Capítulo seis: Las quejas del Arrogante Habitante de las Mazmorras

El día del ajuste de cuentas

Son las cinco en punto de la mañana y estoy sentado en la sala de profesores, preparándome para la llegada de Lockhart, café negro fuerte, un libro de misterio y asesinatos y practicando muecas en el espejo que está sobre el lavabo. Ahora mismo estoy dudando entre olvidarme del comentario acerca de "bailar alrededor del caldero" y simplemente dejar mi venganza en tirarle la estatua encima o asustar a ese estúpido, hacer observaciones sarcásticas a la mínima oportunidad, destrozando completamente su "reputación" y teñir su túnica verde alga de un color más parecido al de las escamas de dragón. Es una decisión muy difícil.

Demasiada cafeína

Nunca más me sentaré en la sala de profesores durante dos horas para esperar a otros profesores llegar. No me había dado cuenta de que había bebido demasiado café hasta que fue demasiado tarde. No puedo permanecer sentado y Dumbledore me mira de manera divertida mientras charla con McGonagall. Todo el mundo parece estar aquí menos Lockhart. Espera un momento, creo que está a punto de abrir la puerta.

-¡Ahhh, Gilderoy!- ese es Dumbledore, como si no hubierais oído el extravagante y muy molesto "ahhhheo"- Hoy te toca con Severus.- Desearía haber tenido una cámara en ese momento; su piel se puso blanca, luego verde, luego rosa y terminó de un color parecido al porridge con leche.

-Lockhart ¿cómo está tu cabeza?- puede que sea mejor enfrentarse al problema directamente.

-Oh, muy bien. Gracias, Severus. Tengo un montón de trabajo atrasado de ayer que requiere mi atención.

-Un dolor de cabeza no es capaz de hacerte desistir de escribir cartas a tus fans, supongo.- Afortunadamente McGonagall seguía hablando con Dumbledore y por eso no oyó ese comentario.

Lockhart parece un poco incómodo.

-La estatua ha tenido que ser trasladada para repararla. Tu cabeza la ha estropeado un poco.- Mejor apalearle con comentarios sarcásticos mientras pueda.

-¿Tú sabes como llegó a... caer... de su pedestal?- Oh, no te hagas el fresco conmigo, pequeño sapo.

-Puede que me hubiera sobreexcitado mientras danzaba alrededor de mi caldero y puede que haya bailado directamente dentro de él.- Eso le hizo callar; creo que está intentando descubrir si estoy diciéndolo en serio o no.

-Voy a por una taza de café, discúlpame.- Y con eso, Lockhart escapó. No me preocupa, le encontraré en el siguiente descanso. Después de todo estamos emparejados el día entero. De hecho, la tercera hora la tengo libre, así que puede que vaya a visitarle mientras está dando clase.

¿A dónde ha ido mi mejor amigo?

No logro encontrar a Lockhart por ningún sitio; no creo que me esté rehuyendo¿no? He mirado en la sala de los profesores, las mazmorras, su habitación, he recorrido todos los pasillos y he bordeado el lago antes de que el calamar me salpicara. Incluso me he introducido en la Lechucería y he vuelto a salir antes de que todas me bombardearan o lo que quiera que hagan las lechuzas.

¡Lo encontré!

Ha acampado en el despacho de McGonagall para hablar de todo desde él mismo hasta el tiempo. McGonagall me ha arrinconado como si me hubiera estado deslizando, eso hace que suene como si fuera un vampiro, er... bueno, me estaba deslizando sigilosamente así que tendré que estar de acuerdo con eso. Da igual. En cualquier caso, yo estaba deslizándome por ahí por el pasillo del cuarto piso cuando McGonagall me susurró en voz muy baja y peligrosa que PARARA de meterme con Lockhart o ella terminaría cargando cada copia del "Corazón de Bruja" a donde el sol no brilla. Desapareció antes de que pudiera decir "Me gustaría ver eso". O algo igual de maligno. Creo que finalmente ella se ha aburrido de su Sonrisa Más Encantadora.

Tercera clase, tengo trabajo que hacer

Este es el plan:

1) Detenerme en la puerta haciendo muecas de desprecio y mirando de soslayo a Lockhart.

2) Conseguir una taza de café.

3) Lanzar más miradas de soslayo mientras estoy seguro de que Lockhart me mira.

4) Ir y comprar todas las copias del Corazón de Bruja que pueda.

5) Invitar a McGonagall a la sala de profesores para charlar.

6) Sentarme en la sala de profesores para esperar con calma a Lockhart.

No creo que funcione, McGonagall no me ve como alguien con el que se pueda charlar. Me dará algo que hacer para la siguiente lección y en la comida. Lockhart tiene a los de primero ahora y son demasiado torpes para notar si paseo por ahí, agarro a Lockhart y me pongo a bailar un vals dando vueltas por toda la habitación con él. Ciertamente no me verán en la puerta; Lockhart, sin embargo, sí que lo hará.

Primer paso completado

Bien, he estado acechando la puerta de Lockhart un rato pero estaba demasiado ocupado describiendo cómo hizo para atrapar a un jabalí quebrantahuesos en las profundidades de la Jungla Amazónica y ni siquiera me vio. Una de las de primer año, sin embargo, lo hizo. Sus ojos se abrieron como platos y le dio un codazo a su compañera de al lado pero desaparecí de la vista antes de que las dos pudieran verme. Ya me he aburrido de intentar captar la atención de Lockhart así que ahora intento encontrar café. Creo que McGonagall se ha escondido en alguna parte. Esto ya lo había hecho antes, realmente necesita encontrar algo nuevo que ponerse. ¿Dónde está su tan-preciosa cubretetera?

Paso dos completado

He encontrado el café. Ahora necesito ir y echar más miradas de soslayo a través de la puerta de Lockhart. Espera un momento... Acabo de tener un pensamiento desagradable. ¿A quién os recuerdo¿Acechando a un profesor en particular y aprovechando cualquier excusa para verle? Dios, me estoy volviendo como Quirrel.

No puedo acechar a nadie en este estado

No quiero ser como Quirrel

De pie al otro lado de la puerta de Lockhart

Me estoy poniendo serio. No quiero volverme como Quirrel; Tengo demasiadas neuronas para eso. Todo lo que tengo que hacer es dejar que Lockhart me vea y después puedo ir y hacer algo productivo como ordenar copias de Corazón de Bruja.

Ha chillado como una niña

O como un duendecillo o como un elfo doméstico cuando le das una patada. Me vio y sonreí de manera realmente malvada (he añadido la sonrisa malvada a mi lista de muecas comprometedoras, aireos de pelo, miradas desconcertantes y todo eso. Estoy realmente orgulloso de ello, pero las reservo exclusivamente para la gente a la que odio de verdad), y ha chillado y se ha quedado sin saber que decir durante un rato hasta que la clase entera se ha empezado a reír abiertamente de él. Se ha movido rápidamente lo más lejos que ha podido de la puerta y ha estado esperando mientras cambiaba el peso de un pie a otro muy nervioso. Típico.

Es un tío realmente feo

Tengo una pila de Corazón de Bruja frente a mí y todo lo que puedo ver son sonrisas de Lockhart en una variedad de túnicas de diferentes colores brillantes. "Gilderoy Lockhart en cómo combatir a los sucios bichos" "Gilderoy gana el premio anual de Ama de Casa Favorito". Y así más y más premios sin importancia de gente sin vida social. No es que yo pueda hablar, la última vez que salí para tomar unas copas con un "amigo" fue en 1987 y fue sólo porque él quería envenenarme con el Whisky de fuego. Puedo oler el veneno desde una milla de distancia: cambié de manera muy clara los vasos y me senté a esperar a la patética excusa que vino después. Creo que terminó tirando el vaso al suelo o algo así. Me pregunto qué habrá sido de él. Realmente no me importa. Ya suena la campana, me pregunto cuanto tiempo tardará Lockhart en venir aquí. La sala de profesores está muy lejos de su cuarto; tendré tiempo suficiente para encontrar a McGonagall.

Te dije que sospechaba algo

Tan cerca y a la vez tan lejos... todo lo que tenía que hacer era traer a McGonagall aquí y antes de que de que hubiera terminado de pronunciar mi primera palabra preguntó que qué era lo que realmente quería, porque fuera lo que fuese la respuesta iba a ser "no". Le dije que Lockhart la estaba buscando en la sala de profesores para hablar sobre los diferentes premios que le había concedido la revista Corazón de Bruja. Rápidamente ella agarró un cuadro de la pared y me lo tiró. Y luego dio una patada a una armadura cuando pasaba por su lado, quien sólo puedo decir un "ouch" dolorido. ¡Van a saltar chispas y tengo que estar ahí para verlo! Sigue removiendo esa marmita, Severus.