La Luz Y La Oscuridad.

CAPITULO 13

Legolas no supo cuanto tiempo estuvo sumergido en ese ardiente sueño. Todo lo que sabía es que quería llegar a la superficie, respirar y olvidarlo todo. Pero entre mas luchaba por llegar, mas se hundía en ese oscuro precipicio.

Cuando ya se daba por vencido, un calor en su vientre lo animo a seguir luchando. Tomando nuevas fuerzas, comenzó a pelear de nuevo, escuchaba voces a lo lejos, pero ya no sabía si eran verdad o era el vació, ecos de su propia angustia. Una voz sobresalió de las demás, tan tosca y persistente, que en un momento todo lo que quería era que se callara. Pero la voz, al contrario, se hizo más grosera – algo familiar- Pensó Legolas.

-Por favor, que alguien lo calle- trato de gritar Legolas, abriéndose paso por la penumbra. Por fin, una voz preocupada lo llamo por su nombre. Legolas quiso responder, pero su boca la sentía tan seca, que apenas pudo pedir un poco de agua. Pronto un vaso toco sus marchitos labios, el agua pronto lo reanimo un poco, alcanzo a escuchar un comentario, una voz melodiosa, no pudo evitar una sonrisa. De nuevo las voces lo consolaron. Voces que pensó nunca volver a escuchar.

Pero una voz de entre todas fue la que lo llevo a enfocar todas sus energías. Esa dulce voz llena de alegría y alivio al mismo tiempo.

-Ada-

Parecía tan real, pero tenia que estar seguro, con gran esfuerzo, alzo una mano para tocar a su padre. Podía sentir la humedad de las lágrimas que había derramado. Si, era real.

-Pensé que era un sueño-

-Ya no estarás solo- prometió su padre

Legolas no pudo evitar decir la verdad. No estaba solo y nunca lo estaría.

Pero por ahora podía descansar, su padre lo cuidaría, no había nada que temer por el momento…

Thranduil no pudo evitar el vuelco en su corazón. Obviamente Legolas no se refería a ellos. ¿Entonces era verdad lo que había dicho Galadriel? Pero entonces, Legolas parecía dormir tranquilamente ahora.

-Parece que nuestro Príncipe ha decidido permanecer con nosotros- dio Galadriel en medio del silencio- esta fuera de peligro por ahora-

Suspiros de alivio.

-Os ruego que me dejen a solas con mi hijo- dijo Thranduil.

-Debes descansar Thranduil, apenas si has comido algo- intercedió Celeborn – Galadriel y yo nos quedaremos con el mientras todos descansan y comen algo, prometo llamarte si pasa algo-

-Gracias, pero prefiere estar aquí cuando despierte- respondió Thranduil acomodando un sillón junto a la cama.

Viendo que el Rey no pensaba moverse y deseaba estar solo. Galadriel hizo una seña a los demás para que abandonaran la habitación.

-Recuerda Thranduil nuestra platica, estaremos cerca si nos necesitas- dijo Galadriel mientras salía también.

Thranduil solo asintió con la cabeza, no quitando la aliviada mirada de la cama.

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Después de lo que para Thranduil pareció un tiempo interminable, vio con alegría que Legolas comenzaba a despertarse.

-Legolas, mi hojita¿Cómo te sientes?- pregunto ansioso Thranduil, acercando un poco de agua.

Con una leve sonrisa en los labios, Legolas acepto el agua que se le ofrecía, tomando tan ávidamente, que Thranduil tuvo que retirarle varias veces el vaso para que tomara más despacio.

-Despacio Legolas- murmuro con cariño.

-Ada… ¿Qué ha pasado?...- exclamo alarmado Legolas, tratando de levantarse al no reconocer el lugar donde estaban.

-Tranquilo Ion, estamos en Lórien- conforto Thranduil, obligando a Legolas a recostarse de nuevo.

-¡Lórien!- susurro apenas Legolas – justo lo que dijo…-

-¿Quién Legolas¿Quién lo dijo?- pregunto Thranduil, no se le habían escapado las tenues palabras de su hijo.

-…-

-Legolas- empezó Thranduil con voz calmada –dime¿Que es lo ultimo que recuerdas?-

-…-

-Mi hojita, confía en mí, créeme que nada de lo que digas me hará amarte menos- animó Thranduil

Legolas dudaba, podía fingir que no recordaba nada, podía fingir que nada había pasado, pero entonces… ¿Por qué sentía un hueco en el corazón¿Y de que servia ignorar la verdad? Pero¡Valar, no podía enfrentar a su padre, no ahora…

-Es… es difícil de recordar Ada, todo esta borroso…-

-¿Qué es lo último que recuerdas?- insistió Thranduil.

-Estábamos cerca de Lothlórien, acampamos para descansar…-

-¿Y…?-

Legolas paso saliva.

-El… la oscuridad vino...-

-Tomate todo el tiempo que quieras Legolas…-

-El… me llevo a Mordor… y…me hablo de una Profecía… -

Thranduil palideció un poco.

-¡Pero yo le he dicho que es mentira! Tú me hubieras dicho… ¿verdad?...-

Thranduil quedo en silencio unos minutos. No había caso en ocultar la verdad, además, al parecer, Legolas sabia ya demasiado.

-Legolas, es verdad que yo sabia de esta antigua Profecía, pero te aseguro que dudaba de su veracidad…- contesto Thranduil con tristeza en sus ojos – No quería verte crecer bajo su sombra-

Legolas solo miro a su Ada entre asombrado y temeroso¿Qué mas sabia su Ada?

-Legolas¿Qué más se te ha dicho?-

-…-

-Por favor Ion nin, dime – suplico Thranduil.

-El… me dijo… que yo le ayudaría a devastar Arda- contesto en un sollozo Legolas.

Thranduil solo atino a abrazar a su hijo, consolándolo con suaves palabras mientras acariciaba su cabeza.

-¿Y te ha dicho como?- murmuro suavemente Thranduil.

Thranduil sintió la cabeza de su hijo agitarse en negativa en su pecho, Legolas no lo miraba a los ojos.

Thranduil no insistió mas, contento de poder sentir a Legolas una vez mas cerca de el y poder expresarle cuanto lo amaba. Pronto Legolas se quedo dormido en sus brazos.

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-Realmente estoy muy confundido Galadriel, confundido y asustado – dijo Thranduil mientras comía unas viandas rápidamente.

-Despacio Thranduil- sonrió la Dama Galadriel.

-No quiero dejar a Legolas tanto tiempo solo – argumento el Rey elfo .

-Esta bien acompañado Thranduil, no temas. Ahora dime¿Qué te tiene confundido?-

-Legolas, teme hablar conmigo, hay algo mas, lo se…-

-Debes darle tiempo Thranduil, piensa en todo lo que ha pasado-

-Lo se, pero…-

Un grito de alarma lo interrumpió a media sentencia. Y ni Thranduil ni Galadriel tenían que preguntar de donde la alarma.

No tardaron en llegar al flet, ya que Thranduil había insistido en descansar no muy lejos de donde encontraba su Legolas.

Cuando llegaron, Thranduil ahogo un grito de horror y angustia.

La cama de Legolas estaba vacía, las sabanas empapadas en sangre, Elrohir y Elladan yacían en el piso, inmóviles.

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Legolas no recordaba como había llegado ahí, pero pronto sintió la suave brisa en su cara, cuando pudo enfocarse mejor, pudo escuchar el viento al pasar sobre los grandes árboles de Lothlórien y sentir el césped bajo sus pies desnudo.

Legolas no se pregunto como había llegado ahí, solo espero…

No paso mucho antes de que los árboles dejaran de cantar y el sol se nublara un poco.

-¿Me extrañaste mi dulce Príncipe?-

-No extraño a los mentirosos- respondió Legolas encarando a la conocida y bella figura.

-¿Sigues molesto por que no he venido por ti?-

-¿Cómo puedes estar tan cerca de Lórien?-pregunto Legolas evasivamente

-Aunque no he recuperado todas mis fuerzas, puedo ir a donde me plazca todavía, ni Galadriel puede detenerme-

-¿Te duele?- pregunto Legolas mirando la fina sombra de oscura en el ropaje de Sauron.

-Apenas es un rasguño. Esos elfos en verdad te estiman- contesto Sauron tocándose levemente el pecho.

-Son los hermanos que nunca tuve. ¿Estarán bien, verdad?-

-Solo con dolor de cabeza al despertar, pocos han osado tocarme, pero sabía que te entristecerías si los hubiera despedazado-

-¿A que viniste?- pregunto Legolas exasperado. En verdad estaba preocupado por los gemelos. La llegada de Sauron había sido inesperada. El mismo no había tenido tiempo ni de gritar siquiera. Solo alcanzo a ver que Elladan había desfundado el cuchillo. Galadriel debía saber que había ocurrido. Pronto estarían ahí.

-¿A que has venido? – volvió a preguntar Legolas.

-Por un sentimiento…- respondió Sauron acercándose un poco más. Pero Legolas retrocedió los mismos pasos, hasta que su espalda toco la ruda corteza de un mallorn.

-No se si es rencor o amor por lo que sigo aquí- contesto sinceramente Legolas.

-No es necesario este dolor mi querido elfo, ahora estas cerca de aquellos que te aman¿no eres feliz?- murmuro Sauron acorralando a Legolas, apoyándose contra el. Legolas sentía ya la corteza rozar su ligera camiseta.

-Ahora brillas mas, te vez mas hermoso que la ultima vez que te vi. ¿No fue también un buen sueño acaso?- pregunto Sauron abrazando muy suavemente al elfo.

-¿Fue real?- pregunto Legolas ruborizándose un poco.

-Nuestros Fëar están mas unidos de lo crees- contesto Sauron acariciando una sonrosada mejilla- y Galadriel lo sabe…-

Legolas paso saliva.

-Pero ignora lo más importante. Nuestro pequeño tesoro – continuo Sauron apoyando ahora una mano en el plano vientre del elfo –Pronto se te notara¿sabes?-

Legolas lanzo una mirada de terror y tristeza. ¡Valar¿Qué haría entonces?

Sauron retrocedió un poco.

-Nadie lo sabe aun. ¿No es verdad, ni siquiera tu Ada-

-…-

Pronto esas manos que acariciaban su vientre comenzaron a buscar el firme trasero, y con un firme movimiento, fue atraído hacia el otro cuerpo. Legolas cerró los ojos

-En verdad deseo con todo el corazón que vengas conmigo, podría llevarte a la fuerza, como la primera vez- dijo Sauron apretándose del todo contra el elfo- podría arrasar todo este bosquecillo y a todos los elfos con el – continuo Sauron buscado la temblorosa boca del elfo.

-Pero no es lo que tu corazón desea en estos momentos, tampoco quiero que sea por el bebe sino que lo desees por el bebe. Sabes que nunca les haría daño- continuo Sauron apartándose en un suave movimiento.

Silencio.

-Sálvame del olvido pequeño elfo y vendré por ti- dijo Sauron, despidiéndose con un suave beso- solo tienes que pedírmelo y vendré-

Legolas abrió los ojos cuando sintió de nuevo la brisa en su cara, estaba solo. A lo lejos escucho su nombre…alguien lo llamaba, tuvo el impulso de correr, pero solo se quedo ahí, ahogado en un mar de desasosiego.

-Sálvame del olvido…- murmuro Legolas

-¡Legolas! ...Contéstame…!Legolas!...-

-¿Ada?-

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