Capitulo 4º

El doctor Robert Chase y el doctor Eric Foreman estaban muy aburridos esa mañana. Y como todas las mañanas de esa maldita semana que se hacía interminable, y parecía casi imposible que fuera viernes...parecía más bien lunes; uno de esos lunes en que no puedes dejar de pensar porque trabajas con un tío como House y de cuya respuesta no encuentras hasta que acaba la maldita semana.

-Me aburrooo- dijo Chase apoyando su cabeza en el frió cristal de la mesa.

Foreman levantó la vista de la revista médica que estaba leyendo.

-No eres el único, me he leído esta revista cinco veces esta semana, si seguimos así me voy a casa.

House apareció de repente gruñendo como siempre hacía.

-¿No estabais pasando consulta?- preguntó tomando una taza de café.

Chase lo miró sin levantar la cabeza, como un niño chico que no le ha comprado el juguete del escaparate.

-No hay nadie...el hospital parece un cementerio.

House le dio un golpe con el bastón en la cabeza, haciendo que el joven ayudante emitiera un doloroso aullido.

-¿Por qué has hecho eso?- preguntó Foreman divertido.

-Mmm, porque me aburro- dijo House llevándose el dedo a la boca- y porque hoy no quiero que habléis de cementerios; mejor decid que el hospital parece un desierto, queda mejor si lo pensáis, porque hace mucho calor aquí dentro.

Foreman y Chase levantaron los ojos al cielo a la vez, pidiendo clemencia.

-Bueno parejita, os dejo que tengo que visitar a mi amada Cuddy, parece ser que no se cree que haya venido tan temprano, así que el lunes volveré a venir tarde, para que crea que no me pasa nada.- dijo saliendo por la puerta.

Al oír "parejita" Chase tomó un color parecido a la taza de café que House había dejado encima de la mesa antes de salir. Miró a Foreman, que había vuelto a empezar a leer la revista, y sacudió la cabeza, intentando quitarse esa palabreja de la cabeza...

"soy muy hetero" se dijo mentalmente "aunque nunca me había puesto así y eso que House siempre bromea con lo mismo"

-Oh, cállate- dijo en voz alta, haciendo que Foreman lo mirase extrañado.

-¿Me has dicho que me calle?

Chase, algo avergonzado, negó con la cabeza y se levantó rápidamente, dándole la espalda a su colega y cogiendo algo para distraerse. Mientras, Foreman, sonreía al ver a su colega pasar un mal trago.

Mientras tanto, House se encaminaba directo al ascensor, hasta que algo le retuvo; la sensación de que algo estaba pasando en el despacho de Wilson y que él no estaba ahí para verlo...se dio la vuelta para ir al despacho de su amigo, cuando el ascensor se abrió y por las puertas aparecieron Cuddy y Cameron, hablando sobre algo que no alcanzó a oír, porque Cuddy lo vio y abrió su boca.

-¡Llevó un buen rato esperándote en mi oficina!

House levantó la mirada al cielo, esperando a que Cuddy se callase y se fuera; sin embargo, cuando los bajó sus ojos chocaron con los de Cameron que no le había dejado de mirar desde que se abrieron las puertas y él rápidamente los evito, maldiciéndose por ser cobarde.

-Tienes que pasar consulta, House- dijo la irritante voz de Cuddy.

-Y tú tienes que irte de vacaciones y dejarme en paz- respondió con ironía.

-¿Para qué? ¿Para que hagas daño a las enfermeras y cuando vuelva encontrar esto como un campo de batalla?- Touché.

-Cariño, no deberíamos discutir esto delante de nuestra patita- dijo House entre dientes y mirando a Cameron que aún lo seguía mirando.

Cuddy, suspiró.

-Consulta, ¡ya!

Tras esto, pulso el botón de la planta baja, no sin antes asegurarse de que Cameron había salido; y allí los dejó. A dos personas heridas, una de ellas no miraba a la otra, la otra no le había dejado de mirar en todo momento.

-Si quieres que pase consulta por ti...

House negó con la cabeza.

-Oh, vale- fue lo único que pudo decir- creo que voy a revisar tu correo, si no te importa

Cameron comenzó a caminar y notó al cabo de un minuto que House la seguía.

-¿Me estás siguiendo?- preguntó Cameron sin dejar de andar.

-No, solamente voy a visitar a Wilson, creo que me esta poniendo los cuernos- dijo girando a la izquierda- nos vemos.

Cameron sonrió.

-Nos vemos.

Solamente pudo decir eso, un "nos vemos..."

House abrió la puerta del despacho de James Wilson con fuerza, para que supieran que alguien estaba allí y lo único que pudo ver fue sonrisas y lagrimas, como la película.

-Mmm, ¿Jimmy me estas poniendo los cuernos?- dijo mientras cerraba la puerta.

Wilson arqueó las cejas.

-Oh, House, sabes que nunca haría eso.

Helen, reía, parecía feliz; después de todo, estaba en casa.

-No sabía que fueseis pareja, lo llego a saber y aviso a unos amigos gays que tengo en Londres, para que se apuntasen a la fiesta.

-Desde que te fuiste dejaste al pobre Jimmy destrozado- dijo House bromeando, aunque en su interior sabía que hubo algo entre ellos- por eso decidió refugiarse en mis brazos.

Wilson cambió la cara e hizo una mueca de disgusto al oír a su amigo decir esas cosas, pero ¿sabría algo del pasado que nunca le contó?

-Bien, tengo que irme a pasar consulta, nos vemos dentro de dos horas en la entrada, ¿os parece bien?

-¿os parece?- preguntó Wilson extrañado.

-¡¡oh! Lo he olvidado, James, hemos quedado para comer, ¿vendrás?- dijo Helen levantándose de la silla.

Wilson la miró y sonrió. "Como en los viejos tiempos" pensó.

-Claro que sí, creo que hay cosas que nos tienes que contar.

Helen asintió, se acercó a Wilson y le dio un pequeño, pero bonito, beso en la mejilla, como solía hacer cuando era algo más joven e inocente...

House observó la escena con detenimiento, analizando cada movimiento que hacían los dos y al final sonrió, porque ella solía hacer esas cosas, así era ella.

-¿Vienes conmigo abajo?- preguntó House abriendo la puerta.

Helen asintió y salió sonriente de la oficina de Wilson. Al verla pasar, House miró al cielo y resopló.

-Hasta dentro de un rato Jimmy- dijo saliendo.

Wilson asintió con la cabeza y se levantó de la mesa, se tocó la zona de la mejilla donde Helen había depositado el beso y sonrió.

"Al fin y al cabo, sigue siendo como una niña" pensó mientras rodeaba su escritorio y se sentaba para seguir con su trabajo.

House no dejaba de mirar a Helen, que seguía sonriendo como una tonta mientras caminaba a través del pasillo hasta el ascensor, pero antes tuvieron que pasar enfrente de la sala de reuniones del despacho de House, donde estaban Cameron, Chase y Foreman, muy aburridos.

Al verlos pasar tan sonrientes, Cameron no pudo dejar de sentir una corriente eléctrica en su estomago.

-¿Quién es esa que va con House?- preguntó Chase alzando la cabeza para intentar ver algo mejor.

-Es una amiga de House- respondió secamente Cameron- la hija de unos buenos amigos de House.

-¿Desde cuando House tiene buenos amigos?- intervino esta vez Foreman- pero lo más sorprendente aún, ¿desde cuando está así de feliz?

"Desde que ella volvió a su vida supongo" pensó Cameron.

Esperando el ascensor, House no pudo evitar pensar en todo lo sucedido esa mañana y en que hoy debería ir al cementerio después de seis años, al fin y al cabo, ella estaba aquí...pero sobretodo, no podía dejar de pensar en Wilson y en su reacción que no vio.

-¿Cómo se lo ha tomado?

-¿Quién?- dijo Helen entrando en el ascensor y pulsando el botón que marcaba la planta baja.

House se colocó a su lado y ladeo un poco la cabeza.

-James

Helen lo miró de reojo y sonrió.

-Cotilla.

-Oye, que yo solo me preocupo por mi amigo.

Helen suspiró, el viaje en ascensor era interminable y ella hubiera preferido bajar las escaleras de no ser por House.

-Ya, claro. Pues se lo ha tomado bastante bien, aunque al principio no encontraba las palabras adecuadas para decir lo que sentía al verme de nuevo.

Por fin las puertas del ascensor se abrieron y salieron rápidamente, para que otras personas, médicos quizás, se subieran en él.

-Es normal ¿no? Al fin y al cabo, eras importante para él- dijo House desviándose hacia la puerta de consultas.

Helen paró en seco y lo miró penetrante, casi intimidándolo, y eso era difícil de conseguir, pero era algo que había aprendido de su madre.

-No me mires como si estuvieras enfadada, a él le importabas demasiado, se notaba a leguas, pero nunca supe hasta que punto.

-¿Qué te hace pensar que James y yo podríamos haber tenido algo en el pasado, Greg?- dijo Helen con los brazos en jarra.

-No se, quizás por el hecho de que te conozco desde que tu madre dio a luz y que Jimmy es mi mejor amigo- dijo llevándose el dedo a la boca- además, yo nunca he dicho que habíais tenido algo.

Ahí estaba el Greg House de siempre, el que hacía callar a todo el mundo, el cotilla, el que le importaba bien poco lo que otras personas pensaran de él. Y ahí estaba Helen Mckenzie, sonriendo como una tonta, porque sabía que House la había pillado.