Siempre que voy en su encuentro, rememoro lo que paso entre ese desconocido y yo esa noche, no puedo evitar que me tiemblen las piernas como si fueran e gelatina. No sé por qué mi mente, siempre insiste en rememorar ese noche y no otro de los que hemos pasado juntos.

FLASH BACK

Bajo mis boxérs con extrema lentitud, como si disfrutara de hacer esperar. Los boxers se deslizaron por todas mis piernas, cuando por fin los sacó, no pude evitar contener la respiración, y no había vuelta atrás, lo está haciendo con un desconocido. El extraño alejo de mi poca vista los boxérs y me dio vuelta suavemente para tenerme frente a frente. De manera algo sorpresiva y muy apasionada, tomo mis labios con los suyos y me beso demandante y posesivo tomando al mismo tiempo mi cintura, para después buscar la forma de entrometerse en mi blusa. Era ese tipo de beso, que no encuentras en cualquier muchacho cualquiera.

Tener a un hombre con tanta pasión como este hombre, no se da todos los días, lo cual creo que estaba jugándome en contra, perdiéndome más en el mar de sensaciones y pasión, haciendo totalmente inevitable que lo detuviera y tampoco es que lo quisiera hacer. Sentí sus manos en el borde mi sujetador y enseguida sus manos acariciando mis senos por encima del encaje de la prenda, lo cual me hizo gemir contra sus labios mientras mis brazos se apretaban sobre su cuello y mis manos apretaban una porción de su espalda. Que bueno que había poca luz y no se distinguía al 100, me hubiera dado mucha que se diera cuenta que mis bóxer eran de figuritas y el brasier era de un encaje seductor. Pero es que odio las tangas y los mejores brasieres siempre los ponen a juego con esos mini pedazos de tela.

Él desconocido gruño en mi boca y se separó lentamente de mis labios ¿Por qué lo hacía? Yo no quería que se separa o que dejara de besarme ¿Había hecho algo que lo molesto? O ¿Qué diablos le pasaba a este hombre? Sus manos se deslizaron fuera de mi blusa y se situaron en los botones, para mi sorpresa los desabrocho con salvajismo, pensé que los botones saldrian volando pero, no logre escuchar ningún ruido proveniente de estos, cuando la termino de quitar, aventó mi blusa lejos. Sus manos pronto se posaron de nuevo en mis senos (los cuales cabían perfectamente en sus enormes manos) gemí involuntariamente al sentirlo en mi cuello, mis manos volaron a su revoltoso y sedoso cabello. Sus besos bajaron por mi cuello, llegando a mis senos besando y lamiendo, sus manos se encargaron de quitarme el sujetador y de manera instintiva me tape a como pude. Siempre me dan algo de inseguridad que me vean sin nada de por medio.

-Más vale que quites las manos- sentencio ronca y sensualmente en mi oído, mientras me presionaba contra el árbol y apretaba mis caderas de manera posesiva.

Dentro de todo el tinte sensual que su tono tenía, percibí algo de enojo, así que opte por hacerle caso, en mi camino de quitar mis manos, lo bese ahora yo teniendo la iniciativa y mis manos llegaron a su camisa, casi desapercibidas. Quite su camisa de manera rápida (aunque me ayudo un poco, casi fue victoria mía). Al igual que él, la tire a pocos centímetros de donde estábamos apoyados en el árbol. En medio del beso, me restregué contra sus pectorales y mis pequeños pezones se erizaron ante el roce, gruño entre el beso y me acerco más a él. Bajo sus manos por mis caderas, apretando mis glúteos en su descenso, comenzaba a necesitar más y más de él. Me separe un poco y lleve mis manos hasta su pantalón, desabroche su cinto y fui bajando lentamente la cremallera; de un movimiento rápido quito mis manos y termino desnudarse rápidamente, al parecer no era la única que necesitaba más contacto. Si bien no podía ver su cara, si podía ver algunas partes de su cuerpo y al tenerlo tan cerca podía ver perfectamente su enorme y erecto pene, me sonroje, apuntaba directo hacía mí, ¿podía esto ser una invitación más directa? Yo no lo creo.

Me bajo la falda hasta dejarla en el suelo, y me tomo por los glúteos para cargarme y tenerme a su altura, enrede en automático mis piernas alrededor de su cintura, mis manos se sujetaron de su cuello, su pene hizo contacto directo con mi sexo y suspire lo deseaba ya, estaba muy ansiosa pero a la vez algo asustada por el tamaño de su pene, me beso desenfrenadamente mientras su amigo se abría paso entre mis pliegues para entrar de manera directa y descomunal en mí. Su tamaño era considerable y mi cuerpo lo resintió un poco, pude sentir algo de dolor y un intenso placer al sentirlo dentro de mí por completo.

-Eres tan suavecita y apretadita- me lanzo un gruñido ronco de excitación mientras besaba mi cuello. Se movía despacio, por lo cual agradecía mientras se iba el dolor de mi sistema, necesitaba acostumbrarme.

-Aaahhh- gemí fuerte en su oído, su vaivén me estaba llenando de placer.

-Eso gime para mí- su voz y aliento rozaban mi cuello mientras sus manos viajaban a través de mis piernas y apretaban mis muslos, saco su pene por completo de mí y tan rapdio como salió, entro llegando hasta lo más profundo de mi vagina, solté un gran gemido, mientras mi desconocido aumentaba con ímpetu el ritmo de sus envestidas; mi pulso y mis sentidos estaban a mil, considerando la situación y mi experiencia hasta el momento nunca me había encontrado en este estado de excitacion. Llámese morbo, abstinencia u otro.

Me encantaba esto, me hacía sentir llena y excitada, mis manos viajaban por su cabello sedoso y su ancha espalda, estiraba sus hebras sedosas de cabello y clavaba mis pequeñas uñas en su espalda. Sentía que estaba por tocar el cielo con las manos, mi cuerpo estaba al borde del abismo y cada vez se hacía más palpable mi orgasmo, cuando llegue mordí su hombro. El siguió un par de en vestidas, y cabalgando por sobre mi orgasmo y sentí como su pene se tensaba y después el líquido de su semen bañándome mis entrañas, estaba cálido y me hizo sentir de maravilla, mientras su gruñido me confirmaba que él había estado tan satisfecho como lo estaba yo.

Junto su frente con la mía y me beso lentamente la mejilla, dejando un rastro de su saliva gracias a sus besos húmedos, recorrió mi mandíbula y mi mejilla derecha al igual que había hecho con la izquierda y me beso de nuevo en la boca. Por los santos demonios, besaba tan bien que podía perderme en sus labios al igual que si callera en un abismo de placer; nunca había besado unos labios tan varoniles y carnosos a la vez, tan expertos y salvajes. Al finalizar el beso, salió lentamente de mi cuerpo, me sentí algo vacía, pero no me iba a poner a protestar como si fuera una cría. Me coloco en el suelo con cuidado y él chico en cuestión, fue pasándome mi ropa para que me vistiera, mientras el hacía lo mismo, esta experiencia probablemente fuera el mejor sexo de mi vida, cuando termine de vestirme lo mire, el se me acerco y me sentí, nerviosa de nuevo, el me paso una sudadera por encima de la cabeza y me abrazo, enseguida me cargo de forma nupcial y me sentí algo boba, ante su acción, su aliento choco de nuevo contra mi oído y lo sentí rozar mi oreja con su aliento al decir algo, pero no logre entender que fue lo que dijo y después todo se volvió negro.

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Al día siguiente desperté en mi habitación, en la universidad, pero algo era diferente, yo no llevaba nada de ropa, ni interior ni exterior, mi cuerpo estaba totalmente desnudo y solo llevaba la estúpida sudadera de la fraternidad de AKATSUKI o eso pensé, ya saben con el nombre dentro de la nuvesita roja y el contorno blanco tan característico de la fraternidad. Pero al verme en l espejo de cuerpo completo, no encontré una sudadera negra mucho más elegante que las de la fraternidad y con una especie de abanicos rojo con blanco, pero bordados en las mangas. Algo me llamo la atención en mi vista periférica. Vi una nota sobre la mesita de al lado de mi cama. Una caligrafía desconocida llamo mi atención aún más, de cierta manera me parecía ligeramente familiar y a la vez tan desconocida.

Lo de anoche fue absolutamente maravilloso, sobra decir que me interesa repetir, por lo cual te veo el próximo sábado a las 11:00pm en el viejo edificio que esta al final del campus de medicina. En una de las habitaciones del primer piso, llegando sabrás en cual.

P.D. Se puntual y no se lo comentes a nadie señorita apetecible… es nuestro secreto.

P.D. 2: si bien no tengo ninguna ETS, la pastilla del sía siguiente nos servirá.

Att. S.

FIN FLASH BACK

Por toda esa semana recuerdo haber dado mil vueltas a la posibilidad de ir en su encuentro o no. Recuerdo haber estado asustada por no haber usado protección, pero contra un embarazo use la píldora que él me dejó junto a la nota y contra las infecciones tome antirretovirales y solo me quedo quedarme asustada, hasta poder esperar el tiempo necesario para examinarme. Recuerdo haber odiado a Ino por pasarse la semana alardeando del gran tamaño de Itachi y de lo maravilloso que la había hecho sentir, además de lloriquear por haberla abandonado en la fiesta sin avisarle para ir donde su hermano.

Sin decir nada sobre mi encuentro mis propios demonios internos me carcomían de dudas, no le comente nada y los recuerdos me atacaban seguido. Finalmente me decidí después de interminables días de frustración, por ir la cita acordada, lo cual fue el principio de el desarrollo de una muy rara relación ocasional que se repetía sábado a sábado. Todo se basaba en notas que mi desconocido; misteriosamente iba dejando por mi vida, en ocasiones llegaba a creer que esas notas eran de algún pervertido de mi clase que disfrutaba jugando con mi mente. De seguro era alguno de los nerds feos que existían en el salón y que no soportaba muy bien.

Esta semana la nota había llegado hasta uno de mis libros sobre genética clásica, con un mensaje corto y vulgar, como llegaban ocasionalmente.

Este sábado tú, yo y tus delirantes gemidos a las 10:00pm en el lugar de siempre.

P.d. Usa encaje.

Att. S.

Por ese lado me tranquilizaba un poco, no conocía a nadie que su nombre o apellido comenzara con "S" y que perteneciera a Akatsuki. Al final de la semana estaba deseando que ese hombre me tocara, llegue sin demora al lugar de la cita y abrí la puerta con listones rosas en la chapa, lentamente para evitar los sonidos chirriantes de la puerta vieja, cuando cerré la puerta después de entrar, sentí sus manos en mi cadera, sentí sus manos recorrerme el cuerpo, adentrándose en mi pequeña blusa y deteniéndose en mi vientre y sus labios en mi cuello, tan solo temblé.

-Tan apetecible y nerviosa como la primera vez- me susurro con su ronca voz...

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¿Que les parecio? ¿les gusto?

un especial saludo a May que fue la única en comentar en el capítulo pasado. gracias a las personas que pusieron en favoritos o en seguir la historia, espero les guste, espero sus opiniones y saludos.