Capítulo 2.- En el camino de la mentira.
Taro Misaki estaba inexplicablemente feliz, y no sabía por qué. Bueno, sí lo sabía, pero no lo quería decir...
El motivo, se llamaba Alisse Farfán. Había conocido a la chica apenas un día antes, pero ya le gustaba, y eso era un problema... La noche anterior en el bar, después de charlar un rato, Taro invitó a Alisse a bailar.
¿Quieres bailar con alguien que resulta odiosa?.- preguntó Alisse, riendo.
Podría aguantarme.- sonrió Taro, bromeando.
Qué simpático.
Yo siempre.
Sin embargo, Alisse había aceptado la proposición de Taro y al poco rato ambos se encontraban incendiando la pista de baile. Era increíble, Misaki se veía muy dulce pero vaya que sabía como moverse en la pista. El joven causaba sensación y la admiración de las chicas que estaban junto a él. Alisse por un momento se sintió feliz de saber que ella estaba con él.
Oye, Misaki, sé que estás feliz de la vida y no quiero interrumpirte, pero será mejor que nos vayamos.- el amigo de Taro llegó a interrumpirlos después de un buen rato.
¿Algún problema?.- quiso saber él.
Wakashimazu se ha marchado, y algo me dice que voy a matarlo.- Genzo frunció el entrecejo.
Bueno, pues ve y mátalo.- replicó Taro.- ¿No necesitas ayuda o sí?
Ya es tarde, y van a estar preguntando por ti.- contradijo Genzo.
Ya, entendí.- Misaki puso cara de "cállate o te rompo la cara".
¿Qué, tu amigo tiene a otra qué rechazar?.- se burló Alisse.
Ah, la encantadora chica de hace rato.- bufó Genzo.- Creí que dijiste que era odiosa, Misaki.
Sí, lo dije.- Taro frunció el entrecejo, tenía ganas de colgar a Wakabayashi.- Pero estaba en un error. Alisse es increíble.
La chilena se puso colorada, pero el portero frunció el entrecejo. Dio la impresión de qu iba a decir algo, pero se contuvo.
Vámonos, Misaki.- repitió Genzo.- Ahora.
Ya, amargado.- suspiró Taro.- No dejas ni que me divierta un rato...
Ya fue suficiente diversión por hoy.- replicó Wakabayashi.- No se ofenda, señorita.
No lo hago.- Alisse decidió que Genzo era un tarado.
Genzo divisó algo a lo lejos y se distrajo. Misaki siguió su mirada y vio a Lily charlando con su galán de esa noche. Taro le vio a su amigo toda la intención pintada en el rostro.
Misaki, te veo afuera.- dijo Genzo.- Voy a buscar a Wakashimazu.
Sí, claro.- sonrió Taro.- Diviértete.
Wakabayashi se fue tras Lily, la cual ya había salido del antro con su galán. Misaki miró entonces a Alisse con cara de disculpa.
Lo siento.- se disculpó.- Wakabayashi suele ser algo... Eh...
¿Idiota?.- aventuró Alisse.
Sí, a veces.- rió Taro.- Se va a casar, y creo que eso lo tiene algo perturbado...
¿Se va a casar?.- se sorprendió Alisse.- Pobre de la tonta que caiga con él.
(¡Ouch! Golpe bajo, Farfán XD).
Sí, bueno.- Taro soltó una carcajada.- Como sea, se va a casar pronto, en Marsella. Y bueno, si quieres ir...
¿Ir a la boda de tu amigo?.- cuestionó Alisse.- ¿Yo sola?
Bueno, puedes ir conmigo.- Misaki sonrió pícaramente.- Si te interesa y no tienes nada mejor que hacer claro... La boda será en la catedral, este próximo sábado.
Ya.- asintió Alisse.- Bueno, no sé, tendría que pensarlo...
Misaki.- Ken llegó en esos momentos.- ¿Has visto a Wakabayashi?
Fue a buscarte.- respondió Taro.
Me lo imaginaba... .- suspiró el greñudo lavacoches.- Algo me dice que me va a querer matar...
Misaki entendió que algo no andaba bien ahí, así que no le quedó más remedio que irse con su amigo.
Bueno, nos vemos.- sonrió Taro.- Espero que sea pronto.
Yo también lo espero.- rió Alisse.
Taro le guiñó el ojo y se fue con Ken. Después de un rato, los dos jóvenes se toparon con Wakabayashi, el cual estaba doblemente enojado, primero por lo que aparentemente Ken había hecho con su prima y segundo porque Lily se le había escapado al portero. Sea como fuere, Misaki había pasado un muy buen rato, y eso había sido gracias a Alisse Farfán.
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Lily estaba enfurrruñada. Paola lo había vuelto a hacer de las suyas y había llevado a otro hombre al departamento. Y aunque esa vez no hicieron ruido, Lily estaba enojada porque el sujeto en cuestión se había acabado el agua caliente al bañarse.
"Devuélvele el golpe", había sido, más o menos, el consejo de Alisse, y Lily supo cuál era la manera correcta de regresarle la jugada a Paola... A su amiga se le quitarían las ganas de dejar salir desnudos a sus novios.
Paola estaba sirviéndole café a su invitado, un tanto molesta. De buena gana, le habría echado cianuro en vez de azúcar, lástima que no tenía cianuro.
Te pasaste, de verdad.- gruñó el joven, el cual traía puesta una gorra roja.
¿Por qué?.- protestó Paola.- Ya soy adulta y me sé cuidar sola, ¿sabes?
Eso no lo parece.- negó el hombre, el cual no era otro que Genzo.- ¿Te imaginas lo que pudo haber sucedido?
Bah, no exageres.- replicó Paola.- Hablas como si hubiera hecho algo tremendamente peligroso.
Primero Schneider, después Wakashimazu.- insistió Genzo.- ¿En qué rayos estás pensando? ¿No tuviste suficiente con lo que Schneider te hizo?
Precisamente porque Karl se comportó como idiota fue que hice lo que hice.- replicó Paola.- Además, ya te dije. ¿A ti que te importa? Es mi vida.
Sí, pero tú eres mi... .- comenzó a decir el muchacho, pero se interrumpió bruscamente.
Paola se dio cuenta de que Genzo se había quedado con la boca abierta. Ella volteó a ver lo que tanto le había llamado la atención a su compañero y se dio cuenta de que Lily había salido de su habitación, completamente desnuda...
¡Lily!.- gritó Paola, escandalizada.- ¿Qué crees que haces?
¿Qué creo que hago de qué?.- replicó la mexicana, sin una pizca de vergüenza.
Lily llegó a la cocina y abrió la puerta del refrigerador, sacó una botella de jugo y se sirvió un poco en un vaso. Genzo no le podía quitar la mirada de encima.
¿Te has dado cuenta de que se te olvidó ponerte la ropa?.- Paola ya estaba colorada de la vergüenza.
Sí, ¿y qué tiene eso de malo?.- Lily se encogió de hombros.- Estoy en mi departamento. Puedo andar como quiero, ¿no?
Eso es cierto.- musitó Genzo.
Paola le lanzó una mirada de reproche. Lily se tomó el jugo con toda la calma del mundo y después lavó el vaso y volvió a su habitación. Genzo de plano ya no podía articular palabra, se le había secado la boca.
No sabía que vivías con tan buenas compañeras.- murmuró él, una vez que Lily cerró la puerta del cuarto.
Qué gracioso.- gruñó Paola.- Pervertido. ¿Por qué no cerraste los ojos?
No se me ocurrió.- Genzo estaba colorado a más no poder.
Mira tú.- gruñó Paola.- Tengo que hablar con esa mujer...
¿Y cómo se llama, por cierto?.- Genzo quiso sonar desinteresado, pero eso ya resultaba imposible.
¿Lady Godiva?.- gruñó Paola.- Pues no te lo diré.
¿Por qué no?.- protestó Genzo.
Porque muy seguramente, la quieres para que sea otra de tus conquistas.- gruñó Paola.
Ah, entonces tú sí puedes andar con mis amigos pero yo no puedo salir con las tuyas.- protestó Genzo.
Bah, Ken ni siquiera es tu amigo.- replicó Paola.
Así pues, mientras estos dos discutían, Lily en su habitación cantaba victoria. Le había dado a Paola una lección que no olvidaría, al salir desnuda frente a su nueva conquista le estaba dando a entender que si no cuidaba más a sus novios, los correría del departamento por las buenas o por las malas.
El único problema era que Genzo no era la nueva conquista de Paola, aunque Lily no habría de saberlo sino hasta después...
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Alisse estaba en un balcón en una mansión enorme y lujosa que tenía vista hacia la Torre Eiffel. La chica usaba un vaporoso camisón de encaje, y un hombre musculoso y sin camisa llegó a abrazarla por detrás (jajaja, me paso XD).
¿Por qué te levantaste, mi amor?.- preguntó Taro, besándola fugazmente en el cuello.
Quería tomar un poco de aire fresco.- sonrió Alisse, dejándose querer por Misaki.
¿Para qué quieres aire fresco? Mis besos son lo único que necesitas.- replicó Taro.- Te daré tanto amor que no necesitarás de ninguna otra cosa...
¿No te has cansado?.- preguntó ella.- Tuvimos una larga noche...
Nunca me cansaría de amarte, querida.- replicó Taro.- Seré tu amante insaciable...
(Jajaja, qué jalada de la neurona XD).
Alisse se dio la vuelta y besó a Taro en la boca. Él la abrazó por la cintura y le acarició la espalda.
Vamos nuevamente a la cama.- murmuró Taro.- Después de eso, te llevaré a comer pastel sin calorías.
Ésos saben horrible.- gruñó Alisse.
Los que yo te preparé, no.- replicó Taro.- Hice que le pusieran sabor sin calorías, solo para ti.
¿En verdad hiciste eso?
Sí. Todo por mi amor...
Alisse y Taro se volvieron a besar y se dejaron caer sobre la cama...
La alarma del reloj sonó, y Alisse se despertó, sobresaltada. Al parecer, todo había sido un sueño... Un tanto desilusionada y muy sorprendida, ella suspiró.
De que tengo sueños idiotas, los tengo.- musitó Alisse.
Pero la cuestión estaba en: ¿Por qué había soñado eso ella? Taro le había agradado mucho, al principio había pensado que era un baboso cualquiera, pero después que lo conoció se dio cuenta de que era un muchacho muy simpático y muy dulce...
Deja pensar idioteces, Farfán.- se reprochó Alisse.- Solo fue un encuentro de una noche, ¿qué te dice que vas a volverlo a ver?
Y sin embargo, Taro le había dado una pista. Su amigo iba a casarse en Marsella en unos cuantos días, en la catedral, lo que abría una posibilidad de volverlo a ver... Aunque quizás Misaki lo dijo solo por compromiso...
Bueno, no lo sabré si no lo intento.- comentó Alisse, en voz alta.
Sin embargo, ella sabía muy bien que no se animaría a ir hasta Marsella solo para volver a ver a un hombre...
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Ken y Taro estaban desayunando pizza (hombres tenían que ser) cuando Genzo hizo acto de presencia. El portero traía una cara de baboso que no podía con ella.
¿Quieres pizza?.- invitó Taro.
No, gracias.- negó Genzo.- No tengo hambre.
Taro y Ken se miraron el uno al otro, sorprendidos. A Wakabayashi le encantaba la pizza.
¿Te sientes bien?.- preguntó Ken.
No lo sé.- admitió Genzo.- Tuve la visión más hermosa que he visto en mi vida...
¿De qué hablas?.- quiso saber Misaki.
De nada.- Genzo pareció volver a la realidad.
¿Ya no tienes ganas de matarme?.- aventuró Ken.
Pues, realmente sí.- respondió Genzo.- Pero creo que hoy no lo haré...
En serio, ¿qué fue lo que te pasó, Wakabayashi?.- Taro no salía de su asombro.
Nada que les importe.- replicó Genzo.- En fin...
Después de un rato, Genzo se sentó a comer pizza, aunque seguía distraído. Parecía estar en otro mundo...
Como sea.- gruñó Ken.- ¿Ya estás listo para el sábado, Misaki?
No realmente.- admitió Taro.- Pero creo que eso es lo de menos...
Eso, amigo, es lo de más.- replicó Genzo, volviendo a la Tierra.- No vas a ir a comprar camotes, te vas a...
Ya sé, no me lo digas.- cortó Taro, de mal humor.- Es que siento que pasó muy rápido el tiempo, es todo.
¿Esperabas que ese día no llegara nunca?.- cuestionó Ken.
No es eso, es solo que... .- Taro no pudo decir nada coherente o que no sonara tan desgraciado.
Bueno, pues aun estás a tiempo de arrepentirte.- comentó Genzo.
No es para tanto.- negó Misaki.- Eso creo...
Ninguno de los tres dijo nada por un buen rato. Genzo miró a Ken y por un momento recordó lo que él había hecho.
Por cierto, aun tenemos pendiente lo que le hiciste a Paola.- gruñó Genzo.
Ah, ya lo recordaste.- suspiró Ken.- ¿No puedes volver a recordar lo que viste antes de llegar aquí y que te tiene en otro mundo?
Ah, no sería mala idea, pero de cualquier manera, debo proteger a Paola.- replicó Genzo.
Hablas como si la hubiera secuestrado o planeara hacerlo.- gruñó Ken.
Taro suspiró, perdido en sus propios pensamientos. Una vez más, pensó a Alisse y se preguntó si algún día la volvería a ver...
Lo que sí, parte de él se sintió mal, porque terminó por darle una mentira, una gran mentira, a la chica a la que había conocido un día antes. Sin embargo, hasta cierto punto la mentira estaba justificada, aunque Misaki no se sintió conforme con esa explicación. Por un momento, Taro pensó en Azumi Hayakawa, mujer a la que se suponía que él amaba.
Sin embargo, si eso era cierto, ¿por qué demonios Taro no podía dejar de pensar en Alisse?
Notas:
Jajaja, como que en los últimos fics, a Genzo le ha dado por conocer a Lily sin ropa desde el comienzo XD.