La razón y el corazón

Cáp.29: Comenzando una velada..


Despertó por ultima vez. Esta vez no intentaría dormir nuevamente a pesar de ser aun temprano.

Había dormido muy poco, pero su cuerpo solía sentir escalofríos gracias al recuerdo de caricias que no hacían mas que avergonzarla al pensar en lo placenteras que habían sido.

Salió de cama y se duchó agradeciendo que su habitación contaba con baño privado en vez de compartirlo con Ren. A pesar de ser algo muy intimo, no se sentía preparada para mirarlo, aunque tendría que enfrentarlo.

Salió de la habitación grabándose la idea de preparar el desayuno para ella y él. Sonrió levemente con dulzura, pensando en lo que era actuar como su esposa real.

Si su intuición no fallaba, él bajaría temprano para irse.

Se apresuró a la cocina y decidió arreglar y comenzar a preparara los alimentos. Aquella intuición no falló ya que pudo escuchar pasos tras ella.

Él debió sorprenderse al mirarla ya que detuvo su andar.

Tamao comenzó a partir verduras tratando de calmar su acelerado corazón.

Esperó hasta escuchar su voz.

"- Supongo que no has podido dormir – Se notó fría."

"- Solo quise preparar el desayuno – respondió sin girarse y sorprendiéndose por no haber titubeado."

Ren mientras tanto, clavo su mirada sin perderla cuando se movía en la cocina. Portaba una falda un poco holgada y una camisa sin mangas.

Él no había podido dormir nada bien y ella tampoco podía decir que había pasado una noche placentera.

Se preguntaba si ella solo estaba preparando el desayuno a causa de su nerviosismo.

Tomó asiento en el comedor que se encontraba en esa lugar. Se había posado en el marco de la puerta con anterioridad sorprendiéndose al encontrarla temprano de pie.

No eran más de las seis de la mañana y por lo ocurrido la noche anterior deseaba no encontrársela. Tal parecía que sus planes no salían como los suponía.

"- ¿Deseas algo en especial? – preguntó sin girarse."

"- Ya has comenzado a preparar algo, supongo que esta bien cualquier cosa que hagas – respondió sin importancia."

Toda la noche se había pasado pensando en lo que hubiese sucedido luego de aquel arrebato. El sentirla cerca y tocarla le hacia perder el control y eso era algo que no estaba dispuesto a tolerar y tampoco estaba dispuesto a dejar que ella lo supiese.

"- Lo que sucedió ayer – dijo con tono poco amigable aunque aquella irritabilidad era mas bien para sí mismo. Tamao detuvo lo que estaba haciendo de inmediato, solo esperando sus palabras – No ha sido nada mas que una tontería que no calculé, solo buscaba algo en que distraerme, era obvio que tu eras lo mas cercano."

No sabía que reacción esperarse, esta vez él mismo estaba seguro de haber hablado de más, aunque no tenía que importarle si aquello le afectaba o no, debía tener en mente que ella no era mas que un arreglo que no tuvo remedio.

La joven no respondió y siguió cortando las verduras y revisando las cosas que estaban sobre el fuego.

".- No he pensado nada... – murmuró en tono normal, ni siquiera se mostraba molesta."

Ren frunció el entrecejo, él debía parecer estúpido pero en ese momento deseaba que ella le respondiese algo.

"- Este día... – continuó ella – volveré a trabajar con el señor Shintani y al mismo tiempo podré ver al joven Nichrom."

Aquel comentario hizo que él le mirase sorprendido y molesto.

"- ¿Acaso son muchas las ansias de verlo? – preguntó fingiendo su estado de molestia."

Tamao fingió estar de humor para responderle debido al ambiente incomodo y debido al dolor que le causaron aquellas palabras de él.

"- Si, claro, lo he extrañado mucho."

Tamao respondió refiriéndose específicamente al anciano, pero el sarcasmo de Ren era referido a Nichrom.

Se puso de pie furioso, en realidad lo estaba y en ese momento no le importaba la razón y ni siquiera deseaba preguntarse por que de su enojo, presintiendo que encontraría más de una explicación.

"- Bien, pasaré por ti a las cuatro de la tarde."

Tamao se giró por primera vez desde que se encontraron aquel día. Se regañó a sí misma por haberlo hecho, parecía haberse acabado todo aquella farsa de una vez. Se ablandaba mucho más al mirarlo. Él en verdad le afectaba.

"- ¿Se puede saber para que?."

"- Tenemos que salir. Según Inoue – respondió frió."

"- Pero... no creo terminar todo para esa hora."

"- Pues debo pasar por ti para que estés lista- trató de mostrarse mas inaccesible – después de todo, Tendré que llevarte conmigo."

Tamao notó el tono, era como si él estuviese obligado.

"- No es necesario, puede ir usted solo."

"- ¿Acaso crees que no lo he pensado? –preguntó sonriendo levemente – lo que sucede es que tengo que hacerlo."

"- ¡No iré! – dijo elevando al fin el tono de su voz – pediré disculpas pero no iré."

Ren la analizó por un segundo. Era tan extraño mirarla de aquella manera.

Por unos segundos estuvo tentado a fastidiarla aun más y ver hasta que punto podía exasperarla.

Aunque ella no le huía, pudo observar como sus ojos se notaban vidriosos.

Su aspecto era el de alguien mas bien alterado, no parecía muy molesta como lo había pensado desde un principio. Su respiración se agitaba, su pecho bajaba y subía a causa de el posible enojo y sus pálida mejillas contaban con mas color.

Se maldijo al desearla en aquel preciso instante y se maldijo por sentir aquella molestia al saber que ella extrañaba a ese sujeto.

Estaba molesto consigo mismo y con ella por hacerle confundirse. Se acercó aun más colocando las manos justo tras la pequeña mesa donde ella cortaba las verduras. Se sostuvo de la orilla de dicho objeto dejando a la joven sin escape. Esta vez no la tocaría sabiendo el poco control que había tenido desde ayer.

Toda aquella molestia se disipó en ese instante. Sus mejillas, esta vez estaban teñidas de rosa a causaba de una emoción al verle cerca. Intentó alejarse un poco más pero estaba prácticamente atrapada. Su labio inferior tembló un poco y no fue a causa del miedo.

Ren sonrió con arrogancia, mirarla molesta no estaba mal pero mirarla vulnerable y ciertamente cariñosa le hacia pensar que hacer con ella.

"- Ni siquiera puedes huir – susurró contra los labios de ella cuando se hubo acercado peligrosamente."

Le besó con urgencia y demanda volviendo en segundos un simple roce en un beso apasionado que ella estaba respondiendo con cierta dificultad.

Se separó de ella con lentitud y clavó su mirada severa.

"Tu esposo soy yo, espero no se te olvide – Dijo girándose y saliendo de la cocina."

Tamao se hizo hacia atrás topándose con la mesa. Esta vez no entendía que le había obligado a él decir y hacer todo eso.

"- Pasaré por ti a las cuatro – repitió severo retirándose al fin."

Al escuchar la puerta principal cerrarse suspiró aliviada y excitada.

¿Por qué estaba haciendo todo eso?. ¿acaso era solo el momento como él había dicho desde un principio?.

Se sintió cansada. No sabia que pensar sobre las palabras de él.


Estaba volviéndose posesivo con ella y no pensaba con la lógica cuando intimidaba con ella.

Si ella fuese menos inocente de seguro supiera como le afectaba su cercanía a él . Aquello era indudablemente peligroso.

¿Quitarle la inocencia a esa que ahora se suponía era su esposa?.

Condujo hasta su oficina sin quitarse aquella idea de su cabeza. Al ser una joven inocente lo hacia sentirse un degenerado.

Cuando estacionó miró el portafolios a su lado. No tenía apetito luego de todo eso pero por lo menos se vengaría mientras disfrutara ver la cara de Inoue cuando le mostrase todo aquel trabajo.

Le destetaba y le agradecía por la llamada de la noche anterior pero su humor era el de molestia así que él lo pagaría.


Terminó de comer sintiéndose cansada al haber cocinado para dos personas y al final haber desayunado sola.

Definitivamente la comida sabía mejor en compañía.

Recogió los platos y los limpió para luego vestirse y salir del apartamento.

Después de tanto tiempo, tomar la vieja rutina no estaba nada mal a excepción de que ahora en adelante tendría que pasar frente a algunas personas del apartamento que se encontraba en los pasillos.

Tamao recordó cuando algunas personas la vieron llegar aquel día junto a Ren, este la presentó como su esposa dejando sorprendido a todos los que habían encontrado.

Era normal que mas de alguna persona murmura sobre el acontecimiento poniéndola en una situación incomoda, pero debía admitir que Ren, siendo una persona tan solitaria, era extraño que llegase de un día para otro con una esposa.

Tomó el taxi mas cercano y se dirigió a su trabajo, relajándose en el asiento del vehículo pensando aun más en su estado.

Deseaba sentirse orgullosa y feliz de haberse casado pero todo lo que llegaba a sentir era tristeza y cierta compasión por él.

Lo amaba, de eso estaba completamente segura pero se sentía incomoda por las extrañas reacciones de él.

Pagó al conductor al bajar del vehículo y tomó la maleta que había llevado consigo todo el camino.

Suspiró al darle una ultima ojeada. Ahí se encontraba el vestido de novia que los Shintani le habían obsequiado y el que seguramente sería el único vestido de novia que usaría durante toda su vida.

Cuando era pequeña solía pensar que guardaría su vestido de novia como un tesoro. Al analizarlo con detenimiento sonrió con un deje de tristeza, tal parecía que nada era como se deseaba.

Tocó el timbre de la mansión y le recibió de inmediato el encargado. Este quedó sin habla al mirarla nuevamente ahí.

"- Tengo mucho de no venir – sonrió con calma."

El sujeto la dejó pasar de inmediato.

"- Pensé que..."

"- Todo mundo ha pensado muchas cosas – dijo tímidamente."

"- El joven no esta pero el señor Shintani si – afirmó acompañándola hacia una habitación que ella conocía a la perfección."

"- ¿Cómo se encuentra? – preguntó al fin la joven con preocupación."

"-¿Se refiere al joven o al señor? – preguntó mirándola por sobre el hombro haciéndola sentir culpable y avergonzada."

"- Yo... – no concluyó ya que el hombre había abierto la puerta del salón sin siquiera tocar."

"- El señor a estado de muy mal humor – dijo el encargado en voz alta justo cuando el anciano parecía arrojar cosas al piso de pura molestia."

El anciano escuchó la voz de aquel hombre y se giró encontrándose con la joven de cabellos rosas.

"- Señor, su organizadora de libros a regresado – sonrió al igual que el anciano."

"- Gracias a los cielos – respondió el anciano con una sonrisa cansada – soy celoso con mis preciados libros y solo esta mujer puede ordenarlos de una manera delicada."

Tamao sonrió con ternura pensando que aquel anciano no le miraba con reproche.

"- Buenos días – dijo la pelirosa justo en el momento en que el encargado cerraba la puerta del enorme estudio."

"- ¿A recuperar tu puesto? – sonrió."

"- Si aun es permitido, sí – respondió."

"- ¿Permitido, sabes bien que eres bienvenida."

Tamao desvió un poco su mirar y le entregó aquella maleta.

"- Discúlpeme, no sabía que todo eso..."

"- Debes culparme a mi"

"- Claro que no – respondió con calma – a sido usted muy bueno conmigo pero..."

El anciano miró el rostro de la joven y luego abrió la maleta.

"- ¿Este es...?."

"- Por favor quédeselo, al fin y al cabo no terminé casada con quien yo pensé."

"- No, pero tal parece que te casaste con quien habías soñado."

Tamao se sonrojó ante el comentario, aquello era cierto sin embargo esperaba que lo que sentía fuese correspondido por lo menos y no era así.


"- ¿Se puede saber porque tanto papeleo? – preguntó el hombre exasperado."

Ren disfrutaba viéndole así.

"- Solo son cosas insignificantes."

"- Actúas como si te hubiese hecho algo desagradable – dijo Inoue sentado cerca de su escritorio mientras revisaba cada papel."

"- En parte... – murmuró Ren poniendo las manos en su bolsillo y mirando a través de la ventana.- deberías pedirle ayuda a tu nueva secretaria."

"- ¿Usui? – preguntó para luego reír con cansancio – debe estar cansada, mejor intentaré acabarlo todo."

Ren parpadeó sorprendido.

"- ¿Por qué tanta consideración? – preguntó Inoue como si le leyese el pensamiento – esta semana me he divertido fastidiándola pero si le doy este trabajo es factible que haga una rabieta, tiene mucho carácter."

Ren se imaginó una rabieta y sonrió divertido al imaginarse a Inoue en una situación así.

"- Pareces un poco distraído, sin mencionar que venías de mal humor – comenzó a sonreír con picardía - ¿ hiciste lo que te dije o no?."

Ren pareció enfadarse aun más.

"- Lo olvidaba, parece que tengo más cosas que debes revisar."

"- ¡Espera, sé que algunas de estas cosas las estas inventando – dijo molesto.- además se supone que tendremos algo que hacer ahora por la noche."

"- Pues trata de terminar, mi parte ya la hice – se encogió de hombros."

"- Te aseguro que esta me la pagaras... – murmuró."

"- No llames tarde – dijo girándose nuevamente a la ventana."

"- ¿Qué?."

"- No te atrevas a volver a llamar tan tarde."

Inoue no podía creer aquello ¿Ren estaba diciéndole que no lo llamara, eso daba mucho que pensar.

"- ¿Acaso fue la llamada de ayer lo que te enfadó? – preguntó alargando su sonrisa y mirando lo rígido que se ponía el Tao – entiendo – colocó sus codos en el escritorio – así que por eso te escuchabas tan agitado."

"- ¡Cállate de una vez! – exigió sin girarse estaba seguro que si lo hacía este sujeto disfrutaría más."

"- No puedo creerlo – estalló en risa – parece que no llegaste muy lejos."

Ren estaba dispuesto a retirarse de la oficina.

"- Saldré a las cuatro y mas vale no hagas mas comentarios y accedas a mi petición ."

"- ¿La petición de no hablarte por teléfono mientras lo hagas? – preguntó sonriendo con malicia."

Ren se enfureció y salió azotando la puerta al salir.

Inoue aun no paraba de reír, no podía creer que Ren le diese una razón tan obvia para fastidiarlo. Seguramente la velada de aquella noche no estaría aburrida.


Tamao mencionó algunas cosas, como donde estuvo exactamente y los tratos de la madre de Ren. Omitió otras tratando de hacerle saber al anciano que estuvo completamente bien.

"- Comprendo que ya estuvieras casada pero... ¿solo firmaron un papel? – preguntó incrédulo el anciano."

Tamao estaba organizando algunas cosas mientras le miraba sonriendo.

"- Fue decisión de ambos – mintió para no preocuparlo."

"- y estas tan apurada por que el te vendrá a recoger para esa reunión – afirmó el anciano – no tiene consideración."

"- Nada de eso – sonrió – él solo esta... – calló al hacer una expresión de horror y mirar su lista."

El anciano sonrió al notar la expresión de una niña que estaba a punto de llorar por haber cometido un error.

"- Hazlo con calma – sonrió cuando escuchó el timbre – saldré un momento."

Tamao asintió derrotada al no despegar la vista de su trabajo.

El anciano cerró la puerta al salir y se dirigió a la sala donde se suponía el encargado pasaba con las visitas.

Como era de esperarse por la hora, era Ren.

"- Muy puntual – aclaró el anciano dirigiéndole una mirada al encargado para que este se retirara."

"- Supongo que si – le observó con detenimiento."

"- Mi hijo no esta aquí, es una lastima en verdad – sonrió – se alegraría verla."

"- Lo dudo mucho .- frunció el entrecejo al ver que el anciano parecía disfrutar decir todo eso."

"- Él sabe que ella tiene una fuerte cantidad, así que se esmeraría en tenerla."

"- ¿A que viene todo esto? – dijo tratando de mantenerse estable."

"- Esta muy cansada, te aconsejaría que no la llevaras a esa reunión."

"- ¿Te a mencionado que no quiere asistir? – preguntó con indiferencia."

El anciano rió.

"- No, hasta que tu lo dijiste, ella me dijo lo contrario."

Ren frunció mas el entrecejo.

"- No hagas más planes tontos, todos fallan – le dijo al fin molesto."

"- ¿Por qué afirmas que fallan? – le preguntó a la defensiva."

Tamao había salido el en momento en que escuchó la voz de Ren, encontrándose con ambos hombres mal humorados.

"- ¿Qué porque lo afirmo! – dijo Ren furioso."

"- ¡Ya estoy lista! – dijo en voz alta sorprendiéndolos por su intervención"

Estaba nerviosa pero fingió calma y una sonrisa debido al ambiente.

El anciano se calmó pensando que ella lo estaba, en cambió Ren pudo notar como las manos de ella temblaban un poco.

"- He venido por ti – dijo sin tono en especial en la voz, deteniendo su mal humor de inmediato."

Tamao sonrió al ver que todo parecía concluido y entro a recoger unas cuantas cosas.

"- Vaya, una mujer que es capaz de calmarte – sonrió."

"- ¿Calmarme? – preguntó con insolencia – solo detuve esto para que hablemos con calma después."

"- Cuando estas molesto tiendes a comportarte como un rebelde y faltarme el respeto."

"- Te lo tienes merecido."

"- Talvez, pero... ¿te has detenido solo al mirarla? – sonrió aun más haciéndolo enfadar – interesante reacción."

Ante la verdad de aquellas palabras, Ren solo hizo un pequeño gesto de despedida cuando salió del lugar.

Durante el trayecto no hablaron sobre nada. Ren parecía perdido en sus pensamientos, tratando de analizar que hacer con todo eso.

Tamao solía mirarlo de vez en cuando, en realidad parecía cansado y estresado.

"- ¿Te a ocurrido algo en la oficina? – preguntó con preocupación."

Ren notó aquella preocupación al mirarla de reojo, hasta parecía habérsele olvidado que a veces le hablaba con formalismos.

"- Nada – respondió cortante mirando el trayecto mientras conducía."

Tamao decidió no preguntar más. Pareció entristecer por su respuesta.

"- ¿estas cansada? – preguntó al fin sin mirarla."

Tamao se llevó una sorpresa por aquella pregunta obligándola a sonreír.

"- No mucho – mintió."

Ante la respuesta no dijo más.

Cuando paró el auto y subieron al piso indicado, tomó asiento de inmediato.

"- ¿En verdad deseas ir? – preguntó ella al acercarse al sofá donde el parecía descansar"

"- No – respondió franco – pero al darte a conocer, no habría duda del matrimonio."

Tamao se ruborizó bastante e intentó cambiar el tema.

"- É-el joven Nichrom no se encontraba en casa... era probable que..."

"- Si, algo me comentó Shintani – murmuró mirándola con sequedad – es mejor que te arregles para que podamos salir."

"- ¿Se ha dado cuenta que sería mejor no asistir? – insistió ella."

"- ¿Hasta ahora vuelves con las formalidades? – preguntó en tono sarcástico."

Tamao le miró con calma aunque tratando de descubrir que le animaba a ser tan duro con ella. ¿le odiaba tanto como para hacerlo, lo irónico es que ella le quería demasiado como para verlo sufrir.

Sin vacilar o girarse a él, se puso de pie y decidió irse a su habitación, después de todo tendrían que ir a dicha reunión.

Ren se sorprendió por aquella actitud pero ¿qué esperaba?.

Al estar meditabundo, por minutos se distrajo del resto de las cosas, cuando se dio cuenta, estaba terminando de arreglarse.

De pronto "ese" pensamiento cruzó por su cabeza. Se odió a sí mismo por imaginar tonterías con ella.

Ya eran casi las seis de la tarde y no se sorprendió que la pelirosa tardase, por aquella razón decidió ir a recogerla temprano.

Salió de su habitación sorprendiéndose al encontrar a la joven de espaldas en el sofá.

Después de su extraña conversación, ella había ido a su habitación y él a la suya, pero no se esperó que ella se adelantase.

Pudo notar algo peculiar en todo eso. Portaba el cabello suelto y tal parecía que aquel traje dejaba descubierta su espalda. Aunque el cabello trataba de cubrirla no lo hacia del todo bien.

Tamao se puso de pie al sentir la mirada de él y le observó. Sintió sus mejillas tibias al mirarlo vestido de esa manera. Definitivamente en cualquier traje formal se miraba sumamente atractivo.

Se sonrojó al ver que él la escudriñaba con una expresión de sorpresa, aunque era poca aquella expresión, Tamao se sintió avergonzada y algo halagada.

Portaba un vestido color crema, ceñido a sus curvas y dejando un generoso vistazo a su escote.

Al principio se avergonzó al portarlo y mirarse en el espejo, pero recordó que aquel había sido un regalo de la madre de Ren y que muy en su interior deseaba verse más atractiva, por lo menos para él.

Se dijo mentalmente que era normal la vanidad en las mujeres por tratar de arreglarse por la atención de la persona querida, sin embargo le avergonzaba hacerlo.

Ella esperó un simple cumplido, o algo que expresase que no estaba mal. Este nunca llegó.

Ren pasó por alto a su lado.

"- Ya son más de las seis, es mejor irnos."

La joven se sorprendió un poco, después de todo talvez no se miraba muy bien.

Le entristeció saber eso.

Él era una persona atractiva a la vista, con trajes que solo le ayudaban a otorgar más elegancia a pesar de ser una persona fría. Prácticamente debía toparse con mujeres mas atractivas y eso era lo que ella debía tener en mente.

¿qué importaba entonces?. Ella se había colocado poco maquillaje resaltando sus facciones y tomado un pequeño broche al lado izquierdo de su cabello. Pensó que no estaba mal pero no era suficiente, eso era todo, si él no pudo notarlo es porque no había sido suficiente.

No escuchó ruido mientras iban en el auto. No estaba segura a donde se dirigían pero ya no le importaba demasiado.

Cuando estacionó el auto y salieron. Tamao se impresionó, todo concordaba con que era un hotel y tal parecía que había muchas recepciones en él.

Se mostró cansada. No sabía a que abstenerse ahora.

Ren se posó a su lado.

"- Tómame del brazo – pidió en tono seco."

Tamao tardó un poco en hacerlo. Al ver que ella titubeaba él continuó hablando.

"- No te he mencionado nada de esta reunión, así que debes seguirme, además, tu atuendo... – la miró de reojo con una intensidad que ella no pudo descifrar - no te separes."

Tamao pareció estremecerse con aquella mirada, esa reacción no fue de absoluto temor, mas bien fue otro sentimiento que la hizo acceder de inmediato.

Tamao pasó por un elegante pasillo observando como en cada habitación, sucesivamente, había una recepción que parecía distinta una de la otra, hasta que se detuvieron en una que parecía la habitación más grande.

Se sorprendió del decorado de extrema fineza y al ver la cantidad de personas, no hizo más que aferrarse con fuerza, inconscientemente, al brazo de Ren.

Este lo notó de inmediato, soltándose del agarre y rodeando su brazo por la cintura de ella.

La acción la sorprendió y le miró pidiendo una explicación.

"- Es mas fácil así – respondió como si nada."

Tamao se sonrojó, no protestaría, después de todo estar cerca de él era agradable. Colocó delicadamente una de sus manos cerca del pecho de él cuando comenzaron a caminar.

Se dirigieron a una de las mesas, pero al intentar tomar asiento, dos hombres interceptaron su camino.

Tamao pudo observar a un hombre de edad considerable con buen porte, de cabello marrón y ojos del mismo color y a su lado, estaba el joven Shintani.

Ella le miró sorprendida y algo avergonzada pero se tensó al sentir presión en su cintura, parecía que Ren la había halado mas hacia sí.

"- Mi padre me había contado algo sobre esto, habías regresado – miró el joven con desafió para luego mirar con cortesía a Tamao."

"- No sabía que estarías aquí – dijo fingiendo el desagrado."

"- No, no te esperarías verme de nuevo – sonrió."

"- Por cierto – agregó el otro hombre con familiaridad hacia Ren. Tamao sospechó que él le conocía - La nueva posesión que tienes es hermosa – sonrió con naturalidad mirando a la pelirosa – ¿es que acaso siempre vienes a presentar a cada mujer con la que estas?."

¿Siempre, Tamao se paralizó ante aquello ¿acaso Ren siempre hacía eso?.

Se sintió enferma de un momento a otro, ese desconocido le había insinuado llamarla objeto pero ... ¿por eso es que Ren no le había dicho nada?.

Se separó de él fingiendo cortesía pero Ren no se inmutó ante su reacción.

"- Es verdad – Ren dijo en tono frío – ella quiere hablar contigo – se dirigió a Nichrom y luego a Tamao - ¿No es así?."

Tamao se sorprendió doblemente ante aquella extraña pregunta.

"- ¿De que se trata? – preguntó Nichrom frunciendo el entrecejo."

"- De mi matrimonio con ella – sonrió Ren con arrogancia."

Tamao pensó que se armaría un alboroto pero el joven Shintani le miró asintiendo y con ello pensando que hablaría con ella.

"- Si es así, tendré que hacerlo en privado."

"- Quince minutos es suficiente para preguntar lo que quieras – le miró desafiante – si tardas un poco más yo mismo iré por ella."

Nichrom le miraba furibundo pero accedió de inmediato guiando a la pelirosa aun lugar privado.

Tamao miró por ultima vez a Ren mientras se alejaban de él ¿por qué de pronto había dicho eso?.

Aquel hombre de cabello marrón no salía de su estupefacción.

"- ¿Tu¿Casado!."

Ren le miró como si deseaba matarlo.

"- Si hablas más estoy dispuesto a cerrar tu boca, por la fuerza, si sabes bien con quien te metes, no me obligues a recordarte porque los demás me temen."

Ren sonrió con tanta arrogancia y autosuficiencia que el hombre frunció el ceño y balbuceando algunas cosas, se alejó de ahí.

Lo que aquel hombre había afirmado de él no era del todo una mentira, pero ver la expresión de la pelirosa, hizo que deseara golpear a ese sujeto de inmediato. Y gracias a eso, ahora ella estaba a solas con Nichrom. Definitivamente no razonaba correctamente cuando estaba con ella.

Continuara...



n/a: Bueno, este cap me salió larguito porque quería hacer ciertas cosas antes de... bueno para el próximo cap, no me culpen si se pasa de tono ¿de acuerdo?

A pesar de eso agradezco mucho el apoyo que me dan.

Andrea nefisto:.:.:.soledad :.:.:.inory:.:ann:.:.:.alchemist souma:.:.:.hanna li asakura:.:.:figer mazu zuriku:.:.:akira tokugawa:..:.:kri:.:.:aoshmi seshlin:.:.:. marcia:.:.:.:

De verdad les agradezco que lean mi historia, sinceramente me halagan muchos sus comentarios y espero que el cap les guste. Cuídense y... hasta dentro de poco.