Harry sabía que no podía cambiar los sucesos del pasado a su conveniencia porque no sabía qué tipo de consecuencias que podrían generar el cambio. Pero al menos podría hacer que las cosas no fueran tan desastrosas como lo fueron en el pasado.
Por eso, al estar en Las Tres Escobas reuniéndose con otros estudiantes hizo de su discurso alto más elaborado y con mejor alentación para que se unieran más pronto.
No le agrada la idea de volver a pasar por todos los problemas que se derivaron de sus entrenamientos, pero sabía tenía que hacerlo para que pudieran deshacerse de Umbridge y que los estudiantes estuvieran mejor preparados para la guerra. Continuaron con sus reuniones hasta que lograron establecerse en La Sala de Menesteres. Donde Harry pudo profundizar el entrenamiento agregando hechizos y técnicas que había aprendido durante la guerra y sus años de Auror, sin que fuera algo demasiado obvio para los demás.
Algo extraño que notó estaba relacionado con Luna, al enseñarles a realizar un Patronus Luna se acercó a él y preguntó más a detalle sobre cómo enseñar un Patronus y cómo lograr hacer uno corpóreo, Harry le respondió con honestidad un tanto extrañado, aunque ese pensamiento no le duró mucho, después de todo Luna era extraña. No tenía que buscarle demasiada lógica a lo que ella hiciera.
En uno de los pocos días que podía estar solo caminaba por el lugar donde Luna se pasaba el tiempo alimentando Thestrals. De pronto, llegó a escuchar la voz de Luna mientras explicaba los pasos para crear un Patronus, corregía las posiciones y alentaba a tener un buen recuerdo. Harry quedo confundido porque nadie quería acercarse a Luna y eran pocos quienes la consideraban una amiga.
Aunque al principio creía que Luna estaba hablando con los Thestrals o alguna otra criatura, pudo distinguir momentáneamente una segunda voz, tratando de averiguar quién era la otra persona se acercó al área de donde provenía la voz de Luna, pero se detuvo al momento en que reconoció a la otra persona. Era la voz de Draco.
Confundido por el suceso se acercó aún más. Temió que Draco solo se estuviera aprovechando de Luna para que le revelara el lugar donde se escondía el E.D. para entregarlos a Umbridge. Sin embargo, esa posibilidad pronto la descartó. Él recordaba que había sido Marietta quien los delató para que sus padres no perdieran su trabajo en el Ministerio, además, Luna jamás traicionaría a sus amigos y podía saber cuándo alguien trataba de aprovecharse de ella. Por lo que no creía que fuera un asunto tan fácil.
—Esto no está funcionando. Olvídalo, es mejor si no lo aprendo—. Se quejó Draco.
—¿Cómo puede ser bueno no aprender a hacer un Patronus? —le reprochó Luna.
Harry dejó de caminar en cuanto pudo escuchar las palabras con claridad. Quedó sorprendido al saber que Luna le estaba enseñando a Draco el proceso de hacer u patronus. Eso explicaba su comportamiento cuando él se lo enseñó, parecía que desde antes ellos ya hablaban.
—De cualquier forma, no lo necesito, dejémoslo así Lovegood—. Le respondió sentándose en el suelo.
—¿Cuándo dejarás de llamarme Lovegood? Solo dime Luna, somos amigos ¿no?
—Lo siento, no puedo hacer eso. Si el resto de Hogwarts sabe que tú y yo somos amigos pensarán que te estoy manipulado o que eres una traidora.
—¿Por qué te importa tanto eso? —le preguntó Luna con tristeza. —No creo que necesites la aprobación de otros para considerar a alguien como tú amigo.
—Bien, supongamos que hacemos pública nuestra amistad—propuso Draco. —¿Qué crees que harán cuando se enteren? —Luna no respondió. —Te llamarán traidora, te harán a un lado, tratarán de sabotearte en todo lo que quieras hacer, te expulsarán de su equipo anti-Umbridge, te harán la vida tan insoportable tal y como se lo han hecho a los Slytherins por años. Yo no quiero eso para ti.
Luna no pudo decir nada, sabía cómo los demás veían a los Slytherins, principalmente a Draco, y no lo considera algo justo. Tenía que ocultar una amistad tan linda solo porque sus demás amigos lo considerarían una traición. Era ridículo.
Una traición, ¿a quién se supone que estaba traicionado?
¿Al E.D.? La mayoría no creían en el al principio.
¿A Dumbledore? Él no tenía nada que ver en eso.
¿A Hogwarts? Los Slytherins eran parte de Hogwarts.
¿A Ravenclaw? Sus propios compañeros de casa la evitaban y la llamaban rara.
¿A Harry? Ella sabía que si Harry llegara a ver la verdadera personalidad de Draco podrían llevarse bien.
Entonces ¿a quién exactamente estaba traicionando?
Luna no podía encontrar la respuesta.
Y Harry que había escuchado la conversación se encontraba más confundido. Había mucha diferencia entre el Draco que conoció y el Draco de ese tiempo.
Tenía esa sensación de que se estaba perdiendo de algo que era muy importante. Creía que era imposible que en el pasado no se hubiera dado cuenta de todo lo que ocurría con Draco sin que alguien se lo ocultara deliberadamente.
Con esa duda llegó al partido de Quidditch, donde jugaron contra Slytherin.
En cuanto anunciaron el inicio del partido, Harry no pudo concentrarse por completo y voló alrededor del campo sin un objetivo, hasta que se topó a Draco.
Draco había volado hasta estar justo frente a Harry, ambos se miraron sin decir nada o mostrar expresión alguna.
Harry observó a Draco buscando algún sentimiento o algo que le indicaba que Draco seguía siendo el mismo de antes, aquel Slytherin que no dejaba de molestarlo y que siempre lo miraba con desprecio y arrogancia. Para su sorpresa, lo único que encontró en su mirada fue el cariño y anhelo que sentía por él, en algún momento, que Harry ignoraba cuando do sucedió, esa mirada cambió por completo.
Y Harry esta vez era consciente de ello.
La snitch pasó volando en medio de ellos, Harry miró en dirección en la que volaba y sujetó con fuerza su escoba con la intención de perseguirla. Por alguna razón volteó a ver a Draco que también miraba la snitch, pero que volteó a verlo en cuanto sintió su mirada.
De nuevo sus ojos se encontraron provocando diferentes sentimientos en cada uno. Draco apartó la mirada al momento de dirigir su escoba en dirección a la snitch, Harry reaccionó un segundo después persiguiendo a Draco y la snitch.
Ambos volaban a gran velocidad alrededor de todo el campo tratando de conseguir su objetivo que cambiaba de dirección en todo momento.
Minutos después Harry atrapó la snitch, dando fin al partido. Por alguna razón buscó a Draco por los alrededores encontrándolo no muy lejos de donde él estaba, su expresión era diferente a lo que Harry recordaba. Draco lo miraba con una gran tranquilidad en la que podía reflejarse tristeza.
Harry no supo interpretar su expresión, lucía como alguien que no dejaba de buscar algo importante que había perdido aun cuando sabía que nunca lo encontraría. Harry tuvo un dolor en el pecho cuando notó que Draco parecía que había tomado una decisión en silencio, tuvo la sensación de que estaba perdiendo algo importante, pero no sabía que era lo que estaba perdiendo.
Draco lo miró durante unos segundos más antes de alejarse y descender para encontrarse con su equipo. Harry hizo lo mismo sin apartar tanto la mirada de él.
En el momento en que Harry llegó al piso fue rodeado de sus compañeros y amigos que no dejaban de felicitarlo, unos segundos después observó como Crabbe y Goyle se acercaban a ellos junto con el resto del equipo de Slytherin.
En ese momento Harry recordó lo que había ocurrido en ese partido.
Los hechos ocurrieron tal y como recordaba, pero esta vez quienes iniciaron los insultos fueron Crabbe y Goyle. No pudieron soportar perder y comenzaron a insultarlos.
—Crabbe, Goyle. Es suficiente—. Ordenó Draco que se encontraba detrás de sus compañeros.
—¿Qué te pasa Draco? ¿Acaso los estás defendiendo? —le reclamó el capitán del equipo.
Draco miró a Harry por un momento antes de responder.
—¿Acaso les reproche que estaban mal? Solo dije que era suficiente. Son ellos los que no pueden soportar la verdad—le respondió Draco con el mismo tono de desprecio y arrogancia que lo caracterizaban. —No es mi problema lo que les digas.
Al escucharlo los Slytherins comenzaron a molestarlos de nuevo hasta que Fred y George no pudieron aguantarse más y se abalanzaron contra los Slytherins. Draco intervino quitándonos de encima de sus compañeros, Harry se enojó al recordar que esos insultos fueron los mismos que en el pasado, aunque fueron pronunciados por otras personas, no cambiaba el hecho, así que también intervino. Para evitar que Draco ayudara a sus compañeros se abalanzó sobre él y comenzaron a pelear.
Draco fue tomado por sorpresa, haciendo que casi cayera al suelo, en cuanto percibió el aroma familiar dejó de luchar. Harry no le hizo gran daño, pero fue separado por Crabbe y Goyle, sin darle oportunidad de acercarse a Draco de nuevo. Harry seguía enfadado y solo volteó a ver quién lo tenía sujetado. Volteó a ver a Draco que se encontraba sentado en el suelo y con la cabeza agachada.
Entonces Harry fue consciente de lo que había hecho. Draco levantó la vista para mirarlo. Sus ojos reflejaban frustración.
Draco estaba enojado.
Harry lo conocía, sabía que Draco era una persona orgullosa que odiaba ser ridiculizado. Y en ese momento fue humillado, no solo por él, también los gemelos y Ron.
El resto de sus compañeros ayudaron a Draco a ponerse de pie mientras él limpiaba la poca sangre que salía de su labio por uno de los golpes que Harry hizo. Pero para sorpresa de todos, Draco no hizo ni dijo nada, simplemente tomó su escoba y se fue del campo.
Crabbe y Goyle soltaron a Harry, tomaron sus escobas y junto con el resto del equipo se fueron.
Harry se quedó aún más confundido, así no es como sucedió en el pasado. Además, en el momento en que golpeó a Draco fue como si algo más lo controlara, como si ese algo solo funcionara cuando está cerca de Draco.
•••
Draco fue directo a los vestidores, dejó su escoba y se dirigió a la sala común después de cambiarse de ropa.
—¿Qué tal el entre-? ¿Qué te pasó? —Blaise se sorprendió al ver entrar a Draco con el labio roto y unos cuantos golpes en el rostro.
Pansy levantó la vista de su libro sólo para seguramente de que no fuera nada grave y volvió a retomar su lectura.
—Tuvimos un enfrentamiento con los Gryffindors después del partido, no es ninguna novedad—. Dijo Draco con tranquilidad.
—Sé que no es novedad, pero sería mejor que vayas a la enfermería
—No es necesario, tampoco es nada serio. Bastará con un hechizo de curación—Draco tomó su varita caminando en dirección a su dormitorio.
—No lo digo solo por eso, sabes que estas enfermando.
Draco no le respondió, solo miró a Blaise por unos momentos antes de subir a su habitación con la intención de permanecer ahí por el resto del día. Blaise comprendió esa acción como una señal de que no quería ser molestado.
Blaise suspiró en resignación.
—¿Llegará el día en que su orgullo le permita pedir ayuda?
—Yo he perdido la esperanza—le dijo Pansy.
—¿Qué es lo que haremos? Cada día empeora.
—No podemos hacer mucho, solo obligarlos a ir a la enfermería de vez en cuando y mantener informada a Lady Narcissa de cualquier cambio—. Respondió sin apartar la vista de su libro.
—Creí que habíamos acordado ayudarlo con Potter.
—Jaja, ¿en verdad creíste eso? —se burló Pansy después de reírse un poco. —Solo lo dije para evitar que quisiera matarse.
—Es más cruel darle un poco de esperanza y luego arrebatársela.
—Es mejor a que quiera matarse cada que su lado veela se hace presente. Y Potter no parece querer cooperar.
Blaise no dijo nada más y Pansy se concentró aún más en su lectura.
Pronto Umbridge descubriría el lugar de reunión de Potter y sus amigos, entonces ella integraría obligar a Potter a hablar y él junto con Greanger la engañarían para poder deshacerse de ella.
En el tiempo que ellos alejaron a Umbridge de Hogwarts, Draco tuvo un ataque que le provocó una gran pérdida de sangre que casi lo mata. Pansy buscaba en el libro una forma de poder ayudarlo durante ese ataque.
Pero la única solución que encontró era hacer que Potter le traspasara magia, y eso era algo que nunca sucedería.
•••
Draco se quedó sentado sobre su cama después de aplicar hechizos de curación y quitar cualquier rastro de golpes. Se quedó mirando el vacío dentro de la habitación mientras recordaba lo sucedido después del partido.
Sus esperanzas habían sido destrozadas en el momento que Harry lo había golpeado.
Creyó que tendría una oportunidad gracias a que si relación ya no parecía tan mala. Harry ya no lo miraba con odio y él dejó de molestarlo. Fueron pocos días los que se mostró de esa manera, paro sintió que Harry lo veía de forma diferente. Hasta ese momento, donde solo había dicho palabras al aire.
Draco pensó que ya era el momento de que se rindiera en serio.
Luchó como pudo para lograr un pequeño avance, pero si Harry no lo quería nunca llegaría a ningún lado.
Draco sintió un fuerte dolor en su pecho que le provo un repentino ataque de tos, fue algo tan fuerte que le hizo caer sobre su cama, unos segundos después la tos se detuvo y volvió a respirar, sus ojos lloraban y tenía la vista nublada a la vez que se sujetaba el pecho tratando de recuperarse.
Miró las sábanas de su cama y vio una pequeña mancha de sangre. Draco se sorprendió por un momento, pudo entenderlo. Hasta ese momento no se había rendido por completo con Harry, ahora que lo había aceptado su veela se estaba "muriendo".
