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HERMANOS
por Liluel Azul
Capítulo 5
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Los hermanitos Kido están muy felices desayunando todos juntos. Jabu e Ichi platican sobre el objeto volador no identificado que salió en las noticias, es una pelea muy acalorada pues Jabu insiste que se trató de un globo, mientras Ichi niega eso, pues un globo no es noticia. Mientras que Ban y Geki hablan del fútbol americano. Por su parte Ikki está regañando a Seiya quien finge demencia y no saber de que habla; y es que Nachi le está contando al fénix la última travesura que el castaño hizo junto al peliverde, en el orfanato. Shun finge ser la victima para no ser regañado. Sin embargo la cara de travieso lo delata. Shiryu está leyendo el periódico. Y un cisne está muy ocupado mandando mensajes por el celular a Eri.
Seiya fastidiado de ser el único regañado, cuando la idea de la travesura fue de Shun y buscando quitarse a Ikki de encima comienza a molestar al rubio, entonando una canción.
-Eri te amo, eres un sol. Eri mi vida, toda te doy.
Hyoga sólo le dedica una fría mirada homicida a su hermanito. Grave error. Pues Jabu, Nachi y Shiryu, se unen a la canción.
-Eri te amo, eres un sol. Eri mi vida toda te doy.
Hyoga los mira sin expresión y vuelve a su celular.
Y los que faltaban a excepción de Ikki también se unen a la canción.
-Oh Eri, oh Eri, eres un sol. Oh Eri, Oh Eri, eres el amor.
-Oh Eri, oh Eri, eres un sol.- Dice una diosa uniéndose a la canción. –Oh Eri, Oh Eri, eres el amor.
Hyoga se pasma de ver a Saori, que ya esta levantando los brazos y moviéndolos a ritmo. Y todos sus hermanos levantan los brazos entonando la canción. (Excepto Ikki)
-Eri te amo, eres un sol. Eri mi vida toda te doy. Eri te amo, eres un sol. Eri mi vida toda te doy. Oh Eri, oh Eri, eres un sol. Oh Eri, Oh Eri, eres el amor.
-No se que hago viviendo en esta casa. -Dice Ikki.
-Y luego está familia se pregunta por qué salgo huyendo a Siberia. -Dice Hyoga
Varias horas después, mientras sale a verse con Eri, vuelven a entonar la canción y en su interior Hyoga jura que va a matar a Seiya.
Aun así el rubio sale radiante por ser feliz.
Un par de horas después, vuelve con la palidez de un muerto y los ojos rojos por que lloró. Completamente desanimado y sin ninguna alegría, entró y directamente se encerró en su habitación.
Sus hermanos se angustiaron por verlo tan abatido. Aquello fue el principio de varios días nublados, pues la personalidad del rubio cambio drásticamente.
Siempre ha sido serio, pero pese a eso, estaba lleno de felicidad. Ahora todo el tiempo está triste, no quiere hablar con nadie, ni siquiera con Shun o Saori. Pasa el tiempo encerrado en su habitación.
No quiere comer, no puede dormir.
Empezó a salir sin avisarle a nadie, cuando antes siempre contaba sus planes. Y cuando lo veían llegar, lucía cada vez más lleno de tristeza.
Nadie entendía por que su sol se había eclipsado.
Seiya, habló largo y tendido con Eri tratando de averiguar la causa de su mal. Había pensado que se habían peleado, pero no fue así, para Eri también es un misterio. Aquel día habían ido a una pequeña cafetería, Hyoga fue al baño y cuando regreso lucía muy perturbado. Ahí fue cuando empezó todo.
Convencidos de que se estaba entrevistando con alguien, Ikki y Shiryu empezaron a seguirlo cada vez que salía, pero sólo se la pasaba sentado en una banca en un parque. Aun así un par de veces Hyoga se les escabullo por completo.
Empezó a hurgar en las cosas de Saori. Y una vez lo encontraron revisando los papeles de su despacho. A Saori no le molestó, pero le preocupó bastante que Hyoga se negara a hablar, a decir que era lo que estaba buscando. Incluso como Atena le ordenó explicarse, pero aun así el rubio no dijo nada.
Hyoga seguía empeorando, comenzó a tener intensas pesadillas, aparentemente del día del naufragio.
Y una noche, la pesadilla fue tan fuerte, que despertó a todos con sus gritos. A Shun le tomó varios minutos calmarlo. Porque realmente tenía en brazos al niño aterrado por el naufragio.
Nunca lo habían visto así. Cuando eran niños llego a tener algunas pesadillas, pero no eran tan intensas, dejo de tenerlas con los años, pues, con forme fue creciendo estas desaparecieron.
Shun estaba sumamente angustiado, su presentimiento de perder a Hyoga aumentaba día con día.
Constantemente vigilado Hyoga ya no salía de su habitación.
Sin entender que era lo que le sucedió a su caballero y siguiendo los consejos de Tatsumi, Atena dictaminó que lo mejor era alejarlo de Japón. Sus hermanos aceptaron que esa era la mejor opción y Seiya y Shun decidieron que se irían con él. Nadie les objetó.
Mientras preparaban todo para el viaje, Hyoga sentía que se asfixiaba. Era el turno de Ikki de cuidarlo. A puerta cerrada, el ruso estaba sentado junto a la ventana, con los colores del atardecer pintando de naranja su rubio cabello. De pronto, entendiendo que no tenía de otra, miro a Ikki con ojos de "necesito ayuda".
-Lo que buscas no se encuentra en esta casa ¿verdad?
Hyoga movió la cabeza en negativa. –Tatsumi debió haberlo ocultado.- Esas palabras asombraron a Ikki. -Él ya sabe lo que busco, por eso me quiere fuera de Japón.
-Tatsumi es un idiota, eso que buscas debe estar en su oficina en las empresas Kido.
-No lo creo, el día que me descubrieron revisando los papeles del despacho, debió sospechar.
-Cierto, pero haz estado bajo nuestra vigilancia, no puedes salir sin el consentimiento de Atena. ¿Por qué habría de ocultar algo que considera fuera de tu alcance? Anda, vamos. Hablare con Shiryu para que nos cubra.
Y así el cisne y el fénix se dirigieron a la oficina de Tatsumi dentro de las empresas Kido. Entraron furtivamente, y el peliazul observó como el rubio revisaba todo. Pero nada encontró.
Hyoga se quedó estático y por un momento pensó que aquello que tanto buscaba no existía, por un momento se permitió pensar que todo había sido un cruel engaño. Sacudió la cabeza, sabe que existe, Tatsumi debió ocultarlo muy bien.
Volteó los cuadros, pero hasta que movió un pesado librero, dio con la caja fuerte. No importaba si no tenía excusas para lo que estaba haciendo, esta era su última oportunidad de encontrarlo, así que sin más, congeló el metal de la puerta y por fin encontró aquello.
Ikki vio como Hyoga se sintió devastado mientras revisaba cada uno de aquellos papeles. Cartas y documentos legales. Aun así no lo interrogó sobre que contenían. Hyoga se enjugó las lágrimas y salieron de ahí. Estaban en el estacionamiento cuando Ikki recibió la llamada de Shiryu en su celular. Alguien del personal le avisó a Tatsumi que ellos estuvieron en su oficina y el hombre ya iba para allá.
Fueron unos cuantos segundos los que Ikki empleó en hablar con Shiryu, unos cuantos en los que apartó su vista del rubio, pues cuando colgó Hyoga había desaparecido.
Lo buscaron por todos lados pero fue inútil. Y la angustia creció segundo a segundo por no saber el paradero del cisne. La noche les cayó mientras lo buscaban calle por calle y para Shun, los malos augurios que sentía se habían vuelto realidad, algo llegó y se llevó a Hyoga muy lejos de él.
Mientras en el penthouse de un hotel, Adrik Ivanov, contempla al cisne dormir. El hermoso chico rubio, lloró hasta quedarse dormido, cayó agotado y completamente vencido por tantas penas, en un sueño profundo del que no quiere despertar. Y Adrik festeja con vodka, la angustia de los Kido.
