Al caer la noche Blaise entró a la sala común de Slytherin y subió a los dormitorios dándose cuenta de que Draco no había regresado. Algunas veces, su amigo quería estar fuera de la vista de todos para disfrutar un poco de soledad y desaparecía por algunas horas, se volvió más frecuente en cuarto año durante los días previos a cada prueba del torneo. Durante el baile de navidad ocurrió algo que no tenía muy claro que provocó sus salidas diarias. Pero en cualquier ocasión siempre había una constante, Draco siempre volvía al anochecer, esta vez no había regresado.
Pansy entró a la sala común y encontró a Blaise sentado en uno de los sillones con una mirada pensativa, parecía estar muy dentro de sus pensamientos porque no se daba cuenta de su presencia.
—¿Ocurre algo?—preguntó.
—Draco no a vuelto.
—Tal vez solo quiere estar solo, no te preocupes tanto—. Sabía que no era la primera vez que Draco salía.
—Salió corriendo del castillo y... creo que no estaba bien—. Estuvo a punto de decir que creyó verlo llorar, sin embargo, no quería exagerar la situación y preocupar a Pansy innecesariamente.
Ambos se quedaron en silencio por un tiempo, Pansy se preocupó un poco, ya que en el pasado nunca había sucedido algo similar.
—¿Qué ocurrió antes de que se fuera? —Comenzó a creer que el cambio en los acontecimientos podría ser en parte por su culpa debido a su intervención.
—No lo sé, en los últimos días se iba en medio de la noche y cuando volvía parecía tener la mano herida, dijo que se lastimó durante su salida y que no era grave, pero nunca vi que lo tratara—. Blaise reveló los pequeños detalles que vio y que hicieron crecer su sospecha.
—Tal vez solo no quiere que nos preocupemos, además ¿a dónde más podría ir en medio de la noche sino al Blosque Prohibido? —Blaise no respondió, Pansy tampoco quería seguir profundizando el tema ni preocuparse de manera innecesaria. —Dejémoslo solo, si no vuelve mañana le informaremos al Profesor Snape.
Blaise asintió indicando su acuerdo, esperaba que no le hubiera pasado nada grave.
Al amanecer Blaise vio que la cama de su amigo estaba vacía y no tenía rastros de magia o algo que le pudiera indicar que había regresado a dormir. Era extraño que Draco se mantuviera fuera por toda una noche. No queriendo pensar de más continuó con su rutina y junto a su amiga fueron al Gran Comedor a desayunar. Hasta ese momento Pansy no había preguntado nada, Crabbe y Goyle parecía que ni siquiera se habían dado cuenta de la situación al estar tan concentrados en la comida (no había que ser un genio para saber que solo pensaban en eso).
Pansy notó la mirada de interrogación que Snape dirigía hacia la mesa de los Slytherins al notar que Draco no estaba. Como respuesta Pansy le dijo con la mirada que no sabía dónde estaba Draco, volteó a ver a Blaise, pero sin atreverse a decir algo impertinente al verlo tan sumido en sus pensamientos.
—Debemos informarle al Profesor Snape, Draco nunca ha hecho algo similar y no puedo evitar sentir que algo malo ocurrió—. Dijo Blaise después de un largo tiempo en que ninguno de los dos se había atrevido a pronunciar una palabra.
—También creo que algo debe haberle pasado. Yo le informaré al Profesor Snape, tu envía una carta a Lady Narcissa, con suerte Draco esté ahí—. Le respondió Pansy.
Por la tarde, a mitad de su clase de pociones Narcissa llegó al salón, ignorando todo a su alrededor caminó directamente hacia Snape, a quien le entregó un pergamino. Al terminar de leerlo Snape le devolvió el pergamino e hizo un llamado para que todos prestaran atención a lo que iba a decir.
—La señora Malfoy les hará unas preguntas, respondan de forma rápida y sincera ya que es un asunto importante—. Anunció.
—Para quienes no lo sepan, mi hijo desapareció ayer por la tarde y hasta ahora no tengo ninguna noticia de él—. Dijo sin paciencia. Algunos de los presentes soltaron exclamaciones de asombro e incredulidad, los Slytherins fueron quienes más impactó la noticia. —¿Alguno de ustedes sabe a dónde pudo haber ido o lo vio salir del castillo?
—Lo vi salir del castillo, pero no se a donde fue—dijo Blaise.
—¿Alguien más?
—Lo vi de lejos por la tarde, parecía huir de algo y creo que estaba herido, tenía una mano vendada—. Respondió uno de los Slytherin.
—¿Alguna otra información?
—No se veía bien—. Dijo Blaise después de dudar por unos segundos si debía decirlo.
Se produjo un silencio, la expresión de Narcissa cambió y su mirada se profundizó, nadie podía saber si estaba enojada o no. Agradeció a Snape por permitir un interrogatorio y a quienes le dieron información, se despidió y comenzó a caminar hacia la salida, cerca de la puerta percibió una magia familiar, giró la mirada encontrándose con Harry. Con lentitud comenzó a acercarse a él, había reconocido la magia al instante y tenía la intención de interrogarlo para saber por qué tenía la magia de Draco en él.
Harry no sabía que hacer o cómo reaccionar, la forma en la que Narcissa lo miraba era muy parecida a como lo había hecho en el pasado, antes de que lo asesinara. Un miedo inexplicable se apoderó de su cuerpo, teniendo que resistir el impulso de salir corriendo, extrañamente podira sentir ligeramente que Narcissa no podría dañarlo.
Snape notó enseguida que Narcissa había encontrado algo que la había enfadado tanto a tal punto de olvidarse de la situación, ese no era el lugar ni el momento para que perdiera la compostura. Así que solo podía apaciguar y prolongar todo.
—Señora Malfoy—habló para llamar la atención de Narcissa quién volteo a mirarlo—necesito hablar con usted más tarde, por favor vaya a mi oficina después de la cena—. Narcissa detuvo su caminar y asintió, miró por última vez a Harry antes de salir del salón.
El lugar volvió a quedar en silencio después de que Snape les ordenara continuar con su trabajo. Los murmullos y susurros no se hicieron esperar y se esparcieron por todo el salón, extrañamente, los dueños de aquellos sonidos eran los Slytherins, completamente extrañados, confundidos y preocupados por la repentina noticia de que Draco había desaparecido. Los Gryffindors se enfadaron al ver como Snape permitía los comentarios de los Slytherins sin decir una palabra para silenciarlos al fingir que no los veía.
Harry no podía evitar sentirse un tanto asustado al recordar la mirada que Narcissa le había dirigido antes de salir. Sabía que ella había descubierto algo y probablemente no estaba muy feliz con ese descubrimiento, nunca pudo descubrir cuáles eran sus verdaderos propósitos en el pasado, pero sabía que la mayoría estaban ligados a Draco y su deseo de protegerlo. Sintió como su magia lo asfixiaba ligeramente y regresaba a la normalidad en un tiempo tan corto que creyó haberlo imaginado, su conciencia y magia le jugaban una mala pasada haciéndolo sentir que las cosas que le había dicho a Draco no fueron correctas, después de todo no estaba haciendo nada malo y solo quería ayudar. Aunque Harry no lo necesitaba, nunca necesitó la ayuda de Draco.
Comenzó a pensar que debería dejar ir la culpa que sentía por el pasado, él no lo obligó a sacrificarse y tampoco le pidió su ayuda ¿por qué deberían culparlo de una muerte que él no provocó?
Pero a pesar de todo eso, por alguna razón se sentía triste y con un pequeño vacío en su magia, volteó a ver la herida provocada por la pluma de Umbridge, se había vuelto más dolorosa y difícil de soportar, creía que era más doloroso de lo que recordaba. Su tristeza cambió de forma repentina a enojo. Su ánimo siempre cambiaba a enojo cada de que enojaba, pero no le dio importancia.
•••
Cuando terminaron las clases Pansy y Blaise fueron al Gran Comedor para la cena, Pansy no podía dejar de pensar en todos los escenarios posibles que podían existir sobre la razón por la que su amigo podría haberse ido por tanto tiempo, quería conservar la idea de que era por su voluntad y no porque algo le hubiera pasado.
Al llegar al Gran Comedor ambos notaron el asunto extra que había en el lugar de los profesores, probablemente era para Narcissa, ya que Blaise no obtuvo una respuesta a su carta, en su lugar vieron a Narcissa ir directamente a Hogwarts para interrogar a los alumnos tratando de conseguir información de Draco.
Cuando todos los alumnos y profesores se encontraban en sus respectivos lugares, Dumbledore se levantó para dar un anuncio.
—Se que muchos se sienten confundidos respecto a lo que ocurrió por la tarde y tiene muchas preguntas al respecto. La señora Malfoy les informará sobre lo ocurrido, les pido su colaboración con este pequeño asunto ya que tiene que ver con la seguridad de-
Una pequeña risa casi imperceptible interrumpió el pequeño discurso de Dumbledore. No fue un sonido escandaloso o demasiado fuerte, pero logró escucharse en todo el Gran Comedor debido al silencio que se producía cuando Dumbledore hablaba.
Las miradas de todos se dirigieron hacia la persona que le había provocado gracia las palabras del director. No fue una sorpresa ni algo extraño que esa persona resultara ser Narcissa Malfoy.
Todos los alumnos se quedaron callados esperando la reacción de Dumbledore, sabían que la llegada de un Malfoy a Hogwarts era señal de que algo malo iba a pasar y no podían esperar a ver la reacción de Dumbledore ante la burla de Narcissa.
Harry no pudo evitar enfadarse al recordar todo lo que los Malfoy habían hecho para deshacerse y humillar a Dumbledore en el pasado. Cuando su mirada chocó con la de Narcissa por unos segundos su ira incrementó al recordar que ella había usado dos maleficios imperdonables en él, sin embargo, su magia cambió esos sentimientos.
Narcissa se levantó de su lugar caminando con su porte elegante tan característico de ella.
—¿La desaparición de un estudiante es un asunto pequeño? —dijo al momento en el que comenzó a caminar hacia Dumbledore.
—Señora Malfoy—respondió Dumbledore mientras se separaba levemente del podio. —Por supuesto que no es algo pequeño, pero no debe hacerse un escándalo innecesario.
—Fui informada a travéz del Profesor Snape que mi hijo había desaparecido, tú ni siquiera tuviste la decencia de buscarlo o informarme.
—Es por eso por lo que debe de informar sobre eso hoy a los alumnos, de esa manera obtendrá más ayuda en la búsqueda del joven Malfoy.
—¿De qué sirve que sea el director si ni siquiera prestas atención a los alumnos? Gracias a Merlín que el Profesor Snape me informó—. El tono que usaba era de disgusto y burla. —¿Es esa toda la atención que brindas a los estudiantes o acaso solo no te importan los Slytherins?
—Enviaré a alguien para que lo busquen de inmediato—. Respondió Dumbledore sin tomarle importancia a la provocación de Narcissa.
—No es necesario. No voy a decir por qué estoy aquí, cuando les pedí información sobre mi hijo dije lo que había ocurrido, no tengo nada más que decir al respecto—. En cada oración su voz se volvía más fría y llena de odio, parecía tener enfrente a la persona equivocada y no se contuvo en el tono lleno de desprecio que usó para hablar con Dumbledore.
El Gran Comedor volvió a ver en silencio, nadie se atrevía a enfrentarse a Narcissa o Dumbledore, ya que ambos tenían un respaldo que no se podía ignorar.
El sonido de una aparición cortó con el silencio incómodo que se formó, tanto alumnos como profesores se quedaron sin aliento al ver como alguien se había aparecido dentro de Hogwarts.
Harry miró en shock en dirección donde el sonido había surgido. Recordaba que nadie podía aparecerse dentro de los terrenos de Hogwarts, por muy poderoso que fueran, era imposible atravesar las barreras del castillo. Pero ahora veía como alguien pudo hacerlo. Para sorpresa de todos, quien se había aparecido fue un elfo que parecía tener unos papeles en las manos.