Capitulo 23

Debajo de las estrellas.

Legolas cerró los ojos. Seguro todo era un sueño, uno imposible…

Una caricia en su mejilla hizo que tomara un par de pasos hacia atrás.

-Te he extrañado- dijo Sauron aún con la mano extendida.

-¡Adar!- grito la pequeñita abalanzándose a los brazos de Sauron, fue solo entonces, que Legolas recobro el aliento.

-Mi querida Linúviel- dijo Sauron levantando en brazos a su hija.

Legolas no pudo articular palabra, el corazón le latía deprisa, las manos le temblaban y tuvo que apretar los puños para reprimirlas un poco.

-Eres tan bella como tu Ada- continuo Sauron mientras sonreía a la pequeña y mirando mas allá a donde Legolas.

Con lentos pasos, Sauron se acerco de nuevo a la rubia figura, con cuidado, como temiendo asustar a una mariposa tendida en la hierba.

-¿En verdad eres tu?- pregunto Legolas cuando sintió de nuevo una mano en su cintura.

Sauron rió suavemente, su elfo podía ser tan ingenuo, y eso le gustaba. Pero pronto su risa se perdió en la noche cuando sintió que Legolas temblaba bajo su mano, y que sus ojos estaban opacos y tristes. Con horror pudo ver que su hermosa luz interior no brillaba como antes, como una llama que casi se extingue en la oscuridad, abatida por el viento, dándose por vencida.

-Ya estoy aquí mi dulce elfo- dijo Sauron mientras lo abrazaba mas fuerte con un brazo y con el otro, acomodaba a la pequeñita –Perdona, hubiera querido verlos antes- se lamento Sauron mientras buscaba acurrucarse en el cuello de su elfo.

-Ada te extrañaba mucho- dijo Linúviel en el oído de Sauron, tapándose un poco con su manita para que Legolas no escuchara – llora por ti todas las noches-

Legolas se incorporo de un brinco del hombro donde había estado. ¡Linúviel hablaba tan fluidamente, y en el momento menos oportuno…

-¿En verdad?- pregunto Sauron un poco turbado.

La pequeñita solo asintió con la cabeza.

-¿Y tu te has portado bien mi pequeña?- pregunto Sauron mientras la bajaba al suelo -¿has sido buena?-

-¡Si, si Adar, y mis tíos juegan mucho conmigo!- respondió Linúviel aplaudiendo con las manitas – y los árboles, los árboles me dijeron que tu vendrías-

Sauron solo arqueo una ceja, pero no dijo nada.

-¿Te quedaras con nosotros Adar, verdad?- pregunto ansiosa Linúviel- Ada y yo te extrañamos mucho… ¿no nos dejaras de nuevo, verdad?...quisiera que conocieras al abuelo y mis tíos- prosiguió presurosa.

-Tranquila mi Princesa, podrás platicar con tu Adar mas tarde- dijo Legolas mientras sacudía y acomodaba el vestidito de la pequeña - Bien, bien mi pequeña, ahora debo hablar con tu Adar¿podrías ir a jugar un rato con tus árboles?-

Linúviel asintió de nuevo con la cabeza, se despidió con un beso de Legolas y Sauron.

-No vayas muy lejos –advirtió Legolas mientras veía desaparecer a la pequeña.

-No temas, el bosque no dejara que le pase nada- aseguro Sauron mientras abrazaba de nuevo a Legolas por la cintura.

-Eso lo se…es incr…- Legolas no termino, sus palabras fueron sofocadas con una caliente boca, fue entonces cuando Legolas noto que el cuerpo de Sauron había cambiado un poco, ligeramente mas bajo ahora, y con una complexión mas delgada, pero con firmes músculos, su larga cabellera negra parecía imperturbable y sus grises ojos tan bellos como la ultima vez que los vio.

El beso fue largo y suave, y Legolas sintió que su corazón volvía a latir con fuerza y que su cuerpo recupera el calor perdido, pero su cuerpo se negaba a dejar de temblar.

-Tenia miedo de no verte nuca mas- dijo Legolas recuperando el aliento –miedo de no sopórtalo –

Sauron acomodo el cabello de Legolas, llevándolo detrás de sus finas orejas, suelto como estaba, le impedía ver bien la cara del elfo.

-Yo también tenía miedo – confeso Sauron – miedo de perderme en las sombras, miedo de no ser perdonado, miedo de perderlos…-

Legolas abrió sus ojos con sorpresa, no tanto de la confesión de Sauron, sino no de…

-¿Has sido absuelto?... es decir… ellos…Los Valar…-

Sauron rió por segunda vez – digamos que estoy a prueba-

-Ya veo- respondió Legolas pensativo.

-No debes preocuparte- dijo Sauron con palabras firmes – no haré nada que los decepcione…a ti o a ellos…- Pero Sauron callo al ver las lagrimas recorrer las pálidas mejillas de Legolas.

Trato de limpiarlas con sus dedos, pero Legolas retrocedió bruscamente, ahora se veía… enojado.

-Pensé que nunca te vería de nuevo, nos dejaste solos tanto tiempo…y mi corazón no podía resistir mas…no puede- dijo Legolas entre sollozos –Pero Linúviel... mi pequeñita… ¿ como podría dejarla sola?...- balbuceo Legolas mientras se llevaba las manos a la cara, todas sus emociones se mezclaban en un instante…temía perder la razón ahí mismo.

Sauron se inquieto un poco. No pensó que su elfo estuviera tan mal… que su alma estuviera tan doliente… tan agonizante, con miedo en su corazón, se acerco de nuevo a Legolas, no había pasado por tantas cosas para perderlo ahora…para perderlo todo ahora…

Lo tomo firmemente, abrazándolo con fuerza, no lo dejaría ir¡Oh, no, por Arda que no lo dejaría.

-Perdona- empezó a decir muy bajito- juro que deseaba estar con ustedes, pero el tiempo no pasa igual aquí en Arda que en presencia de los grandes Ainur. He tenido que suplicarles… rogarles que me dejaran verlos… que me dejaran estar contigo…-

Legolas se agito un poco en los brazos de Sauron, pero se fue calmando conforme las suaves palabras fueron escuchadas.

-¿Rogar?... ¿tu rogaste… por estar con nosotros?...- pregunto Legolas incrédulo entre las arrugas de la túnica de Sauron –La misma túnica negra- caviló Legolas entre pensamientos-

-Sin fin, si fuese necesario, eso y mas…-

La respiración de Legolas se fue calmando y el color regresando a sus mejillas, las lágrimas se detuvieron, y su corazón y alma parecían estar por fin en paz.

Sauron lo abrazo mas fuerte cuando vio que el áurea de Legolas comenzaba a brillar con hermosura una vez mas… había estado cerca… muy cerca…y se juro a si mismo que nuca vería a Legolas en ese estado otra vez.

-No me dejas respirar- dijo Legolas casi sin aliento. Sauron, despertando de sus juramentos internos, aflojo un poco los brazos.

-Los siento, es solo que me gusta sentirte cerca de mí-

-mmm, nunca cambiaras- acuso Legolas mas tranquilo.

-Lo que siento por ti, no- contesto Sauron buscando sus labios.

Legolas correspondió el beso, buscando con las manos tocar la esbelta espalda debajo de la túnica. Sauron repitió la acción, buscando sacar ya la fina camiseta de noche que lleva Legolas, cuando ya casi lo lograba, Legolas se alejo de eso suaves labios, jadeante…

-Espera…Linúviel…ella…-

-No temas- dijo Sauron retirando la camiseta de Legolas por completo – ella esta con tu Adar-

-¿Cómo lo sabes?- pregunto Legolas mientras Sauron se retiraba su túnica para acomodarla en el suelo, y luego sentarse en ella junto con Legolas, jalándolo un poco, claro.

-Ella me lo dijo-

-mmm- dijo Legolas entre dientes, bien sabia las cualidades de Sauron con la mente.

Sauron rió otra vez, mientras derribaba al elfo sobre la túnica –no es lo que tu piensas, esos dones no los tengo ya, ellos no lo permitieron, soy como cualquier otro ahora…-

-¿Entonces como sabes que Linúviel esta con Ada?- pregunto alarmado Legolas sentándose de nueva cuenta.

-Porque ella me lo dijo- respondió Sauron dando besos aquí y allá tratando de calmarlo.

Legolas lo miro escéptico.

-Tiene mas cualidades de las que crees, creo que no había querido alarmarte antes…- siguió Sauron besando una puntiaguda oreja.

-Tal vez Sauron tenga razón- pensó Legolas- Linúviel no haba dado señales de hablar siquiera hasta ahora.

Todo pensamiento coherente se desvaneció cuando Sauron comenzó a colmar de atenciones a su oreja y cuello, a la vez que sus manos comenzaron a recorrer su pecho, con un suspiro de contentamiento, Legolas comenzó a corresponder las tiernas caricias.

Sauron se tomo su tiempo acariciando y besando, cuando comenzó a bajar los pantaloncillos del jadeante elfo, Legolas ya estaba casi al borde.

Legolas respiro profundo varias veces para contenerse un poco, cuando por fin Sauron lo libro de toda su ropa, comenzó el también a retirarle la suya.

No teniendo nada a la mano para facilitar su unión, Sauron comenzó a besar de nuevo al elfo, recordando muy bien como Legolas respondía a estas caricias. Comenzó a besarle el suave vientre y las caderas. Legolas observaba atento, pero cerró los ojos cuando Sauron comenzó a besar y acariciar sus muslos, acercándose cada vez mas a su entrada, ignorando en todo momento el problema entre sus piernas.

Sauron disfrutaba cada gemido o temblor que provocaba en su elfo, y tuvo que sostenerlo firmemente por las caderas cuando comenzó a preparar su estrecha entrada con lamiditas y besos.

-No quiero terminar así- dijo Legolas apartándose un poco- quiero… quiero ser uno contigo-

Sauron asintió, en verdad que el mismo no podía aguantar mucho mas, ver a Legolas en este estado solo le hacia hervir mas la sangre y el deseo.

Lo penetro suavemente, no apartando la mirada de esos húmedos ojos azules.

El cuerpo de Legolas se tenso, temblando, mientras su cuerpo se ajustaba lentamente a la intrusión que lo llenaba , poco después comenzó a relajarse , para después comenzar de nuevo a temblar y tensarse, como si su cuerpo no supiera como responder al movimiento que empezaba ya mecer su cuerpo.

Tanto deseo guardado… y tanto sentimiento…

Sauron pronto encontró el ritmo que traía mas placer a ambos, Legolas se tenso y Sauron se inclino para atrapar su boca mientras culminaban con un gemido ahogado. Cuando Sauron recupero el aliento, observo maravillado que ahora la luz interna de Legolas brillaba con todo su esplendor, jubiloso, abrazo de nuevo a Legolas, reconfortándose en su calor.

-De verdad que me quieres ahogar aquí abajo- escucho decir al elfo mientras se retorcía debajo de su peso.

Sauron se aparto aliviado y contento.

-¿Qué haremos ahora?- pregunto Sauron mientras se acurrucaban juntos –No quiero que te apartes de mi lado nunca mas-

A esto, Legolas no tenía la respuesta.

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Cuando Thranduil despertó, era aún muy de mañana, Anarión apenas empezaba a mostrarse entre las ramas de los árboles, dando un color verde dorado al bosque.

Lo primero que noto, es que un cuerpecito se arropaba muy cómodamente en el hueco de su brazo, -Linúviel, traviesa¿Dónde has dejado a tu Adar, mmm?- murmuro Thranduil mientras acomodaba a la pequeña entre uno de sus tibios mantos.

Levanto un poco la cabeza, busco con la mirada a su hijo, su lecho estaba vació…

Un hueco en el corazón le dijo que Legolas no había ido simplemente a bañarse o tomar un paseo, con cuidado de no despertar a su nieta, se levanto buscando en los alrededores.

Los guardias estaban en sus lugares, se alistaron cuando vieron a su Rey acercarse, saludándolo como su rango lo merecía, pero fuera de eso, no dieron señales de tener noticia que el Príncipe había desaparecido, Thranduil no presiono mas, queriendo el mismo encontrar a Legolas .

Estaba a punto de buscar a Haldir para pedirle ayuda, cuando de entre los árboles, salio Legolas caminando lentamente. Thranduil noto algo, un cambio, un cambio que mostraba a Legolas mas hermoso que nunca, la pálida tez y ojos cansados se habían esfumado, dejando en su lugar una cara llena de felicidad y algo mas…

-Te ha encontrado- afirmo Thranduil cuando Legolas estuvo casi al alcance de su mano.

A Legolas no le sorprendió el testamento de su Ada, a decir verdad, si alguien podía leer sus sentimientos, ese era su Adar.

-Este es un hermoso lugar para vivir- contesto en cambio Legolas mirando alrededor -cerca de mí querido Hogar y cerca de los bosques que tanto ama Linúviel –

Thranduil entendió de golpe lo que Legolas quería.

- Nuestro pueblo marchara pronto a Valinor. Quiero ver a mi nieta y disfrutarla antes que llegue ese momento- dijo Thranduil muy serio.

-Lo prometo- sonrió Legolas.

-¿Estas seguro Ion?- pregunto Thranduil tomando ambos hombros de Legolas y mirándolo muy fijamente. Si en verdad Sauron había regresado, entonces los Valar habían intercedido por el, y lo mas importante, el era la causa que Legolas hubiera recobrado la alegría de vivir…la causa de que su luz interna brillara mas que nunca.

-Estoy seguro Adar- respondió Legolas muy serio- aquí no me faltara nada y Linúviel será muy feliz-

Thranduil abrazo cariñosamente a su hijo, murmurando palabras de afecto.

-Buena decisión mi Príncipe- dijo una voz detrás de ellos. Thranduil no tuvo que voltear para saber que ese olor a tabaco y esa voz pertenecía a Gandalf.

-Me pregunto si los magos tienen modales- dijo Thranduil girando para ver al mago- supongo que no- se contesto a si mismo.

Gandalf solo refunfuño un poco, estaba acostumbrado a la ironía del Rey elfo.

-Linúviel será feliz aquí Legolas- dijo Gandalf ignorando las palabras del Thranduil- pronto aprenderá a interpretar a la naturaleza, y será el eslabón entre ella y las ciencias que aprenderá el hombre-

Legolas y Thranduil arquearon cejas al mismo tiempo.

-El hombre avanzara a pasos agigantados, pronto los elfos serán leyenda y muchas historias se convertirán en mitos, pero ella será el equilibrio entre el pasado y el futuro- dijo Gandalf muy serio, perdiéndose en sus pensamientos.

-Lo único que se ahora viejo amigo- dijo Legolas sacando a Mithrandir de sus sueños – es mi pequeña será muy feliz aquí… seremos muy felices aquí-

-Y es lo único que importa- concluyo Thranduil.

-Elfos- suspiro Gandalf impaciente – quieres explicarles el significado de la vida y ellos solo piensan en flores, mariposas y árboles. Supongo que es mejor, vivir el presente- dijo Gandalf para si, mientras comenzaba a caminar donde el campamento.

Thranduil y Legolas rieron. Los magos podían ser tan extraños.

-Despídete de ellos- dijo Gandalf girando de pronto, como sorprendiendo a un par de niños- no merecen menos-

Legolas bajo un poco la cabeza, jugando con piedritas con el pie.

-Haré lo mejor posible. ..¿Tu crees que entiendan?- pregunto Legolas levantando una vez mas la cara.

-No necesitan saber todo- dijo Gandalf mientras tomaba de nuevo su camino.

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Todos notaron el radical cambio en Legolas. Aragorn se lo atribuía a que se encontraban cerca ya del hogar del Príncipe, Haldir, Elladan y Elrohir a que la pequeñita había pronunciado sus primeras palabras, pero la verdad no importaba, lo importante era que Legolas se encontraba bien ahora.

Conforme paso la mañana, Legolas se fue acercando a cada uno de ellos, recordando viejas historias, aventuras y desventuras. A todos les extraño un poco esto, pero dado que pronto se despedirían, suponieron que era la forma de decir adiós del Príncipe, un adiós corto suponían, ya que, con las fronteras limpias de todo mal y los caminos seguros, pronto podrían visitarse de nuevo.

Cuando Aragorn vio acercársele, supo, en ese instante, que no quería partir de Arda sin verlo una vez más. Promesas fueron hechas, y Aragorn hijo de Arathon sonrió feliz, aunque siempre vivió arrepentido del tiempo perdido… del corazón perdido…

Si con Aragorn se tomo su tiempo, con Haldir fue más difícil, cientos de años no son fáciles de resumir…

Legolas siempre había tenido un lugar especial en el corazón de Haldir, y aunque le doliera el alma, creía saber el porque del cambio de rubio elfo, mas no dijo nada. Se despidió con un tierno beso, el primero y el último.

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No pudieron encontrar a Legolas y Linúviel la mañana siguiente, partió temprano sin decir nada.

Todos se alarmaron, pero al ver la cara de entereza de Thranduil y Gandalf, todos comprendieron el porque del cambio de Legolas, el porque de su sonrisa, el porque de su brillante áurea, el porque de la despedida, el porque…

Thranduil partió esa misma tarde, el resto de la comitiva lo acompañaría hasta su Reino antes de partir nuevamente con sus familias.

Thranduil solo volteo una vez más hacia los densos bosques antes de empezar la marcha.

Pocas veces Legolas abandono su bosque. Los años pasaron y menos frecuentes se hicieron sus visitas a otros reinos, visitas que de por si eran escasas. Legolas podía contar con la palma de su mano las veces que abandono su querido bosque en la última década. La primera cuando acudió a los puertos grises… Haldir se marchaba a Valinor, sus señores, la Dama Galadriel y Celeborn, se habían marchado poco tiempo atrás, presagiando el fin de una era. Sin nada que lo atara a estas tierras- a excepción de Legolas- Haldir decidió marchar a Valinor donde confiaba que su corazón encontraría la paz que anhelaba.

La segunda cuando marcho con Gimli a las Cavernas Centelleantes, tomando cada detalle que el enano le decía o enseñaba -cosa de enanos- pensó divertido Legolas. Años después llego la noticia de su muerte, recordado entre su gente como respeto y admiración.

Cuando Aragorn, Rey de Gondor y Anor, lo convoco a acudir a Gondor, supo que el momento de cumplir su promesa había llegado. Aragorn murió acompañado de su querida Arwen e hijos, Legolas lo encontró aun con vida, nuevas promesas fueron hechas y palabras de un amor tardío fueron dichas, Legolas se quedo con el hasta el final.

Poco tiempo después, Arwen no pudo soportar más y murió en los bellos bosques de su hogar, Elladan y Elrohir no resistieron esta pena, marcharon también a Valinor ese mismo otoño.

La última vez que Legolas salio de Eryn Lasgalen -y la primera vez acompañado de Linúviel- fue cuando Thranduil y lo que quedaba de su pueblo marcharon a Aman. Fue una despedida larga y penosa, pero Thranduil partió tranquilo. Tarde o temprano vería a Legolas y Linúviel de nuevo.

Los años pasaron, y se rumoraba que una bella doncella protegía esos bosques. Nadie la vio nunca, solo una sombra…un recuerdo…un murmuro.

Pero los bosques fueron respetados por muchos años, aun cuando el hombre acudió al metal y al vapor para avanzar más allá de sus fronteras.

-La Doncella del Bosque- decían unos – La misma Naturaleza- decían otros…

Legolas no fue visto de nuevo en Arda, nadie sabe si partió a Valinor.

Viejas historias hablan de la pasión y ternura que podía sentirse en los bosques…

Que el día y la noche eran más intensos en aquellas florestas…

Que la tormenta y la calma eran más grandes…

Los arcoiris mas brillantes…

Que la luz era más radiante y la oscuridad más sombría…

La Luz y La Oscuridad…

La Noche y El Día…

Por siempre.

Historias fueron narradas, leyendas fueron olvidadas…

Fin

Gracias a todas hemos llegado al final de esta historia, la cual empezó como un sencillo capitulo, pero avanzo a pasos agigantados (tendremos que editar el primer capi --) Con algunos tropezones, pero nada serio, gracias a sus empujones y ánimos, hemos llegado al capi final, triste ;; Espero os guste el final. Gracias de nuevo a todas ustedes, y muchos besitos.

Samantha