Mordor
Legolas había perdido el sentido del tiempo, no sabia si llevaba semanas o meses en ese maldito lugar. Lo que si sabia era que todas las noches, salvo una que otra excepción, Sauron acudía a atormentarlo. Legolas sentía que su luz interior se apagaba poco a poco, y aunque Sauron había dicho que no podía partir a la Sala de Mandos, cada día se sentía mas ahogado en esas tinieblas, solo al enfocarse en ese dulce sueño de la reconfortante luz, de esa lucecita en su interior que se negaba a desaparecer, recobraba las esperanzas. Pero hoy el Príncipe se sentía intranquilo, un mal presentimiento le llenaba el corazón, hoy no era una noche como las demás. Con este pensamiento en su mente, jalo de nuevo la pesada cadena atada a su tobillo, pero por mas que luchaba cada día, no lograba nada, ni una sola mella en la dura piedra o una fisura en la brillante cadena, salvo lastimarse, pero esto nunca lo detenía de seguir intentando, nunca…
-Sabes que es inútil, no se romperá mi dulce elfo-
Como siempre, Annatar aparecía de la nada, con una cálida sonrisa en la hermosa cara.
-Sabes que nunca dejare de intentarlo- respondió secamente Legolas
-Lo se- respondió serenamente Sauron- y eso es lo que me gusta de ti-
Legolas se sentía ahora incomodo, como siempre que Sauron iba a verlo, nada bueno resultaba para Legolas de estas visitas.
-Caos-
-?-
-Caos y Oscuridad- continúo Sauron- es lo que dominara Arda mi pequeño elfo-
-Eso no pasara Sauron, la gente libre de Arda no lo permitirá, lucharan hasta el final- riño el elfo
-Pero mi dulce Príncipe, el temor habita en sus corazones¿no lo vez¿o acaso alguien a osado cruzar Mordor por ti, ni siquiera tu penosa Comunidad se ha preocupado por tu destino, siguen escondidos, temiéndome...-
-¡Mientes, ellos… ellos nunca me abandonarían por libre voluntad, y si es así, es por que deben cumplir su cometido-
-¡Ah, si, la tontería del anillo, entonces¿te abandonaran en la Oscuridad por algo que es vacío, vano?-
-¿Y si todo es mentira, un sucio engaño de tu parte?- reclamo de nuevo el elfo.
-¿Perdón¿mentira has dicho¡Oh! Mi inocente elfo – exclamo divertido Sauron acercándose al encadenado elfo- ¿tan aferrado estas a esa estupida idea del anillo que te niegas a ver mas allá?- Te explicare, de hecho, es el motivo por el cual te traje aquí en primer lugar y por el cual estoy deseándote esta noche-
Ahora Legolas comenzaba temblar. Sauron ya lo tenía acorralado y la cadena no daba para más – como siempre-
-¡No te acerques mas, te lo advierto!-
-¿Todavía crees que puedes lucharme¿después de todos este tiempo, de verdad mi dulce elfo, tienes un espíritu y nobleza tan grande que solo rivaliza con tu belleza. Pero ahora dime¿que sabes de la Profecía de la Luz y Oscuridad, mmm?-
-¿ Profecía de la Luz, no… no se de que me hablas-
-Mmm, no me extraña, eres muy joven y la leyenda muy antigua, tan antigua como Arda. Ven aquí mi dulce elfo- dijo Sauron mientras tomaba a Legolas por la esbelta cintura y lo presionaba mas sobre a la cama.
-¡Nooo¡déjame, no quiero que me toques, ughh!- dijo Legolas mientras luchaba por zafarse de oscuro abrazo, pronto se vio de espaldas en la satinada cama y a Sauron tomándolo por la muñecas.
- Veras mi dulce elfo- prosiguió Sauron, indiferente a todos los gritos del elfo- ¿recuerdas la primera vez que no conocimos?- dijo Sauron mientras llevaba una mano a la temblorosa boca del elfo- Te menciones algo sobre ser la clave para mi destino y que tu y tu fertilidad era el medio¿recuerdas, mmm?-
-Si, pero…pero no entiendo…-respondió el elfo, retorciéndose lejos de esa fría mano.
-Te mostrare mi dulce elfo, te mostrare…-dijo pacientemente Sauron , mientras besaba cariñosamente la fina oreja del elfo-
-¿Qué haces, pretendes violarme de nuevo maldito!-
-No mi dulce Legolas- respondió seriamente Sauron, la mueca burlona se había borrado de su rostro, y mostraba una serenidad y compasión que el elfo nunca había visto – Voy hacerte el amor mi pequeño Príncipe, voy a demostrarte cuanto te amo-
-!-
Legolas se quedo sin palabras¿Sauron, mostrando cariño, no, debía de tratarse de otro de los engaños del Oscuro.
-No te engaño mi dulce elfo- respondió Sauron, al momento que besaba tiernamente al elfo. No posesivo, no forzado, solo un suave beso -Es verdad que yo soy la Oscuridad- continúo Sauron- pero tú eres la Luz que mencionan los antiguos, la Luz que terminara con el Caos, bueno, quizás si- otro suave beso- quizás no-
Después de tanta violencia y tortura hacia su cuerpo, esta caricia se sentía tan bien, tan bien…que asusto a Legolas en extremo.
-¡Noo¡déjame, es otro de tu engaños para torturarme!-
-Te aseguro que no mi pequeño elfo- respondió Sauron, besando otra vez la dulce boca de Legolas, recorriendo luego su largo cuello, cubriendo su pecho con suaves besos, mordisqueando aquí, pequeños y húmedos besos allá. Pronto Sauron se desvistió de su negro prenda.
Un leve gemido salio de la boca de Legolas antes que pudiera detenerlo.
-¿Vez que puedo ser bueno contigo mi dulce Príncipe?- suspiro satisfecho Sauron a una puntiaguda oreja, en una voz amorosa, sin malicia.
-¡No deseo nada de ti maldito miserable!- grito Legolas recobrando el sentido, tratando de librarse de Sauron.
- No me tengas miedo Legolas, te demostrare lo mucho que te amo- dijo Sauron.
- No te tengo miedo- respondió el elfo entre dientes- Y tu no me amas¿como podrías?- continuo Legolas en tono mas desafiante.
- Es verdad que es difícil de creer, pero para eso estoy aquí esta noche, para demostrártelo- dijo la oscura figura mientras continuaba acariciando suavemente al elfo, no dejando de darle suaves besos, y decir en leves susurros cuanto lo amaba.
Legolas se dejo llevar nuevamente por este arrullo de promesas y caricias, cuando se vino a dar cuenta, Sauron ya se encontraba entre sus piernas, y cuando sintió algo caliente y húmedo tomando su virilidad, recobro el sentido nuevamente, al mirar hacia abajo, no pudo reprimir un quejido de sorpresa al ver aquella hermosa figura tomándolo con su boca, muy suavemente, de arriba a abajo, dejándolo ir solo para luego comenzar a preparar su entrada con suaves lamiditas y besos. Esto solo hizo mas insoportable la situación para Legolas, que ya se encontraba muy agitado, así que comenzó a tratar de quitarse de nuevo a Sauron de encima, pero este solo redoblo sus esfuerzos, tomando de nuevo la virilidad del elfo en su boca , trabajándolo expertamente hasta que pudo sentir la dulce esencia del elfo explotar en su boca.
-mmm, hace mucho que no te probaba, eres realmente mi dulce elfo-
Legolas, que se recobraba ya, vio que Sauron se había retirado un poco, así que rápidamente trato de buscar el extremo opuesto de la cama, escucho una suave risa a sus espaldas al momento que Sauron lo tomaba fácilmente de nuevo por la cintura.
-Calma, calma mi dulce elfo- palmoteo Sauron cariñosamente- Ven aquí- dijo mientras llevaba al elfo a sentarse en su desnudo regazo – no deseo lastimarte, deseo tomarte suavemente¿vez?- ahora el Oscuro le acariciaba levemente la espalda, y hundía su cara en el tibio cuello del elfo. Lentamente Legolas se fue relajando en ese abrazo, en esas caricias y besos, inhalado una placentera esencia que parecía provenir de todos lados, especialmente de la larga cabellera de Sauron.
-Tu no me amas – murmuro Legolas tan suavemente, que casi Sauron perdió estas palabras- Solo me deseas- termino el elfo.
- Eres mi Luz en estas tinieblas- contesto Sauron con tal vehemencia y tristeza en su voz que Legolas creyó que esa bella figura lloraría en cualquier momento, y al saber esto, no supo porque, también lo entristeció - ¿Como no amarte si iluminas mi corazón?- murmuraba Sauron - ¿Como no amarte si eres mi otra mitad, mi plenitud, mi perfección¿Como no amarte?- termino Sauron apretando mas al elfo hacia si. Pasaron algún tiempo así, sintiendo uno el calor del otro, escuchando uno los latidos del otro, sintiendo uno la suavidad de la piel del otro, sintiendo ambos el temblor de los dos, sintiéndose el uno al otro.
Sauron tomo largo tiempo acariciando a Legolas, largo tiempo en sencillos y tiernos besos, en suaves susurros. Poco a poco tomo ambas muñecas del Legolas, que ya se había relajado de nuevo y las llevo a su espalda en una sola de sus manos, no ejerciendo demasiada presión para no asustarlo, mientras con la otra mano comenzaba a tocar suavemente su cadera. No paso mucho tiempo antes que Legolas fuera levantado y la dura virilidad de Sauron rozara su entrada.
-Ughh, no- sollozo apenas el elfo.
-Calma, calma, relájate mi dulce Príncipe, lo haré gentilmente, no me temas, te lo suplico- suspiro Sauron
Y probando que decía la verdad, comenzó a bajarlo muy lentamente, asegurándose detenerse a cada leve gemido por parte de Legolas.
Poco después, Legolas se encontraba completamente sentado en el regazo de Sauron, había sido tan gentil, que no había sentido mayor disconfort.
-¿Listo mi dulce elfo?- pregunto quedamente el Oscuro, pero antes que Legolas pudiera contestar, soltó sus muñecas y las llevo a su cuello para que el elfo pudiera equilibrase, con las manos ya libres, sujeto a Legolas por las caderas y comenzó a subirlo y bajarlo por toda su extensión.
Perdido.
Legolas estaba perdido en su propia pasión, nunca se había sentido así, con la sangre hirviendo, con el deseo tan hundido en su piel buscando salida, tan agitado, con el alma ardiéndole de deseo, con esta sensación de fuego y deseo…Y para su mayor sorpresa fue el quien comenzó a acelerar el ritmo, avergonzado, levanto la vista esperando encontrar nuevamente esos fríos ojos, pero solo encontró ahí devoción y ternura. Sauron le profesaba palabras de cariño, susurros de amor y fervor. Pronto la eminente sensación de culminación comenzó a abrumar al elfo, quien apresuro más el paso, - ven mi amado elfo- suplico Sauron, cercano también de su clímax, – arde conmigo- y lo apretó más hacia si y ambos se abrasaron al mismo tiempo.
Sauron deposito con cuidado al Legolas en el blando lecho, retirando con cuidado algunas hebras del dorado cabello de su rostro, quien con ojos medio desenfocados se dejo llevar por esa ya no más fría mano, sino tierna y cálida.
-¿Lo vez mi dulce elfo¿Vez como te amo, vez como eres mi esmero, mmm, ahora en base a este amor que te profeso, me darás lo que deseo-
-¿mmm?-
-Un hijo, mi divina Luz, y yo veré que se cumpla lo escrito, a mi manera, claro-
Pero Legolas ya no escuchaba, se encontraba en las mágicas tierras de los sueños elficos.
Lothlórien
-Mae Govannen Lord Celeborn, mi Dama- dijeron al unísono dos esbeltas e idénticas figuras al saludar a los Señores de Lorien.
-Elrohir, Elladan- exclamo la Dama Galadriel con una sonrisa, no necesitan utilizar el protocolo aquí¿que han hecho sus abuelos para merecer esto-
Con una amplia sonrisa, ambos gemelos saltaron a saludar a sus abuelos y señores.
-Nada mi señora, solo queríamos hacerlos sonreír un poco- respondió Elladan -Hemos venido de parte de Ada y por nuestra propia voluntad, sabemos de Legolas, Ada tuvo un sueño, queremos ayudar mi señora- continuo Elrohir La sonrisa se desvaneció de los Altos Señores.
-Vengan mis pequeños, este asunto no debe tratarse aquí, Celeborn, amado mió, por favor manda traer a Aragorn y Haldir, debemos platicar largo y tendido me temo-
Apple. mil discuplas por el retardo, espero te guste este capi
thesesshogropie pos si le esta gustando, el pobre elfito ya le llueve sobre mojado, jejej, ok, estamos en contacto, besos
Hell aqui tamos, no deseperes!
