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HERMANOS

por Liluel Azul

Capítulo 16

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A través de la ventana del automóvil Hyoga contempla el cambiante paisaje. Pensó que se dirigían al aeropuerto pero es evidente que no y no tiene ánimo para preguntar a donde se dirigen.

Hace unos momentos Adrik fue a buscarlo al departamento de Seiya en los muelles, fue un gran escándalo, pero era lo que tenía que pasar. Sabía que no sería capaz de explicarles la situación, no a medias. Por eso se llevó algunas cartas y documentos, los suficientes para que entendieran e hilaran la historia que lo une a Adrik sin mayores detalles.

Ahora que todo pasó se siente aliviado y tranquilo, a diferencia de Adrik quien aún no se calma, aun lo abraza con fuerza como si tuviera miedo de que desaparezca. Sabía que se enfadaría, y la bofetada que le plantó delante de todos era algo que ya se esperaba. Lo había herido profundamente al decirle que se quería ir a Rusia con él, para después desaparecer. Aprovechó un descuido para irse, pues no tenía fuerzas para discutir con él, si le hubiera dicho que iba a buscar a Seiya y a los demás para despedirse habría ardido Troya, habrían discutido y el carácter voluntarioso de los dos lo habría convertido en una guerra mil años.

Podía imaginarse la escena, Adrik atrincherado en la puerta gritándole que no lo dejaría salir, y el mofándose que de ser necesario pasaría sobre de él cosa que no le costaría trabajo. Entonces Adrik lo retaría, diciendo algo como "quiero ver si tienes los suficientes pantalones para moverme de aquí", así empezaría el forcejeo y Sasuke terminaría arrojándoles un balde de agua fría, mientras el personal del hotel les reclamaría por el escándalo.

El cisne se sonríe levemente, no, no habría sido así, eso piensa ahora que está tranquilo. Hasta hace unas horas no tenía fuerzas para pelear, ni para hablar, ni para respirar. Por eso se comportó tan cobarde. Pero sentía como si trajera una pesada losa en la espalda, así que mientras Adrik hacía los arreglos para el viaje, se escapó con la intención de ver no sólo a sus hermanos sino también a Eri.

Mas de nuevo le ganó la cobardía y sólo estuvo vagando, verlos, haría definitivo la separación y si no lo hubieran encontrado quizás no se habría despedido, pues ni siquiera tenía fuerzas para hablar con Seiya, y a los demás para explicarles que se iba.

En esos momentos no era capaz de pensar con claridad y con la mente fría. Camus desde el cielo debe de estarlo regañando por su tibio proceder. El corazón siempre termina dominándolo. Si bien la mente racional y analítica entendía que tenía que irse con Adrik pues es el único modo de arreglar esto, el corazón se negaba a soltar a sus hermanos y sobretodo a Eri.

Seiya y los demás estarán bien, son fuertes y no lo necesitan. Entenderán porque se fue y seguirán con sus vidas. Cuando se vuelvan a ver lo recibirán con los brazos abiertos y con una sonrisa.

Pero Eri…

No podía hablar con ella, ni podía decirle que lo esperara, no se siente con derecho de pedirle tal cosa. No sabe si algún día va a volver, el cree que sí, pero el cuándo no lo sabe. Tenerla en espera es algo injusto. Tampoco puede decirle que se fuera a Rusia con él, Eri ama a los niños del orfanato y es sumamente feliz trabajando allí, pues se siente plena y realizada. Son el remplazo de la familia que perdió, aquellos quienes curaron su corazón cuando se sintió sola y perdida al quedar huérfana. Por ello, no la pondría a decidir entre esos niños cuyas sonrisas la revivieron y él. Eri se marchitaría por tomar una u otra decisión.

El tiempo pasa y borra hasta el amor, allí con los niños siempre va a sonreír, Eri conocerá a otra persona y seguirá con su vida también. Pero pensar en eso lo hizo llorar a mares, hasta que se quedó sin lágrimas pudo reunir el valor para decirle a Adrik que se iría con él.

Por eso, cuando decidió irse no podía parar de llorar, ni cuando encontró a Seiya y los demás logró reunir valor, a duras penas pudo articular las palabras del mensaje que le dejó y eso, porque era la contestadora, de haber respondido Eri seguramente habría colgado en el acto.

Ahora que todo pasó, siente que su alma descansa, aun esta triste por Eri, y seguramente será una tristeza que lo acompañe por el resto de su vida, pero el que Adrik lo esté abrazando, llorando por el miedo que sintió, le ha confirmado que su decisión fue la correcta.

-Me siento tan aliviado. –Expresó Hyoga porque era verdad. –Si no me hubiera despedido de ellos, no habría podido subirme al auto.

-…

-Tienes que entender que los quiero, y a ti también y mucho.

Adrik lo soltó muy molesto.

-Lárgate, no quiero tu lastima. ¡Para el auto Sasuke!

Para coraje de Adrik el auto siguió avanzando, mientras Hyoga lo abrazó, pese a que forcejeó por soltarse, pero era una lucha perdida, Hyoga le gana en fuerzas.

-No te vas a deshacer de mí, hasta el último rincón del mundo te voy a perseguir. Entiende, me bastó con verte para quererte y saber que eres mi hermano para amarte. –Sonrió por estar citando a Seiya, pero era exactamente lo que sentía.

-No es cierto. Nunca te has interesado por mí.

-Y, mas sin embargo estoy en este auto.

Molesto Adrik se puso a ver el paisaje ignorando totalmente al cisne. Por su parte Hyoga lo soltó y se acomodó en su asiento. Cerró los ojos, pues aún le ardían por todo lo que había llorado. Está partida sólo le duele por Eri, por lo demás se siente tranquilo.

Ahora que se va, también se van con el los pecados de Mitsumasa, es injusto que ellos sigan oprimiendo a Seiya y a sus demás hermanos. Todo lo que se escondió así seguirá y así sus hermanos seguirán respirando libertad en la mansión Kido. Seguirán divirtiéndose y experimentando la vida casi normal que Saori les brinda con su herencia.

Sí, Ikki seguirá viviendo en calma en la mansión pasando los días contemplando a Shun, quien de seguro pronto entrara a alguna escuela. Shiryu lo seguirá en los estudios, pero estudiando en casa, no es de ir a colegios y entre los dos presionarán a Seiya y a Jabu, para que se les unan en los estudios. Seiya entrara al colegio sólo por los recreos y las actividades deportivas, Jabu por seguirlo y porque Saori le dirá que está muy orgullosa, con eso como combustible el unicornio se quemara las pestañas estudiando. Nachi e Ichi pronto van a buscar trabajo, notó que estos últimos días han estado hojeando periódicos en la sección de empleos. Ban y Geki, esos seguirán buscando novia. Caerán una y otra vez en cualquier lugar que vean chicas hermosas. Sí, la vida seguirá siendo maravillosa para sus hermanos.

Hyoga deja escapar un largo suspiro, sigue reflexionando, al principio estaba tan enfadado con Adrik por todo lo que le reveló y por sus ideas de venganza, que no podía pensar con claridad, realmente no habría llegado a nada si hubiera tratado de razonar con él. Los dos son muy obstinados y más que hablar se hubieran dedicado a gritarse el uno al otro. En estos momentos Adrik es como un muro, hablarle y explicarle las cosas es una pérdida de tiempo, las palabras sólo revotaran incapaces de llegar a las neuronas. Así que en lugar de discutir se dedicó a observarlo para saber qué era lo que realmente quería.

Adrik no es malo, aunque tiene la furia metida en las entrañas realmente no les desea un mal más allá del trago amargo que acaban de pasar. Es sólo que le duele demasiado lo que sufrieron el tío y la abuela. Es más, siente que tiene una deuda de honor con Alexander, deuda que sólo puede pagar llevándolo a Rusia y dándole su lugar como un Ivanov.

Ahora mismo Adrik es el heredero universal de los Ivanov, bien pudo vivir libre de preocupaciones, pero en lugar de eso se empeñó en buscarlo por su amor a Alexander. Que lo llevaran a la seguridad de casa fue lo que pidió en su lecho de muerte y Adrik ha movido cielo, mar y tierra para cumplirle y así sentir que su padre por fin puede descansar en paz.

Y en esos pensamientos estaba Hyoga, cuando sintió a Adrik sobre él, quería pasar para alcanzar el cinturón de seguridad. Una vez que lo alcanzó, lo ajustó, para que el cisne viajara con seguridad.

Por lo que Hyoga lo miró tiernamente por ese gesto de abrocharle el cinturón.

Adrik ni se dignó a mirarlo, seguía muy enojado, así que tras abrochar su propio cinturón de nuevo se abstrajo en el paisaje que le ofrecía la ventana para seguir ignorando al cisne.

Hyoga sonriente vuelve a cerrar los ojos, Adrik lo quiere y mucho, pero su dolor no sanará hasta que le cumpla a Alexander, por eso tiene que irse y hacer su vida como Luka Ivanov. Sólo así Adrik alcanzará la paz y quizás después, cuando se sienta libre de esa carga, la herida se curará, pues sólo hasta entonces, cuando su dolor disminuya, podrá convencerlo de que debe darse la oportunidad de conocer a sus otros hermanos.

Aunque el irse, dejando a Eri, le está rompiendo el corazón, esto es lo correcto. Cada que ve a los ojos a Adrik se da cuenta que está muerto en vida. El dolor que carga le ha robado toda alegría y esperanza. Si no sana, nunca será feliz.

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Caminando con rapidez, Adrik y Luka atraviesan el aeropuerto de Moscú. Adrik lleva a Luka sujeto por la muñeca. Nunca lo suelta ni lo pierde de vista, pese a lo largo y estresante del viaje está siempre alerta. El que Luka hubiera regresado a despedirse de Seiya y los demás Kido, hizo que a cada minuto del viaje sintiera que algo pasaría, que los detendrían y le impedirían llevárselo.

No viajaron directamente de Japón a Rusia en un tranquilo vuelo Tokio-Moscú. En su lugar, y porque a toda costa pensaba evadir a los Kido, Adrik hizo arreglos para viajar de Tokio al puerto de Nagasaki, de allí tomaron un barco que los llevó a Shanghái, y por fin tomaron el vuelo que los trajo a Moscú.

Y ni si quiera con todas esa precauciones que se tomó pudo sentir algo de paz. Antes de subir al taxi miro a todos lados temiendo que algún Kido los alcance.

-Calma. –Le pidió Luka por milésima vez. –Aun si alguien apareciera yo ya tome mi decisión.

Esas palabras entraron por un oído y salieron por el otro, no sentía paz alguna, miraba cada auto con recelo, cada alto de semáforo lo sumía en la angustia. Si no es por Sasuke quien le dio instrucciones al chofer, no habrían llegado a la mansión Ivanov, pues Adrik no tenía cabeza para explicarse con nadie.

En cuanto llegaron, bajó corriendo llevando a Luka de la mano, tras cerrar la puerta, miro su casa y a Luka.

-Lo logre…

-Sí, le cumpliste. Me trajiste por fin.

-Lo logre… lo logre… estás aquí. –El chico no cabía en su asombro.

Grandes lagrimones surgieron de los ojos de Adrik. Aunque lo intentó no pudo parar de llorar por ser invadido por una extraña mezcla de dolor y alegría.

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Continuará…

Pero hasta el próximo año, sorry, tengo otros fics inconclusos a los cuales les tengo que dedicar. Si vieran que me llegan como lamentos y a la mitad de la noche, escucho "En mis horas más oscuras, ya llevas más de un año sin actualizar"; "El pecado de una diosa, lo prometiste en abril y está es la hora que no terminas el capítulo"; "Azul ya cumplió el segundo año de abandono"; "Pa cuando terminas pensamientos de un dragón"; " y ¿Quiénes somos?"; "Aya entre ángeles y caballeros" los dejaste a la mitad del combate.

Me atormentan pero los muy canijos no se dan cuenta que las musas no cooperan.

Autora: En fin, Sasuke apareciste por primera vez en el capítulo cuatro, luego en el nueve y también en este. Eres el empleado japonés de los Ivanov y les haz servido desde tiempos de Alexander. ¿Qué piensas ahora que has vuelto a salir en el fic?

Sasuke: Que voy a estar muy ocupado educando ahora al joven Luka.

Hyoga: ¿A mí?

Sasuke: Con solo verlo me di cuenta que sus modales son pésimos.

Hyoga: Oye, mi maestro Camus me educó muy rigorosamente. Tengo buenos modales.

Sasuke: Sus modales están bien para la plebe, pero no para la alta alcurnia de los Ivanov. Apuesto a que no distingue entre un tenedor para ensalada y un tenedor para carnes. Y ya no hablemos de los distintos tipos de copas, estoy seguro que no los conoce, y estamos solamente hablando de modales en la mesa, los Ivanov son una familia que se distingue por la crianza de caballos pura sangre además de ser músicos natos. ¿Cuántos instrumentos tocas?

Hyoga: Apenas estoy aprendiendo a tocar el piano.

Sasuke: No puede ser, a los diez años Alexander y Natasha ya lo dominaban, es más Adrik también y a esa edad empezaba con el violín. Tengo mucho trabajo con usted.

Hyoga: Va ser difícil ser un Ivanov.

Autora: No te preocupes querido Hyoga XD Sasuke te ayudara después de todo en su nombre el "sa" viene de "satsu" que significa asistencia o ayuda y "suke" protección. Por eso lleva mucho tiempo cuidando a los Ivanov.