Finalmente, volviendo a escribir para el fandom de Digimon, y qué mejor que aprovechar el Mimato Week 2022. Pensaba en intentar en inglés, pero soy muy mala aún. No volví a ver Digimon, ni el clásico, Tri, Kizuna o el 2020, así que ésto estará basado en mis recuerdos y nostalgia, así que de a poco revisaré los fanfics que dejé colgadísima.
Día 1º: Soulmates / Stars.
Palabras: 678.
Canción de referencia: Soulmate de Mac Miller.
Disclaimer: Claramente Digimon no me pertenece, lo que hubiera hecho de serlo.
Yamato abrió el libro en la página marcada, su semblante se veía relajado, con los auriculares puestos para así alejar a curiosos que se le acercaban, encerrándose. Había comenzado a interesarse por la astronomía hacía tiempo, aunque no recordaba con exactitud cómo es que terminó decantándose por ésta.
Cuando en su espalda todavía cargaba el estuche con su bajo. Sin desprenderse de éste. La banda, su bajo, la música misma había sido una parte importante para él, la amalgama de silbidos en su armónica en noches solitarias y otras no tanto. Cuando decidió mostrarse ante el público.
En su mundo, caminó. No fue consciente que había rodeado un pequeño cuerpo que trajo su atención cuando apenas alzó la mirada. Una cabeza de largos rizos castaños, casi miel con pequeñas estrellas decoradas. En sintonía con lo que él estaba leyendo. Se quitó uno de los auriculares, cayendo en cuenta que cantaba muy bajito. Tan bajito como si le susurrase en el oído, sólo para él.a
Y cayó en cuenta que aquella melodía la había escuchado algunas veces de su propia boca, cuando a veces él tocaba su armónica de acompañamiento cuando se juntaban entre todos.
Su mano, torpe y temerosa tocó su hombro, sintiéndolo pequeño entre sus alargados dedos, y fue entonces que ella dando un pequeño respingo se volteó para encararlo.
—¿Disculpa? —ella le sonrió, y Yamato tragó saliva, ¿no lo recordaba?
—N-No, nada —y sintió de pronto, sus mejillas arder, ¿cómo había sucedido aquello? Mentalmente se golpeó el rostro y volcó su atención a la chica—. Soy Yamato, el hermano de Takeru.
Y entonces fue el turno de ella de sentir bochorno, lo que le hizo sonreír por lo bajo.
—¡Tundra, eres tú! —sintió un tic en su ojo ante el apodo, pero se contuvo de corregir—, ¡Lo siento! Creo que tengo la cabeza en las nubes.
Somos dos, quiso decir, pero se silenció nuevamente y decidió retomar la palabra.
—No creí que volverías tan pronto.
Ella por su parte asintió, sin tomar a mal las palabras del rubio, rió luego por lo bajo.
—¡Ni yo! Pero a mis papás les dio nostalgia por volver, creo que nunca se adaptaron por completo a Estados Unidos. A mí me costó un poco más, no quería dejar a mis nuevos amigos.
Yamato sonrió levemente, en otra circunstancias hubiera dicho "¿y nosotros?" Pero había dejado atrás ese lado suyo, ofendido. Cerró finalmente el libro qué llevaba en sus manos y luego, acomodó mejor sus auriculares, la música seguía sonando: "When the stereo plays our songs, sounds so clear. Baby, where'd you go? What's so wrong? I'm right here…"
—¡Me encanta esa canción! —la chica alzó su voz, ganando así una reprimenda de la bibliotecaria—, ¡lo siento! —susurró bajo.
—¿En serio? —la miró fijamente, para luego reír—, Tachikawa me estás sorprendiendo.
—Eso es porque soy multifacética, Tundra —la chica rió entonces y luego le tomó por el antebrazo—, ven. Déjame escuchar más y te invito un café.
—¿Desde cuándo las princesas invitan a los tundra? —divertido, vio cómo esas estrellas danzaban al compás de los movimientos de la melena castaña.
—¿Ya te dije que soy multifacética, no? —lució una orgullosa sonrisa. El rubio rodó los ojos, pero manteniendo su sonrisa.
—Por cierto, ¿qué hacías en la biblioteca? —y él se dejó arrastrar. Acomodó con torpeza su estuche y cargó con el libro entre manos, ya habiendo encargado el mismo para llevarlo.
—¡Ya te contaré cuando te invite al café! —y ella se giró, llevando su dedo índice a sus labios, acompañado el gesto con un guiño—. ¡Es que tú no te enteras de nada! —y finalmente elevó su estridente voz cuando los rayos de sol impactaron su cuerpo, las estrellas de su cabello brillaron, y pareció estar hecha de miel.
Una media sonrisa decoró su expresión mientras la seguía de cerca, seguramente la castaña deseaba ser algo así como una "súper estrella famosa", sobre un escenario. Sí, podía ver a Tachikawa como aquel cuerpo celeste que ejercía atracción hacía ella, y él sin caer en cuenta, estaba orbitando cerca suyo.
Notas de la Autora:
Espero poder cumplir con los 7 días, necesito que los astros me acompañen, gracias a los que me lean y miles de gracias más a los que me dejen reviews.
