Y he aquí el segundo día, segundo capítulo. Espero que les guste.
Día 2º: Overprotective / Childhood.
Palabras: 307.
Disclaimer: Digimon no es de mi autoría.
La vio temblar, arrodillada mientras oraba aquellas tumbas. A su lado, su amiga la consolaba.
—¿Sigue llorando? —manos en los bolsillos y su esquiva mirada hacia su amigo, como si buscara otra respuesta que se diferenciaba a lo que veía.
—Sï —la voz trémula y distinta era ajena a su dueño, y entonces, Yamato se dio cuenta de forma tan abstracta que aquella escena, aquellos sentimientos que sentía y recibía de forma recíproca, eran reales.
Vio a Sora alejarse para ir en dirección a su hermano menor y a Hikari y, entonces él se acercó a ella, su mirada se fijó unos segundos en su hermanito y sonrió más confiado, ya sentía que no debía ser el hermano sobreprotector y eso le hizo sentir más seguro y orgulloso de él. Luego, su mirada azul se posó en aquel cabello suelto de dulces cascadas que formaban rizos claros, temblando.
—Pensaba que era el único que no podía olvidarlos.
Mimi entonces levantó su mirada a él, con sus manos todavía juntas. Yamato se sentó a su lado e imitó sus gestos. De forma torpe, la niña se limpió las lágrimas, él en cambio sonrió, de forma comprensiva.
—Sé que como amigo he dejado mucho que desear—una voz ronca, muy poco propia de un niño se oyó—, pero quiero que me importen, quiero recordarlos bien.
—¿Hasta cuándo seguiremos peleando? No quiero perder más amigos —la voz de la niña, aguda y temblorosa se alzó.
—Si no peleamos… más amigos perderemos, Mimi.
La chica giró su rostro para verle.
—Me llamaste por mi nombre —era la primera vez que le oía decir su nombre, y se sintió distinto.
—Princesa está reservado para Tai, así lo decretó él—y el niño alzó su mano, compartiendo un secreto con ella, guiñando su ojo.
Y la niña, con lágrimas en sus ojos, rió.
—Gracias, Yamato.
Notas de la Autora:
Tengo miedo, quedó corto y el día tercero y cuarto no los terminé.
