Aclaraciones: Naruto no me pertenece, sino que son de Masashi Kishimoto. La historia si es mía.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Under the Moon
.
Capitulo 1
.
Ojos rojos
.
"¿Dónde puedo ir, cuando las sombras están llamando, las sombras me están llamando?
¿Qué puedo hacer, cuando me está jalando, jalándome por debajo?"
.
"Me asesinará" Pienso antes de sentir una piedra incrustarse en mi pie. No escucho pisadas ni el aliento de algo tras de mí, pero si siento sus ojos. Sus ojos al acecho, sus ojos que me persiguen con intención de matarme.
Y sé que, si me detengo, en algún momento lo hará. Quizás me corte en pedacitos pequeños o quizás ponga su mano en mi cuello, robándome de a poco el oxígeno que mis pequeños pulmones.
O quizás me hará lo mismo que le hizo a la chica. A la chica que sé que está muerta.
Y si me atrapa, si me tiene, me matará.
Salto otra rama, sintiendo que mis jadeos se hacen más frecuentes y pesados, y mi cuerpo en cualquier momento puede desplomarse en la tierra. Tengo que aguantar, morderme los labios si otra rama hace heridas en mis piernas desnudas, porque si me desplomo en este bosque sin llegar al campamento, moriré. Incluso si no me asesinará esa persona, bien puede hacerlo un oso o puedo sufrir ante la baja de temperatura que caerá en la noche.
Quizás debí haberle dicho a mi profesora de educación física que tenía razón, que debía enseñarme con más afán sobre cómo correr más rápido; cómo podía hacer que mis pequeñas piernas no temblaran ni flaquearan.
Sacudo mi cabeza, ¿Qué tan estúpida puedo ser para pensar en mí profesor en vez de pensar en cómo salir con vida de esta?
El pánico sube por mi cuerpo y comienzo a sudar frío, ya que a los 8 años estaré muerta. Mi abuela ni siquiera llorará en mi funeral, pero quizás me agradezca el hecho que no tuvo que gastar tanto dinero en un tremendo ataúd.
Al final, algo bueno haré para ella, ¿no?
Y, aunque ese pensamiento puede hacer que me calme, el sólo hecho de que tenga 8 años y no podré llegar a los 9, hace que todo pensamiento se nuble por el pánico.
Porque no quiero que mi ataúd sea pequeño; quiero que sea tan grande que será necesario varios hombres para llevarlo. Aunque quiero que mi abuela me agradezca por algo, siempre puedo hacer que mientras pasen los años, me pueda volver más cercana a ella. Porque, aunque sé que ella ahora no llorará por mi muerte, quizás en muchos años más adelante ella podrá llorar mientras me incineran.
Y con ese pensamiento, mis piernas consiguen fuerzas y comienzo a correr con más vigor. Una sonrisa sale de mi boca cuando veo las luces del campamento a unos metros más adelante.
Me siento feliz y esperanzada cuando me doy cuenta que corriendo un poco más, estaré segura en el campamento, prometiéndome que nunca más cruzaré ni caminaré por el bosque para buscar luciérnagas.
Pero, cuando mi pie se atora con una raíz salida de un árbol, sé que ya no hay futuro para mí.
Y quizás cuando mi cabeza choca fuerte contra una piedra y siento que la sangre sale de mi cabeza, sé que jamás llegare a casarme o a tener hijos. Jamás tendré canas en mi cabeza ni arrugas en mi cara.
Porque cuando en mi neblina de inconsciencia veo a un hombre parado mirándome con sus profundos ojos rojos desde la rama alta del árbol por el que me caí, sé que llegó mi fin.
Y cuando cierro mis ojos, cayendo en la inconsciencia, sé que hasta mi vida termino a los 8 años.
Voy a morir.
.
.
"Se está acercando, pierdo el control.
Está tomando el control."
.
.
"Podría apretarlo con el cinturón" pienso "Pero ¿Qué hago con los otros dos?" Me muerdo el labio cuando veo que no hay escapatoria.
Miro por la ventanilla del vehículo, viendo nada más que kilómetros y kilómetros de árboles y pienso que aun si escapara, no conozco la zona, por lo que me podría encontrar con algún animal salvaje o podría caer por algún barranco. Eso, si es que no me atrapaban antes.
¿Cómo diablos escapo de 3 personas?
Mientras nos adentrábamos en el cerro, pensé que podría hacer que el conductor chocara con un árbol y de tal manera yo podría huir, pero aquel plan también me pondría en peligro a mí y podría salir afectada por el accidente, por lo que descarte inmediatamente ese plan.
Luego había pensado en que podría convencerlos con palabras, pero ni con eso pude, ya que ninguno me dirigió una sola palabra, excepto el que iba de conductor, ya que, aunque la mitad de su cara estaba tapada por una máscara, su único ojo visible se curvo divertido. Quizás y sabia cuáles eran mis planes.
Y en mis planes, solamente estaba la idea de escapar lo más rápido que pueda ya que sabía que una vez llegara al internado, sería imposible salir de ahí. Pero la cosa es, ¿Cómo lo hago?
Debí haber escapado cuando vi que era extraño el que mi abuela me dijera que íbamos a salir.
¿Cuándo me había dicho ella algo de "pasar una tarde de chicas"? Jamás en la vida, ni siquiera me había comprado un helado cuando era niña, entonces ¿Por qué diablos caí tan fácilmente en la trampa?
Porque era ingenua.
Porque a pesar que mi abuela jamás me había demostrado el amor de una madre o de una abuela, yo si la quería en mi vida y estaba esperando lo mejor de ella. Había que admitir que mi abuela era inteligente, ya que sabía que mi debilidad era el poder recibir un poco de amor y ella se aprovechó de eso.
¿Qué fue lo que me dijo cuando llegamos a un estacionamiento donde me esperaban 3 personas delante de un vehículo? Me obligo a subir a dicho vehículo y cuando estuve sentada y extrañada por toda esa situación, simplemente me tiro un folleto a mis piernas y me dijo "ahora ya no me causarás problemas". ¿Después? Cerró la puerta y les dijo a las personas que arrancaran el jeep.
Cuando vi que la cosa estaba rara, agarre la manija de la puerta y trate de abrirla y saltar a la libertad, pero simplemente pusieron el seguro de niños y arrancaron el vehículo.
Aun cuando le grite a mi abuela, ya sea por ayuda, que no me abandonara o que me llevara con ella de vuelta a casa; simplemente me dirigió la acostumbrada mirada de decepción y odio, y se dio la vuelta perdiéndose de mi vista.
Sin poder contenerme, solté unas lágrimas mientras lloraba por la única familia que tenía y que me había abandonado. De algún modo me sentí como un animal, como un perro cuando es dejado a la orilla del camino porque se portó mal o porque ya no sirve en la familia.
Para mi abuela, yo me había portado mal y claramente ya no le servía.
Asique, ¿Qué hizo? Simplemente me matriculo en un internado para gente problemática y peligrosa para la sociedad.
La única muestra de consideración o amabilidad que me habían mostrado las personas que me rodeaban en el jeep, fue cuando la mujer recogió el folleto que había caído a mis pies y lo puso en mis muslos, sin antes decirme un "aquí entenderás todo, chica". Y cuando vi que mi abuela ya no vendría por mí y me había abandonado, abrí el folleto.
Adentro había imágenes sobre como seria el internado, las cosas que prometían y lo que más resaltaban era "donde sus hijos y los demás estarán seguros".
¿Estarán seguros? Aquello me sonaba como a una prisión para mantenernos lejos de la sociedad. Para no ser un peligro para las personas; así que, básicamente, nosotros no estaremos seguros, sino que la población es la que estará segura con los chicos problemáticos en medio del bosque. No me sorprendería encontrar un edificio lúgubre y abandonado rodeado de nieblas y donde jamás entraría un rayo de sol.
Es lo que se supone que es, cuando está en medio de una montaña y rodeado de solamente bosque. Sobre todo, si era un internado para gente problemática.
Quiero decir, ¿en serio soy un peligro para la sociedad? Lo creería así si fuera una persona que le prendía fuego a las casas de las familias con ellas dentro o siendo una acosadora, psicópata o asesina. Pero no era ninguna de esas.
"Pero si eres una ladrona" me susurra una voz en la cabeza y me muerdo el labio sabiendo que mi consciencia tenía razón.
Soy una ladrona. Robar dinero de tu abuela te convierte en una ladrona, ¿no? Y tal parece que también te convierte en un peligro para la sociedad.
Tampoco es como si le hubiera robado el dinero al banco ni los hubiera asaltado con un arma en cada mano, por amor de Dios; simplemente le saque algunos billetes a mi abuela y escape de casa.
¡Se los iba a devolver! Cuando ya estuviera instalada en un lugar y tuviera un trabajo, le devolvería cada billete por lo que no podían llamarme una total ladrona por eso, ¿o sí?
Había planeado ese plan durante un mes, juntando el dinero del trabajo de medio tiempo en el que había estado y al ver que no sería suficiente, me dije que le sacara unos billetes a mi abuela (pensando desde ya en devolvérselos); agarre una mochila y eche lo más esencial ahí sabiendo que cuando llegara a una ciudad lo suficientemente alejada como para que no me reconocieran ni me buscaran, compraría solamente lo necesario para sobrevivir. Así que me compre un billete hasta Yokohama para después dirigirme a una de las islas que rodeaban las costas de Miura. ¿Quién me buscaría en una isla donde solamente había campo? Por lo que pensé que mi plan era brillante, ya que alguien orgullosa como mi abuela jamás me buscaría ahí; pero todo plan se fue por el desagüe cuando apenas llegue a Yokohama, me detuvieron y me llevaron ante mi abuela.
Tal parecía que mi abuela contacto a la policía, gracias a ello fue tan sencillo encontrarme y siendo mi abuela alguien de influencia, fue terriblemente fácil movilizar las fuerzas policiales para encontrar a una joven rebelde.
La joven rebelde era yo.
Apenas estuvimos solas en la casa, me quito la mochila, me dijo "una total decepción. Como siempre" y me encerró en mi habitación. Me encerró durante 2 días y solamente veía su sombra cuando me iba a dejar la comida. Y cuando creí que se le había pasado el enojo, me mando a un internado.
¿Tan malo fue desear un poco de felicidad? ¿Un poco de libertad?
Ante los ojos de mi abuela fue terrible.
Cuando siento que el auto se detiene, me doy cuenta que perdí tiempo preciado, recordando todo lo que había pasado en los últimos días en vez de haber ideado un plan. Y cuando veo que las grandes rejas, rodeadas por frondoso bosque, donde los árboles son tan altos que con suerte y entra un pedazo de luz solar, sé que ya no hay escapatoria para mí.
Porque, aunque trate de escapar, el bosque siempre me detendrá.
Específicamente, el miedo a encontrarme con unos ojos rojos entre las ramas.
.
"Me estoy deslizando en el fondo
Estoy en mi cabeza, no puedo recuperar el aliento"
.
Veo por última vez mi celular antes de que lo metan en una caja de metal, cerrándolo con candado y con mi nombre escrito en un papel en la tapa. Si hubiera sabido a qué tipo de internado vendría, por último, hubiera traído algunos naipes para divertirme. Por suerte y mi abuela tuvo algo de compasión y hecho en mi maleta mis blocks, pinceles y pintura.
Quizás me divierta un poco dibujando.
Además, en un colegio tan grande como este, bien puede haber una biblioteca tan grande igual. Mi único consuelo sería que podría pasar tardes completas en ese cuarto. Eso sí es que había biblioteca.
-En un minuto, llegará tu compañera de cuarto a mostrarte el lugar. – No sé si es porque soy nueva o porque ella trata a todos los estudiantes de ese modo, pero me parece que es alguien con mucho enojo en su vida. Veo las canas en su cabeza y de algún modo me recuerda a mi abuela.
¿Acaso a cada lugar que vaya, me encontraré con alguien parecida a mi único familiar?
Porque, aun cuando le agradezco por su atención, ni siquiera me da una mirada y se concentra completamente en un periódico.
¿Llegaban periódicos de la ciudad hasta esta parte? Según lo que recordaba, estábamos bastante lejos de Tokio, yendo 3 horas hacia la montaña, por lo que sería un calvario traer periódicos todos los días.
Pero cuando veo que la fecha es de hace 20 años atrás, me hace suponer que lo está leyendo por segunda vez. O quizás por quinta vez.
No me sorprendería que lo haya leído ya 10 veces. ¿Acaso no se aburría de leer las mismas noticias? Tal parece que no.
Escucho el timbre al fondo del pasillo despejado, y cuando veo que detrás de la puerta con ventanas junto a un guardia al frente, comienzan a caminar estudiantes de un lado para otro mientras cargan sus libros o cuadernos, supongo que están cambiando de salón.
Me sorprende el hecho que mi abuela me haya mandado a un internado mixto, ya que durante toda mi vida me había mandado a colegios solamente para mujeres, argumentando que "no quería que le trajera más vergüenza que lo que mi madre le trajo".
No sé muy bien a que se refería.
De todos modos, tengo que pasar mis manos por mis piernas cubiertas de mis pantalones militares holgados, ya que estaba sudando al pensar en compartir clases con hombres. Además de los empleados que había en la casa, donde la mayoría eran de la edad de mi abuela, jamás había compartido con un hombre. Cuando mis amigas iban a citas grupales con hombres de otros colegios, yo siempre me iba a mi casa o al trabajo y no compartía con nadie.
Me volví consciente de lo lamentable que era cuando vi que en mi celular solamente tenía el número de la casa y de la panadería donde hacía trabajo de medio tiempo.
Ninguna amiga, ningún amigo, ni siquiera tenía el número de mi abuela.
Salto cuando escucho de nuevo el timbre, dando a entender que los estudiantes deben volver a sus aulas. Sin embargo, nadie vino a mostrarme el colegio.
Miro hacia la anciana, quien me había quitado hace poco el celular y les dijo a los guardias que me revisaran por si tenía una navaja. Tal parece que había estudiantes que llegaban con cualquier cosa a este colegio.
De todos modos, no sé si la anciana me ignora o no se ha dado cuenta que nadie vino a buscarme, por lo que le hablo. Recordándole que todavía estoy aquí.
-D-Disculpe. – Toco la superficie del mueble que nos separa, esperando que esta vez sí me mire. -N-Nadie me vino a b-buscar. – Por el suspiro que soltó, estoy segura que me escucho. En todo caso, si seguía teniendo dudas, volaron por mí cabeza cuando la recepcionista agarro un micrófono y habló mientras presionaba el botón.
-Uzumaki Karin, ven a la recepción. - Y cuando está por apartarse del micrófono, vuelve a hablar. - Ahora. -
No pasa mucho, hasta que veo pasar a una pelirroja hermosa y confiada de sí misma por las puertas que dan al pasillo del colegio, no sin antes detenerla el guardia y decirle que levante las manos, todo eso mientras le revisa por si anda con algún artefacto peligroso. La cara de hastío y cansancio que ella le dirige, no se la quita nadie. Supongo que el guardia hace aquello cada vez que cruza un estudiante.
Le sonrió amable y comprensiva a ella, disculpándome por molestarla cuando es más que claro que quiere estar en otro lugar. Pero su mirada de hastío no cambia y simplemente se dirige a la recepcionista sin dirigirme nunca la palabra.
Acepta un papel que le entregan junto a unas llaves y me las pone en la mano, antes de indicarme con la cabeza que comience a seguirla. Ni siquiera me espera a poner mi mochila en mi espalda o agarrar la maleta, sino que comienza a caminar y se detiene cuando el guardia vuelve a revisarla. Lo mismo hace conmigo, pero, aunque pensé que me revisaría la maleta, no lo hizo. Quizás estuvo conforme con el trabajo que hicieron las personas que me trajeron hasta este internado y que me revisaron la maleta antes de entregarme a la recepcionista y perderse por los pasillos.
Miró el papel que me había entregado la peli roja llamada Karin, viendo que es un horario y un mapa de la escuela, y cuando cruzamos pasillos con las puertas de las aulas cerradas y los estudiantes en sus clases, de a poco me voy orientando.
Cruzamos pasillos, todavía sin compartir ninguna palabra, y llegamos a un edificio que dice "mujeres".
Claramente es el dormitorio de las mujeres.
Subimos al segundo piso del gran edificio, y nos detenemos en una puerta, antes que ella saque una llave y la haga girar, permitiéndome ver el interior. Veo dos camas en las paredes opuestas de la habitación y se ve que la mitad ha estado desocupada durante mucho tiempo.
Mientras la mitad de la habitación que creo que es de ella está decorada de rojo y morado, junto a un escritorio repleto de maquillaje, la otra mitad está con una cama sin hacer, un escritorio junto a una silla y un closet, donde supongo que pondré mi ropa y unas ventanas francesas que se encuentra justo a la mitad de la habitación.
Miró detrás de las cortinas y me doy cuenta que hay un pequeño balcón, soltando un suspiro de alivio al pensar en las noches que podré pasar ahí, tratando de relajarme ante el nuevo cambio.
-El baño y las duchas están cruzando el pasillo. - Giro a mirarla sorprendida cuando escucho que esta vez sí se dirige a mí. - Y te diré una cosa que espero que te quede bien clara.
Dejo mi maleta y mochila sobre la cama, esperando a que hable.
-Si se pierde algo mío o te encuentro intruseando en mi lado de la habitación, te juro que tendrás miedo de dormir conmigo al lado – Si sus palabras no fueran tan firmes y demandantes, está más que claro que la mirada fulminante de sus ojos tras sus lentes ha dado en el blanco. - Lo que es mío, es mío, ¿quedo claro?
Trago un poco de saliva mientras asiento con la cabeza.
Pero toda mirada enojada que había en ella, se disipa cuando vibra su celular y lo saca, viendo la pantalla. ¿Acaso a ella no le quitaron el celular? Pero viendo que lo oculta dentro de su chaqueta del colegio, me da a entender que está usándolo contra las reglas.
- ¡Sasuke! Ya iré, solamente estaba dejando… - Pero toda frase de ella se desvanece, cuando escucho a una voz ronca interrumpirla y decirle algunas palabras. Y la próxima vez que ella habla, lo hace casi con pesar y dolor. - Esta bien. -No pasa mucho hasta que aparta su celular del oído y queda mirando fijamente la pantalla.
Yo me muevo incómoda, no sabiendo que hacer.
-Si no fuera por tu culpa, me hubiera podido encontrar con Sasuke. - Me sorprendo cuando su mirada de enojo se dirige hacia mí y quiero objetar, diciendo que, si ella me hubiera ido a buscar en el receso, no tendría por qué escaparse de clases para encontrarse con esa persona, pero sé que aquello sólo hará que se enoje aún más. - Ni creas que seré tú amiga o que te ayudaré cuando lo necesites. - Y con esas palabras, sale enojada de la habitación, dando un portazo.
Yo suelto un suspiro, sabiendo que ya empecé con mal pie con mi compañera de cuarto.
"Es solo el primer día, siempre puede mejorar".
Me doy ánimos y comienzo a sacar mis cosas de la maleta.
.
"Me estoy deslizando en el fondo.
Siente la corriente dentro. No puedo dejar de ceder"
.
Miró hacia la izquierda y derecha, no sabiendo que pasillo tomar, pero vuelvo a mirar el mapa, esperando orientarme.
Y, dando un salto de fe, me dirijo hacia la derecha.
Apenas había desempacado mis cosas, me di cuenta que no tenía ropa de cama ni el uniforme del internado, pero cuando vi el horario que tendría para las siguientes clases, solté un gritito cuando en la parte superior de la hoja aparecía una nota que decía "El director te está esperando en 1 hora".
Volví a mirar mi reloj, y me di cuenta que ya llevaba 30 minutos de retraso para encontrarme con el director de colegio, y si a eso le sumamos el hecho que he pasado de un pasillo a otro, no sabiendo cual tomar, claramente ya llevaba su buen tiempo atrasada.
Mis pasos se comienzan a detener cuando escucho unas risas y algo más de una habitación, y cuando leo que dice "armario del conserje" junto a un gemido, sé muy bien lo que están haciendo. Porque por mucho que no haya interactuado con hombres, sí sé que a los bebés no los trae la cigüeña.
Y cuando vuelvo a escuchar un jadeo femenino, prefiero volver a correr por el pasillo, esperando dejar atrás a esa habitación. Claramente mi rostro está rojo como el trasero de un mandril. Esperando que mientras este en ese establecimiento, no me vaya a topar con muchas personas que hagan el mismo tipo de "ejercicio" que las que estaban en el armario.
No sé cómo ni cuándo, pero me encuentro frente a unas puertas, donde en un costado se lee "oficina del director".
Bueno, no sé cómo llegue, pero agradezco que lo haya hecho de un modo u otro. Solo espero que el director no se enoje tanto conmigo por llegar tarde.
…
Salí de la oficina ya más feliz, ya que pensaba que el director se enojaría conmigo por llegar tarde, pero cuando le explique los motivos, simplemente inhalo de su pipa y con una sonrisa amable me dijo que no había problema, que él entendía.
Me explico como funcionaban las cosas en el colegio, que la ropa de cama la ponía el colegio y que cuando volviera a mi habitación ahí estaría junto a mi uniforme, que mi abuela ya había pagado con antelación.
Incluso se disculpó porque cuando yo había llegado, no se encontraba ninguna de esas cosas listas, pero también entendí que mi abuela hizo todos los trámites rápido y casi sin tiempo para preparar nada. Incluso con una sola mirada, entendió que mi compañera de habitación que tenía no era muy agradable, por lo que me dijo que mañana antes de entrar a clases, habría una chica en mi puerta esperando a mostrarme el colegio.
Y, por último, me dijo que esperaba que me lo pasara bien y que, a cualquier duda, recurriera a él.
Por un momento había pensado que al ser este un internado para gente problemática, el director Hiruzen Sarutobi sería alguien de mano dura, pero grande fue mi sorpresa cuando me encontré con un anciano muy amable.
Aquello era raro para mí, ya que todos los ancianos que he tenido en mi vida han sido estrictos y fríos. Es agradable sentir un poco de amabilidad.
Miró hacia el cielo, sorprendida de encontrar a la luna ya salida y posada en el cielo. ¿Qué tanto estuve hablando con el director? Tal parece que fue más de una hora.
Vuelvo a caminar por los pasillos, tratando de recordar por cual camino había venido, pero ya que parece que el toque de queda todavía no ha comenzado, prefiero mirar con más detalle la estructura de edificio. Mi casa era estilo japonés, pero este edificio era algo completamente diferente.
La primera vez que entre, me maravillo y al mismo tiempo me asustó el encontrar un edificio como este en medio de la montaña, con grandes árboles alrededor.
Jamás había visto un edificio victoriano, por lo que era algo interesante recorrer cada pasillo, aunque el que fuera de noche y que las luces que habían colgadas en las paredes no alumbraran mucho, causaba un sentimiento de temor. Casi como si fuera una casa de terror, donde al cruzar una esquina te encontraras con criaturas extrañas.
Quizás a muchos les calmaría el hecho que la luna alumbrara gran parte del edificio por las ventanas en los pasillos que daban al bosque, pero tenía que admitir que todo esto solo hacía que mi temor aumentará.
Porque 10 años atrás, también había estado en un bosque con la luna llena iluminando mi camino.
"Fue solo un sueño" me recuerdo "solo un sueño". Pero, aunque me diga eso todos los días y todas las noches, una pequeña parte de mi mente me dice que no fue así, que realmente vi a aquellos ojos rojos que me perseguían.
Que me siguen persiguiendo hoy en día en pesadillas.
Pero cuando giro en un pasillo que conozco y veo a una pareja en la ventana, me calmo un poco al saber que no me encuentro sola.
La chica (que tiene el pelo rojo algo apagado en comparación del cabello de Karin y con un sombrero negro con vendas a los lados) se está despidiendo del chico, dándole un último beso en la mejilla antes de reírse y perderse en el pasillo. El hombre que abrió la ventana para estar sentado en el marco, simplemente la observa irse, antes de girar su cabeza para mirar el cielo.
Mas específicamente, la luna.
Estando a espaldas mías, no puedo verle nada más que su gran espalda y su cabello negro, mientras una de sus piernas está estirada hasta el suelo, la otra supongo que está doblada sobre el marco de la ventana.
Quiero decirle que es peligroso, que estamos en el cuarto piso y con la menor brisa puede caerse al vacío, pero ni siquiera lo conozco, así que no puedo meterme en aquello que no me incumbe. Pero tampoco quiero despertar mañana y saber que alguien se cayó de la ventana y bien pude yo haberlo detenido de hacer tal cosa. Además, mi consciencia no me dejaría en paz si aquello pasara.
Por lo que prefiero caminar y detenerme donde él, dar una pequeña reverencia y recomendarle que se aleje de la ventana.
Aprieto mis manos para darme valor y hablar con el primer hombre joven en mi vida, esperando que ni mi cuerpo ni mi voz tiemble.
Cuando estoy a dos pasos, no se si no se ha dado cuenta de mi presencia o simplemente no le importa, porque de todos modos sigue mirando a su derecha, a la luna que de a poco se va elevando más entre los árboles.
Y, cuando estoy justo frente a él, carraspeo y hago una pequeña reverencia, deteniendo mi andar.
-H-Hola. - Me lamento justo en ese momento el que mi voz haya temblado, pero me obligó a seguir hablando y a levantar mi mirada. – S-Sería peligroso que este… - Pero toda palabra se interrumpe, cuando su cabeza gira hacia la mía.
Quizás otra persona se hubiera impactado de la belleza que contiene el rostro que me mira de frente, quizás hasta hubiera suspirado al ver un rostro tan hermoso y perfecto como ese. Quizás alguien se habría enamorado de inmediato.
Pero, contrario a lo que las demás personas pueden haber sentido, yo me lleno de miedo. De espanto y pavor.
Porque he visto ese rostro, he visto ese rostro en una noche como esta, tan parecida a la de hace 10 años atrás. Solo que esa vez, yo estaba corriendo con pánico entre los árboles.
Y, esa vez, sus ojos estaban rojos.
Suelto un grito mientras me apartó de él hasta topar con la pared a mis espaldas mientras me caigo al piso.
Mi cuerpo comienza a temblar de puro miedo cuando su mirada se traba en la mía.
-Ojos rojos… - Susurro, quizás demasiado bajo, pero sé de alguna manera que él me escucho.
Sus ojos me lo dicen.
Aunque pasen muchos años, todavía no sé qué nombre ponerle a esa persona que encontré en medio del bosque cuando tenía 8 años, por lo que solamente lo llamaba "ojos rojos".
Incluso en mis sueños le decía "ojos rojos".
Y rogaba para que "ojos rojos" ya no me persiguiera ni me encontrara.
Aunque ahora sus ojos no son rojos, son negros y aquello debería calmarme un poco, pero es su rostro lo que me da más pavor.
Lo que me hace temblar de miedo. Porque es la misma cara de hace 10 años atrás. No tiene una arruga más, ni un cabello blanco en su melena, ni el rostro de alguien que debería tener 30 años.
Su rostro es el mismo que hace tiempo atrás.
Es como si el tiempo hubiera pasado en mí, pero en él se detuvo. Quedándose joven por 10 años.
El solo pensamiento hace que comience a hiperventilar. Y sé que me desmayare, pero, aunque me digo a mí misma que no lo haga o que me mueva para estar lejos de él, mi cuerpo no me responde.
Simplemente suelto pequeños jadeos con temor, antes de sentir que mis ojos se cierran.
Y cuando veo entre mis pestañas que él comienza a caminar hacia mí, mis ojos se cierran cayendo en la inconsciencia, tengo el mismo pensamiento que tiempo atrás.
Voy a morir.
Porque, aunque me estuvo persiguiendo en mis sueños, en la vida real ya me encontró.
.
"Como sangre en mis venas
La oscuridad se hunde, la oscuridad se hunde
Comandando mi alma."
.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Canción: Deep end- Ruelle. Solo por este capítulo pondré la letra entera de la canción. Para los siguientes capítulos, solo pondré una pequeña parte de la canción en el inicio del capítulo.
Bueno, ¿qué les parece?
Siempre quise hacer una historia así, con seres fantásticos o mitológicos que se encuentran en medio del bosque; en este caso, en un internado.
Pensaba hacerlo más largo, pero este capítulo debía terminar cuando Hinata se encuentra con Sasuke, por lo que pensé que se podrían aburrir a mitad de capitulo, así que preferí apurar un poco las cosas.
Quizás los próximos capítulos sean más largos.
Ahora bien, no sé cuándo actualizaré, pero espero que estén atentos y me dejen comentarios, ya que, si no recibo, lamentablemente se me van mis ganas de escribir.
Con respecto a mis otras historias (Forget It y Good Girl) puedo decir que la primera ya tengo el capítulo casi listo, mientras que la segunda, tal parece que la dejaré hasta ahí y no publicare más capítulos. ¿Por qué? Porque encontré que no recibió tanta bienvenida por parte de la gente; lo siento, pero cuando vi que había más favoritos que comentarios, me sentí dolida.
En fin, espero y disfruten de esta historia. Ya más adelante se revelarán cosas sobre la vida que Hinata ha llevado hasta ahora.
Espero 5 comentarios para actualizar.
¿Comentarios?
