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HERMANOS
por Liluel Azul
Capítulo 14
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-¿Lo perdiste? –Pregunta Shun y su voz rebela su angustia.
-Sí.- Contesta apesadumbrado Ikki, en parte por haberle fallado a su hermano, y en parte por lo preocupado que está por el rubio.
El comportamiento de Hyoga ya raya en lo preocupante, se va sin decirle nada a nadie y cada que regresa tiene la tristeza metida en el alma. Por más que le preguntan qué le pasa, no contesta. Debido al cambio de personalidad del rubio y a que seguramente se entrevista con alguien, cada que sale, Shiryu e Ikki han tratado de seguirlo pero Hyoga encuentra la manera de escabullirse a su vigilancia, como ha hecho nuevamente.
Horas después vieron al cisne regresar lleno de una gran pena que a nadie quiere contar. Aunque le expresaron su preocupación por lo que le sucede, aquel bello cisne nada habló.
La tarde moría y Hyoga había terminado de ducharse, quería vestirse rápido para buscar los documentos de los cuales Adrik le ha hablado tanto, sabía que Seiya y Shun están atentos a cualquier movimiento que haga, por lo que le resultará difícil encontrar una oportunidad de revisar el despacho de Saori. Así que ni terminó de secarse cuando ya se había puesto los pantalones, se giró buscando una playera pero, se quedó atrapado en su reflejo en el espejo.
Sus rubios cabellos, la tez de su piel, la forma de la cara, el color de sus ojos. Adrik y él en verdad se parecen mucho. Como si hubieran sido hechos con el mismo molde, pasarían por gemelos si no fuera por la diferencia de edades que hace que su hermano sea notoriamente más alto.
Verlo es como verse en el espejo y eso le genera sentimientos confusos. Como si perdiera su identidad, y ya no puede decir donde termina él y donde inicia Adrik.
-Te vas a resfriar.
Exaltado, pues lo han sacado bruscamente de sus pensamientos, Hyoga voltea y se topa con Ban.
-Bueno, no creo que eso acabe con el poderoso cisne de hielo. –Continua Ban quien observa que Hyoga no puede articular palabra por la sorpresa de verlo allí. –Toque, pero no respondías. –Tomando la toalla empieza a secarle el rubio cabello. –Hyoga, estás seguro de lo que estás haciendo. Nos ocultas algo a todos nosotros, y créeme no pretendo que me lo rebeles que te está pasando, pero, es evidente que sufres y mucho. Además notas la preocupación que estás generando en tus hermanos y aun así guardas silencio dejando que crezca nuestra angustia. Lo único que te haría quedarte callado es que estés protegiendo a alguien. ¿Realmente esa persona vale la pena?
Ban termina de secarle el cabello, al quitar la toalla encuentra a un cisne cabizbajo por ser incapaz de mirarlo a la cara.
-¿Qué le pasó a ese Hyoga tan orgulloso, que solía mirar a todos a los ojos? Si tu silencio fuera lo correcto no bajarías la mirada.
Ban abandonó la habitación dejando a Hyoga meditabundo y sin energías pues, ya no tuvo fuerzas para ir a indagar al despacho de Saori como tenía planeado. No bajó a cenar. No iba a soportar la mirada de todos.
Se quedó dormido, la mente comenzó a viajar a aquel día cuando el barco naufragó. Todo lo revivió, el rugido del mar, la confusión, el miedo y la desesperación al darse cuenta que su madre se quedó en el barco. Quería liberarse de las manos que lo sujetaban y lo alejaban de ella y sintió la impotencia al no lograrlo.
Y gritó, con la misma fuerza de aquel día, lo que puso en alerta a sus hermanos que de inmediato corrieron a socorrerlo al darse cuenta de la intensa pesadilla que sufría. Para cuando el rubio se dio cuenta que había estado soñando ya se hallaba en brazos de Shun quien intentaba calmarlo, sin mucho éxito, pues le tomó tiempo y esfuerzo.
Rendido, contempló como Shun se metió en la cama para quedarse a su lado, y es que aún estaba temblando y su respiración seguía agitada, Shiryu los arropó, mientras Seiya iba por unas sillas, pues iban a pasar la noche en el cuarto del cisne velando su sueño.
Realmente les causaba preocupación verlo así y el quedarse callado ya lo estaba enfermando. Por lo que las palabras de Ban resonaron en su mente. "Si tu silencio fuera lo correcto no bajarías la mirada".
Siente que está traicionando a Seiya y a los demás, al no contarles lo que sucede y ocultarles la existencia de Adrik quien por tener sangre Kido también vendría siendo hermano de ellos. Es verdad que Adrik no quiere saber nada de ellos, que los odia y los desprecia, pero, Seiya y los demás seguro lo querrían por ser su hermano y preferirían enfrentarse al odio a ser dejados de lado.
Al quedarse callado les está negando tomar sus propias decisiones
Pero, ha guardado silencio por protegerlos, sobretodo a Saori. No es porque este obedeciendo a Adrik, sino porque quiere evitarles más penas y sufrimientos a sus hermanos.
Ellos odian a Mitsumasa Kido, pero si han dejado de lanzarles maldiciones, ha sido por amor a Saori, por no ver en sus ojos pena, porque ella sólo recibió amor de ese señor, porque se siente culpable de que su causa le obligó a sacrificar a sus hijos. Además ella sabe que Mitsumasa fue un mujeriego, pero que quiso a todas sus mujeres a su manera. Toda prueba de un comportamiento malo o déspota que ese hombre dio a sus parejas, Tatsumi se encargó de desaparecerla, no por cuidar de la imagen de Mitsumasa Kido, sino por Saori, por no ver la desilusión en sus ojos. Ella lo quiere y mucho. Ese hombre le salvó la vida al llevársela a Japón y aceptó una responsabilidad que quizás lo llevó a la muerte por la angustia que le produjo, y aun así jamás intento desembarazarse de ella, ni descargó sus frustraciones en la pequeña niña que ella era.
Por Saori ha sido que todos ellos han decidido dejar el pasado atrás. Lo único que quieren al aceptar el apellido Kido es el lazo de hermandad que los une, el resto de su historia lo han dejado en el pasado, porque es algo que los hace sufrir y que no quieren saber los detalles. Si dice algo sobre Adrik, se destapara la gran cloaca de podredumbre que Tatsumi se esforzó en ocultar para ya no causar más daño.
La sombra de Mitsumasa Kido los herirá a todos, Alexander Ivanov, al investigar, obtuvo pruebas de los actos crueles que cometió Kido con las mujeres que lo amaban. Que otra cosa sino rabia van a sentir Shun e Ikki al enterarse que por un tiempo su madre fue la favorita de Kido, que la exhibía como un trofeo entre sus amistades y que en cuanto cayó enferma perdió su lugar privilegiado entre las amantes y paso de una residencia elegante a un cuartucho en los arrabales, pues Kido ya no la encontraba atractiva. Otras de las mujeres eran prostitutas que sacaron provecho embarazándose y vendiendo a sus hijos al magnate. Nunca sintieron amor por ellos. Eso les causaría un infinito dolor, si alguna de ellas resulta ser la madre de Ichi, Geki o Shiryu quienes nunca supieron nada de sus madres. Dolor y rabia les produciría a Seiya, Nachi, Jabu y Ban al enterarse que Kido a muchas de sus amantes al cansarse de ellas simplemente las desechaba con un cheque. No podrían quedarse con la duda, querrían saber si sus madres fueron tratadas como si fueran prostitutas a las que se les pagó al aburrirse de ellas.
No, no debe decir nada. La vida no será la misma si todo se descubre.
Saori se ha esforzado en convertir a la mansión Kido en un refugio para todos ellos, es un hogar en donde pueden hacer sus vidas como adolecentes normales, donde son libres pese a cargar su destino como caballeros de Atena. Y lo que les fue negado de niños, ella intenta devolvérselos, por eso vive aquí y no en el santuario.
Saori ha creado un ambiente de familia y cuando menos se dieron cuenta cayeron rendidos ante algo que anhelaban de corazón. Una vida casi normal, una vida de adolescentes. Fue gradual que aceptaran vivir en esta casa, que sintieran sus habitaciones como suyas para dejaran la ropa en el piso y colgaran posters al decorarlas cada quien a su gusto, que se sintieran tan cómodos como para que anduvieran en pijama por la casa, viendo todos las caricaturas del sábado en la mañana, y con ello vinieron las risas en el desayuno, las travesuras, la complicidad de hermanos. Algunos incluso, han empezado a estudiar con la ilusión de entrar al colegio, otros han pensado en conseguirse un empleo, él mismo ha gozado con está vida viviendo su romance con Eri, cosa que quizás no se habría atrevido si no viviera en ese mundo que Saori poco a poco ha levantado para ellos.
Si los pecados de Mitsumasa se descubren, todo se desmoronara, ya no aceptarían vivir en la mansión ni a expensas del dinero que dejó Kido, de nada servirán los esfuerzos de Saori de brindarles un mundo casi normal con un ambiente familiar, ya no lo aceptaran y todos se dispersaran a sus lugares de entrenamiento, ya no habrá escuelas, ni trabajos, ni novias, ni idas al cine, ni risas en el desayuno. Saori volvería al santuario y con el tiempo todos se irían allí por ella, vivirían con el protocolo de los caballeros y el mundo de personas normales se volvería un sueño irrealizable.
Ya han sufrido mucho, si se calló una vez, de niño, cuando sólo él sabía que todos ellos eran hermanos; si en aquel entonces tuvo fuerzas para ocultarles la vergüenza y ahorrarles el dolor, bien puede hacerlo otra vez. No permitirá lágrimas en sus ojos por ser los hijos de Mitsumasa Kido. La semilla de odio que sembró ese señor en Rusia no los va a alcanzar. Primero muerto antes que permitirlo.
-Tranquilo, sólo fue un mal sueño. –Le susurra Shun.
Hyoga rehúye la mirada del peliverde, por lo que este lo atrae al regazo, preocupado por el comportamiento del rubio.
Pero es que una parte de Hyoga siente que no tiene derecho a tomar esta decisión, quizás los está protegiendo, pero les está negando la verdad. Ikki y Shun querrían saber más de su madre por muy doloroso que sea, al menos tendrían el consuelo de saber algo de ella, pues murió cuando eran demasiado chicos y no tenían capacidad de recordar. Shiryu también desearía tener cualquier indicio de su madre, el no saber nada de ella le duele. Y al ocultarles a Adrik también les oculta eso. Seiya sin duda sonreiría feliz por tener otro hermano, pese con la amargura de Adrik y su odio, el castaño seguramente lo miraría con alegría. Y qué decir de Adrik, quizás el ver que estos hermanos lo quieren aliviaría su dolor.
Realmente el cisne se siente perdido. Si todo se descubre ganarían el saber de su pasado, pero perderían este mundo en donde son felices.
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Notas de la autora
-Bueno Hyoga, por lo visto decidiste quedarte callado y seguir ocultando a Adrik. –comenta la autora.
-Lo pensé mucho y decidí que lo mejor era callar, si ellos van a encarar a Adrik este rápido les presume las hazañas de Mitsumasa y aunque sé que a Seiya, Shiryu y Shun les dolería, lo soportarían… Ikki en cambio, al enterarse haría explosión. Es más, capaz que se suicida para usar su octavo sentido y así buscar a mi padre en el hades para patearle el trasero.
-Lo voy admitir Hyoga, cuando leí el manga me dejaste con el ojo cuadrado con tu madurez. De verdad que cuando Seiya les confiesa a Shun, a Shiryu y a ti, que son hermanos e hijos de Mitsumasa Kido y tú revelaste que lo sabías desde niño, me dejas anonadada, y es que cuando narras que nunca se comportó con amor paterno me duele, porque no hay ninguna emoción en ti precioso Hyoga, no hay dolor ni rabia. Siempre te pongo muy llorón en mis fics, cuando en ese momento te ves tan grande y genial, tan adulto. Reviento de verdad, en esa escena me la paso mordiendo el pañuelo, te admiro. Sois perfecto TToTT. (Así quisiera ser de madura en la vida). Y es que hasta lo llamas padre. Yo me habría amargado y enfurecido igual que Ikki, y tú nunca maldices a Kido ni te pesa tener su sangre. ¿Cómo puedes ser tan wow? De veras que hay aves que cruzan el pantano y no se manchan y tu plumaje es de esos. Yo siempre te pongo tan llorón… TToTT soy yo la que llora con tu historia, tu no TToTT.
-Ok, Ok pero cálmate, sécate las lágrimas y suénate los mocos. No pierdas la compostura. Respira calmada.
-Es que no puedo (TToTT) parar de llorar, eres tan fuerte.
Alyshaluz, ni la biblia ni Seiya hicieron sentir mal al cisne, lo puse como un código de conducta. Hyoga quiere a Adrik pero es imposible que no se encienda y empiecen a pelear, pero "si apartas el gesto amenazante y las palabras perversas; si das al hambriento lo que deseas para ti y sacias al hombre oprimido, brillara tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad se volverá como la claridad del medio día."
Por eso Hyoga se fue, después de leer y que Shiryu se lo releyera y antes de irse lo volvió a leer, Hyoga serenaba su alma para enfrentar a la fiera herida de Adrik (y tener fuerzas para contar hasta 10 cada que quisiera explotar y gritarle que Seiya y los demás no tienen la culpa. Lo que no tiene caso, Adrik es sordo a esas palabras).
Y ya para terminar, a las fans del bello, guapetón, majo, galán y adonis de Hyoga de cisne les recomiendo el fic de "Las 12 campanadas" de Atreegarten, fic de misterio y horror que me tiene con el alma en un hilo.
