CAPITULO 11
Mordor.
-¡No lo permitiré!- vociferaba Sauron - ¡No dejare que te aparten de mi lado!-
Sauron bajo rápidamente a donde había dejado a Legolas, seguido de una horda de orcos. Sabia que el elfo no había podio romper la orden que le había impuesto. La única respuesta era que alguien había osado entrar a sus dominios. Thranduil había sido una distracción. Muy tarde se había dado cuenta del engaño, tan distraído estaba observando la batalla, que solo se había enfocado en dirigir los orcos que peleaban contra el Rey elfo, y ahora le habían arrebatado lo mas precioso para el en toda Arda, a Legolas.
Limites Lórien
-¡Deprisa Estel!- grito Elladan desde la retaguardia- nos están alcanzando-
-Ya estamos cerca de los bordes de Lórien, no se atreverán a seguirnos tan lejos- respondió Aragorn.
-Y podremos descansar por fin de esta loca travesía- suspiro sin aliento Gimli.
-Si señor enano, una vez en los seguros limites de bosque, podremos descansar- alentó Haldir – pero por ahora debemos seguir, no podemos parar ahora-
-¡Aprisa entonces!- volvió a urgir Elrohir-¡Están, muy cerca ya!-
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-Te dije que nunca te dejaría ir pequeño elfo- escucho Legolas remotamente. Tratando de abrir los ojos, Legolas se incorporo de la suave hierba.
-¡Vaya, parece que estamos donde empezamos mi dulce elfo- volvió a decir la voz.
Legolas acabo de abrir los ojos- ¿Sauron¿Pero que había pasado con los demás? Instintivamente se llevo una mano al vientre.
-Nuestro hijo esta bien por ahora, no temas- escucho Legolas una voz a sus espaldas mientras gentiles brazos los ceñían por la cintura.
-¿Pero mi Ada¿Esta bien¿Y los demás?- pregunto consternado Legolas tratando de incorporarse.
-¿Mmm, Yo solo he venido a reclamar lo que es mió- respondió, Sauron sin interés por la pregunta de Legolas, mordisqueando una puntiaguda oreja.
-No entiendo, entonces¿Mi Ada no ha venido por mí?- suspiro Legolas inconsolable.
-Nadie te apartara de mi lado- volvió a reclamar Sauron, despojando ya al elfo de su túnica- Ahora terminaremos lo que empezamos¿mmm?-
-¡No, el bebé!... prometiste… -Protesto Legolas , tratando de levantarse de nuevo, pero Sauron lo sujeto mas firmemente, cayendo de nuevo, noto por fin la fría hierba en sus manos -¿Dónde estamos?...-
-Cerca de Lothlórien, supongo- exclamo suavemente Sauron mientras acariciaba tiernamente el pecho del elfo, endureciendo y enrojeciendo poco a poco esas rosas protuberancias.
-¿Lórien¿Pero como es posible si estábamos en Mordor?- exclamo sorprendido Legolas.
-Mañana tendrás tu respuesta pequeño, pero por ahora solo te quiero a ti, les demostrare que nuestro vínculo es más fuerte de lo que todos pensaban-
-¡Es… espera!- suplico Legolas al sentir una fina mano tomando su virilidad por debajo de sus ligeros pantaloncillos.
-No te preocupes mi dulce elfo, de esta forma no podemos dañar al bebé- consoló Sauron a sus espaldas- Pero no me malinterpretes, te tomare de todas maneras- termino de decir al escuchar un suspiro de alivió del elfo-
Esto solo provoco que Legolas se tensara de nuevo .Trato de detener la mano que ya iniciaba un ritmo y la otra mano que no dejaba uno de sus pezones en paz, trato de girar la cabeza para evitar que esa boca siguiera molestando la fina punta de su oreja, logrando solo besos en todo su cuello.
-¿Qué quieres decir "de esta manera"¡Si de todos modos piensas tomarme!- grito exasperado Legolas en tono acusador.
-Esto me recuerda la primera vez que te tome - susurro Sauron ignorando al elfo – me pregunto si seguirás tan estrecho como esa noche-
Antes que Legolas pudiera reclamar el cruel comentario, Sauron termino de retirarle los pantaloncillos e inclino gentilmente al elfo por la fina nuca, hasta que termino acostado bocabajo en la hierba. Legolas apenas logro sofocar un gemido cuando su firme virilidad rozo la brizna de la hierba. No perdiendo tiempo, Sauron lo tomo firmemente por las caderas levantándolas, así, expuesto, comenzó a prepararlo.
-Recuerdo como te gusta mi pequeño elfo- escucho Legolas atrás de si, y la simple anticipación del acto, hizo que su cuerpo se estremeciera.
Con pequeñas chupaditas y besos, Sauron se tomo su tiempo, disfrutando como Legolas luchaba por safarse de sus manos, para al final empujar un poquito hacia atrás.
-Por favor…- rogó el elfo
-Así me gusta…- dijo Sauron mientras levantaba a un agitado elfo de nueva cuenta hacia su regazo- Así me gusta tomarte, bien mojadito y firme – tocando de nuevo la virilidad de Legolas para confirmarlo.
-¡Oh, Valar, como deseaba esto-pensó Legolas-como lo deseaba y como lo odiaba-
Cuando sintió que Sauron lo levantaba y empezaba a penetrarlo, empezó estremecerse de nuevo.
-¡Detente… !- grito Legolas mientras trataba de aferrarse a los muslos de Sauron para evitar que lo penetrara más.
-No te preocupes, no le pasara nada- respondió Sauron mientras seguía bajando al elfo ignorando sus agitaciones.
Con lágrimas peleando por salir y tratando de controlar su respiración, Legolas termino sentado en el regazo de Sauron.
-Mmm, mi dulce elfo, estas tan estrecho como la primera vez- gimió Sauron- no tengo que moverme – me aprietas tanto que casi no tengo que hacerlo- dijo Sauron mientras levantaba un par de veces sus caderas, esperando la reacción del elfo. Legolas se sobresalto un poco agitado al no poder evitar el reflejo de su cuerpo, así su estrecha abertura apretó la virilidad de Sauron.
-¿Vez, tu mismo me complacerás esta noche mi dulce elfo-
-Pero… …no entiendo…- sollozo Legolas
-No puedo evitar querer poseerte, aunque sea de esta manera, no temas mi dulce elfo, vendré por ti y te protegeré de esa bruja noldor- respondió Sauron.
Legolas quiso preguntar a que se refería con eso de venir por el¿acaso no estaba ya en sus manos otra vez¿acaso no todo había sido un tonto sueño, la única respuesta que sabia era a quien se refería Sauron con lo de "bruja Noldor", su mismo Ada la llamaba así algunas veces, pero la Dama Galadriel no podía ayudarle ahora.
-Pero por ahora solo te disfrutare - continuo Sauron, dando un par de empujones- y ahora quiero que me hagas arder mi dulce elfo-
Legolas no pudo evitar un quejido cuando Sauron acelero el ritmo con su mano y comenzó a molestar de nuevo su puntiaguda oreja.
-No podrán sepárame de mi amado elfo- murmuro Sauron cuando sintió que el elfo se tensaba. Legolas solo alcanzo a tomar una bocanada de aire antes de explotar en esa mano, forzando a su pasaje a estrecharse contra la virilidad de Sauron, suficiente para hacerlo venir.
-mmm¿Vez como me has complacido, ahora se buen elfito y espera por mi- dijo Sauron mientras depositaba a Legolas en la hierba y retiraba un poco de cabello de su cara.
Legolas frunció el ceño.
-Vendré por ti- Consoló Sauron con un tierno beso y cuida a nuestro bebé-
-¡Espera, no te vayas!- grito Legolas
-No te preocupes, estaré contigo en cada momento- consoló Sauron mientras se desvanecía.
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-Legolas, mello nin, despierta- susurro Elrohir, colocando un paño frío en la frente del rubio elfo
-Esto no me gusta Estel, Legolas tiene mucha fiebre- comento Elladan levantando la vista preocupado.
-Lo se El, pero nada de lo que tengo aquí parece ayudarle- respondió Estel desconsolado, no apartando la vista del justo elfo tendido en la hierba.
-Además se ve muy agitado y no deja de temblar- dijo Haldir.
-No es normal ver a un elfo en este estado- comento Elladan mientras se levantaba –y sus ojos…-
-Lo se- interrumpió Estel- Pero como te dije antes, no sabemos por lo que paso Legolas ni que torturas tuvo que soportar en ese maldito lugar-
-¿Y que tanto murmura?- pregunto Gimli inquieto –no puedo escuchar nada de lo que dice-
-Delira, nada de lo que dice tiene sentido- respondió Elrohir, que seguía cambiando los paños húmedos.
Un grito por parte de Legolas los sobresalto a todos - ¡Espera… no…te vayas!- sollozo apenas Legolas.
Estel se hinco de inmediato- No temas mello nin, no te dejaremos- reconfortó Aragorn.
-La fiebre empeora- dijo Elrohir.
-Debemos continuar y llegar lo antes posible con la Dama- dijo Haldir- debemos forzar a nuestros caballos toda la noche sin descanso, es nuestra mejor oportunidad-
-Estoy de acuerdo- dijo Elladan
Gimli y Aragorn asintieron. Momentos después, con Legolas seguro en los brazos de Haldir – per se a las protestas de Estel- comenzaron de nuevo su camino.
