Prompt: De ahora en adelante. (Tabla 30 Días)

Canon Universe


Cautivo


Hans se desplomó en el suelo antes de darse cuenta de lo que estaba pasando. Una ráfaga gélida agitó sus cabellos y le heló la sangre, obligándolo a permanecer en su sitio. Temblando, alzó la mirada, desafiante.

Ella estaba ahí, tan fría y etérea como la recordaba.

No, mentira.

La mujer frente a él no era la que había conocido. Había cambiado, igual que él. Estaba regia, segura de sí misma, mucho más hermosa e imponente. El vestido de un blanco impoluto enmarcaba una figura joven y de curvas sinuosas, cuya silueta había alcanzado todo su esplendor.

Era toda una mujer. Una mujer peligrosa que lo detestaba.

—¿Qué haces aquí?

Elsa se dirigió a él con aversión. Hans levantó una comisura de sus labios en actitud socarrona, vencido por la ironía de la situación.

Tantos lugares en el mundo y tenía que haber terminado allí.

Sus esfuerzos habían sido en vano.

La chica materializó un amenazante copo de nieve, las agudas aristas del fractal refulgieron sobre su palma cual afilados cuchillos, y él tuvo que levantar ambas manos en son de paz.

—Ya, ya, tranquila. Estoy desarmado. ¿Vas a atacar a un hombre desarmado?

—Contesta mi pregunta.

—El barco en el que viajaba fue alcanzado por una tormenta, lo último que recuerdo fue subir a cubierta y resbalar por la borda, después de que un incendio se desatara en el piso inferior. Luego desperté a poca distancia de aquí, en la costa. —Una risa amarga brotó de su pecho—. Que infortunio, ¿no? ¿Quién iba a decir que un incidente tan improbable me traería de vuelta a ti, Majestad? —El título abandonó los labios del pelirrojo con calculado desdén, haciendo que ella entornara los ojos.

—Ya no soy la reina.

—Eso escuché.

Ambos se sostuvieron la mirada, retándose.

Finalmente, Elsa bajó la mano, optando por actuar de manera razonable. Suspiró, hastiada. ¿Por qué tenía que ser él?

—¿Hacia donde te dirigías?

—Gran Bretaña.

—¿Era una misión diplomática? —inquirió Elsa con desconfianza.

—Más bien de encubierto. Iba de polizón.

La chica enarcó una de sus doradas cejas. Sus ojos analizaron las ropas estropeadas del bermejo, reconociendo que estaban lejos de ser las de un noble distinguido. Ni los sirvientes de su palacio llevaban una indumentaria tan lamentable.

—No me ha ido bien estos años, Elsa —confesó Hans con indiferencia—. Fui despojado de mí título y mis privilegios, pasé de príncipe a criado, y ninguno de mis hermanos intercedió por mí. No es que esperase nada de cualquiera de ellos, pero no podía soportar un día más en sus manos.

—Así que escapaste como un cobarde.

—Escapé como cualquier hombre que está harto de ser un esclavo. Una bestia de carga recibe más compasión de la que mi familia nunca ha tenido por mí. Créeme, si queda algún resquicio de la pena que le deba al destino por mis acciones pasadas, lo he pagado con creces.

En contra de su voluntad, algo en el interior de Elsa se ablandó al escuchar sus palabras. Él no era el mismo tipo orgulloso y carismático al que había conocido.

Estaba delgado y ojeroso. Tenía el semblante de un hombre que ha perdido toda esperanza. Se fijó en sus manos encallecidas, una larga cicatriz atravesaba el dorso de la derecha. Hans la cubrió de inmediato, enviándole una mirada severa.

No quería su lástima.

—No deberías estar aquí.

—¿Vas a entregarme?

—¿Qué otra opción me queda?

—Mátame.

Elsa lo miró, sobresaltada. Hablaba en serio.

—Si regreso a las Islas del Sur, mis hermanos se encargaran de castigarme. No son justos, ni compasivos. Tarde o temprano me quitarán la vida, ya han estado a punto de hacerlo. Prefiero que lo hagas tú, sé que no te enseñarás conmigo.

—Yo no… —La rubia se esforzó por permanecer estoica, internamente paralizada por el horror. Debía mantenerse alerta, podía ser un truco, él no se merecía su misericordia—. No te creo. Ningún hermano es tan cruel.

Hans esbozó otra sonrisa desdeñosa.

—No sabes nada, sigues viviendo en un mundo de cristal donde todo se puede resolver con el poder del amor. Eres una pobre estúpida.

Los ojos de la princesa lo fulminaron.

—¿Cómo puedo estar segura de que no estás contándome otro de tus engaños?

—No puedes. Y tampoco me interesa si lo haces, ya no tengo nada que perder. Si no me matas tú lo haré yo mismo, pero una cosa es segura, Alteza. —Hans volvió a hablarle con sarcástico retintín—. No voy a regresar a mi reino. Nunca.

Elsa suspiró por lo bajo, rebasada por la situación. Mentalmente, hizo nota de reunirse con su hermana para corroborar la información del bermejo. Dejarle vagar por Arendelle y sus alrededores suponía un gran riesgo, pero si lo que decía era verdad, tampoco podía condenarlo a esa clase de existencia.

Después de todo, ella no era el monstruo que alguna vez creyó.

—Entonces, ¿vas a matarme?

—No, Hans, no pienso darte ese gusto. Y tampoco sé bien lo que voy a hacer contigo, pero puedes estar seguro de algo: no te daré la oportunidad de volver a lastimar a nadie. De ahora en adelante estás bajo mi custodia y no darás un solo paso sin que yo me entere. Así que ándate con cuidado.

Él solo encogió los hombros, apático.

—Sígueme. La aldea no está muy lejos de aquí.

—¿Aldea?

—Camina, rápido.

Hans obedeció en silencio. Habría sido necio negarse a sí mismo que no sentía una curiosidad enorme por seguir a la muchacha, ver cuánto había cambiado su vida y que la había llevado a radicar ahí.

De momento estaba a salvo, aunque las cosas podían cambiar en cualquier instante. Si lo sabría él.

Miró a Elsa por el rabillo del ojo, un cosquilleo repentino se apoderó de su vientre. Debía ser el hambre, enloqueciéndolo. No cometería el error de ser optimista, de algún modo, la chiquilla encontraría la forma de vengarse de él ahora que estaba en sus manos.

No importaba demasiado.

Cualquier cosa era mejor que estar en casa.


Nota de autor:

Soy una ficker muy mala. u.u

No debería estar aquí cuando tengo otra historia en proceso, pero en serio necesitaba parar. Tenía un bloqueo horrible con Mágicos Momentos y llegó un punto en el que se me quitaron las ganas de seguir. Ya sé, con lo mucho que odio que otros dejen sus fanfics a medias, pero a fuerza ni los zapatos. En algún momento retomaré esa narración, sí, sin embargo tengo que renovarme, lo necesito porque ya me he ausentado demasiado y mi pasión por el Helsa sigue intacta.

So, tengo este pequeño proyecto que quiero tomarme con más calma. La intención es actualizar por aquí lunes y viernes, cosa que me esforzaré por cumplir. Los prompts van a ser variados, de momento estoy inspirándome en las tablas de la comunidad 30 vicios, aunque no descarto tomar ideas de algún otro sitio.

Tengan un feliz weekend, babys. ¡Nos vemos en un par de días!