Mi dulce tormento.

Capítulo 8. Trapos y garabatos.

Lily estacionó el coche frente a una tienda de ropa que per se, resultaba un tanto cuanto sui generis. Sí, ya, qué jalada. El caso es ese, se estacionaron frente a una tienda de ropa y Alisse gruñó.

Caramba, pareciera que aquí compra su ropa Lola la Trailera.- comentó Lily, divertida.

¿Quién es esa?.- gruñó Alisse.

Se nota que no conoces nada sobre el cine mexicano.- suspiró Lily.

No, pero podría decirte que esta ropa bien le quedaría a Fran Drescher.- musitó Alisse.

Debe haber algo decente que ponerse.- replicó Lily, volviendo a ponerse la ropa.- ¿Vamos?

Ya qué. Supongo que no hay ninguna tienda Chanel por estos rumbos... .- suspiró Alisse.

Yaaaa, bájale, Liss.- Lily se rió con muchas ganas.

Ambas chicas entraron en la tienda y las recibió una mujer risueña y regordeta cuyo cabello era poco menos que naranja zanahoria.

Bienvenidas a mi tienda, queridas.- sonrió la mujer.- ¿Puedo ayudarlas en algo?

Buscamos algo decente para una boda, si es que tiene.- respondió Alisse, muy seria.

Buscamos algo para una boda de día.- dijo Lily, dándole un codazo a su amiga.- Espero que nos pueda ayudar.

Tengo unos modelitos preciosos que les encantarán.- dijo la mujer, muy entusiasmada.- Se verán monísimas con ellos.

Alisse levantó las cejas. ¿Monísimas? No era precisamente ésa la palabra que ella buscaba para verse el día en que iba a reunirse con Taro. La chilena se imaginó vestida de chango con un plátano en la mano y haciendo monadas para que Taro la mirara. Ella movió la cabeza de un lado a otro para despejar la imagen.

¿Te pasa algo?.- preguntó Lily.

Nada.- negó Alisse.

Las chicas fueron conducidas por la dueña hasta la zona de la "ropa elegante", y las dos se quedaron con cara de "What?". Los dichosos modelos elegantes eran dignos de una boda que fuera a realizarse en un granero.

Esta ropa podría quedarle a Paquita la del Barrio.- musitó Lily.

¿Quién?.- se sorprendió Alisse.

Ya, se me olvida que no eres mexicana.- suspiró Lily.- Como sea, ni loca voy a ponerme esto...

Yo menos.- protestó Alisse.- No quiero que Taro me vea y piense que le habló a una cabaretera.

¿Encontraron algo que les guste.- preguntó la dueña, sonriente.

Eh, no realmente... .- contestó Lily.- No creo que algo de esto nos quede...

Es que mis vestidos se ven muy diferentes aquí colgados que puestos.- replicó la mujer.- Pasen a los probadores, les pasaré unos modelitos que las harán verse geniales.

Alisse y Lily intercambiaron miradas y elevaron sus ojos al cielo. Más de fuerzas que de ganas, las chicas se dejaron conducir hasta los vestidores y esperaron a que la mujer les pasara la ropa. Lo primero que Lily se puso fue un vestido rojo de falda muy corta de lentejuelas.

Lo dicho.- suspiró Lily.- Con este vestido me van a preguntar mi precio...

No seas vulgar.- rió Alisse, apareciendo con traje morado de flores naranjas.- No inventes... Este traje está horrible.

Pareces calabaza en día de brujas.- Lily se rió a carcajadas.

Cállate.- gruñó la chilena.

Verdaderamente, no había nada entre la ropa que pudiera gustarles ni remotamente a las dos amigas. Había unos pantalones capri acampanados con holanes, chaquetas con estoperoles en la espalda, faldas con flecos, en fin, un surtido de ropa que harían que Britney Spears o Christina Aguilera se vieran como las reinas de la moda.

Creo que ni Christina Aguilera usaría algo como esto.- gruñó Alisse.- Está horrible.

Ya, tiene que haber algo.- suspiró Lily.

Sino, pues ni modo.- musitó Alisse.- Me iré así.

¿Qué, piensas llegar a la boda en ropa interior?.- se mofó Lily.- Definitivamente, causarás sensación.

Puedo volver a ponerme mi ropa.- gruñó la chilena.- O es más, nos regresamos a París.

¡Ah, no, eso si que no!.- protestó Lily, enojada.- No pasé por tantas cosas para que al final termine por no ver a Genzo!

¡Ajá, lo sabía!.- gritó Alisse.- Ya lo sabía yo, no venías a acompañarme por buena amiga. ¡Andas tras del baboso que te gusta!

No es un baboso.- gruñó Lily.- Además, ya te dije que iba a aprovechar ya que te vengo a acompañar...

Sí, como no.- bufó Alisse.- Mira qué mala amiga, te aprovechaste de mi momento de desvalía...

Yaaa, no te pases.- Lily rió a carcajadas.- ¿Cuál desvalía? Ni que Taro te hubiese dejado en la calle con tres hijos por alimentar.

No son tres hijos, sino dos fastidiosas hijas.- gruñó Alisse.

¿Cuáles?

Paola y tú.- protestó la chilena.- Son más fastidiosas que dos hijos latosos.

Sí, claro, pero no te divertirías tanto sin nosotras.- rió Lily.

¿Ya encontraron algo que les gustó?.- preguntó la dueña de la tienda.

No realmente.- reconoció Alisse.- Creo que de veras esta ropa no nos va...

Ah, esperen.- pidió la mujer.- Tengo aun otros dos conjuntos que no les pasé...

No, de verdad.- negó Lily.- Mejor nos vamos...

Pruébense estos y si nos le gustan, se van.- insistió la mujer.

Alisse y Lily se encogieron de hombros y volvieron a los vestidores. Nada les costaba... La mujer les pasó dos traje, y las chicas se los pusieron, y al salir de los probadores, ambas estaban sorprendidas. Lily traía un vestido tipo chino que tenía una abertura en la pierna derecha y tenía una figura de un fénix rojo que abarcaba todo el vientre. Alisse traía un vestido de tirantes de color azul pálido y de escote en "V".

Éstos no están tan mal.- comentó Alisse, mirándose en el espejo.

Ya veo que no.- Lily estaba satisfecha con el resultado.

Les dije que iban a encontrar algo que les gustara.- sonrió la dueña.- Desde que las vi entrar, supe que a ustedes les quedarían perfectos estos vestidos.

¿No pudo habérnoslos enseñado desde el principio y ahorrarnos tanta pasarela?.- protestó Alisse, en voz baja.

Ya, no te quejes.- Lily le dio otro codazo a su amiga y se fue con ella detrás de la mujer.

Las chicas pagaron, y mientras la señora pelirroja zanahoria pasaba las tarjetas de crédito de Lily y de Alisse, Alisse miró una libreta forrada en terciopelo rosa que se encontraba a un lado de la caja registradora.

¿Quieren dejarme un recuerdo?.- preguntó la mujer, sonriente.- Escríbanme una nota.

Eh, no lo sé.- dudó Alisse.

Permíteme, yo lo hago.- dijo Lily, tomando la libreta y escribiendo algo sin dejar mirar a Alisse.

Aquí están sus tarjetas.- dijo la mujer.- ¡Que pasen un buen día!

Muchas gracias.- sonrió Lily, recibiendo su tarjeta.

Alisse aprovechó entonces para ver el mensaje que Lily había dejado, el cual decía más o menos lo siguiente:

"Gracias por permitir que mi loca amiga consiga ropa decente para no aparecer en paños menores ante su amado Taro. Atentamente, yo. P.D: Alisse Farfán ama a Taro Misaki".

Alisse gruñó, y estuvo a punto de tachar el mensaje, pero optó por no hacerlo. Salió de la tienda en compañía de Lily, sin saber que ese mensaje iba a terminar por formarle el destino...

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Genzo estaba algo nervioso. ¿Iría Lily a Marsella? Él deseaba que lo hiciera, con toda su alma, pero no sabía si de verdad ella iría o no... La verdad, era una locura, no tenía mucho de conocer a la mexicana y sin embargo, no dejaba de pensar en ella... Claro, ayudaba mucho el hecho de que la había visto desnuda pero también se trataba de otra cosa... Lily tenía una ternura escondida que hacían a Genzo estremecerse hasta lo más profundo... No podía haberse enamorado, eso sí que sería una completa locura, pero de que ella le gustaba, le gustaba...

Y bueno, ¿qué?.- quiso saber Taro.- Si ella viene, ¿vas a invitarla a Alemania?

¿Cuál ella?.- quiso saber Tsubasa.

No lo sé aun.- admitió Genzo, ignorando a Tsubasa.- La verdad es que no sé si decirle que tarde que temprano tendré que volver a Alemania...

¿De quién hablan?.- insistió Tsubasa.

Vamos, ¿me vas a decir que Lily no se imagina que vas a irte de Francia?.- Taro estaba escéptico.

¿Quién es Lily?.- preguntó Tsubasa.

Pues aunque no me la creas, Lily no sabe quien soy.- sonrió Genzo.- No conoce mucho del fútbol europeo, parece ser que su trabajo no se lo permite.

¿Me van a decir quién es Lily o no?.- Tsubasa ya estaba comenzando a hartarse de que lo ignoraran.

Te diría que eso es imposible, que haya alguien que no sepa quien eres, pero sé que es cierto.- suspiró Misaki.- Alisse tampoco sabe quien soy... Suerte de mí, porque odia a los futbolistas...

¿Quién es Alisse?.- Tsubasa cambió de pregunta.

Par de chicas extrañas en las que nos fijamos.- suspiró Genzo.- Ni a Lily ni a Alisse les gusta el fútbol, o al menos no lo ven tan seguido, y nosotros dedicamos nuestra vida a ello...

¿Quién demonios es Alisse?.- gruñó Tsubasa.

Sí, y quizás es eso por lo que me gusta.- admitió Taro.- No le gusto a Alisse por ser famoso sino...

Por ser yo mismo.- sonrió Genzo.- Lo sé. Me siento igual con Lily...

Ya, dejen de ignorarme.- protestó Tsubasa.- No estoy pintado. ¿Quién demonios son Alisse y Lily?

Un par de chicas que pusieron nuestras vidas de cabeza.- suspiró Genzo.

Sobre todo, la mía.- musitó Taro.

Pero si tú vas a... .- comenzó a decir Tsubasa.

Sí, sí, ya sé.- cortó Misaki.- Sé lo que vas a decir, pero no lo puedo evitar...

Uhm...

Tsubasa miró a Genzo con gesto de duda. El portero se encogió de hombros y volvió a mirar por la ventana. Ya todo estaba casi listo para la ceremonia, las flores estaban preciosas, las alfombras colocadas, y los invitados comenzaban a llegar con sus presentes en las manos. Ahí se encontraban ya Luis Napoleón, francés rival de Taro en la liga francesa, y también Stefan Levin, Karl Heinz Schneider... Pero ni rastros de Pierre Le Blanc...

Oye, ¿no va a venir Le Blanc, Misaki?.- preguntó Genzo, sorprendido.

Lo invité a la boda.- contestó Taro, encogiéndose de hombros.- Pero me dijo que quizás no vendría...

¿Por qué?.- quiso saber Tsubasa.

Yo que sé. Dijo algo así como que no podía estar presente por motivos personales... .- dijo Taro.

Y algo se encendió de pronto en la mente de Misaki. Recordó que en algún momento, Pierre le había dicho que estaba enamorado de la novia de uno de sus más grandes rivales... Claro, había que ser muy idiota para no darse cuenta de quién se trataba, pero Taro prefirió fingir demencia...

Supongo que sus buenos motivos ha de tener.- comentó Misaki.- Quizás, en su lugar, yo haría lo mismo...

Por un momento, Misaki se preguntó si le afectaba el hecho de que Pierre estuviese enamorado de Azumi. Y sorprendentemente, se dio cuenta de que no le molestaba en lo más mínimo. Quizás hasta sería lo mejor, al final de cuentas...

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Paola y Ken tomaron el tren que los llevaría a Marsella. Ella quería irse en automóvil, así llegarían más rápido, pero él insistió en que aun tenían suficiente tiempo como para irse en tren y muy poco dinero como para rentar un auto.

Te digo que podemos ir en el mío.- insistió Paola.

¿Esa carcacha? No creo que nos lleve ni a dos cuadras.- replicó Ken.- ¿Por qué no ha cambiado de coche?

¿Por qué la gorra de mi primo es roja?.- protestó Paola.- ¿Qué más da eso ahora?

Bueno, supongo que tienes razón.- rió Ken.

Así pues, los dos se encontraban a bordo del tren. Paola se sentía algo inquieta. Ella ya se había sospechado que había algo raro ahí, pero lo había pasado por alto.

Tranquila, no creo que pase nada malo.- dijo Ken, tomándola de la mano.

Debí haber investigado más.- musitó Paola.- ¿Cuántos Taros podía haber en París que fuesen a viajar a Marsella? Debí haberme dado cuenta antes...

Dudo mucho que Misaki se arrepienta... .- comentó Ken.- Él no es así...

¿Realmente crees que no lo haga?.- cuestionó Paola.- Según me di cuenta, parece que esos dos se gustan en serio...

bueno, pues si se arrepiente, nos casamos tú y yo.- Ken le guiñó un ojo a la chica.

No digas tonteras.- Paola se puso roja.

No son tonteras.- replicó Ken.- ¿No querrías casarte conmigo?

Si aceptara, muy seguramente a Genzo le daría un infarto.- comentó Paola, solo por decir algo.

Y a poco me vas a decir que eso te molestaría.- rió Ken.

No, realmente.- admitió Paola.- Pero Lily me mataría, muy seguramente.

El tren agarró su velocidad de viaje. Paola sintió que hasta una vaca iría mucho más rápido...

Notas:

"Lola la Trailera" era un personaje de películas mexicanas interpretado por Rosa Gloria Chagoyán, una mujer cuyo único talento era ser demasiado voluptuosa. La mentada Lola era una conductora de camiones grandes (tráileres) que siempre andaba vestida con minifaldas de lentejuelas y zapatos de tacón.

Paquita la del Barrio es una quesque cantante mexicana que tiene canciones realmente muy curiosas... Basta conocer la de "Rata de dos patas" para saberlo.

Fran Drescher interpretó a Fran Fine, una niñera poco convencional en la serie de televisión "The Nanny".

Bueno, pues en dos capítulos más, tres por mucho, termina este fic. Sí, salió corto, pero es que en realidad la trama de la película no da para más, y eso que yo le metí muchas cosas que no venían XD.

Fe de erratas (metida de patas):

En el capítulo anterior, cambié a los personajes de sexo. Lo lamento, esa fue distracción total (el entregar tanto reporte me atrofia la neurona).

El nombre de la película en la que me basé para hacer este fic es "The sweetest thing", no "The swettest thing".

5

Lily de Wakabayashi.