¿Cuánto tiempo había pasado?
No lo sabía
Pero esperaba que el tiempo pasara más rápido, quería ver a Harry, aunque fuera de lejos y él no notara su presencia.
Nunca se había dado cuanta de que el estaba ahí, siempre se ocultaba, siempre en las sombras. Había sido así desde su quinto año. Cuando le dijo a Harry que era mitad veela y lo había escogido como pareja.
Por supuesto que Harry lo rechazó, no esperaba otra cosa. Después de insistir por un tiempo se rindió. Pero su veela no podía dejarlo solo, así que comenzó a seguirlo en silencio para poder protegerlo.
Después de la guerra Harry se había convertido en un gran auror, pero siempre lo enviaban a misiones muy peligrosas, por eso se aseguraba cada vez que estaba en el hospital de ayudarlo, se colaba a su habitación y usaba su magia para sanarlo. Su veela era feliz con ese poco contacto que tenía al curarlo y su parte maga era feliz también. Lo único malo de todo eso era que ese contacto lo estaba matando lentamente. Al ser rechazado debió morir, pero se obligó a seguir adelante, el simple deseo de protegerlo era suficiente para mantenerse vivo.
Sintió una ráfaga de viento y el frío lo invadió, después de todo era invierno, usó una pequeña manta para taparse y con sus alas rodeó su cuerpo, evitando que sintiera más frío y se acurrucó en su cama.
Estaba por quedarse dormido de nuevo cuando su estómago gruñó, molesto se levantó y caminó hacia la cocina, la cual no estaba lejos.
Habían pasado años desde que vivía en aquel lugar y solo, después de la guerra sus padres habían sido enviados a Azkaban por 13 años y apenas habían pasado 5. Cuando su familia cayó perdió todo su orgullo y dignidad, incluso el ministerio le quitó la mayor parte de su fortuna.
Draco se había quedado solo y sin la fortuna que tenía, cuando todo el mundo mágico le dió la espalda, decidió dejar su casa y mudarse a una pequeña casa en medio de un bosque, la había ocultado con varios hechizos para impedir que lo vieran o molestaran.
No se quejaba, era un hogar bastante sencillo pero acogedor. Antes de dejar Malfoy Manor se había llevado solo algunas cosas y había dejado un hechizo de protección, para evitar que, en caso de que el ministerio o alguien más quisiera entrar. Algunos de sus elfos querían irse con él, pero Draco había decidido darles su libertad, los elfos que se rehusaron a irse se habían quedado en la mansión, cuidándola.
Draco entró en la cocina y al revisarla se dió cuenta que ya no había nada.
Tenía que salir por más comida, pero la idea de salir no le agradaba, ya había sufrido demasiados ataques durante esos años.
Decidió usar un encantamiento para cambiar el color de su cabello y vestimenta, escondió sus alas y se puso una pequeña gorra tapar su rostro. En cuanto salió de casa se apareció en un pequeño callejón cerca de un supermercado en el mundo muggle.
En cuanto entro fue hacia la sección de comida enlatada y tomó suficiente para no volver hasta el próximo mes, también agarró dulces, pues su parte veela las necesitaba para mantener fuerzas y para poder seguir usando su magia.
Cuando terminó fue a a formarse en una de las cajas para pagar, se entretuvo viendo como pasaban las personas delante de el cuando comenzó a sentir miedo y preocupación. Draco sabía lo que significaba, siempre su parte veela se lo hacía saber, pasaba casa vez que su pareja estaba en peligro o estaba muriendo.
El terror invadió todo su cuerpo y dejando de lado la comida salió corriendo del lugar hacia el callejón donde se apareció cerca del lugar donde le indicaba su lado veela.
Pudo sentir como su magia lo guiaba hacia donde debía estar su pareja, así que desplegó sus alas y voló hacia donde su instinto le indicaba que fuera sin importarle la nieve que caía. Sentía tanto miedo de no poder llegar a tiempo que olvidó lo más importante.
Su veela no era estable, tosió de una manera muy fuerte y pudo ver sangre en su mano, estuvo a punto de caer varias veces por lo débil que estaba y lo fuerte que estaba el viento, pero se forzó a continuar. Su pareja estaba en peligro y él tenía que salvarlo, aunque pusiera su vida en peligro.
Así eran los veela.
Cuando llegó al lugar indicado se ocultó en uno de los árboles. Pudo ver a Harry, Weasley y otros autores luchando, no sabía contra quienes, pero por lo que alcanzaba a ver eran muy buenos peleando. Pues ni Harry o Weasley habían podido derribarlos. Trato de ver más de cerca para saber lo que le había pasado a Harry que provocó que su veela se alterara tanto.
Buscó y buscó por todos lados hasta que por fin pudo verlo, Harry tenía una cortada muy grande en su abdomen, la cual sangraba bastante pero aún así Harry no cedía ante sus enemigos.
Sonrío. Ver a Harry de esa manera hacia que su corazón latiera más rápido.
Decidió acercarse más para poder ver mejor y en caso de ser necesario intervendría, al ser invierno y que el lugar estuviera repleto de nieve le hacía más fácil ocultarse. En cuanto logro ver con más claridad, noto que no eran magos cualquiera, eran mortífagos, los reconocía porque varios de ellos estuvieron en las reuniones con Voldemort. Supuso que eran de los que huyeron cuando terminó la guerra y eran perseguidos por el ministerio.
Veía como Harry parecía discutir algo con uno de los mortifagos, uno de ellos se preparaba para lanzar un hechizo, Draco lo reconoció en seguida. Lo había visto tantas veces siendo usado por Voldemort y su tía Bellatrix que le era imposible no reconocerlo.
No pudo evitar asustarse cuando vió que el Avada Kedavra impactó a uno de los autores que estaba al lado de Harry. Pudo ver como de nuevo el mortífagos se preparaba, pero esta vez, el hechizo iría dirigido a Harry.
Sin siquiera pensarlo salió de su escondiste y usando sus alas se impulsó para llegar hasta Harry.
Junto en el momento en que se colocó en frente de él su alas lo rodaron para protegerlo y el maleficio lo impactó.
Después... todo se volvió oscuro...
