drapion que no tengo nada de qué preocuparme! Por favor… -pidió Valerie, y Drapion miró a Zawako, luego a Valerie, luego a Zawako otra vez.
-Te juro por mi mamá Drapion que no tienes nada de qué preocuparte, ¿contenta ya? –Valerie miró a la pared- Estaba buscando pareja, Quagsire era mi ala, a Zawako la llevé porque quería impresionar haciéndome ver como que era bueno con los niños, Gardevoir se quedó atrás porque eres una histérica cuando de tu hija se trata –comentó Drapion, y Valerie parpadeó un par de veces- Oye que el Sylveon ese no es el único que merece pareja, yo también quiero a mis propias Zawako. Quién me las va a dar, ¿vestiditos? –preguntó Drapion.
-Grupo de huevos equivocado, pase al siguiente departamento por favor –insultó Gardevoir, fastidiando a Drapion, y confundiendo a Valerie. Zawako solo se tapó sus propios oídos sabiendo que no debía escuchar esta conversación.
-Qué lindo, hace unos minutos hasta querías besarme –se fastidió Drapion, Valerie volvió a mirarlo con curiosidad- Te digo la verdad, ¿para qué otra cosa iba a querer salirme? Aquí están mis amigos, está mi familia, está mi roca donde tomo el sol. Tengo necesidades de Pokémon, ya sabes, biología y todo eso –insistió Drapion.
-Zawako… -preguntó Valerie, no creyendo del todo en Drapion. Zawako miró a Gardevoir, y ella asintió, por lo que Zawako se destapó los oídos- ¿A dónde fuiste? Sé honesta… -pidió Valerie, Zawako solo miró a Drapion, luego a Quagsire, y después a su madre.
-Tío Drapy me llevó a dar un paseo por la ciudad, pero de pronto hubo una niebla, y aquí estoy –comentó Zawako, Valerie miró de reojo a Drapion, quien comenzó a temblar preocupado- ¿Estoy en problemas? –preguntó Zawako.
-¿De dónde vino la niebla, Drapion? –preguntó Valerie nuevamente, Drapion entonces miró a Quagsire, y tuvo una idea- Si me mientes, lo sabré, Drapion –insistió Valerie, antes de que Drapion pudiera decir cualquier cosa.
-Por supuesto, lo que voy a decir no es una mentira para nada, y Zawako podrá perfectamente corroborarla, ella es lista, ha estudiado mucho –sonrió Drapion, observando a Zawako, ella entendió que Drapion necesitaba de ella- Un Quagsire aprende el ataque niebla. ¿Es o no es cierto eso, Zawako? –preguntó Drapion.
-Wooper y Quagsire aprenden el ataque niebla de forma natural desde niveles muy bajos –respondió Zawako, lo cual no era mentira, Drapion entonces sonrió, apuntando a Zawako para demostrar que tenía razón.
-Quagsire… -miró Valerie a Quagsire, quien la observó con una sonrisa-. Usa el ataque Niebla, por favor –le pidió Valerie, Drapion se preocupó, Quagsire entonces asintió, se concentró, y el lugar comenzó a llenarse de niebla-. Pero… yo no te enseñé… -intentó decir Valerie, con su ceja temblándole-. Está bien, suficiente, supongo que dices la verdad –comentó Valerie, virándose a ver a Agustín en ese momento-. Drapion rompió la pared de hormigón porque quería conseguir una pareja, Quagsire lo acompañó como su ala, y ambos se llevaron a Zawako porque querían que Drapion se viera como alguien que es bueno con los niños frente a la posible pareja de Drapion –le explicó Valerie a Agustín, quien escuchaba todo cruzado de brazos-. Gardevoir era la única que sabía de esto, y como sabía que yo me iba a enojar porque se llevaran a Zawako, y rompieran la pared de hormigón, Gardevoir usó Hipnosis con todos los que descubrieran el agujero en la pared de hormigón, cubriendo a Drapion y a Quagsire. Cuando nos vieron a ti y a mí interrogando a Gardevoir, ridículamente Quagsire usó el ataque Niebla para entrar por el agujero sin ser vistos, pensando que no nos íbamos a dar cuenta –se quejó Valerie.
-Ya veo… tiene sentido. ¿Les crees? –preguntó Agustín, Valerie miró a Drapion una última vez, evidentemente estaba molesta, y no muy convencida, pero de todas formas asintió- Muy bien… quiero que traduzcas esto. Que sea la última vez que involucran a Zawako en cualquier cosa, sin nuestro consentimiento. Las consecuencias de no obedecer, podrían ser muy drásticas –terminó.
-¿Tengo que traducirte, Drapion? –preguntó Valerie, Drapion solo tragó saliva con fuerza, y movió su cabeza en negación- Estoy muy decepcionada de ti. Espero que estés consiente de eso, incluso si es porque querías una pareja, es mi hija, ¿y si algo le pasaba? –preguntó.
-Cría, nunca dejé que te pasara nada a ti, ¿cómo crees que voy a dejar que algo malo le pase a ella? Jamás permitiría que algo malo le pasara, puedes confiar en mí –terminó Drapion, Valerie suspiró, pero asintió.
-Katherine –pidió Valerie a su discípula, quien aún se recuperaba de la Hipnosis-. Sé que estás cansada, pero nadie es más fuerte que tú. ¿Puedes ir a la bodega por unas tarimas para tapar temporalmente este agujero? Mañana temprano iré a buscar a un albañil. Kali, voy a necesitar que me reemplaces en el gimnasio mañana por la mañana. Blossom, presupuesto; Linnea, lleva a Zawako a bañarse. Lise, ayúdame a llevar a tu hermana a su cuarto –dio sus órdenes Valerie, y entre Lise y Agustín comenzaron a cargar a la aún noqueada de Anna por la Hipnosis de Gardevoir, en dirección a su cuarto, dejando al trio de Pokémon atrás, aunque con un par de miradas de amenaza tanto de Mawile como de Sylveon.
-Creo… que evitaré comerme los sueños de Valerie por un tiempo… -comentó Gardevoir, y entonces tanto ella como Drapion miraron a Quagsire-. ¿Cómo hiciste eso de la niebla? –preguntó Gardevoir, Drapion tenía las mismas dudas.
-Hay ventajas de tener tres camadas –alzó la cola Quagsire, debajo de la cual había un pequeño Wooper-. Ve a casa, y sigue practicando –Wooper obedeció, y tanto Gardevoir como Drapion suspiraron aliviados-. Perdona la incómoda situación, Gardevoir –se disculpó Quagsire.
-Casi me da algo, par de tontos –fue la respuesta de Gardevoir-. Y bien, ¿qué dijo Darkrai? ¿Hay algo de lo que debamos de preocuparnos? –preguntó Gardevoir, Drapion no contestó, solo comenzó a caminar por el patio, hasta posarse frente a la ventana que daba a la habitación de Zawako- ¿Drapion? Oye… ¿estás bien? Sé que no siempre nos llevamos bien, pero somos amigos –prosiguió Gardevoir.
-Sí… yo sé… -respondió Drapion-. Los humanos… son muy frágiles, Gardevoir, eso nadie lo sabe mejor que un Gardevoir… me preocupa Zawako, no está en peligro ni nada, pero… todos sabemos que pronto va a dejar de escuchar nuestra voz… y ella tan feliz que está –terminó Drapion, quien, deprimido, se sentó en su roca, mirando al lago, y al reflejo de la luna-. Si no es un problema es otro. ¿Por qué los humanos son tan complicados? –se quejó él.
Habitación de Zawako.
-¡Eevoli, ponte tu pijama! –perseguía Zawako, ya en su pijama con forma de Slowpoke, a su Eevee por toda su habitación llena de juguetes y peluches de Pokémon en su mayoría rosas, mientras Valerie, recargada sobre el marco de la puerta, escuchaba lo que ocurría, curiosa, como esperando escuchar algo diferente.
-¡No me quiero poner eso! ¡Tengo pelo! ¡No necesito pieles de ningún otro tipo! –respondió Eevee, Valerie entonces puso atención, observando a su hija fijamente, y esperando a ver su respuesta, preocupada de descubrir algo distinto.
-¡Evveeve, ev ev eevee ev vee vee! –"¡Eevoli, ponte tu pijama ahora mismo!" enunció Zawako usando el lenguaje Pokémon, Valerie continuó observando, sumamente atenta-. Ev veve Ev ev –"no me hagas repetirme".
-¿Eh? Pero no quiero… está bien… -respondió Eevee, dejando que Zawako le pusiera la pijama, y entonces subiendo junto con ella a su cama. Zawako entonces miró a su madre, ella se rascaba la cabeza con preocupación-. ¿Qué le pasa a la abuela? –preguntó.
-¿Abuela? –se quejó Valerie, Zawako se burló, Valerie estuvo por decir algo, pero entonces escuchó los pasos de Agustín, y con su dedo sobre su labio pidió silencio a Zawako, quien asintió e hizo un movimiento como de que cerraba un cierre alrededor de su boca.
-Valerie, ¿estás segura de que está todo bien? –preguntó Agustín, llegando ante Valerie, quien sabía que su esposo estaba preocupado- Dime la verdad, no crees que Zawako está metida en problemas relacionados con ya sabes quién –comentó Agustín.
-Si Zawako estuviera de alguna forma relacionada con él, te juro que te lo diría, Agustín –le comentó Valerie, se le veía estresada-. Te juro que solo espero que esto haya sido una broma de Drapion. No te ocultaría algo como esto, no hay secre… -intentó decir Valerie, pero entonces sintió un dolor profundo en su pecho-. Agustín… Darkrai no tiene nada que ver con esto, pero… hay algo que tengo que decirte… ¿podemos hablar? –preguntó, Agustín asintió, y Valerie miró a Zawako con preocupación- Trata de dormir amor –terminó Valerie, apagó la luz, y la luz de noche con la forma de un Minior azul se encendió al lado de la cama de Zawako.
-¿Por qué usaste el lenguaje Pokémon conmigo? –preguntó Eevee una vez que Valerie salió de la habitación de Zawako, comprendiendo de antemano los sentimientos de su dueña- Puedo entenderte muy bien, pensé que estabas feliz por eso –continuó.
-Es un secreto, no quiero que Drapion se meta en problemas –le explicó Zawako, y su Eevee asintió-. No me gusta guardar secretos, Eevoli. Mamá no quiere que le diga a papá que puedo hablar con los Pokémon, papá no quiere que le diga a mamá que me ha estado enseñando cosas más difíciles que el jardín de niños, y Drapion no quiere que le diga a mamá que puedo entender Pokémon mejor de lo que ella puede –le explicó Zawako- No me gusta decir mentiras, me hace sentirme como que soy una niña mala, pero no quiero meter a nadie en problemas –continuó.
-Zawako, tus papás no son así –intentó explicarle Eevee, cuando entonces escuchó pasos apresurados, los pasos de Agustín, seguidos de los apresurados pasos en tacones de Valerie, por lo que ambas intercambiaron miradas e hicieron silencio.
-¡Espera, Agustín! ¿Qué estás haciendo? –Zawako, curiosa, bajó de su cama y se asomó por el borde de la puerta de su habitación, logrando ver a su padre tomando la vara con gancho del armario de la limpieza, y con está bajando las escaleras que daban al ático- ¿Quieres escucharme? ¡No es lo que crees! –prosiguió Valerie, siguiendo a Agustín al ático.
-¿Entonces qué es, Valerie? ¿Zawako desaparece con Drapion y de pronto me confiesas que le has estado enseñando a hablar Pokémon? ¿Dónde están esas libretas? –preguntó Agustín, Zawako se asustó, se subió a su cama, y se ocultó debajo de sus sabanas, abrazándose de ellas para protegerse.
-Darkrai no tiene nada que ver, Agustín –continuó Valerie, bajando persiguiendo a su marido, quien ya llevaba algunas libretas en sus manos-. ¿Qué vas a hacer con ellas? –preguntó Valerie aterrada, nunca había visto a Agustín así.
-Quemarlas –le respondió él, Valerie se posó frente a él y lo detuvo, empujándolo fuera de las escaleras que daban a los pisos inferiores-. Valerie, esto es peligroso, casi te pierdo una vez. No me pidas que pierda a mi hija también –insistió él.
-Agustín, mírame, sé que te da miedo, pero mi habilidad de hablar con los Pokémon, nunca ha tenido nada que ver con Darkrai –insistió Valerie, Agustín estaba temblando, estaba asustado- Agustín, has memoria. Antes de todo eso del Eevee en el estanque, viniste a Ciudad Romantis a entrevistarme porque querías saber de mi habilidad. ¡He hablado con los Pokémon desde los cinco años! ¡Tenía la edad de Zawako! ¡Esto es normal en mí! ¡Es normal en ella! ¡Es quien somos! –intentó explicarle, lloraba desconociendo a su marido- Si quemas esto… vas a quemarme a mí… lo de Darkrai es diferente… lo de Darkrai… pasó después… te juro que nada le va a pasar a Zawako… lo mismo que me pasó, no va a pasarle a ella… no va a irse a ninguna parte… por favor… -suplicó ella, Agustín soltó las libretas, estas cayeron al suelo, y Agustín abrazó a su esposa-. Nadie nunca nos va a quitar a Zawako… yo misma iré con Darkrai si es lo que quieres… pero no le quites esto… por favor… -suplicó Valerie.
-No… no se lo voy a quitar… sería negar una parte muy importante de quien eres, Valerie… -aceptó Agustín, levantando las libretas, y regresando al desván con ellas. La conversación continuó, la Eevee de Zawako fue testigo de todo, pero Zawako, tapaba su cabeza con su almohada, rehusándose a escuchar-. No voy a impedirte que le enseñes a Zawako a hablar con los Pokémon… pero por favor, explícale que es un secreto. Si Darkrai no está involucrado, yo te creo, creeré en Drapion como haces tú, pero hay que ver el lado humano, te hicieron mucho daño en Johto. ¿Qué pasa si Zawako piensa que puede ser la próxima Valerie, y va por allí diciéndole a todo el mundo que puede hablar con los Pokémon? Te mudaste de Johto a Kalos porque no pudiste soportar el estar sola. No quiero que eso le pase a ella –insistió Agustín.
-No va a pasarle –le prometió Valerie-. Hablaré con Zawako, y más importante todavía, hablaré con Eevoli. Ella ama a Zawako como a una madre. Si ella está de acuerdo en que es importante mantener el secreto, estoy segura de que ella podrá ayudarle a Zawako a saber en quien sí y en quien no debe de confiar. Tarde o temprano va a querer decírselo a alguien, Agustín, y no voy a poder detenerla. Pero si Eevoli lo sabe, estoy segura de que todo estará bien –aseguró, y Agustín asintió- Creo… que ya estamos muy tensos los dos. ¿Te parece si salimos a caminar para despejarnos? –preguntó Valerie.
-Claro… le diré a Linnea que Zawako ya duerme –respondió Agustín. Cuando Eevee se dio cuenta de que ambos se habían ido, saltó nuevamente a la cama de Zawako, y con empujones comenzó a meterse entre sus brazos.
-Oye… -comenzó Eevee, y Zawako alzó la almohada para escucharla-. Tus papás te quieren mucho. Lo sabes, ¿verdad? –preguntó Eevee, y Zawako viró sus ojos a la entrada de su habitación-. Se pelearon, pero todo está bien. Su amor es más fuerte que una pequeña discusión. Cuando mamá se enoja con papá, eso sí da miedo –sonrió Eevee.
-¿Segura que no están enojados conmigo? Creo que vi a papá bajar con las libretas de mamá –preguntó Zawako, Eevee meneó la cola un poco, y se acarició con el rostro de Zawako, haciéndola reír un poco.
-Los humanos tienen batallas Pokémon diferentes a los Pokémon –comentó Eevee-. Tus padres muy pocas veces se pelean, eso es porque sienten atracción muy grande uno por otro. Aún si se pelean, siempre van a ser felices los dos. Créeme, puedo olerlo –aseguró Eevee.
-Te creo –sonrió Zawako-. Hablar con los Pokémon, es increíble… quiero poder hablar con los Pokémon por siempre. Pero creo que el tío Drapy tiene miedo de que un día ya no pueda. Eevoli… si algún día olvido el cómo hablar Pokémon… ¿me ayudas a volverlo a hablar? –preguntó.
-Esa es una pregunta muy difícil, ¿cómo te enseño a hablar Pokémon? Yo siempre lo he hablado, pero no sé si te pueda enseñar –comentó Eevee, y Zawako pensó al respecto, pero nada se le venía a la mente-. Zawako, a ti te gusta leer, ¿verdad? –preguntó ella- Si haces eso que los humanos hacen… escribir… si algo se te olvida, lo puedes volver a leer y aprender –comentó ella.
-¿Cómo los diccionarios de mamá? ¿Hablas de escribir mis propios diccionarios? –preguntó Zawako, y Eevee sonrió- De esa forma, si olvido cómo hablar con los Pokémon, ¡lo puedo volver a aprender! ¡Es genial, Eevoli! ¡Hablaré Pokémon por siempre! –insistió Zawako alegremente.
-Pero sabes, creo que tu mamá piensa que no puedes decirle a nadie –prosiguió Eevee, y Zawako la miró con curiosidad-. No sé por qué, pero tu mamá quiere que yo sea quien te diga con quien es seguro decir el secreto, y con quien no hacerlo. Supongo que tu mamá me lo explicará mejor después, pero por ahora, solo hay que tener cuidado. ¿Está bien? –sonrió Eevee.
-Está bien –agregó Zawako entusiasta-. No le diré a nadie. Solo se lo diré, a la persona en la que pueda confiar –y con aquello, la promesa entre humana y Pokémon, quedó sellada.
Primaria Romantis. (3 años más tarde).
-Zawako, no creo que sea buena idea –tres años más tarde, Zawako, en el horario de receso de la Primaria Romantis, hablaba con su Eevee en el patio de la escuela. La había liberado de su Pokébola en un lugar apartado del resto de sus compañeros de clase, un lugar entre la malla metálica que daba vista al estacionamiento, y entre los baños de las niñas, lo que lastimaba la nariz de su Eevee-. ¿Por qué los humanos usan estos lugares? Solo caben un hoyo, hagan lo que tengan que hacer, y entiérrenlo. Estos lugares siempre huelen muy mal –se quejaba Eevee.
-Pero, ¿por qué? –preguntaba Zawako, ya de ocho años. Su Eevee estuvo a punto de comenzar a explicarle la ventaja de cavar hoyos, cuando al ver las manos cerradas de Zawako a manera de plegaria, Eevee comprendió que Zawako no se refería a los baños- Mamá dijo que solo tú podías decirme a quien decirle. Llevo tres años hablando Pokémon, pero no me dejas decirle a nadie. ¿Cuándo vas a dejarme decírselo a alguien? –preguntó Zawako ya fastidiada.
-Cuando tengas una amiga que no solo te quiera para que le pases la tarea. Yo no sé lo que es una tarea, pero sé que solo te buscan por eso –le mencionó Eevee de forma molesta. Zawako lo pensó, pero no estaba convencida-. Sé que los humanos no usan bien su nariz, seguro es por culpa del lugar donde hacen sus cosas en lugar de enterrarlas, pero esas niñas, en definitiva, no te consideran su amiga. Estabas mejor con las otras niñas con las que jugabas antes –insistió su Eevee, molestando a Zawako.
-¡No! –se quejó Zawako- Me asustaron, sabían que no me gustaban los Fantasmas, y se vistieron de Gengar para jugarme una broma. Ellas ya no son mis amigas –se quejó Zawako, su Eevee sudó frio por el comentario.
-Solo te hicieron una pequeña broma porque querían jugar contigo, no me parece razón suficiente para que dejen de ser amigas –declaró Eevee, pero Zawako estaba firme en lo que pensaba-. Esas dos niñas eran buenas, siempre olían bien y estaban felices de verte. Esa otra niña, ella no es buena, ella no huele bien cuando estás con ella, huela a agresividad, huele a mentira –insistió.
-Carole es mi amiga –insistió Zawako, se veía molesta, por lo que Eevee comenzó a preocuparse- ¿Por qué insistes en que yo no sea feliz? Mamá hace exactamente lo mismo, ¿de qué sirve que me enseñe a hablar Pokémon, si no puedo decírselo a nadie? –insistió Zawako en una rabieta.
-¡Veveev! –ladró Eevee, asustando a Zawako, quien sintió un dolor tenue en su pecho- ¡Zawako! –este dolor, pronto se desvaneció, cuando logró escuchar nuevamente la voz de su Eevee- Escucha, soy tu amiga, solo quiero lo que es mejor para ti, y si yo te digo que esa tal Carole o como sea que se pronuncie, no es tu amiga, es porque no lo es. No puedes decirle a ella –insistió su Eevee, y Zawako asintió.
-Está bien… -respondió Zawako, y su Eevee suspiró en señal de alivio-. No le diré nada a Carole, confío en ti, Eevoli –su Eevee asintió, pero de pronto, se puso a la defensiva, y comenzó a gruñir, lo que no era para nada normal en ella.
-¿No decirme qué, Zawako? –escuchó Zawako, se dio la vuelta, y encontró a una niña de cabello negro de hongo, filmándola con su celular de tapa- ¿Qué era esa conversación tan interesante que estabas teniendo con tu Eevee? –preguntó, Zawako se asustó, y su Eevee, se lanzó en dirección a la niña.
Gimnasio de Ciudad Romantis. Laboratorio del Profesor Sycamore.
-Las lecturas están estables, Profesor Sycamore –mencionaba Anna, leyendo algunas lecturas en su laptop, mientras el Profesor Agustín Sycamore, trabajaba en una Mega-Piedra en esos momentos, una Mega-Piedra que no se había visto antes, de un color morado muy hermoso, y con una letra Y en su interior.
-¿Oíste eso, Brendan? Está estable –comentaba Sycamore, sudoroso, mientras con herramientas especiales continuaba refinando la esfera en medio de su laboratorio-. Lise… -pidió Agustín, por lo que la hermana de Anna, corrió al lado del profesor y comenzó a secarle el sudor. Brendan, en la pantalla de la computadora del profesor, leía ciertas lecturas de su lado.
-Las lecturas de su laboratorio, se mueven de una forma muy similar a las del mío, profesor –respondió Brendan desde su laboratorio en Hoenn, replicando el experimento de Sycamore y refinando él mismo una piedra, solo que esta era roja-. Si su teoría es correcta, entonces la energía del Omega puede refinarse en una Mega-Piedra, aunque, la suya es una réplica, ¿está seguro de esto? –preguntó Brendan nervioso.
-Ten confianza, hemos estudiado el Omega por años, y de mi lado todo está saliendo muy bien –prosiguió Sycamore, cuando una alarma comenzó a sonar-. ¿Es de mi lado o de tu lado? –preguntó Sycamore mientras miraba a Anna.
-El pico de energía está en el laboratorio de Hoenn –exclamó Anna, y en pantalla, el laboratorio de Hoenn estalló- ¡Aaaaah! ¡Profesor! –exclamó Anna asustada, Sycamore interrumpió el experimento y corrió al lado de la pantalla, donde Brendan tocía con fuerza- ¡Tu cabello se quema! –gritó Anna.
-Tranquila es un sombrero –enunció Brendan, quitándose el mismo, y horrorizando a Anna por la cicatriz bajo su sombrero- Rayos, después de esto voy a necesitar otra nueva acta de defunción, mi suegro va a matarme cuando vea lo que le hice a su laboratorio –exclamó Brendan horrorizado, tomando un extintor y apagando pequeños fuegos a lo largo del lugar.
-¿Estás bien Brendan? ¿Qué ocurrió? –preguntó el profesor, mientras Brendan iba a su computadora, medio poniéndose el gorro ya apagado, y quitándose los lentes cubiertos de hollín- No puedo creer que después de eso no tienes más que unas pestañas quemadas –se sorprendió Agustín.
-¡Aaaaah! ¡Mis pestañas! –se vio Brendan en el espejo una vez que Agustín mencionó lo de las pestañas quemadas, pero rápidamente regresó a analizar la información- La buena noticia, es que la fórmula matemática está correcta. El Omega está estable. La mala noticia, las Mega-Piedras parecen tener un límite para la cantidad de energía que pueden manejar antes de desestabilizarse… el Omega… bueno… el Omega toma esa energía, y la multiplica por diez –le explicó mostrándole las gráficas de su lado.
-Fascinante –exclamó Sycamore, se viró a ver la Mega Piedra en su laboratorio, y esta brillaba intensamente-. Bueno, si bien subestimamos el poder del Omega, el Y está completamente estable. Creo que al Campeón de Kanto le agradará saber que por fin logramos refinar una Charizardita Y nueva para reemplazar la que perdió. El siguiente paso, refinar una Charizardita X. ¿Lo crees posible? –preguntó Agustín.
-Una vez que mi suegro vea esto… am… mejor yo lo llamo, profesor –se burló un poco Brendan, tomando una escoba, y comenzando a barrer el lugar-. La próxima vez que realice este experimento, recuérdeme hacerlo dentro de 4 paredes blindadas, y con un traje de metal que preferentemente no termine con mis pestañas incineradas –se quejó Brendan, tanto Agustín como Anna y Lise se burlaron de él, pero las risas se interrumpieron cuando el teléfono del laboratorio del Profesor Sycamore comenzó a sonar- Salúdeme a la señora Sycamore –sonrió Brendan.
-Eso nunca, aléjate de ella –apuntó Agustín, tomando el teléfono-. ¿Valerie? –preguntó Agustín aún sonriente, pero su sonrisa se borró en ese momento- ¿Cómo dices? ¿Estamos hablando de la misma niña? Zawako nunca haría algo así… -prosiguió Agustín, preocupando a Anna, a Lise, y a Brendan-. Está bien, pensaré en algo –colgó el teléfono Agustín, y comenzó a frotarse los ojos- Zawako está en detención –comentó Agustín.
-¿Zawako? Es broma, ¿verdad? –preguntó Brendan, Agustín suspiró, y movió su cabeza en negación- ¿Está seguro? Linda, de ocho años, cabello azul, no lastimaría ni a un Wurmple –se quejó Brendan, y Agustín asintió nuevamente.
-Es extraño, Zawako es una buena niña, ¿por qué estaría en detención? Dice la directora que ordenó a su Eevee a atacar a una compañera –exclamó Agustín, Anna, Lise, y Brendan lo miraron con incredulidad.
-¿Zawako? –preguntó Brendan, Agustín volvió a asentir- Profesor, estoy completamente seguro de que su hija es un ángel caído del cielo. ¿Quiere a un verdadero demonio? Mi protegido, pequeño, una calamidad andante, pirómano en potencia, le hubiera gustado esta explosión –admiró el caos Brendan, y Agustín le prestó atención intentando comprender a donde quería llegar con el comentario-. El problema de mi pupilo es que tiene un exceso de energía muy grande, así que su madre y yo acordamos el enviarlo a un Campamento de Verano en Alola, el Campamento Hakulani del Profesor Samson Oak. Si su hija tuvo un pequeño desliz, no la reprenda, premie su buena conducta, ¿por qué no enviarla al campamento en Alola? ¿Tiene pasaporte? –preguntó Brendan.
-Tiene… su madre y yo sacamos pasaporte y tramitamos el suyo hace varios años. Pensábamos llevarla de vacaciones a algún lado todos juntos cuando terminara el año escolar –comentó Agustín, cruzándose de brazos y pensándolo-. Supongo que, Zawako es una muy buena niña. No estaría mal mandarla a un campamento anticipado. ¿Podrías proporcionarme más información de este campamento? –preguntó Agustín, sonriente.
Primaria Romantis. Oficina de la Dirección.
-Buscaba a Zawako para invitarla a jugar conmigo… -de regreso en la Primaria Romantis, Zawako sorbía por la nariz mientras evitaba soltarse en llanto y permanecía sentada frente al escritorio de la directora, con su madre, Valerie, sentada aburrida en la silla de al lado, mientras a un metro de distancia, Carole, la supuesta niña victimada, contaba su versión de la historia mientras su madre intentaba animarla, y mientras la directora escuchaba atentamente todo lo que Carole describía desde su asiento reclinable-. Le pregunté a Zawako sobre el por qué estaba sola detrás del baño de las niñas… y ella… liberó a esa fiera… -apuntó Carole a Eevee, sentada en el regazo de Zawako, mientras un Cutiefly, volando cerca de su oreja, le susurraba al oído, traduciéndolo todo.
-¿Fiera? –se burló Eevee, Zawako la abrazaba sintiendo que la estaban insultando y queriendo cuidar de ella, Valerie solo lo observaba todo, prestando más atención a su Cutiefly y al Eevee de su hija- Oh sí, soy una fiera, una bola de pelos asesina. Y ella no estaba apuntando a Zawako con esas cajas de luces –agregó Eevee con sarcasmo.
-¿De casualidad, Carole, no hiciste enojar a Zawako al filmarla o tomarle fotos con tu celular? –preguntó Valerie, interrumpiendo a Carole, quien pensó unos momentos sobre qué decir al respecto, cuando la madre de la niña le regresó la mirada con molestia.
-Cuando sea el turno de su hija, la escucharemos a ella, usted cállese –se quejó la mujer, Valerie mantuvo la calma, mientras miraba su reloj, y pretendía que le importaba lo que Carole decía, mientras acariciaba con su mano libre la cabeza de Zawako, quien estaba muy nerviosa.
-Zawako… le ordenó atacarme… -continuó Carole, Cutiefly tradujo, Eevee escuchó todo, he hizo una mueca de incredulidad-. Le dijo que mordiera mi pierna, las marcas de su mordida son prueba de ello, casi me arranca la pierna –apuntó Carole.
-¿Arrancarle la…? ¡Jajaja! –se burló Eevee- Niña, eso es un calcetín, y apenas te ladré y ya estabas llorando y suplicando: "Zawako por favor ayúdame", mientras rodabas en el suelo y te raspabas las rodillas, que por cierto eso, no es mi culpa –comentó Eevee.
-Mira mis rodillas mamá, las mordió todas, están llenas de sangre –continuaba Carole, Cutiefly traducía, y la Eevee de Zawako solo se reía más fuerte, divertida, y mientras movía su cola- Es un monstruo, deberían liberarlo –insistió ella.
-Lo lamento, estoy domesticada, mejor domesticada que tú preciosa –apuntó Eevee, Zawako abrió la boca sorprendida por lo que escuchaba, se preparó para reprender a Eevee, pero ella lo notó-. Oh no, me dejas terminar, pueda o no entenderme, voy a decir lo que tengo que decir. Eres una humana patética, convenenciera, egoísta, que solo usa a Zawako para que te pase la tarea, y la alejaste de sus mejores amigas. ¡Tienes suerte de que solo alcancé a rosarte el calcetín! –ladró ella, y esta vez Valerie le tapó el hocico.
-Eevoli… -comenzó Valerie, y la Eevee de Zawako la miró con curiosidad-. Ev Eevevee, ¿veve ev Evevvee ev ev eveeve? –"el celular, ¿sabes si Carole aún lo tiene?" Preguntó Valerie, Zawako miró a su madre curiosa.
-¿La caja de luces? ¿Que se abre y se cierra? –preguntó Eevee, y Valerie asintió. Carole, su madre, y la directora, miraron a Valerie con preocupación- No pude morderla, creo que cayó y rodó, pero la levantó. Debe estar en su bolsa, la rosa al lado de la silla –comentó.
-¿Esta de aquí? –preguntó Valerie, Eevee asintió- Entiendo, con permiso –levantó Valerie la mochila de Carole, incomodando a la niña mientras sacaba el celular, miraba a la niña, y lo rompía frente a los ojos de su madre, de la directora, y de una Zawako que casi se desmaya-. Nos vamos, Zawako –sonrió Valerie.
-¡Espere un segundo, señorita Valerie! –exclamó la directora muy molesta, pero la mirada asesina de Valerie la puso nerviosa-. ¿Có-cómo se atreve a romper la propiedad de otro estudiante? ¿Está demente? ¡Siéntese! ¡No hemos terminado con esta…! –intentó decir, pero Valerie azotó sus manos contra el escritorio de la directora, espantándola.
-Señorita directora, ¿le cuento algo? Mi gimnasio provee a esta institución con fondos mensuales muy significativos, superiores inclusive a la matricula y las colegiaturas, como parte de las inversiones de labor social que sostenemos –le comentó Valerie, Zawako estaba boquiabierta por lo que estaba presenciando-. Si quiere continuar con este circo de reunión, con la mala actriz mintiéndole en sus narices, por favor continúe. Yo, tengo un gimnasio que cuidar, una niña deprimida a la cual apoyar moralmente, y mejores cosas en las cuales invertir mi tiempo, y mi dinero. Así que, haga lo que tenga que hacer, y me llama para confirmarme si debo traer a mi hija mañana a la escuela, o si debo buscar otra escuela en la cual inscribirla, y retirar mis fondos de esta. Buenas tardes, directora, y Carole… hay una línea muy delgada entre Cuento de Hadas y pesadilla, trata de no cruzarla –finalizó Valerie, Cutiefly tradujo, Eevee exclamó alegre, y Zawako sintió que se desmayaba, pero Valerie la tomó de la mano y la sacó de la oficina de la directora-. Qué pérdida de tiempo –comentó Valerie, y entonces miró a Zawako, aún boquiabierta-. ¿Qué? Me hizo enojar, Eevee ya dijo todo lo que necesitaba saber –le comentó Valerie, Zawako intentó quejarse, cuando escuchó a un par de chicas llamarla.
-¡Zawako! –exclamaron dos niñas, una rubia, la otra pelirroja, ambas con rostros repletos de preocupación- ¿Estás bien? ¿No estás en problemas? –preguntaron ambas al unísono, Zawako comenzó a llorar, y el par de niñas se lanzó a abrazarla. Valerie entonces miró a Eevee, preguntándole con la mirada.
-Las amigas de Zawako, las de verdad. Zawako no quiere seguir siendo amiga de ellas porque la asustaron disfrazándose de un Gengar, pero ellas realmente quieren mucho a Zawako –le explicó Eevee, y Valerie lo comprendió-. Si Zawako me hubiera dicho que quería contarles el secreto a ellas, le habría dicho que sí, pero no, ella quería contárselo a Carole. Abuela, tu hija necesita aprender a elegir mejor a sus amistades –se quejó Eevee.
-No me digas abuela –se quejó Valerie, mirando a Zawako y a sus amigas, quienes le decían palabras dulces, intentando tranquilizarla. Zawako poco a poco comenzó a sentirse mejor, y regresó los abrazos que le daban-. A Zawako le cuesta un poco más que a los demás hacer amigos, porque ella es muy inocente. Quiere creer en todos, por eso se equivoca mucho, pero yo sé que es una buena niña –le comentó Valerie, Cutiefly tradujo, y Eevee asintió.
-Sé que Zawako va a encontrar buenos amigos tarde o temprano, pero… siento que ella siempre necesita a alguien que la esté cuidando. ¿A qué edad los humanos se hacen independientes? –preguntó Eevee, Valerie la miró con una mueca- Se vuelven independientes… ¿verdad? –preguntó.
-Algunos nunca –confeso Valerie, Eevee hizo una mueca, miró a Zawako, y se preocupó un poco por el futuro de una persona que era tan inocente, como para confiar ciegamente en quien fuera que le hablara bonito.
Afueras del Gimnasio de Ciudad Romantis.
-Zawako… -comenzó Valerie una vez que llegaron en auto al Gimnasio de Ciudad Romantis, estacionándose afuera de la casa, pero no bajando hasta poder conversar con su hija-. Zawako, yo sé que no hiciste nada malo. ¿Por qué estás tan triste? –le preguntó. Zawako miró a su madre, sus ojos aún tristes.
-Pensé que Carole era mi amiga –comentó Zawako, Valerie la miró con preocupación-. Yo… quería contarle… pensé que ella entendería. Eevoli dijo que ella no era mi amiga… tenía razón –resumió Zawako, acariciando a su Eevee. Valerie entonces tomó de la mano de su hija, y ella miró a su madre fijamente.
-Sé que encontrarás a un buen amigo algún día, Zawako, y va a hacerte muy feliz –sonrió Valerie, y Zawako sonrió para su madre-. Ahora, ¿quién quiere helado de chocolate? –agregó Valerie entusiasmada.
-¡Yo! –exclamó Zawako alegremente, bajó rápidamente del carro y se dirigió a la puerta del gimnasio junto con su Eevee, abriendo la puerta, y encontrando a Mawile y a Sylveon dentro, la primera dormida en el sillón de la recepción, el otro en el suelo cerca de la puerta.
-¿Quién? –se quejó Sylveon, entrando en alerta, Mawile despertó de la misma manera- Ah, eres tú, Zawako… -se estiró Sylveon- ¿Y tu madre? –continuó estirándose Sylveon, incluso frotándose el rostro con su pata.
-Syl eon syl syl, Syl eonon –"en el auto, veré a Drapion" –se apresuró Zawako, corriendo en dirección a la casa comunal perseguida por su Eevee, mientras Sylveon y Mawile intercambiaban miradas curiosas. Valerie entró entonces, agotada, y Agustín salió de su laboratorio para saludarla.
-¿Recuerdas que te dije que quería otro bebé? Esperaré un par de años más, espero que no te moleste –comentó Valerie, Agustín se burló un poco-. No fue ella, por cierto. Esa niña, Carole o como se llame, filmó a Zawako hablando con Eevoli, quien se enojó y le mordió un calcetín. Lo que me recuerda que rompí el celular de esa niña frente a su madre y la directora. Aún estoy esperando la llamada de la directora informándome de llevarla mañana o no. En su experiencia, profesor, ¿qué opina usted? –preguntó Valerie fingiendo ser una entrevistadora de Holomisión.
-Por favor no imites a Malva frente a mí –se quejó Agustín-. Supongo que no hay prisa por esperar la respuesta de la directora. Con un poco de suerte, y con Kali supliéndote un par de semanas, puede que un campamento en Alola le cambie un poco a Zawako el ceño fruncido –comentó Agustín, extrayendo de su bata un tríptico, mismo que le mostró a Valerie, quien lo miró curiosa-. Brendan dice que le ayudará a Zawako a quemar energía –mencionó el.
-Brendan dice muchas cosas, normalmente cosas que no debería sobre chicas que no son su esposa –mencionó Valerie mientras leía-. Pero, un campamento en Alola no me parece mala idea. ¿Vendrás si digo que sí? –preguntó ella.
-Oh, el campamento es para Zawako, pero no me molesta una segunda luna de miel –contestó Agustín, a lo que Valerie respondió con su propia mirada coqueta. Ambos entonces comenzaron a planear el viaje a Alola.
Patio de la Casa Común.
-Esa tal Carole, suena como todo un amor –mencionó Gardevoir, sentada bajo un árbol de sakura, mientras ella, Quagsire en el estanque, y Drapion en su roca con Zawako sentada en su regazo y quien llevaba a su Eevee en brazos, escuchaban la historia de la hija de Valerie-. Aún con todo eso, nos escuchas perfectamente. No has dejado de oír nuestras voces –concluyó Gardevoir.
-Eso es verdad, sigues siendo una niña de corazón puro –le explicó Drapion, pero Zawako no estaba tan convencida-. Oye, anímate, aún escuchas nuestras voces. Es más de lo que tu madre con su Drapion dra dra, puede hacer –declaró él.
-Mamá no suena así –se quejó Zawako-. Pero Drapy… -comenzó Zawako, Gardevoir y Quagsire se taparon las bocas intentando no reírse, mientras Drapion les dirigía miradas fulminantes-. Por un momento, dejé de escuchar la voz de Eevoli. Estoy segura –comentó Zawako.
-¿Eh? Yo te escucho perfectamente –le mencionó su Eevee, Zawako tan solo la abrazó con fuerza-. Y aunque olvidarás mi voz, sabes lo que tienes que hacer para volverme a escuchar. De mí no te escapas, siempre vamos a poder hablar –aseguró Eevee.
-Me pregunto si los Eevee de Alola hablarán un lenguaje Pokémon diferente como los humanos de Alola –se preguntó Gardevoir, ganándose la atención de Zawako-. Es probable que cierta Pokémon, haya escuchado a cierto profesor, mencionar algo sobre cierto campamento de verano en Alola. El que tu madre me descubriera usando a Cutiefly para espiarlo, no significa que no pueda entender la voz de mi entrenador –sonrió Gardevoir.
-¿Un campamento en Alola? –exclamó Zawako alegremente- ¿En verdad? ¿Cuándo? –preguntó Zawako emocionada, y Gardevoir se deleitó en las expresiones de emoción de la niña- Ni mamá ni papá me han dicho nada de esto –prosiguió ella.
-Eah cría, para tu tren –la detuvo Drapion de continuar con su entrevista a Gardevoir, lo que molestó a la Pokémon Psíquico-. Que, si te vas para Alola, no estamos nosotros para cuidarte. Alola es uno de esos… paraísos tropicales o como se llamen. El punto es, cuando tu madre se fue de luna de miel con el profe, que nos deportan a los tres –explicó Drapion, Zawako inmediatamente miró a Quagsire.
-Según los tratados internacionales de conservación de hábitats naturales, está prohibida la introducción de especies no nativas en los ecosistemas de Alola, y ninguno de nosotros tres es una especie nativa de Alola –le explicó Quagsire, sorprendiendo a Drapion y a Gardevoir, quienes no daban crédito a lo que acababan de escuchar a Quagsire decir.
-Quagsy estudia conmigo –explicó Zawako, pero entonces regresó al foco de la conversación-. Pero… si voy a Alola… y ustedes no pueden venir conmigo. Voy a estar sola… yo… no sé hacer amigos… -explicó ella, Gardevoir y Drapion intercambiaron miradas, y Gardevoir incitó a Drapion a hablar.
-¿Yo otra vez? Oye que ya le toca a otro animarla –se quejó Drapion, pero Gardevoir insistió-. Bueno, bueno… Zawako, hacer amigos es fácil. Todos pueden hacer ojitos, decir cosas bonitas, y ya tienes un amigo, es lo más fácil del mundo. ¿Sabes lo que no es fácil? –preguntó Drapion.
-¿Raíces cuadradas? –preguntó Zawako, Drapion se imaginó las raíces de un árbol, sacudió su cabeza, y lo negó rotundamente- Drapy, hacer amigos no es tan fácil como decir: "hola, soy Zawako, se mi amigo". Esos no son amigos –comentó Zawako.
-Eso es lo que estoy tratando de decirte, cría –se quejó Drapion-. Yo puedo decir que Gardevoir es mi amiga, pero realmente solo considerar a Quagsire mi amigo –comentó Drapion, y Gardevoir y Quagsire asintieron, pero entonces Gardevoir se estremeció.
-Oye… ¿no me consideras tu amiga? Yo sí te considero mi amigo –se deprimió Gardevoir, abrazándose de sus rodillas y deprimiéndose, Drapion se preocupó por las reacciones de Gardevoir, Zawako solo fue a abrazarla y a ayudarla a sentirse mejor.
-Es un ejemplo… por todos los… ¿me dejan terminar? –se quejó Drapion, y Gardevoir asintió un par de veces, aunque aún triste- Para los humanos es fácil, van y dicen: "oye sé mi amigo", juegan juntos, ríen un rato, y luego nada, no se vuelven a ver en toda la vida, pero mágicamente son "amigos" –comentó Drapion moviendo sus pinzas-. Lo que intento decirte, Zawako, es que los amigos, los verdaderos amigos, son muy pocos. Míranos a nosotros tres, conocemos a muchos Pokémon dentro y fuera del patio, tu padre y tu madre nos llevan a conocer gente nueva, Pokémon nuevos, pero aparte de este par, y tal vez Mawile, soy amigo de un Pidgeot, un Chathot, Lampent no me cae mal, pero… bueno, supongo que sí es mi amigo, y después está tu madre –Zawako entonces se apuntó a ella misma-. Obvio eres mi amiga. ¿Te parece que tengo muchos amigos? –preguntó entonces.
-Más que yo si tienes –comentó Zawako, y entonces notó a Eevee gruñendo-. Creo que Eevoli está enojada porque a ella no la mencionaste como una amiga –le comentó Zawako, Eevee hizo una mueca de descontento.
-Ese es el punto –continuó Drapion-. Puedo decirte en este momento, "claro, por qué no, que Eevoli sea mi amiga", al final del día no me puede importar menos –admitió Drapion, molestando a Eevee aún más, quien comenzó a gruñirle-. Ah, pero metete con el cara de Ditto varicolor, o con vestiditos, entonces tienes un problema tamaño Drapion. Y tú cállate que estoy hablado aquí –apuntó Drapion a Eevee, quien se molestó y le dio la espalda-. Zawako… un día vas a hacer a muchos amigos, de eso estoy muy seguro, pero a los verdaderos amigos los vas a contar con los dedos de una mano. Atesora la verdadera amistad, no te dejes engañar por conocidos pasajeros, que resultaron ser amigables. Cuando encuentres a un verdadero amigo, vas a saber quién es, y ese amigo, valdrá por cientos –le explicó Drapion, y Zawako sonrió.
-¿Crees que pueda encontrar a un amigo de esos en Alola? –preguntó Zawako, Drapion lo pensó, Gardevoir se aclaró la garganta, y Drapion, en lugar de negarlo, asintió- ¿Enserio? Aunque… mamá dijo que las relaciones de larga distancia no funcionan… -comentó ella.
-Cría, dije amigo, no que te busques a tu alma gemela, un paso a la vez –Quagsire entonces alzó la mano-. ¡No! ¡Ella no necesita la plática! ¿Qué edad crees que tiene? Además, esa es tarea de su madre –insistió Drapion.
-Solo ve a Alola y diviértete mucho, amor –comentó Gardevoir, sentada como adolecente que hablaba por teléfono, y columpiando sus piernas-. Y recuerda, siempre ten presente, en tu corazón, la voz de los Pokémon. Incluso si llegas a olvidarla, sabemos que nos vas a volver a escuchar –sonrió Gardevoir, Zawako asintió e intentó levantar a su Eevee, cuando la notó deprimida.
-Drapion no quiere ser mi amigo… -lloró Eevee, Zawako entonces miró a Drapion, y apuntó a su Eevee, Drapion suspiró, se acercó a Eevee, pero ella le sacó la lengua, molestándolo- ¿Quién quiere ser amigo de un vejestorio como tú? Drapion apestoso y maloliente –se burló Eevee.
-¡Apestoso y maloliente son sinónimos! ¡Ya sacaste Pokéboleto! ¡Ven aquí! –se quejó Drapion, persiguiendo a Eevee, mientras Zawako reía alegremente, sabiendo que al menos del lado de los Pokémon, iba ganando en la cuenta de amigos.
Región Alola. Pico Hokulani. Observatorio de Hokulani. (Dos semanas más tarde).
-Zawako, estás muy tensa, relájate un poco –comentaba Valerie a Zawako. Se encontraba dentro del Observatorio de Hokulani, repleto de gente en esos momentos, más gente de la que Zawako había visto en toda su vida, mirando exhibiciones de minerales, jugando con alguna presentación autodidactica, o paseándose con algún Pokémon de Alola que Zawako jamás había visto antes, mientras intentaba ocultar su rostro debajo de su sombrero de playa, que hacía juego con el de Valerie, quien la acompañaba en el campamento en un vestido común y corriente-. Esto no está funcionando, Agustín. Incluso desistí de vestir un kimono para no llamar la atención y que Zawako se sintiera aún más fuera de lugar. Me siento tan común –se quejó Valerie admirando su conjunto.
-A mí me agrada –comentó Agustín, mirando a su esposa con una sonrisa, ella se fastidió de verlo en pantalón de vestir y su típica camisa azul de manga larga, al menos no llevaba bata esta vez-. Va a estar bien, dale tiempo. Eevoli está con ella –apuntó Agustín.
-Debí traer a Sylveon, pero no, Mawile se molestó diciendo que, si ella no iba, Sylveon tampoco, y los tuve que dejar a los dos –se quejó Valerie, mirando a Eevoli intentando tirar de la falda de Zawako para forzarla a unirse al grupo de niños escuchando las lecciones del Profesor Samson Oak, la eminencia de Pokémon regionales en Alola-. No va a servir de nada traer a Zawako a un campamento para quemar energía, si no se mueve ni un centímetro de donde está. Pensé que mejoraría cuando bajamos del avión, pero mírala –apuntó Valerie preocupada.
-Yo lo arreglo… -comentó Agustín, medio distraído leyendo información de meteoros encontrados en Alola-. Zawako –se agachó Agustín, Zawako miró a su padre con curiosidad-. Respira profundo –pidió él, Valerie hizo una mueca, Zawako obedeció-. Sostenlo… ahora suelta… -le pidió, y Zawako soltó aire, y comenzó a respirar pesadamente-. ¿Mejor? –preguntó.
-Mejor… -respondió Zawako, Valerie se mostró un poco molesta de que aquello hubiera funcionado-. Le prometí a Drapy… que regresaría de Alola… con un verdadero amigo… ¿creen que pueda hacerlo? –preguntó Zawako, Valerie y Agustín intercambiaron miradas, sonrieron, y asintieron, Zawako sonrió alegre por la confianza de sus padres- ¡No los defraudaré! –comentó ella.
-Esto no se trata de defraudar a nadie, hazlo por ti misma por favor –pidió Valerie, quien entonces miró al Eevee de Zawako-. Ev… eve eev veve eev eev –"oye… cuida mucho de ella por favor" –le pidió Valerie, y Eevee asintió.
-Puedes confiar en mí, abuela –saludó Eevee, Valerie le dio un pequeño coscorrón-. Auch… pero dije que podías confiar en mí –se quejó Eevee, Zawako se burló un poco-. Como sea… escoge a alguien, yo te diré si es material de amigo o no –pidió Eevee.
-¿Escoger a alguien? –preguntó Valerie, Agustín la miró con curiosidad, pero antes de que Valerie pudiera decir cualquier cosa, Zawako ya seguía a Eevee en dirección al grupo que comenzaba a salir fuera del observatorio de Hokulani en dirección al área de fogatas, donde al parecer el Profesor Samson Oak esperaba a reunirse con ellos.
-Ah, el grupo se está separando –buscó Agustín a uno de los encargados de las exhibiciones, encontrando a un empleado delgado y pálido calibrando algunos telescopios-. Valerie, sé que vinimos a vacacionar, pero… me preguntaba si podría… -comenzó él, confundiendo a Valerie-. El que está allí se llama Molaine, es un investigador de rocas y minerales espaciales. Hay algunas preguntas que quisiera hacerle sobre la resistencia de ciertos minerales. Lo que intento decir es… -lo pensó Agustín.
-Anda y ve –sonrió Valerie, Agustín se emocionó-. Solo no vayas a acosar al pobre de Molaine mucho tiempo. Una vez termina la presentación de Samson Oak, debemos regresar a los camiones, no me hagas esperar mucho –le pidió, Agustín asintió, y fue a hablar con ese tal Molaine-. Es como un niño en una juguetería… o en este caso como un científico en una feria de ciencias, y ahora yo no tengo a nadie con quien hablar, ni siquiera a mis Pokémon –se apenó Valerie y soltó aire con molestia.
-Tsk… estúpidas leyes de Alola… te entiendo… -comentó una chica en pantalón negro y hoodie del mismo color, mismo que llevaba puesto, por lo que solo se le veían unos mechones de cabello rojo saliendo de los interiores de la misma, mientras jugaba un juego en su celular- Mis Pokémon también fueron deportados, y mi marido también es un ridículo científico… al menos cuando no está haciendo algo ilícito –se susurró la última parte la mujer, quien entonces miró a Valerie-. ¿Tú? –se sorprendió ella.
-¿Nos conocemos? –preguntó Valerie. La mujer en el hoodie negro y con el cabello rojo desvió la mirada- Me pareces familiar. No es fácil para mí olvidar un rostro, ese cabello, esos ojos… definitivamente los recuerdo de alguna parte –comentó ella.
-Máxima –respondió ella- ¿Te suena el nombre? –preguntó, y Valerie movió su rostro en negación un buen número de veces- Entonces es tu imaginación, no nos conocemos, pero si necesitas a alguien con quien hablar, estoy igual de sola –continuó ella, y en su distracción perdió en su juego-. Ah, maldición, pensé que por fin pasaría este nivel –se quejó ella.
-Nunca he conocido a una Máxima, pero de verdad que siento que te he visto en alguna parte… -meditó al respecto Valerie, pero nada se le ocurría-. En fin, ¿vienes de campamento también? Mi marido, mi hija y yo venimos desde Kalos, aunque yo soy nacida en Johto. Mi nombre es Valerie, por cierto –se presentó ella.
-Máxima… pero eso ya lo dije –comentó ella nuevamente, y apagando su juego-. Vengo de la Región Hoenn con mi marido y mi hijo… -comentó ella, algo triste-. Intento… aprender a ser una buena madre… no creo ser el mejor modelo a seguir –le comentó ella.
-Ser madre no es fácil –respondió Valerie-. Cuando piensas que lo estás haciendo bien… tu hija de ocho años es llamada a la dirección porque supuestamente atacó a una niña con su Eevee… -se quejó Zawako sonoramente.
-¿Eso es un problema? –preguntó Máxima- Mi hijo incendió su última escuela… -comentó Máxima, sobresaltando a Valerie-. Eso sonó más exagerado de lo que quería que sonara… fue con un petardo… la palapa de su cafetería escolar… no hubo lesionados –terminó de explicar.
-¿Dices que tu hijo está en el campamento de Samson Oak? –agregó Valerie preocupada porque Zawako se relacionara con alguien con semejante antecedente, y Máxima asintió, tomó un cigarro, y pretendió encenderlo- No puedes fumar dentro de un edificio, es ilegal –interrumpió Valerie.
-Jeh… ilegal… -sonrió Máxima, guardando su cigarrillo-. De todas formas, ya lo estoy dejando –aceptó ella-. ¿Sabes una cosa, Valerie? Llevamos cinco minutos hablando, y aún no has llamado a un oficial de policía para que venga a protegerte de mí. Es un nuevo record, creo que me agradas –confesó Máxima.
-¿Hay alguna razón por la que alguien debería de llamar a la policía para protegerme de ti? –preguntó Valerie, Máxima alzó y bajó los hombros, indicando que no tenía ni idea- No sé nada de ti, pero… si alguna vez hiciste algo malo… nunca es tarde para volver a empezar. Si tienes el corazón para intentar ser una mejor madre para tu hijo, no puedes ser una mala persona –comentó Valerie, y para su sorpresa, la mujer comenzó a llorar de la nada-. ¿Qué dije? –se estremeció Valerie nerviosa, y buscando un pañuelo en su bolso.
-No es nada… -se secó las lágrimas Máxima, aunque de todas formas aceptó el pañuelo- Realmente… no soy una mala persona… solo quisiera que mi hijo entendiera eso. El pequeño bribón… a veces me pregunto si él realmente me ve como a una madre –se tranquilizó Máxima, y Valerie la observó con curiosidad-. ¿Me hablas de tu hija, o ya me tienes miedo por soltarme a llorar de la nada? –sonrió ella.
-¿Eres bipolar? –preguntó Valerie, pero sonrió- Zawako, es la niña más linda del mundo, aunque esté mal que yo lo diga siendo su madre –prosiguió Valerie, sintiéndose orgullosa de su hija, sin importar que su hija no fuera tan segura de sí misma.
Afueras del Observatorio de Hokulani.
-¡Muy buenas noches! ¡Bienvenidos sean todos ustedes a la increíble Región Alola y al campamento de verano Pokémon! ¡Soy el Profesor Samson Oak y estoy muy feliz de por fin conocerlos! –afuera del observatorio Hokulani, Zawako, gracias a su Eevee, había logrado unirse al grupo de campistas que escuchaban la bienvenida del Profesor Samson Oak al campamento. Zawako miraba en todas direcciones, todos los niños llevaban un Pokémon en brazos, por lo que Zawako levantó a su Eevee, y lo abrazó cerca de su pecho.
-Zawako, me asfixias –se quejó Eevee, y Zawako la miró, relajando un poco su agarre-. Tranquila, lo harás bien. Te prometo que vamos a encontrarte a un amigo, y será el mejor amigo de toda tu vida. Confía en mí –insistió su Eevee, y Zawako comenzó a hacer ejercicios de respiración para intentar calmarse, y puso atención a la presentación de Samson Oak.
-Vaya, tenemos muchos Pokémon interesantes este año -prosiguió Samson Oak, viendo entre la gran variedad de criaturas en los brazos de aquellos niños, deteniéndose en uno en especial, y levantando a un Pokémon que, al verlo, maravilló a Zawako. Era un Pokémon que ella nunca había visto-. Este es un Torchic, originalmente descubierto en la Región Hoenn –se acercó el profesor a un niño, a quien Zawako intentó ver mejor, moviéndose entre el grupo de campistas, hasta encontrar una apertura por la cual Zawako logró ver al dueño de Torchic, un niño de cabellera negra y ligeramente larga, vestido en ropa de playa para la ocasión, y con un paliacate rojo atado a la cabeza. Un distintivo algo peculiar era que sus ojos brillaban de un carmín intenso-. ¿Quieres contarnos un poco de ti y de tu compañero? Seguro que a los presentes les gustaría conocerlos -le pidió el profesor animosamente.
-Mi nombre es Yuuji y vengo de Pueblo Lavacalda en la Región Hoenn, y este es mi compañero Torchic -presentó el niño a su pequeño Pokémon-. No ha cumplido su primer año todavía. Eclosionó el mismo día de mi cumpleaños, y desde entonces se ha convertido en mi mejor amigo. Algún día los dos defenderemos el gimnasio de mi familia, pero sólo cuando me retire de ser un Campeón Pokémon -finalizó el niño, y Samson Oak le regresó a su Torchic.
-Muy ambicioso al parecer, jovencito -le sacudió la cabellera el Profesor Samson Oak-. Uno puede aprender mucho de las personas que conoce por los Pokémon que viajan con ellos. Los Torchic únicamente habitan de forma silvestre en la Región Hoenn, así que lo más probable era que Yuuji viniera de Hoenn –indicó el profesor, y Zawako asintió varias veces, admirando a Samson Oak por su capacidad de deducir cosas sobre las personas, y utilizar esos conocimientos para hacer amigos, que era lo que ella pensaba que estaba haciendo con ese chico Yuuji-. También pueden conocer mucho de los gustos de la persona por los Pokémon con los que viajan. Seguramente al pequeño Yuuji le gustan los tipo Fuego y tal vez los tipo Lucha por su compañero Pokémon -Yuuji asintió ante la deducción, Zawako asintió varias veces más, emocionada, pensando en aplicar esos conocimientos para iniciar una conversación con alguien, y posiblemente así hacerse de un buen amigo por fin-. Aunque claro, en ocasiones no es tan sencillo hacer este tipo de deducciones, como por ejemplo con esta niña de aquí –apuntó Samson a Zawako, quien se apenó un poco, pero gracias a que Eevee se restregó en su brazo momentos antes de que Samson la levantara, Zawako se sintió un poco más tranquila.
-Concéntrate, puedes hacerlo, yo confío en ti –alcanzó a decirle Eevee, y Zawako en su mente, hizo un ejercicio de respiración, calmando su corazón, y tomando valor-. Eso es, puedes hacerlo si te lo propones –terminó su Eevee.
-Eevee… ahora, ese es un Pokémon difícil de descifrar –comenzó el Profesor Samson Oak-. Eevee es un Pokémon tan adaptable que los hay en Kanto, en Johto, en Sinnoh y hasta en Kalos, Alola y Galar. A simple vista no se puede deducir de dónde eres pequeña, ¿podrías iluminarnos? -le preguntó mientras se arrodillaba frente a ella, y Zawako soltó aire, tranquilizándose, sintiéndose aún más cómoda cuando Samson le regresó a su Eevee.
-Mi nombre es Zawako, honorable Profesor -reverenció la niña, y el Eevee ahora en sus brazos, agachó un poco la cabeza en forma respetuosa de igual manera-. Venimos de Ciudad Romantis, donde nació mi Eevee, su nombre es Eevoli -el Eevee enunció su nombre de Pokémon, presentándose ante el profesor.
-Tan viejo no soy… bueno sí, pero de todas formas no son necesarios tantos modales -se rascó la nuca el Profesor, incomodado, mientras los niños reían. Zawako miró en todas direcciones un poco intimidada-. Y dime, Zawako. ¿También es tu sueño convertirte en una Campeona Pokémon? -le preguntó, Zawako lo pensó, por parte de su padre deseaba una carrera en las ciencias, por parte de su madre quería tan solo ser lo más cercana a los Pokémon que le fuera posible. Zawako entonces concluyó, que un punto intermedio era una carrera en el que cuidar de los Pokémon fuera lo más importante.
-Mi sueño es cuidar muchos Pokémon y ayudarlos a crecer grandes y fuertes -le confesó la niña-. Las batallas son divertidas, pero la verdad yo sería más feliz haciendo felices a los Pokémon y ayudándolos a ser fuertes –sonrió, Samson sonrió de regreso para ella, lo que la tranquilizó bastante.
-Eso se llama criar Pokémon. Entonces quieres convertirte en una criadora. ¿Es eso? -la niña asintió con felicidad, descubriendo por fin el nombre de eso que quería ser en la vida. El Profesor se sintió satisfecho, por lo que se incorporó para continuar con su presentación- Una muy noble tarea, en verdad muy noble -concluyó el Profesor mientras aplaudía-. Así como hay una gran variedad de Pokémon, hay una amplia gama de personas y personalidades, casi tantas como Minior hay en el cielo, y de verdad que hoy hay muchos de ellos, sólo basta con alzar la mirada y los verán -apuntó el Profesor al cielo despejado que los acompañaba en esa noche de fogatas, y el profundo negro del cielo comenzó a iluminarse con destellos de aquellos Pokémon que se lanzaban desde el espacio rumbo a la tierra, maravillando a los niños y a sus Pokémon, quienes eran testigos de tan mágico momento-. Es un viejo dicho de Alola el que los Minior cumplen los deseos de las personas de corazones más puros, sólo basta con elegir uno de los que caen, apuntarlo, y decir en voz alta el color de su estela.
Y así los niños emocionados por ver sus sueños convertidos en realidad, comenzaron a apuntar a los Minior que elegían y a decir sus colores en voz alta, guiados por la estela de colores que liberaban en su trayectoria a tierra. En su mayoría, los niños enunciaban el color del Minior cuyo color alcanzaban a ver, o esperaban a que pasara el Minior de su color favorito. Otros, como Zawako y Yuuji, buscaban al más único que sus ojos pudieran encontrar, y sorpresivamente, los ojos de ambos se cruzaron en el mismo Minior.
-¡Un Minior negro! -gritaron los dos mientras apuntaban al Minior peculiar que habían visto, aunque aquel no fuera un color que un Minior tuviera- ¡Yo lo vi primero! ¡Es mi Minior de la suerte! -gritaron los dos, pegando las frentes en señal de desafío y aplastando a los Pokémon que tenían en brazos el uno contra el otro.
-Esperen niños, no hay razón para pelear -intentó separarlos el Profesor-. De todas formas, los Minior negros no existen. Seguro lo confundieron con un Minior morado o algo así-. Insistió el Profesor, pero solo terminó con los dos niños quejándose y afirmando que habían visto a un Minior negro y que era su Minior de la suerte. En ese momento ellos no lo sabían, pero aquel Minior negro los había unido aquella noche.
-¿Sabe qué? Vamos a probar que está mal. ¡No soy un mentiroso! –se apuntó Yuuji a sí mismo, y de forma improvisa, tomó a Zawako de la mano, y tiró de ella en dirección a donde se dirigían los Minior aún adornando los cielos.
-¡Aaaaah! ¡Espera! ¿A dónde vamos? –se quejó Zawako, a quien el niño con el Torchic en brazos jalaba colina abajo, lo que hacía a ambos correr más rápido por ir de bajada, mientras Samson Oak les gritaba porque se detuvieran- ¡No creo que el Profesor Samson Oak autorice esto! –se quejó Zawako perdiendo su sombrero en la bajada.
-¡Nos está llamando mentirosos! ¡Yo no soy ningún mentiroso! ¡Encontremos a ese Minior negro! –insistió Yuuji, mirando a los cometas aun cayendo del cielo, y buscando al de la estela negra en todo momento.
-¡Za-wa-ko! ¡Me es-toy ma-re-an-do! –se quejaba Eevee por la zarandeada que estaba sufriendo, mientras Zawako intentaba mantener el equilibrio, y Yuuji la obligaba a saltar tras de él sobre una cerca, y ahora a correr por terrenos más fáciles y menos empinados mientras cruzaban por una carretera- ¡Vomitaré! –se quejó Eevee.
-Yo ya vomité tres veces –exclamó el Torchic en brazos de Yuuji-. Hola, soy Torchic el Torchic, ¿y tú cómo te llamas? –preguntó el Torchic, Zawako se maravilló por escucharlo hablar, aunque el gusto le duró poco, cuando aterrada gritó por las luces de un auto en movimiento.
-¡Niño! –gritó Zawako, Yuuji se viró un poco, vio las luces, y saltó fuera del camino tirando de ella, por lo que comenzó a rodar colina abajo abrazado de ella para protegerla, aunque Eevee y Torchic no corrieron con la misma suerte, mientras rodaban por separado hasta estrellarse al final de la pendiente, mientras Zawako y Yuuji, ya mareados, intentaban sostener sus cabezas para que estas dejaran de dar vueltas- ¡Ten más cuidado! ¡Pudieron atropellarnos! –se quejó Zawako.
-Pero no nos atropellaron, y mira, llegamos a donde caen los Minior –le mostró Yuuji, un Minior se estrelló a escasos metros de ambos, y luces de colores rojos se alzaron tras el Minior caer en su cráter, como polvos mágicos que Zawako recordaba haber visto, en la ilusión del candado que Lon le había mostrado hace ya varios años atrás-. Yuuji –se apuntó el niño, todo mallugado por la rodada de la colina, pero sonriente.
-Zawako –se apuntó Zawako, sorprendida por la mirada profunda y escarlata del niño-. Por cierto, ¿por qué me secuestraste? –preguntó ella aterrada, y comenzó a temblar- No tengo dinero, vete… -insistió ella.
-¿Ah? ¿Secuestrarte? Solo quiero encontrar a nuestro Minior, que ese viejo sepa que no somos unos mentirosos –comentó Yuuji, otro Minior cayó, polvo de estrellas anaranjado se alzó del lugar donde cayó, y Yuuji se acercó al cráter, pidiendo a Zawako con un movimiento de su mano el que se acercara a ver mejor-. Mira, eso es lo que cayó del cielo –apuntó Yuuji a una coraza, que entonces se rompió, y un Minior naranja salió y los saludó.
-¡Minior! –sonrió Zawako, el Minior comenzó a flotar en dirección al cielo, regresando al espacio, mientras otros más caían, con estallidos de polvos de colores diversos, que alegraban el corazón de Zawako al verlos. Verdes, rojos, azules oscuros y pálidos, amarillos y naranjas, incluso algunos morados. Con cada Minior que caía, un torrente de polvo de estrellas se alzaba, seguido del Minior que rompía su coraza, que los saludaba, y que flotaba en dirección al cielo nuevamente. Pero ninguno de esos Minior, era el Minior que ellos habían visto- ¿Crees que en verdad nos equivocamos, y no vimos a un Minior negro? –preguntó Zawako.
-Vimos a un Minior negro, estoy seguro. Mi maestro dice que las niñas bonitas no dicen mentiras –guiñó el ojo Yuuji, Zawako se apenó, y frente a ellos un Minior cayó, levantando un torrente de polvos de diversos colores a su alrededor-. ¿Qué núcleo puede tener un Minior así? ¡Se alzaron todos los colores! –apuntó Yuuji, él y Zawako se acercaron al cráter, y de este, salió aquello que tanto estaban esperando- ¡El Minior negro! –exclamó Yuuji.
-¡El Minior negro! –exclamó Zawako, y ambos miraron al Minior negro estirarse, observarlos, y comenzar a subir al cielo- ¡Rápido, pide un deseo! ¡Es tu Minior! –insistió Zawako emocionada tras ver al Minior.
-¿Yo? Tú pídelo, yo ya tengo lo que quiero tras ver al Minior negro –sonrió Yuuji, Zawako se apenó, miró al Minior, luego a Yuuji, y no supo qué hacer-. ¿Qué esperas? ¡Pide algo! –le exigió Yuuji, y Zawako, apenada, miró en dirección al Minior que ya estaba muy alto.
-¡Minior! –gritó Zawako, Minior escuchó su voz, se viró, y observó a Zawako con curiosidad- Deseo… yo deseo… ¡poder tener un verdadero amigo humano que me acepte por lo que soy! –lloró Zawako, Minior la miró curioso, pero no dijo nada, se viró, y continuó subiendo al cielo- ¡Espera! –exclamó Zawako aterrada- ¿Qué significa eso? ¿Me lo cumplirá o no me lo cumplirá? –se estremeció Zawako, asustada.
-Zawako… -comentó Eevee, bastante malherida por la rodada colina abajo, el Torchic a su lado estaba noqueado y con los ojos en espiral-. Es solo una tonta leyenda de humanos, los Minior no conceden deseos –explicó Eevee, y Zawako comenzó a llorar-. ¡Ah! ¿Por qué lloras? ¿Qué hice? –se quejó Eevee.
-Los Minior… ¿no cumplen deseos? ¿Ni siquiera el Minior negro? –preguntó Zawako, Eevee se apenó, pero movió su cabeza en negación- Eso significa… que mi deseo jamás se cumplirá –continuó llorando ella, Yuuji la miró con preocupación, y pensó un poco en cómo animarla.
-Brendan dice que no debo permitir que las niñas lloren… pero… -meditó Yuuji al respecto, y entonces asintió con determinación-. Boba, el Minior negro te cumplió tu deseo –sonrió Yuuji, y Zawako lo miró con sorpresa-. ¿Estoy pintado o qué? ¡Yo seré tu amigo! –agregó Yuuji entusiasta, Zawako lo miró conmovida, y entonces miró a su Eevee con curiosidad.
-A mí no me mires, lo acabas de conocer –se defendió Eevee, mientras Torchic se reponía-. Quiero decirte que lo hagas, pero ni yo soy tan desesperada para decirte que tengas a este suicida salta colinas de amigo –sentenció Eevee, y Zawako lo miró con curiosidad.
-El deseo que le pedí al Minior negro… es tener un amigo humano que me acepte como soy… -comenzó ella, y Yuuji la miró con curiosidad-. Si en verdad eres ese amigo humano… entonces… no importa lo que te diga, lo vas a creer, ¿verdad? –preguntó ella.
-Eso creo… es lo que hacen los amigos, ¿verdad? –preguntó Yuuji, Zawako entonces comenzó a armarse de valor, pero miraba a Eevee como pidiéndole permiso. La Eevee de Zawako negaba rotundamente, pero Zawako estaba convencida- ¡Puedes decirme lo que sea! ¡Seré tu amigo sin importar qué! ¡Por el Minior negro! –exclamó Yuuji con entusiasmo.
-¡Por el Minior negro! –respondió Zawako con entusiasmo también, pero su nerviosismo regresó en ese momento, mientras miraba a Yuuji con impaciencia- Entonces, te lo diré… Yuuji… yo… yo puedo hablar con… -intentó decir Zawako, cuando una mujer en pantalón negro y hoodie del mismo color, cayó detrás de Yuuji con sus ojos rojos hechos ira divina.
-¡Pedazo de imbécil! –gritó la mujer, golpeando a su hijo con fuerza en la parte trasera de su cabeza, forzando a Yuuji a rodar por el suelo sosteniéndose la misma por el dolor, e interrumpiendo las intenciones de Zawako de decirle su secreto a Yuuji- Auch, no sé qué me duele más ahora… si mis rodillas por saltar esa última colina, o mi mano por golpearte la cabezota –se quejó Máxima, sobándose las rodillas y alternando con su mano- ¿En qué estabas pensando? –gritó Máxima.
-¡No estaba pensando nada! –se quejó Yuuji, Máxima miró al niño con instintos asesinos, mismos que aterraron a Yuuji, quien comenzó a retroceder asustado, mientras la mujer hervía con un coraje inimaginable.
-¡OBVIAMENTE NO ESTABAS PENSANDO EN NADA CABEZA DURA! –le gritó Máxima, intimidando a Yuuji aún más. Zawako lo miró todo, un poco angustiada por la forma en que la mujer se dirigía a Yuuji, pero antes de siquiera poder decir algo, notó a su madre corriendo colina abajo con su padre siguiéndola de cerca, y se sintió siendo levantada por Valerie, quien comenzó a abrazarla amorosamente.
-¡Zawako! –enunció Valerie con lágrimas en sus ojos, e inmediatamente después comenzó a arrullarla en sus brazos, y a llenarla de besos, lo que incomodaba a Zawako ya que sentía demasiado amor y eso la empalagaba. Su padre era más tranquilo que su madre en ese aspecto, esperando pacientemente, mientras veía a madre e hija compartiendo un momento- ¿Estás bien? ¿Qué ocurrió? ¿Cómo es que haces siempre para meterte en una calamidad? –preguntó Valerie.
-De tal Trevenant, tal Phantump –se burló un poco Agustín, molestando a Valerie, y aterrando a Zawako, quien sentía un pánico inmenso por los Pokémon Fantasma-. ¿Estás bien, Zawako? –preguntó tranquilamente, aunque sorprendiéndose del sermón que la mujer a pocos metros de él le daba a su hijo Parkourista.
-Mamá… papá… -comenzó Zawako, sus ojos abiertos como platos, sus mejillas sonrojadas. Aquello confundió un poco a Valerie y a Agustín, quienes intercambiaron miradas confundidas, mientras Zawako, entusiasta, sonreía inmensamente emocionada-. ¡Tengo un amigo de verdad! –exclamó Zawako emocionada, con una sonrisa tan genuina, que Valerie casi podía afirmar que era mágica.
-¿Hiciste un amigo? –preguntó Valerie, y Zawako asintió- ¿Humano o Pokémon? –preguntó Valerie, y Zawako apuntó a Yuuji, a quien Máxima en esos momentos forzaba a reverenciar en dirección a su familia, sintiéndose inmensamente apenada.
-¡Lo lamento! ¡Realmente lo lamento! –exclamaba Máxima con fuerza, incomodando un poco a Valerie- ¡Les juro que no descansaré, hasta que este engendro del mal al que llamo hijo sea al menos una persona decente! ¡Discúlpate! –ordenó.
-¿Eh…? Una disculpa obligada no es una disculpa… -se quejó Yuuji, Máxima lo amenazó a puño cerrado- ¡Lo siento! ¡No es una disculpa obligada! ¡De verdad lo siento! –respondió Yuuji temeroso, Valerie entonces miró a Zawako, un poco incomoda, y apuntó al niño temeroso de la violencia de la que su madre era capaz.
-Yuuji es mi mejor amigo ahora –comentó Zawako. Valerie, Agustín y Máxima la miraron todos con rostros confundidos, Yuuji solo asintió un número exagerado de veces de forma aterrada, mientras se cubría de su madre con Torchic en brazos- ¿Estás orgullosa de mí, mamá? ¡Por fin tengo un amigo humano! –insistió Zawako.
-Creo que sí… aunque… es de Hoenn –le comentó Valerie nerviosamente, Zawako no alcanzaba a comprender por qué eso era un problema. Agustín por otra parte, comenzó a acercarse a Máxima y a Yuuji, confundiendo a madre e hija, y asustando a la violenta mujer.
-Diantres… -se quejó Máxima-. Si me demandan por tu culpa… vas a tener aún más problemas de los que ya tienes… -le susurró Máxima, y Yuuji, aterrado, se limitó a asentir un buen número de veces nuevamente mientras continuaba usando a su Torchic de escudo. Agustín entonces se posó frente a ella-. Escucha amigo… ya me disculpé, no puedo hacer más que prometerles que voy a reprender a este mocoso severamente… yo… -intentó decir, notando entonces la mano de Agustín extendida en su dirección.
-Un placer conocerla, mi nombre es Agustín Sycamore, y soy un profesor de la Universidad Romantis de la Región Kalos –se presentó Agustín, Máxima intercambió miradas con su hijo, quien alzó y bajó los hombros sin saber qué decir, Máxima simplemente estrechó su mano-. Creo que ya conoció a mi esposa Valerie, la Líder de Gimnasio de Ciudad Romantis, y a nuestra hija… Zawako… -presentó Agustín, y Valerie, comprendiendo lo que su esposo hacía, se acercó sonriente, y colocó a Zawako en el suelo junto a su Eevee- Ella, es lo más importante en la vida de mi esposa y mía, estoy seguro que lo comprende. Su hijo, Yuuji, es lo más importante para usted también, ¿no es así? –preguntó Agustín, Máxima miró a su hijo, se sentía incomoda, pero asintió de todas formas- Es perfecto entonces. Quisiera asegurar que los sueños de mi hija se hagan realidad. ¿Hay forma de asegurar que nuestros hijos después de este campamento, no pierdan el contacto? –preguntó Agustín.
-¡Sería una inmensa tragedia separar a Zawako de su primer amigo después de todo! –continuó Valerie, Zawako los miró a ambos entusiasmada, y después a Yuuji, quien se rascaba la nuca confundido. Era algo extraño, pero el entusiasmo de Zawako, hacía creer a Valerie, genuinamente, que Zawako no sería rechazada por su don como ocurrió con ella.
Región Kanto. Ruta 01. (Seis años más tarde).
-¡No estoy de acuerdo! ¡No puedes decirle! –seis años más tarde, cierta joven de cabellera azulada y ondulada, bailoteaba alegremente mientras caminaba en vestido azul y bata de laboratorio, con una canción que tarareaba mientras los Pokémon de la Ruta 01, en su mayoría Caterpie y Pidgey, la miraban y tarareaban la misma canción, como si escucharan perfectamente la voz de la chica que daba brincos alegres por la ruta, mientras su Eevee se quejaba amargamente- Escúchame, Zawako. Sé que puedes oírme todavía, no finjas que no me escuchas –se quejó su Eevee.
-No finjo nada, Eevoli. Podré perder la habilidad de escuchar algunas voces Pokémon, pero jamás la voz de mi mejor amiga –guiñó el ojo Zawako, su Eevee suspiró intranquila- No seas amargada, nada puede salir mal, es Yuuji, él entenderá –insistió Zawako.
-Estamos hablando del niño salta colinas con el que solo hablaste por dos semanas cuando tenías ocho años –insistió Eevee, Zawako se sintió deprimida por el recordatorio, y comenzó a perder su valor-. Tu madre me advirtió que seguramente saltarías a arruinarlo todo. Sé que estás emocionada, pero tienes que mantener la calma, ya has perdido las voces de muchos Pokémon. Si tu corazón se sigue cerrando… -intentó decir Eevee.
-¡Entonces lo volveré a abrir! –exclamó Zawako con determinación, y su Eevee se impresionó por la seguridad de Zawako- Voy a hablar con todos los Pokémon, no existirá un solo Pokémon al que no pueda escuchar, y ya elegí a la persona, a la que le voy a contar el secreto… mamá dice que puedo encontrar la felicidad si creo en la magia, y yo, soy magia –sonrió Zawako, su Eevee se sintió orgullosa de ella, pero entonces Zawako viró la cabeza-. Aunque… soy una mujer de ciencia… si hubiera puesto "soy magia" en mi currículo, el Profesor Oak no me hubiera aceptado como asistente –sonrió ella nerviosamente.
-Abuela Valerie, me disculpo, pero tsu hija no tiene remedio… -exclamó Eevee para sus adentros, cuando sus orejas la alertaron del estallido de una Pokébola-. Mecanismo oxidado y descuidado, olor a carbón… no puedo creerlo, de verdad es él –se quejó Eevee.
-¿Lo olfateaste? ¿Dónde? –preguntó Zawako emocionada, Eevee aún tenía sus dudas, pero suspiró, y guio a Zawako en dirección a una colina, desde donde Zawako logró ver a dos entrenadores en una batalla Pokémon- ¡Es él! -se alegró Zawako- No se parece mucho al niño que conocimos en Alola, pero el Torchic lo delata, ¡de verdad es él! –sonrió Zawako, atesorando aquel sentimiento en su pecho- Por fin compartiré mi secreto… el secreto de mi madre… el mundo sabrá… que es posible, hablar con los Pokémon…
Gracias por caminar conmigo por las páginas de esta historia, los veré, tal vez, en otro camino de letras.
Si esta historia fue de tu agrado, y quieres saber más sobre el personaje de Zawako, leer su historia, la continuación oficial de esta historia es:
"Crónicas de un viaje Pokémon."
