Aclaraciones: Los personajes de Naruto no son míos, sino de Masashi Kishimoto. Yo solo los ocupo para mi disfrute personal pero la historia sí es mía.
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Under the moon
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Capítulo 2
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Oscuro negro.
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"Todos tenemos nuestros demonios escondidos
Liberarlos es tu decisión.
Todos tenemos nuestros demonios escondidos,
Pero los secretos siempre cobran vida."
The devil inside-My ending Reign
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Generalmente cuando vuelvo de la escuela, lo primero que hago es avisar que ya he llegado pero ninguna persona está en la entrada para decirme "bienvenida a casa" así que voy al estudio donde mi abuela pasa la mayor parte de su tiempo y donde sé que la encontraré. Pero siempre que asomo mi cabeza, ni siquiera puedo saludarla porque me dice de inmediato que me largue.
Muchos pensarían que sí sé cómo es mi abuela y cómo reaccionará, simplemente debería darme por vencida e ignorarla como ella siempre hace conmigo. Pero tengo 8 años, en el colegio siempre nos han enseñado que con perseverancia y esfuerzo siempre se logran las cosas, así que sigo yendo a la oficina de mi abuela y sigo insistiendo hasta que en algún momento ella me reciba y pregunte como me fue en las clases.
Porque es mi abuela.
En cada libro que nos han leído, siempre han dicho que las abuelas son cariñosas, personas que tejen y llenan de comidas a sus nietos. Cuando la madre está por castigar al hijo o hija, ellos siempre pueden correr donde su abuela, porque ella siempre se pondrá de su lado. Pero mi abuela no es así.
Cuando tengo algún problema, no puedo correr donde mi abuela, sino que debo abrazar mi almohada y llorar en silencio, porque si despierto a toda la casa, ella se enojará y me castigará.
No quiero que vuelva a tirarme el pelo o mi oreja, porque me lo tira con demasiada fuerza.
Entonces, si no es lo abuela a quien puedo recurrir en malos momentos, ¿a quién iré? Había leído una vez que los abuelos pueden ser igual o más cariñosos que las abuelas, pero mi abuelo murió hace tiempo, así que no sé a quién darle cariño ni de quien recibir cariño. Asique simplemente me aferro a la única pariente viva que tengo.
Mi abuela.
Y cuando no la encuentro en su oficina al llegar del colegio, me digo que bien puede estar en el trabajo o en algún otro lado y que ya después volverá, por lo que decido irme a cambiar y encerrarme a mi habitación.
Hoy día fue el último día de clases, por lo que mañana van a empezar mis vacaciones de verano, y la profesora nos dio dos chocolates a cada alumno, pero mientras muchos compañeros se los comían de inmediato, yo preferí traerlos a la casa para compartirlos con mi abuela. Ella siempre dice que los dulces harán que engorde y me salgan caries, pero la profesora dijo que un poco de azúcar siempre endulza la vida, y mi abuela, quien siempre anda gritando y con el ceño fruncido, debe comer dulces ya que se nota que no lo ha hecho por un período demasiado largo de tiempo.
Así que yo le daré uno.
Quizás mientras comamos los chocolates, su mirada se volverá cálida y el aspecto helado a su alrededor se derretirá. Siempre he visto que el hielo se derrite ante la más mínima cantidad de calor, así que, si yo le doy calor, si abrazo a mi abuela ¿podré derretir un poco la pared de hielo que la rodea?
Espero que sí, ya que nunca la he abrazado, así que quizás lo que necesita es un abrazo de su nieta para que se acuerde que tiene una nieta que la quiere y que estará con ella por todo el tiempo que sea posible, dándole amor y cariño.
El hecho de encontrarla en mi habitación, revisando en mi armario, hace que las esperanzas crezcan. Más bien, se eleven al cielo, ya que mi abuela jamás ha entrado a mi habitación ni mucho menos a ordenado mi ropa. Según ella, eso es trabajo de los empleados ya que para eso se les paga. Y cuando veo que no me presta atención, voy corriendo a su espalda.
- ¡Abuela! - le grito abrazándola por detrás, quedando mi cara en la parte baja de su espalda, feliz porque por primera vez he podido abrazar a mi abuela así que mis brazos se aprietan aún más en sus caderas. - ¿Sabes? Hoy día me dieron…- Pero toda frase que quiero decir, se corta cuando mi abuela me empuja y mi trasero toca el suelo.
Hago una mueca cuando el dolor sube por mi cuerpo. Pero sonrió y la vuelvo a mirar, pensando que me pudo haber empujado por error al querer darse la vuelta y mirarme de frente, pero la mirada de total desprecio hace que me detenga de abrir la boca.
Y si pensaba que mi trasero dolía con la caída, no tenía idea de lo que podía llegar a doler el corazón.
-Si tan solo pudiera deshacerme de ti. - ¿Se supone que eso es lo que los abuelos deben decirles a sus nietos? Si es así, ¿Por qué los abuelos de los libros son más cariñosos? ¿Por qué ellos hacen galletas con sus nietos mientras que yo recibo el odio de mi abuela? ¿Acaso hice algo mal? Porque parece que el solo hecho de existir hace que mi abuela me odie con cada trozo de su piel.
Si no hubiera nacido, ¿ella sería feliz?
Quizás mi madre no debió pedirle a la cigüeña que me trajera, porque tal parece que mi abuela no me quiere. ¿No hubiera sido mejor simplemente no existir?
Algunas veces pensaba en que la cigüeña volvía a buscarme disculpándose y diciendo que se había equivocado, que yo no pertenecía a esta casa y que mi verdadera familia me estaba esperando con los brazos abiertos. Mi "verdadera" abuela me enseñaría a tejer y a hornear galletas, mi "verdadero" abuelo me enseñaría a montar el caballo y me contaría historias de su juventud; quizás tendría hermanos que me darían parte de su helado cuando el mío se cayera al piso o me contarían historias de terror con el único propósito de asustarme.
Quizás tendría padres. Mi padre me llevaría a pescar y me compraría cada dulce que quiera. Mi madre me leería un cuento antes de dormirme y me abrigaría hasta las orejas cuando vaya a la escuela y haya frío.
Qué bonita sería esa vida. Que diferente sería mi vida si fuera así.
Pero siempre que escapó al mundo de la fantasía, me duele aún más cuando caigo en cuenta que estoy en el mundo real, mi abuelo se murió de cáncer hace muchos años y mi abuela no me demuestra nada de amor, no tengo hermanos que me enseñen a pelear ni padres que me abracen cuando lo necesite.
¿Acaso mis verdaderos padres no me querían? ¿Es por eso que no tengo padres? Quizás vieron que la bebé que les trajo la cigüeña era muy fea, era muy gritona o lloraba mucho y por eso me dejaron con mi abuela.
Porque por mucho que le preguntara a mi abuela por mis padres, ella jamás respondía.
Y aunque mi abuela me trate mal, es el único familiar que tengo alrededor mío y es la única que no me ha abandonado. Pero aquello no hace que sea más fácil aceptar sus palabras. Porque me duele, me duele mucho.
-Te vas a cambiar ropa y bajaras a tomar el auto que está a la entrada. - Aun en el suelo, la miro mientras llama a un sirviente indicándole que bajé la maleta que está llena de mi ropa y que yo no me di cuenta. - Te inscribí en un campamento de verano en Estados Unidos y tu vuelo sale hoy en la tarde. Lo pasaras bien. - Ni siquiera me mira cuando sale de la habitación. No hay un abrazo, ni un "cuídate" ni mucho menos un "adiós". No, ella solamente sale dejándome atrás.
De algún modo, pareciera que quiere mandarme a ese campamento porque no quiere pasar tiempo conmigo en las vacaciones de verano, pero me doy ánimos, pensando que espera que pueda conocer nueva gente y pueda divertirme en otro país.
Que lo pueda pasar bien. Porque aquello fue lo que dijo antes de irse, ¿cierto? Que lo pasaré bien, asique confiaré en mi abuela y sé que este será un verano inolvidable.
Porque lo pasaré bien.
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Abro mis ojos, despertando del sueño. O más bien, el recuerdo. Porque por mucho que me dije a mi misma que ese verano sería inolvidable y que lo pasaría bien, fue todo lo contrario. Fue inolvidable, sí, pero fue el peor verano de mi vida.
"Fue un sueño" me repito "fue un sueño". Pero la herida en mi pie me dice que no fue así, que hay una leve posibilidad de que todo aquello realmente ocurrió. Que realmente un hombre con cabello negro y ojos rojos me estuvo persiguiendo durante todo el tiempo que me llevó llegar al campamento y yo me lastime el pie con una piedra, quedando la marca por 10 años después.
Cierro los ojos, poniendo mi brazo sobre mis párpados, tratando de aclarar mi cabeza, tratar de pensar y convencerme que soy normal, que este mundo es normal y que no hay seres sobrenaturales escondidos que siguen a una niña en medio del bosque.
No mentiré que cuando volví de ese campamento, fui a la biblioteca de mi abuela y traté de buscar información sobre diferentes tipos de seres sobrenaturales, pero no se si no leí lo suficiente o mi abuela simplemente no tenía tantos libros porque no encontré nada más que libros sobre los dioses y demonios que puede haber en Japón, y muchas biblias en la biblioteca de mi casa.
Sé que muchos dirán que es muy normal el tener una biblia en la casa, pero cuando eres una persona de Japón, sabes que acá no existe la religión católica y nos centramos más en el budismo o sintoísmo. Mas bien, los japoneses no creen en una religión particular. Por lo que encontré bastante raro el encontrar biblias que hablan sobre Jesús, el salvador del mundo, el juicio final y un paraíso más allá. Claro, todos sabemos quién es Jesús y de que se trata la biblia, pero de ahí a creer en ella o tener biblias en la casa, es muy raro cuando eres japonés.
Por lo que simplemente decidí ignorar todo aquello y me centré más en las historias sobre demonios o dioses que hay en Japón; incluso vi algo sobre un demonio con forma de zorro y de nueve colas. Pero ¿mi dios favorito? Tsukiyomi. Siempre me habían dicho que mis ojos eran iguales a la luna, por lo que desde que tengo memoria, he tenido una fascinación por ella y descubrir que la luna tiene un dios, fue algo completamente maravilloso.
Incluso llegue a pensar que yo podía ser descendiente del dios de la luna, pero lo descarte luego al pensar que solamente era una niña que soñaba despierta y que trataba de buscar una familia donde no había.
Aparto mi brazo de mis párpados cuando escucho una cortina deslizarse, y cuando veo a una rubia con una bata de doctora, caigo en cuenta que estoy en la enfermería del internado.
Ya no está mi abuela a quien darle los buenos días, ya no estoy en mi casa y ya no estoy protegida.
-Ya era hora que despertaras. - Debo decir que yo soy algo voluptuosa en la parte de los senos, pero esta mujer rubia está en otro nivel. Puedo jurar por mi vida que jamás he visto tanta voluptuosidad en el pecho de una mujer. Cuando miro hacia el costado de su bata, donde reposa su nombre, alcanzo a ver un "Senju" antes que ella comience a caminar al lado de mi cama y poner una mano en mi frente.
- ¿C-Cuanto tiempo llevo dormida? - Miro directo a sus ojos castaños claros, viendo que es una mujer hermosa y joven, pero la mirada madura en sus ojos me hace preguntar cuál es su verdadera edad.
Ella gira su mano para ver el reloj en su mano izquierda antes de hablar. - Has estado dormida por 11 horas. - Ignora completamente mi jadeo sorprendido y vuelve a hablar. - De hecho, te venía a despertar para que te prepararas para tu primer día de clases. - Miro hacia la ventana que da a un árbol, dándome cuenta que sus palabras son verdaderas y que el bosque se ve un poco más claro que lo que estaba anoche.
Ya no hay luna llena.
Aparto las mantas de la cama en la que he dormido durante toda la noche y apoyo mis plantas de los pies en el suelo, buscando mis zapatos o unas pantuflas. Cuando las encuentro, no pierdo el tiempo poniéndomelas.
- ¿C-Como termine a-aquí? - Tengo recuerdos vagos por mi cabeza, pero todavía no puedo orientarme bien, asique le pregunto esperando que ella me lo explique y me aclare.
-Te desmayaste cuando venias de hablar con el director. - Frunzo el ceño, tratando de recordar todo. A mi mente llegan imágenes de estar hablando con el director sobre el internado y luego caminando por el pasillo y mirando la luna, hasta encontrarme con una pareja.
-Ojos rojos...- Susurro, cuando a mi mente llega la cara del joven. Un joven que debería tener los ojos rojos y que su rostro debería tener 30 años de edad. Pero no es así, ya que el joven que vi anoche, es el mismo que vi casi 10 años atrás.
El mismo.
Tengo que apoyarme en la cama para no caer por mis piernas temblorosas, para aferrarme a algo y evitar que pueda desmayarme; pero por mucho que piense aquello, aun así, mi cuerpo comienza a temblar y comienzo a sudar frio. No tengo que mirarme a un espejo para saber que estoy más pálida de lo que ya soy, porque caigo en cuenta que la pesadilla donde él me buscaba y me perseguía, al fin se hizo realidad. Solo que esta vez sí me encontró y esta vez me puede matar cuando quiera. Incluso en estos momentos, yo no dudo en que cruzara la puerta para matarme. Miro hacia la puerta de la enfermería, pensando y temiendo que un joven alto llegue a entrar por ahí, diciendo que "vengo a buscar la presa que se me escapo hace tiempo atrás".
La enfermera debe ver mi temor, porque pone una mano en mi frente y me pregunta si estoy bien, acaso si tengo algún malestar. Sin embargo, yo no le contesto, sigo con mis ojos en la entrada y con mis manos aferradas a las sábanas, contando los segundos para ver si ese joven llega a entrar a la enfermería a matarme, pero al ver que pasan los minutos y estoy poniendo aún más nerviosa a la enfermera, me tranquilizo.
Porque él no apareció.
- ¿U-Usted me trajo hasta acá? - No puedo evitar el temblor que sale de mi voz, ya que el solo hecho de haberme desmayado frente al joven de ojos rojos y que haya sido él quien me trajo a la enfermería, hace que todo mi ser se retuerza de miedo. Incluso, lucho con la sensación de mirar todo mi cuerpo por si me hizo alguna herida o algo.
-Iba a encontrarme con Sarutobi-sensei cuando te vi desmayada en el piso. - Estoy por soltar un suspiro de alivio al deducir que me encontró sola, hasta que la vuelvo a escuchar. - Y el mocoso de Sasuke solamente te miraba apoyado en la ventana. - Levanto la cabeza sorprendida cuando escucho un nombre que jamás he oído. - Te miró un rato y luego se marchó, así que yo tuve que traerte para acá. - Me pregunto como una mujer tan pequeña y delgada hizo para cargarme - Aunque no te culpo, el Uchiha tiene la habilidad de desmayar a una monja. Mas de una jovencita ha terminado en esa misma cama al mirar el rostro de Sasuke. - Dice, apuntando a mi cama.
- ¿S-Sasuke? - Por mis labios pasa su nombre como un susurro, pero todo mi ser tiembla por dentro cuando le pongo un nombre al joven de ojos rojos. Porque siempre para mi había sido "ojos rojos" o "mi mayor pesadilla" pero el ponerle un nombre a esa persona, en vez de hacer que me calme, hace que me asuste.
Porque mi pesadilla ahora tiene nombre.
"¡Sasuke! Ya iré..." A mi mente llegan las palabras de mi compañera de cuarto, Karin, al hablar con alguien por celular. Y caigo en cuenta que cuando me dije que jamás había oído su nombre, ahora veo que no es así, que sí lo he oído pero que no le tome tanta importancia ni la debida atención como ahora.
Porque ahora su nombre ya no me es indiferente. Ahora sé que tendré que mirar a mi espalda en cada minuto.
-Uchiha Sasuke. - Sigue diciendo la enfermera. - Alto, guapo y atlético; sus ojos y pelo son negros, pero su piel es blanca. - Cada una de las características que ella dice, describen claramente al hombre de mi pesadilla y a la última persona que vi antes de caer desmayada. - Aunque por muy guapo que sea, su personalidad es una mierda. No sé cómo consigue a tantas mujeres enamoradas de él. Sinceramente no sé qué es lo que le ven. - Frunce el entrecejo, quizás recordando cuantas mujeres han caído en las garras del Uchiha, aunque a mí me importa muy poco todo aquello.
-Edad. - Nunca he dicho nada tan firme en mi vida, pero al ver su mirada curiosa, quizás no sabiendo a que me refiero, vuelvo a hablar. - ¿Qué edad tiene? - Ella abre la boca al cabo de unos segundos, pero para mí fueron casi como horas esperando por su respuesta.
-Tiene 18 años- Cruza los brazos mientras piensa y vuelve a hablar. - El 23 de julio cumplió los 18.- Encoge los hombros, como si no le importara para nada todo lo relacionado con Uchiha Sasuke.
Giro la cabeza hacia el calendario que cuelga de una de las murallas y veo que es agosto. Aun cuando sé en qué mes estamos, aun así, necesitaba una confirmación para ver que el mes y año es el correcto. No sé porque lo hago, pero de algún modo le da algo de orientación a mi vida que es un caos.
Si antes lo era, ahora lo es aún más.
Yo sé que no debo calmarme o aliviarme, que debo andar con la guardia en alto, pero mi cuerpo no me hace caso y el temblor o pánico que antes sentía de a poco se va yendo. Porque el que ella me haya dicho como es, cuál es su personalidad y la edad que tiene, me da a entender que ella lo ha conocido por bastante tiempo. Si no fuera así, no lo llamaría "mocoso" ni mucho menos sabría su fecha de cumpleaños. Por el gran edificio que es el internado, sé que hay muchos alumnos y el que ella sepa la fecha de cumpleaños de uno de esos alumnos es porque ese alumno ha pasado suficiente tiempo aquí como para que su fecha quede marcada en la mente de la enfermera.
Y el que tenga 18 años también hace que mi cuerpo se alivie aún más. Porque quizás él no sea la persona que yo conocí tiempo atrás. De hecho, ni siquiera estoy segura de sí conocí o no a un monstruo de ojos rojos.
Ambas saltamos sorprendidas cuando la puerta se abre de golpe, haciendo un estruendo cuando golpea con la pared. Saliendo de mi asombro, veo a una mujer rubia y de ojos azules. Pestañeo para cerciorarme si realmente puede haber una joven tan hermosa como ella, desde su cabello hasta sus pies, es hermosa y atractiva, no hay ningún rasgo que sea normal en ella, incluso el uniforme que había pensado antes que era apagado en ella resalta.
-Estoy buscando a Hinata. - Incluso hasta su voz es hermosa e ínsita respeto. Pero parpadeo sorprendida cuando levanta otro uniforme casi de las mismas medidas que el de ella.
-Adelante Ino. - Con un ademan de cabeza, insta a rubia a entrar. - Hinata, te presento a Yamanaka Ino. Sarutobi-sensei debe haberla mandado en reemplazo de Karin.-
-Desde el momento que supe que la idiota de Karin es tu compañera de habitación, ya te tuve lastima, chica. Esa idiota puede hacer que un monje budista pierda su paciencia. - Dice la ojiazul mientras se acerca a la cama donde estoy sentada. - Ni al mismísimo diablo le desearía la suerte de compartir habitación con ese engendro del mal. - ¿Tan malo es el compartir habitación con mi compañera? Porque así parece ser. - Yamanaka Ino, un gusto conocerte Hinata. - Me dice con una pequeña sonrisa.
-H-Hola, mucho gusto Y-Yamanaka-san. - Le sonrió de vuelta, agradecida de que ella sea mucho más amable de lo que fue Karin.
-Si me dices "Yamanaka-san" pareciera que le estás hablando a mi padre, asique dejemos los formalismos y dime Ino solamente. - Agita la mano para restarle importancia al asunto.
-Está bien, I-Ino-san. - Pienso que me va a reclamar por el sufijo "san" pero simplemente dice "bueno, al menos es un avance". Luego, me entrega mi uniforme junto a toallas y ropa interior y me pregunto si es que paso por mi habitación antes de venir a buscarme y aunque muchos se hubieran enojado por el hecho de que alguien hurgo en su ropa, yo me siento aliviada porque no tendré que andar con la misma ropa interior por dos días.
Hasta que veo qué tipo de ropa interior es.
Lanzo un jadeo cuando lo que se supone que debe ser un calzón, son simplemente unos hilos conectados que supuestamente hacen la forma de una braga. Los sostenes no están mucho mejor, ya que todo es de encaje.
Rojo.
"Ojos rojos" Me susurra mi cabeza, pero aparto el pensamiento cuando debato si ponerme aquello o no, ya que siempre he ocupado bragas normales, blancas o rosadas y que cubren todo mi trasero, mientras que los sostenes siempre han sido con almohadillas en medio de la tela, así, aun si estuviera bien helado, mis pezones no saldrían a decir "hola" detrás de la camisa o playera. Me hacía sentir confiada y cómoda aquello.
Pero esto es otro nivel.
-No quise hurgar en tus cosas, así que traje ropa interior que me compré la semana pasada. - Ve la mirada de pánico en mis ojos, pero parece que la malinterpreta de otra manera. - Tranquila, no las he usado. Si miras bien, todavía tienen la etiqueta puesta. - Con su dedo apunta a la esquina donde se ve una etiqueta con su código de barra y su valor y siento que mi corazón salta dos latidos más rápidos cuando veo demasiados ceros ahí.
Si, mi abuela dirige una cadena de farmacias en todo Japón, pero ella jamás ocupo gran dinero en mí. Es más, siempre me depositaba en mi tarjeta cierta cantidad de dinero y yo con eso me compraba ropa, aunque siempre era ropa de segunda mano, porque el dinero no me alcanzaba para todas mis necesidades, así que gastaba poco en la ropa y hacia trabajo de medio tiempo en una pastelería.
Claro, todo esto bajo la supervisión de mi abuela, ya que ella también era amiga de mi jefa, así que mi jefa la llamaba en el momento en que yo salía de trabajar y tenía que demorarme 30 minutos hasta mi casa. Si me pasaba por un minuto si quiera, no quería imaginar lo que me haría mi abuela, así que siempre corría hasta mi casa, ya que el dinero no me daba para pagar transporte todos los días, solamente cuando pasara una gran emergencia; aunque debo admitir que eso de correr se sentía liberador, ya que eran mis únicos momentos sola y además que, hacía buen ejercicio, así que no estoy tan rencorosa por ese lado.
-Aquí al lado hay una ducha, generalmente la ocupo yo cuando me encuentro sola, pero te la paso por hoy para que andes con tiempo. - Dice la enfermera, que después me entero que se llama Tsunade Senju, apuntándome a una puerta al costado de su oficina.
-Pasaremos por tu pieza para buscar tus cuadernos y materiales y luego te acompañare a mostrarte donde están las clases. Por suerte tenemos la primera hora juntas, así que ahí te enseñare algunas cosas. - Agradeciéndole, agarro mis cosas, y entro al baño donde encuentro un inodoro, un lavamanos y una pequeña ducha al rincón. No es espacioso ni nada parecido, pero sirve para su propósito.
Dejo mis cosas sobre el inodoro y me desvisto para bañarme, mordiéndome el labio cuando pienso que tendré que ocupar esa ropa interior, pero luego pienso en que Ino me dijo que pasaríamos por mi pieza, así que ahí me cambiare de ropa interior, por ultimo las bragas, y me iré a clases más cómoda conmigo misma.
Con ese pensamiento, mi cuerpo se relaja y entro en la ducha, prendiendo la llave para que el agua caiga en mi cuerpo.
"Hoy será un buen día" me digo cuando pienso que en unas horas más, estaré rodeada de gente nueva para mí y trato de ignorar la punzada de pánico que me provoca ese solo pensamiento.
"Hoy será un buen día".
…
-Si te faltan cosas, debes decirme para comprar.- Me dice Ino mientras recorremos los pasillos hacia mi habitación, todo mientras me apunta donde está la cafetería, las duchas compartidas y los baños, incluso dice que hay una piscina en un edificio al fondo, aunque está cerrada para todo público porque tiempo atrás algunos estudiantes se iban a esconder ahí para faltar a clases y solamente se ocupa en casos donde el profesor de educación física lo requiere, aunque aquello casi siempre es en verano y ella, en todo el tiempo que ha estado en ese internado (que son 3 años) solamente ha ocupado una vez la piscina.
- ¿A-Acaso ustedes salen para comprar las cosas? - Me pregunto si el folleto que me entrego mi abuela era correcto, ya que si bien recuerdo dice que es un internado para jóvenes problemáticos, así que será difícil que el director deje salir a estudiantes así para ir a comprar sus necesidades.
-No, claro que no. - Dice Ino mientras niega. - Las pedimos por internet y que lleguen a una dirección y luego esa persona a la que le han llegado todos los paquetes los trae hasta acá. - Sistema útil y bien pensado para las necesidades de los estudiantes.
-Pero y-ya que no permiten tener celulares e-en el establecimiento, ¿Hay que p-pedirlas por computadora? - Pienso que en alguna parte de este gran internado debe haber una sala computacional para el uso de los estudiantes, pero abro los ojos sorprendida cuando Ino saca del bolsillo de su falda un celular.
-Se supone que no deberíamos tener celulares, más que nada para tranquilizar a nuestros familiares, razón por la cual nos lo quitan al ingresar al establecimiento. Pero si encargas un celular por internet, el director no te castigara ni te lo quitara, aunque si te lo pillan usando en clases, eso sería ya otra historia. - Dice mientras juega con su celular y doblamos en la esquina que lleva a mi habitación. - Supongo que el tuyo te lo quitaron nada más entrar. - Yo asiento con la cabeza, afirmando su conjetura. - En ese caso te pediré uno por internet. -
La veo presionar la pantalla varias veces hasta que pone su celular en mi rostro.
- ¿Cuál te parece mejor? Este es bastante bueno, de los últimos modelos sacados. - Dice mientras apunta con su dedo un celular. - De hecho, esta en oferta así que hay que aprovecharlo. - Pero cuando miro los números que hay debajo del celular (es bastante bonito y lujoso, debo decir) siento que se me va todo el aire del cuerpo.
-Y-Yo no soy capaz de p-pagar tanta c-cantidad. - Y es cierto. Con mis pocas monedas juntadas había sido capaz de comprar un celular con teclas, pensando en que apenas tuviera uno en mis manos podría rodearme junto a mis compañeras y hacerme amigas, pero cuando les mostré mi celular a ellas, todas se burlaron y dijeron "Me daría vergüenza andar con un celular tan pasado de moda".
En conclusión, no me hice amiga de nadie e incluso sus burlas hacia mi crecieron aún más, así que en mi celular solamente tenía el número de mi casa y de mi trabajo. Lamentable, ¿no?
- ¿Ah sí? Supe que tu familia tenía las farmacias Ishikawa, así que pensé que tendrías dinero suficiente. - Me encojo de hombros, pensando que Ino se burlaría de mí como lo hicieron mis anteriores compañeras por el hecho que mi abuela no me da casi nada de dinero, pero contrario a mis pensamientos, Ino busca otra solución. - Bueno, ¿Tienes tarjeta de débito? - Asiento con la cabeza, ya que al menos aquello si me lo dio mi abuela, aunque lo hizo más que nada para depositarme por ahí el dinero y así no verme lo suficiente. - En ese caso, puedes meterte a ver en esta aplicación cuánto dinero tienes en ella. - Dice mientras apunta a otra aplicación de su celular. - Y si te llega a faltar dinero, yo te cooperare con el resto. Sera mi regalo de bienvenida. - Sonríe amablemente mientras pone una mano en mi hombro.
-P-Pero no puedo ocupar tu d-dinero de esa forma. - Niego con la cabeza ante la posibilidad de ocupar su dinero y dejarla sin nada.
-Por favor ocúpalo. - Dice casi con hastió mientras gime hacia el cielo. - Dios sabe que tengo suficiente dinero para alimentar a un pequeño país. - ¿Cuánto dinero tiene en su cuenta entonces? A mi mente vienen las bragas y sostenes que estoy ocupando, así que prefiero no pensar en cuanto dinero y de qué familia puede venir mi compañera.
-M-Muchas gracias Ino-san. - Y de verdad que estoy agradecida, ya que en mi corta vida nunca nadie ha sido tan amable como lo está siendo la rubia en estos momentos.
Mi corazón se ablanda al solo pensar que quizás pueda hacerme una amiga en todo este internado.
Ella me da una sonrisa de oreja a oreja cuando estamos a una puerta de mi habitación y cuando recibe una llamada, me dice que atenderá la llamada y que me estará esperando a que recoja mis útiles escolares para irnos a clases. Yo asiento antes de que ella se aparte un poco y le diga al celular "¿Que pasa Sakura?"
Mi mano gira el pomo de la puerta y mi cara tiene una sonrisa cuando pienso que quizás las cosas por acá no serán tan parecidas a lo que me imaginaba y que me estoy sintiendo mucho mejor de lo que jamás me he sentido. Hoy es un gran día y ni siquiera son las 8 de la mañana, por lo que no me puedo imaginar cuanto mejor se pondrá mientras avance el día.
Es lo que pienso antes de abrir la puerta.
- ¡Sasuke, si! - El grito femenino viene apenas abro la puerta y tanto mi voz como mi cuerpo se congelan completamente ante la escena que tengo en frente.
Karin, mi compañera de habitación, se encuentra en cuatro sobre su cama, estando su cara frente a la puerta, aunque el hombre que esta tras ella la tiene inclinada y sujetando su melena roja con su mano mientras la toma por atrás. Ella completamente desnuda y él con los pantalones abiertos y colgados en su cadera.
Suelto un jadeo ahogado cuando el hombre aprieta más su puño en el pelo de Karin, haciendo que su espalda se arquee hacia él y sus pechos y estomago queden a la vista. Todavía como una estatua, veo que a cada embiste del hombre, los pequeños pechos de Karin saltan y que sus lentes no están y sus ojos se encuentran cerrados mientras sigue gimiendo a cada movimiento del hombre tras ella.
El hombre debió haber sentido mi presencia en la habitación, ya sea porque abrí la puerta o por el jadeo ahogado que solté, pero sus ojos, que antes estaban pegados a las nalgas de la pelirroja, esta vez se encuentran con los míos.
Me quedo ahí demasiado tiempo como para ver que sonríe ladino cuando nuestros ojos se traban en el otro, sus ojos de un profundo negro oscuro y sus embistes se vuelven aún más fuertes y rápidos. Apenas soy consciente de los sí, sí, sí que suelta Karin antes de soltar un grito aún más fuerte mientras su cuerpo se estremece y cae de cara al colchón.
Con mi pecho elevándose rápidamente, me quedo paralizada mientras él llega al orgasmo, sus ojos bajos y pesados nunca abandonaron mi rostro y su sonrisa astuta todavía se mantiene en su boca.
Apenas me doy cuenta de Ino se para a mi lado, preguntándome porque no le preste atención cuando me llamo, antes de ver la misma escena que yo estoy viendo; y soltando un jadeo, agarra el pomo de la puerta y la cierra.
Todo eso mientras la mirada del hombre todavía conectaba con la mía y solo se cortó cuando la puerta de madera se interpuso entre ambos. Trato de calmar mi acelerado corazón y mi jadeante respiración cuando aparto los ojos de la puerta y miro los ojos azules de Ino, preguntándome si aquello de verdad ocurrió. Pero al ver los ojos sorprendidos de Ino, sé que sí ocurrió.
Sí vi a Karin tirando con un tipo.
Y tarde me doy cuenta que los mismos ojos que antes había encontrado de un profundo negro oscuro, en otro momento los había visto rojos. Porque ahora sé que Uchiha Sasuke es la persona que me ha perseguido en mis pesadillas y también es la persona que encontré tirando a mi compañera de cuarto.
-Bueno. - La voz de Ino sale algo ahogada y se aclara la garganta para que vuelva a la normalidad. - Ahora entiendes él porque es una mierda compartir cuarto con Karin. -
Claro que entiendo, porque ahora que sé que Uchiha Sasuke tiene una relación algo profunda (más que profunda, de echo) con Karin, y sé que lo veré y escuchare sus gemidos más seguido mientras comparta cuarto con la pelirroja.
Y me pregunto si cada vez que me encuentre con él, mis ojos se trabaran con los suyos.
Aunque la gran pregunta será si sus ojos estarán de un profundo rojo o de un oscuro negro.
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¿Les doy un consejo? Jamás escriban el primer capítulo de un fanfic cuando no saben bien cuál será la historia de ese fanfic. Tenía una idea clara, pero jamás profundice en ello y tenía el primer capítulo escrito, por lo que no me aguante en subirlo, pero cuando veo que está recibiendo tan buenas críticas, comencé a sudar frio porque no sabía cómo desarrollar o que problemas tendría la historia o la evolución de los personajes.
Me alegro tan que mi mente imaginaria encontrara la solución.
En fin, agradecer a todas las personas que se tomaron el tiempo de comentarme (Los comentarios siempre animan a un escritor a escribir y subir más rápido el capítulo) y agradecer especialmente a Kisa Tsukasa por escribirme tanto y dedicarme palabras tan alentadoras (sep, vi tus comentarios en Forget It y Good Girl, pero ya te agradeceré ahí) e incluso te agradezco que me dijeras de mis problemas con los puntos seguidos, sé que dijiste que quizás me podría enojar pero no es así, todo consejo es bienvenido (tiempo atrás hubo alguien que me dijo que ocupaba muchas comas o que Sasuke decía muchos "hmp" por lo que de a poco fui cambiando) así que si tu o los demás encuentran algún otro problema con la forma en la que escribo y quieren darme un consejo, sepan que son más que bienvenidos.
De a poco vamos avanzando en la historia y espero que ustedes estén atentos a cada capítulo, porque incluso yo digo que es buena, y si no fuera mi historia, estaría anhelando por la actualización de otro capítulo.
Muy bien, sin nada más que decir, (en el próximo capitulo se explicaran más cosas) nos estaremos viendo en unas semanas más. Ya saben que con 5 comentarios actualizo, y si a esos 5 le sumamos otros 5 más, actualizare más rápido (como ahora que deje de lado Forget it para actualizar esta historia)
Cuídense y no salgan más de lo estrictamente necesario.
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