Metropolitan Police Love Story 0
(o Historia de amor de la policía metropolitana 0)
4º cap. - El pasado de Takagi
¿Qué hora debía ser ya?
Realmente ninguno de los tres que estaban en el karaoke lo sabía. Habían perdido la noción del tiempo. Pero tampoco les importaba.
En esos momentos no podían pensar con claridad, una neblina cubría sus mentes. Aunque debería decir "su" mente. Sí, su mente. La de Takagi.
La verdad es que Sato y Yumi estaban bastante acostumbradas a beber (aunque esta vez se habían pasado un poco más que en otras ocasiones) pero el pobre Takagi...no. Era la primera vez que bebía, así que le estaba costando conseguir asimilar toda esa cantidad de alcohol que jamás había tomado.
Yumi se quiso aprovechar de la situación para hacerle confesar cosas que sólo podrían saber cuando estuviera borracho. Era la oportunidad. Yumi, realmente, le gustaba enterarse de todas las cosas relacionadas con sus compañeros de trabajo, sobre todo le encantaban los rumores y chismes.
- Ehmmm...Takagi-kun...¿estás prometido? ¿o tienes novia? – preguntó Yumi, como quien no quiere la cosa, intentando parecer totalmente indiferente e inocente.
- ¿Pro...me...ti...da? ¡Hip! ¿No...via? No...hace tiempo de eso... – contestó el chico entrecortadamente, según le permitía su cuerpo.
- ¿Hace tiempo? ¿Quieres decir que tuviste novia? ¿Cuándo? – soltó todas esas preguntas de golpe, casi sin darse cuenta. Se notaba que estaba acostumbrada a hacer interrogatorios de ese tipo a la gente.
Sato observaba la escena expectante, indiferente. Miraba a Takagi. Y de vez en cuando se reía disimuladamente de él. Nunca se había encontrado con alguien que se emborrachara con esa cantidad de copas...era tan...inocente...
- Pues...cuando iba al instituto...Una chica me dijo que le gustaba y me pidió para salir. Yo no me supe negar y acepté pero realmente no me gustaba. Creo que nunca me he enamorado de verdad... – comentó Takagi bastante ruborizado, pero sin saber conscientemente que estaba hablando de su vida privada.
- ¿Y qué pasó? ¿Por qué no seguisteis siendo novios?
- Porque ella me dejó. Al final me dijo "No te gusto. Sólo sales por mí por lástima. Así no quiero que salgas conmigo. Si alguna vez necesitas ayuda o consejo estaré aquí por ti...y te esperaré...lo que haga falta para que me quieras". Y así lo dejamos. Después de acabar el instituto no la volví a ver.
- Qué historia más bonita...¿A qué sí, Miwako? – comentó Yumi a su amiga haciéndole un guiño.
- Eh...sí. – contestó Sato poniendo una sonrisa. – Voy a pedir otra copa.
Acto seguido, Sato se levantó y fue a buscar otra copa de algo más fuerte. Cuando llegó, Yumi siguió con la ronda de preguntas.
- Bueno, ¿y qué tal con tus padres? ¿Vives con ellos? – preguntó Yumi, queriendo saber más sobre el pasado del nuevo compañero.
Le entró un escalofrío a Sato. La verdad es que el tema de los padres no le hacía ni pizca de gracia. ¿Y a quién le haría si su padre hubiera muerto en el trabajo y su madre fuera una anticuada que quería que se casara su hija a toda costa?
- Antes. Ahora vivo solo. Mis padres murieron asesinados. – contestó Takagi indiferente, probablemente sin saber lo que decía, pero diciendo la verdad.
Sato se sobresaltó. En aquel momento le dio pena el chico. Estaba peor que ella y aún así...
- ¿Y no te sientes solo? – preguntó Sato, interrumpiendo la ronda de preguntas de Yumi, lo que se ganó una mirada de mala leche de su amiga.
- Al principio, sí pero...te acabas acostumbrándote. No te queda otro remedio. – respondió Takagi sin inmutarse.
Entonces Takagi se deslizó sobre el sofá. Se había dormido. Finalmente tanto alcohol le había producido somnolencia.
- Pobrecillo...Yumi, deja la ronda de preguntas por hoy. Está muy cansado y borracho. No está tan acostumbrado como nosotras a esto.
- Sí, tienes razón.
- Bueno, le voy a llevar a su casa... – dijo Sato.
Entonces Sato buscó en los bolsillos de la chaqueta que Takagi se había quitado anteriormente y encontró su placa de policía, en la que constaba su dirección, y las llaves de su casa.
- Vale. Pero yo me voy a mi casa ya. Me dijeron mis padres que tenía que llegar antes de las 2 para celebrar el cumpleaños de mi hermano menor. Y son ya la 1 y media según el reloj que hay allí. Nos vemos mañana en el cuartel, ¿ok, Miwako? – dijo Yumi haciendo un guiño a su amiga.
- Vale.
- Por cierto, creo que ese chico y tú harías buena pareja...¡Aprovecha ahora que estarás a solas con él en su casa! – dijo Yumi con una sonrisa pícara.
- ¡Yumi! – gritó Sato un poco ruborizada y con tono de reproche.
- Bueno, ¡hasta mañana!
Yumi salió del karaoke, dejando solos a Sato y Takagi en esa zona del karaoke. Apenas quedaba gente...Shiratori y Mamo ya se habían ido.
Entonces, Sato cogió la chaqueta de Takagi y llevó a la espalda al chico, que todavía seguía dormido.
Volvió a mirar la dirección que ponía en la placa de policía de Takagi y siguió la calle que tendría que dar en su casa. Finalmente, llegó. La verdad es que le dolía la espalda y los hombros. Pero ahora no era momento de quejarse. Cogió las llaves de la chaqueta de Takagi y abrió la puerta. Y entró con el chico.
Le sorprendió ver que la casa del policía estaba impecable y ordenada. Y además era bastante pequeña.
Después de entrar en todas las habitaciones sin encontrar la de Takagi (primero se equivocó entrando en el baño, luego en el comedor, luego en la cocina) finalmente llegó a ella.
Era una habitación pequeña, en la que la tenue luz de la luna se transparentaba a través de las finas cortinas blancas que habían. A un lado estaba la cama, en frente de ésta, el armario. Después también había una mesita de noche con un despertador (que ya marcaba las 2), un escritorio con un ordenador y un teléfono, y una estantería con varias colecciones de libros y revistas. Encima de la mesa del escritorio había un libro, que en ese momento Sato no creyó oportuno ni discreto mirar.
Después de haber analizado su habitación, Sato deslizó suavemente el cuerpo del chico sobre la cama, debajo de las sábanas y el edredón. No encendió la luz, pensó que sería mejor, para no despertarle.
Estuvo mirando al policía un rato, pensando que tenía una expresión muy dulce cuando dormía...muy inocente, como un niño.
Cuando Sato se disponía a irse de la casa del chico, algo le retuvo.
Era la mano de Takagi.
Fin del capítulo 4.
¡Hola! Espero que os haya gustado este capítulo. Pensé que, como el pasado de Takagi no está muy desarrollado en la serie, lo podría inventar yo para seguir el fic . Aunque parezca que el final está cerca sólo es imaginación vuestra porque este fic auguro que tendrá más de 5 capítulos. Espero que no os aburra mucho y lo sigáis hasta su conclusión. Dejad reviews, que me animan a seguir . Gracias a los que lo habéis hecho, si no fuera por vosotros, seguramente tardaría mucho más en publicar capítulos nuevos debido a la poca motivación.
Bueno, ¡hasta el próximo!
