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HERMANOS
por Liluel Azul
Capítulo 4
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Flash back
El pequeño Hyoga tiene mucho sueño, pues ya es muy tarde. Su madre lo carga como todas las noches a su lugar de trabajo, y como todas las noches la reciben de mala gana por llegar con el niño.
Aun así, le sirven una rebanada pastel y un vaso de leche, al hermoso niño de rubios cabellos, mientras su madre se alista para trabajar.
Hyoga la mira embelesado, porque Natasha se ve muy hermosa con su vestido de noche, mientras se acomoda en el piano. Y con gran maestría toca una a una las melodías.
Trabaja en un piano bar, muy elegante y refinado.
Y al niño lo vence el sueño.
Cansada de tanto tocar, la mujer toma a su pequeño dispuesta a marcharse cuando…
-Natasha, toma. –Dice su jefe extendiéndole un sobre con dinero.
La mujer se extraño, pues esperaba cobrar hasta la siguiente semana.
-Ya no puedes volver a trabajar aquí.
-Pero por qué …
-Alguien pregunto por ti. Le dije que te llamabas Alice, pero estoy seguro que no lo convencí.
Natasha trago grueso, se lleno de pánico y abrazó con fuerza a Hyoga, con miedo de que se lo arrebataran. La fuerza de aquel abrazo hizo que Hyoga se despertara confundido.
-No nos separaran. – Dijo mientras miraba al hombre vestido de negro que los esperaba en la puerta principal.
-Sal por detrás, tratare de distraerlo.
En la puerta trasera también la estaban esperando, pero varios de los camareros salieron primero para distraer al otro. Y a la primera oportunidad, Natasha salió corriendo como si su vida dependiera de ello, pudo coger un taxi que milagrosamente paso justo en ese momento.
-No nos separaran.- Decía ella una y otra vez.
Hyoga había escuchado esas palabras tantas veces desde que nació, que su primera palabra no fue mamá, si no un balbuceó de esa frase "no nos separaran".
En la estación de trenes Natasha tomó el primero que encontró, no pudo pasar a recoger nada en su casa, pues era seguro que ahí la esperaban también.
Hyoga recuerda vagamente esos días, aunque no sabe que lo que temía su madre, era que se lo arrebataran. Por eso siempre andaban de un lugar a otro. Ella era excelente tocando el piano, así que conseguía trabajos enseñando o como concertista.
Por su manera de vivir Hyoga nunca tuvo oportunidad de hacer amigos o ir a la escuela, tampoco lo dejaba solo ni apartado de su vista. Por ello, Natasha llenaba su mundo, ella era todo, su madre, maestra, doctora, compañera de juegos.
Mientras los demás niños iban a la escuela o eran dejados en guarderías, Hyoga era llevado de un lugar a otro en los diferentes trabajos de su madre y en los tiempos libres ella aprovechaba para enseñarle a leer, escribir, aprendía ruso y japonés. Y si había un piano disponible, a tocar.
En el presente
En la mansión Kido se escucha tocar el piano. Puras medias melodías, que muestran el estado reflexivo del muchacho. Está tan ensimismado en sus recuerdos que no siente que alguien se acerca, hasta que le revuelven los dorados cabellos.
-¿Por qué tan melancólico piña colada?- Pregunta Ikki.
-¿Te parece?
-Pues normalmente nos atormentas con la misma melodía una y otra vez.
-Lo siento mora azul, sólo practicando se aprende.
-Eso es cierto, lo bueno es que ya por fin empiezas a tocar bien. Definitivamente Saori es buena maestra.
-Y me tuvo paciencia.
-Pudiendo agarrar cualquier hobby, elegiste el piano.
-Bueno, mamá era pianista, insistía mucho en enseñarme, así que sí, empecé por melancolía, después por gusto.
-Lo traías en las venas.
-Supongo. ¿Quieres alguno de los 6 temas que se tocar?
-Ya sabes 6. Todo lo que tocas suena igual, supongo que por lo desafinado no distingo.
-ja-ja que gracioso.
-Te diría que toques "claro de luna" -Los interrumpió el dragón queriéndose unir a la charla y cuyas manos traen un paquete. -Es la que mejor te sale por ser la que más practicas. Pero honestamente prefiero "para Elisa"
-Ves, él sí distingue que toco.
-Es que él sí te presta atención. ¿Y eso?
-Pregúntale a Hyoga pues él lo encargo.
-¡Ya llego!- Dijo el rubio viendo el paquete.
-¿Qué es?
-Un Kimono.
-Se nos va a hacer el milagro de verte con ropa tradicional.
-No es para mí, es para Eri, como ya viene su cumpleaños y también los festivales de verano…
No terminó de hablar por que la sonrisa pícara de Ikki y Shiryu que encima lo miran como si lo hubieran cachado en una travesura lo sacó del hilo de las ideas.
-Para Elisa ¿Verdad? – Dijo acomodándose en el piano, tratando de cambiar de tema.
Y el ruso empieza con la melodía, un poco torpe en algunos fragmentos, pero sus dos hermanos mayores lo escuchan felices. El propio Hyoga es muy feliz en estos momentos. Tanto que se refleja en su sonrisa.
En otro lugar.
Un joven de cabellos rubios, toca esa misma melodía a la perfección. Ni siquiera necesita la partitura, pues se la sabe de memoria. La ha practicado horas y horas hasta alcanzar la perfección. Aquella tonada lo llena de recuerdos tristes. Está completamente solo, tocando para si mismo, pues no tiene nadie que lo escuche.
-Perdón por interrumpirlo señor Ivanov.- Dice un anciano japonés.
-¿Que pasó?- Dice sin dejar de tocar el piano. -Nos bloquearon otra vez Sasuke.
-Lo siento joven Ivanov, pero los Kido son poderosos, por medios legales jamás llegaremos a algún lado.
-No te preocupes Sasuke, se que hiciste lo que pudiste. Tienes años comprometidos con esta causa y se perfectamente que los Kido son poderosos y sobre todo sucios. Pero todo el daño que les hicieron se les va a revertir. Pronto los que se sentirán solos y en el olvido serán ellos. Pronto la angustia del no saber invadirá sus corazones y el sol se apagará para ellos. Así será, el doloroso vacío de la ausencia picoteara sus corazones hasta hacerlos sangrar. –Y pensando en eso Adrik Ivanov continua tocando el piano.
Horas más tarde la noche ha avanzado y en la mansión Kido un peliverde sentado en la alfombra contempla con preocupación a un rubio que se ha quedado profundamente dormido en un sillón.
-¿Por qué tan preocupado? –Susurra un castaño a oídos de Shun, pero no obtiene respuesta. Seiya sonriente contempla al caballero del cisne dormir y es que ya notó que el libro que estaba leyendo es de poemas.- Por Atena es un caso grave, creo que lo hemos perdido. -Por fin Shun desvía la mirada clavada en Hyoga para contemplar a Seiya. –Tiene todos los síntomas, anda soñando despierto, bailando por todos lados, canturreando canciones pop y finalmente leyendo libros de poemas. Definitivamente se trata de amoritis aguditis en estado grave y avanzado. Ni hablar tendrá que padecerlo.
-Difiero con el diagnostico. -Dice un peliazul que ha posado sus manos en los hombros del peliverde para confortarlo. –Ciertamente tiene amoritis, pero eso no es tan grave como la tortícolis que tendrá que padecer mañana por quedarse dormido ahí y en esa posición.
Ikki intercambio miradas con Shun, sólo por que lo ve preocupado va a tener esta cortesía. Normalmente despertaría al rubio y lo mandaría a su habitación, pero en vez de eso lo levanta con cuidado para no despertarlo.
-Vamos Shun.
Y es que si el peliverde no lo arropa el mismo, va a pasar la noche rondando la habitación del rubio preocupado por el temor de que desaparezca.
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Notas de la autora:
Retomando lo de silbando y aplaudiendo, yo tampoco lo había oído hasta que llegue a la universidad. Era muy común. Ahora que me dicen que nunca lo habían oído algo como eso, me cuestiono de donde habrá salido la frase y creo que la primera vez que la escuche fue en la clase de fotografía o al menos era ahí donde más la mencionábamos, y como no hacerlo con cubículos para dos personas trabajando en la completa y absoluta oscuridad, solíamos molestar a los enamorados que trabajaban juntos "eh ustedes, perengano y perengana silbando y aplaudiendo". (^_^) ¡Ay! Que días aquellos. Odiaba foto por que nunca podía trabajar completamente a oscuras.
Se lo mencione a Mamá y jura que es un dialogo de una película, pero no supo cual. Pero que ella ya lo había escuchado desde hace mucho, Así que supongo que la frase viene de las películas de la época de Pedro Infante.
Tatis GR Es un honor para mi que te tomes el tiempo de leer mis fics, gracias por tu apoyo, y si algo te gusta o no o si quieres ver más de algún personaje en especifico siéntete libre de pedirlo, juro que lo tomare a consideración.
Smily este capítulo fue para ti, por que amas la interacción entre el patito y el pollito.
Ikki: Y por eso me toca ser su nana
Azul: Smily y yo te hemos dado ese destino. Pudo ser peor, imagínate que fueras tú mi consentido. Te la pasarías llorando en mis fics.
Ikki: Así dejémoslo. Yo cargo al pato no tengo problema alguno.
Hyoga:
Sobre los Kimonos, jo, pues esta vez no he investigado, jo, es que tengo entendido que tienen clasificaciones y nombres según el corte. Un personaje varón que ha salido con Kimono es Shigure de fruits básquet, pero no se como se llama el que portó. También en Ouran Host Club hicieron una fiesta de Kimonos. En lo personal pienso que Hyoga no se ve bien de kimono (no, no, no) la única ropa tradicional japonesa que siento a medias que le sentaría es la que usan en kendo, como Kuno en Ranma y eso nada mas por que es ropa de acción. Con que si lo vestiría es con ropa china ¡ay! Patito pequines.
Y ¿qué les pareció el capitulo? por fin conocimos el nombre del rubio parecido a Hyoga y antes de que me digan que bien pero ¿cuando empezara su plan malvado? ¿por que tiene un trauma con Hyoga? ¿por que odia a los Kido? Les diré que en el próximo capítulo la verdad oculta le será revelada a Hyoga.
Ya para despedir, en campaña pro buenos fics, sobre todo si son de Hyoga les recomiendo el fic "Rapsodia por un adiós" de Pollux Dioscuros. Es un fic bastante interesante y fue uno de los que me inspiraron para este. Si conocen un fic de Hyoga favor de decirme, o si se animan a dedicarle el trabajo de sus neuronas al bello cisne pues con mayor razón que una lectora ya tienen asegurada.
Quiero fics de Hyoga. Quiero fics de Hyoga
Patito, patito, patito mío
Pedazo de cielo que Kurumada me dio
Patito, patito, patito chulo
Fics tuyos es lo que pide mi corazón