"¿Cómo puedo confesar la verdad? Me es algo imposible aceptar mi realidad… nada es perfecto, lo se muy bien, pero la forma en que la que lo he aprendido, no es la que yo hubiera esperado. Parece que ya todos ya se han dado cuenta de mi estado de animo, en parte no me puedo quejar, pues espero que así lo comprendan mejor. Siempre que estoy cerca de demostrar mi verdadera personalidad, hay algo que me lo impide de repente.
Que daría por poder alejarme de esta realidad… de ser lo que mas deseo, y cerrarme hacia el mundo en general. No me ayudara a resolver mis problemas pasados, pero si me brindara la seguridad que necesito para saber afrontarlos… y olvidarlos. He llegado a pensar que tal vez eso sea lo mejor. Jamás podré sobreponerme a lo que ha sucedido, y es tiempo de aceptarlo, no se volverán y nada podrá cambiar eso. Pero al menos puedo dejar de sufrir.
Una vez más, ha amanecido. Eso solo puede significar tres cosas: volver a la búsqueda de los Shikon no Kakera, soportar a houshi-sama el resto del día, aunque mas que eso, un día mas en que el remordimiento de mis propios pensamientos se haga presente y me impida mostrarme tal cual soy"
El campamento ha sido levantado y con paso lento, reanudan con su búsqueda. Kagome se encuentra al frente junto con el joven de cabello plateado; Miroku solo los observa con algo de confusión. El también había notado tales cambios, mas sin embargo, siempre lo debió a Inuyasha, para el era algo obvio. Su atención cayó en Sango, quien caminaba tranquilamente, con Kirara en sus brazos, aparentemente discutiendo algo. Centellea un poco confundido. Recordando los acontecimientos de hace algunas noches, lo llevo a pensar que el problema podía ser aun mas grave. No había mencionado nada al respecto hasta asegurarse, pero sabía que no podía haber error alguno. Su mente volvió a pensar en ello, analizando cada evento sucedido, sin lograr comprenderlo por completo.
Flash Back; hace una semana
Después de haber derrotado a un poderoso demonio, se encaminaban de nuevo a la aldea de Kaede. A petición de la chica futurista, pues era necesario que regresara a su propio tiempo. Consecuentemente de la discusión típica, el hanyou acepto de mala gana, dirigiéndose al frente del grupo, refunfuñando. Una vez que hubieron llegado a su destino y una 'tranquila' cena, la joven se fue hacia el pozo, no sin antes avisar que regresaría al cabo de tres días. Antes de que Inuyasha pudiera decir cualquier cosa, ella ya se había lanzado en el interior, desapareciendo rápidamente.
Al regresar a la aldea, observo como la taijiya se encontraba con su gran arma, dispuesta a atacar. En sus ojos se podía ver claramente cual seria el motivo, pero indiferentemente, lo único que hizo en contra del monje fue dar un 'leve' golpe, para después retirarse. Su fiel mascota ni siquiera se molesto en seguirle. Cuando su dueña se encontraba de un tan mal humor, era mejor mantenerse lo más alejada posible de ella. Era algo que sabia muy bien. Ignorando los últimos hechos, Inuyasha solamente informo que descansarían por tres días. Sin más, se dirigió hacia el árbol sagrado, recostándose en su rama favorita dispuesto a dormitar.
Mientras tanto, Sango había llegado al claro del bosque. Encontrando una laguna cerca, se encamino a ella, y sentándose sobre una roca del lugar, contemplo el hermoso cielo de aquella noche. Su mente divagaba en varios pensamientos, sobre todo relacionados con su hermano, Kohaku. Las estrellas parecían darle a entender cuantas eran sus verdaderas posibilidades de recuperarlo a salvo. La clara luz de luna permitió ver a la taijiya, con pequeñas lágrimas brotando de sus ojos. El dolor no había podido seguir oculto por más tiempo. Al reflejarse en la laguna, un escalofrió recorrió por todo su cuerpo al observar atentamente lo que había en el.
Con gran sigilo se levanto, horrorizada. Todo había parecido tan real… pero se negaba a creerlo. A ella, eso era algo imposible de suceder. Su mente volvió a la realidad al haber escuchado pasos cerca de ella. Sin dudarlo ni un segundo, desenvaino la katana que llevaba en la cintura, preparada para defenderse si era lo necesario. Su defensa baja al ver que simplemente se trataba de la felina, quien se acerca un poco sigilosa. Con habilidad salta en sus brazos, maullando de manera reconfortante.
-"Me siento muy confundida, Kirara…"-
Los grandes ojos rojos de su compañera se dirigen a ella, como si estuviera preguntando a lo que se refería. Sango sonrió y simplemente rasco las pequeñas orejas de la neko, causando un ronroneo suave de su parte.
-"Siento que algo esta cambiando a mi alrededor… y se que no puedo evitar mi destino. Lo único que aun no he descubierto, es el como voy a poder aceptarlo estando con ellos"-
-"¿Meow?"-
-"No soy la única que lo ha notado ¿cierto? Pero si debo confesar la verdad… estoy asustada de ello… entre mas me niegue a hacerlo, mas impulsos tengo de ello ¿crees que signifique algo? Conozco cuales serian las consecuencias, y cierta parte de mi, me impide realizarlo. Sin embargo, la otra me incita a actuar lo más pronto posible. Ahora me siento muy confundida en verdad. No se a quien debo escuchar, pues se lo que pasara. Y por más que lo rechace a ver, se preocuparan por mí, aunque aun no he tomado mi decisión. El tiempo se me acaba, Kirara. Lo he visto esta noche. Creo que no tendré más opción que… no. Así no soy yo. Intentare reprimir estas sensaciones tan impares… solo espero durar lo suficiente…"-
Recuperándose de la sorpresa anterior, se incorpora lentamente, caminando hacia el bosque nuevamente, pero no precisamente en la dirección de la aldea. Al asegurarse de que se ha alejado completamente, una figura emerge de entre las sombras. Aun sin despegar su vista del camino que ella había tomado, se acerca hacia el lugar en donde se encontraba hace tan solo algunos segundos, revisando minuciosamente. Al mirar hacia abajo, se sorprendió al verlo. No se había percatado de ello, pero el pequeño rastro hacia la misma dirección, no podía dejar ninguna duda.
-"¿Qué es lo que te sucede, Sango?"- pregunta a nadie en detalle.
Fin del Flash Back
Su mirada aun seguía fija en la exterminadora. Nada parecía incorrecto con ella. Pero era fácil notar que las cosas no son lo que aparentan. A pesar de que sus mañas hacia ella no habían cambiado, parecía que ahora no le importaba tanto como en ocasiones anteriores. Al andarla a tientas, por lo regular esperaba una bofetada o un golpe con el Hiraikotsu, pero ninguna había sucedido desde aquel entonces. Si ella intentaba ocultar algo, definitivamente no lo lograba.
-"Sango"-
Al oír su nombre, la joven levanta la vista, un mirar mucho mas sombrío. Solo provoco que el monje detuviera sus pasos hacia ella. Una corriente eléctrica recorrió su cuerpo, impidiéndole siquiera hablar con tranquilidad. La pequeña demonio conocía mejor que nadie lo que sucedía, pero era obvio que su dueña no se encontraba enojada.
-"Solo… quería saber si te encontrabas bien…"- menciona vacilante.
-"Por supuesto que lo estoy"-
-"Bueno… quería asegurarme…"-
Un gruñido lo detiene de seguir hablando. Fue entonces cuando Kagome e Inuyasha pararon el caminar, incrédulos al presenciar aquella escena. Aunque el segundo no lo expreso externamente. Shippou, que se encontraba sobre el hombro de la joven del futuro, miraba todo sin comprender lo que sucedía.
-"Será mejor continuar, no llegaremos a ningún lado si seguimos aquí"-
Sin dar la más mínima oportunidad para contestar, avanza a paso feroz al frente, aun con la neko en sus brazos. Al pasar al lado de Inuyasha, por segundos le dirige la mirada, dejando las cosas en claro para el. Después reanuda con su regular paso, viendo hacia atrás, esperándolos con impaciencia.
-"¿Qué fue lo que le dijiste, Miroku?"- investiga el hanyou.
-"Te juro que lo único que hice fue preguntarle si todo estaba bien"- se defiende el.
-"Parecía bastante molesta"- afirma Shippou –"¿Seguro que solo fue eso?"-
-"Por supuesto"- reafirma el monje.
-"Tiene razón. De haber sido lo de siempre, seguramente te hubiera lanzado el Hiraikotsu"- argumenta el líder del grupo.
-"Debemos alcanzarla. Puede meterse en problemas"- sugiere Kagome.
-"¡Keh! Ella puede cuidarse sola, y además, dudo que con ese humor, algún demonio sea lo bastante estúpido como para atacarla"-
Cuando detuvieron su plática, la taijiya ya no se encontraba en el campo de visión, así que apresuraron el paso. Miroku suspiro tristemente. Había pensado que ella le contaría lo sucedido, pero esto era un claro ejemplo de lo contrario. Al reunir todos los hechos, el no pudo mas que esperar lo mejor. Aunque aun no se había dado por vencido. Se había empeñado a descubrir que era lo que inquietaba a Sango.
El comportamiento de Kirara momentos atrás, tampoco era algo normal. Seguro, el era quien menos atención le prestaba a la gatita, pero no había que ser un genio como para descubrir que incluso ella sabia que era lo que ocurría, pero se encontraba obviamente del lado de su dueña. Considerando que hasta la noche anterior se encontraba normal. Aquella noche era la clave para el. Si averiguaba que había sucedido, podría ser posible que encontrara una razón para el comportamiento de ambas, y sobre todo, tal vez le era posible resolver el enigma que había quedado en la laguna. Aun faltaban piezas del rompecabezas.
Por otro lado, Inuyasha pensaba en lo mismo. El había podido verlo en sus ojos en cuanto se encontraron de manera fija. Ya lo sabía. Y una simple mirada le basto para comprobarlo. La verdad estaba a la vista, pero no era fácil de comprender. Había que admitir que a pesar de tener una idea, aun le era imposible razonarlo correctamente. No podía describir lo que había notado en sus ojos marrones. Era una mezcla de varias sensaciones, entre ellas la ira, el dolor, angustia, confusión, y también… ¿la culpa, ¿arrepentimiento?
Era por esa misma razón que no podía comprenderla al cien por ciento. Lo que Sango había escondido, realmente lo había hecho bien, pues ni siquiera el lograba entenderlo, y eso que para el, era fácil el poder conocer las sensaciones de las personas. Eso quería decir, que fuera lo que fuera, le afectaba notablemente. Necesitaba mas pistas. Quien acostumbraba a estar con ella era Kagome, pero todo apuntaba a que se encontraba igual de confundida que los demás, así que no seria de gran ayuda. Shippou apenas parecía enterarse y quedo descartado. Una de sus opciones hubiera sido Kirara, pues es la más cercana a Sango, además, siempre parecía querer ayudar a todos. Pero hoy se había demostrado lo contrario. Su última elección era Miroku. El no parecía nada atento a que sucedía con su supuesta 'prometida', aunque todo apuntaba a que sabía algo al respecto.
"Lo único que debo hacer, es hablar con Miroku. Se ve bastante inquieto después de lo sucedido con Sango, y parece que tiene alguna otra idea de lo que podría estar sucediéndole. Debo asegurarme primero, cuando todos se encuentren durmiendo, esta misma noche"- piensa detenidamente.
-"¡Hiraikotsu!"-
La voz de Sango, alerta a los demás. Inuyasha acelera el paso con Kagome en su espalda, Miroku que corre a su lado. Al llegar al lugar de batalla, los ojos de Kagome se abren de par en par.
-"¡Tiene fragmentos en su cuerpo! ¡Puedo contar cinco de ellos!"- grita angustiada.
-"¡Estas segura!"- grita Inuyasha.
-"No hay duda alguna. Se encuentran en sus brazos, piernas y el ultimo en su frente"-
-"Será una batalla difícil, Inuyasha. Será mejor que tengas precaución"- le advierte el monje.
-"¡Keh! ¡Puedo manejarlo sin ningún problema!"- grita, con su espada ya transformada.
Corría a gran velocidad, dispuesto a atacar a su oponente. Justo estando a unos pocos metros de tocarlo, fue detenido repentinamente. Furioso, levanta la mirada, viendo como el boomerang regresaba a los brazos de su dueña. La ira del hanyou es evidente, pues se sorprende al ver que mientras ella había lanzado su mejor arma contra el, Kirara, en su forma más grande, atacaba al enemigo, impidiéndole el paso. Poco después, los papeles cambian ante el asombro de todos.
-"¡¿Qué demonios haces, estúpida!"- grita de manera rabiosa.
-"¡Este es mi oponente así que no interfieras en ello!"- responde de la misma manera.
Cada uno se quedo inmóvil tras escuchar sus palabras. Una vez más, el Hiraikotsu se dirigió hacia el enemigo inicial, quien lo esquivo rápidamente. Iracunda, llama a su mascota, que acude rápidamente y levanta el vuelo con ella. Descubre su katana, dispuesta a un combate de frente. Kagome mira angustiada a su amiga, pero cambia su atención a Inuyasha, quien simplemente observa la batalla.
-"¡¿Qué no piensas ayudarle!"- grita incrédula.
-"Keh. Tú la oíste. Esta es su pelea. Si quiere morir, no la detendré"- reclama el.
-"¿Cómo puedes decir algo así?"- esta vez reclama el monje.
Por un minuto, el mismo dejo de creer sus palabras al verla caer a la tierra con una gran velocidad. Ignorando lo que había dicho, la joven comienza a lanzar flechas purificadoras hacia el monstruo, pero ninguna logra llegar a su blanco. Miroku observa esto y también lanza sus pergaminos, unidos a las flechas de la chica. Pero el resultado es el mismo.
-"¡Hay un campo de protección alrededor suyo!"- anuncia el monje.
Inuyasha, a pesar de todo, no logra contenerse, y se dirige a ella. Tessaiga, ahora de color rojo, es enviada con gran fuerza, con la intención de destruir el campo. Al ver esto, ambos compañeros se alegran y vuelven con su asalto anterior. La impotencia de Miroku era grande. Hubiera sido mas fácil absorberlo con su Kaazana, pero debido a los Shikon no Kakera de su cuerpo, no podía realizarlo.
-"¡Te dije que esta pelea era mía!"- grita una furiosa Sango.
-"¡Keh! ¡No lo hice por ti, idiota! ¡A mi no me importa si mueres ahora, lo único que quiero obtener son los fragmentos!"- dice con gran frialdad.
-"¡Inuyasha!"- llama Kagome.
El youkai se dirigía a ambos guerreros con gran fuerza y coraje en su ataque. Sango no pudo esquivar el ataque, por lo que fue lanzada a varios metros, el hanyou defendiéndose con Tessaiga. Al ver a su compañera caída, no pudo evitar sentir una gran ira dominarlo y alejándose a una buena distancia, se preparo para ejecutar su propio ataque.
-"¡Kaze no Kizu!"-
La fuerza devastadora se acerca a gran velocidad, siendo acompañada de una de las flechas purificadoras con un pergamino atado a ella. El poder se incrementa, dando en el blanco. Una gran explosión es producida, impidiendo la visión de todos los presentes. Al haberse disipado, el temor vuelve a dominarlos al ver como la criatura no recibió un gran daño como se hubiera esperado. Con un gruñido de frustración, Inuyasha vuelve a atacarlo de frente, cuando el arma de la taijiya vuelve a aparecer a lo lejos.
-"¡Alejate de aquí! ¡Te mataran!"- amenaza.
-"Eso a mi no me importa en lo mas mínimo. Y a ti tampoco. Así que no hay porque detenerme"-
Desesperado de aquella terquedad por parte de ella, decide acabar con la batalla lo más pronto posible. Prepara su última alternativa, poniendo y concentrando toda su fuerza en su última oportunidad de acabar con esto. La gran corriente de energía pronto se reúne en la espada, indicando que se encontraba preparada para ejecutar el ataque.
-"Bakuryuuha!"- grita furioso.
A/N: Y regreso con este nuevo capitulo para todos mis revisores. Creo que finalmente he dejado las cosas en claro para todos, y espero que me digan lo que piensan al respecto. Por mi parte, cabe mencionar que intentare al menos subir un capitulo por semana, puesto que no espere recibir tantas revisiones en poco tiempo, y mientras mas me lo pidan, es probable que intente subirlas en menos tiempo. Además, creo que he sembrado nuevas dudas aquí, espero que sean de su agrado, aunque espero poder complacer a todos los que se molestaron en dejar su opinión.
Gracias a todos mis revisoras:
Kagome-N: Te agradezco sinceramente que me hayas dejado tu opinión al respecto, y me alegra también que estés disfrutando de mi historia y como bien me dijiste, creías que era Kagome precisamente, pero espero que al leer esto no te sientas un poco desanimada. Créeme que los verdaderos problemas no tardan en llegar.
Sangoo: Créeme que te felicito por completo. Fuiste la única que logro comprender que me refería a Sango desde el principio, me gusta que lo hayas descubierto. Espero que sigas interesada en saber lo que sucede con ella, y por lo tanto, este capitulo esta dedicado para que se compruebe tu acierto.
VeRiTa: Estamos completamente de acuerdo. Sango debe ser fría, digo, después de todo lo que ha pasado con ella... me parece que es un poco difícil que pueda volver a ser tan alegre, es por eso que me comparo con ella jeje... me parecería genial poder comunicarme contigo, haber cuando se presenta la oportunidad.
Sango-chan: Claro que lo continuare, pero debo inspirarme aun mas. Debe ser espontáneo y creíble, después de todo, lo que me pidan siempre será valido.
Arigatou a todos por sus reviews. Sayonara.
