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HERMANOS
por Liluel Azul
Capítulo 10
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Flash back
Anastasia estaba devastada, justo cuando creyó que no habría dolor más grande que el saber que Natasha había fallecido y que por morir en un naufragio nunca recuperaría sus restos, le sobrevino la muerte de Alexander.
Había perdido a sus dos hijos en menos de un año.
Por poco ella también se muere de la pena, pero inesperadamente un niño le dio nuevas razones para vivir.
Contempló al pequeño Adrik quien con ojos arrasados por las lágrimas y maleta en mano tenía miedo de entrar a su casa. Si había alguien aparte de ella a quien el mundo se le hubiera acabado con la muerte de Alexander, era ese pobre niño.
Al morir Alexander, Adrik tuvo que enfrentar que no era su hijo, aquel a quien llamaba padre era en realidad tío y aquella a quien llamaba madre no era nada suyo. Nunca se llevó bien con la esposa de Alexander y le dolía no ser amado como hijo, saber la verdad le dio la respuesta de porque nunca logró el cariño de esa mujer. Ella no quería tener hijos, al menos por el momento, cuando se casó con Alexander ambos tenían planes de trabajo, viajes, momentos a solas y todos esos proyectos se vinieron abajo con la llegada de Adrik y el afán de buscar a Luka, quedando ella en la segunda o tercera prioridad de su marido. Y lo soportó sólo porque amaba a Alexander; pero ahora él había muerto y ella no quería hacerse cargo de un niño por el cual no sentía nada.
Fue por eso que abandonó al niño en casa de Anastasia.
Viendo como lloraba por su nueva realidad, por saberse un recogido, por ya no contar con aquella protección amorosa que le brindaba Alexander, sin seguridad sobre su destino y lo que iba pasar con él y con el dolor de saberse no querido, ese pequeño despertó una inmensa ternura en Anastasia y sobretodo deseos de saber que fue del otro hijo que tuvo Natasha.
Anastasia se preguntaba como la estaría pasando, por Alexander supo lo mal nacido que era Mitsumasa Kido y el nulo interés que tenía en aquella criatura. Eso la llenó de preocupación. Y aunque quería traerlo a esta casa, criarlo ella; la realidad es que aquel niño ya había sido reconocido por Kido. Siendo objetivos nadie le quitaría su hijo a un padre, sobretodo al magnate Kido que fácilmente podría demostrar que es capaz de solventar todas las necesidades de un niño.
Intentar, como Alexander intentó arrebatarle al niño, sería una pelea que no podría ganar. Así que se tragó su orgullo y renunció a la posibilidad de traerlo a Rusia. Fue allí cuando empezó a tratar de comunicarse con Kido, para llegar a un arreglo para poder ir a verlo y conocerlo. Pero Kido se negó rotundamente. Por ello Anastasia llegó al punto de la desesperación y suplicó por verlo aunque sea de lejos, aunque no pudiera hablarle ni decirle que es su abuela. Necesitaba tanto verlo y asegurarse que estaba bien que no le importó suplicar.
Ante las negativas de Kido y ante la necesidad de saber que el niño se encontraba bien, fue cuando contrató detectives privados que lo más que lograron fueron unas fotos furtivas, pues el niño se encontraba aislado del mundo, recluido con otros hijos de Kido siendo criado por instructores y maestros.
Aquellas fotos fueron las únicas en las que Adrik pudo contemplar a su hermano, pese a que eran malas por lo furtivo con lo que las tomaron Anastasia las pegó en un álbum que Alexander había hecho y en el que había deseado llenarlo con fotos de ese pequeño.
Luego llegó en infortunado día en el que Kido le informó a Anastasia que el niño había muerto. Ella no quería creerle, le pidió saber dónde lo habían enterrado pero Kido seguía negándose a darle más datos. Tiempo después Mitsumasa Kido murió y con él desapareció cualquier posibilidad de saber del niño.
Aunque invirtió fuertes sumas de dinero en detectives y sobornos, Anastasia no logro averiguar nada sobre el destino del pequeño.
Los años pasaron y Adrik a menudo, al regresar de la escuela, encontraba a su abuela absorta contemplando las fotos del otro hijo de Natasha. Ese niño era una quimera de sueños insatisfechos. De no haber podido llamarlo Luka, de no verlo crecer rodeado de amor y cuidados, de no verlo sonreír en fiestas de cumpleaños y navidades.
Y había más y más dudas, Adrik había resultado con talento nato para la música, desde temprana edad aprendió a tocar el piano, después siguieron el órgano, el violín, la guitarra y la batería. También era atlético, siempre quedaba en los primeros lugares en las competencias de la escuela, se interesó por la carrera y era un gran velocista. Que decir, el joven robaba suspiros a todas las féminas durante las clases de equitación.
Adrik era el hijo perfecto que cualquier familia noble de Rusia hubiera deseado tener. Y cuando más orgulloso estaba con sus logros, podía ver en Anastasia, la misma cara que muchas veces vio en Alexander, esa que se preguntaba como hubiera sido Luka.
Adrik muchas veces se sentía eclipsado por ese Luka del que sólo había un par de fotos.
Una tarde fría, Adrik se encontraba en la cafetería del club de equitación platicando con un par de chicas cuando llegó uno sus compañeros a mostrarle al "Super peleador de los Hielos" periódico en mano aquel chico le presumió la fotografía del ganador del tercer combate del torneo galáctico y que curiosamente era igual a él.
Ante esa foto, la mente se bloqueó, no quería creerlo pero allí estaban todos a su alrededor insistiéndole en que eran idénticos. Tomó con brusquedad el periódico, revisando rápidamente lo allí escrito, el nombre de Hyoga le causo primero terror, por saber que ese es el nombre que Natasha le había puesto, después encontrar que el dichoso torneo era auspiciado por lo Kido lo llenaba de certezas. Ese era Luka, convertido en Hyoga, el fantasma que pesaba sobre él se había materializado. Con brusquedad salió llevándose el periódico corriendo rumbo a su casa sin atender al llamado de sus amigos que no entendían por qué se había puesto tan pálido como un muerto.
Le fue desesperante buscar en cada canal de televisión algún programa que hablara del torneo galáctico hasta que por fin dio con la retransmisión de la pelea.
Allí estaba ese chico, mitad ruso, mitad japonés, de nombre Hyoga, de la constelación del cisne, peleando contra el caballero de Hidra Ichi. Cualquiera los hubiera relacionado a simple vista pues había que reconocer que eran idénticos y si no fuera por la edad hubieran pasado por gemelos.
Tenía que ser él, Luka, ese Luka que fue tan fantástico e indispensable en las mentes de Alexander y Anastasia, apareció convertido en un guerrero imponente. Adrik hubiera querido decir que sintió cariño pero no, verlo le dio miedo y mucha incertidumbre.
Cuando terminó la pelea Adrik percibió a su abuela, no se dio cuenta a qué hora llegó pero ella con sólo ver el rostro del caballero del cisne supo de inmediato que era su nieto, y no le gustó nada verlo pelear. ¿¡Qué había hecho ese miserable Kido con ese niño!? La anciana se puso mal y fue la primera vez que Adrik la tuvo que hospitalizar.
Más penas se le acumularon a Anastasia cuando trató de viajar a Japón, pues la fundación Kido ya había movido influencias para que le negaran entrar. Sasuke fue entonces enviado para tratar de contactar al chico, pero Hyoga iba de un lado a otro arrastrado al combate, lo más que logró el empleado de confianza de los Ivanov, fue robarse copias de los expedientes médicos.
Anastasia lloro cada día sabiendo que Hyoga recibía golpes inmisericordes, que hubo veces que llegaba al hospital casi muerto; y todo por que Kido había convertido al hijo de Natasha en un caballero de Atena.
Y averiguar quiénes eran ellos la lleno de más dolor, Luka se había convertido en un guerrero tras soportar un cruel entrenamiento en el que la mayoría terminaba muerto, viviría en eterna guerra y sólo para proteger a Atena de otros dioses.
¿Cómo estaría la integridad física y mental de Luka si fue criado en condiciones extremas y que además desde niño se le enseñó a matar o morir?
Así Adrik fue testigo de como su abuela se deterioraba poco a poco a causa de la culpa, de la desesperación por todos los intentos infructuosos por contactar a ese muchacho, de la ira que sentía contra Mitsumasa Kido y de todos los que bajo ese apellido le dieron un destino de infortunio a ese pequeño Luka que no fue capaz de rescatar.
En sus últimos días la anciana enloqueció, dejó de reconocer a Adrik, y se la pasaba hablando con unos pequeños Adrik y Luka imaginarios. Sus nietos infantes corrían por el jardín y se la pasaban jugando o le preguntaban por Natasha y entonces se llenaba de angustia, sus pequeño Luka desaparecía y no podía encontrarlo por más que registraba la casa. Incluso una vez la escuchó decir "¿Luka, crees que después de la muerte uno se lleve sus dolores? ¿Crees que hasta allá nos persiga la culpa? Yo sé que Natasha me odia, que no me perdona y sé que Alexander no descansa en paz, y que me recrimina el no haberte encontrado a tiempo. Cuando muera no tendré descanso. No podre abrazar a mis hijos pues estos me darán la espalda". En ese momento Adrik se dejó caer sobre sus rodillas, se llevó las manos a la boca para acallar el llanto. Anastasia ni cuenta se dio, pues nuevamente Luka había desaparecido y recorría la casa desesperada buscándolo.
No tuvo una muerte tranquila, al contrario, tenía la furia en las entrañas, parecía poseída por un demonio, se fue maldiciendo a Mitsumasa Kido y a todos lo que llevaran su sangre, incluso a sus nietos, los maldecía por haber sido hijos de ese que le destruyó la vida.
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Notas de la Autora
Como siempre no tengo perdón, pues hace ocho meses que no actualizaba este fic… pero no ha sido por falta de ganas, al contrario ya quiero terminarlo pues siento que estamos cerca del fin, además los capítulos son cortos debería de poder actualizar más seguido pero no. La verdad es que estos tres back flash me han costado todas mis neuronas y ahora que me estoy dedicando exclusivamente a este fic, con trabajos logre estas tres páginas, lo que me causa terror por la poca productividad.
Este 2013 me he dedicado exclusivamente a los fics que tengo en proceso, es más fácil iniciarlos que terminarlos, y si antes escribía un montón, era porque me la pasaba iniciando fics y aunque en muchos casos ya tengo el final en la cabeza, como lo es con este, las palabras sencillamente no salen, y conforme nos acercamos al final, menos y menos escribo, pues aunque ya sé que poner no sale (-u . u-) sonrojo de vergüenza.
Le dedique todo el mes a este y sólo logre tres páginas (TToTT) ¡ay como lloro! -de las cuales estoy muy orgullosa pues he sentado la personalidad de Adrik con respecto a Hyoga (^_^) y eso me costó un montón de análisis y de estar piense y piense como plasmarlo.
Me despido como siempre pidiéndoles review, nada inspira más que uno, aunque sólo digan "me gustó mucho" me ensancho como pavo real cuando los veo, y me ayudan a amenazar con metralleta a las palabras bribonas que se burlan de mí negándose a salir. Sobre advertencia no hay engaño si no dejan review me tardare todavía más en actualizar.
Del próximo capítulo sólo les puedo adelantar que se centrara en el momento en el que Hyoga conoció a Adrik y en la llegada de ambos a la mansión de los Ivanov. ¡Uy! Creo que ya queme el capítulo. ¡Nos vemos!… y espero que pronto porque de verdad ya quiero terminar este fic.
¡SantaManíaCaballeresca!
Liluel Azul
15 de Noviembre del 2013
