Capitulo 2º
House cerró la puerta con llave y encendió las luces de su despacho. Allí seguía la chica de 27 años que le había dedicado una sonrisa al entrar, allí estaba ella, esperando algo de él; una simple sonrisa, o un simple gesto de alegría.
Sin embargo House no estaba dispuesto a hacer nada sin comprobar si de verdad era ella la que estaba parada enfrente de él. Por eso se acercó un poco más y la miró fijamente a los ojos y sintió cómo esos ojos verdes le inspiraban la confianza que tan sólo poca gente podía ofrecerle.
-¿Estás asombrado o defraudado porque estoy aquí?- preguntó la joven.
House se limitó a asentir y se encamino hacia su mesa para sentarse, porque la pierna no le iba a dar tregua ese día.
-Estoy asombrado porque no me esperaba esto de ti, una carta o una postal sí- dijo mientras se sentaba- y también estoy defraudado porque me podrías haber llamado y avisarme de que estabas aquí.
La chica se limitó a sonreírle.
-Pero, yo también me alegro de verte, mucho- dijo bajando la voz- de hecho iba a llamar a la interpol para saber si alguien sabía algo de ti.
-Lo siento, era una sorpresa, pero veo que ha sido algo estúpido por mi parte venir aquí y saludarte.
House emitió un leve gruñido.
-También siento lo de tu pierna- dijo mientras se sentaba enfrente de House.
-Sí bueno, todo el mundo lo siente- dijo mientras empezaba a jugar con el bastón- las noticias vuelan por lo que veo.
-Lo leí en un periódico en Londres, ya sabes como son los médicos, siempre intentan demostrar que son humanos.
House sonrió al escucharla. Aun no se creía que estuviese ahí, enfrente de él.
-Helen, ¿qué haces aquí?
Helen Mckenzie lo miró a los ojos y sonrió.
-Después de casi seis años ya era hora que regresara a casa ¿no? Creo recordar que mis padres están enterrados en la ciudad y que mi única familia eres tu y James. Si tanto te molesta mi presencia, cojo el primer vuelo a Londres y no vuelvo por aquí jamás.
House desvió la mirada hacia la derecha. Ella tenía toda la razón, su casa, sus padres, su familia estaba aquí; pero lo que no comprendía era por que ahora, porque no hace un año o hace seis meses...
-Greg, puede que parezca una locura, pero no quiero estar sola más tiempo; he comprendido que la soledad no es buena para nadie, tu estas casado...
-Ya no- interrumpió House bruscamente- Stacy me dejó hace cinco años, cuando me paso lo de la pierna y ahora esta casada con un hombre que haría cualquier cosa por estar con ella.
-Lo siento mucho-dijo mirándole con ternura.
-mm
-No quiero que me tomes como una oportunista ni nada por el estilo, sólo estoy aquí porque lo necesitaba, aunque eso me traiga recuerdos que me puedan volver a hacer daño.
-Yo nunca he pensado nada de eso, simplemente acepté el hecho que con 21 años te fueras a estudiar a Londres, para alejarte de todos tus recuerdos, para borrar el dolor- House se levantó y Helen le imitó; dio un rodeo a su mesa y se colocó al lado de ella.-No quiero que te vayas y te alejes de todo, ya han pasado demasiados años desde que te fuiste y no quiero volver a perder el único recuerdo que todavía puedo tocar.
Helen se emocionó al escuchar las palabras de su padrino y House la abrazó también algo emocionado.
Sin embargo, se tuvieron que separar rápidamente porque una vocecilla se asomaba por la puerta frontal del despacho.
-House, Chase y Foreman han llegado ya- dijo Cameron mirando a Helen algo extrañada- lo siento...no quería interrumpir.
-Pues lo has hecho-dijo House hiriéndola.
Sin embargo, Helen le dio un golpe en el pecho.
-No la trates así; parece mentira que seas tú- se dirigió a Cameron sonriente- espero que no sea siempre así contigo.
Cameron se asombró por la familiaridad con la que trataba a House. ¿Seria su novia? No, era demasiado joven, aunque parecían tener la misma edad.
-Siento mi intromisión- dijo murmurando.
-Y yo siento no haberme presentado, pero veo que Greg tampoco lo va a hacer-dijo acercándose a ella- soy Helen Mckenzie, una buena amiga de House.
"Ya veo" pensó Cameron mientras le estrechaba la mano.
-De hecho soy...
-Eres la hija de unos grandes amigos de la facultad- intervino House haciendo que Helen lo mirase extrañado- dile a los patitos que pasen consulta, por lo visto hay mucho ajetreo abajo.
Cameron asintió y desapareció por un momento por la puerta.
-Cameron, lo siento- dijo House mirándola a los ojos.
Cameron sonrió levemente y se fue hacia la sala contigua.
Helen miró fijamente a House, mientras este seguí mirando la puerta por la que se había ido Cameron
-¿Por qué no le has dicho que soy tu ahijada?
House la miró con una ceja levantada, intentando encontrar una respuesta rápida a esa pregunta que él también se estaba intentando responder.
-Sinceramente, no lo sé, pero me ha gustado ver la cara de celosa cuando nos ha visto abrazados- dijo abriendo mucho los ojos.
Helen sonrió ampliamente.
-Así que te gusta ¿eh?
House la ignoró. Pero era verdad que le gustaba mucho, desde que fue a su casa para que volviese a trabajar con ella, aunque Stacy abarcó toda su atención durante tres meses, ella seguía en su pensamiento.
-¿Comemos juntos?- dijo House cambiando de tema- también podemos llamar a Jimmy, como antes...
Helen no dejaba de sonreír, estaba feliz de estar de vuelta en su hogar, de volver a estar con House y con James, aunque le trajese recuerdos trágicos.
-Claro, tenemos que contarnos muchas cosas, os tengo que contar muchas cosas- dijo mientras se dirigía a la puerta.
-No solo nos tienes que contar como es la vida en Londres y como son los médicos que me critican, sino que me tienes que contar porque te fuiste.
Helen se paró en seco delante de la puerta y miró al suelo, no queria llorar.
"No puedo llorar"
-Algún día, cuando tenga fuerzas, te contaré todo lo que paso- dijo con lágrimas en los ojos- voy a buscar a James para decirle que estoy aquí y que vamos a comer juntos.
House asintió, aunque sabía que estaba llorando, no hizo nada...porque él también tenía recuerdos que no quería que saliesen a luz.
Helen salió del despacho de House y House se giró hacia la sala que estaba ocupada por una Cameron que leía distraída un periódico; suspiró y notó como algo se movía en su estomago, algo que hace mucho no sentía. Con decisión abrió la puerta y encaró a Cameron.
-Lo siento- dijo susurrando- no quise herirte
Cameron levantó la vista y se quitó las gafas. Sin decir nada, se acercó a la mesa dónde preparaba el café y le ofreció una taza a House. House se acercó hacía ella y sus manos se rozaron cuando él cogió la taza y una corriente eléctrica recorrió su espalda.
-No lo has hecho, ya estoy acostumbrada a que me trates como si fuera una muñeca de trapo- dijo Cameron con tristeza.- me voy, tengo cosas que hacer en el laboratorio.
House la observó mientras ella dejaba la estancia; y con la taza en la mano se sentó en la silla que más cerca tenía maldiciéndose por ser tan capullo con una persona tan buena como lo era Cameron.
