Capitulo 15
La Luz y La Oscuridad
-¡Si te atreves a tocar a mi hijo maldita bruja noldor, te partiré en dos el corazón con mis propias manos!- Grito enfurecido Thranduil.
El corazón de Legolas salto de alivio al ver a su Adar, pero luego el horror vino, nunca había visto a Thranduil tan furioso, una leve rubor cubría sus mejillas, su fino cuello se mostraba tenso, los puños cerrados y crispados a los lados.
-¿Ada?- llamo tímidamente Legolas desde su cama.
Thranduil le dirigió una mirada de cariño, antes de enfrentarse de nuevo a Galadriel.
-Escucha Thranduil… – empezó a decir Galadriel, pero fue interrumpida por otro grito del Rey elfo.
-¡No quiero escuchar otra palabra de tu boca Galadriel¡He escuchado bastante!-
-Pero es que no entiendes, permítame explicarte, el espejo…-
-¡No le pondrás un solo dedo a mi hijo Galadriel y eso es todo! – respondió Thranduil. Con grandes pasos, se dirigió a la cama donde su hijo, ignorando a Galadriel que trataba de hablar de nueva cuenta.
-Legolas, hojita¿crees poder viajar hoy mismo?-
Legolas, que había contenido el aliento sin sentirlo, suspiro aliviado, su Adar no se escuchaba enojado con el, al menos no por ahora.
-Si Ada-
-Bien, porque nos vamos hoy mismo, mandare alguien que te ayude a preparar para el viaje- dijo Thranduil dando un leve apretón en el hombro de Legolas – hablaremos luego- agrego en un murmuro, mientras besaba la mejilla de su hijo.
Legolas, en shock aun por todo lo que había pasado en tan poco tiempo, solo atino a asentar la cabeza, mientras susurraba a su vez un gracias a su Adar.
-Thranduil, debemos hablar- dijo Galadriel siguiendo a un irritado Rey elfo, que ya se encaminaba hacia fuera del flet.
-Hablemos- contesto Thranduil – pero no aquí-
0000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
-¿Qué ha sido todo ese alboroto?- murmuraron los gemelos cerca del talan donde habían dejado a Galadriel con Legolas. Entrando sigilosamente, seguidos de cerca por Estel, encontraron a Legolas levantado y tratando de cambiarse de ropa lo más rápido posible.
-¿Qué crees que estas haciendo Legolas?- pregunto Estel, era claro que el elfo pensaba marcharse.
Legolas brinco al escuchar el reclamo.
Legolas se maldijo por no haberlos escuchado venir, tan ocupado estaba tratando se comprender todo lo que había pasado. Y ahora no podía explicar lo que el mismo no alcanzaba comprender. Poco después que Galadriel y Thranduil salieran del talan, no había esperado que alguien viniera a ayudarlo como había prometido su Adar, al contrario, toda su energía la había enfocado en levantarse y prepararse para el viaje.
Su malestar olvidado. Todo lo importaba era salir de Lorien lo antes posible.
Nunca hubiera imaginado que Galadriel tuviera un corazón tan frío. No le había dejado opciones. Había decidido ella sola el futuro de Legolas y su bebe. Y tampoco nunca hubiera adivinado la reacción de su Adar. ¿Significaba que ya lo sabia, y ¿si solo deseaba hacer lo mismo en su Reino?
-No- repetía Legolas en su corazón .Su Adar no podría obligarlo.
Y ahora los gemelos y Estel.
Pero no podía explicarles… no podía.
Así, no contestado nada, término de vestirse, cuando se dirija con lento caminar para buscar su carjal y cuchillos, Elladan le bloqueo el camino.
-Espera Legolas, por favor explícanos que pasa, no entiendo…. ¿Es que piensas irte?-
-¿Y en tu condición?- agrego Elrohir.
El corazón de Legolas brinco en su pecho, el vértigo amenazo de nueva cuenta.
-¿Y que condición es esa?- pregunto Legolas lo mas natural que pudo al momento que pasaba de largo a Elladan para tomar sus cuchillos.
-No te has recuperado totalmente- contesto Estel acercándose también al pálido elfo –Mírate, apenas puedes dar paso-
-Thranduil te ha obligado¿verdad?- siguió Elladan –Nunca ha tolerado a la abuela-
-¿Es verdad eso Legolas?- pregunto Estel presionando un poco mas.
-La antipatía de Thranduil por la abuela es bien conocida por todos- respondió en su Lugar Elrohir
-Mas eso no le da el derecho de llevarse a Legolas así- respondió un poco enojado Estel.
Legolas sentía que el corazón le latía de prisa, pero esta vez de rabia y resentimiento.
¿Qué sabían ellos de su Adar¿Qué sabían de lo que Galadriel era capaz¿Qué sabían ellos de su sufrimiento?
-Estoy seguro que si hablamos con la abuela, ella dejara que te quedes- siguió Elladan.
-Podrá convencer a Thranduil, no tienes por que irte- continuó Elrohir.
-Aquí estas seguro y a salvo Legolas, no podrán obligarte…- termino Estel.
Eso era todo lo que podía tomar Legolas. Girando sobre sus talones, se enfrento a los hermanos que el mismo consideraba como parte de su familia.
-¡Me importa nada lo que piense Galadriel!- exploto el rubio elfo.
Elladan, Elrohir y Aragorn se quedaron boquiabiertos.
-¡Ustedes no saben nada de nada¿Cómo pueden hablar así de mi Ada y Rey?- dijo Legolas mientras terminaba de ajustarse el carjal -¡Si me quedo aquí, moriré de tristeza, Y créanme, a Galadriel no le importa-
Los hermanos seguían sin contestar, No comprendían, como había dicho Legolas, nada.
-En verdad les agradezco en el alma lo que han hecho por mi, no tengo vida suficiente para terminar de agradecerles- comenzó a decir Legolas un poco mas tranquilo- Estoy en deuda eterna con ustedes, su amistad y cariño para conmigo me han enseñado muchas cosas… no tienes que renunciar a lo que amas… siempre hay un camino…una esperanza… Porque eso es lo que necesito, su amistad, no su piedad. Amistad que no quiero que termine nunca… pero… -
Legolas paso saliva, enderezándose, como su Adar le había enseñado a comportarse en la corte, se adelanto unos paso al trío que lo miraba pasmado.
-¡No dejare que Galadriel me obligue a renunciar a lo que mas amo!-¡No permitiré que me quite a mi bebe!- dijo Legolas con una voz entre angustiada y aliviada.
No esperando respuesta de los hermanos – que de todos modos nada parecía venir pronto de sus abiertas bocas – Legolas salio del Flet.
Una… dos… tres bocanadas de aire fue lo primero que necesito Legolas cuando salio .
¡Lo había dicho¡En verdad lo había dicho, ahora sentía una emoción tan pesada, que tuvo que recargarse en la baranda para reponerse. Una emoción entre remordimiento, por sus duras palabras… alivio, porque ya no había nada que ocultar… temor, de perder la amistad de aquellos que consideraba como hermanos… incertidumbre, por su futuro…tristeza, por las duras palabras de Galadriel… humillación y finalmente alegría, porque había podido defender lo que mas amaba y ser defendido por lo que mas quería.
Y per se a todo, aun sentía ese hueco en su corazón, como si faltara algo…
-¡Legolas, mellon, tu Adar me ha mandado por ti. Pero parece que he llegado tarde- escucho Legolas una melodiosa voz a sus espaldas.
-No es necesario Haldir. En un momento estaré con mi Adar- respondió Legolas al mirar al platinado elfo. –Que raro- pensó Legolas, había jurado que Thranduil mandaría un guardia por el. Mirando un poco desconfiado al galadrim, comenzó a bajar las escaleras.
-No hay nada que temer Legolas, estoy de tu lado- dijo Haldir riendo un poco.
Legolas giro un poco la cabeza para hacer contacto visual con el elfo.
-El Rey Thranduil me ha pedido que te acompañe, te espera cerca de el patio principal –
-Gracias Haldir- respondió Legolas.
-¿Legolas?- susurro Haldir mientras seguía de cerca dorado elfo.
-¿Si Haldir?-
-He escuchado como discutían Thranduil y Galadriel, poco antes que me llamaran… yo… me preguntaba… ¿Me permites acompañarte?... – Solo hasta Rivendell, claro - agrego rápidamente Haldir cuando vio la mirada de desconfianza del elfo.
-¿Rivendell?-
-He escuchado que marcharán primero ahí, y luego partirán a su reino en el Bosque Negro-
Estas eran nuevas noticias, Legolas había creído que partirían de inmediato al Bosque Negro, en cambio, pasarían a Rivendell… ¡Elrond!... Elrond era conocido como el mejor sanador en Arda. Señor de gran sabiduría, respetado por todos los elfos. ¿Pero no lo mismo había pensado de Galadriel¿Thranduil tenia otros planes?
¡Valar, y ahora que todo parecía ir bien, otra emoción a su corazón… la de la traición.
-No dejare que te pase nada – dijo Haldir, sacando a Legolas de su mundo – No importa de que se trate, no dejare que te hagan daño-
Legolas se detuvo de nuevo¿Haldir sabia, después de todo, había escuchado la discusión de Galadriel con su Adar.
-Gracias Haldir, en verdad te lo agradezco- respondió Legolas lo más tranquilo que pudo- Pero no creo que tu Señora lo permita, no después de la querella con mi Adar-
-Tu mismo Adar esta de acuerdo… claro… si tu estabas de acuerdo también - respondió Haldir
-¿Y La Dama Galadriel lo ha permitido?- pregunto asombrado Legolas. Seguro era un ardid de Galadriel.
-No al principio. Pero ¿Sabes, aunque no lo hubiera estado, yo te hubiera acompañado de todos modos-
Legolas no respondió esta vez. Se limito a seguir bajando las largas escaleras, hasta llegar al hermoso patio principal. Thranduil lo esperaba ya con su caballo.
Con la mayor ligereza que pudo demostrar, monto su corcel. Con una leve inclinación de la cabeza, le indico a su Adar que estaba listo, aunque sintió que le temblaban las manos cuando sujeto las riendas.
Volteo por ultima vez, Aragorn y los demás no lo había seguido, y no sabia si sentirse aliviado o desilusionado. Parecía que después de todo, su amistad no era tan grande como el creía, no con estas nuevas noticias.
Haldir terminaba de acomodarse en su caballo.
Legolas observo la pequeña escolta, su Adar, dos pares de Guardias Reales y Haldir.
Galadriel y Celeborn se hallaban un poco más allá. La tristeza reflejada en sus hermosas caras. Los dorados reflejos de la tarde fluían entre los grandes árboles.
-Tan hermoso paisaje y tan tristes recuerdos me quedaran de este lugar- pensó Legolas
Sin decir adiós, Thranduil dio la orden de partir. La comitiva partió a galope.
-¿Crees aun que fue buena idea Galadriel?- pregunto Celeborn consternado.
-Mire al espejo… yo…pensé que era lo correcto. Ahora no estoy tan segura-
0000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
-Acamparemos esta noche aquí. Gilraen, por favor, organiza las guardias- Ordeno Thranduil mientras desmontaban en un pequeño claro.
-Mi Rey, si seguimos a este ritmo pronto llegaremos a Rivendell, pero me temo que nuestro Príncipe no tolerara el paso- dijo Gilraen, señalando con la mirada a Legolas que se encontraba medio dormido en su caballo, casi a punto de caer.
-Aguantara Gilraen. No te preocupes-contesto Thranduil mientras veía a Haldir ayudar a Legolas a bajar del caballo- ahora ayúdame a montar el campamento.
El campamento fue montado, y después de una breve cena, los guardias tomaron su lugar en la noche.
Legolas se sentía exhausto. EL viaje había sido más difícil de lo que había pensado y le había mermado las pocas fuerzas que tanto trabajo le había costado recuperar. Con la ayuda de Haldir- del cual desconfiaba todavía un poco- acomodo su manta para descansar, ya casi medio dormido, escucho a Thranduil acercarse y dar las gracias a Haldir.
-Hojita¿Estas despierto?- pregunto muy bajito el Rey elfo, dando una pequeña palmadita al hombro de Legolas.
-¿mmm?- fue todo lo que pudo contestar Legolas con los ojos entrecerrados.
-Solo quiero decirte que iremos a Rivendell primero. Confió en que Elrond podrá darnos consejo sobre tu estado-
De un golpe, Legolas se sentó sobre su manta, si Thranduil no hubiera retrocedido un poco, le hubiera dado de lleno en la cara.
-Calma, calma Legolas, no tienes que sobresaltarte así, no es bueno para el bebe- dijo Thranduil mientras empujaba a Legolas a yacer de nueva cuenta acostado sobre la manta.
-¿Desde… cuando…como?- balbuceo Legolas asustado.
-Desde el primer momento que te vi a los ojos- confeso Thranduil.
Legolas sintió otra vez ese sentimiento de traición en su corazón. Su Adar lo había sabido todo este tiempo, y mientras Legolas se había debatido en la angustia y desesperación solo.
-Esperaba que tu mismo me lo dijeras- respondió Thranduil a la silenciosa pregunta – pensé…pensé que me conocías lo suficiente Ion nín-
Con las lágrimas ya brotando libremente, Legolas solo acertó a abrazar a su Adar lo más fuerte que pudo.
-Lo siento Ada… siento mucho lo que paso…- dijo Legolas entre sollozos.
Thranduil lo acuno con cariño, mientras le murmuraba suaves palabras.
-Nada de esto es tu culpa Legolas. Soy yo el que lo siente por no haberte advertido antes-
-Por favor Ada…no permitas que dañen a mi bebe, me moriría de tristeza…- suplico Legolas abiertamente.
-Calma, nada le pasara ni a ti ni a tu bebe- prometió Thranduil.
-Pero…pero lo que dijo Galadriel… y vamos a Rivendell… Elrond…- sollozo más fuerte Legolas, todos esos sentimientos que lo habían atormentado, ahora salían libremente en olas de espasmos y sollozos.
-No permitiré que Galadriel haga nada. Y en cuanto a Rivendell y Elrond, solo quiero que te examine y aconseje, es todo- contesto Thranduil lo mas tranquilo que pudo, ver en este estado a su único hijo le partía el corazón- Es un viejo amigo y confió plenamente en el-
Bajo estas reconfortantes palabras, poco a poco, Legolas se fue calmando, y permitió a su defensa bajar un poco.
-Siento mucho lo que ha pasado Legolas…Siento mucho todo lo que has tenido que pasar… solo… El…el… ¿Te ha lastimado mucho?- pregunto casi en un susurro Thranduil. Le preocupaba de sobremanera lo que había que tenido que pasar Legolas, era obvio que ese maldito lo había tomado a la fuerza y no solo una vez. En cuanto a la presencia del bebe, Thranduil tenia sus propias teorías.
Legolas detuvo en seco su ahora leve llanto, Thranduil pudo sentir como se tensaba cada músculo de Legolas. Al momento se arrepintió de su tonta pregunta.
-No tienes que contarme nada si no lo deseas- agrego apresuradamente.
-Fue…sombrío Ada… fue…deshonroso…- se escucho a si mismo Legolas decir- pero…nada de eso parece importar ahora…no se como explicarlo…-
-Entiendo- fue todo lo que dijo Thranduil. Besando una húmeda mejilla, acomodo de nuevo a Legolas en las tibias mantas. No paso mucho tiempo antes que Legolas durmiera en un profundo sueño. Sentándose a un lado, Thranduil miraba pensativo la pequeña fogata que se había encendido para calentar un poco a Príncipe.
-¿Rey Thranduil?-
-¿Si?- contesto por reflejo Thranduil. No había puesto atención a lo que pasaba alrededor.
-Me preguntaba… -comenzó a decir Haldir- … a este paso, mañana estaremos en Rivendell. Me preguntaba si usted desea que yo o algunos de los guardias…se adelanten para dar noticias de nuestra llegada-
-No es necesario Haldir. Te aseguro que Elrond ya sabe que vamos en camino. Lo que me importa saber ahora cual es tu posición en esta situación- pregunto muy serio Thranduil. No se le había escapado el hecho, que aunque el galadrim guardaba una amistad especial con su hijo, aun seguía siendo Capitán de la Guardia de Galadriel.
-No hay mucho que comentar su Majestad. La amistad que tengo para con Legolas, como usted sabe, es muy especial. Tan especial que no me importa retar a mi Señora, mi corazón me dicta que es lo correcto-
-Lo que dicta tu corazón dices¿he¿aun cuando implique defender a Legolas de tu propia Señora?-
Haldir abrió un poco los ojos. Sospechaba que la abrupta salida de Thranduil y Legolas de Lórien tenia que ver con la discusión de Galadriel con el Rey, incluso había alcanzado a escuchar, sin mala intención, algo de un bebe¿Qué demonios tenia que ver un bebe en todo esto? De lo que si estaba seguro, es que Legolas estaba en peligro, y le entristecía saber que la causa era la Dama Galadriel.
Incluso Legolas había desconfiado de el.
- Claro que tendré problemas con mi Señora Galadriel cuando regrese, pero si puedo proteger a Legolas, bien vale la pena. No importa a quien o que este involucrado. No permitiré que Legolas se lastimado de nuevo- prometió Haldir igual de serio.
Complacido por el momento por la respuesta de Haldir, Thranduil no dijo más, su vista fija una vez más en las tenues danzas de la fogata.
Un leve quejido llamo su atención. Rápidamente alcanzo a Legolas un paño frió en la frente -Maldita fiebre, confió en ti Elrond- pensó preocupado Thranduil
Oscuridad
Fiebre.
Y luego, la cariñosa voz.
-¿Me extrañaste dulce elfo?-
